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EL JUICIO ORDINARIO

GENERALIDADES.

Lo primero que debemos precisar es que el juicio


ordinario que trataremos a continuación es el
denominado “juicio ordinario de mayor cuantía”, que
está reglamentado en el Libro II del Código de
Procedimiento Civil (en adelante CPC), en los artículos
253 al 433.
Se trata de un procedimiento que reviste gran
importancia por las características que presenta,
especialmente en cuanto a su aplicación general, por
tratarse del “procedimiento típico” que nuestra
legislación procesal contempla. Ello quiere decir que
mediante este procedimiento que estudiaremos deben
regirse todos los juicios civiles cuando no tengan
establecida una tramitación especial en la ley. Por
ello se sostiene que este es el procedimiento civil por
excelencia dentro de nuestro ordenamiento procesal.
Sin perjuicio de lo anterior, a las normas que
regulan el juicio ordinario de mayor cuantía señaladas
en el Libro II del CPC han de ceñirse en muchos
aspectos los procedimientos especiales, cuando en
determinados aspectos de su tramitación existan vacíos
legales respecto de diligencias o actuaciones que no
estén expresamente regulados en la respectiva
legislación especial. Por ejemplo, tal sería la
situación que ocurre en el juicio ejecutivo, que es un
procedimiento especial regulado en el Libro III del
CPC, si las partes desean rendir prueba testimonial.
Dicha prueba no está especialmente tratada dentro de
las normas del juicio ejecutivo, por cuya razón
corresponderá en tal caso aplicar las reglas
pertinentes del Libro II del CPC, que se refieran a la
prueba de testigos.
Este “juicio ordinario de mayor cuantía” al cual
hacemos referencia no es el único juicio ordinario que
existe en el ordenamiento procesal chileno, ya que
podemos encontrar además otros procedimientos o juicios
que también son “ordinarios”. En efecto, el mismo CPC
establece determinadas normas, en su Libro III, llamado
“De los juicios especiales”, específicamente en el
Título XIV, las que están referidas al “juicio
ordinario de menor cuantía”, regulado en los artículos
698 y siguientes, y al “juicio ordinario de mínima
cuantía”, regulado en los artículos 703 y siguientes,
los que se tramitan por reglas especiales distintas a
las contempladas en el Libro II.
Aplicar, entonces, uno u otro de estos
procedimientos ordinarios va a depender únicamente de
la cuantía del asunto judicial, o sea del valor
económico de la cosa disputada en el juicio.
De esta manera, el procedimiento establecido para
el juicio ordinario de mayor cuantía (Libro II) se
deberá aplicar en todos aquellos casos en que la
cuantía del asunto discutido sea superior a 500 UTM o
bien cuando tal asunto no susceptible de apreciación
pecuniaria o, lo que es lo mismo, si la materia del
juicio es de cuantía indeterminada.
El procedimiento establecido para el juicio
ordinario de menor cuantía (Libro III, arts. 698 y
siguientes) se aplicará en todos aquellos casos en que
la cuantía del asunto sea superior a 10 UTM y siempre
que no pase de 500 UTM.
Finalmente, el procedimiento correspondiente al
juicio ordinario de mínima cuantía (Libro III, arts.
703 y siguientes) se aplicará en aquellos casos en que
la cuantía del asunto no exceda de 10 UTM.

CARACTERISTICAS DEL JUICIO ORDINARIO.

El juicio ordinario de mayor cuantía presenta


como principales características las siguientes:
1.- Se trata de un procedimiento esencialmente
declarativo y escrito.
Sobre el particular cabe señalar que es un
procedimiento declarativo porque mediante este juicio
se persigue el reconocimiento o la declaración de un
derecho controvertido o de un derecho que le ha sido
desconocido a su titular. Difiere en este sentido del
procedimiento ejecutivo en que la finalidad de este
último juicio es obtener el cumplimiento forzado de una
obligación que consta de un modo fehaciente e
indiscutido en un título idóneo. En este sentido se
puede decir, utilizando nuestro lema patrio que en el
juicio declarativo se encuentra “la razón”, ya que es
en este procedimiento donde se discute el asunto, para
que el juez declare el derecho controvertido, y,
posteriormente, en el juicio ejecutivo tiene cabida “la
fuerza” para darle eficacia a la razón previamente
declarada.
Y es un procedimiento escrito por cuanto en su
tramitación predomina la escrituración como forma
externa de manifestación de las distintas actuaciones
judiciales que lo conforman, provengan éstas del
tribunal, de los auxiliares de la administración de
justicia, de las partes o de terceros. Es, por lo
demás, ésta una regla general aplicable a la mayoría de
los procedimientos civiles chilenos, regulados en el
CPC, lo que equivale a decir que estos juicios han de
substanciarse siempre por escrito dejándose testimonio
en el proceso de todas las diligencias o actuaciones
que se practiquen mediante la forma de la escrituración
y cumpliéndose en cada caso con las formalidades
pertinentes, como lo ordena el artículo 61 inciso 1º
del CPC. Esto, evidentemente, no significa que en el
juicio ordinario de mayor cuantía no puedan existir –
por excepción- algunas actuaciones verbales u orales.
2.- Es un procedimiento común u ordinario porque el
juicio ordinario se somete a la tramitación común o
normal ordenada por la ley y este procedimiento se debe
aplicar siempre que la ley no establezca algún
procedimiento especial para un determinado asunto
atendida su naturaleza. Artículo 2 CPC.
3.- Tiene este procedimiento el carácter de supletorio,
por dos razones:
a) porque, aún cuando la ley no lo dicho
expresamente, sus normas se deben aplicar a todos los
juicios que carezcan de un procedimiento especial, y
b) porque también sus normas deben a aplicarse a
un determinado procedimiento especial que se encuentre
reglamentado en la ley, pero únicamente respecto de
aquellos trámites o actuaciones no específicamente
contemplados en esa regulación especial. Dicho de otro
modo, y como lo señala Darío Benavente, este
procedimiento ordinario “sirve de relleno a todos los
vacíos que se puedan advertir en otros procedimientos
especiales”. En este caso la ley lo dice expresamente
en el art. 3 CPC.
Un ejemplo que sirve para ilustrar lo dicho: en
los juicios especiales el legislador no mencionó en
cada caso los requisitos que debe contener el escrito
de la demanda. De esta manera, entonces, cabe concluir
que la demanda en todos esos casos deberá cumplir con
las exigencias del artículo 254 CPC, aplicando
supletoriamente lo señalado en dicha norma, que
establece los requisitos pertinentes del escrito de
demanda para el juicio ordinario de mayor cuantía.
Otro ejemplo que puede señalarse es el de las
medidas precautorias, que están reguladas en el Libro
II del CPC, las cuales van a tener aplicación no sólo
en el procedimiento ordinario sino que también en otros
procedimientos especiales si en ellos no existe una
regla distinta.
Incluso más, las normas del juicio ordinario de
mayor cuantía reciben aplicación supletoria en el
procedimiento penal. Artículo 489 del Código de
Procedimiento Penal.
4.- El procedimiento ordinario de mayor cuantía se
aplica a aquellos pleitos referidos a negocios o
asuntos contenciosos cuya cuantía sea superior a 500
UTM y siempre que no tengan una reglamentación especial
determinada.
Se aplica también a aquellos asuntos que el
legislador considera de cuantía indeterminada. Por
ejemplo los juicios referidos al estado civil de las
personas, los relativos a la separación de bienes entre
marido y mujer, nombramiento de tutores o curadores,
etc.
5.- Es un procedimiento de doble instancia, ya que en
el juicio ordinario de mayor cuantía siempre va a ser
procedente deducir el recurso de apelación en contra
del fallo que se dicte, por aquella parte que resulte
agraviada con la sentencia. Para que pueda existir u
originarse la segunda instancia es necesario que
previamente se haya deducido y concedido un recurso de
apelación. Artículos 45 y 189 del Código Orgánico de
Tribunales.

ESTRUCTURA DEL JUICIO ORDINARIO.

