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PoemarioRaulEscalante 1
PoemarioRaulEscalante 1
Lúpulo Editores
Calle Recoleta Angosta 569
Centro Histórico del Cusco
Sin ti(go)
22| Sin Ti(go) no dejarán de cabalgar entre besos y números primos
mis intenciones y mis sueños (cuando es viernes); y
mis últimas cenas continuarán siendo bien penúltimas
y muy cabronas, y siempre donde la tía veneno,
escuchando Radiohead y posteando a Wilden Portilla; y
por acá nadie más morirá de amor o de risa en la cuesta
de San Blas, y hasta tendré más tiempo para acabar con
mi tesis de por qué se suicidan las burbujas en verano; y
eso y esto; es decir… cariño,
sin ti(go), mi corazón seguirá vistiéndose de rojo
en el occipucio de Los Andes.
Lo que más me gusta de ella
es que me deja beber cerveza negra
mientras admiro sus nortes y su sur;
y me gustan sus margaritas y sus tardes:
esas tardes donde el viento no ha muerto
y el agua no está rota.
24| El Sur En esas tardes
ella puede ser ella,
y yo puedo ser yo,
y el sur es el sur.
Me gusta el sur,
me encanta el sur.
Por allá va la novia del Paititi,
por allá va esa linda novia;
danza con sus anteanoches y plática
con el viento.
Persigue trofeos de papel y tinto, y enamora:
enamora poetas de ocho patas y cuatro ojos.
Y no… el problema,
su problema –además del cáncer-
es que se enamoró de un cholo misio;
se enamoró de mí…
Un brindis
uterino en el peroné de esta tarde.
Devuélveme mi foto carnet,
mis masallases, mi canuto;
devuélveme mi yugular y los crímenes
pluscuamperfectos… mis masacases
y mis preguntas a media voz…
Tus burbujas…
tus burbujas de chocolate y tutti frutti...
Cariño;
te declaro responsable
de lo que esta noche le suceda a la luna,
cuando los pájaros de mi espinazo
42| Arlequín percudan su predilecta blancura,
con el barro turbio de mis lamentos; esos lamentos
que cuelgo del suelo
cuando mi corazón cuadrúpedo (de rumbas) se lía
con los pétalos de tus baladas rosas.
Pero
cuando rimen en un mar de fuego
tu nombre de chocolate
y mis flores de vino,
y cuando encalle mi barca anhelante en los montes
blancos de tus sueños de cristal
y pasión;
y mis cuervos acuíferos y
tus trópicos de fresa y uva
44| Poema Calato se despeñen en el mismo abismo de sueño
y agua, seremos un barco
de fueguitos en la mar… tu mar
tu mar que arde.
Y yo aquí…
calato,
corazón calato.
Riega tus rosas y tus treces de espada;
ponte tu mejor vestido;
échate el perfume caro (que tanto,
te gusta) porque tú eres la novia
de la luna, la novia más risueña;
pero déjate las canas,
le gustan, le encantan,
son como mordiscos de plata.
¡Apúrate!
¡Está subiendo la marea!,
novia de la luna,
el amor no espera;
porque también estás hecha de carne
como de fuego y de luna.
Apúrate… novia,
que él te espera.
Eres bonita,
la más bonita, y
en tus ojos hay dos lunas:
grandes y redondas, y
el mundo tiene un sabor
a recién nacido en esas
lunas deslumbradoras.
Y en tu sonrisa de caramelo,
lunera bonita, y
siempre bonita, hay
una luz inocente
50| Bonita que solo vive
al final y al comienzo
del día; porque eres un sueño.
Bonita, bonita,
Y eres un sueño de luz con
vainilla
donde nunca se marchita la lluvia
y nadie discute con las palomas,
y eres un sueño, bonita;
y tejes sueños bonitos;
bonita…
bonita…
Chica; cómo me gusta cuando te disfrazas de cumbia,
cómo me gustan tus corneas a las seis,
cómo me gusta tu voz sin policías.
Chica; que nuestros amores no sean pasteurizados,
que nuestros amores incendien demonios,
52| Cornel 2 que nuestros amores no sean enanos.
Chica; cómo me gusta la risa de tu palma,
cómo me gustan tus dilemas a las diez,
cómo me gustan hasta tus zombies y tus cruces de
almendra… (Y es que diciembre es el mes más cruel).
Pero
a los 35 te van dejando de doler los meniscos, los cláxones, las
alturas y sus pupilas impías, las películas de Van Damme; y
también te van dejando de doler las barcas que aman auto-
naufragar… y las facturas, las promesas recién bañadas y hasta la
paz espiritual.
A los 35 te van dejando de doler las canciones de la Piaf y de la
Pantoja y de Chacalón; y duelen menos los pasadomañanas:
cuando el silencio arde; y duelen menos las despedidas en cuarto
menguante, los “Dados Eternos”, las verdades en short; las
campanas, las pastillas, los nephilim… las dalinas.
