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Borrazzo&Etchichury 2013 - Arqueologia 19
Borrazzo&Etchichury 2013 - Arqueologia 19
RESUMEN
Este trabajo aborda el estudio de las materias primas líticas utilizadas por los cazadores-recolectores del
norte de la isla Grande de Tierra del Fuego (Argentina) para la manufactura de bolas. A partir del estudio
microscópico de muestras naturales y arqueológicas se realiza la caracterización petrográfica de dichas ro-
cas. Asimismo, se informa su disponibilidad regional utilizando la información obtenida en los muestreos
sistemáticos de fuentes secundarias en el área de estudio. La comparación entre la disponibilidad natural de
estas litologías y su representación en el registro lítico regional indica que la selección de las materias primas
estuvo influida por factores no relacionados con la oferta ambiental. Finalmente, se plantean hipótesis sobre
los criterios que guiaron la selección de las rocas empleadas en la manufactura de bolas y se delinean las
principales tendencias tecnológicas observadas.
PALABRAS CLAVE: Materias primas líticas, Bolas, Disponibilidad, Selección, Tierra del Fuego.
ABSTRACT
This paper focuses on the study of lithic raw materials used by hunter-gatherers for bola manufacture
in Northern Grande Island of Tierra del Fuego (Argentina). The petrographic characterization of natural
and archaeological samples of those rocks is presented. In addition, their availability in the regional lands-
cape is assessed through the systematic sampling of several secondary lithic sources. The comparison of
the natural availability of these lithologies and their representation in the archaeological record shows that
raw material selection was not primarily influenced by availability. Finally, we explore several criteria that
may have been applied to raw material selection for bola manufacture and present the main technological
patterns observed in the archaeological record.
KEYWORDS: Lithic raw materials, Bola technology, Availability, Selection, Tierra del Fuego.
I
CONICET • IMHICIHU, UBA. Saavedra 15, piso 5 (CP 1083), Buenos Aires, Argentina • E-Mail: kborrazzo@yahoo.com.ar
II
Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”. Angel Gallardo 470 (CP1405), Buenos Aires, Argentina
ARQUEOLOGÍA 19 (2): 305-324 • 2013 • Instituto de Arqueología • FFyL. UBA
ISSN (Versión impresa) 0327-5159 • ISSN (Versión en línea) 1853-8126
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rea formada por sedimentos limo-arcillosos las materias primas líticas en el contexto de:
que fueron posteriormente retrabajados por 1) disponibilidad regional de recursos líticos;
el viento (llanura mareal fangosa sensu Vilas 2) la selección de materias primas para la
et al. 1986-1987, 1987, 1999). Este sector de producción de otros instrumentos manufac-
unos 180 km2 está naturalmente desprovisto turados por picado, abrasión y/o pulido y/o
de rocas (Borrazzo 2012). Entre la llanura modificados por uso. Se trata de determinar
mareal fangosa y las sierra Carmen Sylva se si los criterios empleados en la selección de
encuentran cuatro pequeños afloramientos rocas para las bolas difirieron de aquellos
terciarios. Los espacios circundantes a ellos buscados para la manufactura de instrumen-
son antiguos cordones de tormenta cubier- tos modificados con técnicas similares.
tos con sedimentos eólicos edafizados (lla-
nura de cheniers sensu Vilas et al. 1986-1987, Para identificar las litologías utilizadas en
1987, 1999). En este sector, los nódulos de la manufactura de este subconjunto de ar-
rocas se encuentran disponibles en remanen- tefactos, se realizaron cortes delgados sobre
tes de depósitos de drift localizados sobre los piezas arqueológicas (n=9). La selección de
afloramientos terciarios y en las cicatrices de muestras priorizó la elección de los ejempla-
erosión abiertas por las lagunas temporarias res con pronunciadas diferencias litológicas
que se desarrollan en la llanura de cheniers. macroscópicas con el objeto de ampliar el
En el extremo meridional de nuestra región registro petrográfico de especies y sus varie-
se ubica la sierra Carmen Sylva, constituida dades.
