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ENSAYO – LA REALIDAD DE LA ETICA EMPRESARIAL EN COLOMBIA

La ética se ha convertido en una cuestión de supervivencia

Conociendo que en Colombia los niveles de corrupción son altos, es lógico inferir
que los empresarios no conciben la ética como factor determinante para ser
rentables. En tal sentido me propongo analizar los retos que debería superar el
país para el debido reconocimiento de la ética como la catapulta a alcanzar
niveles de rentabilidad alta, a la vez distinguir las motivaciones que nos llevan a
comportamientos éticos, como una realidad más que por moralismo, por simple
supervivencia.

En Colombia se conocen con claridad las distintas formas de corrupción, no son


hechos desconocidos para el ciudadano del común, más cuando los medios de
comunicación lo hacen cada vez más visibles. En la historia de Colombia, se
conocen casos por fraude, soborno, peculado, clientelismo, extorsión, entre otros
[1] pero sin duda cuando se habla de corrupción la mirada se inclina hacia el
sector público, dando prevalencia a la ocurrencia de la corrupción en este sector.
La fama bien ganada obedece al grado de confianza que se les deposita a los
dirigentes del país.

La reciente encuesta realizada por Universidad Externado de Colombia genera la


inquietud de la participación directa o indirecta que puede tener el sector privado
en la pérdida del 4% del PIB por hechos de corrupción.

El pensamiento del empresario, está dirigido por obviamente la generación de


riqueza, asociado a un capitalismo en estado salvaje, como lo menciona Adela
Cortina para la revista Dinero, aludiendo a un capitalismo de ansias por lucro. Así
lo demuestran las diversas situaciones o escándalos escuchados en el país. El
mejor ejemplo podría ser cuando se viola la libre competencia; reflejándose en los
casos de cartelización (el cartel de los cuadernos, del cemento, del pañal) en
donde no solo la economía del sector se distorsiona, también afecta a los demás
sectores, pero en definitiva los más perjudicado son los ciudadanos.

También dan cuentas de este comportamiento las Mipymes, cada vez es más
común escuchar de las trampas de estas empresas para evitar mayores gastos en
nómina; prevalece el interés egoísta del empresario ante el bienestar de sus
empleados [4], la evasión de impuestos, participación en sobornos, son sus otras
formas. En esta última mucho tiene que ver el sector público, en consecuencia, si
estos admiten estas prácticas, parece inevitable que todos sus actores no se
encuentren involucrados.
Resulta fácil asociar la productividad con el rendimiento y compromiso de los
empleados, empresas exitosas como Bavaria, Telefónica, P&G, respaldan esta
postura y van más allá; en ellas se practica la felicidad laboral y a la que le
atribuyen parte de su éxito, pues logran un vínculo con sus empleados, tal que se
ve reflejado en su motivación, confianza, respaldo y satisfacción y a su vez en
mejores resultados para la empresa. Para el caso Colombiano las Mipymes
representan más del 90% del sector productivo, en la práctica lo más cercano es
sus insipientes esfuerzos por incentivar el compromiso de sus empleados, pero se
quedan cortos, por el contrario una de las formas más generalizadas de como
lastiman al trabajador es el mal uso de la tercerización vulnerando muchos de sus
derechos.

Un trabajador en Estados Unidos es alrededor de 4,3 veces más productivo que


un colombiano, esto podría atribuirse a sus condiciones laborales (Dinero, 2016),
no obstante a mi manera de ver, el primer reto que debe superar las empresas
para establecer economías rentables y sostenibles es la forma en que se ve al
empleado.

Para mencionar cifras, Fernando Padilla en una entrevista para el colombiano


expresa que la metodología de endomarketing (tendencia que promueve la
inversión hacia sus empleados) contribuyó a que Alquería pasara de facturar
15.000 millones de pesos hace 25 años, a vender hoy 1,1 billón de pesos, con un
Ebitda que creció 725 veces. (El colombiano 2016). Por otro lado en España la
experiencia de Txell Costa en la construcción de su empresa Txell Costa Group,
pone en evidencia las ventajas de la creación de empresas integrando la felicidad
en las organizaciones y desde su punto de vista el tema parece simplemente
inspirador pero en la práctica trabajar la inteligencia emocional abre la mirada
hacia la redefinición del comportamiento, el reconocimiento de los valores y la
construcción de la ética empresarial.

