Está en la página 1de 23

Guillermo de la Dehesa

Comprender
la globalización : ~f;u~

Prólogo de Paul Krugman

Alianza Editorial
1
Primera edición : 2000
Segunda edición actualizada: 2004
Tercera edición actualizada y ampliada: 2007

.Jl /3~
Dt/t/ ~001'
J

'ACULTA DE CIENCIA~
t-OLmcAs Ysnr, , 1/ :
ef :loo},i/

Reservados todos los derechos. El contenido <te esta obra esd•1rotegido p~r ta Ley, que establece penas de
prisión y/o multas, además de lar correspondientes indemnizaciónes por daños y perjuicios, para quienes
reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en codo ~ en parce, una obra litera-
ria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo
de soporte o comunicada a través de cualquier medio,
sin la preceptiva autorización.

© Guillermo de la Dehesa, 2000, 2004, 2007


© Alianza Editorial, S. A., Madrid, 2000, 2001, 2002, 2004, 2007
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15;
28027 Madrid; teléfono 91 393 88 88
www.alianzaeditorial.es
ISBN: 978-84-206-8205-l
Depósito legal: M. 5.374-2007
Composición e impresión: EFCA, s. A.
Parque Industrial «Las Monjas»
28850 Torrejón de Ardoz (Madrid)
Printed in Spain

SI QUIERE RECIBIR INFORMACIÓN PERIÓDICA SOBRE LAS NOVEDADES DE ALIANZA EDITO-


RIAL, ENVfE UN CORREO ELECTRÓNICO A LA DIRECCIÓN:
:i Ii:inzaeditorial@anaya.es
-
,,,.

Indice

CP 200121

Prólogo de Paul Krugman .......... .... ... ... ......... ............. ..... ...... ... 9
Introduccl·o' n .................................................................. ........ .
~
13
- L ¿Qué es la globalización? .. ..... ... .... .. .... ... .... ....... ...... ... ........ 19
2. Global.1zac10n
. ' y crecin;uento econom1co .. .. ..... ..... ... ...... .....
,J • • · • , .. •

' •':Jf ~
33
3. Globalización, convergencia real y distribución de la renta 65
4. Globalización, empleo y mercados laborales ...................... 103
5. Globalización y tamaño de las empresas. Las multinacio-
nales ................................................................................. 145
__ 6. Globalización, Estado y Gobierno..................................... 169
. . ' y po l'c·
7. Gl obal1zac10n ' . .................................. . 199
1 tea econom1ca
8. Globalización y tipos de cambio .. .... ...... .... .. ........ .. .. ..... .... 219
9. Globalización y crisis financieras ....................................... 237
1O. Globalización y cultura ..................................................... 323
11. ¿Quién gana y quién pierde con la globalización? .............. 345
12. Nueve falacias sobre la globalización y la competitividad... 369
13. España ante la globalización .............................................. 411
Bibliograf~a .............................................................................. 447

7
Introducción

a globalización no sólo se ha convertido en una de las

L palabras más utilizadas, para bien o para mal, por polí-


ticos, empresarios y líderes sindicales, ONG, economis-
tas, etc., sino que también se está convirtiendo en una especie
de «cabeza de turco» a la que se echa la culpa de todo aquello
que no va bien. !Para algunos políticos y dirigentes de los paí-
ses en desarrollo, la globalización es la culpable de las crisis
financieras y de su contagio, ya que el capital que se invierte
en países prometedores se desinvierte rápidamente al primer
síntoma de debilidad o desequilibrio en los mismos países,
1

arrastrando a otros a la crisis.¡Para algunos partidos políticos y


sindicatos del mundo desarrollado, es la culpable de la des-
trucción neta de empleo y de una mayor desigualdad salarial,
ya que permite una mayor competencia, a través del llamado
«dumping social», de los países con bajos salarios y condicio-
nes de trabajo inhumanas. Casi todos los gobernantes echan
la culpa a la globalización del rápido deterioro de la soberanía
13
r de los Estados y gobiernos frente al creciente auge de los mer-
cados financieros y de las multinacionales. Este conjunto de
1