por la misma arenisca lítica de edad terciaria
que forma los pequeños afloramientos, la que Para caracterizar la disponibilidad regional
se encuentra cubierta por depósitos de drift de rocas aptas para el trabajo por picado,
(Codignotto 1990). abrasión y/o pulido (rocas granoideas, igneas
filónicas e instrusivas, sensu Torres 2009; rocas
melanocráticas y leucocráticas, sensu Borrazzo
MATERIALES Y MÉTODOS 2010) se muestrearon (sensu Franco y Borrero
1999) 21 fuentes potenciales identificadas en
Los conjuntos artefactuales considerados la región de estudio. Cabe aclarar que todas
para este trabajo provienen de 29 localida- las rocas plutónicas y/o filónicas fueron re-
des arqueológicas emplazadas entre los ca- cuperadas en fuentes secundarias, represen-
bos Espíritu Santo y San Sebastián (Figura tadas en la región por bermas (activas y/o
1). Para este estudio sólo se incluyeron todos fósiles) y depósitos de origen fluvio-glaciar
los artefactos manufacturados por picado, (Codignotto 1990). Los nódulos registrados
abrasión y/o pulido y aquéllos modificados fueron en todos los casos rodados. Una selec-
por uso que exhibían rastros macroscópicos ción de ellos, siguiendo los criterios aplicados
(n=155). Tipológicamente, dichos artefactos para la elección de las muestras arqueológi-
incluyen bolas, preformas, desechos, percu- cas (ver supra), fue sometida a corte (n=11).
tores, yunques, implementos de molienda e Con una sola excepción (mena magmática,
instrumentos con rastros macroscópicos de ver infra), todas las litologías identificadas en
abrasión (posiblemente utilizados en la eta- el registro arqueológico fueron localizadas en
pa de acabado por abrasión y/o pulido de el paisaje.
bolas). En términos generales, las materias
primas corresponden a rocas ígneas filóni-
cas y/o plutónicas. Si bien nuestro estudio se PETROGRAFÍA
concentra en el estudio de la tecnología de
bolas, se decidió considerar un repertorio de La identificación y descripción petrográ-
artefactos más amplio que permitiera evaluar fica de las muestras naturales (n=11) y ar-
el comportamiento de la selección y uso de tefactuales (n=9) se basó en observaciones
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Todas las muestras tienen composición mi- de contornos a veces crenulados, tienen dis-
neralógica similar (Figuras 4 y 5), con predo- tribución irregular, en ocasiones intersticial, y
minio de la plagioclasa, que participa aproxi- con frecuencia presentan extinción ondulante
madamente con el 45%. Sus cristales eu a y cierto grado de fragmentación atribuible a
subedrales están generalmente maclados se- presiones que deben haber actuado sobre estas
gún la ley de la albita y, con menor frecuencia, rocas. El mafito más abundante es la hornblen-
según las combinaciones de ésta con Carlsbad da (25 a 44%). Sus cristales son, en general,
y/o periclino; predominan las de composición subedrales, de hábito prismático alargado, con
oligoclasa (An28), andesina (An48) y son esca- terminaciones irregulares, a veces dentadas y
sas las de la labradorita (An52), así como los raramente anedrales. Éstos tienden a formar
individuos con crecimiento zonal. En general, agregados que corresponden a la variedad ver-
su estado es fresco, y en algunos cristales en- de, con pleocroísmo verde amarillento-verde
turbiados por alteración arcillosa suelen obser- claro-verde. Aunque muchos presentan buen
varse también gránulos opacos y de epidoto, estado de conservación, no son raros aquéllos
así como productos secundarios provenientes alterados en sus bordes, con decoloración mar-
de la alteración de otros componentes que han ginal, cloritización y acumulación de gránulos
penetrado a través de fisuras y clivajes (p.e. clo- opacos de óxido de hierro residual y epidoto.
ritas, óxidos, hidróxidos de hierro). La partici- La mica es una biotita castaño, que varía de
pación del cuarzo es escasa, ya que ocasional- vestigios a un 3%, y falta en algunas muestras.
mente alcanza el 10%. Sus granos anedrales, Generalmente presenta reemplazo clorítico
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en sus bordes. El piroxeno es muy escaso (1 por Cailleux (1979) para este tipo de rocas.
a 2%). Está representado por individuos ane- Engelbach (1922: 12 en Kelany et al. 2010)
drales, muy destruidos, incoloros, que por sus informa una densidad promedio de 2.99 gr/
características ópticas se incluyen dentro de los cm3. Para Tierra del Fuego, contamos con
clinopiroxenos de composición augítica. Los el valor de 3.23 gr/cm3 comunicado por
minerales opacos constituyen del 3 al 10%. Acevedo y González Guillot (2011) para la
Observados por reflexión, presentan el color hornblendita de Estancia Túnel.
