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Virginia Woolf
UNA HABITACIÓN PROPIA
Contextualización de la obra
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
1.- INTRODUCCION
5.1._ Enfocando
5.2._ La metáfora de Una habitación propia. Varias lecturas y dimensiones
5.3._ La mujer y la Primera Guerra Mundial
5.4._ La Sexualidad
5.5._ La Mujer y la Historia
5.6._ Mente y Pensamiento
5.7._ Crítica y Aporte
.- Material Consultado
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
1._INTRODUCCION
Al traer hacia mi los distintos trabajos que existen y leer en ellos toda la parte que aborda los contextos
históricos, literarios...en los que se supone se mueven los autores, veo que se intenta en cierto modo
dogmatizar las fuentes provenientes con exhaustivos análisis de las distintas corrientes de tal o cual perio-
do, pero sin embargo dichas corrientes, no suelen dotar a sus personaje, de tales profundos conocimien-
tos en áreas tan diversas como las allí expuestas, máxime cuando el esbozo de tales conclusiones han
devenido en muchos casos con posterioridad y no en el mismo momento en que se producen los movi-
mientos. Pues una cosa es vivir el momento o un movimiento y otra distinta saberse que se esta dentro,
inmerso en ese movimiento. Cuando la realidad y como se ve, los conceptos evolucionados, las ideas o
corrientes alcanzan su cenit varios años o incluso varias décadas más tarde, siendo la etiqueta con la que
los nombramos y nos referimos a ellos normalmente, muy posteriores a su existencia. A la contra, pode-
mos caer en el error de validar por ejemplo un mismo contexto Histórico-Literario, de una época o de un
siglo, digamos S.XIX, segunda mitad, como aspecto generalizado al que por igual pueda influir a todos los
autores dentro de esa época, resultando que un mismo análisis en cualquier trabajo realizado sería valido
para todos ellos bajo cualquier premisa o circunstancia, aspecto este que no concurre, pues los elementos
y circunstancias son variados, personales y muchas veces excepcionales.
Personas en la vida de
Woolf
Como curiosidad,
respecto al «feminis-
mo» comentar, que
aunque si bien el con-
cepto ya existía, y en
1914 se recoge el
neologismo ««femi-
nismo»» como «doc-
trina social favora-
ble a la mujer, a
quien concede ca-
pacidad y derechos reservados antes a los varones», nuestro querido «Diccionario de la Lengua Espa-
ñola» no modifica el concepto, por otra, actualmente desaparecido, hasta el año1992, exponiéndolo
como «es el movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los varones». Actual-
mente dice así, «Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre».
Por otra parte, habría que pensar en los distintos grados o alcances en los que se mueve una persona
durante su vida, pues como se ha dicho, no todos afectan de igual manera. No es lo mismo el sentir de la
Primera Guerra Mundial (1914-1918) en la España de esa época, que desde un país como Francia o
Inglaterra, inmersas en el conflicto. Y no afecta igual al mismo personaje si por ejemplo tiene amigos o
parientes luchando en la misma contienda, en uno u otro bando. Según nos alejemos o nos acerquemos,
las implicaciones serán distintas con diversas las interpretaciones y con diferente calado para la persona-
lidad tratada. Más que exponer el dato alejado de la Primera Guerra Mundial y dar detalles sobre los
porqués y consecuencias de la guerra misma, habría que preguntarse hasta que punto pudo afectar a su
existencia y por tanto influir en su obra o que parte de la contienda pudo reflejar en sus escritos, si fuese el
caso. De igual manera hay que estar atenta a otros detalles o rasgos que aparentemente pueden pasar
inadvertidos y que son muy importantes a la hora de perfilar los rasgos de la personalidad con la que
tratamos.
Hago hincapié así en la diferenciación entre un contexto o circunstancias personales, más cercano, donde
se analiza la parte más intima, en este caso de la autora, su relación con los padres, hermanos, parientes,
amistades, marido..., la influencia que estos han ejercido y marcado sobre su persona, en su pensamiento,
obra... Piénsese que incluso dentro de nuestras relaciones personales, dentro de este núcleo más cercano,
es el grupo de iguales el que más influencia ejerce y por tanto el pensamiento que impregne el grupo será
del que en un principio más se beberá, para después pasar a un concepto que aunque lo abarca todo no
deja de ser más general, en lo local, estatal, internacional, en definitiva alejado, donde se encuentran los
grandes sucesos y acontecimientos que no nos dejan indiferentes, y marcan los trazos de una época.
En el ámbito interno quizás la fuerza de las ideas de ciertas personalidades o incluso los viajes realizados
pueden ser fuentes que puedan aportarnos una cierta visión de las cosas, de una moral y corrientes
propias de la época en donde vivimos, marcando con ello nuestras vidas a modo histórico, pero con un
carácter más intimista y por tanto menos conocido.
Todos estos detalles nos darán un perfil bastante más aproximado sobre la personalidad en la que quere-
mos adentrarnos, más que aquella clásica guía que nos instruye sobre el paso del tiempo en un personaje,
a través de las distintas etapas de su vida. Serán pues, desde estos datos, en continua relación, que en el
caso que nos ocupa, son por fortuna bastantes; más bien lo que existe es un problema de sobreabundancia
ya que a parte de sus obras, contamos con seis tomos de cartas, cinco de diarios y muchos de los
cuadernos de la escritora con notas de lecturas, descripciones, diálogos e ideas. Lo que nos ayudará
bastante para dibujar y profundizar con más detalle en las luces y sombras de Virginia Woolf.
Desde aquí, analizaremos cual es su peso, el hueco, el espacio que con su características personales la
autora de «Una habitación propia» encaja, se inserta o desciende sobre la sociedad en la que vivió. En
este caso, la época en si misma, nos colorea, a pesar de sus destellos, una sociedad gris, con una moral
victoriana bastante encorsetada y que será la que inunde todos los aspectos de una sociedad y un momen-
to claramente significativos.
Así, los contexto lingüístico-literario, el filosófico, incluso el tecnológico o el histórico, adquieren otra
dimensión distinta, adaptándose como un guante, a la forma de ser de la persona, y no al revés, sobre el
que se posa, el pensamiento y la obra que da sentido al propio significado de la artista y ya si, dentro de
los acontecimientos de una, de esa época. ¿Como seriamos nosotras mismas si hubiéramos nacido en un
tiempo distinta al nuestro?. ¿Que parte de nosotras estaría sujeta a nuestra esencia personal y que parte al
devenir de las circunstancias que nos hubiesen rodeado?.
Pero es gracioso señalar, en el caso que nos ocupa de Virginia Woolf, precursora del feminismo, clave del
modernismo literario, considerada como una escritora de éxito ya en su tiempo y una de las escritoras
inglesas más importantes de la historia, la cual gustaba de acudir junto a sus amigos a todos los actos
culturales que podía y que por cierto, nunca en su vida se declaró feminista. Como puede trascender con
fuerza su figura, fuera ya de todo el contexto existencial o construcción literaria, con un notable crecimien-
to simbólico de su persona a lo largo de estos últimos años, de tal manera, que el valor de la artista se ha
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
sobredimensionado como emblema, superando su muerte al propio valor artístico de su obra, al punto de
ser hoy un icono entre las mujeres que luchan por unos derechos, unos ideales, fuera ya de un tiempo y
una época y por tanto fuera de ese contexto del que queremos hablar, acercarnos y conocer.
Sea pues paradójico decir, que no fuera hasta los años 70 del siglo XX cuando fuera redescubierta y
rescatada para la causa del movimiento de la mujer dentro de esa década, siendo la obra que nos ocupa,
«Una habitación propia» (1929), junto con otra, «Tres Guineas» (1933) reivindicadas y consideradas
como auténticos pilares del movimiento feminista, en la lucha para la igualdad de derechos de la mujer,
teniendo desde entonces un lugar dentro del movimiento reivindicativo feminista. Una mujer que aunque
con sus ensayos, puso de relieve las carencias y desigualdades que adolecía la mujer en una sociedad
dominada por hombres, nunca, como se apunto más arriba, se considero feminista. Y muestra, esto es lo
importante, como la figura de una artista puede superar, ir más allá del contexto que fuere en su tiempo,
para ser bandera o icono de lucha en una sociedad nueva que poco o nada tiene que ver con aquella, salvo
el deseo continuado de lucha y reivindicación en pos de la igualdad entre ambos sexos. Icono con el que
Virginia Woolf, quizás, jamás habría soñado con posicionarse e identificarse. Como cuando se preguntaba
a sí misma en una de sus cartas, « ¿ como va a ser bello lo que escribo? ...Tales son el esfuerzo y la
angustia que me suponen encontrar una frase (que diga exactamente lo que yo quiero decir). ¡Y luego
dicen que lo que escribo es bello!...». Preocupada hasta el final con las palabras y el encaje que estas
debían tener en sus textos para describir sensaciones. Obsesiva y perfeccionista en su trabajo y critica
exigente. Más pendiente de su obra que de cualquier movimiento o corriente. Por eso no deja de ser un
paradigma.
