En 1973 la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) decidió eliminar la
homosexualidad del 'Manual de Diagnóstico de los trastornos mentales' (DSM-5) y urgió a rechazar toda legislación discriminatoria contra gay y lesbianas. La acción vino motivada (LANTIGUA, 2005, pág. 12) con el fin de eliminar los estereotipos y surgir como una manifestación natural del ser humano y de que se eliminara como una enfermedad; logrando así una aceptación propia de cada ciudadano. Y, a pesar de esto, "todavía hay personas que consideran que los homosexuales somos enfermos". Aunque la comunidad científica internacional reconoce que la homosexualidad no se puede considerar una enfermedad, hay personas que, contradiciendo a la ciencia, siguen pensando que se trata de un trastorno. Punto 6 Plan de intervención: Organización de sensibilización para jóvenes y adultos sobre la homosexualidad, no como enfermedad ni trastorno mental si no como una educación sexual sana y libre de dudas sobre la misma. Adam es homosexual pero no ha sido capaz de aceptar y actuar su deseo o desarrollar una identidad como hombre gay. Ben era bisexual pero aparentemente estableció una relación gay con firme compromiso y, espero que desarrollara una identidad positiva paralela como hombre gay. Aunque fue el único de los cuatro que empezó el tratamiento sin tener una historia de comportamiento con el mismo sexo, los secretos deseos homosexuales de Carl emergieron en el curso del análisis, permitiéndole sentir, sin ninguna duda quince años más tarde, que él siempre había sido homosexual. Su sentimiento como un hombre gay es positivo, alegre y auténtico. Dave empezó y terminó su análisis con deseos eróticos bisexuales. Su caso ilustra cómo el resolver conflictos que no son en principio sobre su orientación sexual, lleva a clarificar e, incluso, a cambiar la elección predominante de la pareja, con una mayor libertad para hacer una elección consciente.
Aunque yo describe esto como una postura radical, lo es únicamente en el contexto
histórico del abordaje psicoanalítico a la homosexualidad y la bisexualidad. Es la postura habitual que hemos tenido siempre con los terapeutas con heterosexuales.