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Se ge tea ee Ae eT eA a PEQUERA MLOSOFIA opresién. Y Chatelet, el «profes, constantemente pre- ‘ocupado por democratizar la filosofia. Es también un encuentro con Albert Jacquard, el sabio, cl pedagogo, el luchador contra la escupidez, el confe- renciante comunicativo, «mégicon, siempre a la escucha de todo y de todos. Quiero expresarle aqui mi caluroso agcadecimiento por haber confiado en mf y haber man tenido -sin flaquear nunca la complicidad necesar para cualquier realizaci6n. Doy, finalmente, las gracias a mi padre por su ayuda material y su paciencia, pues fueron muchas las veces en que «puso manos a la obras. UGUETTE ENJALKAN-PLANES eas pute con Mer a}rady va nO ne Ios oteer 1 Jecarod, AV per) “AMlended CEC ot00) em gequens ofa gai ne Gilese@s Mercer Oe woterilo 2 004 ALTERIDAD (EL OTRO) Aprendamos vv ants come hermanes ps, no, moremos todos fumes come iin. Varias generaciones de alumnos de ilosofia han aprendido la célebre frase de Sartre: «El inferno son los otros». sCémo replicaria usted? Observando que, lejos de expresar la opinién de su autor, esta frase no es mis que una entrada de una obra teateal,situada en un contexto. Sélo representa la cons- tataci6n de un personaje que comienza su estancia en ef infierno. De haber sido recibido en el paraiso, habria declarado, sin duda alguna: «El paraiso son los ottos». Pero si hubiera continuado su vida tercestre hubiera debido constatar que «el infierno consiste en ser exclui- do por los otros, Los demés no son nuestro infierno por set otros; ctean nuestro infierno cuando no aceptan rela- cionarse con nosotros. Creo en la necesidad de una relacién con el pr6jimo no s6lo para ser feliz sino, de manera mucho més funda- ‘mental, para ser consciente, ® Quiere decir que no podria existir sin los otros? Indudablemente, podria exist solo, pero no me seria ‘posible saberlo. Mi capacidad de pensar y decir «yor no 6 ———_—_ : LTERIDAD (81 OTRO) 1s “ equena SOFA patrimonio genéticos se ha sido proporionads por mi patron BSS geen i dag ee cst PO EES dese pos graces alos Se ecochad seen Pence gad ae sl esado dew LR neon en odd co persona slo © bt Tes Sonur endo el foco de To miadas de Ls EEUSe Yih et amends dniamente por ods see ones de quienes me rodean, soo quem raisad ZERIT constaye por low intercambion con ellos ‘Soy ls laa que eo con ls oon. Con xa dink Sino ext an coe ene yoy eo. ‘in embargo, el otro es, por definicion,«distnto», El otro participa en mi existenciajustamente porque no es idénnico a mi, Una carga elétrica silo es defnible en presencia de otra, Esta coexistencia es el origen de la ten- ‘86a; iniia una dindmica la de la comunicacién, Com ricar es poner en comin; y poner en comin es el ato ‘gue nos constituye, Si consideramos que este acto €s imposible, echazamos cualquier proyecto humano. “Todavia habremos de superar, por supueso, ls dif cultades que convierten en un logro cualquier comunica cin, Indudablemente, no es posible alcanzar una auten- ticidad sindnima de comprensin total. Los medios wi zados para comunicarnos no pueden ser perfects. La cadena pensamiento~ frase dicha para expresarlo~ frase ‘escuchada~ pensamiento reconstituido a partir de esa cscucha, implica muchas ocasiones de error o impreci- oc ejemplo, la frase: “Ha muerto el gatito», dela obra de Molt, es el caso limite de una informacin aparen temente objetiva, desprovista de toda ambigiedad y que, sin embargo, por asociacién de ideas, provoca inquie- | receptor udes de una naruraleza més grave que la muerte del ga- ‘De hecho, cualquier frase, aunque se reduzca a un 'y un complemento, es portadora de ‘se tiene en cuenta el con- sujt, un. verbo le fun mensaje que la sobrepssa $1 Wikio el modo en que es emitida. Contiene, sin duda, ce nformacién, pero participa a la vez en una comuni xci6n, fo cual implica al menos a dos personas y, en cSosecuencia, la intervencién simuleénea del emisor y el “O, por decilo de otra manera, una palabra s6lo tiene senvido en un determinado contexto. Este contexto no puede ser el mismo, por ejemplo, para un joven y para Bn adulto, Hlemos de admitis, pues, que el instrumen- to de la comunicacién es imperfecto. La tnica recera ‘paz de remediar sus deficencias es la conciencia de tata dificultad por ambas partes y la voluntad de supe- rarla no encerrando al interlocutor en las frases pronun- ciadas por é. ‘Al menos, podemos esperar que esas difcultades,inhe- rentes al procedimiento del intercambio, no se verén incrementadas por la actitud de las personas implicadas. Si se introduce en el proceso la mentira o la mala fe, no habré ya intercambio sino manipulacién reciproca, Mentira, pero también bumillacién. gNo es atin peor? En efecto la primera condicién de toda comunicacién es el respeto, Respetat al otro ¢s considerarlo una parte de Juno mismo, lo cual es una evidencia si se acepta la defi- niin: «Soy los lazos que tejo con los orrose. De pron- toy la tica no consiste ya en formular preceptos catdos del cielo, sino que es la consecuencia de la toma de con- ciencia de lo que somos y de lo que nos hace. Jean Jaurés proceraba no confundir respeto y tole- rancia y pensaba que la palabra tolerancia era peligross ‘yen cualquier caso, insufciente, dsplicente y hasta ine Tosa: «jSe te tolerals. La tolerancia es una