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Capítulo II

LA COMPRAVENTA MERCANTIL

Sección I

Aspectos generales

Definición legal. El Código Civil define en el artículo 1793 la compraventa en


los siguientes términos: “La compraventa es un contrato en que una de las partes
se obliga a dar una cosa y la otra a pagarla en dinero. Aquélla se dice vender y
ésta comprar. El dinero que el comprador da por la cosa vendida, se llama precio”.

La compraventa mercantil se encuentra regulada por el Código de


Comercio y por el Código Civil, en cuanto a que en lo que no está previsto en el
primer cuerpo legal citado, debe aplicarse lo establecido en el segundo
mencionado (art. 2º C. de C.) y porque, como ya indicamos, las normas del Código
Civil relativas a las obligaciones y contratos en general se aplican a los negocios
comerciales. Así también, respecto de la compraventa internacional se aplica la
Convención de Viena de 1980,

Mercantilidad de la compraventa. A propósito de los actos de comercio


señalamos que nuestra legislación distingue entre la compra y la venta para
determinar su comerciabilidad.

Tratándose de la compra, el carácter comercial se determina con la concurrencia


de tres requisitos copulativos:

–Que verse sobre cosa mueble (567 Código Civil y por articulo 3 n°1 Código
Comercio);

–Que sea hecha con el ánimo de venderla, permutarla (1794 Código Civil) o
arrendarla en la misma forma o en otra distinta. Existente al momento de la
compra, y

–Que exista un propósito lucrativo.

En el caso de la venta, ella adquiere el carácter comercial cuando está precedida


de una compra de esta naturaleza. Debe tenerse en cuenta que la compraventa
puede convertirse en comercial por aplicación del principio de lo accesorio en su
efecto expansivo o que puede perder dicha tipificación cuando accede,
complementa o auxilia operaciones principales de una industria no comercial.
Asimismo conviene recordar que el carácter mercantil de la compraventa puede
determinarse respecto de ambos contratantes o sólo en relación con uno de ellos.

Diferencias entre la compraventa civil y comercial.

Respecto del precio. El precio es un elemento esencial en la compraventa tanto


civil como comercial. En efecto, según el artículo 1808 del Código Civil, "el precio
de la compraventa debe ser determinado por los contratantes".

art. 1809 del Código Civil: "Puede asimismo dejarse el precio al arbitrio de
un tercero, y si el tercero no lo determina, puede hacerlo por él cualquiera otra
persona en que se convengan los contratantes; en caso de no convenirse, no hay
venta".

"El precio no puede dejarse al arbitrio de uno de los contratantes" (l).


El Código de Comercio reitera en su artículo 139 el principio de que no hay
compraventa si los contratantes no convienen en el precio o en la manera de
determinarlo. Sin embargo, establece un matiz que hace la diferencia entre la
compraventa comercial y la de naturaleza civil. Según la codificación mercantil, si
la cosa vendida fuere entregada, se presumirá que las partes han aceptado el
precio corriente que tenga en el día y lugar en que se hubiere celebrado el
contrato. A diferencia de la civil (1801 inciso 1 Código Civil)

Asimismo, el Código de Comercio contempla el caso de compra de


mercaderías por el precio que otro ofrezca. En esa situación el comprador, en el
acto de ser requerido por el vendedor, puede llevarla a efecto o desistir de ella.
Pasados tres días sin que el vendedor requiera al comprador, el contrato queda
sin efecto. Sin embargo, cuando el vendedor hubiere entregado las mercaderías,
el comprador deberá pagar el precio que aquellas tuvieren el día de la entrega (art.
141 del Código de Comercio).

En cuanto a los efectos. Tratándose de los riesgos de la cosa vendida en la


compraventa comercial, están reglamentados detalladamente en el Párrafo 3 del
Título II del Libro II del Código de Comercio Articulo 142 y 143. En cambio, en la
compraventa civil el riesgo de la cosa vendida sólo está reglamentado en el
artículo 1820 del Código Civil, que mantiene el principio enunciado en el artículo
1550 del mismo cuerpo legal.