actitudes es lo que se ha dado en llamar «globafobia», que


tuvo su «puesta de largo» a finales de 1999, en el fracaso de la
cumbre de Seatde, con ocasión de la reunión de la Organiza-
ción Mundial del Comercio (OMC) para el lanzamiento de la
llamada Ronda del Milenio, pero que ha ido decayendo en
estos últimos años.
Algunos políticos de países desarrollados, tanto desde
la derecha como desde la izquierda, critican algunos af.;- t
pectos de 1a globalización, incluso aunque, en su conjun-
to, se estén beneficiando de ella. En el fondo, ni a los polí-
ticos ni a los empresarios ni a los sindicatos les gusta
mucho la competencia. También intelectuales de derecha
como John Gray en el Reino Unido, o de izquierda como
William Greider en Estados Unidos, atacan la globaliza-
ción, con diferencias entre ellos apenas perceptibles.
La gran mayoría de los economistas más respetables de-
fienden la globalización, aunque algunos no hacen lo mis-
mo respecto a la globalización financiera. El caso de Jagdish
Baghwati (1998) es el más importante entre éstos ya que es,
al mismo tiempo, el mayor defensor del libre comercio y un
objetor de la liberalización de los movimientos de capital a
corto plazo. Piensa que la libertad de movimientos de capi-
tal genera crisis recurrentes y que éstas van a terminar cre-
ando un dima contrario a la globalización del comercio, la
cual considera fundamental para el crecimiento y la conver-
gencia entre todos los países. Algún economista muy respe-
tado, como el premio Nobel Maurice Allais (1999), está en
contra de la globalización del comercio, de la liberalización
de los movimientos de capital y de los tipos de cambio fle-

14
xibles, es decir está en contra de todo el proceso de globali-
.,
zac1on.
Otros economistas de gran reputación como Paul
Krugman ( 1999a) y Barry Eichengreen ( 1999a), defenso-
res de la globalización comercial y financiera, creen, sin
embargo, que es conveniente introducir, en ciertos casos,
controles a las entradas de capital a corto plazo para evitar
futuras crisis.
En este libro intento hacer un análisis técnico, objeti-
vo y desapasionado de este debate, tratando de observar
cuáles son los efectos económicos de la globalización tanto
sobre los gobiernos y los Estados como sobre las empresas.
Tanto sobre los mercados laborales como sobre los merca- '
dos financieros, tanto sobre el crecimiento económico
global como sobre la distribución de la renta y la conver-
gencia real entre los países. En medio de este tenso debate
entre los partidarios de la «globafilia» y los de la «globafo-
bia» es conveniente intentar introducir el máximo de luz,
objetividad y evidencia empírica, que es a lo que aspiro en
este libro, junto a una divulgación sencilla de los estudios
que se han realizado sobre los diferentes aspectos de este
asunto tan fundamental para nuestro futuro, para que sea
entendido por el lector no familiarizado con los temas
, .
econom1cos.
En conclusión, puedo avanzar que la globalización está
siendo positiva, en su conjunto, para el crecimiento y la
convergencia mundial, aunque sus costes y beneficios no
estén distribuidos equitativamente. Existirán ganadores y
perdedores, como en todo .proceso de cambio, aunque los
primeros están siendo mucho mayores en número que los
segundos.

