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HISTORIA UNIVERSAL SIGLO XXI Volumen 12 Los fundamentos del mundo moderno Edad Media tardia, Renacimiento, Reforma 10S AUTORES Ruggiero Romano Nacié en Fermo en 1923. Es Director de Estudios en la Ecole ique des Hautes Etudes (VI Seccién) de Paris, donde es titular de le eftedra de «Problemas y métodos de historia eco- némica». Entre sus numerosas publicaciones resaltamos: Le co- merce du Royaume de Naples avec la France et les pays de VAdriatique au XVITDme siécle, Pacis, 1951; Navires et mar chonds a Pentrée du port de Livovrne (en colaboracién con Fernand Broudel), Paris,- 1951; Comeserce et prix du blé ay XVILéMe sidcle, Paris 1956; Una economia colonial: Chile en al siglo XVII, Buenos Aires, 1963; Prezei, salari e servizi a Napoli nel secelo XVIII, Milano, 1965; Cuestiones de historia eccnémica latincamericana, Caracas, 1956; Colombo, Milano, 1966; I preasé in Europa det XII secolo a oggi, Torino, 1967. Alberto Tenenti Nacié en Viareggio en 1925. Es Director de Esmudios en 1a Feole Pratique des Hautes Erudes (VI Seccién) de Parfs, donde es titalar de la cétedra de «Historia Social de la cultura europea». Entre sus obras resaltamos: I senso delle norte ¢ amore della vite nel Rinescimento, Torino, 1957, ¥ Venezia i consari, Basi, 1961. ‘TRADUCTOR Marcial Sudtez ‘pisesio ni LA CUBIERTA Julio Silva Historia Universal’ Siglo veintiuno Volumen 12. LOS FUNDAMENTOS DEL MUNDO MODERNO Edad Media tardia, Renacimiento, Reforma Ruggiero Romano Alberto Tenenti historia México ff universal Argentina sigho Espaiia »*«I fs sie cama a a : 7 Tercera edicién en castellano, diciembre de 1972 Cuarta edicién en castellano, octubre de 1974 Quinta edicién en castellano, diciembre de 1975 ra edicign a castellano, febrero de 1977. Séptima edicién en castellano, septiembre de 1977 (México) Octave edicién en castellano, noviembre de 1978 Novena edicién en castellano, octubre de 1979 (México) Décina edicién en castellano, noviembre de 1979 Undécima edicién en castellanc, octubre de 1980 © solo xx pe nspafia pITORES, 8. 4. Calle Plaza, 5. Madrid-33 En enedicién con SIGLO XXX EDITORES, §, A. sero del Agua, 248, México-20, .D, E. Re Ber, 952. Buenos Kins” Primera edicién en alemin, 1967, reviseda y puesta al dia por los autores para la edici6a expadola @ miscrien wicHERET x. 6., Prankfurt am Main Titulo original: Die Grundlegung der modernen Welt. Spitmittel alter, Renaissance, Reformation DERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY Impreso y hecho eh Espana Pred and mae in Spaie ASBN: 8432501183 (0. C) ISBN; 84:323-0003.5 (Vol. 12) Depésito legal: M. 32.643 - 1980 Impteso en Closes-Orcoyen, $, L. Mattines Baie, 3. Madrid 29 PREFACIO ... Indice LA ¢CRISISe DEE SICLO XIV .. I. La fractuta demogréfien, 311. Et cambio de la estructura agricola, 9—IJI, “Factores de la «crisis» agricola y sus consceuencias sociales, 19—1V. La nueva fisonomia de la actividad «industrials, 23— ‘V. Los problemas de los intereambios, 28.—VI. Los reflejos politico-milicares de la sctisise, 35, ESTANGANIENTO Y EFERVESCENCIA; EUROPA DESDE 1380 2 1480... ct ne eee I. Introduccién, 40.-IT. El papado, 421M. EL imperio, 47—IV. Halla, 49—V. La Europa del Concso y del Este, 55—VI. Inglaterra, 60— ‘VIL Francia, 64—VIIL, La Peninsula Ibérica, 66. LAS CREENCIAS CRISTIANAS <1. «+. I. Introduccién, 71,—IT, La religién y sus dimen: siones econémico-sociales, 73.—IIL, Firmesa y_fallas Crisis Gilossfica, de Jas creencias: ef cisma, 77.1 n eto no jetérquica; de Occam a Torquemada, 81— ‘V. aMis alld» y sensibilided, 85—VI. Et «arte de motirs, 88—VII. Repliegue mfstico y renovacién moral, 92—VIML. La erltica del sistema eclesiésti- <0, 97. 4, MACTA UNA CULTURA NUEVA I. Fl senrido de [a muerte, 104—HE Et mito de la atoria, 110—ITT. La funcién de las letras, 115. IW, Las tendencias artisticas, 121 @ ws wwssus« 1. Humanismo y renacimiento, 128.