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Unidad 2.

Población del Estado mexicano

El maestro José Barragán sostiene que “existe mayor consenso acerca de los
elementos que componen al Estado. Estos elementos son la población, el territorio,
una determinada organización y el poder o soberanía.”1

El Estado moderno se concibe como resultado de una serie de factores en


evolución. Primero, supone la existencia de un determinado territorio, donde se
asienta un determinado grupo social, que se organiza, constituye un régimen de
gobierno y establece una actividad económica centralizada. Con el paso del tiempo
consolida su unidad e identidad sociológica, surgen sentimientos de pertenencia
nacional y, posteriormente, se organiza jurídicamente mediante una Constitución
como consecuencia de la soberanía popular.

La maestra Aurora Arnáiz sostiene que “el Estado es una asociación política
específica del hombre [persona]. La agrupación humana que vive en el Estado,
se denomina pueblo.”2

La nacionalidad

El término nacionalidad deviene del latín natío, nationis, que significa nación, y ésta
viene de nasci, nacer.

Antes de la instauración de la doctrina del constitucionalismo, que se estructura bajo


la teoría de reconocer la igualdad entre gobernados y gobernantes, la soberanía
popular, el gobierno representativo, la división de poderes, el reconocimiento de los
derechos humanos, entre otras concepciones, el elemento poblacional de la
sociedad tenía un significado totalmente distinto al que hoy comprendemos.

1
BARRAGÁN BARRAGÁN, José, CONTRERAS BUSTAMANTE, Raúl, MATEOS SANTILLAÁN, Juan José y FLORES
TREJO, Fernando, Teoría de la Constitución, México, Porrúa, 5ª edición, 2012, p.144.
2
ARNÁIZ AMIGO, Aurora, El Estado y sus fundamentos institucionales, México, Trillas, 1995, p. 244.
A finales del siglo XVIII, el concepto de nacionalidad era simplemente un lazo de
fidelidad y lealtad de los pobladores hacia el soberano. El súbdito estaba obligado
a la obediencia del monarca, quien tenía el deber de protegerlo. La obediencia no
era para el Estado, sino para la persona que gobernaba.

Al surgir la idea del Estado moderno y la aparición de la primera constitución


contemporánea, la sociedad comenzó a ser comprendida como pueblo, y surgió la
idea de la nacionalidad como vínculo entre éste y el Estado mismo.

Como consecuencia de la adopción del concepto del pacto social entre


detentadores y destinatarios del poder –como los llama Karl Loewenstein-, y el
surgimiento de la constitución, los integrantes de la sociedad dejaron de ser
súbditos, para transformarse en ciudadanos.

El constitucionalismo es el resultado de la transformación de los gobiernos


monárquicos y autoritarios en nuevas formas de gobierno, reguladas y acotadas por
normas constitucionales.

Los Estados contemporáneos surgieron del reconocimiento mutuo, entre los


miembros de la comunidad internacional, de la fronteras que dividen y diferencian
sus respectivos territorios, done cada quien ejerce su propia jurisdicción. Pero,
también, es el resultado de reconocer a los pobladores de cada entidad el estatus
jurídico de pertenencia al propio Estado, mediante diversas formas y concepciones.

La doctora Norka López Zamarripa afirma que:

Habitualmente la competencia personal del Estado se ejercerá en el espacio sobre el que


aquél establece sus competencias territoriales, que vendrá cualificado por la nota de exclusividad.
Sin embargo, y aún a lo anterior, el Estado mantiene ciertos vínculos con sus nacionales, aun cuando
éstos se encuentren fuera de su territorio de otros Estados, bien en áreas no sometidas a otros
Estados (buques, aeronaves, etc.).3

3
LÓPEZ ZAMARRIPA, Norka, Nuevo Derecho Internacional público, México, Porrúa, 2008, pp. 80 y 81.
Concepto de nacionalidad

Muchos autores coinciden en definir a la nacionalidad como el vínculo político y


jurídico que relaciona a un individuo con el Estado. Es el atributo que señala,
determina, designa al individuo como miembro integrante de un Estado.

Para el maestro Carlos Arellano García, la nacionalidad es “la institución jurídica a


través de la cual se relaciona a una persona física o moral con el Estado, en razón
de pertenencia, por sí sola, o en función de cosas, de una manera o derivada.”4

Criterios de atribución

Dentro de la comunidad internacional, la doctrina jurídica ha establecido una serie


de reglas comunes para el establecimiento del concepto de la nacionalidad.

El Instituto de Derecho Internacional adoptó el 24 de agosto de 1895, criterios al


respecto, producto de la experiencia aportada por las naciones de esa época. Dos
principios fundamentales se admitieron acerca de la nacionalidad de las personas:
todo individuo debe tener una nacionalidad y, segundo, debe poseerla desde su
nacimiento.