negro y el brillo metálico propio de la mag-
netita. Los cristales euedrales de mayor tama- Las muestras estudiadas son rocas holocris-
ño se consideran primarios, mientras que los talinas de mineralogía similar, constituidas por
gránulos anedrales de pequeñas dimensiones cantidades variables de clinoanfíboles (horn-
se interpretan como productos residuales de la blenda, tremolita, actinolita), clinopiroxeno
alteración de los mafitos. El epidoto granular, (augita diopsídica), plagioclasas y minerales
los fragmentos de cristales y pequeños prismas opacos de hierro y accesorios. Los mismos
de apatita son componentes accesorios, esca- se observan asociados en una textura princi-
sos. palmente ofítica a subofítica, que en algunos
casos tiende a granular hipidiomorfa, en co-
ROCAS FILÓNICAS incidencia con el aumento de los minerales
claros, lo que les confiere cierta semejanza
Se ha identificado rocas hipabisales mela- con las dioritas.
nocráticas en las muestras naturales y arte-
factos, constituidos en su mayor parte por Cuando los mafitos alcanzan mayores dimen-
distintos tipos de diabasas y una mena mag- siones o forman agregados, adquieren aparien-
mática. cia “porfiroide”. Las variaciones de las frecuen-
cias de los principales componentes máficos
Diabasas permiten diferenciar y clasificar las muestras
como diabasas s.s. (Figuras 6 y 7), diabasas an-
Las diabasas son negro verdosas, compac- fibólicas o uralitizadas (Figura 8 y 9) cuando los
tas, tenaces, de grano fino a mediano, pesa- porcentajes de los anfíboles alcanzan 50 a 60%,
das, con densidades comprendidas entre 2.85 y como piroxénicas (Figuras 10 y 11) cuando el
y 2.95 gr/cm3 según los valores informados clinopiroxeno representa del 46 al 70%.
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Mena magmática
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DISPONIBILIDAD REGIONAL
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EL REGISTRO ARQUEOLÓGICO
Figura 15 • Frecuencia relativa de los distintos tipos de
REGIONAL
rocas en la región.
Los artefactos manufacturados sobre ro-
cas filónicas y/o plutónicas recuperados
representan menos del 4% de la muestra
de artefactos líticos recuperada en la región
(n=154). La muestra de piezas considerada
para este trabajo está compuesta por bolas,
preformas, desechos, percutores, yunques,
implementos de molienda e instrumentos
con rastros macroscópicos de abrasión. Las
bolas y preformas (enteras y fragmentadas)
representan el 35% de la muestra (n=54).
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de esta presentación, y dada la reducida va- (Tabla 2) al registrado en las bolas enteras de
riación registrada en las dimensiones de los esas materias primas. Esto podría estar sugi-
dos ejes restantes en los ejemplares analiza- riendo el uso de fuentes alternativas aún no
dos, estos intervalos son asumidos como los exploradas arqueológicamente. En cuanto al
valores de los tres ejes de cada pieza. Los da- granito, éste ofrece en promedio los nódulos
tos presentados en la Tabla 1 indican que a) más pequeños. Además, es importante desta-
la mayoría (85%) de los ejemplares enteros car la observación de Vecchi (2010a), quien
exhiben valores comprendidos entre 40 y 55 menciona que la dureza de esta roca la haría
mm; b) las bolas confeccionadas sobre dia- menos apta para la manufactura de bolas. La
basa s.s., diabasa piroxénica, diorita cuarcífera mayor dificultad ofrecida por el granito para
y diabasa anfibólica son las que exhiben ejes la formatización de esferas líticas ha sido
mayores o iguales a 50 mm. Por otra parte, también señalada por otros autores (Aimers
la Tabla 2 presenta los valores correspon- et al. 2011).
dientes a la longitud, ancho y espesor de los
nódulos recuperados en las fuentes poten- Todo parece indicar que la selección de las
ciales de materias primas líticas. La compa- diabasas piroxénicas y anfibólicas responde
ración de ambas tablas sugiere que la diabasa, al tamaño adecuado de sus nódulos para la
una de las dos rocas más frecuentes en los manufactura de bolas. Sin embargo, cabe des-
depósitos muestreados de la región, ofrece tacar que la diabasa s.s. aún siendo la roca más
los nódulos de mayor tamaño. Le siguen las representada en los muestreos y que exhibe
diabasas anfibólicas y piroxénicas, que son los nódulos de mayor tamaño, posee un apor-
las materias primas más frecuentes entre las te cuantitativamente inferior en el conjunto
bolas y preformas en la región (Figura 18). de artefactos con respecto a las anteriores.