=II. El arte del «Quattrocento» en Italia, 133—IIT. La visién hu- manfstica del mundo, 142—IV. Las concepciones éticas, 147. —V. La Historia y Ie politica, 152. 6 LA ESTRUCTURA CIENTIFICA Y TECNICA 1, La medicina, 157.—IT, La asttonomia, 160—IIT. La interaccién de técnica y ciencia, 163—IV, Caracteres del nueva saber, 170, 7. DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA DEL MUNDO... I. Los problemias de los descubrimientos; 177-— II. La conguista de América, 180.—IIL. Et asents vw 104 128 457 iv miento hispinico en Amética, 183—IV. Caracteres de Ja colonizaciéa espafola, 187—V. El imperio portugués, 192, 8. RELIGION ¥ SOCIEDAD EN LA SEGUNDA wITAD Der, SICL XY. 196 I. Papado y cristiandad, 196.—I. Low males de la vieja Iglesia, 204 TTL La Prerreforma, 208—IV, La sensibitidad popular, 213—V, El sentido de la Re forma, 217, 9. La REFORMA ... Leet cee te tte te aie we vee 226 L. La funcién del humanism, 226—II. Lutero, 234—I1L. Reforma y sociedad, 244—TV. Los des. attollos de fa Reforma, 249 10. DWPERIOS Y PRIMERA UNIDAD DEL mUKOO (1480-1560), 257 1. Los impetios det siglo, xv1, 257—II. Hacia los estades modermos, 264—III. El apararo burocrético, 270—1V. Reconstitucién demogrifica y agricola, 24—V. La industria, 280.—VI. Los trificos, 285 — VIL La revolucidn de los precios, 291--VIHI. La primera unidad det mundo, 294. CONCLUSION... — 296 CRONDLOGIA os os an 301 BIDLIOGRARIA ... ste ee tie 305 INDICE DE TLUSTRACIONES 317 INDICE ALFABETICD 2. co. cic cee ve 318 El Humanismo PB We 1_BUMANISMD ¥_RENACIMTENTO En Ja misma Florencia, ciudad de eleccién de Jas nuevas ten- dencias culturales y crisol de las cortientes que iban a revo- lugionar el arte, jas unas y las otras no se impusieton mucho antes de mediados del siglo xv. Un siglo después habian criun- tado en casi todo el Occidente. Le relativa rapidez y la amplitud de tal proceso, su real importancia, asi como la altisima calidad de sus manifestaciones han impresionado, desde hace poco mas: de un siglo, a los estudiosos de aquella época y les han indu. ido a dasle un apelativo particular nacinn tent lay que observar, ante todo, que este término no ha dejado de tener, desde medisdos del siglo xtx en adelante, un éxito creciente. Sin embargo, al_margen_de los, fenémenos, bistéricos_que pis teade designer, boy que reconocer que’ taduce ¥ como por un perfodo, Bien considerado, dicho témino a0 es en ebsoluto utilizable crfticamente en un plano histérico. Es evidente que el niécleo del concept que con él se relaciona esta cargado de um: aprioristico juicio de valor. Quien lo emplee —y a menos que no ocutta, por reaccién, exactamente lo contratio—- parece estimar que el Renscimieoto no ha podido ser més que positive, Y esto no en virted de un pretendido progress o general desarollo, y, por lo tanto, en sentido relativo y dialéc- tico, sino en sentido sbsoloto. El Renacimiento aparece como momento privilegiado de la humanidad C ‘pecie de"anuhiciode wba scvelaclin Taiba, el laigo instante de gncepcién.del_mundo_moderno. A diferencia de los otros estu- diosos, Jos que investigan sus problemas se ven envueltos en fesa sensacién atcana que genera el espectéculo del necimiento de Los seres vives. 'No se pretende negar agui nila funcién que ha desempe- fiado y que desempefia en la cultura contemporinea cemejante concepto ‘ni su cxtensiéa o su fuerza, Aun sin exeminar sus rafces y ‘sa significado, parece que una mitificacién historiogré- fica tan protongeds sefleja, precisamente, Ia crisis de los valores 128 que se idealizan, Como es innegable que en el concepto de Renscimiento hay, por to menos, una parte de mito, no: deberd exteafiat’ que después de estas alusfones abandonemos al uso de este término. Por la misma razén, ni siquiera se formula la pregunta de si el Renacimiento hha existido 0 a0, y menos si ha