No obstante que en cuanto a los riesgos de la cosa vendida las reglas de la


venta civil y comercial son esencialmente las mismas, existe una diferencia
tratándose de obligaciones alternativas. Aunque la pérdida o deterioro
sobrevinientes a la perfección del contrato provengan de caso fortuito, serán de
cargo del vendedor si en las obligaciones alternativas pereciere fortuitamente una
de las cosas vendidas. Pereciendo las dos y una de ellas por hecho del vendedor,
éste deberá el precio corriente de la última que pereció, siempre que le
corresponda la elección (art. 143 Nº 6º del Código de Comercio).

En cuanto a la tradición. Del contrato de compraventa nace la obligación de


hacer la tradición de la cosa vendida.

En el derecho común, el Código Civil establece que la tradición de la cosa


vendida se sujeta a las reglas dadas en el Título VI del Libro II. Es decir, que la
tradición se hace mediante la entrega real de la cosa o en forma simbólica por
alguno de los medios indicados en el artículo 684 del Código Civil.

En la compraventa mercantil, el Código de Comercio ha establecido otras


formas simbólicas de realizar la entrega de la cosa vendida:

1° transmisión del conocimiento, de la carta de porte o la factura, tratándose de las


mercaderías que vienen en tránsito por mar o por tierra;

2°el hecho de fijar su marca el comprador, con consentimiento del vendedor, y

3°cualquier otro medio autorizado por la costumbre (art. 149 del Código de
Comercio).

En lo relativo a la resolución del contrato. Al igual que en la compraventa


civil, tratándose de la compraventa comercial el vendedor está obligado al
saneamiento de la evicción y de los vicios redhibitorios.
Sin embargo, la diferencia radica en el plazo de prescripción de las
acciones, pues en el uso de la compraventa mercantil, éste es sólo de seis meses
contados desde el día de la entrega real de la cosa (art. 154 inc. 2º del Código de
Comercio) articulo 1866 código civil vicio rehibiditorio igual, saneamiento evicción
distinto en materia civil.

La acción de saneamiento de la evicción en la compraventa civil prescribe


en el plazo de cuatro años y, en lo tocante a la sola restitución del precio,
prescribe según las reglas generales. El tiempo se cuenta desde la fecha de la
sentencia de evicción, o si ésta no hubiere llegado a pronunciarse, desde la
restitución de la cosa (art. 1856 del Código Civil).

La acción redhibitoria, en la compraventa civil (1857 Código Civil), se


extingue en el plazo de seis meses respecto de las cosas muebles y de un año
respecto de los bienes raíces, en todos los casos en que leyes especiales o la
estipulaciones de los contratantes no hubieren ampliado o restringido este plazo.
El tiempo se cuenta desde la entrega real de la cosa vendida (art. 1866 del Código
Civil). Además, habiendo prescrito la acción redhibitoria, el comprador en la
compraventa civil tiene derecho a pedir la rebaja del precio y la indemnización de
perjuicios según las normas contempladas en el Párrafo 8 del Título XXIII del Libro
IV del Código Civil.

En cuanto a la obligación de extender factura. En la compraventa comercial,


el comprador tiene derecho a exigir que el vendedor forme y le entregue una
factura de las mercaderías vendidas y que ponga al pie de ella el recibo del precio
total o de la parte que le hubiere entregado. Si el comprador no reclama contra el
contenido de la factura dentro de los ocho días siguientes a la entrega de ella, se
tiene este documento por irrevocablemente aceptado. Articulo 160 Código
Comercio

Tal exigencia no pesa respecto del vendedor en la compraventa civil.

Compraventa de cosas que están a la vista. Tiene lugar este tipo de


compraventa cuando las partes están viendo la cosa objeto del contrato al
momento de celebrarlo y ella es designada sólo por su especie. Cumplidos estos
presupuestos de la compraventa de cosas que están a la vista, el contrato es puro
y simple, perfeccionándose por el solo consentimiento de las partes, como es la
regla general en materia de compraventa.

Por el hecho de que las partes estén viendo la cosa objeto del contrato es
que no se entiende que el comprador se reserve la facultad de probarla (art. 130
del Código de Comercio), a menos que expresamente haga reserva de tal
prerrogativa.

Compraventa de cosas al gusto. Se celebran probando la cosa materia del


contrato para que el comprador pueda percatarse del gusto que ella tiene. Es
necesario estipularlo expresamente para que la compraventa se entienda
celebrada bajo esta modalidad. No obstante, se entiende estipulada la reserva de
probar la cosa en aquellos casos en que se acostumbra comprar al gusto (art. 132
del Código de Comercio).

