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humanidades I

Etapa de moratoria social1


Este análisis para definir la juventud, pone énfasis en la construcción de una
identidad siendo una etapa de definiciones a nivel afectivo, sexual, social, intelectual
y físico motor. Esta etapa, es la que los sociólogos llaman moratoria social, es decir
aquí el joven es considerado como una persona en preparación, en espera, para
asumir los roles del adulto, es decir, el ideal de “hombre preparado para enfrentar al
mundo” es el adulto.

Esta visión también mantiene la posibilidad de no considerar la realidad en el que se


desarrolla el sujeto. Es decir, aquí se justifica ciertos “ritos sociales”, donde se
establece que el joven debe estudiar, divertirse y prepararse para algo, es decir hay
un “camino”, pero aquellos que ingresan al trabajo o conforman una familia a
temprana edad, rompen ese esquema, son criticados.

El adultocentrismo, es una visión del mundo donde replantea que solo los adultos,
son las personas que están “preparadas” para dirigir la sociedad y que son el modelo
de desarrollo social, adultez que se manifiesta en la experiencia, en la madurez, y en
toda una visión del mundo.

Hay cuatro cosas que son las que nos dan madurez y que no están supeditadas al
adulto:

La familia: Al formar una familia uno adquiere ciertas responsabilidades que le dan
madurez al individuo, para sacar adelante los hijos, y todo lo que implica mantener
una familia.

El trabajo: Cuando la persona trabaja desarrolla, una serie de capacidades y la


posibilidad de desarrollarse económicamente lo que le da madurez y capacidad
para asumir y satisfacer sus propias necesidades por si mismo.

La participación política: es decir que el individuo participa en alguna organización


social, y a través de esta participación social, empieza a asumir roles en la sociedad
que le da la madurez social suficiente para asumir un rol en la sociedad.

Ideas creíbles: llama “la capacidad de pensar por si mismo”, de tener un


pensamiento original, y estar convencido de que sus ideas valen por si mismas porque
él las fundamenta y cree en ellas y las vive, madurez Intelectual diríamos nosotros.

Es decir, pensar que adulto, es sinónimo de madurez es relativo, más aun cuando en
estos tiempos se ven actitudes infantiles en ciertos adultos, como la envidia, la
hipocresía, la inseguridad, que los psicólogos explicarían mejor, al hablar del
desarrollo de la autoestima y la subjetividad.

1
Fuente: http://www.juventud.us/jovenes/eterna/rebelde/etapa_de_moratoria/
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Realidades juveniles2
Cuando se desea abordar el tema de los jóvenes se abre un abanico de
posibilidades que contemplan desde los aspectos biológicos y psicológicos hasta os
familiares y socioculturales.

Construcción social de la condición de juventud


Uno de los primeros asuntos que es preciso tocar es el surgimiento de la condición
de juventud, ya que al hacer una revisión se encuentra que la juventud como etapa
de la vida aparece entre los siglos XVIII y XIX. Antes de esta época, las personas de la
niñez pasaban a la adultez sin que existiera la juventud como etapa de transición y
preparatoria.

Es así como con la determinación de la etapa de la juventud, el ritmo de vida, los


roles y funciones de las personas que están en esa edad cambian. Empieza a darse
un fenómeno conocido con el nombre de moratoria social, la cual según Margulis y
Urressti (1998,5), alude a que, con la modernidad, grupos crecientes, que pertenecen
por lo común a sectores sociales medios y altos, postergan la edad de matrimonio y
de procreación y durante un período cada vez más prolongado, tienen la
oportunidad de estudiar y de avanzar en su capacitación en instituciones de
enseñanza que, simultáneamente se expanden en la sociedad.

Esta moratoria social crea un imaginario en el cual se espera que quienes están
atravesando esta etapa se tomen este tiempo para autoafirmarse, centrarse en sí
mismos y prepararse para asumir la vida adulta con sus responsabilidades. Según la
moratoria social, la juventud podría definirse como un período de permisividad que
media entre la madurez biológica y la madurez social.

En este sentido, la juventud se una etapa que es vivida de manera diferente por las
personas, según el estrato socioeconómico, pues en los sectores populares no se
cuentan con los recursos que permita a los jóvenes acceder al estudio en sus niveles
medios ni superiores y postergar su vinculación al mundo laboral.