1.3._Líneas Personales
Pero, ¿Quién era Adeline Virginia Stephen? ¿Que sabemos de ella? ¿Como influyeron los acontecimien-
tos de su vida y su forma de ser y vivir en su obra? ¿Cuales fueron sus circunstancias personales que tanto
sufrimiento le ocasionaron?
Hija de Leslie Stephen, nace en Londres de 1882, tercera de cuatro hermanos, educación abierta impar-
tida por tutores en su casa de Hyde Park Gate, barrio elegante y aristocrático y curso algunos años de
griego, latín y alemán en el Departamento de Mujeres del King’s Collegue junto a su hermana Vanessa. Su
casa fue frecuentada por artistas, literatos, políticos..., con fuerte carga social victoriana.
¿Pero que fue lo que le marco?, ¿Que clase de perfil como mujer nos dio su experiencia?
Su padre, Leslie Stephen, escribió muchos trabajos de corte político y pensamientos literarios, fue entre
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
otras cosas editor del Oxford Dictionnary of National Biography, su influencia sobre su hija es palpable y
aquí podemos encontrar un primer eslabón del amor que Adeline sentirá en el futuro por la literatura y los
libros en general.
Su padre casado anteriormente y su madre también casada anteriormente, traían hijos de esas relaciones,
Laura, declarada mentalmente incapaz por parte de su padre y George, Stella y Gerald por parte de su
madre. A pesar de ello, sus padres tuvieron con ella cuatro hijos, Adrian, Thoby, Virginia y Vanessa. Total
ocho.
¿Como puede marcar a una niña de trece años la muerte de su madre? y si a ello se añade que dos años
más tarde con quince, su medio hermana Stella, que había cogido las riendas de la casa, a la muerte de la
madre, también fallece. Recordemos que su otra medio-hermana Laura, por parte de padre, más mayor,
no esta mentalmente apta.
Esto le llevo a una de sus primeras depresiones. A esta lista de sucesos habría que añadirle la muerte de su
padre en 1904. Provocando que fuera incluso ingresada por una crisis nerviosa, aunque fue de forma
breve, este mismo año también fue la primera vez que intento atentar contra su vida. Las desgracias
continúan y solo un año más tarde tuvo que enfrentarse a la muerte de su hermano Thoby, al que adoraba
y que solo contaba con 25 años, enfermo de tuberculosis.
Así ya tenemos que tan joven, encontramos cuatro fechas cruciales en su vida, 1895, muerte de su madre,
1897, muerte de su medio hermana Stella,1904, muerte de su padre Leslie Stephen y un año más tarde,
muerte de su hermano Thoby.
Lamentablemente, tendremos que añadir más sucesos desagradables a esta ya larga lista, pues se ha
especulado, incluso por su propio sobrino y biógrafo Quentin Bell, que Virginia, junto con su hermana
Vanessa fueron objeto de abusos deshonestos por parte de sus medio hermanos George y Gerald.
Ello contribuyó al aumento de crisis y depresiones que llevaron a Virginia a un problema psicológico con
un trastorno bipolar o TAB, con notables cambios de humor, pensamiento y comportamiento. Podía
pasarse meses en calma hasta que de nuevo pasaba por etapas donde se intercalaban episodios maníacos
de una gran euforia y una felicidad anormal de grandiosidad y una depresión profunda donde la melanco-
lía, la tristeza y la inhibición e ideas de muerte estaban presentes. La última de estas crisis la llevo al suicidio
por ahogamiento en 1941.
Este grupo tenía algunos pensamientos e ideales comunes, rechazaban la clase media-alta a la que perte-
necían, pero no renunciaban a sus beneficios, igualmente rechazaban la religión, la mayoría eran ateos y
rehusaban la moral de la época victoriana y el realismo del S.XIX. La mayoría de los que pertenecían al
grupo estudiaron en el Trinity Collegue o King’s College de Cambridge.
En 1912, a la edad de treinta años contrajo matrimonio con uno de los compañeros del Grupo de Bloomsbury,
Leonard Woolf, un judío sin un penique, como lo definió Virginia a su amiga Violet. «Esa fue la decisión
más sabia que tomó en su vida», dijo de ella su sobrino en su biografía. La pareja no tendría hijos, Virginia
detestaba la maternidad.
En 1914, creada la Hogarth Press, con una nueva crisis, intentó un segundo suicidio al ingerir veneno y en
esa misma época ya en 1915, publicó su primera novela «Fin de viaje», cimentando una fama como crítica
y articulista. Sin aparentemente tabúes, tuvo relaciones con hombres y mujeres. Su primera amistad íntima
fue su prima Magdalene, a la que siguieron Violet Dickinson, Janet Case, que fue su profesora de griego,
la escritora Katherine Mansifield, Ethel Smyth, compositora y Vita Sackville-West, la protagonista de su
obra «Orlando». Se dice que fue esta ruptura sentimental la que le llevó a nuevas crisis que acentuaron la
depresión que ya postraba y la que la condujo a tomar la determinación de un nuevo suicidio, suicidio que
le llevo hasta la muerte por ahogamiento, pues se arrojó al río Ouse, cargando los bolsillos de su abrigo
con piedras para impedir subir a la superficie.
1.4._Perfil y Etiquetas
¿Como influyó y marco la muerte de su madre y de su hermana.? ¿La relación con sus otros hermanos?,
¿Los abusos que sufrió a mano de uno de sus medio-hermanos.?...
Virginia fue una mujer que pronto sufrió en su vida numerosas contrariedades y pérdidas.
Algunas de sus peculiaridades y forma de ser se enuncian de forma superficial a modo de detalles fugaces,
fotográficos si cabe, en blanco y negro, de una vida, con el siguiente resumen esquemático, sin entran en
valoraciones, solo enfrentándolo ante el espejo que refleja una conducta en la sociedad que vivió:
«Los celos hacia su hermano Adrian, el favorito, la muerte de su madre cuando tenia solo trece
años y dos años más tarde su hermana Stelle, su cuestionada educación, los abusos de su herma-
nastro, la muerte de su padre, la muerte de su hermano Thoby, sus intentos de suicidio y su enferme-
dad bipolar, su afición a fumar y su avidez lectora de periódicos, su afición por la fotografía, su
ateismo, su feminismo no activo, su herencia, el grupo de Bloomsbury y su matrimonio con el judío
Leonard Woolf, no tuvo hijos, detestaba la maternidad, aunque también los médicos le aconsejaron
no tenerlos por si heredaban problemas mentales, sus amantes masculinos, sus amantes femeninos,
su bisexualidad, el rechazo a la clase media-alta a la que pertenecía, las ideas de un partido labo-
rista de la época, la moral victoriana, su amor por Vita Sackville, su ruptura con ella, su última
depresión y su muerte.»
Esbozar así los rasgos de una vida nos sirve para comprender la complejidad de su personalidad y el difícil
encaje que a primera vista resulta de casar estas etiquetas dentro de una sociedad con una moral victoriana
imperante y con una serie de valores que chocan frontalmente con lo expuesto y la forma de ser o de
proceder de Virginia Woolf. A priori, es difícil que Virginia encajara bien en una sociedad con unos este-
reotipos y una rigidez tan acusada y a la vez pudiera mantenerse a salvo de una despiadada crítica por
parte de una sociedad en algunos casos tan snob, valedora de determinados principios, aunque estos
fueran aparentes.
La reina Victoria, 1837-1901, 64 años en el trono, el termino victoriano se comenzó a utilizar a partir de
1851 durante la Gran Exposición de los trabajos de la Industria de todas las Naciones ( Llamada poste-
riormente Exposición Universal ), mostrándose las invenciones e ideas de esa periodo victoriano; de tal
suerte que tal «perfeccionismo» alcanzado habían sido conseguidos a través de unos valores propios de la
sociedad inglesa, valores que ya tuvieron su antecedente
en el movimiento puritano, liderado por Oliver Cromwell,
dos siglos antes. Así es como de esta manera la moral, la
religión, el industrialismo o el elitismo serán imbuidos por
esos principios, llamados ahora, principios de corte
victorianos, que producirán un cambio en la mentalidad de
la sociedad, tanto en los países que forman en ese mo-
mento el Imperio Británico como en aquellos en que su
influencia se ejerce por ser Inglaterra una gran potencia
mundial.