15
La globaliz.ación mejora, en conjunción con la nueva
ola de desarrollo de las tecnologías, la eficiencia de la eco-
nomía en general y, por tanto, la productividad y el crcci-
mienco mundiaJes. Pero también tiende a fragm entar los
procesos de producción, los mercados laborales, las enti-
dades políticas e, incluso, las sociedades. Conlleva, al mis-
mo tiempo, aspectos positivos y beneficiosos, innovadores
y dinámicos para la economía mundiaJ en general, y tam-
bién aspectos negativos y perturbadores para determina-
das personas. Sin embargo, los primeros están siendo mu-
cho más relevantes que los segundos.
fa decir, ni la «globafilia», ni la «globafobia» están total-
mente justificadas. La globafo..ación no es una fuente inago-
table de beneficios para la humanidad como predican unos,
ni tampoco es responsable de todos los efeuos perversos
que le adjudican otros. En economía nada es absoluto y
todo e.~ relativo. Este proceso de globalización en el que nos
encontrarnos inmersos es relativamente mucho más positi-
vo q~e negativo para la economía mundial. Ahora bien, hay
que mtentar red_ucir al máximo sus posibles efectos negati-
vos para dctermmados países e individuos que pueden que-
dar d~ lgados O excluidos por la globaliz.ación, par::i. que d
~ : : noe::et:~~ por un r~cbaz.o creciente por parce de
primera 'obafüJción: [ soaales, com_o y~ ocurrió con la
do que la marcha atrás en 9_14. La expenenc1a ha demostra-
va relativame h dicho proceso sería una alternati-
La globaJ~:c::~c :se;:~ para codos.
empresas más que por los 10 ~:~a por los mercados y las
11° pos'.tivo, Iras muchas ~écad nos, lo que es un d~sarro-
conrrano. Pero este proceso Hev~ en ~ue ha ocurndo lo
16 consigo algunas contra-
. ·ones que es necesario reducir o eliminar· Una d e eII as
d1cc1
es q Ue los mercados se desarrollan
. . a través de un p roceso
complejo de to~a de dec1s1ones individuales, mientras
que la democ~ac1~ se desarrolla a través de decisiones co-
lectivas mayontanas. Otra es que los mercados se desarro-
llan mejor y de una manera más eficiente cuanto menor es
la interferencia de los gobiernos; sin embargo la sociedad,
en su conjunto, aspira cada vez más a una mayor seguri-
dad económica y estabilidad social, basadas en reglas que
eviten la desintegración de su cohesión social y desea que
los gobiernos se las garanticen. Como señala Daniel Co-
hen (1999), «la globalización y tecnología actuales forman
una revolución inacabada. Le falta una regulación social
específica. Mientras que no se encuentre un nuevo con-
junto de reglas sociales que se adapten a la nueva realidad,
continuará el malestar actual».
Estos aspectos fueron debatidos en la reunión celebra-
da en Davos en enero del 2000, y tanto el primer ministro
británico, Tony Blair, como el presidente norteamericano,
William Clinton, tuvieron intervenciones destacadas. Para
Blair, tenemos la gran oportunidad en este nuevo siglo de
alcanzar un mundo y una economía abiertos y una socie-
dad global, pero sólo conseguiremos disfrutar de las opor-
tunidades sin precedente que ofrece a la gente y a su bie-
nestar si dicha globalización está basada en una fuerte
dosis de ética y de responsabilidad mutua, impidiendo
que países o personas queden excluidos de ella, y con un
compromiso internacional de ayudar a aquellos afectados
por la deuda, el genocidio y el medio ambiente. El siglo
XXI no será, como el XX, una batalla por el dogmatismo
ideológico sino por ideales pragmáticos.

17
De forma parecida se refirió William Clinton al proce-
so de globalización. Para el prt'Sidente norteamericano hay
que a~egurnrsc de que tamo los países desarrollados como
los en desarrollo consigan que los beneficios de la glohali-
z.ación alcancen a todos !os trabajadores y a todas las fa-
milias de cada nación. Los países industrializados deben
asegurarst que los pobres y los afectados por el cambio
no ~e queden atrás, y que todos los trabajadores tengan
acceso a los beneficios del aprendizaje y la formación de
las nuevas tecnologías. Los líderes de los países en dtsa-
rrollo tienen la responsabilidad de reducir la brecha entre
ricos y pobres asegurando que las instituciones guberna-
mentales sean abiertas y transparentes, honestas y efica-
ces, para conseguir atraer más inversión exrranjera, crecer
más y resolver los problemas SO(:iales. Hay un límite a lo
que los países industrializados pueden hacer para ayudar
a aquellos que no dan los pasos necesarios para que sus
propias sociedades funcionen. Miemras tanto, los países
ricos pueden ayudar reduciendo su deuda, comerciando e
invirtiendo y ayudando en su educación y formaci6n.
Creo que en estas dos intervenciones se resumen clara-
menre las dos oportunidades y los retos que ofrece la glo-
balización.
Agradezco a mi amigo y gran economista Paul Krug-
man el que haya escrito el prólogo de este libro, y a José
Manuel lgea la transcripción de mis manuscritos redacta-
dos en fines de semana y en vacaciones, que es donde en-
cuentro el ti.c1:°po, y espero gue también la inspiración,
para esta actrv1dad de divulgación de la economía al ma-
yor número de personas posible.

IS
¿Qué es la globalización'

(( e~~~~r;~;á:a~:p;: ~: ~~~;~d:~c~~:;:
om periti vidad y globali·u ción• son dos de las

p,or los emp resarios. ranro por los gobernantes como por
[os ciudadanos en general. Ambos términos provienen,
romo iodo aq uello que surge del mundo económico y de
[05 negocios, del ingl6 . La Real Academia Española ya ha
recogido ambos términos en su diccionario. Los franceses
han r«ha1.ado, como es costumbre en d caso de palabras
anglosajonas, d término globali:iación y proponen d de
mundi:ilización. Yo me indino por d primero de los dos.
Crro qu e- se adapta perfectamente al hecho que describe,
que puede ser un sinó nimo del segundo y, además, es d
m:ls mi liudo en economía.
La globalizació n se puede d efi n ir como u n proceso di-
námico de crccicnce libertad e integración mundial_de los
mercados de trabajo, bienes, servicios, tecnología y ca.pi ta-