A los 35 te va dejando de doler no tener un carnet de medio
54| A los 35 pasaje para la quinta dimensión, y ya no duelen mucho el recorte
presupuestal y el chilcano de luca; también las disculpas, las
lemurias y las ausencias; y duelen menos los sanblases y los
veranillos en un banco marrón; y los chukakis y los policías y las
piñaullas… y los bradespitt…
A los 35 van dejando de doler el culo de la luna y las corbatas
de los reyes, la blanquiroja, la escasez de inteligencia emocional
en el cuerno de la noche, los bautisterios, las lluvias sin sol y el
Apocalipsis de San Juan; y van dejando de doler la imperfección,
los cromosomas, la libertad de prensa en el purgatorio, los
iluminatis, los anitchas y los atacaus… y hasta va dejando de doler
ELLA… y eso y esto y aquello… además y también.
Y sí, princesa del mal, pero también del bien… porque buena estás: dual
nomás, como Dios y como la verdad que se mueve y cambia, y así nomás…
Y nada, yo me quedé por acá
con un dolor de lunas y sin trabajo, pero feliz y tirante… y la ciudad allí: las
nubes de un solo ojo aprendieron a cantar la malagueña en las fiestas de
Sanseb beach;
y tu amiga: la china que dice que no es china (…) sí, la guapa, se dejó los
bigotes y las tristezas;
y la Pachamama tosió más imprecaciones de carne contra las jisputas
mineras y los presidentes, y es que al final y como siempre, acá,
terminamos
convirtiendo más bazofia en gobernantes y en santos de la puta que los
parió (y claro, claro, las putas no tienen la culpa). Pero así estuvo por aquí la
58| Carta a Miss Menta II cosa… y
vendí mi moto porque lo mío nunca fue la velocidad,
y vendí mis alas, mis alitas grises, porque la
calle está dura, y de hecho, tuve que ordenarme un poquito, y ahora
trabajo, pago mis impuestos,
estoy por graduarme… y entre otras cosas, dejaron de preguntar por ti los
amigos, las noches, algunos demonios, y yo;
y por eso no “me lloro” cuando te digo esto, y es con todo y todo, un
hombre solo debe llorar por amor; pero cambiando de aires, como te decía,
así por aquí… estimada princesa de menta… la vida continuó,
como tenía que ser,
justo donde me dejaste,
en la esquina de la calle del Fin de mundo
con jirón A la vista será)… y así fue.
Febrero también fue cruel, y dolió chicoca, como el desempleo en
cuarto menguante, la otitis, las dudas de amor en Salto Grande o
aquella lejana patada en las bolas (y en el alba). Y es que la vida
a veces duele nomás, como el cielo desde una cárcel o la resaca
por intoxicación aguda en las fiestas de San Carmelino; además,
no es fácil decirlo todo de una sola vez. Pero ese no era el punto…
Lo que quería decirle: es que usted me alborota el gallinero y los
meñiques, y los destinos también. No sé si me explico; y es que es
muy bella su belleza, que hasta duele y quema (como dicen en las
canciones de la radio y en las películas en YouTube)… pero sí, y
aplasta, aplasta en los obeliscos y en la pituitaria… y aturde, sobre
todo en las noches enamoradas, y en las mañanitas: esas mañanitas
de las que no cantaba el rey David, porque sí. Y sus ojos de pirata
60| Chukaki honrada también me queman, y la selva ardiente de su cabello loco
y enmarañado, y sus labios de manzana con toffee y yunza, y su
olor a hembra pistolera pero ecologista y muy decente y correcta, y
su voz de pajarito hippie, y esas pequitas de su cuerpo me queman
también y mucho… porque como usted y las mariposas que
atrapan sueños, saben: somos de carne, cariño, pólvora, y huesos...
y por eso, me quema-quema que me quema-quema.
Duele decirte, pero la ciudad del amor (que una vez creamos)
68| A Mía es sacudida por bruscas tempestades engendradas por algo
que parece ser un descabellado agujero negro. Aquello devora
los colores y las memorias de los ángeles, los parques y los
fundamentos de los pistilos. Si antes no te dije nada fue porque
no quería preocuparte con cosas que en un principio parecían
ser solo el mal sueño de un nictálope herido; sin embargo,
considerando la magnitud de los estragos –y su creciente
desarrollo-, debo confesarte que la destrucción de nuestro
mundo del amor es inminente. Yo te libero de mí… Y lamento
decírtelo así; pero en breve ya no habrá quien desplume
canciones y te vista poemarios.
10 Prólogo Arlequín 42
16 Muñeca Poema calato 44
20 Ojos bonitos Luna 48
22 Sin ti(go) Bonita 50
24 El sur Cornel 2 52
28 Paititi A los 35 54
30 Celosa Carta a la Miss Menta II 58
32 De nuevo Chukaki 60
34 Poema uno Sin mi(go) 62
38 Su problema Poema 20 64
40 Las tarjetas A Mía 68