Virginia Woolf de niña
El término pues se referirá tanto al periodo de su reinado, como aquel, que se extendió más allá del mismo
para designar o hacer referencia a un tipo de moral especialmente estricto o encorsetado y por otro,
referido a un concepto ambivalente y contradictorio, donde se decía una cosa y se hacía otra.
Quizás ello se deba en parte a la imagen que proyectaba la reina Victoria y su consorte, el príncipe
Alberto, pues debido al protocolo y a su rigidez en los actos públicos que mostraban, les llevo a una inicial
impopularidad, pues en privado esa aparente rigidez se relajaba o desaparecía por completo. El rumor de
que el hijo de los monarcas, el Príncipe de Gales, estaba involucrado aún con Nellie Clifden, en un affaire,
horrorizaron a Alberto y Victoria por la indiscreción de su hijo poniendo en evidencia y en entredicho esa
doble moral y más, proveniente de un miembro tan importante de la realiza como era el Príncipe de Gales.
La moral en estos años aparentemente es más importante de lo que imaginamos, el que dirán, el oculta-
miento o las apariencias era parte fundamental del día a día en las clases sociales. La moral imperante en
aquellos años estaba fuertemente influida por lo que se llego a llamar en su contexto «moral victoriana».
Moral muy presente en Leslie Stephen y Julia Prinsep, padres de Adeline Virginia que durante los prime-
ros años de su vida intentarán inculcar. Este tipo de moral, parece en parte, un reflejo de lo que serán más
tarde las contradicciones en la propia vida de la escritora y que estarán presentes hasta su muerte.
La figura del padre Leslie Stephen, historiador, teórico, escritor y biógrafo, será determinante durante
estos años de su vida, aunque de carácter severo y férrea moral, influirá posteriormente en el desarrollo
artístico de su hija, absorberá su amor por la escritura, respirando desde pequeña un ambiente literario,
pues siempre en su casa había una gran canti-
dad de libros. Leslie influenció a la familia en
general a través de la sociedad literaria, artísti-
ca y política de la época. También tenía rasgos
narcisistas y un carácter déspota con la madre
mientras esta vivía. De corte refinado y liberal,
ya viudo, pensaba según la propia Virginia que
sus hijas tenían que estar a su servicio para cui-
darlo, aunque admirado por Virginia siempre
le ocasionó cierta tensión hasta su fallecimiento
por cáncer en 1904, a los 71 años de edad.
Por otro lado, al hilo de este ambiente encontradizo con la realidad, esas contradicciones también se
hallan en muchos ámbitos sociales, a pesar de unos valores y códigos de conducta estrictos, con una
Algunas Corrientes y Movimientos importantes en el contexto de Virginia Woolf
El Esteticismo y su concepción del arte, la prioridad
de lo bello o la belleza, pero no siempre de una
manera objetiva, sino desde los valores que el artista
así estime. Las normas estéticas pueden ser separadas
de la moralidad, la utilidad o el placer. El
decadentismo, el simbolismo serán las salidas que se
perciben como búsqueda de esa primacía hacía un
hedonismo que nada tiene que ver con la moral
victoriana imperante en esa época.
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
fuerte represión sexual y en general poca tolerancia a lo que fuera distinto, donde mantener una fachada
conservadora, sobria y de falso recato era lo importante. Lo cual contrastaba con todos los cambios
sociales y de luchas que se produjeron durante esos años. La doble moral victoriana, con grandes princi-
pios moralistas y valores conservadores era también alocada. La histeria femenina por ejemplo, era
considerada una enfermedad social. El individualismo se desarrollo como un apetecible nuevo valor, el
hombre hecho a sí mismo y la idea de que cualquiera teniendo ideas y trabajando duro podría hacerse
millonario.
La forma de vivir contradictoria escenificaba puertas afuera una realidad distinta a lo que realmente ocu-
rría puertas adentro. El hombre dominaba tanto la vida pública como la privada, de esto se hace eco «Una
habitación propia». Por otra parte, las mujeres sometidas y dedicadas casi por completo a los hijos y al
hogar, no tenían voz ni voto al menos en la cosa pública hasta el seis de Febrero de 1918 . Agravado por
el puritanismo que sobre el cuerpo humano se tenía y el significado de lo que hoy conocemos como
sexualidad hacían que determinadas aptitudes y conductas fueran tomadas como leyes, modulando en
falsos mitos la forma correcta de como una sociedad civilizada tendría que vivir.
Su característica esencial resume este aparente choque de contrariedades pues era una sociedad con un
fuerte sentido de lo práctico. Se buscaba a la vez la realización personal y la colectiva. Los valores que se
trasmitían se basaban en el miedo, la estricta reglamentación de las cosas, el autocontrol y la voluntad, la
disciplina muchas veces ciega, dando lugar a un mundo muy conservador e hipócrita.
A finales del S.XIX parte de la sociedad comenzaba abiertamente a rechazar la traza deshumanizante del
capitalismo y los valores de producción de la época, dando en si señales de agotamiento. La necesidad de
un cambio, mostrando por otra parte el peso cada vez más incisivo de los valores colectivos, era ya una
realidad. La crisis de fe a partir de las teorías de la evolución fue poco a poco impregnando toda la
sociedad, cuestionando las creencias cristianas y por tanto los valores tradicionales en los que se basaba
la sociedad victoriana. Había comenzado una búsqueda, un cambio de rumbo donde era necesario en-
contrar una base moral distinta con unos valores también distintos, cosa nada fácil. La sociedad hizo gala
de esa doble vertiente, señalada más arriba, por una parte, se habían perdido la base de la existencia
misma y para no perder esa fe propia era necesario combinar las creencias religiosas y las enseñanzas
individualistas de la época con un deber hacia el prójimo, hacia los pobres, a las diferentes clases sociales
y enfermos en definitiva, el deber de entender a Dios de una nueva forma.
Así mismo, los movimientos sociales iban en aumento como forma de oposición a la explotación y a la
codicia desmedida por parte de aquellos que poseían los bienes de producción. Las ideas de Karl Marx
y Friedrich Engels fueron en parte una reacción a la Inglaterra victoriana.
Aquel primer movimiento literario del Romanticismo había perdido bastante fuerza y comenzaba un re-
chazo hacia el mismo, imponiéndose un nuevo «Realismo», en donde se pretende representar de la forma
más fiel la realidad, tomando para ello métodos de observación propio de las ciencias, una especie de
positivismo literario. En lo que se pretende crear, una cierta tensión emocional de denuncia, aunque sin
pretenderlo de forma expresa, pues es la realidad la que será juzgada por el lector.
La sociedad fue el punto donde se fijo el interés para describir de la manera más objetiva sus problemas
adaptando el lenguaje a los personajes que encarnaban y dando con ello una mayor amplitud y reconoci-
miento de otros extractos sociales, alejados u olvidados por la burguesía imperante. En este sentido
personajes de la talla de Emily Brónte u Oscar Wilde fueron perseguidos y considerados malditos por la
sociedad por su audacia e intentos de renovación.
Junto a este movimiento de Realismo que rompe con los cánones con su predecesor el Romanticismo,
también se encuentra el llamado Posromanticismo y que es una mezcla entre ambos y a la vez un intento de
superación también de esas dos grandes corrientes. Otros movimientos también convivirán de forma
temporal y tendrán su momento de gloria dentro de la vorágine que supone la misma efervescencia y
dinamismo de la sociedad en general europea en esos años. Así la vertiente literaria se ira fragmentando en
diversas corrientes como el Naturalismo, el Parnasianismo, el Simbolismo, el Decadentismo, el Espiritis-
mo, el Prerrafaelismo, hasta llegar al Modernismo. El final de todos estos movimientos y corrientes que de
alguna forma se mantuvieron en liza a la vez y que en algunos
casos es difícil fijar una frontera limitadora entre unos y otros, son
en esencia la manera de romper con la estética y la forma de todo
lo anterior y en donde cada uno de ellos aporta algún postulado
esencial.
La irrupción posterior en 1909 de lo que será llamado como Vanguardias, en donde, lo experimental de
las obras, ensanchando ampliamente los límites, empujando estos hacia su máxima expresión, produce
ciertamente un contrapeso o ruptura para algunos de todos estos movimientos posrománticos, aunque
otros lo consideren como piezas o características singulares del modernismo.
Todo esto es lo que fue percibiendo, quizás sin saberlo, a medida que iba creciendo Virginia Woolf, junto
con las marcas y frustraciones personales ya relatadas. Este proceso, continuo quizás hasta la muerte de
su padre en 1904, momento a partir del cual podemos decir que se va a producir un gran cambio en su
vida y en donde empezará a descubrir parte de su doble identidad tanto en su faceta personal como de
artista.
