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Unidad 2: Novela histórica

Se consideró a los siguientes autores para la representación del gaucho en la Novela


histórica: Theodor Adorno, ya que responde a una ideología determinada; Sigmund
Freud con el concepto de ominoso-siniestro; Mikhail Bakhtin, quién propone dos
procesos para resolver el problema del gaucho: folklorización y carnavalización; y a
Levy Strauss que define los conceptos de antropoemia y antopofacia, a partir de los
rasgos negativos y positivos del gaucho.

La novela histórica es la continuidad del Discurso Fundacional de la Nación que tiene


como objetivo continuar con la formación de la Nación, marcando la dicotomía entre
la barbarie y lo civilizado. Ahora la barbarie es representada por el gaucho, excluido
socialmente, pero no se pretende el exterminio de la raza como el indígena en los
discursos fundacionales, sino educarlos para incorporarlos a la sociedad y que sean
productivos para ella.

Se entiende por Novela histórica aquella que, siendo una obra de ficción, recrea un
período histórico preferentemente lejano y en la que forman parte de la acción
personajes y eventos no ficticios.

Para que una Novela histórica sea considerada como tal, debe cumplir con ciertos
requisitos: relación entre la historia y la ficción,el escritor construye su ficción a partir
de datos históricos, debe respetar las fuentes y suprimir lo que falta con la
imaginación. La elección del tema, se suele seleccionar los períodos de crisis más
ricos literalmente, como es el caso del “el combate de la tapera” donde los artiguistas
escapaban de los portugueses a partir del enfrentamiento de la Batalla del Catalán de
1817. La narración puede encontrarse en tercera persona, objetiva y omnipresente;
en primera persona como en biografía, memorias; combinación de voces o epistolar.
Acevedo en la obra mencionada, escribe en tercera persona, como se muestra en los
siguientes verbos: respondió, lanzó, empezó… Los novelas pueden tener una función
ideológica, de entretenimiento o didáctica, en el caso de “El combate de la tapera”
responde a una ideología de la época pero además es didáctica debido a que influye
en la formación de la nación. Como última características tenemos la tipología, que
pueden ser novelas mitológicas, biografía políticas, novela pedagógica o novela de
detective; en la obra que se está analizando se ubica dentro de la novela pedagógica.

Según Zum Felde, Eduardo Acevedo Díaz es el iniciador de la novela nacional, el


primero en lograr una obra de categoría, mostrando sus virtudes literarias en su doble
aspecto humano y estético, como sustancia y como forma.

Las obras de Acevedo cumplen la función de la literatura épica representativa del ciclo
guerrero y gauchesco de nuestra historia. Acevedo, fue partícipe de las luchas
políticas de su tiempo, donde alcanzó gran prestigio político entre los año 1895-1903,
era el caudillo civil del Partido Nacionalista. Al volver de la expatriación en la Argentina,
fundó el diario “El Nacional” donde junto a otros jóvenes del su partido abrieron
campaña opositora al gobierno de corrupción y latrocinio del Presidente Borda,
logrando levantar el viejo Partido Blanco. Pero la mayoría del partido reconoció a
Sarabia como caudillo supremo del partido, motivando a Eduardo Acevedo y la minoría
apoyaron la candidatura presidencial de Batlle y Ordoñez, por tanto los Blancos
consideraron una traición y expulsaron a Acevedo del Partido Blanco, desde ese
momento su carrera política se desvaneció, desempeñó cargos diplomáticos en
Europa o América hasta su fallecimiento en 1921.

Hay quienes consideran que Acevedo Díaz es romántico, pero también es influenciado
por el modernismo, simbolismo, y el realismo, ya que estas corrientes convergen en
la misma época del escritor y se ve reflejadas en sus obras.

En las novelas históricas de Acevedo Díaz todo es neto y auténtico, todo es trasunto
directo de la vida americana. La multitud de tiempos que actúa en las novelas de
Acevedo están amasados en el barro original de la nacionalidad. Sus personajes
tienen caracteres psicológicos suyos y viven una existencia propia, dentro de las
condiciones especiales de su medio geográfico y social. Nos presenta sus novelas, la
vida uruguaya, en la época de las guerras de la Independencia. Indios, matreros,
montoneros, caudillos, burgueses urbanos, chinas bravías, negros esclavos y libertos,
militares del coloniaje, patricios hidalgos, damas de peinetón y sarao.

Como novela histórica, la de Acevedo se realiza dentro de la más perfecta norma del
género. La acción se realiza en un doble plano de íntima correlación: el puramente
histórico y el imaginario. Lo novelesco y lo histórico, lo imaginativo y lo documentario,
armonizados orgánicamente. Los personajes históricos reales no deben obrar más
que conforme al riguroso dato histórico; no pueden, estos personajes, ser
protagonistas novelescos; su verdadero lugar, en la novela, es el segundo plano, el
del ambiente, el de fondo, donde pueden actuar legítimamente conforme a su
biografía. Los personajes de la novela realista-naturalista no tienen alma ni corazón,
ni sentimientos ni ideales superiores, están movidos por sus instintos, su sensualidad,
su vanidad, su codicia, su necesidad y sus falsas moralidades convencionales.