comenzsdo antes o después. Sencillamente, cqueremos vitar un término que ya en principio es comprometido y equi- voco, fuente inevitable de confusiGn, Cualquier definiciés his. tt nperfecis, pero..se mantiene y se_usa como instru. mento. Aun cuando s¢ dé 8 otros términos histéricos significado -tendencioso 0. ideal, en general es posible disringuir el contenido que se les atribuye, de Ja forma o de la palabea que les sirve de sostén. Pero el técmino Renacimiento postula ya en su eti- mologfa y en su estructura un niicleo de afirmaciones y de inter. pretaciones; incluso ha sido acufiado con ese fin, -y a su genie! acietto lingiiistico debe no pequeBa parte de su fortuna. De este fondamental vicio de origen derivan miltiples y gra- ves inconvenientes. Los valores del Renacimiento setfan, ante todo, espitinuales: artfsticos, écicosy Titerarios en particular. Cuando se extiende tal apelativo a 1a époce en que ellos estén localizados, se cae en Ia incongruencia de transferir una carac- tetizacién ideal a contenides hetetogéneos. Se llega a hablar, en general, del hombre y de los hombres del Renscimiento, Si se midiese et dtea en que se manifiestan Jos fenémenos erenacen- tistase, se comprobarfa que éstos se hallan muy lejos de predo- miner co Occidente, Un resultado mas negativo atin ce ob- tendtia examinando su difusién © su aleance en el plano colective, Parece, pues, que no puede menos de ser beneficioso al no dat curso —y ‘mucho menos velider— a un concepto gue implica une suptemacia arbittatiamente postulada de un cietto arte o de una.cierta literatura en la vida europen de Jos siglos xv y xvt, ‘Ademés, ye se ha impugnado claramente el doble empleo que durante mucho tiempo se ha hecho, y ain se hace, de vocablos distintos —Humanismo y Renasimiento— para indicer fenéme- tos idéncicos 0 andlogos. Para titular las paginas dedicades 2 muchas de las més altas Tieiciones cultutales aparecidas en Occidente entre“mediadot del"aigle xVy mediados del avr se ‘eC BST, cde Tut, prter demloo. ste, ex realdad os alse, lo es, en absoluto, tina complicacién para nuesizo tema el que se pueda hablar de humanistas no sélo antes de 1450, sino también antes de 1350; ni siquiera lo es que ef humanismo se encuentre en el siglo xvIT yen el xvi, o incluso después, En_sigor, no es_preciso_tam- 129 9 que _las_catacterfstions eseliales de este movimi oe {nal matlengan sfempee enire sf Tas-mlsmas relaciones ‘gon_gue,_ en. Medindia icién, conse: Giente vera de continuidad y un micleo bastant i “"Hemos de-hacer, por Io tanto, mera se reficte al hecho de que, en los Timites de To posible, se ha tratado de no hablar de humanismo en Europa respecto aL perfodo anterior a 1440. En Italia slo se asiste, desde Ia segunda mitad del siglo suv, 2 la formacién de un grupo bastante nutzido y socialmente activa de hombtes de letras de cra tendencia, La segunda precisién puede parecer menos obvi. Sin embargo, a pesar de 1a gran diferencia cualitativa que, en general, separa ies manifestaciones artfsticas y fiverarias inspi- ‘Siar eu el humaniamo de les que permanccen enclades on los corrientes tradicionales, o que se desarrollan a partir de ellas en otras dizecciones, no parece povible defnir, sin més, como Iu el sistema cultural europeo entre 1450 y 1550. Y también porgue nuestros conociniientos sobre fos hiumanistas superan notablemente, y de un modo tan inorgénico como exce- sivo, fos estudion sobre Tos otros aspectos de Ja cultura entre log siglos xv y xvi (con une parcial excepcidn respecto a ta Refortna}. El que casi hasta hoy se haya preferido no tener en cuenta ia presencia masiva, antes y después de 1500, de jinmumnerables instrumentos de saber y de ensefianza que tlenen poco o-nada que ver con el huimanismo, no hace mis féci Ia comprensién histérice de Jas vicisitndes generales de este perfodo. En especial, no puede menos de sorprender