Posteriormente escribirá, refiriéndose a la naturaleza de la mujer de aquellos años, mostrando los celos sin
fundamento de las muchachas victorianas, encerradas en una prisión doméstica, en donde la única salida
era el matrimonio.
Modernismo
Modernismo Virginia Woolf será una de sus máximas
representantes dentro del movimiento literario en esta
época. El concepto de experimentación con la forma y la
expresión literaria será una constante. « Hacerlo nuevo».
Existe en él una mezcla de corrientes, estilos e ideas, el
deseo consciente de romper con los modos tradicionales,
las maneras de expresar las nuevas sensibilidades, la
subjetividad del tiempo, las ideas del inconsciente de
Sigmund Freud...
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
Por otra parte, pensemos en los movimientos y corrientes del que bebieron los miembros de aquel círculo,
hablemos de las corrientes tales como el «Romanticismo», el Parnasianismo, su máximo exponente, Leconten
de Lisle, el Naturalismo, siendo considerado padre del mismo a Emile Zola, otro movimiento el «Realista»
en el que Balzac y Stendhal se consideran los padres del mismo, el Posromanticismo cuyo padre es
Charles Baudelaire, Théophile Gautier
considerado fundador de Parnasianismo
y precursor del Simbolismo, aunque su
máximo exponente fuera Leconten de
Lisle, el Esteticismo en donde el arte existe
para el beneficio de la belleza, elevándo-
se por encima de la moral e incluso más
allá de los temas sociales, incorporando
aspectos del Simbolismo y del
Decadentismo.
1901
Muerte de la Reina Victoria.
Comienza el lento cambio de
una Era.
Proceso de independencia de Australia - 1901
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
todos los sentidos, con ideas cada vez más luminosas y vibrantes, en donde el concepto de modernidad,
de lo nuevo y lo posible, ocupaba un atisbo de esperanza.
Todas las corrientes fueron de alguna u otra manera discutidas a la luz de aquellas charlas, de aquellos
encuentros entre jóvenes universitarios y con ganas de conocimiento. Una comunidad, en búsqueda del
Santo Grial, esencial para encontrar respuestas propias con las que dar sentido a la vida dentro de la
sociedad victoriana que les rodeaba y a la vez asfixiaba, búsqueda de si mismos, y la búsqueda en grupo
para dotarles en su impregnación de ciertas homogeneidad básica en sus manifestaciones generales, un
discurso de mínimos, dentro de su amplia variedad de ideas y posiciones.
Pero Virginia Woolf, no solo va a gozar y a incorporar como filosofía existencial el nuevo crisol que le
suponen todas estas manifestaciones de realidades emergentes y que tanto aprovechará para sí como
para el desarrollo de su obra, sino que tendrá la suerte de ser parte centrípeta a modo de espolón de esas
mismas ideas que el mismo grupo hace en conjunto como suyas, extendiéndolas en las manifestaciones
externas de cada uno de sus miembros o en las distintas manifestaciones de sus respectivos campos,
sociales, políticos, artísticos...resultando con ello alrededor suyo, una pieza o círculo más fuerte, más
influyente, a modo de anillo. Siendo una referencia crítica y de poso intelectual, dentro de la Inglaterra de
principios de siglo XX, cosechando a lo largo de los años un demostrado paradigma de éxito y señalando
el camino a seguir a generaciones futuras.
Como grupo, algún miembro de este, siempre tenía algo que decir en cualquier ámbito y momento. Una
muestra de lo que queremos decir se encuentra cuando observamos y profundizamos en las distintas
actividades de alguno de ellos.
Lo que deseo expresar por una parte es la conexión de ideas que había entre ese núcleo y como se influían
o se ayudaban de forma mutua, a modo de conexión que ejercía de vasos comunicantes, en donde las
fuentes de las que bebía el grupo, eran las propias construc-
ciones que realizaban algunos de sus miembros, según sus
diversos campos. Siendo Bloomsbury el propio generador,
dinamizador. Influenciadores sobre la bóveda del pensa-
miento de sus miembros y de estos, hacia la parte de la so-
Lytton Strachey
ciedad externa que acogía sus puntos de vista y los mantenía reproduciendo a modo de referente o grupo
de élite.
Por ejemplo entre estos se encontraban los filósofos analíticos G.E. Moore y Bertrand Russell, que revo-
lucionaron la filosofía del Reino Unido a comienzos del S. XX, el primero en su obra más famosa «Princi-
pia Ethica», «Principios Éticos», en donde analiza el sentido de lo bueno. Y especificaba que ello es
posible verlo en la amistad o en el placer estético, por tanto, los conceptos morales habría que examinar-
los en términos de producir todo aquello que posea bondad.. Moore sería considerado como uno de los
fundadores del énfasis analítico y lingüístico de la filosofía. Su influencia filosófica e impregnación de sus
ideas en el círculo es más que evidente.
Otro miembro, Bertrand Russell, conocido por su influencia en la filosofía analítica, también escritor y
matemático, llego a recibir en 1950 el Premio Nobel de Literatura, nada más y nada menos.
Por otra parte mostró su activismo social y político como otros miembros del grupo
y bajo la defensa de las mismas ideas. Pacifismo, comunismo o socialismo, a favor
del sufragio femenino, también escribió en contra de las ideas victorianas sobre la
moralidad y en defensa de la sexualidad, abogaba por lo que llamó «matrimonios
experimentales» o «matrimonios de compañía», donde tener relaciones sexuales du-
rante un tiempo era posible sin la necesidad de permanecer casados o tener hijos.
E.M. Foster
Estas ideas a nuestros ojos hoy en día se encuentran dentro de una normalidad, sin embargo, en aquella
época desencadenaron protestas y denuncias sociales. Su apoyo a una educación sexual y a métodos
anticonceptivos también le granjeo enemigos. Ludwig Josef Johann Wittgenstein, nacido en una de las
familias más ricas del Imperio Austro-húngaro, alumno de
Russell entre 1911 y 1914, también perteneciente al circulo
influirá sobre las propias ideas de Russell al que le mostró el
camino que debía se-
1911
Se instaura el Día
Internacional de la mujer
Otro de los miembros y no menos importante será Roger Fry, escritor, artista y crítico. Pintor experimen-
tal. Muestra del afecto que sentía el uno hacia el otro, fue la biografía que Virginia escribió a la muerte del
artista. Para Roger Fry, siguiendo las pautas y pensamientos dentro de los cánones de los Bloomsbury
consideraba que su obra debía dar placer con el deleite de la belleza inesperada. Así es relevante que diga
que la respuesta que se siente al examinar el arte proviene de la forma de una
obra de arte. Es el uso de la línea, el color, el diseño lo que comunica una res-
puesta emocional.
¿Que quiso decir Woolf con ello? Unos piensan que fue la
nueva manera de ser observada esa naturaleza o de ser con-
tada.
Pero no, Woolf se refería precisamente a una exposición de pintura organizada por sus amigos Roger Fry
y Desmond MacCarthy. Los pintores que exponían eran Cézanne, Van Gogh, Matisse y Picasso. Procla-
maban la muerte del Impresionismo y por tanto, de aquella especial literatura, el Naturalismo.
Virginia se refería a la transformación de la pintura, la nueva manera de entender la pintura, ahora la belleza
se encontraba también en la forma, por ello hablará más tarde del esteticismo y su influencia, el impacto
visual determinaba la evocación de la imagen. Esa fue la primera exposición de pintura de pintores
posimpresionistas realizada en Londres, cuyo termino «Posimpresionistas» fue dado por el mismo Roger
Fry.
Tener en cuenta que la aparición de la fotografía y su desarrollo a lo largo del S. XIX y su posterior
perfeccionamiento, había hecho pensar a muchos que la pintura tenía los días contados, así pues, quien
querría hacer una pintura o un retrato si cabe, si el realismo y el detalle que se obtenía en una fotografía era
mejor, más rápido y además más moderno. Este concepto estaba por todas partes, atribuyéndole el papel
de lo nuevo y de lo más eficaz. Ese empuje hacia adelante es lo que a muchos artistas le va hacer experi-
mentar desde otras perspectivas, con nuevos materiales, dando lugar a nuevas e inspiradoras formas de
Charles Darwin
El Origen de las Especies. Precursor de la Literatura Cientifica y fundamento de la
Teoría de La Biología Evolutiva.
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
expresión. El resultado es lo que vemos en estos primeros movimientos del siglo XX.