En el Código Civil, según lo previsto en el artículo 1823, la reserva es si la


cosa agrada o no al comprador, en tanto que en el Código de Comercio, en
conformidad a lo previsto en el artículo 132, la condición suspensiva casual
consiste en que la cosa sea sana y de regular calidad.
Compraventa de cosas por orden. Tiene lugar esta clase de compraventa
cuando la cosa es designada sólo por su especie y el vendedor la remite al
comprador porque ella no se encuentra en el lugar donde se celebra el contrato.
La compraventa es perfecta, pero el comprador tiene la facultad de resolverla si la
cosa no fuere sana y de regular calidad.

Cuando la cosa que se compra por orden es designada a la vez por su


especie y calidad, el comprador tiene también la facultad de resolver la
compraventa si la cosa no fuere de la calidad estipulada (art. 134 del Código de
Comercio).

Por último, cuando la cosa comprada por orden se celebra bajo la condición
de entregarla en un lugar determinado, se entiende convenido el contrato bajo la
condición suspensiva casual de que la cosa llegue a su destino (art. 137 del
Código de Comercio).

Compraventa por orden y según muestras. En este caso existe la condición


resolutoria de que las cosas no sean iguales o conformes al muestrario. Puede
asimismo resolverse el contrato de compraventa de cosas por orden que han sido
expedidas de un lugar a otro cuando las cosas no fueren de recibo de la especie y
calidad convenidas. Se entiende por cosas de recibo aquellas que son sanas y de
regular calidad, para que sean admitidas por el público al cual serán
posteriormente vendidas.

Si no hay acuerdo entre las partes sobre la calidad de la cosa, ella debe ser
reconocida por peritos, para que informen al tribunal. Articulo 134 inciso 3° Código
Comercio

Compraventa de cosas que no existen. Por regla general, la compraventa


de cosas que no existen carece de valor por falta de objeto. Sin embargo, es
preciso distinguir tres situaciones.

–Si las partes creen que la cosa existe y celebran el contrato en


circunstancias que ello no es efectivo, de conformidad con lo previsto en el artículo
1814 del Código Civil esta venta no produce efecto alguno. Reafirma esta misma
solución el artículo 138 inciso 1º del Código de Comercio.

–Si la cosa no existe, pero se espera que exista, estamos en presencia de


compraventa de cosa futura, que es válida pero se entiende hecha bajo la
condición de existir.

–Si la compra se hace tomando en cuenta los riesgos que corre el objeto
vendido, el contrato se reputa puro y simple si al celebrarlo ignoraba el vendedor
la pérdida de la cosa. Es evidente que en este caso el vendedor debe estar de
buena fe, pues de lo contrario consumaría un fraude y estaría obligado a resarcir
los perjuicios, conforme al artículo 1814 del Código Civil, inciso final . Además, el
vendedor será castigado con las penas asignadas en el artículo 470 Nº 6º del
Código Penal, que sanciona “a los que con datos falsos u ocultando antecedentes
que les son conocidos, celebraren dolosamente contratos aleatorios basados en
dichos datos o antecedentes”.

Normas especiales sobre el precio. Tal ocurre precisamente con la fijación


del precio, que es, como sabemos, un elemento esencial de la compraventa, “si
los contratantes no convienen en el precio o en la manera de determinarlo…” (art.
139 del Código de Comercio). Sin embargo, la rigidez de este principio ha debido
ser atenuada por el legislador comercial, en mérito del propósito antedicho y
siempre que la cosa vendida haya sido entregada al comprador. En esa situación,
como de ordinario el contrato se celebra entre comerciantes que conocen las
condiciones generales del mercado y lo concluyen con el propósito de revender
las cosas compradas, la disposición citada agrega: “…se presumirá que las partes
han aceptado el precio corriente que tenga (la cosa) en el día y lugar en que se
hubiere celebrado el contrato.

Habiendo diversidad de precios en el mismo día y lugar, el comprador deberá


pagar el precio medio

Sección II

Los efectos del contrato de compraventa

Riesgos de la cosa. El legislador comercial dedica un párrafo especial para


los riesgos de la cosa vendida, desde el momento en que se celebra el contrato
hasta que se completa la tradición de ella. El principio es que en estos casos el
comprador soporta el riesgo (según las normas de los artículos 1820 del Código
Civil y 142 del Código de Comercio), porque el riesgo del cuerpo cierto cuya
entrega se deba, es siempre a cargo del acreedor (art. 1550 del Código Civil).