El juicio ordinario presenta dentro de su


tramitación varios períodos o etapas distintas,
claramente identificables, y cada una con su propia
finalidad.
Estos períodos o etapas del juicio corresponden a
los distintos “momentos jurisdiccionales” que se
advierten en el ejercicio de la jurisdicción y que,
como ya sabemos, están determinados por las facultades
de “conocer” y de “juzgar o resolver” las causas
judiciales y de “hacer ejecutar lo juzgado” en ellas.
Artículos 73 de la Constitución Política y 1 del COT.
De este modo, a cada “momento” del ejercicio de la
jurisdicción corresponderá un determinado “período”
del proceso.
El juicio ordinario, considerando estos períodos
o etapas, puede visualizarse esquemáticamente sobre la
base de los tres períodos clásicos, que son el de
discusión, el de prueba y el de sentencia. Algunos
autores agregan otros períodos intermedios. Tenemos lo
siguiente
a) Tiene primeramente un “período de discusión”: con
esta etapa se inicia o se abre la instancia judicial y
comprende principalmente las actuaciones referidas a la
demanda, al emplazamiento del demandado, a la
contestación de la demanda y a los trámites de réplica
y dúplica. Puede presentar algunas variantes en su
tramitación dependiendo de las diversas actitudes que
pueda asumir, principalmente, el demandado una vez que
ha sido notificado legalmente de la demanda.
b) Seguidamente, existe un “período obligatorio de
conciliación” (período intermedio): esta etapa tiene
lugar después de finalizado el período de discusión,
siempre que se cumplan las condiciones que la ley
señala para ello, la que se iniciará con la resolución
del juez que hace este llamado obligatorio a las partes
para que asistan a una audiencia de conciliación.
Como se verá más adelante, este período de
conciliación podría omitirse si se dan las condiciones
legales para ello, en cuyo caso el juicio ordinario
pasa del período de discusión al período de prueba o
directamente a la etapa de sentencia, según el caso.
c) Existe también un “período de prueba”: que se inicia
con la dictación de la resolución que recibe la causa a
prueba, la que una vez notificada legalmente a las
partes da inicio al término probatorio, que es el plazo
para que los litigantes hagan valer o rindan sus
pruebas que no produjeron con anterioridad, siendo este
término probatorio fatal para recibir la prueba
testimonial.
Este es un período que también podría omitirse en
ciertos casos, cuando por excepción no sea necesario
recibir la causa a prueba en el juicio.
d) Posteriormente, viene un “período de observaciones a
la prueba” (período intermedio): durante esta etapa los
litigantes quedan facultados para formular por escrito
sus comentarios y análisis sobre las distintas pruebas
ya rendidas en el proceso.
e) Finalmente, encontramos el “período de sentencia o
de decisión”: que se inicia con una resolución del juez
por la cual cita a las partes para oír sentencia, la
que también debe ser notificada, debiendo
posteriormente dictarse el fallo o sentencia definitiva
en el plazo legal respectivo, con lo cual se pondrá
término a la instancia. Dentro de este período,
asimismo, el juez podría disponer de oficio la práctica
de medidas para mejor resolver.
Debemos señalar, desde luego, que no todo juicio
ordinario terminará necesariamente por sentencia
definitiva, ya que existen otras formas extraordinarias
o anormales de ponerle término, las que de ocurrir
hacen variar la tramitación habitual que tiene este
juicio, como tendremos oportunidad de analizarlo más
adelante.
f) Hay autores como los señores Darío Benavente y René
Jorquera Lorca, entre otros, que contemplan o agregan
otras etapas o períodos al juicio ordinario,
posteriores al período de sentencia, que es necesario
señalar: son estos el “período de impugnación del
fallo” y el “período de cumplimiento o ejecución de la
sentencia”.
f)1.- El “período de impugnación del fallo”
tendrá lugar después de que haya sido notificada
legalmente la sentencia definitiva a las partes,
siempre que alguna de ellas o ambas decidan impugnarla
interponiendo en su contra algún recurso procesal que
la ley conceda para obtener la modificación, enmienda,
revocación o nulidad del fallo. Este período es de
ocurrencia eventual, pues está supeditado por una parte
al hecho que la ley permita deducir recursos en contra
de la sentencia y, por otra, a la circunstancia de que
efectivamente tales recursos se hagan valer por los
agraviados.
f)2.- El otro período que se señala es el
“período de ejecución de la sentencia”, que tendrá
lugar una vez que el fallo quede firme o ejecutoriado
de acuerdo a las reglas que para este efecto nos da el
artículo 174 del CPC y pueda tal fallo constituir, por
lo mismo, una verdad inamovible e indiscutible; o bien,
cuando, sin estar ejecutoriado todavía, sea de aquellas
sentencias que según la ley causan ejecutoria, es decir
que pueden cumplirse no obstante haber recursos en su
contra que se encuentran pendientes.
Una buena parte de la doctrina nacional (Mario
Casarino Viterbo, entre otros) reconoce sólo la
existencia de tres períodos fundamentales dentro de la
estructura del juicio ordinario, que son los períodos
de discusión, prueba y sentencia, propios de un
procedimiento que se ha llevado a efecto en primera o
única instancia, olvidando que dentro de la tramitación
del mismo juicio declarativo los litigantes tienen
derecho a impugnar el fallo a través de los recursos
procesales que la ley les franquea, y que para el caso
que éstos se deduzcan, obviamente, el juicio pertinente
aún no está terminado, pues es obvio que la decisión
judicial puede variar.
Creemos, por lo mismo, que la interposición de
recursos en contra del fallo podría ser considerada una
nueva etapa en la tramitación del juicio; o bien una
sub-etapa dentro del mismo período de sentencia. Esto
último debido a que si se recurre en contra del fallo
del tribunal, tal recurso tendrá que someterse a la
tramitación pertinente y deberá culminar con un nuevo
fallo o sentencia. Es decir, podría estimarse con este
criterio que interpuesto un recurso procesal en contra
de la sentencia definitiva, todavía nos encontramos en
el período de sentencia del juicio a la espera del
nuevo fallo que se dicte.
En cuanto a la última etapa que algunos
mencionan, la de cumplimiento o ejecución de la
sentencia, nos parece que ésta debería quedar
definitivamente fuera de la estructura del juicio
ordinario, ya que de darse tal situación estaríamos en
presencia derechamente de un procedimiento nuevo como
lo es el procedimiento de ejecución, toda vez que el
juicio declarativo deberá estar necesariamente
extinguido. Su estudio, entonces, se inserta más bien
dentro de las normas del juicio ejecutivo que de las
del declarativo ordinario, siendo ésta una etapa
eventual que podrá o no tener lugar, dependiendo ello
de la actitud del litigante que resulte vencido con la
decisión judicial, en orden a acatar o a cumplir
voluntariamente las prestaciones que le impone la
sentencia y dependiendo, también, de la voluntad del
vencedor en orden a exigir o demandar el cumplimiento
de lo resuelto, ya que nadie lo obliga a ello.
En consecuencia si el vencido es contumaz y no
cumple tales prestaciones habrá que recurrir a
solicitud de la parte gananciosa a este procedimiento
ejecutivo para hacer cumplir la sentencia definitiva,
etapa en la cual quedará de manifiesto el imperio de
los tribunales.
Volviendo a lo que señalamos con anterioridad, la
facultad jurisdiccional de “conocer” se desenvuelve en
dos fases procedimentales del juicio, que son el
período de discusión y el período de prueba; la
facultad de “juzgar” se ejerce en el período de
sentencia; y la facultad de hacer ejecutar lo juzgado
se ejerce en el período de cumplimiento o de ejecución
de la sentencia.

FORMAS DE INICIAR EL JUICIO ORDINARIO.

Todo juicio civil se iniciará mediante una


actuación procesal específica del actor en la que haga
valer sus pretensiones procesales respecto de la
controversia jurídica que se va a plantear y someter al
conocimiento del tribunal. Este acto procesal típico es
la demanda.
Sin embargo, una parte importante de la doctrina
nacional (Darío Benavente, Casarino, Jorquera Lorca,
Rodríguez Papic, etc.) ha sostenido que el juicio
ordinario puede iniciarse de dos maneras: 1) por la
interposición de la demanda que deduzca el actor; y 2)
por medio de medidas prejudiciales que se promuevan. Se
basan para ello en la interpretación que hacen del
artículo 253 del CPC.
Estimamos que sostener lo anterior es un error,
ya que desde nuestro punto de vista nos parece claro
que existe una sóla manera de iniciar el juicio
ordinario (y en realidad cualquier juicio), que no es
otra que mediante la demanda entablada o presentada por
el actor o demandante ante el tribunal competente que
corresponda, pero no es posible dar inicio al juicio a
través de la petición de una medida prejudicial, ya que
en este último caso el futuro actor no ha hecho valer
aún las pretensiones que formulará posteriormente en la
demanda.
En efecto, nos parece que jamás podrá iniciarse
el juicio ordinario por medio de las medidas
prejudiciales, aún cuando en el procedimiento civil
puedan existir ciertas actividades para su preparación
en las cuales va a intervenir el juez, como lo son las
referidas medidas, que sólo podrán servir para dar
inicio al proceso judicial pero no al juicio mismo.
Estas constituyen diligencias excepcionales, anteriores
y preparatorias del juicio y en ningún caso sirven para
darle inicio, ya que no llegan a reemplazar a la
demanda, precisamente por la finalidad que revisten. El
artículo 273 del CPC les da a estas medidas
prejudiciales el carácter de preparatorias del juicio
ordinario, lo que nos da a entender claramente que aún
cuando se hagan valer estas diligencias el juicio mismo
no se habrá iniciado aún.
Si bien la petición de una medida prejudicial es
un acto de iniciación del proceso declarativo previsto
en nuestro ordenamiento jurídico, tal solicitud no
contiene la formulación del objeto del juicio (la
pretensión procesal).
Incluso más, si de hecho se ha solicitado al
tribunal competente alguna medida prejudicial por
cualquiera de los futuros litigantes del juicio, el
actor no queda nunca liberado de la carga procesal de
presentar más adelante su demanda, en la que hará valer
sus verdaderas pretensiones, lo que viene a ratificar
que sin la demanda nunca podrá darse comienzo a un
juicio.
El problema acerca de estas dos formas de iniciar
el juicio que la doctrina señala, se ha presentado por
la redacción del artículo 253 del CPC, que como muchas
otras de sus disposiciones legales no es del todo
clara, y que textualmente establece lo siguiente: “Todo
juicio ordinario comenzará por demanda del actor, sin
perjuicio de lo dispuesto en el Título IV de este
Libro”.
Las dudas se han planteado con el significado
exacto de la frase final de dicho artículo: “sin
perjuicio de lo dispuesto en el Título IV de este
Libro” y muy particularmente con los vocablos “sin
perjuicio”. Cabe preguntarse al respecto: ¿qué quiso
decir en realidad el legislador con esa frase?
La doctrina procesal tradicional considera que
ello quiere significar que el juicio ordinario empieza
por demanda del actor, sin perjuicio que también pueda
empezar por alguna medida prejudicial.
Nos parece que la interpretación correcta es la
siguiente: Todo juicio ordinario comenzará por demanda
del actor, sin perjuicio de que este juicio pueda
prepararse -antes de que se deduzca la correspondiente
demanda- mediante alguna medida prejudicial, de acuerdo
con las reglas que para este efecto señala el Título IV
del Libro II del CPC.
Como ya lo dijimos, para el caso que el juicio
ordinario “se prepare” mediante la petición, concesión
y posterior práctica de alguna medida prejudicial, el
actor deberá necesariamente presentar con posterioridad
la demanda para poder dar inicio al juicio. Ello queda
claro con los artículos 280 y 286 del CPC.
Además, no debe olvidarse que las medidas
prejudiciales no sólo las puede pedir el futuro
demandante, ya que existen algunas que pueden ser
solicitadas tanto por el futuro demandante como por
aquella persona que fundadamente tema ser demandada y
resulta evidente que si fuere éste último quien hace
valer la petición, ese futuro demandado no podría
estar iniciando un juicio en esa condición procesal, y
va a ser igualmente necesaria la posterior
presentación de una demanda por el sujeto procesal que
corresponda para el inicio del juicio verdadero.
Veremos a continuación, entonces, la demanda
considerada ésta como el único medio válido para dar
inicio al juicio ordinario.

LA DEMANDA.

El CPC no ha definido la demanda.


En su sentido genérico, demanda es la petición o
pedimento formulado por el actor ante el tribunal
competente para que éste decida en definitiva sobre la
cosa o derecho que reclama para sí o para la persona de
quien es legítimo representante.
Normalmente, en la mayoría de los casos, la
demanda se presenta por escrito, siguiendo la regla de
nuestros procedimientos civiles; pero puede serlo
verbal, como ocurre por ejemplo en los juicios
ordinarios de mínima cuantía. Art. 704 inc. 2º CPC.
Estrictamente considerada, la demanda corresponde
al escrito de la parte actora que da lugar, de ser
admitida, a la iniciación de un determinado
procedimiento judicial, ordinario o especial, que
debería terminar normalmente por sentencia definitiva.
Esta precisión es importante, pues no toda
petición inicial de un procedimiento judicial ni todo
escrito en que se reclame un derecho deberán ser
siempre estimados como demandas. Ya analizamos la
situación del escrito o petición de medida prejudicial,
que tiene el carácter de inicial del procedimiento a
que dará lugar, pero que no es ni puede ser considerada
una demanda.
La jurisprudencia, por su parte, ha definido a la
demanda como el medio legal de hacer valer una acción,
y ésta, a su vez, como el medio de hacer valer en
juicio el derecho que se reclama. Corte Suprema,
Revista Tomo XXXI, Sec. 2ª, primera parte, pág. 131.
Alsina señala que la demanda es "el acto procesal
por el cual el actor ejercita una acción solicitando
del tribunal la protección, declaración o constitución
de una situación jurídica".
Eduardo Couture la define como el acto procesal
introductivo de instancia por virtud del cual el actor
somete su pretensión al juez, con las formas requeridas
por la ley, pidiendo una sentencia favorable en su
interés.
Casarino en su conocido Manual define a la
demanda como aquel acto procesal del actor mediante el
cual ejercita una acción tendiente a la declaración, en
sentido amplio, por parte del tribunal, de un derecho
que le ha sido desconocido o menoscabado.
Darío Benavente define a la demanda diciendo que
es la presentación formal que el actor hace al tribunal
para que se pronuncie sobre la acción y pretensiones
que está ejercitando.

Mediante la demanda, y concordando con el


concepto de Benavente, según explica Rodríguez Garcés,
se plantean al juez dos materias diferentes, que han de
actuar permanentemente en forma conjugada: la acción y
la pretensión. Es el encuentro, en el proceso, del
derecho substantivo y del derecho procesal.
La acción como ejercicio del derecho público de
petición y la pretensión como derecho a peticionar
cuestiones de fondo, respecto de un derecho material
que se tiene o se cree tener, encuentran su punto de
contacto en el proceso.
La demanda, que es acción y pretensión, que es
manifestación de derecho procesal y de derecho
substancial, a la vez, tiene según este autor dos
aspectos a considerar: uno instrumental, como derecho a
someter el litigio a la autoridad judicial y a obtener
respecto de él un pronunciamiento jurisdiccional de
mérito; y uno substancial, relativo a la pretensión
respecto de la cual se pide protección jurídica en la
sentencia.