Por lo tanto, la información disponible seña-
la que la selección de diabasas anfibólicas y Una hipótesis alternativa para explicar la se-
piroxénicas estaría favorecida por la dispo- lección de rocas en la manufactura de bolas
nibilidad de clastos más grandes en esas li- es considerar las propiedades físico-mecáni-
tologías. Además, los datos disponibles indi- cas de los diferentes tipos petrográficos estu-
can que los nódulos de diabasa piroxénica y diados. Un primer elemento a considerar es
diorita cuarcífera poseen espesores inferiores el peso específico de las rocas. Como fuera
Tabla 2 • Valores máximos, media y mediana para largo, ancho y espesor de los nódulos recuperados en los muestreos de
fuentes potenciales.
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desarrollado en acápites anteriores, las dife- tenaz, es tallable y permite las formatizaciones polié-
rentes variedades de diabasa poseen pesos drica y esferoidal. Las rocas sedimentarias, como la
específicos levemente superiores a aquéllos ortocuarcita de la formación Balcarce y tosca, poseen
registrados para la diorita y granito. La mena una dureza menor, por lo que son más fáciles para el
magmática, cuyo mayor aporte se registra en- picado. No obstante, la posibilidad de fractura de las
tre bolas y preformas, posee un peso especí- piezas durante su formatización es mayor que en la
fico aún más elevado. diabasa” (Vecchi 2010: 105). Por lo tanto, am-
bos estudios arqueológicos señalan a la diaba-
Por otra parte, las diabasas son rocas que sa como una roca particularmente apta para
carecen de poros, cavidades y/o espacios in- la manufactura por picado y para resistir los
tergranulares, no presentan exfoliación, y tie- impactos en su uso para la percusión de otras
nen una trama compacta debido a su carácter rocas. Su mayor frecuencia en los conjuntos
holocristalino y al tramado de sus compo- arqueológicos estudiados por estos autores
nentes que son las características que aumen- en diferentes contextos geográficos y sociales
tan su resistencia a la fractura por impacto apoya estos argumentos.
(Kelany et al. 2010; Petersen y Leanza 1961).
Este último atributo resulta particularmente En síntesis, la selección de las materias pri-
apropiado cuando la formatización de la roca mas empleadas para la manufactura de bolas
se realiza por picado. Otro rasgo destacado en el norte de Tierra del Fuego ha sido en
de estas rocas es su dureza que, aunque difícil ciertos aspectos independiente de la disponi-
de medir por ser poliminerales, depende en bilidad de las rocas en el paisaje. Entre los fac-
buena medida de las respectivas durezas de tores que pueden haber influido la selección
los minerales que las componen, de su estado hemos señalado 1) el tamaño de los nódulos
de conservación, de la textura, etc. En pro- disponibles y 2) las propiedades físico-mecá-
medio, la dureza de sus componentes varía nicas (peso específico, resistencia a la fractura
de 5 a 6.5 (Klein et al. 1993). Por otra parte, por impacto, dureza) de las diferentes litolo-
la escasez o ausencia de cuarzo granular que, gías. Estos dos elementos resultan explicati-
teniendo una dureza 7 presenta menos resis- vos del patrón general observado; sin embar-
tencia al impacto que la hornblenda (George go, la subrepresentación de la diabasa s.s. en el
1943), contribuye a facilitar el tallado y el pu- subconjunto de bolas y preformas no estaría
lido. respondiendo a ninguno de ellos.
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basa s.s. (22%), la diabasa piroxénica (22%) y es una actividad central para expandir la in-
la diorita cuarcífera (22%). Esta elevada fre- formacion sobre la disponibilidad de materias
cuencia de la diabasa piroxénica en espacios primas en la región. Esta última constituye
donde no se registraron fuentes potenciales una herramienta indispensable para identifi-
para esta roca contrasta con su bajo aporte car los criterios involucrados en las elecciones
entre los desechos del sector septentrional tecnológicas de las poblaciones cazadoras-re-
(13%), donde varias fuentes exploradas ofre- colectoras fueguinas.
cen esta litología (Figura 16).
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