El vendedor civil como deudor tiene la obligación de custodiar la cosa y en


conformidad al artículo 1547 del Código Civil responde de pérdidas o deterioros si
se debieron a su culpa o a un caso fortuito ocurrido cuando se hallaba en mora de
entregar la cosa, salvo que este caso fortuito también hubiere dañado la cosa de
haber estado en manos del comprador.

El acreedor, es decir, el comprador, no responde del riesgo si el contrato


fue celebrado bajo condición suspensiva (arts. 1820 del Código Civil y 131 y 132
del Código de Comercio).

Las reglas del artículo 143 del Código de Comercio determinan los casos de
excepción en que el riesgo es de cargo del vendedor o dueño de la cosa, aunque
la pérdida o deterioro provengan de caso fortuito. Las normas aludidas, que son
prácticamente las mismas que contempla la legislación común, son diferentes
tratándose de obligaciones alternativas, en el caso de que la elección no
pertenezca al vendedor.

Obligaciones del vendedor.

Obligación de entregar la cosa vendida. Conviene dilucidar qué cosa debe


entregar el vendedor para cumplir con esta obligación. Cuando el contrato
concierne a una especie o cuerpo cierto determinado, deberá entregarse la cosa
sobre la cual éste recayó. En cambio, si la determinación de la cosa es sólo de
género, el vendedor satisface su compromiso entregando una cosa sana y de
regular calidad (art. 145 del Código de Comercio). Para ello el vendedor debe
requerir al tiempo de la entrega del reconocimiento de la calidad de la cosa
vendida, y si el comprador no lo hace, pierde el derecho a reclamo por falta de
cantidad o defecto de calidad (art. 146 inc. 2º del Código de Comercio).

En cuanto a la forma de efectuar la entrega real o simbólica que contempla


el artículo 684 del Código Civil, nuestra codificación mercantil contempla otras
formas de cumplirla simbólicamente

Tratándose del momento y lugar de entrega de la cosa vendida, debe


verificarse en el plazo y lugar convenidos en el contrato (art. 144 inc. 1º del Código
de Comercio). No estando estipulado el plazo, el vendedor debe tener las
mercaderías vendidas a disposición del comprador dentro de las veinticuatro horas
siguientes a la celebración del contrato. Cuando no se ha señalado el lugar para la
entrega, ella tiene que hacerse en el lugar donde existían las mercaderías al
tiempo de perfeccionarse la compraventa (art. 144 inc. final del Código de
Comercio).

Obligación de sanear la evicción y los vicios redhibitorios. Al igual que la


legislación común, el artículo 154 del Código de Comercio impone al vendedor la
obligación de saneamiento de la evicción y de los vicios redhibitorios de la cosa
vendida. Sin embargo, el plazo de prescripción de las acciones redhibitorias es de
seis meses contados desde el día de la entrega real de la cosa. Se trata de la
acción para reclamar rebaja en el precio, que según el artículo 1869 del Código
Civil prescribe en un año para los bienes muebles.

Obligación de extender factura. La norma del artículo 160 de nuestra


codificación comercial faculta al comprador para exigir del vendedor que forme y le
entregue una factura de las mercaderías compradas y que ponga al pie de ella el
recibo del precio total o de la parte que se le hubiere entregado. Agrega la
disposición citada que no reclamándose contra el contenido de la factura dentro de
los ocho días siguientes a la entrega de ella, se tiene por irrevocablemente
aceptada.

La importancia de la factura radica en que ella sirve para acreditar no sólo


la especie y calidad de las mercaderías vendidas, sino además el recibo del precio
total o parcialmente pagado.

Efecto de la Ley 19983.

Derechos del vendedor. En la compraventa mercantil, como en la regulada


por el derecho común, la facultad de exigir el precio de la cosa vendida constituye
el principal derecho que tiene el vendedor.