Por eso hay que entender a todos estos autores que hablan de la belleza de la forma y su desligamiento de
cualquier moral, donde el artista crea su propio mundo, con sus propias reglas y valores. Esta corriente de
ruptura con todo lo anterior se dará también en la literatura y en otros campos en donde existe un rechazo
hacia la moral victoriana y en general a todo lo que «lo victoriano» representa, dirigiendo el pensamiento
hacia esa esperanza de lo nuevo, de lo moderno, de una nueva forma de industria, de los nuevos materia-
les.
Maquina de Escribir
Evolución
1920 Diseño Estandar Segunda Revolución Industrial
Nuevos metales. Acero, Zinc, Niquel,
Manganeso, Cromo. Revolución del
transporte.
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
Sea de una manera u otra, lo cierto es que la muerte de su padre en 1904 fue sin saberlo, una liberación
para ella. Bloomsbury será pues un antes y un después en su vida en todos los sentidos y ámbitos. Un
punto de inflexión sin vuelta atrás.
Como la misma Virginia reconocería, de no ser por la muerte de su padre, por aquel cáncer que se lo
llevo, ella se hubiera quedado con él y jamás habría escrito al nivel que lo hizo. La opresión que le trasmitió
y sintió en aquella casa de sus padres hizo que la apodara como «la jaula». En aquel entonces nadie
entendió aquella mudanza casi revolucionaria de un lugar acomodado a otro en donde los artistas y los
poetas solían residir. Rompió desde entonces con las reglas establecidas por aquella sociedad encorsetada.
Aunque debemos decir que la verdadera artífice de todo este traslado más bien fue su hermana Vanessa,
pues Virgnia a la muerte de su padre padeció otro brote psicótico y fue motivo de un intento de suicidio
arrojándose por una ventana, que por fortuna no consumo.
Para Virginia, el mudarse a Bloomsbury, cerca del Museo Británico, fue todo un descubrimiento y una
bendición, pues el hecho de relacionarse y reunirse en la casa con las amistades de su hermano y no en un
club, cosa que tenían vetadas las mujeres de la época, favoreció enormemente su desarrollo personal,
pues tanto ella como su hermana asistían junto con otras amigas a las charlas culturales y a los debates que
en su seno se sucedían, produciéndose un enriquecedor trasvase de ideas, fuente de inspiración para el
futuro.
Calle peatonal y de tiendas en la zona de Bloomsbury
Avión Cinematógrafo
El primer avión funcional voló en 1903 En 1908 Londres se convirtió en el
y se llamaba Flyer. USA Carolina del hogar de la industria cinematográ-
Norte fica británica, pero no seria hasta
la Primera Guerra Mundial que
adquirió un nuevo empuje.
Electrificación Autobús
La lámpara incandescente sustituiría al alumbra- El primer servicio de autobu-
do de gas. La electrificación fue extendiéndose ses comenzó en la década de
paulatinamente en los primeros años del S.XX 1900
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
Fragmento de «La escuela de Giogioni» de Walter Pater, que causo un escándalo en el Obispo de Oxford.
«La pasión poética, el anhelo de la belleza y el amor del arte por el arte, poseen en grado sumo esta
sabiduría (para la vida). Pues el arte llega a nosotros con el fin único de aportar a nuestra breve
existencia una cualidad sublime, simplemente por amor a ese momento fugaz» (Fragmento de «La
escuela Giorgione») «El arte es autónomo e independiente de todo principio moral...» «Ante la prima-
cía del hedonismo, el artista se crea sus propios valores que no tienen por qué coincidir con lo que la
moral victoriana de la época pregonaba»
Aquí es donde Virginia comenzó a experimentar y descubrir un nuevo mundo. Utilizó todo ese poso
cultural de su infancia y adolescencia que ya había dejado atrás en la casa de su padre y que ahora tanto
le iba a servir. Su antigua biblioteca, las reuniones literarias del 22 Hyde Park Gate en donde quizás
tropezó con personajes como Henry James.Thomas Hardy o Alfred Tennyson entre otros, no fueron en
vano.
En Bloomsbury absorbió como una esponja todo el conocimiento que aquellas reuniones le brindaban,
cuestiones filosóficas, éticas, morales, artísticas, literarias, políticas...estaban continuamente en la mesa de
debate, conocimiento al servicio del encuentro de la verdad y la belleza aplicada a cualquier cosa en la
vida, el arte, la literatura, el amor.
El tiempo hizo que este grupo tuviera cierto peso en la vida cultural inglesa, en esta primera mitad de siglo.
Por allí pasaron todos aquellos que tenían que contar o decir algo. Vanguardistas, socialistas utópicos,
elitistas, poetas, historiadores, economistas, pintores...
Ellos mismos siempre negaron ser un grupo como tal y se consideraban más ligados por un amor a las
artes y a la estética. Sin embargo el tiempo ha reconocido en el grupo o círculo su influencia efectiva sobre
temas como el pacifismo, la sexualidad o el feminismo.
Podemos decir sin equivocarnos que Bloomsbury fue el gran escenario de Virginia Woolf, donde a partir
del cual se ramificaron todas las ideas, corrientes, pasadas y futuras en un cóctel que encauzará a través de
sus obras. En sus ideas, el amor por el arte, el feminismo, la igualdad entre sexos, el pacifismo, el ecologismo,
la homosexualidad y la bisexualidad. Estaban en contra de corrientes como el Realismo, pero creían en el
progreso de la ciencia y junto a ella del propio ser humano, idealistas todos hasta que la Primera Guerra
Mundial, les hizo reconsiderar y meditar sobre la medida real de las cosas y el progreso mismo de una
sociedad cada vez más industrializada.
Fueron algunos miembros del grupo economistas como John Maynard Keynes, Ducan Grant, E.M. Foster,
Lytton Strachey, filósofos como Bertrand Rusell y Ludwig Wittgenstein, escritores como T.S.Eliot o la
líder del movimiento sufragista Emmeline Pankhurst, también Leonard Woolf, marido de Virginia, Saxon
Sydney-Turner. Pintora Dora Carrington, el escritor Gerald Brenan.
Pensemos que en 1908 Virginia Stephen, (nombre de soltera de Virginia Woolf) aún no se había casado,
no había publicado nada y poco realmente lo escrito, será en este mismo año cuando escribe una obra de
teatro titulada Melymbrosia que servirá de base para lo que será realmente su primera novela publicada en
1915, «Fin de viaje».
Gracias a este grupo o círculo las ansias de escribir y publicar algo habían intensificado su deseo, habla de
fluir, de capturar lo fugaz, de lo global y lo total y a su vez de como englobar la totalidad, de la conciencia...de
alguna forma sus problemas psiquiátricos son canalizados hacia esta nuevo universo interno en los que
muchos lectores, sobre todo mujeres, se veran reflejadas.
Todas estas charlas, pensamientos, corrientes e ideas van fraguando en un ideario multidisciplinar y evo-
cando para el grupo una forma de compartir a pesar de ciertas diferencias. Un pensamiento común se
hace más uniforme, en el sentido de compartir ciertos criterios estéticos, así se consideraban herederos de
las teorías esteticistas de Walter Pater que será un personaje muy influyente tanto en Virginia como resto
de miembros del círculo de Bloomsbury.
Febrero 1918
Ley de Representación de
los Pueblos de 1918
Permite a las mujeres
mayores de 30 años votar
«los principales objetivos de la vida eran el amor, la creación y el disfrute de la experiencia estética
y la búsqueda del conocimiento »
La distinción entre los fines y los medios en la ética. Para la filosofía del grupo la diferenciación del valor
intrínseco y el instrumental era fundamental pues basaban su ética en una especie de mérito intrínseco,
alejado y aparentemente sin consecuencias de ningún tipo, fueran estas morales o sociales. El valor intrín-
seco dependía de la intuición del bien y de un estado de la mente. Esto se traducía en que los bienes éticos
más importantes eran «la importancia de las relaciones personales y la vida privada»
Moore dotara al grupo de cierto cuerpo filosófico sobre el concepto de lo bueno como cualidad sencilla
e indefinible respecto a las cosas o situaciones concretas, pues consideraba que no era una cosa que se
aprendiera sino que dependía de la intuición moral. La bondad, es decir lo bueno es palpable en aquellas
experiencias como la amistad o el placer estético, por tanto los conceptos morales deben de ser examina-
dos según estos términos, es decir, de todo aquello que produzca o posea bondad.
Virginia Woolf, encontró en el grupo su tabla de salvación, la inercia del círculo hizo que se aventurara a
adentrarse en el mundo de la literatura de una
manera más profesional y por otro, su pasión
por la escritura y la puesta en marcha de su ce-
lebre editorial Hogarth Press, donde se editaron
obras de miembros del mismo grupo, incluidas
las suyas propias o las de su marido, así como
obras de Sigmund Freud o Laurens Van der Post
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
Sin el Círculo de los Bloomsbury, Virginia Woolf, jamás hubiera llegado a ser lo que hoy es. Su persona-
lidad jamás se hubiera desarrollado y como dijimos cuando hablamos sobre las etiquetas que la
encapsulaban e intentaban describirla. De no ser por este grupo, aquellas etiquetas jamás se hubieran
adaptado a la sociedad o al tiempo que vivió y quizás su suicidio hubiera sido más prematuro. Solo sus
amigos y su escritura la salvaron en parte, de
una vida abocada a la desesperación.