el hecho de que el humenismo pate de cultura en apariencia dominante en el medio siglo que va desde 1470 « 1520 a cultura, en gran pare, de omamentacién en los cincuenta afos siguientes, pata cnttaz Iuego en una fase critica y rice, desde luego, pero subordinada respecto a las otras cortientes espitituales del mundo europeo, No parece dudoso que se pueda hablar, como de una refoma religiosa frustrada en los sighs amv y xv, aunque de un modo no enteramente anélogo, de una inacabada revolucién intelectual en los siglos xv y xvi. ‘A esto hay que afiadir, por Stim, que el bumanisma france-holandés entre mediados de} siglo xvi y el final del xvi —descle Montaigne y desde Grocio en adelante— ha sido desconocido en su funcidn y en su im portancia, clertamente no inferiores a les del perfodo itatiano precedente, Se_ataré, pues, de definir cust fue te por Jos humanistas, en gran parte iteienos, ol patrimonio cil- tural de Occidente, entre 1440 y 1530, aproximadamente. Lo fandamental y mis precioso de este fenémeno fue su.tenden a Ta universalidad y su capacidad de expreser valores edecuados 130 2 un _tipo de sociedad_en, desarrallodindmico, El humanismo italiano en ef siglo xv aparece esencialmente ligadé a Ta ideo- logla de una burguesta mercantil, ciudadana. y precapitalista No obstante, al tiasplantarse a otros pafses dondé la burguesfe no cra la misma ni estaba socialmente configurada de un modo semejante, se mostré vital ¢ igualmente fructuoso, Esto signi fica que, al margen de sus particulares formas éticas, artfsticas ‘© litetarias iniciales, tal movimiento acersé a set histéricameste funcional y, sin duda algona, su grandeza y su fecundidad deti varon del hecho de que quiso claramente serlo, El homenismo pretende sustiruir el sistema meatal jerirquico de la sociedad riedieval ‘con una perspectiva que, si bien es individuslista, ina unién fraterna y sin desigualdsdes suseanciales ‘fife “todos Ios hombres. Su reivindicaci6n de la dignidad del individue_se_refiere_y corresporide, én efecto, a Ia afirmacién del valor universal de Ia humanided y.de Ie narufaleza en que esi asentado, El humanismo es una cultura sbieréa, tibre y di- ridimien, es. decir, una cultura conselente de que es puramente humana “y “de ‘que, como’ tal, no puede imponer al hombre ‘opresiones 0 lienaciones fundamentales. Aun manteniendo Ia fides ‘clésica y ceistiana de que el verdadero conocimiento es el que comporta la aprehiensién y la prictica del deber ser, exige también que el saber libere en el hombre todas sus posibilidades ¥ no sélo algunas —come, por ejemplo, la de ser feliz en ‘otro mundo y la de suftir en éste, o la de someter su propio cuerpo y su propia inteligencia al atbitrio social y al dogma religioso—, Contra el peso de Ia_todicién, cristiane y de le mentalidad excoléstice, os bumantstas evocaron fa Antigledad 'y ‘Buscaron ‘on mayor autenticidad Aloldgica, para convertirla en su mejor sostén en la lucha, que cra Ia mixma de la parte tis comprometida de Ia sociedad europea. El innegable fracaso prictico de Io ideolog(e humanieta en le primera fase de su flrecimiento no impidis, gracias a la funcionalided de su visién, su progresiva adecurcién a nuevas situaciones sociales en Oc. cidente. Es cieto que el humaizmo sélo en parte foe une culture funcional y conctets. Quiso responder ¢ necesidades terrenss ¥ socialmenie precisas. Sin embargo, a causa de su referencia 4 Jos antiguos o por Ins fuertes ‘sugestiones trascendentales ejercides por 1a tradicién cristiana, tos bumanistes.se entrega- ron a reivindicar principalmente valores sbistirioas y_ vélides para cl shombre ea sf. La que foe su tiayor fusrea —y tam- bign ta de’ Tes" ariintas que come ellos sintieron y concibieron—, es decir, Ia_idealizacién.de_ lo. humano, foe_tambida-s- prin: dipal debilided. En su visién del mundo, que ellos persiguieron mucho menos en