El derecho internacional considera que la atribución de la nacionalidad corresponde


a los Estados nacionales, quienes, en el ejercicio de su potestad soberana y en
aplicación de su propio sistema jurídico, deben establecer sus propios criterios y
principios para determinar los modos de adquisición de la nacionalidad.

Dentro de la doctrina jurídica internacional existen principios generales para este


efecto, los cuales, entre otros, son:

Jus sanguinis. Literalmente, significa derecho de la sangre. Se atribuye al individuo


desde su nacimiento y derivado de la nacionalidad de sus padres; en otras palabras,
la nacionalidad deriva del parentesco consanguíneo. Son los lazos filiales los que
vinculan al individuo con el Estado y le otorgan la calidad de nacional del mismo.

4
ARELLANO GARCÍA, Carlos, Derecho Internacional privado, México, Porrúa, 7ª edición, 1984.
Jus soli. Literalmente, significa derecho del suelo. Se atribuye al individuo desde su
nacimiento, la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nació. Es el vínculo con el
elemento territorio del Estado.

Jus optandi. Es el derecho de optar, de elegir una nacionalidad. En un mundo


globalizado e intercomunicado como en el que vivimos, los dos principios clásicos
resultan insuficientes.

Jus domicili. Bajo esta regla, el Estado atribuye su nacionalidad a un extranjero que
ha fijado su domicilio dentro del territorio del mismo. Se trata de una nacionalidad
adquirida, a la que también se le denomina como naturalización.

Nacionalidad mexicana por nacimiento

Se considera que la naturaleza jurídica de la nacionalidad es una facultad


discrecional que un Estad ejerce.

En el caso de México, el texto constitucional privilegia el principio del jus soli. El


artículo 30 constitucional establece en la actualidad que la nacionalidad mexicana
se adquiere por nacimiento o por naturalización.

El inciso A de dicho numeral establece que son mexicanos por nacimiento:

I. Los que nazcan en el territorio el República, sea cual fuere la nacionalidad


de sus padres;
II. Los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos nacidos en
territorio nacional, de padre mexicano nacido en territorio nacional, o de
madre mexicana nacida en territorio nacional;
III. Los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos por
naturalización, de padre mexicano por naturalización, o de madre mexicana
por naturalización;
IV. Los que nazcan a bordo de embarcaciones o aeronaves mexicanas, sean de
guerra o mercantes.
Adquisición de la nacionalidad mexicana por naturalización

La naturalización es un acto jurídico que realiza un individuo para adquirir otra


nacionalidad distinta a la originaria, en la mayoría de los casos, en sustitución.

En términos generales, el procedimiento de naturalización desde ser a solicitud


expresa del interesado y su autorización es un acto soberano del Estado a quien se
lo solicita. Requiere del cumplimiento de los requisitos y condiciones legales que
señalen las leyes del país.

El efecto de la naturalización consiste en que el extranjero es admitido a formar


parte de la sociedad nacional de ciudadanos del Estado de su adopción, con la
facultad de disfrutar de los derechos y la obligación de compartir con sus cargas.

La naturalización es la acción de adopción de la nacionalidad no originaria. El


Estado atribuye su nacionalidad a un extranjero que ha fijado su domicilio dentro de
su territorio, es decir, aplica el principio del ius domicili.

Existen, dentro del derecho internacional privado, distintas variantes dentro de los
procesos de naturalización, como la de carácter privilegiada, que opera, por regla
general, en favor de los cónyuges extranjeros, cuando contraen matrimonio con
nacionales.

En la nuestra Constitución General, el artículo 30 inciso B, determina que son


mexicanos por naturalización:

I. Los extranjeros que obtengan de la Secretaría de Relaciones carta de


naturalización;
II. La mujer o el varón extranjeros que contraigan matrimonio con varón o
con mujer mexicanos, que establezcan su domicilio dentro del territorio
nacional y cumplan con los demás requisitos que al efecto señale la ley.
Derechos y obligaciones de los nacionales

Uno de los principios torales del constitucionalismo consiste en concebir a la


persona con el eje medular de los Estados. Existe en nuestra Constitución un parte
dogmática consagrada a una amplia gama de derechos humanos, que con el paso
del tiempo ha ido incrementándose y profundizándose de manera constante e
importante.

Causas de pérdida de la nacionalidad

El vínculo jurídico entre un individuo y el Estado concluye bajo la hipótesis de la


pérdida de la nacionalidad. La pérdida de la nacionalidad se regula en forma
soberana por cada Estado, ya que es dicha entidad la que fija las causas en que
esta puede llegar a producirse.