IMPORTANCIA DE LA DEMANDA.

1.- La demanda es la base del juicio ordinario como


acto procesal introductorio de la instancia y según sea
el planteamiento que el actor formule en ella dependerá
–en gran medida- el éxito o fracaso de la acción
deducida.

2.- La demanda concreta las pretensiones procesales del


actor, pues el demandante debe exponer en ella precisa
y claramente las peticiones que formule, y también
sirve para enmarcar los poderes del juez a su respecto,
ya que la sentencia que se pronuncie en el juicio debe
“limitarse” a las peticiones que el actor ha formulado
en su demanda, debiendo resolverse el asunto de acuerdo
a lo que se llama el “mérito del proceso”, sin que el
tribunal pueda conceder más de lo pedido en ella, o
extenderse a puntos que no hayan sido expresamente
sometidos a juicio por las partes, pues de lo contrario
la sentencia adolecería de un vicio de nulidad.
Artículos 160 y 170 Nº 6 del CPC.
Excepción a lo dicho se da en aquellos casos en
que el juez pueda hacer en su sentencia ciertos
pronunciamientos de oficio de acuerdo a lo que la ley
le permita.
3.- Sólo puede rendirse prueba en el juicio sobre los
hechos alegados y expuestos en la demanda, y también
respecto de aquellos indicados en la contestación a la
misma, ya que de acuerdo a señalado por las partes en
estos escritos queda fijada la cuestión controvertida a
resolver.

4.- Si la demanda contiene defectos de forma, el


legislador autoriza al demandado para que mediante
determinadas excepciones impida la prosecución del
juicio mientras no se regularicen tales defectos que se
observan en el escrito de la demanda, impidiendo de
esta forma que el procedimiento pueda seguir adelante.
(Excepciones dilatorias). Esto tiene por finalidad
asegurar el debido derecho de defensa del demandado.
De lo dicho queda claro que el actor debe ser muy
cuidadoso en la redacción y formulación de su escrito
de demanda, de modo de no darle posibilidad al
demandado de enervar la acción por vicios formales.

5.- Como en la demanda deben precisarse claramente las


pretensiones deducidas por el actor, ello tiene
importancia para determinar el procedimiento aplicable
a la tramitación del juicio, dependiendo precisamente
de la naturaleza de tales pretensiones.

REQUISITOS DE LA DEMANDA.

Para que la demanda pueda producir los efectos


legales queridos por el actor debe contener ciertos
requisitos o estar revestida de las formalidades que la
ley prescribe.
Existen varios requisitos que debe reunir la
demanda, y que podemos agruparlos en tres tipos de
exigencias:
1) Como escrito que es, debe reunir los requisitos
comunes a todo escrito.
2) Debe cumplir, además, con los requisitos especiales
o propios de la demanda, señalados en el artículo 254
del CPC.
3) Debe cumplir, finalmente, con otros requisitos
señalados en otras normas o en leyes especiales.
Todos estos requisitos son importantes y su
omisión puede traer aparejada importantes consecuencias
para el demandante, ya que en algunos casos –
dependiendo del requisito omitido- habrá drásticas
sanciones como por ejemplo que el tribunal no de curso
a la demanda presentada; o que la tenga por no
interpuesta para todos los efectos legales; etc.

REQUISITOS ESPECIALES DE LA DEMANDA.

Estos requisitos especiales que debe reunir el


escrito de la demanda están establecidos en el
artículo 254 del Código de Procedimiento Civil y
sirven para que el demandado pueda compenetrarse bien
de su verdadero planteamiento y sentido y,
consecuencialmente, adoptar la mejor defensa que
estime, conociendo cabalmente las pretensiones y
fundamentos tenidos en cuenta por el demandante para
accionar. Se trata, en otras palabras, de evitar que
el escrito de demanda sea vago e impreciso. La ley
exige claridad en la formulación de la demanda. Ello
facilitará, asimismo, la tarea del juez.
Conforme a dicha norma legal, la demanda debe
contener:
1º La designación del tribunal ante quien se
entabla;
2º El nombre, domicilio y profesión u oficio del
demandante y de las personas que lo representen, y la
naturaleza de la representanción;
3º El nombre, domicilio y profesión u oficio del
demandado;
4º La exposición clara de los hechos y
fundamentos de derecho en que se apoya; y
5º La enunciación precisa y clara, consignada en
la conclusión de las peticiones que se sometan al
fallo del tribunal.

Los analizaremos en el mismo orden que indica la


ley.

1.- La designación del tribunal ante quien se entabla.


Este requisito se cumple indicándose en el
escrito de demanda la jerarquía o clase del tribunal
competente para conocer del juicio materia de la misma.
En la práctica se utilizan para este efecto siglas o
abreviaturas que indican dicha jerarquía. Por ejemplo:
“S.J.L.” (que significa Señor Juez Letrado); “S.J.A.”
(Señor Juez Arbitro); “S.J.L. de P. L.” (Señor Juez
Letrado de Policía Local); “S.J.L. de M.” (Señor Juez
Letrado de Menores); etc.
No se individualiza el tribunal, entonces, con el
nombre de la persona del magistrado que sirve o
desempeña el cargo, sino que basta indicar la jerarquía
o clase del órgano jurisdiccional que va a conocer de
la demanda, y que se supone es el competente para ello.
Nada impide, en todo caso, que el tribunal se
designe sin recurrir a siglas, ya que la ley a este
respecto no señala formalidad alguna y el uso de tales
siglas es una simple costumbre procesal. Bien podría,
entonces, individualizarse el tribunal como “Señor Juez
de Letras” o “Señor Juez Arbitro” y ello también
estaría correcto y se cumpliría la finalidad.

2.- El nombre, domicilio y profesión u oficio del


demandante y de las personas que lo representen, y la
naturaleza de la representación.
Este requisito mira a la correcta
individualización de la persona del demandante y de sus
representantes, si los hay, mediante la constancia en
el escrito de demanda de los datos de su
identificación, a fin que el demandado sepa muy bien
quien será su contraparte en el juicio, ya que respecto
de ella deberá oponer sus excepciones y hacer valer sus
defensas, y para que además advierta si tal demandante
tiene la capacidad suficiente para deducir la acción y
actuar ante los tribunales.
Cuando la ley habla de “nombre” comprende tanto
al nombre de familia (o sea a los apellidos del actor)
como al nombre propio, individual o de “pila”, ya que
esta es la forma correcta de individualizar a las
personas naturales, utilizando el “nombre completo”. No
pueden usarse apodos o sobrenombres.
Las personas jurídicas, por su parte, se
individualizarán indicando su respectiva razón social
completa. No procede o no es correcto señalar para
estos efectos su nombre de fantasía, aún cuando lo
tuviere, ya que éste no constituye una exigencia legal
en su constitución y es sólo una sigla que se utiliza
para fines comerciales.
En cuanto a la designación relativa al
“domicilio”, se debe indicar el domicilio civil del
demandante de acuerdo con lo dispuesto en el artículo
61 del Código Civil, de modo que se cumple la exigencia
con el señalamiento en la demanda de la ciudad o lugar
determinado del territorio nacional donde resida el
actor, no siendo necesario mencionar la casa habitación
o morada, que es una exigencia distinta y dispuesta
para otros efectos legales por el artículo 49 del CPC.
La “naturaleza de la representación” que indica
el procepto legal está referida a señalar si ella emana
de la ley (representación legal) o de la voluntad de
las partes (representación convencional).

3.- El nombre, domicilio y profesión u oficio del


demandado.
Se trata en este caso que mediante este requisito
quede perfectamente individualizada la persona del
demandado, mediante la constancia de ciertos datos de
identificación.
Con el cumplimiento de este requisito, al igual
que lo que ocurría con el requisito del numerando
anterior, el legislador pretende que ambas partes del
juicio queden correctamente individualizadas o
identificadas, lo que tiene especial importancia
respecto del efecto de cosa juzgada, pues la sentencia
que se dicte en el proceso –como es bien sabido- tiene
“efectos relativos”, lo que significa que por regla
general afectará solamente a quienes han sido las
partes litigantes del juicio y no a terceros.
La ley en este numerando tercero nada dice
respecto a la individualización de las personas que
representen al demandado y naturaleza de tal
representación, de ser ello procedente, como lo exigía
para el caso del demandante.
Nos parece, sin embargo, que existiendo idéntica
razón que para el caso del demandante, si existe
representación legal o convencional de la persona
demandada debe igualmente señalarse tal circunstancia
en la demanda, identificándose con su nombre, domicilio
y profesión a quien lo represente y la naturaleza de
tal representación.

4.- La exposición clara de los hechos y fundamentos de


derecho en que se apoya.
Este requisito equivale a precisar con absoluta
claridad en la demanda los motivos del pleito y fijar
perfectamente los términos del debate judicial.
Su cumplimiento reviste una doble importancia: a)
para el demandado, la de estar en condiciones de
defenderse con absoluta seguridad, limitándose a las
cuestiones realmente planteadas o alegadas en el
escrito de la demanda; y b) para el demandante, la
seguridad que una vez fallada la causa los efectos de
la sentencia judicial sólo se pueden extender a los
puntos exactos en que quedó planteada la controversia.
La exigencia referente a los fundamentos de
derecho no significa que la demanda haya de contener
precisamente la cita exacta de las leyes o de los
preceptos pertinentes en que se apoya, sino que es
suficiente que ella no deje duda acerca de la verdadera
naturaleza jurídica de la acción y de las pretensiones
que se hagan valer.

Respecto de la exposición de los hechos, el


demandante sólo está obligado a indicarlos con
claridad, pues la posterior aplicación del derecho por
el juez en la sentencia que dicte debe necesariamente
hacerse sobre la base de tales hechos invocados. Basta
que el demandante se refiera en la demanda a los hechos
que considera más importantes, pues nada impide que
posteriormente los pueda completar o rectificar en
aspectos de detalles durante el curso del pleito,
específicamente en el escrito réplica.

5.- La enunciación precisa y clara, consignada en la


conclusión de las peticiones que se sometan al fallo
del tribunal.
Es precisamente en la demanda donde el actor debe
puntualizar o concretar sus peticiones y especificar la
cosa pedida con la indispensable claridad.
El requisito en cuestión se cumple en la ”parte
petitoria” o “petitum” de la demanda, que va al final
del escrito, y es de la mayor importancia señalarlo
con toda precisión y claridad pues el actor al formular
sus peticiones concreta las pretensiones que hace valer
frente al demandado.
Estas pretensiones claramente expresadas en el
escrito son también fundamentales desde el punto de
vista del tribunal para el fallo del negocio, como
quiera que el juez está obligado –según se dijo- a
ceñirse estrictamente al momento de dictar sentencia
definitiva “a todas y a las mismas pretensiones” que el
demandante hizo valer, con el fin de aceptarlas o
rechazarlas puntualmente. Artículo 170 Nº 6 del CPC.
En la formulación de la petición, el actor debe
tener presente los siguientes aspectos:
a) debe señalar separadamente los diversos
pronunciamientos que pide al tribunal;
b) debe señalar cuidadosamente, el orden de los
distintos pronunciamientos que pide, cuando haya hecho
valer varias pretensiones incompatibles, para que sean
resueltas subsidiariamente; y
c) debe precisar las cantidades de dinero que pretende
tratándose de condenas pecuniarias, salvo el caso
señalado en el inciso 2º del artículo 173 del CPC.

El cumplimiento de todos estos requisitos del


artículo 254 del CPC hace que la demanda cumpla con las
condiciones de ser cierta, clara y determinada, de
manera que pueda entenderse sin dificultad.

