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MARCO TEORICO

HISTORIA DEL BULLYING

El primero en estudiar el tema del acoso escolar fue el psicólogo noruego Dan Olweus en 1973.

A partir de 1982 volcó sus estudios en un trágico hecho sucedido el mismo año, en el cual tres jóvenes se
suicidaron a causa del acoso que sufrían en sus respectivas escuelas. Para este entonces, el tema estaba siendo
tratado en varios lugares como Inglaterra y los países nórdicos.

ADOLESCENCIA

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define la adolescencia como la etapa que transcurre entre los 10 y 19
años. En cada una de las etapas se presentan cambios tanto en el aspecto fisiológico (estimulación y
funcionamiento de los órganos por hormonas, femeninas y masculinas), cambios estructurales anatómicos y
modificación en el perfil psicológico y de la personalidad; sin embargo la condición de la adolescencia no es
uniforme y varía de acuerdo a las características individuales y de grupo.

Cada individuo posee una personalidad y en esta etapa es cuando más la manifiesta generalmente, no solo de
manera individual sino de forma grupal, para poder medir el grado de aceptación en los diferentes escenarios
sociales e ir haciendo los ajustes o modificaciones necesarios para sentirse aceptado socialmente.

El perfil psicológico generalmente es transitorio y cambiante es emocionalmente


inestable. El desarrollo de la personalidad dependerá en gran medida de los
aspectos hereditarios, de la estructura y experiencias en la etapa infantil preescolar
y escolar y de las condiciones sociales, familiares y ambientales en el que se
desenvuelva el adolescente.

Por la misma inestabilidad emocional, por desconocimiento, temor, experimentar


una nueva vivencia o falta de una toma de decisión adecuada
y en ocasiones combinado con una baja autoestima, es una etapa para una gran
parte de ellos, muy susceptible de tomar una conducta inadecuada que puede
tratarse desde las relacionadas con los hábitos alimenticios (trastornos de la
conducta alimenticia), alteración en la relación personal o conductas más dañinas
auto destructibles como hábito del tabaco, alcohol u otro tipo de droga.

En 1985 las Naciones Unidas revelaron que había más de 1000 millones de
adolescentes en el mundo, de estos el 86% se ubicaban en los países en vías de
desarrollo, en donde constituían el 23% de la población total.

Para el año 2020 las proyecciones indican que el número total de adolescentes
estará por encima de los 1300 millones, especialmente ubicados en los países de
África, Asia y América Latina

Los adolescentes son un grupo vulnerable en el cual se presentan cambios a nivel


biológico, psicológico, social, cultural y espiritual. Se caracteriza por una morbilidad
general baja, pero al mismo tiempo se encuentran bajo factores de riesgo
importantes a nivel personal, familiar y social.

AUTOESTIMA

Es un sentimiento favorable nacido de la buena opinión que uno tiene de sí mismo


y de sus capacidades; hace alusión a la confianza fundamental que el ser humano
deposita en sus propios recursos, en su eficacia y sus capacidades.
Al iniciar la primera fase de la adolescencia, las percepciones de si mismo son a
menudo tan difusas que el adolescente se siente muy inseguro de quien es.
Cuando logra integrar un concepto de sí mismo y forma una identidad, surge la
pregunta relacionada con la estima, con la cual el adolescente se ve entonces a sí
mismo. ¿Qué valor da al yo que percibe? muchas de las decisiones que debe
decidir se es capaz y tiene las habilidades para hacerlo. Tiene que decidir si posee
la habilidad para participar en algún tipo de deporte, y así por el estilo. Los orígenes
y el desarrollo subsecuente de la autoestima dependerán, en gran parte, de la
interacción entre la personalidad de un individuo y sus experiencias sociales
(horrocks).
Brissett menciona que la autoestima comprende dos procesos socios psicológicos:
la autovaloración y la autoevaluación. La autoevaluación se relaciona con el sentido
de seguridad y de merito personal que un individuo tiene como persona. La
evaluación se refiere a como se dirige al desempeño de un papel en una situación
dada: varía de una situación a otra. Los dos componentes de la autoestima no
están por completo desconectados. (6)

La autoestima es una poderosa fuerza dentro de cada uno, comprende mucho más
que ese sentido innato de auto valía, que es nuestro derecho al nacer; es la
experiencia de ser aptos para la vida y para las necesidades de esta. Consiste en:

 el aprecio y valoración que tenemos las personas de si, es verse uno


mismo con características positivas.
 la confianza en nuestra capacidad de pensar y afrontar los desafíos
que la vida nos presenta.
 el derecho a ser felices, de ser dignos y a gozar de los frutos de
nuestros esfuerzos.