En México, la nacionalidad originaria nunca se pierde. La fracción A) del artículo 37


de la Constitución, a la letra, dice que: “Ningún mexicano por nacimiento podrá ser
privado de su nacionalidad”:

No ocurre lo mismo con la nacionalidad mexicana por naturalización. La fracción B


del propio artículo 37 de la Constitución establece que se pierde por adquisición
voluntaria de otra nacionalidad extranjera o por hacerse pasar en cualquier
instrumento público como extranjero, o por aceptar o usar títulos nobiliarios que
impliquen sumisión a un Estado extranjero. Asimismo, por residir durante cinco años
continuos en el extranjero.5

5
La Ley de Nacionalidad –reglamentaria de los artículos 30, 32 y 37, apartados A y B, de la Constitución-, en
el Capítulo IV, que comprende los artículos 27 al 32, sistematiza las causas por las cuales se pierde la
nacionalidad mexicana por naturalización.
Ciudadanía

La ciudadanía constituye una cualidad genérica que ejerce una persona física –
hombre o mujer- dentro de un Estado para participar en asuntos políticos, en el
ejercicio de la soberanía.

Concepto

La palabra ciudanía proviene del latín civitas, que fue la organización jurídico-
política de los romanos; y de la palabra civis, ciudadano.

La ciudadanía implica la capacidad de goce y ejercicio de los derechos políticos, es


decir, las prerrogativas de un nacional para participar en forma diversificada en el
gobierno de la nación.

El concepto de ciudadanía en México ha tenido dos grandes cambios


paradigmáticos: el primero, en 1953, cuando se incorporó al concepto de la
ciudadanía a las mujeres; y el de 1969, cuando se determinó y extendió, por igual,
la ciudadanía a los 18 años a varones y mujeres, casado o no.

E la actualidad, el artículo 34 constitucional determina como condiciones para ser


ciudadano, además de la calidad de mexicano, lo siguiente:

“I. Haber cumplido 18 años, y II. Tener un modo honesto de vivir.”

La condición de tener un “modo honesto de vivir” se considera una disposición


anacrónica, por lo que, en la actualidad, solo se puede considerar como una
verdadera causa para no poder ejercer la ciudadanía, el estar privado de la libertad
o padecer algún tipo de incapacidad legalmente decretada.

Derechos y obligaciones de los ciudadanos

Derechos: Este aspecto constituye el elemento esencial de la ciudadanía; los


derechos o prerrogativas de los individuos, de las personas físicas. Las
denominadas personas morales son susceptibles de tener derechos, pero los
ejercen por conducto de las personas físicas.
El artículo 35 de la Constitución enlista los derechos del ciudadano de la República,
encontrándose íntimamente vinculadas con los artículos 8º y 9º, que conceden en
términos amplios el derecho de petición y el de asociación y reunión.

Dicho numeral establece que estos derechos son: poder votar y ser votado en las
elecciones populares; ser candidato independiente sin la necesidad de ser
postulado por un partido político; asociarse individual y libremente para tomar pare
en forma pacífica en los asuntos políticos del país; tomar las armas en el Ejército o
Guardia Nacional; ejercer en toda clase de negocios el derecho de petición; poder
iniciar leyes; votar en la consultas populares sobre temas de trascendencia nacional.

Situación jurídica de los extranjeros

La palabra extranjero se deriva del latín extraeneus, extraño. Es aquella persona


jurídica o individuo que no reúne las calidades necesarias para ser considerado
como nacional de un Estado.

En términos simples, los individuos se dividen en una categoría clasificatoria: los


nacionales y los extranjeros, o no nacionales. El objeto de la nacionalidad, en su
concepto es, precisamente, el de establecer esta separación.

Los extranjeros en México gozan de los mismos derechos humanos que disfrutan
sus nacionales, en los términos del derecho internacional y de los tratados de los
que es parte integrante.

La misma Constitución establece algunas restricciones a los derechos de los


extranjeros:

a) En materia política, ya que no tienen la garantía de petición que dispone el


artículo 8º constitucional;
b) Respecto del derecho de asociación y reunión con fines políticos, establecida
en el artículo 9º constitucional;
c) La que les impongan las leyes sobre emigración, inmigración y salubridad
general al derecho de libre tránsito y residencia, señalado en el artículo 11
constitucional;
d) Las restricciones al derecho de propiedad y la prohibición total para que
adquieran propiedades dentro de una faja de cien kilómetros a lo largo de las
fronteras y de cincuenta en las playas, señaladas en el artículo 27;
e) En materia laboral;
f) La prohibición a participar en el Ejército, Fuerza Aérea, Marina y en las
funciones de policía y de seguridad.

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