actitud muy ambigua (-Para eso hay unas casase, decia Claude). Tolerar es creerse en situacin de dominas, de juzgar, conssteen considerarse muy bueno por aceptar al oto a pesar de sus exrores. Es necesario avanzar en una dieccién completamente dis- tinta y tomar conciencia de las aportaciones del otro, tanto mis ncas cuanto mayor es la diferencia respecto a Por lo demis, 6a es la razén de que, cuanto més valo- ro la comunicacién entre personas, tanto mis expresas Son mis reserva frente a las Yamada tecnologias de Ia ‘comunicacion, que, en realidad, son sélo medios de informacion. La informatica es preciosa en la medida en {que aporta informaciéns pero slo aporta comunicacion enlatada, congelada. Es incapaz de provocar los sobre- altos creadores que se producen con toda saturalidad én un didlogo auténtico hecho tanto de silencios como de palabras. “También ta televisién es un medio de informaci6n, es decin de dar forma; pero raramente constituye un medio de comunicaci6a, es decit, de poner en comin. De hecho, Tleva mis bien a suprimir toda conversaciOn, pues es de direccién dnica, Existe el gran peligro de que nos con- vierta en seres pasivos,incapaces de reaccionar si 0 e8 trapeandos, es decit, abandonando al interlocutor, de Jando de responderle. Expresar una idea es una actividad dificil que requiere ejercicio; la tele suprime exe ejerc ior corremos el peligro de convertisnos en un pueblo de ‘ALTERIDAD (EL OTRO) x. saudos,festrados por sus palabras, ¥ que liberaréa. por la violencia. so vemos en el easo extremo de aquellos que $26" wg Serv, pra qos aa 27 nicaciOn auténtica $€ ‘ha vuelto imposible. ce no ex su verdaderaetmologia, em francs «it Aung oF) sunna efecivarente a slogar de des bho. eae de bannisement). Y no hay duda de que Mt afer tn aad fuera el arid fuera dela ley, fuera de fa vida ad te ere inercambio on a ot. Vayamos al corazon del problema que nos afecta a todos Tae pear rset uno mismo Pcs bene 0" ead tr aesle poe meio el iteca- aaa i, os ha dato de todo on 6ganon bio La carn humanovs pero n0 nba ind a ee gcvemon igs Para erat 3 cabo ee Sar abulo que la epucdad de ser que seaee hemos aprovcharnon de las mirada de Tos SERE fly que eer poco a poo, los Tazor que 1 Ser mae pe ‘Soca Un had lanai deberian vers ba: sede tt cad or, En pone para conquct farads le posted de ecootene con um, a ot humano frente a otro, sin jerarquia, sin rastro de des- rer (Gud Ikons halla de exe ideal fon bustin gue rodzanmoetas cast Lon ven ven ela ia tas luces de una metropolis que no los espera; juegan a la guerra, pues han comprendido que la violencia s wu sini- SeTade: pan as pared par haces moon Cet, menos implacablemente aprisionadoras, Los adultos 20 ven ya la tristeza de estos edifcios repetiivos y aceptan cl hundimiento de los suefios de su infancia, % Qué lugar concede usted a la soledad en la com> rucciim de cada uno de nosotros? Soledad: se trata de una misma palabra para dos situa- clones opuestas, la soledad padecida y la soledad de- eada, La primera es draméticas tengo necesidad de los otros, yy no hay nadie. Soy como un faego que muere sofocado por falta de oxigeno. La segunda es, en ciertos momentos, necesaria para volver a hallar la coherencia entre todos los materiales acumulades, paca volver a anudar los hilos y prepararse para nuevos encuentros. A su vez, esta soledad elegida puede ser también ocasin de un encuentro: en ella resi de todo el milagro de la lecrura; jqué felicidad escuchar 4 Montaigne haciéadonos confidenci En el curso de su vida, en su adolescencia, gexperi- imenté usted el sufrimiento de la soledad? Fui un joven timido, desde luego, incapaz de expresar- me, convencido de que cada palabra pronunciada por mi ‘era exxénea y abrumado por mi cuerpo, que buscaba refugio en la soledad, a pesar de encontrarla dolorosa Pero tuve la suerte de poblarla con todos los auto- es hallados en los estantes de las ibliotecas, Esos au- tores fueron muy amables conmigo; nunca se burlacon cde mi y me hicieron desear el contacto con los seres de care yhueso, ms nguetantes pero ntablemente més atrayentes que aquellos de quienes s6lo quedan las pa. a 9 g quedan las pa- “BIOLOGIA Hasta finales del siglo devs no existe la vida, ‘En una declaracién deliberadamente un tanto para- dojica, Michel Foucault dijo en cierta ocasiOn: «Hasta finales del siglo xvui, no existe la vida, solo los seres vivoss, ;Cémo entiende usted el hecho de quie la biolo- sia haya tardado mds de veinte siglos en consttuirse en La ciencia comenzé interesindose, con toda naturalidad, por los fendmenos que se repiten dia tras dia, afo tras Ao 0 siglo tras siglo, idénticos a sf mismos. Es posible observarlos en numerosas ocasiones y afinat, poco a po- £0, el conocimiento que de ellos tenemos. El caso ideal es ¢l de aquellos fenémenos que pueden provocarse a vo- luntad y permiten pasar de la observacion a la experi mentacién, Para que esto sea posible, se require que los se canals gue itevenen en dichosfenémenoe sean suficientemente estables, que el paso del tiempo spelt ansforme, Bsa es la razén de que las primeras alos panes patneaey se refieran als esellasy Tor cue." 108 Primeros experimentos, ala cada de aie ‘ranquilizados ante objetos inmutables SH €l tiempo parece pasar sin dejar huella; pero

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