Omisión de los requisitos del artículo 254 del CPC.


Si se omiten estos requisitos, las consecuencias
que de ello se siguen van a depender de la importancia
que tenga la omisión en que se ha incurrido por el
demandante, o dicho de otra forma, de cuan relevante
sea el requisito omitido o incumplido en la demanda.
Analicemos lo que puede ocurrir al respecto:
1.- Si se trata de la omisión o del cumplimiento
imperfecto de cualquiera de los requisitos establecidos
en los distintos numerandos del artículo 254 del CPC,
ello autoriza al demandado para que en forma previa a
la contestación de la demanda oponga la excepción
dilatoria de ineptitud del libelo por falta de algún
requisito legal en el modo de proponer la demanda, que
autoriza el artículo 303 Nº 4 del CPC, con la finalidad
que el actor corrija o subsane los defectos de que
adolece su escrito.
La consecuencia inmediata de lo dicho es que se
suspende el curso del juicio principal mientras se
tramite la excepción dilatoria opuesta, con la
consecuente pérdida de tiempo para los intereses del
actor, quien de ser acogida la dilatoria queda obligado
a corregir su demanda.
Sin embargo, la falta de designación del
domicilio del actor en el escrito de demanda no
autoriza al demandado para oponer tal excepción
dilatoria, porque en este caso la sanción sería la
establecida en el artículo 53 inciso 1º del CPC. Ello
significa que a ese demandante se le van a notificar
por el estado diario las resoluciones que señala el
artículo 48 del mismo código.
2.- Si se omiten los requisitos de los números 1, 2 y 3
del artículo 254, el legislador señala una sanción
específica para estos casos, que consiste en que el
juez “puede” de oficio no dar curso a esa demanda
defectuosa por no cumplir con las indicaciones
ordenadas en tales numerandos, debiendo el tribunal
expresar en su resolución cual es el defecto de que
adolece. Así lo establece el artículo 256 del CPC.
Esta es una mera facultad del tribunal, aplicable
sólo a la omisión o señalamiento imperfecto de los
requisitos señalados en los tres primeros numerandos
indicados, y en consecuencia no se puede ejercer
respecto de la omisión de los requisitos ordenados en
los numerandos 4 y 5.
Si el tribunal no hace uso de esta facultad que
le brinda el artículo 256 del CPC y le da curso a la
demanda presentada, queda entregado al demandado hacer
valer posteriormente la correspondiente excepción
dilatoria para que se proceda a corregir el defecto.

REQUISITOS COMUNES A TODO ESCRITO QUE DEBE CUMPLIR LA


DEMANDA.
Ellos son los siguientes:
1.- Debe encabezarse el escrito de demanda con una
suma, que indique su contenido o el trámite de que se
trata. Artículo 30 del CPC.
Por ejemplo la suma indicará: “Deduce demanda”;
“Interpone demanda”; “Demanda en juicio ordinario”,
etc.
2.- Esta demanda debe redactarse en papel simple o
común, ya que actualmente no se hace ninguna exigencia
legal a este respecto, como ocurría antiguamente cuando
se litigaba en papel sellado.
3.- Debe redactarse en idioma castellano.
4.- Por costumbre judicial en cada hoja no se escriben
más de 30 líneas a doble espacio por carilla,
respetando los márgenes. Debe señalarse, sin embargo,
que esta costumbre ha ido variando con el tiempo y
actualmente se observan algunas demandas presentadas a
espacio seguido, que no necesariamente tienen 30 líneas
de escritura.
5.- Debe ser firmada por la parte demandante o por su
representante, según corresponda; por el abogado
patrocinante y por el procurador judicial, según el
caso. Estas firmas constituyen la señal inequívoca de
la manifestación de voluntad de los sujetos indicados.
Respecto de estas firmas pueden presentarse
algunas variantes:
a) Siempre deberá firmar el escrito el abogado
patrocinante y el mandatario judicial, si se trata de
ala primera presentación.
En este caso el escrito llevará una o dos firmas,
dependiendo si las calidades de patrocinante y de
apoderado judicial recaen en una misma persona o en dos
distintas.
De no ser la primera presentación basta la firma
del apoderado judicial.
b) Si el demandante ha otorgado, en la misma
demanda, mandato judicial conforme al artículo 6 inciso
2º numerando 3 del CPC, también deberá firmarse el
escrito por la propia parte, ya que esta es la
oportunidad precisa de conferir tal mandato, y con la
firma se expresa la voluntad en tal sentido.
Si el mandato judicial se otorga de alguna otra
forma que la ley permita, no se requiere la firma de la
parte en el escrito de demanda. Por ejemplo si se
otorgó por escritura pública, basta que el escrito de
demanda lo firme el procurador y acompañe copia de
dicha escritura.
Tampoco se requerirá de firma de parte en el
escrito de demanda, si el proceso se inició a través de
alguna medida prejudicial, ya que en este caso en la
respectiva solicitud de tal medida, por ser ésta la
primera presentación, se ha debido cumplir con la
exigencia de la firma de parte.

REQUISITOS DE LA DEMANDA EXIGIDOS POR OTRAS LEYES O


NORMAS ESPECIALES.

Si la demanda es la primera presentación del


proceso, lo que habitualmente así ocurre en la mayoría
de los casos, debe cumplir con los requisitos exigidos
en la Ley Nº 18.120 que establece normas sobre
comparecencia en juicio. Estos requisitos o exigencias
son dos:
1.- El patrocinio de abogado habilitado. Este
requisito se cumple indicándose en el escrito de
demanda el nombre, apellidos y domicilio del abogado
patrocinante del actor, debiendo éste estampar su
firma, según se expresó con anterioridad. Sin estos
requisitos la demanda no podrá ser proveída y se
tendrá por no presentada para todos los efectos
legales. Artículo 1º inciso 2º de la Ley 18.120.
2.- La indicación de la persona del mandatario
judicial que representará al actor y de la forma como
se le confirió el referido mandato. Artículo 2 de la
Ley 18.120.
Si no se cumple este segundo requisito el
tribunal se limitará a ordenar la debida constitución
del mandato dentro de un plazo máximo de tres días.
Extinguido este plazo y sin otro trámite se tendrá la
demanda por no presentada para todos los efectos
legales. Artículo 2º inciso 4º de la Ley 18.120.
Nos parece obvio, aunque la ley nada dice a este
respecto, que el escrito de demanda también debe ser
firmado en todo caso por el mandatario judicial,
independientemente de cual haya sido la forma de
conferir tal poder.
3.- Requisitos exigidos por determinados autos
acordados de las Cortes de Apelaciones.
Algunas Cortes de Apelaciones del país, en uso de
sus atribuciones económicas, han dictado autos
acordados para regular la forma de distribución e
ingreso de demandas civiles, en los que se han
establecido ciertos requisitos especiales que deben
contener tales demandas para tales efectos. En el caso
específico de la Corte de Apelaciones de Concepción el
auto acordado pertinente tiene fecha 1 de Octubre de
1997 y se publicó en el Diario Oficial de 10 de
Octubre del mismo año.
La demanda, si es la primera presentación que se
hace para dar inicio al proceso, conforme al auto
acordado aludido, debe contener ciertos datos que se
anteponen al texto de la suma del escrito, o sea datos
que configuran una “presuma”, y que son los
siguientes:
a) La materia de la demanda;
b) El procedimiento que le corresponda;
c) Nombre completo y RUT o cédula nacional de
identidad del o de los demandantes, debiendo además
exhibirse fotocopia del RUT o de la cédula de
identidad;
d) Nombre completo y RUT o cédula nacional de
identidad del abogado patrocinante, debiendo asimismo
exhibirse fotocopia del RUT o de la cédula de
identidad;
e) Nombre completo del o de los apoderados, con
indicación del número de su cédula nacional de
identidad; y
f) Nombre completo del o de los demandados, con
indicación de su RUT o cédula nacional de identidad,
si fuere conocida.

Documentos que pueden acompañarse a la demanda.

El legislador con el fin de superar los problemas


que antiguamente se originaban con la obligación que
establecía el artículo 255 del CPC en cuanto a que el
actor debía presentar con su demanda los instrumentos
en que la funde, modificó dicha disposición legal, la
que en su actual redacción, quedó como sigue: “Los
documentos acompañados a la demanda deberán impugnarse
dentro del término de emplazamiento, cualquiera sea su
naturaleza”.
En la actualidad, entonces, no se hace diferencia
entre los documentos fundantes de la demanda y
aquellos que no revisten ese carácter, y el actor es
libre para acompañarlos o no junto con la demanda.
Sin embargo, existen documentos que es necesario
adjuntar al escrito de demanda, y que son aquellos que
sirven para acreditar la personería de quien comparece
demandando a nombre de otro, cuando esto último
proceda. A estos instrumentos alude el artículo 6 del
CPC, y se llaman DOCUMENTOS HABILITANTES.
La ley señala a este respecto que todo aquel que
comparezca en juicio a nombre de otro, en desempeño de
un mandato o en ejercicio de un cargo que requiera
especial nombramiento, deberá “exhibir” el título que
acredite su representación. Lo anterior significa, a
nuestro entender, que deben acompañarse a la demanda
los instrumentos pertinentes en los cuales conste la
representación de la persona que comparece por el
actor so pena de que si así no se hace el demandado
queda facultado para reclamar por la falta de
personería o representación, haciendo valer la
correspondiente excepción dilatoria, situaci{on que no
es conveniente propiciarla.
Esta exhibición del título que acredita la
representación, entonces, no es sinónimo de “mostrar”
dicho título, sino que –a nuestro parecer- se debe
cumplir acompañando materialmente el documento
pertinente con la demanda, pues de esa forma el
demandado queda en condiciones de poder analizarlo
críticamente para, eventualmente, controvertir la
personería y el tribunal, asimismo, queda en
condiciones de pronunciarse sobre tal aspecto.
2) Los otros documentos que PUEDEN acompañarse a la
demanda reciben el nombre de documentos FUNDANTES o
JUSTIFICANTES.
Estos pueden ser de dos clases:
a) Fundantes propiamente tales, que son aquellos de
los cuales emana el derecho que se invoca, dando fe de
los hechos en que se apoya la pretensión del actor o
bien de la contraprestación del demandado.
b) Justificantes, justificativos o demostrativos, que
son aquellos que dicen relación con los hechos que
sirven de demostración al derecho reclamado.
Estos documentos fundantes o justificantes pueden
presentarse en cualquier estado del pleito, según el
artículo 348 inciso 1° del CPC, hasta el vencimiento
del término probatorio en primera instancia, y hasta
la vista de la causa en segunda instancia.

Providencias que pueden recaer en el escrito de


demanda.

Para determinar la providencia que debe recaer en


el escrito de demanda presentado en un juicio
ordinario de mayor cuantía, es necesario distinguir si
el escrito aludido cumple o no con los requisitos que
la ley exige. Así, pueden darse las siguientes
situaciones:
1. Si el escrito cumple con todas las exigencias
legales, la demanda se debe admitir a tramitación y se
proveerá mediante una resolución judicial que sirva
para darle curso progresivo al proceso. De este modo,
la providencia que debe dictar el tribunal en este
caso es conferir “traslado” al demandado. Lo señala el
artículo 257 CPC.
Confiriendo traslado, el tribunal está indicando
la necesidad de oir a la parte contraria, o sea se le
da la posibilidad al demandado para que pueda
defenderse haciendo valer sus respectivos derechos o
para rebatir lo que se plantea en la demanda. El art.
257 antes citado dice que el traslado se confiere al
demandado para que conteste la demanda, por ser ésta
la situación normal que se espera, aunque bien puede
ocurrir que tal demanda no se conteste y que se hagan
valer otros derechos distintos.
“Traslado” es la providencia o resolución de mero
trámite que indica la necesidad oir a la contraparte,
para lo cual deben ser comunicadas o puestas en su
conocimiento las peticiones formuladas por el otro
litigante, con la finalidad que exponga lo conveniente
a sus intereses dentro de un plazo determinado.
En el caso concreto de la demanda se pretende
hacer saber al demandado las pretensiones del
demandante contenidas en su escrito de demanda y a
partir de la notificación que se le haga comienza la
litis pendencia.