Por tanto, esta moratoria concebida para que los jóvenes posterguen la asunción
de responsabilidades económicas y familiares, hoy obliga el enfrentamiento de
nuevos desafíos.

Entre estos desafíos está el hecho que muchos jóvenes de las clases populares
tienen mucho tiempo libre por la imposibilidad de acceder tanto a las instituciones
educativas como al mundo laboral, por tanto este tiempo no es el del goce y ligereza
como lo plantea la moratoria social, sino que es un tiempo vivido con angustia por la
sensación de desocupación y la impotencia para cubrir las necesidades básicas, lo
cual se convierte en una circunstancia que potencia la desesperación, la
delincuencia y la marginalidad. En segundo lugar, los jóvenes que pueden estudiar,
2
Texto tomado y editado del original Realidades Juveniles, de GUERRERO GUEVARA, Luz Adriana.
Fuente: www.avanza.org.co/archivos/646f63756d656e746f732e2e2e2e2e2e/Realidades_juveniles.pdf
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observan como esta formación se prolonga cada vez más, ello aunado al hecho de
que estar preparado no garantiza el ingreso al trabajo provoca una sensación de
incertidumbre en el futuro.

Otro aspecto que influye en la vivencia de la juventud es lo referente al género, ya


que desde la cultura se determinan los roles y funciones de cada sexo, lo cual se
materializa en los comportamientos y en los espacios de actuación de cada uno. De
otra parte, Margulis y Urresti (1998,11) afirma que: “la biología determina tiempos y
ritmos que inciden en cada género en lo que atañe a su maduración, posibilidades,
disposiciones y deseos, y ello es procesado por la cultura que interactúa con la
biología y va condicionando los ámbitos y modalidades de acción y de expresión”.
De acuerdo a lo anterior, se puede decir que las mujeres tienen un tiempo más
restringido para vivir su juventud a razón de su aptitud para la maternidad.

La manera como hombres y mujeres viven la juventud está en estrecha relación con
el nivel socioeconómico, pues éste garantiza o dificulta la realización de la mujer en
ámbitos diferentes a la maternidad como es su ingreso a los estudios superiores que le
abre puertas en el mundo empresarial, político o artístico.

La juventud también hace referencia a la generación que define características


comunes para las personas de edades similares, es así como la generación determina
afinidades en cuanto a la música, la ropa, los ideales sociales, el modo de habitar el
mundo, en palabras de Margulis y Urresti (1998,7) “se incorporan los mismo códigos
culturales que imperan en una época dada y con ellos el plano político,
tecnológico, artístico, etc.”.

Entre una generación y otra existen diferencias en los códigos culturales y en las
formas de vivir y percibir la realidad; fenómeno que en la actualidad sucede con
mayor velocidad, ya que la rapidez de los avances tecnológicos y el transcurrir de la
vida misma, ha llevado que entre un grupo de una edad que tienen una diferencia
de 5 años con respecto a otro, las diferencias culturales son grandes, en tanto que en
décadas anteriores para determinar estas diferencias se requería un transcurso de
tiempo mayor.

De acuerdo a la generación, ser joven implica tener toda una vida por delante
para conquistar y descubrir el mundo. La generación determina para los jóvenes un
imaginario de salud e invulnerabilidad que hace del riesgo una experiencia extrema
que permite desafiar la vida y la muerte.

Por tanto, la juventud no sólo se expresa en el cuerpo, sino en el imaginario de los


posibles pasando así del aspecto físico a la facticidad, entendida ésta como “un
abanico abierto de las posibilidades de realización personal y de performances
vitales”. Este abanico de posibilidades abiertas en la juventud es más amplio, lo cual
implica una manera diferente de estar en el mundo, con percepciones y
apreciaciones distintas, nuevas, descubiertas en la exploración y experimentación de
los sentidos, las cogniciones y las realidades.
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Construcción de identidad
Una manera de mirar la construcción de la identidad es analizarla teniendo en
cuenta el desarrollo de dos planos:

a. El plano de las relaciones: en el cual se tiene en cuenta la influencia de los pares,


es decir del grupo de personas de la misma generación con quienes se tiene la
posibilidad de crear nuevos imaginarios y construir nuevos referentes simbólicos; en
segundo lugar se encuentran los adultos significativos quienes se convierten en
modelos de los cuales los jóvenes retoman aquellos aspectos que valoran; y en
tercer lugar está la familia, que hace posible el reconocimiento de raíces que le
dan piso psico-emocional al joven. A partir de la familia se puede dar respuesta a
una pregunta básica ¿ a quién me parezco?