La autoestima se alcanza por medio de:

1. El desarrollo del sentido de pertenencia.Basadas en familia consiste: la


persona integra un determinado grupo social. Dependiendo que tipo de familia
tengamos así vamos a desarrollar la pertenencia

2. El desarrollo del sentido de singularidad.Cada persona es única, tiene sus


propias normas de vida y sentimientos por lo que es necesario que cada uno de
nosotros descubramos y apreciemos lo que valemos, de esa manera valoraremos a
los otros.

3. El desarrollo del sentido del poder.Todas las personas desean alcanzar


ciertas metas en la vida, estas se alcanzan de acuerdo al potencial que hay en
cada uno de nosotros y el esfuerzo invertido.

4. El desarrollo de modelos. Quizá en ningún momento de la vida es tan


importante para el niño tener puntos de referencia modelos o ejemplos a quien
imitar como es la etapa de la adolescencia .Estos modelos proporcionan patrones
de conducta al joven que introyecta en su vida, los cuales le ayudan a formar su
propia escala de valores, objetivos e ideales necesarios en el proceso de consolidar
su identidad.(7)

2.4.- IGUALDAD DE GÉNERO

Significa igual tratamiento para mujeres y varones en las leyes y políticas, e igual
acceso a los recursos y servicios dentro de las familias, las comunidades y la
sociedad en general.
2.5.- EQUIDAD DE GÉNERO

Es la justicia en la distribución de beneficios y responsabilidades entre varones y


mujeres. Frecuentemente requiere programas y políticas específicas para mujeres,
que eliminen las inequidades existentes.

2.6.- BULLYING

El bullying es una palabra que proviene del vocabulario holandés que significa
acoso. Anteriormente esta palabra no era tan usada, pero debido al incremento
alarmante en los casos de agresiones que se están detectando en las escuelas, lo
que lleva a muchos estudiantes a vivir situaciones verdaderamente aterradoras, es
que ahora se está hablando más del tema.

La definición de Dan Olweus que dice que "un estudiante se convierte en víctima de
acoso escolar cuando está expuesto, de forma reiterada y a lo largo del tiempo, a
acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes”, es la más
aceptada (8).
Los expertos señalan que el bullying implica tres componentes claves:

1. Un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima.


Este desequilibrio puede ser real o sólo percibido por la víctima.
2. La agresión se lleva a cabo por un acosador o un grupo que intentan
dañar a la víctima de un modo intencionado.
3. Existe un comportamiento agresivo hacia una misma víctima, que se
produce de forma reiterada.

El bullying se presenta en cualquier lugar, no es exclusivo de algún sector de la


sociedad o respecto al sexo, aunque en el perfil del agresor sí se aprecia más en
los varones. El agresor acosa a la víctima cuando se encuentra solo, en los baños,
en los pasillos, en el comedor, en el patio. Por esta razón los maestros muchas
veces no se dan cuenta del daño que está ocurriendo con sus alumnos. Sin
embargo no se trata de un simple empujón o comentario, se trata de una situación
que si no se detiene a tiempo puede provocar grandes daños a la víctima, ya sean
emocionales o físicamente.

Esta práctica que se vuelve frecuente en otras partes del mundo se está adaptando
en la tecnología dando como resultado el cyber bullying, en pocas palabras es el
acoso a través de Internet específicamente en páginas web, blogs o correos
electrónicos.

Las investigaciones difieren en la manera de nombrar al fenómeno del Bullying,


algunos autores lo llaman violencia escolar, indisciplina escolar, acoso escolar,
relaciones en la escuela, vandalismo, maltrato entre iguales, entre otros.

1) La palabra bullying describe un modo de trato entre personas. Su


significado fundamental es: acosar, molestar, hostigar, obstaculizar o agredir
físicamente a alguien.

2) Es un continuo y deliberado maltrato verbal y modal que recibe la


victima por parte de otro u otros, que se comportan con él/ ella cruelmente con
objetivo de someter, arrinconar, amenazar, intimidar u obtener algo de la víctima.