REQUISITOS DE LA RESOLUCIÓN RECAÍDA EN LA DEMANDA

Este proveído aparte de conferir traslado de ella debe


contener:

1.- La resolución de los que se pide en los otrosí.

2.- Asignar a la causa el número de ingreso con el


cual va a figurar en el rol de tribunal que est
conociendo de ella y que permite la práctica de la
notificación por el estado diario.
3.- Puede indicar la cuantía del asunto.

OTROSI: Es una petición accesoria que se contiene en


el escrito y sobre la cual el tribunal también debe
emitir resolución.

Esta demanda se notifica al demandante por el estado


diario. Art. 40, y al demandado se le notifica
PERSONALMENTE. Art. 41.

Esto si el demandado est en alguno de los lugares


hábiles, es decir, est en el lugar donde se sigue el
juicio. Al demandado se le puede notificar de acuerdo
al Art.44, e incluso mediante avisos si se dan las
condiciones en cada caso. Art. 54.

Presentada así la demanda es posible que el actor


quiera hacerle modificaciones o rectificaciones y
acerca de ellas se presentan tres situaciones:

1.- Que la demanda haya sido presentada ante el


tribunal competente y se encuentre sin notificar al
demandado:

Antes de notificarse la demanda al demandado, el actor


puede retirarla sin trámite alguno y se tendrá por no
presentada para todo efecto. Art 148. Se puede
modificar, reformar, alterar o reconstituirla.

2.- La demanda se encuentra notificada al demandado


pero que éste no la haya contestado:

Una vez que está notificada la demanda, el actor puede


DESISTIRSE de ella ante el tribunal que está conociendo
el asunto. Art. 148.

Pero también puede hacer las ampliaciones,


rectificaciones que estime conveniente pero ellas se
van a considerar como una demanda nueva para los
efectos de su notificación y sólo una vez que ella ha
procedido correr el término para contestar la demanda
primitiva. Art 261.

3.- Que la demanda hay sido contestada por el


demandado:

Contestada la demanda el actor puede DESISTIRSE de


ella. Art. 148. Pero fuera de ello ese actor puede
efectuar en el escrito de réplica las ampliaciones,
modificaciones o rectificaciones a las acciones que
haya hecho valer en la demanda pero sin que pueda
alterar las que son objeto principal del pleito. Art.
312.

No conviene desistirse porque aquel extingue la acción


a que se refiera. Art. 150.

EFECTOS DE LA DEMANDA

La demanda una vez que ha sido interpuesta por esta


sóla circunstancia genera algunos efectos:

1.- Queda abierta la instancia y el juez está en la


obligación de conocer las peticiones que formula el
actor y a tramitar la causa.

2.- Art 187 Nº 1 C.O.T., en virtud del cual se


entiende que el actor prorroga tácitamente la
competencia.

3.- En algunos casos se entiende que el Dº que se


reclama en ella existe desde la presentación de la
demanda y no se refiera. Art. 150.

Una vez que la demanda ha sido notificada en forma


legal surge lo que se denomina el emplazamiento. El
emplazamiento no es más que una notificación a la que
se agrega la orden de que el demandado comparezca al
tribunal a causa de existir una demanda entablada en su
contra.
No debe confundirse el emplazamiento con la citación
que en algunas legislaciones son expresiones sinónimas.

CITACION: es el acto por el cual se dispone la


comparecencia de una persona ante el juez en un momento
determinado con el fin de practicar o presenciar una
diligencia.

Así se cita a una de las partes litigantes para que


confiese a petición de la contraria; también se cita a
los testigos para que declaren ante el tribunal, porque
se le fija el día, hora y lugar en que deben
comparecer.

DIFERENCIA ENTRE CITACION Y EMPLAZAMIENTO

1.- La citación tiene lugar para un determinado


momento; en tanto que el emplazamiento se puede cumplir
dentro del plazo que el C.P.C. señala para la
comparecencia.

2.- La citación se puede dirigir respecto de cualquier


persona, sea o no parte del juicio; en cambio el
emplazamiento sólo tiene lugar respecto a las partes
litigantes. Ej: se emplaza al demandado a defenderse de
la demanda a través de la contestación de la demanda.

ELEMENTOS DEL EMPLAZAMIENTO

Este emplazamiento está constituído por dos elementos:

a) La notificación realizada en forma legal al


demandado de la demanda y de la resolución recaída en
ella.
b) Transcurso del plazo que concede la ley al
demandado para contestar la demanda, para defenderse.

EFECTOS DEL EMPLAZAMIENTO

Desde que se notifica al demandado en forma legal la


demanda y de la resolución que ha recaído en ella se
produce el emplazamiento, y el efecto principal que se
sigue de él es la RELACION PROCESAL de las partes
entre sí y con el tribunal.

Aparte de este efecto principal hay otros que pueden


ser:

- Efectos civiles

- Efectos procesales

EFECTOS CIVILES

- Constituye en mora al deudor. Art. 1551 Nº 3 C.C.

- Transforma en litigiosos los Dº para los efectos de


cederlos. Art. 1911 inc.. 2 C.C.

- Interrumpe la prescripción. Art.. 2503 y 2523 C.C.

- Transforma la prescripción extintiva de corto tiempo


en prescripción de largo tiempo. Art. 2515 C.C.

EFECTOS PROCESALES

- Crea la carga para el demandado de comparecer ante


el juez y de tomar intervención en el juicio promovido.

No es una obligación porque la ley no contempla ningún


medio para hacerla efectiva, pero si desea estar
incomparecente estará en una situación jurídica
desfavorable, puesto que permitirá al demandante
continuar con los trámites del litigio como si el
demandado estuviere presente. Pero esta situación no
obsta que el demandado puede comparecer al juicio en
cualquier estado del juicio. ( Principio de la
preclusión )

- El demandante no puede retirar la demanda y


solamente puede desistir de ella. Art. 148.

- Queda radicado el juicio ante este tribunal en que


se presentó la demanda y por ende no puede el
demandante iniciar de nuevo un juicio en que ejercite
la misma acción ante otro tribunal diferente, contra el
mismo demandado, porque si lo hiciera el demandado
puede oponer la excepción de litis pendencia. Art. 303
Nº 3

- Los efectos de la sentencia que se dicta en ese


pleito se retrotraen a la época de la presentación de
la demanda, los Dº que se declaren en ese fallo se
reputan que existen desde que la demanda fue notificada
legalmente al demandado.

PLAZO PARA CONTESTAR LA DEMANDA:

Este plazo que la ley le asigna al demandado para


comparecer a defenderse no tiene el car cter de
uniforme sino que es variable y ello depende del lugar
en que funcione el tribunal que conoce de la causa y
del lugar en que ha sido notificado el demandado.

Para precisar cu l es este términode emplazamiento se


puede distinguir las siguientes situaciones:

1.- a) El demandado es notificado en la comuna en que


funciona el tribunal.
b) Es notificado fuera de los límites de la comuna en
que funciona el tribunal, pero dentro del mismo
territorio jurisdiccional.

2.- El demandado notificado se encuentra en un


territorio jurisdiccional diverso o fuera del
territorio de la República.

1.- Aquí rige el art.. 258, es posible distinguir:

a) Si el demandado fue notificado en la comuna donde


funciona el tribunal plazo es de 15 días h biles.

Si se utiliza la expresión de términode emplazamiento


sin más agregado se entender que se refiere a este
t‚rmino.

b) Si el demandado ha sido notificado en el mismo


territorio jurisdiccional pero fuera de los límites de
la comuna que sirve se asiento al tribunal, este plazo
ser de 18 días h biles, porque el plazo de 15 días se
aumenta en tres días más.

2.- Aquí rige el art.. 259:

En este caso el plazo para contestar la demanda es de


18 días h biles más el aumento que corresponda al lugar
en que el demandado fue notificado. Ese aumento se
determina de acuerdo a una Tabla que cada cinco años
forma la C.S. considerando las distancia, facilidades y
dificultades que existen para las comunicaciones. Esa
tabla se forma en el mes de Noviembre del año anterior
al vencimiento de los 5 años, y se pone en vigencia a
partir del 1º de Marzo del año siguiente; se publicar
el en D.O., y se fijar a lo menos dos meses antes de
su vigencia en los oficios de todos los secretarios de
Cortes y Juzgados de Letras.
El aumento máximo es de 60 días.

Puede suceder que sean varios los demandados, en ese


caso opera el art.. 260, es decir, si los demandados
son varios, sea que obren separada o conjuntamente, el
términopara contestar la demanda correr para todos a
la vez y se contar hasta que expire el último
términoparcial que corresponda a los notificados. En
este caso el términode emplazamiento participa de los
caracteres de los plazos individuales en cuanto a su
inicio, porque se cuenta para cada uno de los
notificados desde la respectiva notificación; pero en
cuanto a su terminación se prolonga hasta la expiración
del último términoparcial, lo que es propio de los
t‚rminos comunes.

- D.F.L. Nº 1 - Ley 18.715 del 05/12/89 determina los


límites de las regiones.

- D.F.L. Nº 2 Ley 18.715 del 05/12/89 determina los


límites de las provincias.

- D.F.L. Nº 3 - Ley 18.715 del 05/12/89 determina los


límites de las comunas.

CARACTERISTICAS DEL TERMINO DE EMPLAZAMIENTO

1.- Se trata de un términolegal, puesto que lo señala


el legislador. Art.. 258 y 259

2.- Es un plazo fatal, toda vez que el simple


transcurso del tiempo extingue el Dº del demandado.

3.- Es improrrogable, porque ni el tribunal ni las


partes tienen facultades para prorrogarlo.

4.- Se trata de un términode días h biles.


ACTITUDES DEL DEMANDADO LUEGO DE NOTIFICADA LA DEMANDA

1.- Aceptar la demanda , allanarse.

2.- Permanecer inactivo en el proceso, no hacer nada.

3.- Defenderse.

4.- Reconvenir.

ACEPTAR LA DEMANDA. Art. 313

Distingue dos situaciones:

a) Que acepte la demanda llanamente. En este caso


estamos en presencia de lo que se conoce como "
allanamiento de la demanda ", que a su vez puede ser
total o parcial.

El allanamiento comprende tanto los hechos como el Dº.

GUASP define el allanamiento como:

" Una declaración de voluntad del demandado por la que


éste abandona su oposición a la pretensión del
demandante ".

Por su parte ALSINA indica que el allanamiento es:

" El acto por el cual el demandado admite más que la


exactitud de los hechos la legitimidad de las
pretensiones del actor ".

CONCEPTO:
" Es aquella figura procesal que se produce cuando
notificada la demanda al demandado, éste acepta en
todas o algunas de sus partes la pretensión procesal
del actor ".

El allanamiento en sí es un acto jurídico procesal


puro y simple, de ahí que carece de eficacia el que se
haga con reservas o bajo ciertas condiciones.

Asimila el art.. 313 el allanamiento a la demanda a


aqu‚lla situación en que el demandado no contradice en
materia substancial y pertinente los hechos sobre que
versa el juicio. La no contradicción en materia
substancial y pertinente solo alude a los hechos, e
importa una verdadera confesión del demandado. Esta
también puede ser total o parcial, y produce los mismos
efectos que el allanamiento.

