Está en la página 1de 2

El éxito es un viaje, no un destino

Juan Carlos Caramés

Muchos de nosotros visualiza el éxito con parecerse a otra persona. Y precisamente es un


cuadro erróneo. Posiblemente, el malentendido más común sobre el éxito es pensar que es lo
mismo que tener dinero. Muchas personas creen que si acumulan riquezas, serán exitosos. Pero
la riqueza no produce satisfacción, ni éxito. Al empresario John D. Rockefeller le preguntaron una
vez “Cuánto dinero necesitaría para quedar satisfecho. Su respuesta: Sólo un poco más”. El rey
Salomón afirmó una vez: “Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente”.

Otro concepto es que una persona ha alcanzado el éxito cuando se siente exitosa o feliz. Pero
tratar de sentir el éxito es probablemente más difícil que tratar de hacerse rico. Si haces de la
felicidad tu meta, estás destinado a un fracaso seguro. Estarás continuamente en una montaña
rusa, y pasarás del éxito al fracaso con cada cambio de humor.

Tampoco éxito es sinónimo de posesiones específicas y valiosas, títulos, compras o


adquisiciones. Tampoco es poder.

No hay dos personas que tengan el mismo cuadro de lo que es el éxito, simplemente porque
hemos sido creados diferentes, somos individuos únicos. No es una lista de metas que se van
tachando una tras otra. No es llegar a un destino. El éxito es un viaje. Sin embargo el proceso es
el mismo para todos. Se basa en principios.

En otra vía, veamos algunas consideraciones sobre el significado del éxito: Una medida del éxito
es la relación entre lo que podríamos haber sido y lo que hemos llegado a ser. Las personas
exitosas desarrollan diariamente hábitos positivos que le ayudan a crecer y aprender. George
Elliot afirmó: “Nunca es demasiado tarde para que seas lo que podrías haber sido”. Las personas
exitosas viven con la sensación de que hay más crecimiento por experimentar. Whit Hobbs
escribió: “El éxito es despertar por la mañana y saltar de la cama porque hay algo que te gusta
hacer, en lo que crees, para lo que eres bueno. Algo que es más grande que tú y que difícilmente
puedes esperar para retomarlo hoy”. Earle Wilson comentó una vez, “Si lo que hiciste ayer
todavía hoy te parece grande, entonces no has hecho suficiente hoy”. Una medida del éxito es la
relación entre lo que podríamos haber sido y lo que hemos llegado a ser. Charles Lindbergh: El
éxito no se mide por lo que el hombre logra, sino por la oposición que ha encontrado, y por el
valor con el que ha mantenido la lucha contra las probabilidades. Walter Cronkite dijo: “No puedo
imaginar una persona convertirse en exitosa sin dar a este juego de la vida todo cuanto tiene”.

Douglas M. Lawson: Existimos temporalmente a través de lo que recibimos, pero vivimos


eternamente a través de lo que damos.

El éxito, según John C. Maxwell en su libro “El Viaje del Éxito”, es conocer su propósito en la
vida, crecer para alcanzar su máximo potencial, y sembrar semillas que beneficien a los demás.
Con esta definición usted puede ver por qué el éxito es más un viaje que un destino. No importa
cuánto viva ni lo que haya decidido hacer en la vida, nunca agotará la capacidad de crecer en
pos de su potencial ni agotará las oportunidades de ayudar a otros. Cuando ve el éxito como un
viaje, nunca tendrá el problema de tratar de “llegar” a un engañoso destino final. Y nunca se
encontrará en una disposición donde haya alcanzado una meta, sólo para descubrir que aún
está insatisfecho y buscando algo más que hacer. Usted es exitoso ahora mismo, no es algo que
espera lograr algún día.

Usted puede jugar a comenzar a crecer hoy. Napoleón Hill dijo una vez, “Lo que cuenta no es lo
que vas a hacer, sino lo que estás haciendo ahora”. Es recomendable evitar el Síndrome de
algún día. Existe un proverbio inglés muy sabio que dice: “Uno de estos días significa ninguno de
estos días”.