Al respecto, Stein (2005) señala que la popularidad e influencia alcanzadas por los
planteamientos sobre el Bullying y la centralidad que ha adquirido dentro de éstos
la dimensión psicológica han tenido como consecuencia el
énfasis en lo individual y la patologización de la violencia, ignorando u oscureciendo
otras dimensiones.

Se han “unido” los términos Bullying y acoso, pues ha tenido como resultado que el
primero se utilice como un eufemismo para nombrar actos de acoso e incluso de
violencia severa.

La omisión o negación que se observa de lo relativo al género en el estudio de este


fenómeno.

El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, manotaje escolar,


matoneo escolar o por su término inglés bullying) es cualquier forma de maltrato
psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo
de un tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el
emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los
protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños, niñas,
adolescentes(7-13 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el
perfil de víctimas.

El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia escolar.

El acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la


que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o
la complicidad de otros compañeros.

Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración
encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de
poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real
o percibida subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto
física y emocionalmente ante el sujeto mal tratador, generándose como
consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte
del diagnóstico); es común que la acosada viva aterrorizado con la idea de asistir a
la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En
algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el
suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento
hacia las personas sin limitación de edad.
El objetivo de la práctica del acoso escolar es intimidar, apocar, reducir, someter,
aplanar, amedrentar y consumir, emocional e intelectualmente, a la víctima, con
vistas a obtener algún resultado favorable para quienes acosan o satisfacer una
necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás que
pueden presentar los acosadores como un patrón predominante de relación social
con los demás.

En ocasiones, quien desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros busca,


mediante el método de «ensayo-error», obtener el reconocimiento y la atención de
los demás, de los que carece, llegando a aprender un modelo de relación basado
en la exclusión y el menosprecio de otros.

Con mucha frecuencia quien acosa a otro compañero suele estar rodeado muy
rápidamente de una banda o grupo de acosadores que se suman de manera
unánime y gregaria al comportamiento de hostigamiento contra la víctima. Ello es
debido a la falta de una autoridad exterior (por ejemplo, un profesor, un familiar,
etc.) que imponga límites a este tipo de conductas, proyectando el acosador
principal una imagen de líder sobre el resto de sus iguales seguidores.

A menudo la violencia encuentra una forma de canalizarse socialmente,


materializándose en un mecanismo conocido de regulación de grupos en crisis: el
mecanismo del chivo expiatorio. Destruir al que no es seguidor, al que se resiste, al
diferente, al que sobresale académicamente, al imbuido de férreos principios
morales, etc.

Falta precisar si cuando nos referimos al bullying, además de él, o


independientemente de él, se está presentando otra variable, como puede ser el
acoso sexual.

El desafío que se plantea es que re conceptualicemos los términos asociados al


Bullying, sin sacrificar matices y particularidades importantes en el estudio de estas
variables, evitando generalidades que en vez de darnos riquezas, nos resten
precisión en su estudio.

A propósito un estudio que hizo la Organización Mundial de la Salud sobre el tema


en 30 países obligó a usar preguntas, definiciones y términos que lo
hicieran aplicable en todos ellos, lo que ocasionó que conductas que claramente
podían corresponder a actos de acoso o agresiones sexuales -como golpes,
bofetadas, empujones o comentarios de contenido sexual- quedaran desdibujadas
y oscurecidas bajo la clasificación de Bullying pues nunca se utilizaron los términos
hostigamiento o agresión sexual.
Bullying sexual. Puede ser esa forma aparentemente distraída con que se toca a
una persona y negar inmediatamente la acción. Presionar a una persona a hacer
algo que no quiere, como por ejemplo ver pornografía; insistir en dar un beso
cuando no se quiere; cuando se manipula o se condiciona el afecto o la amistad y
se pone a prueba al otro a través del chantaje. El extremo de esta práctica es el
abuso sexual, al usar la fuerza para obligar al otro a tener relaciones contra su
voluntad.

