Esta noción alude a un conjunto de personas que tienen en común su
vinculación político - jurídico con un cuerpo político soberano. Su génesis hace referencia a un grupo humano coexistente en una determinada zona geográfica, luego de un proceso de adaptación y una posterior presencia del fenómeno político. Tal como infiere Lucio Moreno Quintana [preliminares del derecho internacional, Buenos Aires: Perrot, 1954] “El Estado es en lo esencial una colectividad humana. En donde se acredita la asociación permanente de individuos unidos por un vínculo político – jurídico. Por ende, la condición de habitantes del territorio del estado impone el sometimiento a su autoridad”. El pueblo de un Estado puede ser de composición étnica homogénea o heterogénea. a. En el primer caso se acredita sociológicamente la unidad étnica. Al respecto, es citable el caso de Japón, Suecia, Islandia. b. En el segundo caso se acredita sociológicamente la existencia de una pluralidad de etneas. Al respecto, es citable el caso del Perú (Quechuas, Aimaras, Ashánincas, etc.), Bélgica, Canadá, España. Etc.
Es conveniente hacer una distinción entre población y pueblo, porque la
primera comprende a todos los individuos sean nacionales o extranjeros, y por pueblo exclusivamente los integrantes de esa sociedad, de ese Estado, en un concepto jurídico, con derechos civiles y políticos y con las obligaciones inherentes a los mismos, y relacionado con otro de los elementas fundamentales del Estado diremos que son aquellos habitantes de un territorio determinado o elemento geográfico.