Condiciones que deben darse para que estemos en


presencia de la aceptación de la demanda. Puede ser:

- Expresa: cuando el demandado reconoce


categóricamente los hechos y el Dº expuestos en la
demanda.

- Tácita: cuando se da cumplimiento voluntariamente a


los pedidos de la demanda.

Debe considerarse que para poder aceptar la demanda no


se precisa de una capacidad especial, pero sí el
mandatario requiere mención especial. Art. 7 inc.. 2

Sólo es posible aceptar una demanda en la medida que


esa aceptación no signifique una renuncia de Dº
irrenunciables.

EFECTOS:
Los señala el art.. 313.

En este caso el tribunal dar traslado del escrito que


presenta el demandado para que replique el demandante,
y que evacuado el traslado de la réplica ( dúplica ) el
tribunal citar a las partes para oir sentencia
definitiva.

Igual cosa sucede, cuando las partes pidan que se


falle el pleito sin más trámite.

PERMANECER INACTIVO

El hecho de que el demandado legalmente notificado no


conteste la demanda o no haga gestión alguna en el
pleito no significa que acepte sin más las pretensiones
del actor. Este deber probar sus pretensiones,
alegaciones.

Sin embargo, la pasividad del demandado da lugar a la


llamada REBELDIA.

REBELDIA: " Es el Dº que la ley concede a una parte


para pedir se d‚ curso progresivo a los autos cuando un
trámite que debió ser cumplido por la contraria dentro
de un términolegal que establece el C.P.C. no se
cumplió ".

Asimismo también es el Dº que le asiste a una parte


para pedir que se de por evacuado un trámite del juicio
en rebeldía de la contraria cuando esta última no lo ha
cumplido dentro del plazo legal no contemplado en el
C.P.C. o dentro del término judicial. Plazo judicial
que el tribunal fijó al efecto.

En esos dos casos el litigante estar rebelde. En la


primera por el sólo ministerio de la ley; en el segundo
por la correspondiente declaración de rebeldía.
Hay que tener presente que esta rebeldía solamente se
refiere al trámite que el litigante no ha cumplido en
el plazo judicial o legal que se le concede pero no
tiene el carácter de general para todo el juicio. De
allí que ser necesario siempre pedir al tribunal que
se dé por cumplido el trámite de que se trata y se
provea lo necesario para darle curso progresivo a los
autos.

EFECTOS DE LA REBELDIA

Es necesario saber si ella se produce en primera o


segunda instancia.

EN PRIMERA INSTANCIA:

Ella tiene por finalidad dar por evacuado o por


cumplido el trámite preciso que no se cumplió dentro
del plazo fatal señalado por la ley o por el juez si se
trata de un plazo judicial. Efecto particular.

El litigante rebelde puede comparecer en cualquier


momento durante la prosecusión del litigio.

EN SEGUNDA INSTANCIA:

Si no comparece el apelado no se le va a considerar


para ningún efecto y se va a estimar el recurso de
apelación en su rebeldía, como si no existiera.
Carácter general.

Cabe tener presente que este litigante rebelde en


segunda instancia puede comparecer en cualquier momento
y debe hacerlo a través de un procurador del número o
por abogado habilitado.
En segunda instancia la rebeldía se produce por el
sólo ministerio de la ley y no es preciso notificarle
al apelado rebelde las resoluciones que se dicten, las
que van a producir efectos a su respecto desde que se
dictan. Art. 202 inc.. 1 .

SE DEFIENDE

Cuando el demandado asume esta actitud ella es activa,


y lo es porque este demandado se defiende, reacciona.
Lo hace a través de las excepciones, a través de las
defensas.

Según ALSINA, la palabra excepción tiene un doble


contenido:

1.- Que es sustancial que comprende toda defensa que


el demandado opone a la pretensión jurídica del actor.

2.- Otro de orden procesal que se refiera a la forma


de la demanda y a los requisitos que es necesario que
se den para que halla una relación jurídica válida.

Las excepciones en el sentido sustancial están


regladas en los Códigos de fondo. Según esta concepción
no pueden ser clasificadas porque están sometidas a las
condiciones de existencia y ejercicio de los Dº.

Este tipo de excepciones, que al decir de Alsina, son


defensas, deben oponerse en el escrito de contestación
de la demanda y resolverse por el juez en la sentencia
definitiva.

La jurisprudencia señala que toda excepción debe


fundarse en un precepto legal que la establezca como
tal, sea en el carácter de dilatoria o perentoria.
La excepción de orden procesal, Alsina, las considera
excepciones propiamente tales, ellas tienen un
contenido procesal y no afecta el Dº del actor. Están
contenidas en los Códigos de procedimientos y tienen
diferentes objetivos, como por ej:

- Evitar que se pronuncien sentencias contradictorias:


excepción de litis pendencia.

- Que se tramite un juicio nulo por falta de capacidad


procesal: excepción de falta de personería

- Que se respeten las disposiciones que regulan la


competencia de los jueces: excepción de incompetencia.

- Exigir el cumplimiento de las formalidades


necesarias para la presentación de la demanda:
excepción de la ineptitud del libelo.

Estas excepciones que puede hacer vales al demandado


pueden clasificarse doctrinariamente:

I Aquellas excepciones que paralizan la acción sin


extinguirla que se regulan en el C.P.C. bajo la
denominación de excepciones dilatorias. También
llamadas artículos de no contestar o alonjaderas o
.-

II Aquellas excepciones que extinguen la acción


legisladas en el Código de fondo pero que el C.P.C.
permite oponerlas en ciertas situaciones como
dilatorias y que reciben el nombre de perentorias.

III Aquellas que están fundadas en un hecho extintivo,


impeditivo o modificativo que el demandado hace valer
en su escrito de contestación de la demanda de acuerdo
a la normativa del C.C., y que si son admitidas por el
juez van a llevar al rechazo de la demanda. Se conocen
como defensas generales.

En Doctrina se distingue entre excepciones y defensas.

Se dice que la defensa desconoce la existencia del Dº


objeto de la acción deducida, niega el Dº reclamado.
Ej: el deudor que se limita a pagar la deuda, estas
defensas son generales y constituyen simples
alegaciones.

En tanto que la excepción supone que el Dº ha existido


y sólo tiende a establecer que por un hecho
independiente de la constitución y existencia del Dº
alegado éste ha caducado o bien puede referirse a la
corrección del procedimiento, ej: reconocer que se es
deudor pero agreg ndole que esta obligación fue
cumplida y que ahora nada se debe, ej: reclamar en
contra de la falta de capacidad del actor para
accionar.

El C.P.C. no reconoce esta distinción, para


élexcepción o defensas son t‚rminos sinónimos.

Puede afirmarse que el concepto de defensa es más


amplio que el de excepción, en el entendido que toda
excepción es una defensa y que entre ambas nociones
existe una relación de g‚nero a especie.

EXCEPCIONES

De acuerdo con las normas procesales, las excepciones


podemos clasificarlas en :

- Dilatorias

- Perentorias
EXCEPCIONES DILATORIAS

Son las que se refieren a la corrección del


procedimiento sin afectar el fondo de la acción
deducida. Art. 303 Nº 6.

Mediante el ejercicio de ellas se difiere la entrada


al juicio para evitar vicios de procedimiento.

Son las enumeradas en el Art. 303.

Este art.. contiene una enumeración que no es


taxativa, ello se desprende del Nº 6 cuando señala: "
en general.... ".

Estas excepciones según sus efectos pueden


clasificarse en excepciones dilatorias de:

- Efectos permanentes

- Efectos transitorios

Según que permitan o no la continuación del juicio que


está incoado ante el tribunal que está conociendo de
‚l.

Art. 303: Sólo son admisibles como excepciones


dilatorias:

Nº 1 La incompetencia del tribunal ante quien se haya


presentado la demanda.

Es en efectos permanentes, porque desde que se acoge


el tribunal no puede seguir conociendo del mismo
asunto. Comprende esta excepción de incompetencia tanto
a la incompetencia absoluta como a la relativa. Pero en
tanto que la incompetencia absoluta puede ser alegada
en cualquier estado del juicio dado que ella es
irrenunciable por ser de orden público; la excepción de
incompetencia relativa debe alegarse dentro del
términode emplazamiento y antes de contestar la demanda
so pena de prorrogar tácitamente la competencia.

Esta excepción debe oponerse por vía de declinatoria,


es decir, debe presentarse ante el mismo tribunal que
esta conociendo del asunto. (?)

Esta excepción de incompetencia es distinta de la


llamado falta de jurisdicción que afecta al fondo de la
acción deducida, a la naturaleza del Dº que se
ejercita, a la materia del asunto que se ventila; y
tiene como finalidad el rechazo absoluto y definitivo
de la demanda por falta de acción en el actor para
presentarla ante los tribunales ordinarios de justicia.
Luego ella no es una excepción perentoria y como tal
debe contenerse en el escrito de contestación de la
demanda.

Esta falta de jurisdicción no tiene por objeto


corregir ningún vicio de procedimiento, sino que va al
fondo del asunto y de ser aceptada significa que ese
asunto no podr ser conocido ni fallado en Chile.

Asimismo queda comprendida en esta excepción de


incompetencia del tribunal la llamada EXCEPCION DE
COMPROMISO, por medio de ella se invoca el
procedimiento arbitral que las partes someten
voluntariamente la resolución de un asunto litigioso de
carácter civil a la competencia de un juez arbitral con
exclusión de los tribunales ordinarios a quienes les
hubiera correspondido conocer del asunto si no hubiera
existido ese compromiso.

Nº2 La falta de capacidad del demandante, o de


personalidad en Chile.
Asimismo queda comprendida en esta excepción de
incompetencia del tribunal la llamada EXCEPCION DE
COMPROMISO, por medio de ella se invoca el
procedimiento arbitral que las partes someten
voluntariamente la resolución de un asunto litigioso de
carácter civil a la competencia de un juez arbitral con
exclusión de los tribunales ordinarios a quienes les
hubiera correspondido conocer del asunto si no hubiera
existido ese compromiso.

Nº2 La falta de capacidad del demandante, o de


personería que se refiera a la capacidad de las partes
para obrar en juicio, por ello es que ella debe ser
examinada a la luz de los Códigos de fondo.

Cabe tener en cuenta que no está comprendida la falta


de capacidad del demandado, toda vez que las
excepciones dilatorias están destinadas a ser ejercidas
por el demandado.

Esta capacidad del actor así como la suficiente


representación convencional y legal son requisitos
fundamentales para que se produzca una relación
procesal v lida.

Nº 3 La litis - pendencia

Esta excepción es de efectos permanentes, obsta la


continuación del juicio.

Ella supone la existencia previa ante otro tribunal o


ante élmismo, de un pleito pendiente y sin resolver
entre las mismas partes y con el mismo objeto del
juicio.

Requiere:
a) Existencia de juicios pendiente.

b) Existencia de identidad de personas.

c) Identidad de la causa de pedir.

d) Identidad del objeto pedido.

Acogida la excepción paraliza el nuevo juicio hasta


que se falle el primero y quede firme ese fallo.

La litis pendencia no está definida por la ley, pero


puede decirse que es: " el estado y condición jurídica
de una causa frente al hecho de su actual tramitación a
la espectativa de la decisión judicial ".

Se funda en la subsistencia ante el tribunal


competente del correspondiente litigio que se intenta
promover de nuevo, sea ante el mismo tribunal o ante
otro diferente.

Tiene semejanza con la incompetencia del tribunal, con


la cosa juzgada. También con la acumulación de autos;
pero a la vez tiene diferencias con ellas.