Bullying de exclusión social. Tendencia a excluir al adolescente que según el


líder del grupito o de la banda es un “tonto”, “un nerd”, “un teto”, etc. Se le ignora,
se le aísla de forma deliberada, se le aplica la famosa “ley del hielo”. Muchas veces
la víctima tarda en entender la intención de tal exclusión y el conjunto se deleita al
ejercer dicho rechazo.
Bullying psicológico. Infundir el temor en la víctima es el eje de esta práctica. Se
le acecha, persigue, se le fuerza a hacer cosas que no quiere, como entrarle a las
drogas o al alcohol. Se le intimida para causar miedo. El niño o adolescente vive
con angustia el encontrarse con el abusador en los pasillos, patios o a la salida de
la escuela. El agresor, al ejercer su poder, puede hacerlo casi de forma tiránica,
más aún si el conjunto del grupo le atribuye cualidades de héroe por su audacia, su
fuerza, su simpatía o incluso su patanería.

Bullying físico. Pasar al empujón, los jalones, a la pamba y finalmente a una


golpiza colectiva en donde los cómplices alientan, observan complacidos o
indiferentes y otros con celulares graban las riñas.

Ciberbullying. Hoy la práctica de grabar las riñas en las escuelas y colegios y


subirlas al YouTube se ha convertido en una constante, como si fuera algo
gracioso. Es una forma más de ridiculizar y devaluar al otro. A esto de asocian los
espacios como el de La jaula, un portal que permitía que alumnos y alumnas de las
diferente escuelas difundieran chismes, calumnias, groserías de cualquiera que no
le cayera bien. Son espacios de denotación del otro, en donde el anonimato permite
que los tonos de los insultos denigren la imagen de cualquiera. El abuso por
internet tiene una expresión más alarmante, que es la de los acosadores adultos
que se hacen pasar por jóvenes y que hábilmente a través de los foros (chat,
Messenger, Hi Fi, Facebook, etc.) consiguen seducir a sus víctimas con efectos
graves en la salud física y mental de los jóvenes.

Parece que no pero realmente es muy frecuente los casos de acoso entre iguales,
muchos padres de familia han vivido esa experiencia entre sus hijos, sin saber que
decir y como actuar, ya que no están informados y reaccionan de una manera no
muy acertada para los que lo sufren.

Los jóvenes que realizan este tipo de acoso son porque ellos también sufren o
tienen problemas en su hogar o en algún otro lugar y piensan que realizando este
acoso desquitan su enojo.
LA VICTIMA: Suelen ser tímidos, inseguros, mantienen una excesiva protección de
los padres, menos fuertes físicamente, etc.
Existen dos tipos de víctima:

Victima pasiva: Suele ser débil físicamente e insegura, por lo que resulta un
objetivo fácil para el acosador. Otras características de las víctimas pasivas serían:
escasa autoestima, ausencia de amigos, depresión, aunque algunos de estos
rasgos podrían ser consecuencia del acoso.
Victima provocadora: Suele tener un comportamiento molesto e irritante para los demás. En
casiones, sus iguales les provocan para que reaccionen de manera inapropiada, por lo que el acoso
osterior que sufren podría llegar a parecer justificado.

ANTECEDENTES

Castañeda (2005), asevera que el primer estudio sobre matoneo fue realizado por Olweus en Oslo

n 1983, tras el suicidio de tres adolescentes, quienes acudieron a ésta conducta para escapar de

a despiadada victimización de sus compañeros. La metodología implementada para llevar a cabo

l trabajo en cuestión, consistió aplicar un cuestionario con el que se buscaba indagar por las

ercepciones de los niños y de los profesores acerca de la frecuencia y efectos del bullying. Dentro

e los resultados obtenidos se llegó a establecer que uno de cada siete estudiantes que

articiparon en el estudio era victimizado o victimizaba.

En 1984, Olweus (1993), amplió la cobertura de su estudio a las tres ciudades más importantes de

Noruega, luego de Oslo, (Bergen, Trondheim y Stavanger) y a las tres ciudades más importantes

e Suecia (Estocolmo, Göteborg y Malmö), encontrando que el bullying existía en otros contextos y

on tasas aún más altas.

Según señala Valdivieso (2009), Smith realizó un estudio en Inglaterra en 1993; para ello tomó una

muestra de 6758 educandos de primaria y de


secundaria, procedentes de veinticuatro escuelas, hallando que en secundaria, 676

estudiantes habían sido víctimas del bullying de vez en cuando, en tanto que 270 lo habían

sido una vez a la semana; con respecto a los agresores, 406 de los interrogados habían

agredido alguna vez y 68 lo hacían una vez a la semana, este estudio concluyó, igualmente,

que a medida que aumenta la edad de los alumnos, desciende el número de víctimas y de

victimarios y que el bullying se realiza la mayoría de las veces por compañeros del mismo

curso.

