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El envejecimiento de la población es un fenómeno global y también nacional que afecta a la

población chilena. Conforme a los resultados del último censo aplicado en Chile, un 16,2% de la
población es mayor a 60 años (INE, 2018) y para 2050 se proyecta una pirámide básicamente
vertical y más amplia en su cima. Tal situación se evidencia en los datos entregados por la OIT
(Organización internacional del trabajo), proyectando que en los próximos 40 años la población de
65 años o más se triplicara pasando de un 5,8% al 15% en países menos desarrollados y
aumentando de un 16% a un 26% en aquellos desarrollados. (Martínez, 2018).

El aumento de la población adulta mayor en Chile también trae repercusiones en el mundo


laboral. En nuestro para el año 2017 existía aproximadamente un total de 15 millones de
personas en edad de trabajar (PET) de los cuales un 22% correspondía a adultos mayores,
correspondiente a 3,3 millones de personas. Al analizar lo anterior con el subgrupo Fuerza de
trabajo (Personas de 15 años de edad y más, que se encuentran en la situación de ocupados o
desocupados) correspondería a 9 millones de personas y solo 916 solo el 28% de los adultos
mayores participa en la fuerza de trabajo.
Por otro lado el estudio de Martínez Casi la mitad de las personas entre 55 y 74 años está
trabajando (48%), con importantes diferencias por edad, género y educación. Entre los 55 y 59
años, un 67% trabaja, habiendo más de 30 puntos porcentuales de diferencia entre los hombres,
donde un 85% trabaja y, las mujeres, donde un 51% trabaja. Las edades legales de jubilación por
género (65 años en hombres y 60 años en mujeres) son más decisivas para los hombres que para
las mujeres. Desde los 65 años, la tasa de participación laboral de los hombres se reduce a 50% en
el tramo entre 65 y 69 años y a 30% entre los 70 y 74 años. Entre las mujeres, la reducción en la
participación laboral se produce en la misma magnitud (15 puntos porcentuales) en el tramo de
edad entre 60 y 64 años respecto del tramo entre 55 y 59 años y en el tramo entre 65 y 69 años
respecto del de 60 y 64 años.

Para el año 2015 la participación laboral de los adultos mayores llego, a un 29,7% con niveles
mayores en hombres (45,5%) y en mujeres (18,0%) los niveles de desocupación no superan el
(***) entre los adultos mayores.

Las consecuencias del aumento de la población adulta mayor sin las condiciones y la preparación
para afrontar el mercado laboral puede traer grandes repercusiones en la economía, en especial al
hablar del monto de pensiones, el gasto público en salud y la productividad del país.

En chile el 14,9% de los adultos mayores es dependiente funcional lo que quiere decir que
presentan limitaciones para realizar una o varias actividades básicas de su vida, como vestirse,
cocinar o hacer las compras. Y el resto de la población (85,1%) son personas independientes que
pueden y necesitan generar ingresos a su diario vivir.
Para el año 2015 la participación laboral de los adultos mayores llego, a un 29,7% con niveles
mayores en hombres (45,5%) y en mujeres (18,0%) los niveles de desocupación no superan el
(***) entre los adultos mayores.
Además, en el año 2015, la participación laboral de los adultos mayores llegó a un 29,7% (MDS
2018). Lo que demuestra una mayor participación laboral del adulto mayor, realidad evidente que
carece de un ordenamiento jurídico laboral especifico.

El proyecto de ley modifica el Código del Trabajo, creando un nuevo contrato especial que tiene
por objetivo establecer una regulación acorde a las necesidades de los

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