Además del derecho de exigir el precio de la cosa vendida, la legislación


mercantil concede al vendedor derecho de retención. Aunque el vendedor haya
hecho la tradición simbólica de las mercaderías vendidas, puede retenerlas para
asegurarse el entero pago del precio y de los intereses correspondientes, siempre
que ellas se encuentren realmente en su poder, aunque sea a título de depósito
(art. 151 del Código de Comercio).

Obligaciones del comprador.

Obligación de pagar el precio. Se trata de la obligación principal que el


contrato de compraventa impone al comprador. Debe cumplirla cuando ha recibido
las mercaderías vendidas, dándose por satisfecho de ellas. La obligación se
ejecuta en el lugar y tiempo estipulados en el contrato. Cuando no hay término ni
lugar convenidos, el pago debe hacerse en el lugar y momento de la entrega y no
podrá el comprador exigir esta última si no ha pagado el precio en ese acto.

La jurisprudencia de nuestros tribunales ha declarado al respecto: “No


habiendo estipulación en contrario, en la compraventa mercantil debe tenerse
como lugar para el pago del precio el de la entrega de la mercadería vendida”.

La regla general es que la compraventa mercantil se celebre con pago del


precio al contado, salvo que se hayan estipulado tiempo y lugar para el pago del
mismo.
Obligación de recibir la cosa vendida. El comprador debe recibir las
mercaderías en el lugar y tiempo convenidos.

Si el comprador rehúsa, sin justa causa, la recepción de las mercaderías


compradas, el vendedor puede solicitar la resolución del contrato de
indemnización de perjuicios. Puede asimismo pedir el pago del precio con los
intereses corrientes, poniendo las mercaderías a disposición del tribunal para que
ordene su depósito y venta al martillo por cuenta del comprador.

El vendedor está facultado igualmente para solicitar el depósito siempre que


el comprador retarde la recepción de las mercaderías

Sección III

Las compraventas especiales

Párrafo I

La compraventa en masa o en block

Concepto. Existe compraventa de mercaderías en masa o en block cuando


el precio no depende de la medida de extensión sino que se refiere a la totalidad
de un conjunto indivisible y ha sido fijado de una manera global.

Se trata de la venta de cierta cantidad de mercaderías designadas de tal


manera que el vendedor y el comprador sepan qué es lo vendido. Estas
mercaderías así determinadas se venden en conjunto por un plazo fijado de
antemano.

Características. Esta compraventa mercantil especial tiene los siguientes


rasgos particulares.

a) La cosa vendida está determinada por las partes refiriéndose ya sea a la


cantidad, lugar de ubicación o cualquier otro detalle que sea imprescindible para
evitar confusión con cosas o mercaderías similares. En la determinación de la
cosa vendida se elimina toda indicación relativa al peso, número o medida;

b) El precio debe ser fijado en forma global de antemano o, en todo caso,


debe ser determinable en consideración a la cantidad o calidad de las
mercaderías;

c) El vendedor debe entregar la totalidad de los objetos que forman el block


o la masa y el comprador tiene que recibirlos cualquiera sea su cantidad o calidad.

Ni en nuestro Código de Comercio ni en el Código Civil se establecen


reglas relativas a los componentes de la masa o del block, por lo que en la
práctica esta compraventa especial se confunde con la de cosas que se venden al
peso, cuenta o medida.

Tipos de compraventa en block. Se pueden señalar los siguientes casos de


venta en block:

a) Cuando se vende un conjunto de unidades por un precio alzado;

b) Si se vende un conjunto de cosas por un precio alzado, pero referido a la


cantidad de cosas vendidas;
c) Cuando se vende cierta cantidad de mercaderías cuyo precio se determina en
atención a su peso, cuenta o medida, y

d) En el caso de venta de una cuota o parte alícuota de un conjunto de cosas.

Párrafo II

La venta en consignación o contrato estimatorio

Concepto. Es un contrato en virtud del cual una parte remite a la otra


mercaderías con la obligación para ésta de devolverlas si no las vende dentro del
plazo estipulado, pero pudiendo adquirirlas para sí en el precio estimado por el
remitente y retener el sobreprecio que obtenga en caso de venderlas a un tercero.

Por medio del contrato estimatorio o de venta en consignación, se entrega


una mercadería determinada, avaluada exactamente, para venderla dentro de un
término estipulado, con la obligación de reembolsar al consignante el precio de la
estimación, o bien de restituir dicha mercadería en caso de haber expirado el
plazo convenido sin venderla.