Con respecto a las manifestaciones de bullying que se presentaban entre estudiantes cuyas

edades oscilaban entre los 12 y los 16 años de edad estaban: sobrenombres (62%),

agresiones físicas (26%), amenazas (25%), rumores (24%), insultos racistas (9%) y

aislamiento social (7%). Acerca de las diferencias del bullying por sexo, los niños

manifestaron mayor frecuencia de agresiones físicas y de amenazas mientras que las niñas

reportaron agresiones psicológicas tales como el chantaje emocional, los rumores y la

exclusión de grupos. Por último, referente a los espacios en donde se presenta el bullying, los

resultados revelaron que en el patio de recreo la ocurrencia es del 45%, seguido del aula de

clase con el 39% y los pasillos y otros lugares de la institución educativa con un 30%.

Craig y Harell, citados por Cruz (2009), sostienen que Farrington estableció que en el largo

plazo, los alumnos intimidadores, se convierten frecuentemente en adultos intimidadores y

tienen hijos que reproducen este comportamiento.

En cuanto a los niños victimizados, Craig y Harell, citados por Cruz (2009), refieren que

existen evidencias que prueban que son más ansiosos e inseguros, que tienen más baja la

autoestima, que son más solitarios y que se deprimen con más facilidad que el resto de sus

pares, quienes frecuentemente los rechazan.


Asimismo, quienes son víctimas durante su infancia, habitualmente siguen siendo víctimas de

maltrato en la adultez y tienen hijos que son victimizados. (Craig y Harell, 2004)

Resulta interesante advertir que actualmente se ha modificado la apreciación del bullying,

partiendo del hecho que la intimidación es una


cción estratégica, incluso un comportamiento hábil que puede ayudar al agresor a cumplir sus

bjetivos en el contexto de los pares, más que una carencia de habilidades del agresor que le

mpide relacionarse prosocialmente con sus pares como se consideraba anteriormente. (Salmivalli,

t al, 2007; Gini et al, 2008)


Referencias

Castañeda, Mª. F. (2005). Estudio exploratorio del matoneo en un colegio de Bogotá.

Universidad de los Andes. Facultad de Ciencias Sociales. Departamento de Psicología.

Trabajo de Grado para optar al Título de Psicóloga. Bogotá, Agosto de 2005.

E. (2007). Intimidación escolar: ¿Qué tan común? ¿Cómo ocurre?

¿Qué hacer? Presentación en el English School, Bogotá.

haux, E., Daza, B. C. y Vega, L. (2005). Las relaciones de cuidado en el aula y la institución educativa. En: J.A.

Mesa et al. La educación desde las éticas del cuidado y la compasión. Bogotá: Universidad Javeriana.

haux, E., Molano, A., Podlesky, P. (2007). Intimidación escolar en Colombia: ¿Cuánto? ¿Dónde? ¿Por qué?

oro Internacional sobre Intimidación Escolar. Universidad de los Andes y RedPapaz, Bogotá.

Chaux, E. y Velásquez, Ana M. (en prensa). Peace education in Colombia: The promise of

itizenship competencies. En: V. Bouvier (Ed.). Peace


initiatives in Colombia. Washington, D. C.: United States Institute of Peace.

Craig, W. y Harell, Y. (2004). Bullying physical fighting and victimization. En:

Health behavior in school-aged children (HBSC) study: international report

from the 2001/2002 survey. World Health Organization.

Krauskopf D. Adolescencia Y Educación. Decima tercera edición. Costa Rica.


Editorial universidad estatal a distancia San Jose. 2007
1. Gastaminza, X. Vacas, R. Tomas, J. Oliva, B. Aspectos
Psicológicos de los adolescentes. Centro Londres 94.
Barcelona. 2007. Disponible en:
http://www.centrelondres94.com/files/ASPECTOS_PSICOLOGI
COS_DE_ LOS_ADOLESCENTES_0.pdf. Consultada Abril
2012
2. Vernieri, M. Adolescencia y Autoestima. Segunda edición.
Buenos aires. Editorial Bonum. Septiembre del 2006

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