El objetivo de esta excepción es evitar la dualidad de


fallos sobre un mismo negocio judicial a parte de
evitar gastos innecesarios e inútiles. Doctrinariamente
el evitar con esta dualidad de fallos el
desmejoramiento, desmedro de la seriedad de la
administración de justicia.

Nº 4 La ineptitud del libelo por razón de falta de


algún requisito legal en el modo de proponer la
demanda.

Ella es de efectos transitorios.


La omisión de cualquiera de los requisitos del art..
254 autorizan al demandado para oponer esta excepción,
a menos que la omisión tenga asignada una sanción
especial. Art. 256.

Naturalmente que para que ella proceda el demandado


debe fundarla en deficiencias tales que hagan
ininteligible esta demanda, que la hagan vaga o
ambigua, que puede ser aplicada a diferentes casos o
situaciones.

Nº 5 El beneficio de excusión.

Es de efectos permanente. Este beneficio de excusión


es el que concede la ley al fiador para pedir al
acreedor que se dirija primeramente contra el deudor
principal. Art.. 2355 y 2357 C.C.

Nº 6 En general las que se refieran a la corrección


del procedimiento sin afectar al fondo de la acción
deducida.

Es la regla general.

Contemplando la amplitud de ella, ser procedente una


excepción dilatoria siempre que se produzcan vicios en
el procedimiento antes de contestar la demanda.

Aquellas ineptitudes provenientes de simples


equívocos, impropiedades de lenguaje o errores de
escritura no autorizan la interposición de una
excepción dilatoria.

Pero si que autoriza la interposición de una excepción


dilatoria aquellos defectos serios que se observan en
la demanda y que colocan al demandado en un situación
incierta o desventajosa frente a su obligación de
contestar. Ej: demandar con arreglo a un procedimiento
distinto del que corresponde legalmente; también
notificar la demanda a un mandatario que carece de
facultades para contestar.

MOMENTO PARA INTERPONER ESTAS EXCEPCIONES

De acuerdo al art.. 305 inc.. 1º deben oponerse dentro


del términode emplazamiento y antes de contestar la
demanda.

Sin embargo en el inc.. 3 señala que pueden oponerse


en segunda instancia las excepciones de incompetencia
del tribunal y la de litis pendencia.

En lo que respecta a su tramitación está sujeta al


procedimiento INCIDENTAL. Art. 307.

Deben oponerse todas en un mismo escrito y dentro del


términode emplazamiento y antes de contestar la
demanda. El términode emplazamiento tiene el carácter
de fatal.

Obviamente deben hacerse valer antes de contestar la


demanda, precisamente porque tienen por objeto corregir
vicio del procedimiento.

Agrega tb el legislador que si estas procrastinatorias


no se hacen valer en esta oportunidad se va a poder
oponerlas en el progreso del juicio sólo por vía de
alegación o defensa y se estar a lo dispuesto en los
art.. 85 y 86.

Las alegaciones a que alude estas disposición


consisten en razonamientos que puede hacer la parte
para justificar sus pretensiones. Pero estos argumentos
que puede formular la parte en el progreso del juicio
no podr n ser considerados ni fallados en la sentencia
definitiva y sólo podr n servir como elemento
ilustrativo para el tribunal. Art. 170 Nº 6.

TRAMITACION DE LAS EXCEPCIONES

En cuanto a la tramitación de estas excepciones


dilatorias, la ley establece que se sujeten a una
tramitación incidental. Art. 307.

Que se tramiten como incidente significa que la


petición o escrito donde se formula la excepción se le
dar traslado por el términode 3 días.

Notificado el actor de esta resolución y del traslado


por el estado diario tienen tb un plazo fatal de 3 días
para responder a ese incidente. Si no hay necesidad de
prueba el tribunal falla inmediatamente este incidente
de excepción dilatoria dentro de tercero día.

Si por el contrario, hay hechos substanciales y


pertinentes controvertidos acerca de esta excepción se
va a recibir el incidente a prueba por el términolegal
de 8 días, y si se quiere presentar prueba de testigos
deber presentarse la lista dentro de los 2 primeros
días de los 8.-

Esa resolución que admite la causa a prueba se


notifica por el estado diario a las partes.

Transcurrido el término probatorio el tribunal falla


dentro de tercero día.

Según el art.. 306 todas estas excepciones se deben


proponer conjuntamente, en un mismo escrito y se fallan
a la vez, sin embargo, si entre ellas figura la de
incompetencia y el tribunal la acepta, debe abstenerse
de pronunciarse sobre las demás.
Este fallo que se pronuncia sobre las excepciones
dilatorias opuestas puede ser de dos tipos:

- que las acoja

- que las deseche

Si se acogen: el actor deber corregir los defectos o


vicios que sirvieron de fundamento a la excepción
siempre que ‚sta no sea de efectos permanentes.

Cumplida esta corrección por parte del actor, el


demandado tiene el plazo de 10 días para contestar la
demanda, cualquiera que sea el lugar donde haya sido
notificado ( la razón es que ya ha sido emplazado y
también se ha apersonado y opuesto excepciones ).

Si se rechazan: en esta situación el demandado tiene


el plazo de 10 días para contestar la demanda
cualquiera que sea el lugar donde se le notificó. Art.
308.

Esta resolución que deseche la excepción dilatoria es


apelable en el sólo efecto devolutivo. Art. 307 inc..
2º y la resolución que la resuelve en su naturaleza
jurídica procesal es una sentencia interlocutoria, de
aqu‚llas que establecen derechos permanentes en favor
de las partes.

La resolución que acoge una excepción dilatoria


también es apelable en el sólo efecto devolutivo,
aplicando la regla general del art.. 194 Nº 2.

EXCEPCIONES PERENTORIAS

A la luz de nuestro sistema procesal las excepciones


también pueden ser perentorias. Tienen por objeto
enervar la acción deducida, se dirige al fondo del
asunto debatido.

Según la doctrina ellas son múltiples porque depende


de los Dº que se deduzcan, toda vez que por cada acción
se contempla como regla general una excepción y de ahí
que se estime que serían innumerables los medios que el
demandado puede oponer para obtener el rechazo de la
demanda.

Están reguladas en los códigos de fondo y que


normalmente la constituyen los medios de extinguir
obligaciones.

OPORTUNIDAD EN QUE PUEDEN OPONERSE

Regla general: deben oponerse en el escrito de


contestación de la demanda. Art. 309 Nº 3. Si no son
opuestas en esta ocasión, ellas deben ser rechazadas
por ser extempor neas. No son opuestas correctamente en
tiempo y forma.

Sin embargo, hay algunas excepciones a esta regla: se


pueden oponer en cualquier estado del juicio las
siguientes excepciones perentorias: Art. 310.

- Excepción de prescripción

- Excepción de cosa juzgada

- La transacción

- El pago efectivo de la deuda cuando ‚sta se funde en


un antecedente escrito.

TRAMITACION
Si esta excepción se formula en primera instancia
despu‚s de recibida la causa a prueba, se va a tramitar
como incidente que puede recibirse a prueba si el
tribunal lo estima necesario y se va a reservar su
resolución para la sentencia definitiva.

En cambio si se formula antes de recibida la causa a


prueba, también se va a tramitar incidentalmente y la
prueba que es menester recibir, se va a rendir junto
con la prueba del asunto principal, dejando su
resolución para la sentencia definitiva. Implícitamente
estamos diciendo que son susceptibles de apelación.

Si estas excepciones se hacen valer en segunda


instancia, igual va a tener tramitación incidental,
pero el tribunal de alzada se va a pronunciar sobre
ellas en única instancia en su sentencia definitiva.

Otra excepción a la regla del art.. 309 inc.. 3 esta


señalada en el art.. 304 en que se faculta al demandado
para oponer antes de la contestación de la demanda (
como dilatorias ) las sigtes excepciones perentorias:

- La de cosa juzgada

- La transacción.

De allí que este tipo de excepciones perentorias se


denominen también excepciones mixtas o anómalas, porque
teniendo el caracter de perentorias se les puede hacer
valer como dilatorias.

TRAMITACION

En lo que respecta a la tramitación de esta


excepciones perentorias se someten al procedimiento
incidental, pero si ellas son de lato conocimiento, es
decir, si precisan de un examen más detenido de las
cuestiones de hecho en que ellas se funda, se van a
tramitar estas excepciones y se van a recibir a prueba,
pero su fallo se va a reservar para la sentencia
definitiva y se ordenar que entre tanto se conteste la
demanda. No hay pronunciamiento inmediato.

Estas excepciones perentorias las hace valer por lo


general en el escrito de contestación de la demanda,
que reviste para el demandado igual trascendencia que
la demanda para el actor. En la contestación de la
demanda fija precisamente el alcance de su pretensión.

CONTESTACION DE LA DEMANDA

Es el trámite, gestión, diligencia que corresponde


cumplir al demandado y que se realiza expresa o
tácitamente para enfrentarse a la demanda deducida en
su contra por el actor a fin de que el juicio prosiga
su curso normal.

Con esta misma denominación se suele designar el


escrito mismo en que se traduce este trámite.

Con la contestación queda integrada la relación


procesal y quedan fijados los hechos sobre los cuales
van a recaer la prueba y la sentencia definitiva.

REQUISITOS

Como acontece en la demanda, el escrito de


contestación a ella debe reunir las exigencias que
contempla el art.. 309 que señala los requisitos
específicos que debe contener el escrito de
contestación. Tiene ciertas formalidades como la
demanda y también debe cumplir con los requisitos
comunes a todo escrito.

Al dar la noción dijimos que ella podía ser:


- expresa

- simbólica o Tácita

Se llama contestación de demanda expresa a aqu‚llas


que el demandado realiza presentando el escrito
respectivo.

Se llama contestación de la demanda Tácita a aqu‚llas


en que la contestación a la demanda se da por cumplida
en rebeldía del demandado al no contestar dentro del
plazo legal.

EFECTOS

Esta contestación a la demanda produce ciertos


efectos:

a) queda integrada la relación procesal

b) queda precisamente delimitada la cuestión


controvertida y esta cuestión controvertida está
constituída por las acciones echas valer por el
demandante en su demanda y por la excepciones opuestas
por el demandado en la contestación de la demanda. El
tribunal sólo debe pronunciarse en su sentencia
definitiva respecto de las acciones y excepciones
deducidas oportunamente, sin poderla extender a otros
puntos que los litigantes no hayan sometido a su
conocimiento, si lo hace incurre en un vicio de
casación por los vicios de extra, citra o ultra petita.

c) Se produce la prórroga Tácita de la competencia si


el demandado no reclama de ella. Art. 187 Nº 2 C.O.T.

d) Contestada la demanda el demandado no puede oponer


excepciones dilatorias salvo que lo sean en el carácter
de alegaciones o defensas en el curso del juicio y con
la excepción que en segunda instancia es posible
interponer las excepciones dilatorias de incompetencia
absoluta y de litis pendencia, en la medida que no se
hayan hecho valer en primera instancia. Art. 305.

e) En el juicio reivindicatorio el poseedor de buena


fe vencido debe restituir los frutos percibidos con
posterioridad a la contestación de la demanda. Art. 907
inc.. 3 C.C.

RECONVENIR

La reconvención es la demanda que el demandado deduce


contra el actor en el escrito de contestación de la
demanda ejercitando cualquier acción que tenga en su
contra, en su poder.

Es decir, es una contra demanda que el demandado


formula contra el actor en el escrito de contestación.

Esta reconvención es una de las posibilidades que


puede optar el demandado para contestar la demanda.

Cuando se formula ‚sta, en realidad se trata de


acciones diferentes, donde el sujeto pasivo de una se
convierte en sujeto activo de la otra.