Página 1 de 2
Una de las paradojas del éxito es que las cosas y los caminos que te llevaron hasta allí, suelen
ser las cosas que te detienen allí.

Sydney Harris insistía que “Un ganador sabe cuánto más tiene que aprender, aun si es
considerado un experto por los demás”. El perdedor quiere ser considerado experto por otros
antes de aprender lo necesario para saber cuán poco sabe. La mejor manera de no quedarse
solo con la satisfacción de lo alcanzado es convertirse en un alumno continuo.

Henry Ford: “He observado que la gente más exitosa toma ventaja durante el tiempo que los
demás desperdician”.

Frank A. Clark afirma: “La mayoría de nosotros debe aprender mucho cada día para mantener la
delantera a lo que olvidamos”.

Es clave crear una atmósfera de crecimiento a su alrededor. Ese tipo de lugar debería verse así:
1) Otros van delante de usted: Cuando se rodea de personas de quienes puede aprender, en
vez de personas que aprenden de usted, es más probable que crezca.
2) Se siente desafiado: La complacencia mata el crecimiento.
3) Su enfoque está adelante: Si piensa más en el pasado que en el futuro, provablemente se
haya detenido su crecimiento. El desarrollo personal le lleva a su destino.
4) La atmósfera es positiva.
5) Está fuera de la zona de comodidad: El crecimiento requiere riesgo. Ronald E. Osborne
afirmó: “A menos que haga algo más allá de lo que domina completamente, nunca crecerá”.
6) Otros están creciendo: Es mejor tratar de nadar en escuelas que tratar de hacerlo todo por
cuenta propia.
7) Hay disposición para cambiar: Clayton G. Orcutt declaró: “El cambio en sí no es progreso,
pero el cambio es el precio que pagamos por el progreso”. Sin cambio el crecimiento es
imposible. La gente que no está dispuesta a crecer nunca alcanzará su potencial.
8) Se modela y se espera crecimiento: En un ambiente se modela el crecimiento y sé
autoalimenta.

Dedicarse a la excelencia es un paso fundamental en el viaje del éxito. La excelencia es siempre


una decisión, es el resultado gradual de luchar por lo mejor. A un respiro de distancia está la
mediocridad. La mediocridad no es un problema departamental... La mediocridad es primero una
característica personal, una concesión personal para hacer menos de lo mejor que podemos...
¡La mediocridad siempre empieza conmigo! Beverly Sills afirmó una vez: “No hay atajos hacia
ningún lugar que valga la pena ir”.

E. M. Gray afirmó, “La persona exitosa tiene el hábito de hacer las cosas que a los fracasados no
les gusta hacer”. A veces el fracaso (me gusta más decir resultado) señala que es tiempo de
cambiar de dirección. Está bien caerse si al levantarse ha aprendido algo. H. Jackson Brown,
autor del librito de “Instrucciones de la Vida”, nos deja una interesante reflexión: Pagas un precio
por ser más fuerte, pagas un precio por ir más rápido, pagas un precio por saltar más alto. Pero
también, por quedarte donde estás se paga el mismo precio.

Una persona que se enfoca en el viaje del éxito fortalece su carácter, y se diferencia de otra que
no lo hace de la siguiente manera: Hace lo correcto, no lo más fácil. Sus valores lo controlan, no
su estado de ánimo. Busca soluciones, no excusas. Persevera ante los retos, no se rinde ante
ellos. Se apoya en motivaciones internas. Sus palabras y los hechos están de acuerdo. Si quiere
buenas ideas, necesitas muchas ideas.

Se ha dicho que la dedicación es otro nombre para el éxito. Rudyard Kipling escribió: Si no
logras lo que deseas, es señal de que no deseas en serio, o que has tratado de regatear el
precio”. Las únicas malas ideas son las que mueren sin generar otras ideas.

Fuente: El Viaje del Éxito, el proceso de vivir sus sueños. John C. Maxwell

Página 2 de 2

También podría gustarte