La venta por consignación se diferencia del depósito porque en este último


contrato no existe la obligación de transferir la cosa. Difiere de la sociedad y de la
asociación o cuentas en participación, en que no se conviene repartir la utilidad

Características. Se trata de una convención que se perfecciona por el solo


consentimiento de las partes. Suele a veces emitirse un documento en el cual
constan la cantidad de mercaderías entregadas, el precio estimado y el plazo para
la venta, pero no constituye formalidad para la celebración del contrato, sino más
bien un elemento de prueba preconstituida de los principales aspectos del mismo.

Efectos del contrato estimatorio. Las obligaciones gravan recíprocamente a


los contratantes.

A) Obligaciones del consignatario. Esencialmente consisten en devolver las


mercaderías o la cosa consignada y en pagar el precio estimado. Se trata de
obligaciones alternativas, de manera que, satisfecha una de ellas, el consignatario
queda libre. La elección corresponde al deudor.

Aparte de esas obligaciones esenciales, el contrato le impone también la de


custodiar la mercadería o cosa consignada, quedando responsable de la culpa
leve.

B) Obligaciones del consignante. Le corresponde fundamentalmente la


obligación de entregar la cosa al momento de la celebración del contrato o en el
término convenido. Se trata de una entrega real, porque es la única que permite al
consignatario disponer de la cosa para venderla a un tercero o para adquirirla él
mismo en el precio estimado. El consignatario consignante, por ser el prpietario?
responde, además, del saneamiento de la evicción y de los vicios redhibitorios.

Párrafo III

Compraventa de cosas muebles a plazo

Aspectos generales. En la compraventa, una vez verificada la entrega de la


cosa se transfiere el dominio de ella, aunque no se haya pagado el precio, a
menos que el vendedor se haya reservado el dominio hasta el pago del mismo o
hasta el cumplimiento de una condición.

Para garantizar el vendedor el pago del precio de la cosa, cuando se ha


convenido un plazo para solucionarlo, permitiendo al mismo tiempo al comprador
disponer de la cosa vendida en su poder, se creó una forma especial de
compraventa, en la cual se constituye una prenda sin desplazamiento.

El tipo de compraventa favorece tanto el interés del comprador que no


puede adquirir los bienes pagando su precio de contado, como del vendedor,
quien ve garantizado su crédito por la prenda especial.

Legislación aplicable. La compraventa especial que nos ocupa está regida


por la Ley Nº 4.702, de 6 de diciembre de 1929.

Conforme al artículo 1º de la citada ley, debe tratarse de un contrato de


compraventa de una cosa corporal mueble y no fungible, cuyo precio deba
pagarse en todo o parte a plazo. El pago del precio puede garantizarse con prenda
de la cosa vendida, la que permanece en poder del comprador.

Solemnidades del contrato. A diferencia de la compraventa, que por lo


general es consensual, este contrato especial es de carácter solemne.

Las formalidades constan en que la compraventa y la prenda que la accede


se celebran conjuntamente por escritura pública o por instrumento privado
autorizado por notario o por el oficial del Registro Civil, en las comunas que no
sean asiento de notario.

El derecho real de prenda se adquiere y se conserva por la inscripción del


contrato en el Registro Especial de Prenda

Efectos del contrato.

Derechos del vendedor o acreedor prendario. Interesa tratar, aparte de los


derechos que toda compraventa otorga al vendedor, las facultades especiales que
la Ley Nº 4.702 establece en su favor, esto es, el derecho real de prenda y el
derecho de transferir el crédito.

El derecho de prenda. Se adquiere y conserva por la inscripción del


contrato de las cosas vendidas a plazo en el Registro Especial de Prenda del
departamento donde se haya celebrado. La inscripción se practica en virtud de
copia autorizada de la escritura pública o del instrumento privado autorizado que
contiene el contrato.

El derecho de prenda garantiza el pago del precio y confiere al vendedor o


acreedor prendario las siguientes prerrogativas:

–Facultad de privilegio para el pago del crédito;

–Facultad de persecución de la especie constituida en prenda;

–Derecho de inspección de la cosa vendida;

–Derecho para pedir la tenencia de la cosa, la designación de un depositario o la


realización de ella en caso de abandono o enajenación no consentida, y

Facultad de realizar la prenda para pagarse con su producido, si el vendedor no


paga el crédito.