19
les. Este proceso no es nuevo, viene desarrollándose paula-
tinamente desde 1950 y rápidamente desde 1980 y tar-
dará muchos años aún en completarse, si los políticos
continúan apoyándolo. No es nuevo porque siempre ha
existido a lo largo de la historia, unas veces con ligeros
avances y otras con fuertes retrocesos . .Un pro_ceso similar
---~tu-ve-lug-ar entre 1870 y 1914 de forma casi tan intensa
como el actual. Es decir, ~l _gg!o _?: ya comenzó con una
elevada integración mundial de l~s -~ercados de bienes,
servicios, trabajo y capitales pero se paralizó en 1914, y
tras unas décadas siniestras, en las que dicho proceso de
globalización dio marcha atrás y en las que se sufrieron
dos conflictos mundiales y la Gran Depresión, se reinició
después de la Segunda Guerra Mundial. Finalmente, ha
terminado el siglo con otro proceso similar pero que tiene
visos de ser más duradero. El anterior sólo duró 44 años y
terminó de forma violenta con la Primera Guerra Mun-
dial, mientras que el actual ha cumplido ya más de 55
años y se asienta sobre bases más sólidas que aquél.
Espero que esta vez no termine tan mal como el ante-
rior ya que podría suponer, de nuevo, pasar de competir
económicamente, en un entorno pacífico bajo las reglas del
mercado, a hacerlo militarmente bajo las reglas del poder
de las armas, lo que sería un desenlace nefasto. Tanto con
la globalización como con los conflictos hay ganadores y
perdedores pero, en la primera, estos últimos son una mi-
noría que no tiene necesariamente por qué perder la vida,
aunque puedan algunas personas salir muy perjudicadas.
Al fin Yal cabo,J a glob_alización está basada en_una ,serie .de
Jibertades: la libertad .de. _cQJ)lercia~ con el. resto de los paí-
ses del mundo aprovechando las ventajas comparativas de
20
da uno; la libertad de invertir los capitales alU donde rie-
:n un mayor rendimiento con un riesgo asumible y la li-
bertad de establecerse en el país que se desee: bien para
conseguir un mayor beneficio o una mayor cuota de mer-
cado, si se trata de una empresa, o para obtener un mayor
salario o mejores condiciones de trabajo, si se trata de una
persona.
Creo que uno de los primeros en utilizar el término
«globalización» fue Theodore Levitt (1983) refiriéndose a
la globalización de los mercados. Para este autor, la empre-
sa estaba pasando de una concepción de la producción ba-
sada en el ciclo del producto, a otra global de los merca~
dos. En la primera se innovaban nuevos productos que se
vendían en los países más desarrollados hasta que devení-
an obsoletos y, a partir de entonces, se dirigían a los me-
nos desarrollados hasta que desaparecían del mercado. En
la segunda se vende el mismo producto y de la misma ma-
nera en todo el mundo, con lo que se reducen los costes y
se armonizan los gustos de los consumidores globalmente.
Michael Porter (1990) utilizó posteriormente el térmi-
no globalización para diferenciar una empresa multinacio-
nal de otra global. La compañía multinacional es aquella
que opera en un número determinado de países pero hace
muy poco o ningún esfuerzo en unificar sus operaciones
desde el punto de vista estratégico, mientras que la empre-
sa global persigue una estrategia mundial en la que las dis-
tintas operaciones nacionales están totalmente coordina-
das, desarrollando sinergias y haciendo que el conjunto
tenga mayor valor que la suma de sus partes.
_ Kenichi Ohmae (1990) dio un paso más, consideran-
do que la empresa global es aquella que ha abandonado su