En la obra “El combate de la tapera”, Eduardo Acevedo Díaz refleja la grafopeya y la


etopeya del gaucho, este era matrero, de ocupación imprecisa y cambiante, visitante
habitual de las tabernas de la campaña de la zona rioplatense, las “pulperías”, para
saciar allí su sed con alcohol o abastecerse de sus “vicios”, como el tabaco, y
protagonista de una vida de aventuras que muchas veces lo lleva a la delincuencia. El
gaucho representa la barbarie, como el indio la representó en los discursos
fundacionales, solo que no se busca extinguir sino incorporarlo a la vida social.
La historiografía muestra la importancia de los gauchos en la lucha por la
independencia del país, fueron de suma importancia porque eran muy hábiles con el
cuchillo, conocían la campaña como la palma de sus manos, gran combatientes sin
piedad ninguna. Pero en el transcurso del tiempo a medida que se fue modernizando
el país, y las luchas no tenían la misma connotación que en los inicios, el gaucho fue
siendo cada vez más un problema mayor. Por tanto, fue necesario la incorporación
del gaucho al ámbito social, para que este sea productivo y no un problema.

La literatura como el arte jugaron un papel importante en la continuidad de la formación


de la nación, ya que tomaron los rasgos negativos del gaucho y los transformaron en
positivo, en palabras de Zum Felde “el alzamiento revolucionario convierte la gavilla
incivil en montonera heroica”, el reduccionismo de la condición humana por la virtud,
la folklorización.

En la obra “El combate de la tapera”, hace referencia a la batalla del Catalán en 1817,
donde las fuerzas artiguistas enfrentaron a los portugueses. Recordemos que junto a
Artigas luchaban indios, gauchos, todos aquellos excluidos por la sociedad. En esta
obra se resalta la valentía, la ferocidad, con la que luchan los gauchos por la patria,
resaltando su heroicidad. Describe a los personajes como los hechos detalladamente,
propio del realismo. Eduardo Acevedo Díaz, también personifica a la naturaleza como
muestra la frase “...paisaje oscuro y siniestro…” dándole una connotación negativa, la
sensualidad también se encuentra presente cuando los gauchos ven a las
ginandroides como mujeres, estos aspectos pertenecen al romanticismo. Otro recurso
literario corresponde al modernismo con el empleo de la antítesis entre el gaucho y el
portugués, cuando describe al portugués con elementos suntuosos, caros, finos. El
color azul del penacho del morrión del capitán Heitor, hace referencia al modernismo
debido a que ese color representa la perfección. Del simbolismo, el autor toma la
manera de evocar las cosas, el recurso literario de la sinestesia para resaltar el caos
de la guerra.

El gaucho es considerado como ominoso, lo siniestro que se oculta detrás de lo


familiar, da miedo; sus costumbres no coinciden con los establecido socialmente y por
tanto es excluido del núcleo social convirtiéndose en marginal, antropoemia; mientras
que la antropofagia es el movimiento por el cual se educa y disciplina a esos
individuos según el estereotipo de la sociedad. Luego de que el sujeto es
transformado, es devuelto a la sociedad. Ambos conceptos son definidos por Levy
Strauss. Cabe mencionar que la antropofagia es paralelo la folklorización, en el
Uruguay.

En la obra de Acevedo, podemos ver lo ominoso en la representación del gaucho en


sus dos versiones: “hombres fornido, cabello taciturnos y bravíos”; y la mujer con
apariencia de hombre, el autor las define como “dragones de vincha, sable corvo y pie
desnudo”, la figura femenina se puede asociar a un ser híbrido. El autor marca la
diferencia incluso en el color de la sangre entre el hombre y la mujer, cuando Cata es
alcanzada por un proyectil en el pecho, expresa “”... manaba un grueso hilo de sangre
negra.” mientras la sangre del capitán portugués Heitor y el capitán artiguista Sanabria
es de color rojo, el color rojo representa la pasión y la violencia mientras que el negro
representa lo malo. Podemos interpretar que la sangre de color oscuro es lo negativo
(su físico y costumbre fuera de lo establecido socialmente para la figura femenina) que
sale del cuerpo para volverse una heroína para una sociedad excluyente. Catalina
heroína por su forma de combatir, sin emitir quejas entes las heridas, luchadora como
una tigresa, pero lo más importante que mató al capitán de los portugueses símbolo
de supremacía ante los revolucionarios artiguistas, es decir, el ser más inferior dentro
de los revolucionarios acabó con el ser más supremo de los portugueses en batalla.

Eduardo Acevedo díaz, mediante sus diversas obras muestra las distintas visiones
que ha tenido el gaucho en la historia nacional uruguaya. En la actualidad, la visión
de gaucho sigue siendo inferior al citadino en especial al montevideano, por su forma
de ser, de vestirse, por sus costumbre.

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