El derecho de transferir el crédito. En virtud de la norma contenida en el


artículo 5º de la Ley Nº 4.702, si el crédito es a la orden, los derechos del acreedor
prendario son transferibles por endoso escrito a continuación, al margen o al dorso
del título inscrito o de la primera copia, si se trata de escritura pública. Agrega la
disposición citada que el endoso debe contener el nombre, apellido y domicilio del
endosatario, la fecha en que se hace y la firma del endosante. Sin estas
menciones el endoso no surte efecto contra el deudor ni respecto de terceros.

Obligaciones del acreedor o vendedor. En general se trata de las


obligaciones que son correlativas de los derechos que la ley concede al
comprador, a saber:

a) Obligación de entregar la cosa vendida;

b) Obligación de dar su consentimiento al comprador para que éste entregue la


cosa cuando la ha vendido;

c) Obligación de recibir del deudor el pago anticipado del precio o los abonos
extraordinarios que desee hacerle.

Derechos del comprador o deudor. Se trata más bien de simples facultades


que la ley concede al comprador o deudor prendario. Entre ellos pueden
enumerarse los siguientes:

–Derecho de vender la cosa;

–Derecho de adoptar las medidas necesarias para su mejor aprovechamiento y


conservación, y

–Derecho a pagar anticipadamente la deuda o hacer los abonos extraordinarios


que desee.

Párrafo IV

Las compraventas en bolsas

Generalidades. Las bolsas de valores están definidas en el artículo 38 de la


Ley Nº 18.045, Ley de Mercado de Valores, publicada en el Diario Oficial de 22 de
octubre de 1981, como “entidades que tienen por objeto proveer a sus miembros
la implementación necesaria para que puedan realizar eficazmente, en el lugar
que les proporcione, las transacciones de valores mediante mecanismos continuos
de subasta pública y para que puedan efectuar las demás actividades de
intermediación de valores que procedan en conformidad a la ley”.

Las compraventas de valores a plazo pueden efectuarse bajo las


modalidades de:

–Operaciones a plazo firme;

–Operaciones a prima, y

–Postergaciones.

Las operaciones a plazo firme: son aquellas en las que la ejecución de la


operación se difiere a una fecha determinada, de forma que el pago del precio y la
entrega de los títulos deben efectuarse obligatoriamente en el día de liquidación,
llamado en la jerga bursátil “mala”.

Sección IV

Compraventa internacional de mercancías

Nociones generales. Sin duda la compraventa de mercaderías ha sido el primer


contrato que adquirió carácter internacional como instrumento jurídico empleado
en el intercambio de bienes entre sujetos situados en Estados diferentes. Atendida
su enorme aplicación en el contexto del comercio internacional y de la economía
de mercado, los juristas se han preocupado de otorgarle un régimen jurídico
privado internacional. Dicho régimen está regulado por la Convención de las
Naciones Unidas sobre Compraventa Internacional de Mercaderías, celebrada en
Viena el 11 de abril de 1980, ratificada por Chile y con vigencia en nuestro país
(en adelante Convención de Viena de 1980).

Ámbito de aplicación de la Convención de Viena de 1980. La misma


Convención establece criterios o factores para precisar el campo de su aplicación,
que son de carácter geográfico y jurídico.

Desde el punto de vista del campo geográfico de aplicación, la Convención


de Viena de 1980 tiene un solo factor de internacionalidad, consistente en que las
partes del contrato de compraventa tengan sus establecimientos empresariales en
Estados diferentes

En cuanto al factor jurídico de aplicación, la Convención de Viena de 1980,


ella tiene por objeto los contratos de compraventa (internacional) de mercancías.
El objeto jurídico regulado por el derecho uniforme es la compraventa
(internacional) de mercancías, que la aludida Convención se abstiene de definir.

Del concepto de compraventa que puede elaborarse a partir de las normas


transcritas, surgen dos grandes novedades para los juristas de tradición románica.
La primera novedad del texto vienés es la obligación del vendedor de transferir la
propiedad de las mercaderías vendidas, y la segunda novedad está constituida por
la obligación, impuesta también al vendedor, de entregar junto con las
mercaderías la documentación relativa a ellas

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