Marx estaba a favor de la incorporación de las mujeres a la actividad política, en 1871, se promovió la
recomendación de creación de secciones de mujeres. En esta primera época las mujeres que podían
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
participar de forma activa en la política eran consideradas con desdén y desprecio por parte de la socie-
dad.
En un primer momento las ideas de Engels contribuyerón a la comprensión de la opresión de las mujeres
en la Inglaterra victoriana. Engels continuará diciendo;
«El hombre tomó el mando también en el hogar, la mujer fue degradada y reducida a la servidumbre, se
convirtió en la esclava de su lujuria y en un mero instrumento para la producción de hijos. Para asegurar la
fidelidad de su mujer y por tanto, la paternidad de sus hijos, es entregada sin condiciones al poder del
marido, si él la mata, solo esta ejerciendo sus derechos»
El sistema industrial y el desarrollo del capitalismo modificaron el trato entre hombres y mujeres. Y la
Primera Guerra Mundial no hizo más que acelerar el proceso. Las ideas socialistas abrirán una nueva vía
en el pensamiento dentro del feminismo. La posibilidad de unir estrategias en torno a los intereses comu-
nes de las mujeres, será la brecha por donde discurran las ideas.
El hecho de que el marido de Virginia Woolf, Leonard Woolf, fuera rechazado por el ejército hizo que su
vida se orientara más hacia el mundo de la política y la sociología. Se unió por tanto en un primer momento
a la Sociedad Fabiana y más tarde al Partido Laborista, cuando este quedo fundado. Este hecho también
repercutió en el proceso de modificación en los ideales de la escritora. La campaña por el sufragio de las
mujeres y esta nueva visión se refleja en su novela «Noche y Día» «Nigth and Day», trata de los cambios
en esos años en la sociedad bri-
tánica haciendo hincapié en la si-
tuación de la mujer y los
desencuentros que se producen
entre modernidad, tradición y el
efecto que ello produce en las re-
laciones.
Sin embargo, Lenin a través de su análisis de la familia creía que los intereses de las mujeres no eran
comunes y más bien estos dependían según su clase social. Esta idea coincidía con lo recogido en el
Manifiesto Comunista por Marx y Engels. Este comunismo veía al feminismo como una distracción para
las mujeres respecto a su papel en la transformación de la sociedad, solo como parte de la emancipación
de la clase obrera. Aunque se asumía la plena igualdad social de ambos sexos como un principio comunis-
ta. Lenin, pensaba que la mujer no trabajaba lo suficiente en su conciencia proletaria de clase. La instruc-
ción de la mujer fuera de los cánones de producción y un materialismo histórico, «la lucha por los dere-
chos de la mujer tiene que estar vinculada con el objetivo fundamental de la conquista del Poder y la
instauración de la dictadura del proletariado».
Pero el problema de fondo no ha sido solo ver a la mujer como un problema de conciencia de clase sino
la existencia también de un sexismo no superado dentro de ese concepto de clase.
El concepto de materialismo estará presente en la obra de Woolf, en «Una habitación propia», ese mate-
rialismo se traduce en unas mejores condi-
ciones que contribuyen a la liberación de la
mujer y la acerca a la cultura, la educación
y al intelecto, solo la independencia eco-
nómica de las mujeres pueden propiciarle
un espacio autónomo donde poder expre-
sarse en todas sus facetas como ser huma-
no, desde el intelectual al sexual.
El 10 de Octubre de 1903 nació La Unión Social y Política de la Mujeres (Women’s Social and Political
Union), formado solo por mujeres. Los primeros años viendo que no se avanzaba, el diálogo se torno en
detenciones, golpes, manifestaciones y arrestos. El periodo más violento ocurrió en 1909 con enfrentamientos
con la policía.
La asociación feminista acordó una tregua, pues a través del llamado Proyecto de Conciliación de 1910,
las sufragistas esperaban conseguir el voto femenino, pero la oposición conservadora hizo que la medida
no se materializara, volviendo de nuevo
a las manifestaciones y a las detencio-
nes. En 1918 el Parlamento permitió vo-
tar a las mujeres mayores de 30 años,
permitiendo que algunas mujeres fueran
elegidas para la Cámara de los Comu-
nes. Y en 1928, el 2 de Julio, las muje-
res podían votar en las mismas condicio-
nes que los hombres.
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
Aunque Virginia Woolf era favorable a los cambios y tenía amistad con varias sufragistas, no consideraba
especialmente militar de forma activa. Le pidieron que redactara artículos y que se comprometiera algo
más con la causa, pero ella estaba ocupada más en su novela y en su correspondencia, prefiriendo actuar
de forma más voluntaria o discreta.
El final de la Primera Guerra Mundial supuso muchos cambios para la Inglaterra del primer cuarto del
S.XX. Cambios de tipo social y económico. La guerra hizo que las fronteras entre las clases sociales
comenzarán a desdibujarse para dar paso a otro tipo de realidades. Igual que la tradicional diferenciación
de los sexos, la partida de millones de hombres hacia el frente mostraba la imperiosa necesidad de incor-
porar y buscar en la mujer las nuevas y antiguas ocupaciones que habían sido realizadas por hombres.
Paradójicamente quizás haya sido una guerra precisamente, la Primera Guerra Mundial, (28 de Julio
de1914 - 11 de Noviembre de 1918), la que más ha influido y más hizo en un primer momento, para dar
un paso definitivo en la incorporación de la mujer en casi toda la vida laboral y pública.
Una habitación propia mostrará la evolución dentro del pensamiento feminista en Woolf.
Desde 1890 se había visto a la mujer ir en bicicleta al trabajo, a las tiendas u oficinas. La incorporación a
la sociedad de los nuevos avances en el comercio como fueron aquellos primeros amplios «Almacenes» .
Los avances técnicos como el cine y otras actividades de ocio a comienzos del SXX y por último, la
incorporación a gran escala de la mujer al mercado laboral a raíz de la Primera Guerra Mundial. Todo ello
empujó a que la presencia de la mujer en las calles sin una compañía masculina necesariamente, fuera más
obvia y visible, y por qué no decirlo también, de cierta normalización, en una sociedad avanzada. Hoy en
día puede resultarnos raro, pero se hizo preciso la aparición de espacios públicos y privados más seguros,
donde las mujeres pudieran pasar tiempo solas sin que
fueran acosadas, como cafés, salones de té y la divulga-
ción de espacios más íntimos como eran los llamados to-
cadores. La mujer precisaba de un concepto como es el
de una «independencia urbana», con pensiones o casas
respetables y asequibles para mujeres solteras, aunque esto
fuera difícil conjugar en un establecimiento, que en mu-
chos casos pudieran parecer turbios o de fama escanda-
losa.
Ella predijo que la línea divisoria entre soldados o cuerpos combatientes y civiles es cada vez más difusa,
como se esta observando en los últimos grandes conflictos que nos han asolado, donde la población civil
es incluso la más damnificada. Para Karen Levenback, «cualquier intento de analizar las obras de Woolf
sin tener en cuenta su experiencia en la Gran Guerra es incompleta». Woolf mostrará la realidad de la
muerte, la cual afecta precisamente, tanto o más, a la población, que al cuerpo combativo. Woolf denun-
ciará la necesidad de contar la verdad ante la prensa partidista que filtraba las noticias y representaban la
contienda con una idea frívola o ligera, animando a los jóvenes a alistarse, idea fuera y alejada de todo
horror o peligro.
Virginia cambió de percepción sobre la contienda cuando, unos meses más tarde de su inicio, en el frente
griego, cayó su amigo Rupert Brooke, pues al momento de aquella noticia
de declaración de guerra apenas sintió curiosidad por el hecho de que su
país fuera a la guerra. La guerra se convirtió en realidad cuando comprobó
en ella misma que la pérdida de vidas humanas en el frente también afectaba
a los civiles. Los mismos hermanos de la escritora marcharon al frente y
volvieron con traumas y depresiones. Otros amigos como James Ramsay
tampoco volvieron.