21
r identidad..naciod y que opera como.JIDa entidad sin pa-
tria en una escala mundial. Consecuentemente, la supervi-
sión del actual Estado-Nación es fundamentalmente irre-
levante para este tipo de empresas. ÉS t ªs real~zan sus
inversiones en r+D, su financiación y su reclutamiento de
personal a escala mundial. Un ejemplo típico de este tipo
de empresas pudiera ser Nestlé. Una compañía con base
en Suiza pero en la que sólo dos suizos están entre sus pri-
meros diez ejecutivos; los ocho restantes son de cinco na-
cionalidades distintas. La compañía está establecida en
150 países y su negocio en Suiza es muy poco importante.
Es decir, la globalización tiene como agentes funda-
mentales a las grandes empresas multinacionales, tanto fi-
nancieras como no financieras, que se implantan en la
mayor parte de los países, aumentando los flujos comer-
ciales, de capitales y de tecnología entre unos y otros y ha-
ciendo que los mercados estén cada vez más integrados y
globalizados. Ahora bien, estas empresas son capaces de
desarrollar la globalización porque una serie de descubri-
mientos tecnológicos y decisiones políticas les están per-
mitiendo hacerlo.
¿Cuáles...son.losiac19res qµe determinan el proceso de
globalización?..EL primero _es, sin duda, el desarrollo tecno-
, _lógico. El desarrollo de nuevas tecnologías en el transporte
y en las telecomunicaciones ha permitido que sus costes
caigan de una manera espectacular. El coste de una llama-
da telefónica de Nueva York a Londres era de 300 dólares
en 1930, de 50 dólares en 1960 y de menos de un dólar
hoy. El coste del uso de satélite ha caído de 100 dólares en
1990 a sólo 1 dólar en 2000. El coste de procesamiento
de la información a través de ordenadores, medido en dó-

22
lares por segundo, ha caído de 100 en 1975 a 0,01 en
1995, y a 0,001 actualmente · El nu' mero promed.10 mun-
dial de usuarios de Internet como . d al d
., . porcentaJe e1 tot e
1~ poblac1on ha subido de 1 por ciento en 1994 al 14 por
ciento en 2000, pero en dicho año alcanzaba el 55 por
ciento en Estados Unidos, el 45 por ciento en la Unión
Europea, el 37 por ciento en Japón y el 18 por ciento en
los países emergen~es de Asia. Lo mismo se puede decir
del transporte por carretera, avión o barco. El flete maríti-
mo por tonelada era de $100 en 19 30 y ha caído a $30 en
2000. El coste del flete del trigo, en porcentaje del precio
de este último ha caído del 80 por ciento en 1830 al 9 por
ciento hoy. El ingreso por pasajero-milla en avión ha caí-
do de $100 en 1930 a $10 en 2000 (FMI, 2005).
No sólo han caído los precios del transporte sino que
la economía mundial ha devenido menos intensiva en el
transporte de mercancías. Se ha pasado de transportar ma-
terias primas y alimentos sin procesar o poco elaborados a
transportar, fundamentalmente, productos semimanufac-
turados o acabados, que cada vez se hacen con materiales
más ligeros y ocupan menor espacio. Es decir, los produc-
tos que se comercian tienen cada vez un mayor valor uni-
tario y el transporte es cada vez más barato, con lo que la
relación del segundo con el primero cae con gran rapidez.
-Todo ello ha hecho que las barreras naturales de tiempo y
espacio entre los países sean cada vez menores y, por tan-
to ' el coste de enviar
.
de .unos a otros bienes y sei:viGios,
p.ersonas-y--eapital€~ infe,rmación sea cada vez más bajo,
\' '
j

19 _que ha facilitado la internacionalización e interdepen-


dencia de las economías y está haciendo el mundo cada
/ ,...,
vez mas pequeno.

23
El segundo faqor ha sido la liberalización de los inter-
..camhios ..de -bienes, servicios y capitales entre países, tanto
a través de negociaciones multilaterales en el seno del
Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio
(en inglés GATT), de la Organización Mundial del Comer-
cio (OMC), de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) y del Fondo Monetario In-
ternacional (FMI), como por las decisiones unilaterales y
bilaterales de las autoridades económicas de los países in-
dividualmente o de las áreas de integración en las que se
encuentran inmersos.

