Leibniz, en su Discurso de Metafísica, propuso que toda predicación verdadera atribuida a un
individual “… tiene algún fundamento en la naturaleza de las cosas” 1, siendo necesario que los predicados estén encerrados en el sujeto para comprender a la perfección que este le pertenece. Se ha interpretado que una sustancia es equivalente su concepto completo (o concepto individual completo) que, como se mencionó, contiene la totalidad de sus predicados verdaderos, de los cuales también es posible deducir otros: “… podemos decir que la naturaleza de una sustancia individual o de un ente completo es tener una noción cumplida que sea suficiente para comprender y hacer deducir de ella todos los predicados de sujeto a quien esa noción se atribuye”2.