“Una empresa sin lealtad con el trabajador es una empresa sin metas a largo
plazo” cofundador de LinkedIn Reid Hoffman. Junto a esta afirmación Hoffman
propone estrategias para la motivación del personal, pero sin duda abrirse a estas
nuevas tendencias, ya están generando casos éxitos que se evidencia con
impacto directo en la lealtad, productividad haciendo negocios rentables y además
sostenibles, en Colombia están en sus inicios, se están expandiendo y creando
espacios para su reflexión ( El primer encuentro de endomarketing en el 2016, la
presentación de Raj Sisodia en el encuentro empresarial Be! Conference sobre
“capitalismo consciente” el año pasado, cabe destacar el primer encuentro Red
Iberoamericana de Etica Empresarial y de las Organizaciones en Bogotá en el
2009)
"Una empresa será lo que es su gente... y su gente será lo que es su jefe es". Éste
es mi punto de partida para mencionar que el reconocimiento por hacer lo correcto
inspira, por tanto considero que ese es otro el reto en Colombia; en palabras de
Adela Cortina (Directora de la Fundación ETNOR -Para la Ética de los Negocios y
las Organizaciones) es el cambio del sujeto: desde una ética puramente personal
hacia una ética de la organización. Es decir sugiere cambios en la cultura
organizacional, que desde sus líderes se impulsen comportamientos éticos pero
también que sus empleados sean partícipes y motiven tal comportamiento. Al
interior de la organización cuando hay congruencia entre el código de ética y la
realidad del día a día de la organización se expresa en valores económicos, no
porque el empleado hace lo correcto en favor de la organización, sino porque el
empleado contribuye al logro de los objetivos estratégicos, el bienestar de sus
stakeholders, y en la reputación de su institución o empresa.

Estas prácticas generan un efecto multiplicador, sobre todo si proviene de los


directivos, se genera confianza y autonomía a la hora de enfrentar cualquier
obstáculo que se presente, y se crean mecanismos para enfrentar los retos del
futuro. En este punto puedo mencionar a Dov Seidman quien afirma que “Una
empresa inmoral no puede triunfar a largo plazo” basándose en un estudio
realizado en 18 países en el año 2016, del cual además sostiene que “La
reputación se mueve a la velocidad del tweet. Cuanto más edificada esté una
compañía en valores humanos y cuanta más libertad se dé a trabajadores, clientes
y proveedores para expresar sus valores, más posibilidades tiene una
organización de tener un buen rendimiento financiero y crecimiento sostenido.”

De este estudio se determinó que el 8% hace parte de un tipo de compañías


denominadas de auto-gobernanza, y que van en aumento, según el autor las
razones están justificadas en que son empresas consientes, con propósito y
valores tal que las hace ser competitivas.

Lo anterior me hace pensar en los valores que se promueven en las empresas en


Colombia, el reto propuesto no solo implica cambios al interior de las
organizaciones, en el clima organizacional y en la estructuración de su código
ético, el reto supone impactos en las relaciones con sus stakeholders, pero
también en sus competidores, que sean prácticas que transformen la estructura de
toma de decisiones y que necesariamente se debe impartir desde la gerencia.

Finalmente, considero que el contexto del país (Colombia con miras hacia una
economía emergente, la implementación del proceso de paz, la competitividad del
mundo empresarial) exige una transformación urgente encaminada a fortalecer los
valores que nos mueven en el día a día, más cuando lo que se persigue es la paz,
la consigna del país. Por otro lado el arraigo en valores potencializa las
posibilidades de crecimiento del empresario Colombiano. Podría decir que las
circunstancias nos obligan a considerar una redefinición de los valores
empresariales, especialmente en el de la confianza si lo que se busca es la
supervivencia.

Ensayo - La Realidad De La Ética Empresarial


Seminario Responsabilidad Social Empresarial
Especialización en Gestión Gerencial XXXIII- 2018

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