PROFUNDIDAD DE LA GLOBALIZACIÓN

Esto no significa que el proceso de globalización haya


alcanzado unas dimensiones todavía muy importantes, de
hecho aún queda muchísimo camino por recorrer. Una de
las medidas más simples para determinar el nivel de globa-
lización, en cuanto a bienes y servicios se refiere, es ver la
relación entre el volumen de comercio exterior y de pro-
ducción en cada país. Aunque dicha proporción ha au-
mentado sin parar desde 1950, debido a que el comercio
internacional de bienes y servicios ha crecido a mucho
mayor ritmo que la producción desde la citada fecha, aún
no es muy superior a la ya alcanzada en 1913. En aquel
año , Japon
' era un pais' tan abierto como ahora. Entonces,
la suma de sus importaciones y exportaciones representa-
ban el 30 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) y
hoy sólo son del 31 · N
. por ciento. o ocurre lo mismo con
e1Reino Unido cuy 1 ·, h .
' ª re acion a sub.1do, en dicho perío-
24
dn, dt•t,d<: d /4 7 por cic:1110 al 59 por ciento. Francia, AJe-
ni:in i:i y E~rndos Unidos han aum entado su internaciona-
li'/.il<'ián y :ilwrn se c.: 11c;ucrnran con un peso relativo de su
ru uic.•n·in sohn: s11 proJucción del 59 por ciento, del 80
por d(.'1110 y del 28 por ciento respectivamente.
N:1111r:dm cnre, cuanto mayor es el tamaño del país O el
iirt':I dt in1cgnKi<'>11, nH; nor es dicha proporción . En Esta-
dos Unidos, la Unión Europea y Japón se acerca aproxi-
111;1dam:111tL' al .'-30 por ciento, mientras que en países pe-
qt1t' fi os con10 Holanda, Bélgica o Irlanda supera con
,nucho d cie nto por ciento. España ha sufrido un cambio
radica l. En I ') 18 la suma de sus importaciones y exporta-
donc:s rc.:prc.·sc1uah:1 el 24 por ciento del PIB. En 1959 ha-
hí:l caído al 9 por ciento y ahora Hega casi al 60 por cien-
ro, alcan zando a países como Francia e Italia. En su
l'Onjunto, d comercio mundial, medido en volumen, se
ha multiplicado por 16 desde 1950 hasta 2005, mientras
que el Pin mundial lo ha hecho sólo por 6.
Otra forma de medir el proceso de globaJización es ob-
servar la convergencia de precios, en todos los países, de los
productos o servicios que son idénticos u homogéneos. En
un mundo totalmente globaJizado, los precios para los mis-
mos productos deberían de ser iguaJes, excluyendo los im-
puestos locales y los costes de transporte y de seguro. Sin
embargo, la realidad dista de ser así. Siguen permaneciendo
divergencias notables entre unos países y otros, incluso den-
tro de la Unión Europea. Modelos idénticos de automóvil
cuestan, antes de in1puestos, hasta un 30 por ciento más en
unos países de la Unión Europea que en otros. Esto es posi-
ble, bien porque la distribución es más eficiente en unos
países que en otros, porque los gustos son diferentes y existe

25
r un sesgo muy elevado hacia los automóviles nacionales
porque, hasta ahora, los consumidores no comparaban ade-
) o

cuadamente los precios en distintas divisas. El hecho es que


los fabricantes multinacionales pueden discriminar precios
entre unos países y otros obteniendo mayores márgenes
medios para el mismo modelo. La introducción del euro
tenderá a acercar en mayor medida los precios de los bienes
y servicios, al poderlos comparar todos ellos en la misma
moneda.
Los mercados entre países están todavía menos inte-
grados que dentro de cada uno de ellos, incluso cuando
se trata de países vecinos. El comercio entre Canadá y Es-
tados Unidos, por ejemplo, es veinte veces menor que en-
tre las provincias canadienses a pesar de tener una fronte-
ra común de cerca de 4.000 km y de mantener unas
barreras mínimas entre ambos.
La integración y globalización de los mercados finan-
cieros es todavía más importante y ha avanzado en mayor
medida que la comercial debido al desarrollo tecnológico
y, sin embargo, también está muy lejos de ser total. Una
manera de medir el grado de globalización financiera es
observando las salidas netas de los países exportadores de
capital (es decir, los que tienen un superávit por cuenta
corriente en su balanza de pagos) y las entradas netas de
los países importadores (que tienen un déficit por cuenta
corriente en su balanza de pagos). En la primera globaliza-
ción (1870-1913) el Reino Unido exportó capitales, en
media anual, de un 5 por ciento de su PIB y llegó al 1O por
ciento en algunos años. En estos últimos años, Japón, que
ha sido el país con un mayor superávit por cuenta corrien-
te, ha exportado capitales sólo por el 4 por ciento de su
26
pJB y la media de salidas netas de la OCDE ha sido del 2,5
por ciento del PIB. ,.··
Otra forma de mediril.a globalización financiera es ver
cuánto representan las inversiones directas en el extranjero
en relación con las inversiones directas nacionales~iHoy al-
canzan en los países de la OCDE el 6 por ciento de la inver-
sión doméstica total, mientras que la inversión extranjera
del Reino Unido en los primeros trece años del siglo era
tanta como el total de su inversión nacional. Sólo en estos
últimos años, en países en desarrollo grandes como Méxi-
co, Brasil y China, las entradas netas de inversión directa
extranjera han llegado a alcanzar el 20 por ciento de su in-
versión neta nacional. Otra forma de medir la globaliza-
ción financiera es a través de los activos y pasivos exterio-
res de los países . En 1970, los activos externos de los
países de la OCDE eran del 25 por ciento y sus pasivos del
28 por ciento de su PIB. Hoy han aumentado al 21 O por
ciento y 225 por ciento respectivamente de su PIB. En los
países emergentes sus activos han aumentado del 9 al 72
por ciento y sus pasivos del 27 al 95 por ciento de su PIB
(FMI, 2005) .
· Por otro lado, si hubiese una globalización financiera
total habría una fuerte convergencia de los tipos de inte-
rés, cubiertos del riesgo del tipo de cambio, en todos los
países, lo que tampoco ha ocurrido. Es decir, los tipos de
cambio no han respondido ni compensado siempre los di-
ferenciales de tipos de interés a corto plazo (teoría de la
paridad de intereses) ni los diferenciales de inflación a lar-
go plazo (teoría de la paridad del poder adquisitivo), con
lo que la convergencia de tipos de interés tiende a ser len-
ta y volátil. Aun así, la dispersión de los tipos reales de in-