Los héroes de la Primera Guerra Mundial fueron los muertos. Aquellos que pudieron vivir habían sido ya
olvidados de la escena pública alrededor de 1923. A pesar de ello, sus efectos psicológicos aparecieron
después de la contienda. Para aquellos sobrevivientes, su mera participación en la guerra no era aceptada
por el Ministerio de Pensiones, para recibir una pensión. Los veteranos necesitaban una invalidez visible o
un miembro amputado, los trastornos psicológicos no se consideraban como invalidez, solo reconoci-
miento personal, «Cumplir con el deber». La sociedad civil apenas fue informada o conoció esta falta de
sensibilidad por parte del gobierno hacia los veteranos.
Para Woolf, la apariencia significa más que la esencia. En La Señora Dalloway «Mrs Dalloway», la escri-
tora asociará la invisibilidad social de los combatientes afectados por el síndrome postraumático de la
contienda con la invisibilidad de las mujeres, sobre todo a una determinada edad.
Las muestras manuscritas en una de sus notas en 1931, reflejan una idea algo más radical sobre la Gran
Guerra:
«Si ahora estuviera reseñando libros, diría que (la guerra) era un
alarde estúpido, violento, odioso, idiota, trivial innoble y vil. Diría
que estoy harta de libros bélicos. Detesto el punto de vista masculino.
Me hastían su heroísmo, su virtud y su honor. Creo que lo mejor que
pueden hacer esos hombres es no hablar más de sí mismos»
Virginia entenderá que el hombre esta esclavizado por sus ficciones. Se ha convertido en un esclavo del
trabajo para proteger su ficción de la mujer desvalida. Y así la ha utilizado igualmente para enardecer la
fiebre bélica.
A pesar de todo lo dicho y de sus reflexiones a posteriori, Virginia Woolf, lanzará su primera novela
durante el periodo de guerra, en 1915 «The Voyage Out». Y en 1917 aún en guerra fundará Hogarth
Press, donde publicará sus propios libros, así como otros del Círculo de los Bloomsbury, las traducciones
al inglés de Freud...
Las consecuencias económicas que se produjeron después de la contienda de 1914-1918 fueron serias y
profundas ya que se ponía fin al orden que había venido existiendo desde la segunda mitad del S.XIX. El
primer factor fue el demográfico, la guerra y las enfermedades de este periodo se habían llevado por
delante a muchos hombres y mujeres. También afectó a aquellos países que no habían combatido, en los
que su sector agrícola había crecido para abastecer a los mercados de los países en guerra, pero que
después de la misma y con una producción excesiva, se había producido un desplome de los precios en
esos sectores, una vez recuperados los países en guerra y vuelto a cultivar las tierras, en desuso durante
los años de contienda. También las nuevas fronteras trastocaron la estructura comercial y económica.
Después de la Primera Guerra Mundial, USA, dotó de un gran dinamismo el comercio y la economía
mundial, debido a esto, el precio de las acciones industriales se duplicó y en algunos casos se triplicó,
dando lugar a una efervescencia social y una sensación de reconocimiento y confianza en el futuro. Parecía
que atrás quedaba aquella horrible contienda que tanto daño había hecho en la sociedad y cuyas cicatri-
ces, aunque empeñados muchos sectores, sobre todo los públicos, en no mostrarlas, estás subyacían en
otros muchos ámbitos de la vida común.
pio Brenan recordará en su libro «Al sur de Granada» a Virginia Woolf correteando por el campo feliz y
contenta. Son años amables con la autora de «Una habitación propia».
Durante todo este periodo ya se había iniciado lo que se ha vendido llamando el movimiento Modernista,
en donde existe una ruptura con todo lo anterior, donde la forma y la expresión literaria de «lo nuevo» o
«Hacerlo Nuevo», a través de su desarrollo del Imagismo, desemboca en un deseo por cerrar el periodo
del Romanticismo y el Realismo. Aquellos horrores de la Primera Guerra Mundial hicieron que los valores
de la sociedad fueran de nuevo cuestionados y vistos desde una nueva perspectiva y con una diferente
identidad.
Firiedrich Nietzsche, con su idea de los impulsos psicológicos, Henri Bergson, con la subjetividad del
tiempo, influyendo en ese concepto que se quería desarrollar como «nuevo método». Este nuevo método
que no es tan nuevo, empleado por Virginia Woolf, y que aún sigue siendo utilizado por muchos escritores,
«intenta a través de la escritura representar los pensamientos y sentimientos multitudinarios que
pasan por la mente del narrador». Aunque hubo precursores con anterioridad a Woolf, y en el caso
español podríamos remontarnos al teatro del «Siglo de Oro Español» de Lope de Vega o en el caso inglés
el mismo Shakespeare en Hamlet, en donde se utilizan esos monólogos internos. En la época Modernista,
serán usados a parte de Wooldf, entre otros por James Joyce en su Ulysses, May Sinclair o Dorothy
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
Richardson utilizando para sus escritos esa «corriente de conciencia», como una técnica narrativa más
precisa. Recopilando en esa voz interior a modo de pensamiento los actos del proceso de ideas que a lo
largo del desarrollo van ocurriendo en la mente del narrador como acto interno en conexión con ciertas
actividades o acciones que van acaeciendo. Asociando ideas, escenas, hechos intemporales, colores,
intuiciones...cualquier cosa que pase en ese momento por la mente y donde los signos de puntuación a
veces son muy escasos, precisamente por esa vaguedad subjetiva en estar concentrado más en lo que se
dice que en lo que se describe; al descubrimiento constante e interno del artista allá donde posa su
pensamiento. Sobre esa crítica Dorothy Richardson, defenderá esa «nueva forma» y argumentara que «la
prosa femenina, como Charles Dickens y James Joyce se muestran conscientes de ello, debe estar
correctamente sin puntuar, moviéndose de un punto a otro sin una obstrucción formal.»
Este «nuevo método» que es como una especie de diario personal, pero con la conciencia puesta en los
posibles lectores que quieren acercarse a algo íntimo en una secuencia de vida acotada en los términos
que establece el narrador. Haciendo este, que el lector participe en la propia vida a través de los diálogos
y conclusiones que el personaje en sí establece. Pero a la vez, incidiendo en que se trata de una obra de
ficción, utilizando eso si, la experiencia propia.
El hecho que se diga que es de ficción, no es otra cosa que un modo de romper con el molde establecido
anteriormente, es decir, el Realismo pues en ese sentido es una forma de ver los hechos sin ningún tipo de
idealismo sino como se muestran en la realidad de la manera más fiel posible. Esta nueva época precisa
también de un nuevo revestimiento, una nueva manera de impresionar. Mezclará y superpondrá toda una
serie de movimientos a la vez, desde finales del S. XIX imagismo, el dadismo, el expresionismo, el
decadentismo, el surrealismo, el cubismo, el simbolismo, el futurismo, el vorticismo, para conseguir una
renovación artística en su ruptura con la herencia victoriana. Ahora la ficción es un realismo interno,
psicológico.
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
Cuando hablamos de Modernismo, estamos hablando de un período bastante amplio, pero nos interesa
aquellos escritores ingleses que escriben obras después de la Primera Guerra Mundial, pues poseen un
común denominador, haciéndose más evidente las ideas cambiantes sobre la realidad, el cierto relativismo
de las cosas, la difusión entre las líneas, el tiempo y el espacio como algo subjetivo, la desilusión, la
introspección, lo vital, la expansión del realismo psicológico en una nueva idea de modernismo, donde los
múltiples puntos de vista son tenidos en cuenta. Se reacciona a ese tipo de industrialización que con la
guerra ha hecho tanto daño, la desconfianza en el positivismo y en los clichés victorianos, los nuevos
adelantos y la sustitución de las maquinas mecánicas, el hombre y la producción industrial.
5.1._Enfocando
El 24 de Octubre de 1929, veía la luz el ensayo de Virginia Woolf, «Una habitación propia», que tenía
como base una serie de conferencias realizadas en Octubre del año anterior en el Newnham Collegue y el
Girton Collegue, las dos universidades femeninas dentro de la Universidad de Cambridge y que afianzaba,
quizás sin proponérselo, los pilares que posteriormente en la década de los años 70 del S.XX, con la
llamada tercera ola feminista, prendían con fuerza en un nuevo movimiento feminista y liberador que
basándose como referencia en Woolf y su obra, aspiraba a liderar una transformación en el mundo a
través de una lucha con nuevas políticas, que incluyeran a la mujer como eje de las mismas.
El propósito de «Una habitación propia» no es convencer sino desarmar. Virginia entiende que las luchas
que más desmoralizan no se encuentran en los obstáculos externos que hay que salvar, sino aquellos que
están en una misma, contra ese concepto femenino de «lo contraproducente».
._ Como independencia material de la mujer. Propiedad privada, aludiendo a la situación histórica de las
mujeres «Hace sólo cuarenta y ocho años, que Mrs Seton posee un solo penique propio. Porque...».