el plano préctico que en ef te6tica, preci- 13 samente su tendencia a lo perfecto y a lo excelente, en gi neral, no pudo traducirse, socialmente, més que a dimensiones atistoceéticas y nobiliaries. También por. esto_su_cultura_no fepresent6 una verdadera revolucién mental, y el humgnisino fue tan Isico como ctistiano, tan conservador como de van guardia, Esto nos lleva @ afirmar, por iiltimo, que este gran movimiento —por reficjo de su desigual aceptacién en la 30- cicdad, sin duda— legs a resultados muy valicsos, peto fcc: cuentemente inorgénicos, tanto entre una forma y otza de Ia cultura, como en ef seno de cada ona de elles. El arte constituyé el campo en que la visién humanistica alcanaé sus realizaciones més cohetentes y continuas, asf como mas originales y fecundas. En el estado actual de la espe- ializacién cultutal, el historiador no se ve muy favotecido en su exigencia de comprender los obras de arte. Predomina la valoracién estética o formal de éstas, con grave dafio pata una comprensi6n adecuada de los diversos momentos de Ja cul- twra de que se trate, Sin embargo, no es necesario demostrar Ja necesidad de remitir el nuevo arte a las motives, a las fuerzas y 2 los propésitos que animaron el humanismo. En el vasto émbito de este movimiento cultural, Ja expresiOn artistica y Ja filosdficofiteraria caminan paralelas sélo de un modo parcislmente exterior. La tradicién pesa ‘mucho més sobre la segunda que sobre la primera, a lo largo del- siglo xv. El vigor crftico y Ia capacidad de” abstraccién & gue Ilegard Maquiavelo en los lbores def siglo xvi tiene ya sw igual, casi un siglo antes, entre sus coterrfneos, el ar ‘quitecto Brunelleschi, el escultor Donatello, el pintor Masaccio, dl teérico Alberti. Este desajuste es teal 'y no sélo aparente, Porque es debido, sobre todo, a las diferentes dificulrades que ‘encuentran los distintos Grdenes de expresién espititual. Por otra parte, ef perfodo que va de 1440 a 1530 se caracteriza por dessjustes més o menos profundos en todos los campos, ¥ esto constituye incluso une de sus principales caracteris: ticas, Al sistema cultural del pasado, todavia relativamente ‘compact, y, en todo caso, unitetio y fuertemente organi- zado, sucede una cultura que quiere ser sbierta, que es, pot Ia fuerza de Jas cosas, centcffuga y est interformente escin- dida, a pesar del deseo de compromiso de sus defensores ¢ ii tpretes..El humenismo es una tendencia comin, una general exigencia de un seber y de una expresién més ditectos, secre: nos y humanos. Pero no puede olvidarse que el proceso por el que se diferencian entre si las diversas entidades histéri- cas de Europa estf moy avanzado ya y tepercute necesaris. mente en sus formas y en sus desarrollos culturales. Ademés, dentro de la penfasula italiana, y precisamente en el seno de 132 Jas mismas ciudades donde mis se consolida, el hutnanismo come ya se ha dicho— no se manifesta de un modo orgé- nico y sistemético: es Ta ideologla de un organismo social maduro, pero de tendencia estitica, minado por una ptofunda crisis, y que se ditige hacia su ocaso sin tener concie de ello, TI, EL ARTE DEL Si ta concepcién utilitatia y funcional del ngevo saber 2s su principal iespiracién y"'sit “resoite dindmicd, es también su mayor limitacidn: También segin Alberti, el hombre ex puesto ‘en la vide para usar las cosas, y, pot lo tanto, debe conocerlas. Gracias a ello podré set virtuoso y Megara ser feliz. Esta fran- ca perspectiva de un bienestar social y terreno —por otra parte, 5 no mejor especificado pot el penssdor florentino— figura como tuna de las posiciones més avanzades del pensamiento de aquella época, En todo caso, se preocupa también de encuadrarse, al menos formelmente, en une perspective religiosa pare climinar 1a posibilidad de todo conflicto com Ia visién étivo

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