27
rerés ent~ !os grañdes países de la ?CDE ha caído <Je 5de
una desv1ac1ón esrándar del 12 por ciento en los afi.os cua.
renta y cincuenta a otra de sólo el l por ciento a final <le
los noventa (FMI, 2005).
Sin embargo, la globalización financiera p rogresa a una
marcha muy satisfactoria. Entre 1980 y 2005, mientras qlic
el J'IB mundial ha crecido al 3,5 por ciemo de media an ual
el imcrcambio de bonos y acciones ha crecido, en término~
reales, en torno al 25 por ciento anual; el comercio de divi-
sas lo ha hecho al 24 por ciento, los pr6 tamm internacio.
na.les a! 8 por ciento, la inver5ÍÓn extranjera dirt'.Cta al 9 por
ciento, y d comercio de bienes y servicios al 7 por ciento
anual. De seguir este ritmo de crecimiento, la globalización
fr11anciera podría llegar a ser coral dentro de unos quince
años y la comercial dentro de treinta, aproximadamente,
siempre que no se pongan trabas a su desarrollo y :.iga ade-
lante la Ronda del Milenio de la OMC, la Organización
Mundial del Comercio.

GLOBALIZACIÓN Y ASIMETRfA

Uno de los mayores problemas de la globafü.ación es


que mientras la integración de los mercados de bienes, ser-
vicios tecnología y capitales progresa a fuerte ritmo, la de
los mercados laborales no lo hace. Roben Reich ( 1991 ) se
pregunta: ¿quiénes somos nosotros?, y llega a la conclu-
sión de que wmo casi todos los factores de producci6n
como el capital , la tecnología, las fábricas, los bienes de
';'l~ipo, etc., se pueden trasladar d e unos países a otros, lo
unrco que 4ueda realmente nacional es la mano de obra,
28
que lo hace lentamente en el caso de la mano de obra más
cualificada O no lo hace en la de baja cualificación. De ahí
que sean los trabajadores, especialmente los menos cualifi-
cados, los que de verdad merecen llamarse «nosotros». Lo
demás es cada vez más global.
La movilidad laboral entre los países de la OCDE está
estancada Y entre los países en desarrollo y los desarrolla-
dos avanza más rápidamente, lo que hace que se vayan re-
duciendo, poco ·a poco, las divergencias de renta per cápi-
ta entre unos y otros países. En la primera globalización
de 1870 a 1914 más de 60 millones de personas se despla-
zaron desde Europa a América y el total de emigrantes su-
peraba los 120 millones, cuando la población mundial era
de 1.500 millones de personas, es decir casi el 8 por cien-
to de la población mundial. Sin embargo, hoy, los movi-
mientos migratorios son, relativamente, mucho menores,
pero se están acelerando en los últimos años. Los proble-
mas de control de la inmigración, así como los de las ba-
rreras culturales y lingüísticas, de educación y de forma-
ción son algunos de los elementos que influyen en la falta
de integración laboral. De acuerdo con las Naciones Uni-
das (2005) el número de habitantes extranjeros o nacidos
fuera de cada país era, para el total mundial, un 3,2 por
ciento de la población mundial, es decir 200 millones de
personas, mientras que para el total de los países OCDE era
del 9 por ciento, casi tres veces mayor. La tasa oficial de
inmigración en Estados Unidos a ~rincipios de los a~~s
noventa representaba sólo el 6 por ciento de su pobl~cio~
total pero hoy alcanza el 16 por ciento. E~ Alemania di-
1
cha tasa era del 3 por ciento de la poblacion total, pero
hoy ya alcanza el 13 por ciento. En el Reino Unido y Fran-