._ Independencia intelectual y mental. Privacidad personal. La mujer por su condición siempre había
estado cuidando de los demás y eso apenas le dejaba tiempo para ella misma.
._ Reivindica la calidad en las obras literarias de las mujeres. No se trata de hombres o mujeres, sino de
genio literario.
._ La mujer en la «Historia» como elemento dinamizador a tener en cuenta y no aparte como había sido
hasta el momento.
._Reivindica así mismo una educación en el sexo. Alude a la sexualidad y al amor lésbico. Utiliza algunos
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez
elementos freudianos en «su propia habitación». La referencia al gato. «Es curioso lo que lo cambia a uno
una cola»
Refiriéndonos a esos puntos, el título mismo emana de la idea de que toda escritora ha de tener ingresos
y un lugar propio para poder dejar volar su mente y poder escribir. La libertad debe de ser tanto econó-
mica como intelectual.
El escrito examina si las mujeres pueden producir obras de calidad como los hombres, más concretamen-
te como Willian Shakespeare. La necesidad de tener libertad personal y poética para crear arte. En esa
necesidad construye un relato crítico e histórico de varias autoras y mujeres que sirven de inspiración no
solo a ella sino al conjunto de la sociedad femenina. Las hermanas Brontë (Anne, Emily y Charlotte), Anne
Finch, la condesa de Winchilsea, la feminista Jane Ellen Harrison, Aphra Behn, Jane Austen o George Eliot
(pseudónimo que empleó la escritora inglesa Mary Anne Evans).
Para Virginia detrás de esa idea se asienta el asunto o argumento que defiende que solo cuando existe un
cierto bienestar material, tiempo y silencio es posible hacer obras de calidad.
Las malas condiciones de las mujeres, sin riqueza, sin propiedades, agravada por una falta o muy deficien-
te acceso a la educación. Su crítica y denuncia a esa paridad con el hombre, ya sea en la educación como
en otros aspectos de la vida o dentro del mismo matrimonio. Woolf expresará muy bien sus opiniones
sobre el tema que se le había pedido de «mujeres y literatura». La inexistencia de una historia de la mujer
a lo largo de la «Historia» a través de la literatura o la poesía.
Por otra parte, varios son los lugares en «Una habitación propia» en los que habla y se refiere a las
consecuencias de la Primera Guerra Mundial, toca dos aspectos principalmente, la vinculación entre los
derechos de la mujer y el conflicto armado, en donde este hecho resulta un obstáculo en el camino de la
reivindicación de los derechos de la mujer, especialmente el derecho a la educación, aunque en un segun-
do plano reconoce que la guerra favoreció la salida de la mujer al espacio público, haciéndose más visible
la «feminización de la sociedad». Así mismo, nos habla de las consecuencias de la guerra en el conjunto de
la sociedad, por una parte la ilusión, quizás haga referencia al hecho de la suspensión en el debate sobre el
sufragio de la mujer, que fue suspendido en su discusión por el Parlamento, ante la preeminencia de los
hechos bélicos. Por otra el parón sobre el concepto de progreso, la cuestión si el progresar tanto es bueno
para la sociedad europea en general. La verdad en Virginia será la idea utópica de Europa y el fracciona-
miento de esta y su belicosidad entre las naciones que buscan una hegemonía en el continente.
5.4._La Sexualidad
Como se apuntó el tema de la sexualidad esta presente de forma clara, cuando se habla del gusto por las
mujeres.
Y también con un carácter más simbólico, parece aludir al sexo masculino, al hacer referencia a Sir
Egerton Brydges. Cuando el texto habla de como el talento de una poetisa floreciente es aplastado por un
entorno patriarcal.
Para la autora la sociedad responde con indiferencia ante los escritores masculinos y de forma arrogante
ante las escritoras.
Pero el tema clave en esta novela también es el de la mujer y la escritura. Necesita un espacio, dinero para
tener tiempo. Con esta reflexión Woolf se pregunta por aquellas mujeres a lo largo de la historia. Dándose
cuenta que hasta final del S.XVIII la mujer de clase media no comienza a escribir. ¿Las razones? la mujer
no tiene ni espacio ni tiempo propio para escribir. El cuidado de los hijos, la familia, el hogar o el trabajo,
no pueden ser compaginados.
Virginia Woolf intentara conocer y rescatar la «Historia» sobre las mujeres, en la que no se hagan juicios
de valor sin argumentos claros. Se asumen las experiencias femeninas como válidas e importantes. Como
diría Woolf
«la oración psicológica del género femenino.»
Virginia quiere aborda este tema desde el punto de vista más objetivo y marcha al Museo Británico
para empaparse de esa historia, de ese concepto que sobre la mujer se ha tenido, llevándose la gran
desilusión, pues considera que a la mujer se la ha tratado en todos esos tiempos como un mero objeto,
no como un sujeto. Esto no es aceptable.
Hace falta generar una nueva historia dentro de la «Historia» general, en las que aparezcan también
como el hombre, como sujeto forjador de la «Historia».
5.6._Mente y Pensamiento
En otro momento, son destacables los comentarios sobre la mente y el pensamiento. Aquí se muestran
varias influencias vistas anteriormente como aspectos sobre el pensamiento freudiano. En una habitación
propia, se sigue un orden de ese pensamiento, en su capacidad de evasión del contexto en que el
cuerpo se encuentra, de libertad e independencia.
Woolf también analizará y tomará nota en esta obra de las relaciones y los distintos papeles de hombres
y mujeres en sus contextos de la desigualdad, los movimientos feministas por la igualdad que van
surgiendo y la búsqueda de afinidades entre sexos.
Los hombres con su rol social de patriarca familiar, de procurador de ropa y alimentos, la galantería, la
permisividad en sus relaciones extramatrimoniales y por contra el adulterio en la mujer, la virginidad de
esta hasta el matrimonio, el cuidado de los niños, la selección en los trabajos, su sensibilidad y amor.
La mujer se encontraba en desventaja frente al hombre, ya sea por tradición, por ideas o intereses
patriarcales. No solo laboralmente, también en la educación, Pues hace notar lo difícil que es acceder a
la universidad por parte de las mujeres y aún el relacionarse con compañeros del otro sexo, pues una
mujer debía estar acompañada de otra mujer para evitar «conflictos». También los derechos políticos
de cada sexo serán distintos, el sufragio o derecho al voto y la nula representación de las mujeres en el
ámbito público. Para Virginia, la mujer debe reaccionar y no ser considerada como el sexo débil. Debe
de ser tratada en igualdad con los hombres, en sus oportunidades, en su capacidad de elección, sin por
ello dejar de ser mujer.
«¿No debería la educación buscar y fortalecer más bien las diferen-
cias que no los puntos de semejanza?»
«dentro de cien años (...) las mujeres habrán dejado de ser el sexo protegido
(...) tomarán parte en todas las actividades y esfuerzos que antes les eran
prohibidos. Todas las suposiciones (...) habrán desaparecido».
5.7._Crítica y Aporte
Históricamente «Una habitación propia» «A room of One’s Own» ha sido utilizada para exponer a lo largo
de todos estos años las contradicciones y evi-
dencias de una sociedad. Tanto en la propia
historia a través de la vida de las mujeres, como
en la lucha de género, siendo sus ensayos y
novelas especialmente estudiados y bien de-
finidos. Constituyendo su obra un altavoz de
todas aquellas mujeres que no tienen acceso
a una educación o a un trato igualitario hom-
bre-mujer. Estos valores siguen vivos hoy en
día y esa lucha se hace cada vez más eviden-
te, estrechándose la línea que divide la pari-
dad en el mundo moderno.
Desde el punto de vista contextual, sería deseable que «Una habitación propia» tuviera una introducción
más amplia, que ayudara a poner en valor hoy en día la lectura de esta obra, al igual como se ha indicado
en uno de los puntos anteriormente expuestos, la conexión de la escritora con aquellos miembros de
Bloomsbury que por su carácter intelectual sería necesario remarcar y profundizar, pues la importancia y
el influjo que recibe de muchos de ellos es tan importante, que se pasa por alto con demasiada ligereza
algo que es primordial.
Virginia Woolf, será en todo este contexto una mujer históricamente privilegiada, que aprovechará su
posición para recordarnos que no debemos de dejar de preguntarnos y cuestionarnos cuales son nuestros
límites, pues estos son solo nuestros.
Como anécdota final, señalaremos que el libro ocupa el lugar 69 de la mejor lista de los 100 libros del siglo
XX, según Le Monde. Woolf, no superaría las 500 libras, hasta 1926.
Una habitación propia
Bella de Leopoldo Martos Pérez