b. El plano de la conciencia subjetiva: aquí entran en interacción dos aspectos: a) el


ideal del yo que es lo que los otros esperan que yo sea y, b) el yo ideal que es lo
que yo deseo ser y hacer. A partir de la conjugación de estos aspectos se define o
reestructura la personalidad, se asumen los modelos de lo masculino y de lo
femenino.

c. Relaciones intergeneracionales: Las relaciones intergeneracionales, es decir las


relaciones entre adultos y jóvenes, están mediadas por los estereotipos que se
tienen. Hablar de estereotipos es reconocer las imágenes sociales, generalmente
preconcebidas y predispuestas que se tienen frente a los otros, en este caso se
refiere a la manera como los adultos perciben y reproducen las imágenes de los
jóvenes, cómo los definen y, por tanto, como se relacionan con ellos.

Miriam J. Lee afirma que algunos de los estereotipos que tienen los adultos frente a
los jóvenes se pueden resumir en las siguientes frases:

~ Individuos más aprovechables en el futuro que en el presente.


~ Sujetos sin capacidades intelectuales, emocionales ni morales productivas.
~ Entes que carecen de juicio propio, que no disciernen ni razonan.
~ Seres para formar y moldear acerca de la vida.
~ Especímenes inexpertos (sin experiencia), inmaduros, dependientes e incapaces.

Estos estereotipos surgen de la concepción de que el joven es una persona


inacabada y sin identidad en comparación con los adultos, ello obliga a dar una
mirada a la juventud desde su propio proceso, características, condiciones y
necesidades, reconociendo su identidad y no desprovistos de ella.

Estas percepciones acerca de la juventud, hace que los adultos asuman posiciones
y comportamientos como:

~ Pensar y decidir por ellos.


~ Contar con ellos sólo como pasivos espectadores.
~ Considerar que ellos son una carga.
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Así como se tiene estas percepciones y actuaciones frente a los jóvenes en general,
de igual manera se encuentran otros estereotipos frente a los jóvenes de las
poblaciones menos favorecidas, estos estereotipos consideran que los jóvenes son:

~ Altamente propensos al conflicto y susceptibles de él


~ Violentos por naturaleza
~ Individuos que no valoran la vida
~ Perezosos, con inclinación a la vagancia
~ Propensos a todo tipo de trivialidad y consumismo
~ Extraviados, anormales, extravagantes
~ Peligrosos, predelincuentes... enemigos

Ante estas percepciones, las reacciones de los adultos son:

~ Limitar sus actuaciones.


~ Mantenerlos bajo control.
~ Observarlos con desconfianza.
~ Mantenerlos aislados o alejados.

También se encuentran otros estereotipos como por ejemplo cuando se los ve en


relación con su sexualidad, cuando se los ve como objetos perdidos, cuando se los
considera peligrosos o que están en peligro, cuando se los ve como objeto de
envidia, cuando se los ve como individuos inadaptados.

Reconocer que se tienen imágenes estereotipadas de los jóvenes es un paso para


preguntarse frente a las actitudes y comportamientos que se asumen con ellos, ala
vez, debe llevar a generar la reflexión y el esfuerzo de reconocer sus propias
habilidades, capacidades, necesidades, características e identidad.

Bibliografía
~ PEREZ TORNERO. Tribus Urbanas. Barcelona: Paidos, l997

~ CORPORACION REGION. Umbrales: Cambios Culturales, Desafíos Nacionales y


Juventud. Medellín: Corporación Región, 2000

~ McCANN-ERICSON COLOMBIA. Los Rostros del Futuro, l990

~ LEE, Myriam. Políticas Públicas de Juventud desde una Perspectiva de Derechos


Humanos. Documento sin editar.

~ Luz Adriana Guerrero Guevara (sicóloga Fundación FESCO)


funfesco@epm.net.co
http://www.fundacionfesco.org.co

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