29
cia era del 2,5 por ciento y hoy es del 11 y el 10 por ciento
respectiva_mente. En la Unión Europea, en 1992, sólo un
4,7 por c1emo del total de la población era extranjera, es
decir unos 12 millones de personas, de los que ocho mi-
llones eran de origen comunitario y sólo cuatro millones
de países en desarrollo. Hoy dicha casa es del 9 por ciento
es decir, unos 35 millones. En Españ.a era inferior al o,~
por ciento, a pesar de que la tasa de fecundidad espafiola
era y es, junto con la de Italia, una de las más bajas de!
mundo; hoy, sin embargo supera el 9 por ciento en ambos
países. Es muy probable que las cifras de inmigración en
los países de la OCDE aumenten de forma muy importante
en los próximos añ.os, dados los problemas de envejeci-
miento de su población. En 2004, la edad mediana en la
población de la OCDE era de 39 años y alcanzará los 50 en
2050, mientras en los países en desarrollo la edad mediana
es hoy de 24 y será de 35 años en 2050 (ON U, 2005).
A pesar de todo, el actual proceso de globalización se
asienta sobre bases más sólidas que las del anterior a prin-
cipios del siglo XX. En el anterior, el número de países que
participaban en ella era mucho menor. Nunca ha habido
cantas economías abiertas en el transcurso de la historia
mundial como existen hoy, tras la apertura de los países ex
comunistas. El desarrollo tecnológico de las comunicacio-
nes permite que las empresas globales estén más integra-
das que nunca, y que los mercados integren, a través de
inrernet, a los consumidores y productores de todo el
mundo. La tecnología ha permitido, asimismo, un desa-
rrollo, hasta ahora desconocido, de los mercados financie-
ros ya que ayuda a aumentar, de forma extraordinaria, la
rapidez de las transacciones y su compensación y liquida-

30
ción. Las transacciones diarias en el mercado de divisas,
por ejemplo, han aumentado desde 15.000 millones de
dólares en 1973 a tres billones (europeos) de dólares en la
actualidad, es decir 200 veces más tan sólo en diecisiete
años. Aunque los flujos netos de capital no han aumenta-
do en relación con los de principios de siglo, los flujos
brutos se han multiplicado exponencialmente desde en-
tonces, tanto en términos de transacciones de divisas
como de bonos, depósitos o acciones, todo ello gracias a la
rapidez e integración que permiten las tecnologías de la
información. Finalmente, la globalización actual es mu-
cho más institucionalizada que lo fue la anterior. Tanto la
existencia de la OMC, del FMI y de la OCDE, como la exis-
tencia de grandes empresas y entidades financieras globa-
les, hacen que sea mucho más difícil dar marcha atrás en
este proceso que antenormente.
Bordo, Eichengreen e Irwin (1999) van más allá y lle-
gan a la conclusión de que vivimos en un mundo muy di-
ferente al del principio del siglo XX, no sólo porque los sis-
temas políticos son más democráticos y permiten una
mayor representación de los intereses de los ciudadanos,
sino porque el fenómeno es, en sí mismo, diferente: la in-
tegración es más profunda y más amplia que hace cien
años. El comercio de mercancías representa ya un porcen-
taje superior de la producción total. El comercio y la in-
versión se han abierto a ciertos sectores, tales como los
servicios públicos y privados y el comercio al por menor,
que en aquel momento eran puramente locales y sin com-
petencia. La integración financiera es mucho mayor y más
profunda que entonces a pesar de que las inversiones di-
rectas no hayan superado todavía los niveles de principios

~1
' del siglo XX. Finalmente, creen que las tensiones

comer .
CJa_
les y la inestabilidad financiera en la actualidad no tiene
1
/ . 1
por que preocuparnos, ya que eran 1gua es o mayores
11

principios de siglo, a pesar de tener una menor globaliz/


ción de la que disfrutamos hoy.

32

También podría gustarte