Normalmente estas acciones deberían tramitarse en


procesos diferentes, independientes pero por las mismas
razones que la ley permite que el actor pueda intentar
acumular varias acciones en su escrito de demanda en
contra del demandado, se permite a éste acumular en su
escrito de contestación de la demanda aquellas acciones
que pueda tener en contra de su demandante.

Rige en este caso el principio formativo del proceso


de la economía procesal, que tiende a evitar la
multiplicidad de juicios con lo cual se facilita la
acción de la justicia.

Puede asimismo decirse que es una demanda del


demandado en contra del actor que no tiene por objeto
destruir la acción deducida por aqu‚l, sino que
persigue tb, la declaración, el reconocimiento o la
constitución de un Dº de igual o de distinta naturaleza
de aquélque sirve de fundamento a la demanda principal.

Para que este demandado pueda hacer uso de esta


facultad que le confiere el legislador debe ajustarse a
ciertas exigencias establecidas por la ley.

REQUISITOS

1.- Que el juez ante el cual se sigue el juicio sea


competente para conocer de la reconvención estimada
como demanda o bien cuando sea admisible la prórroga de
competencia.

2.- Esta reconvención debe formularse en el escrito de


contestación de la demanda. Art. 314.

3.- Debe estar sujeta al mismo procedimiento que la


demanda

REQUISITO 1º: Así lo indica el art.. 315.

De allí entonces que el demandado sólo va a poder


deducir reconvención:

a) Cuando el tribunal ante quien entabla la demanda


tenga competencia para conocer de la reconvención
estimada como demanda.

b) Cuando sea admisible la prórroga de competencia.


Para que proceda la prórroga de competencia:
- Competencia horizontal: que el tribunal sea de igual
jerarquía.

- Debe tratarse de un asunto civil contencioso.

- Tribunales de única o primera instancia.

c) Cuando por su cuantía debiera conocer de la


reconvención un juez inferior.

REQUISITO Nº 2: Art. 314. De acuerdo a éste si el


demandado reconviene al actor, debe hacerlo en el
escrito de contestación de la demanda, este escrito
debe sujetarse a las disposiciones de los art.. 254 y
261. Se va considerar para este efecto como demandado
la parte contra quien se dedujo la reconvención.

Art.254: requisitos especiales de toda demanda.

Art. 261: ampliación o rectificación de la demanda.

REQUISITO Nº 3: Es necesario que la acción principal y


la reconvención est‚n sujetas en cuanto a su
procedimiento al ordinario. Lo que se explica porque
esta reconvención es una institución propia de ese
juicio ordinario.

Art. 315 inc.. 2º : " Para estimar la competencia, se


considerar el monto de los valores reclamados por vía
de reconvención separadamente de los que son
materia de la demanda ".

TRAMITACION DE LA DEMANDA RECONVENCIONAL

De acuerdo al art.. 316 la reconvención se substancia


y falla conjuntamente con la demanda principal; de ahí
entonces que presentada la contestación de la demanda (
se presenta la reconvención ) y deducida la
reconvención, el tribunal debe proveer de la sigte.
manera:

Concepción, 12 de Septiembre de mil.....

Confi‚rese traslado para replicar la demanda y


traslado en la contestación para que la conteste el
demandante.

Este traslado que se confiere es por 6 días fatales,


se notifica esta resolución por el estado diario; y en
contra de esa demanda reconvencional también hay
posibilidad de formular la excepción dilatoria
correspondiente.

El actor reconvenido deber replicar en su demanda y


contestar la demanda reconvencional. Frente a este
escrito del actor el tribunal va a proveer confiriendo
en la demanda traslado para duplicar y en la
reconvención conferir traslado para replicar. Estos
plazos son de 6 días fatales.

El demandado que ha reconvenido debe duplicar en la


demanda y va a replicar en la reconvención . De la
réplica de la reconvención se dar traslado al actor
para duplicar y el plazo para hacerlo es de 6 días
fatales.

En lo demás esta reconvención se va a seguir


tramitando en el juicio principal y se va a fallar la
demanda primitiva y reconvencional en la sentencia
definitiva.

Contra la reconvención, de acuerdo al art.. 317 hay


lugar a oponer excepciones dilatorias enumeradas en el
art.. 303. Estas deben oponerse todas en un mismo
escrito y dentro del términode 6 días.
SI se acoge ... cuantía puede darse la existencia
de los escritos de réplica y dúplica.

ESCRITOS DE REPLICA Y DUPLICA

Estos escritos son trámites obligatorios, pero las


partes de común acuerdo pueden renunciarlos.

En efecto, contestada que sea la demanda, según el


art.. 311 debe otorgarse traslado al actor por el
términode 6 días fatales para que replique. Si el
actor no replica en ese plazo se va a tener por
cumplido ese trámite en su rebeldía.

¨ Cu l es la finalidad del escrito de réplica ?

El escrito de réplica tiene por objeto que el actor


pueda ampliar, adicionar o modificar las acciones que
ha formulado en la demanda; pero con un límite el actor
no puede alterar aquellas acciones que han sido objeto
principal del pleito.

Puede sostenerse que se altera una acción cuando se


cambia por otra y es preciso por ende abandonar la
primera por haberla sustituído por la nueva, pero no se
altera si esa modificación se hace valer como
subsidiaria de la principal y tanto una como la otra
tienen el mismo objeto por derivar de actos o hechos
iguales o congruente. En cambio, no existe esa
alteración cuando se mantienen ambas acciones pero
contempl ndose la segunda como subsidiaria y teniendo
una y otra el mismo objeto, por derivarse de actos o
hechos iguales o congruentes.
En cuanto al escrito de dúplica, presentado el escrito
de réplica el tribunal confiere traslado para la
dúplica, esa resolución se notifica por el estado
diario y el demandado tiene el plazo fatal de 6 días
para duplicar.

Su objeto es el mismo que el de la réplica, de ahí que


el demandado podr ampliar, adicionar o modificar sus
excepciones con la misma limitación anterior.

Con este escrito de dúplica queda terminado el período


de discusión del juicio.

Se acostumbra a analizar en este momento un trámite


que debe existir en este juicio ordinario de mayor
cuantía. En este momento el juez tiene todos los
elementos necesarios para formarse una idea de la
cuestión debatida que desea cada una de las partes
litigantes. De ahí que en estas circunstancias está en
condiciones de llamar a las partes a conciliación.

CONCILIACION

Libro II Título II art.. 262 a 268.

Es la gestión que hace el juez una vez agotados los


trámites de discusión o en cualquier estado de la
causa, una vez evacuado el trámite de contestación de
la dda., para provocar el arreglo del pleito.

Tiene lugar en todo juicio civil y en los juicios


laborales.
Este llamamiento a conciliación de acuerdo al art..
262 para el juez, tiene el carácter de obligatorio.

EXCEPCION: CASOS EN QUE NO PROCEDE.

Art 262.la norma señala algunos casos en que no es


posible, es improcedente el llamado a conciliación:

a) Juicios de hacienda, porque en ellos se encuentra


comprometido el inter‚s fiscal y tiene reglamentación
propia.

b) En las gestiones sobre declaración del Dº legal de


retención, porque esas gestiones no importan un juicio.

c) En la citación de evicción, porque no hay juicio.

En todo caso esta enumeración del art.. 262 no es


taxativa porque existen otros juicios en que el llamado
a conciliación no es admisible:

d) Juicios sobre estado civil de las personas.

e) Juicio de nulidad de matrimonios.

f) Juicio de separación de bienes.

No solo interesan a las partes sino que está


comprometido el inter‚s de la sociedad.

REQUISITOS

Los requisitos que la ley precisa para que el juez


pueda llamar a conciliación son:

1.- Existencia de un juicio civil.


2.- Que se trate de procedimientos no exceptuados por
la ley.

3.- Que en juicio en el cual se llama a conciliación


recaiga sobre Dº susceptibles de transarse que son
aquellos que las partes pueden disponer libremente y
cuya transacción no est‚ prohibida por la ley.

OPORTUNIDAD

En cuanto a la oportunidad en que el juez puede hacer


este llamado a conciliación; el momento establecido por
el legislador es una vez agotados los trámites de
discusión, siendo de acuerdo al art.. 795 nº2 un
trámite o diligencia esencial en la primera o en la
única instancia en los juicios de mayor o de menor
cuantía y en los juicios especiales.

Sin perjuicio del llamado a conciliación que


puede hacer el juez en cualquier estado del juicio, una
vez evacuado el trámite de contestación de la dda. Art.
262, es decir, es posible este llamado desde este
momento hasta la dictación del fallo en un recurso de
casación.

De ahí que no solo es factible en los tribunales de


primera instancia, sino también ante las C.A. e incluso
la C.S..Solo que en estos casos el llamado a
conciliación ser facultativo para el juez. La razón
para hacer tan amplio el campo de operar de la
conciliación radica en que el art.. 262 utiliza el
vocablo " el juez " y al hacerlo se está refiriendo al
tribunal que debe resolver la cuestión sometida a su
conocimiento, cualquiera que sea su grado jer rquico.

TRAMITACION
El juez una vez agotado el período de discusión,
llamar a conciliación a las partes. Para ese fin debe
dictar una providencia y en ella señalar el día y hora
para que concurran las partes.

Esta resolución se notifica por c‚dula porque ordena


la comparecencia personal de las partes al tribunal.

Notificada a las partes, ellas deben concurrir por sí


o por apoderados a esta audiencia. Con todo el juez
puede exigir la comparecencia personal de las partes;
sin perjuicio de que concurran los respectivos abogados
o los mandatarios. Art 264.

En los procesos en que hubiere pluralidad de partes,


la audiencia se llevar a efecto aunque no asistan
todas. La conciliación operar entre aquellas que la
acuerden y continuar el juicio con las que no hubieren
concurrido o no hubieren aceptado la conciliación.

Esta audiencia puede suspenderse por solicitud de las


partes hasta por media hora para deliberar. Incluso, si
el tribunal lo estima necesario puede postergar la
audiencia hasta dentro de tercero día, a menos que las
partes acuerden un plazo mayor de lo cual se deja
constancia y a ese comparendo las partes concurren sin
nueva citación. Art. 265.

El juez para llevar adelante la conciliación puede


ordenar llevar los antecedentes y medios probatorios
que estime conveniente para poder sentar base de una
adecuada conciliación.

El art.. 263 dice que el juez va a obrar como amigable


componedor y va a tratar de obtener un advenimiento
total o parcial en el litigio; y la opinión que pueda
emitir en éste no lo va a inhabilitar para seguir
conociendo de la causa si la conciliación no prospera.
Art. 263.

Si las partes en este comparendo rechazan la


conciliación o no se realiza el comparendo, el
secretario del tribunal certificar el hecho de
inmediato y entregar los autos al juez para que este,
examin ndolos por si mismo, proceda en seguida a dar
cumplimiento a lo señalado en el art 318. Art. 268.

Esta conciliación a que pueden llegar las partes puede


ser total o parcial, según que las partes convengan
arreglar la totalidad del litigio o sólo una fase de
‚l.

De esta conciliación se va a levantar acta, en ella se


van a consignar únicamente las especificaciones del
arreglo y ser firmada por el juez, las partes que lo
deseen y el secretario.

Para todos los efectos legales esta acta se va a


estimar como sentencia ejecutoriada. Art. 267.

Entre ellos tenemos: acción y excepción de cosa


juzgada. Luego se puede pedir el cumplimiento de lo que
se acordó ante el incumplimiento. Se puede oponer la
excepción de cosa juzgada.

También está el desasimiento del tribunal, que si es


total va a poner términoal juicio en que ella recaiga
sin necesidad de sentencia definitiva que resuelva el
asunto controvertido.

Se deja constancia de las especificaciones del arreglo

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