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|img032 pa 72016 % Ma. Karina Scioscia Maestra Expecitlizada k REY c TEST DE COPIA Y DE c REPRODUCCION DE MEMORIA DE © FIGURAS GEOMETRICAS COMPLEJAS Anoré Rey MANUAL (6° edici6n, revisada y ampliada) TEA PUBLICACIONES DE EsicoLoatiy APLICADA Serie menor num, Pusticabo por TEA EDIiONEs, S.A., SEGUN ACUERDO ESPECIAL CON EL PROPIETARIO ORIGINAL, Les Eomions ou Cenrae o PsycHotocie APetauee, Panis MADRID 1997 img03pg 1. CARACTERISTICAS GENERALES 1.1 FICHA TECNICA. Nombre: “Rey, Test de Copia y Reproduccién de Memoria de Figuras Geométricas Complejas”. Autor: André Rey,” Procedencia: Les Editions du Centre de Psychologie Appliquée (Parts). Administracién: Individual. Aplicacién: Nifios, a partir de 4 afios, y adultos. Significacién: Apreciacién de posibles trastornos neuroldgicos relaciona- dos con problemas de cardcter perceptivo o motriz. Grado de desarrollo y maduracién de la actividad grafica. ‘Tipificacién: Figura A: Tablas de baremos en centiles de diversas mues- tras espafiolas distribuidas en 11 grupos de edad. Figura B: Baremos para nifios entre 4 y 5 afios y medio. 1.2. FUNDAMENTACION Y FINALIDAD Con el fin de evaluar ciertas encefalopa- tias de origen traumatico, André Rey (1942), ideé una prueba que consistfa en copiar y después reproducir de memoria un dibujo geométrico complejo. La figura elegida re- unia las siguientes propiedades: 1") Ausencia de significado evidente. 2) Facil realizacion gréfica, 3) Estructura de conjunto lo bastante complicada para exigir una actividad analitica y organizadora. 77 Observando la forma en que el sujeto copia Ja figura se puede conocer, hasta cierto punto, su actividad perceptiva. La reproduccién efec- , tuada después de retirado el modelo informa | sobre el grado y la fidelidad de su memoria visual que, de este modo, se puede comparar con un moto de percepeién definido, El autor disefié esta prueba para satis- facer las necesidades surgidas de ciertas ex- periencias psicol6gicas. En sujetos con sospecha de deficiencias de memoria, no es suficiente comprobar sus dificultades al recordar o reproducir el mode- lo para afirmar, sin més, que su memoria esta disminuida. Bs necesario asegurarse de que ha percibido normalmente los datos que debe fijar y retener. Ahora bien, hay que te- ner en cuenta que la fijacién depende, entre otras cosas, de la inteligibilidad de los datos percibidos - que éstos no se retienen més que en la medida en que se presentan con una significacién, una organizacién definida y ‘una determinada relacién con nuestros cono- cimientos. Esta significacién, estructura y re- lacién, no son inherentes a las cosas; somos nosotros quienes las hacemos surgir en él acto mismo de la percepcién. Percibir visual mente no es recibir un simple contacto senso- rial; es reactivar los hébitos visuales o encon- trar unos nuevos al contacto de lo real. En el primer caso, la percepcién es un reconoci- miento; en el segundo, el sujeto elabora los estimulos a partir de sus conocimientos ac- tuales, los analiza y los organiza hasta que se imponga o se suscite una estructura definida. Supéngase que el sujeto sea incapaz de laborar el estimulo presentado para su fija- cién; entonces no conservaré mas que una imagen incoherente y vaga que no podrd re- producir. Se cometeria un error si se conside- rase este recuerdo defectuoso como una insu- ficiencia de memoria. El sujeto sabe perfectamente que ha estado en contacto con datos ininteligibles y puede decir por qué lo son (demasiado complejos, embrollados, sin significacién, desconocidos, muy numerosos, sin relacién evidente entre si, ete.); por tanto, ha registrado y conservado en su memoria un acontecimiento caracterizado por el fracaso de una elaboracién satisfactoria, Por el contrario, supdngase que el sujeto organiza los datos en una estructura defini- da en la que cada parte tiene una funcién en el todo, pudiendo ser reducido el conjunto resultante a las relaciones existentes entre Jos detalles. Supongamos, ademés, que des- pués de una tal percepeién el sujeto sea in- capaz de evocar o reproducir lo percibido. Sélo en este caso el fallo podria ser achacado su memoria. Sucede a veces, en la préctica de exé- menes psicol6gicos y psiquidtricos, que se asimila a un defecto de memoria una insu- ficiencia de elaboracién de los estimulos presentados para su fijacién. Se ha pedido al sujeto que examine dibujos 0 que siga la lectura de una serie de palabras, supo- niendo implicitamente que estos estimulos son tan claros para su percepeién como lo son para la del observador. Si después el recuerdo o la reproduccién del material presentado son inferiores a un cierto nivel se tiende a atribuir este fallo a una debil dad de memoria, mientras que lo correcto tal vez fuera culpar de ello a la elaboracién perceptiva de los datos. La elaboracién perceptiva puede ser in- Suficiente por falta de conocimientos 0 de método, bien porque el sujeto no los haya advertido o bien porque haya sido ineapaz de formarlos en el transcurso de su desa- rrollo. Hay que distinguir, en consecuencia, sujetos con insuficiencia de instruceién y de entrenamiento y sujetos cuyo desarrollo in- telectual ha sido afectado por enfermeda- des congénitas 0 precoces. Se encontrarén, a la inversa, casos en que, siendo normal Ja elaboracién percepti- va, es solamente la reproduccién de memo- ria la que presenta un déficit. Con todo lo expuesto, se puede apre- ciar claramente la utilidad de la prucba que se presenta. Es necesario precisar que Ja percepcién estudiada aqui es una per- cepcién visual, directriz de un proceso de copia, siendo esta percepcién visual la que centra la actividad. La percepcién visual podria presentar otras caracteristicas si la examinasemos orienténdola hacia otros fi- nes y asociada a otras actividades. Esta reserva invita a la prudencia en la inter- pretacién de algunos resultados de aspecto patoldgico. Afios después de su publicacién, la casa editora (Les Editions du Centre de Psycholo- ie Appliquée) presents una segunda figura con igual finalidad y basada en los mismos principios, pero de estructura mas simple y destinada al examen de niftos entre 4 y 7 | afios para muchos de los cuales la inicial- [+ mente propuesta por Rey resultaba dema- (indo dificil Desde entonces se conoce a la 1* como «Figura A» y ala 2 como «Figura B»; no se trata, sin embargo, de dos formas paralelas © equivalentes del mismo test, sino de ta- reas con la misma finalidad y significado, pero adaptadas a distintos momentos del desarrollo evolutivo. 2. Figura A TECNICA DE EXAMEN 2.1.1, Copia del modelo El modelo a copiar es el de la figura A de la Idmina que se presenta horizontalmente, con el pequefio rombo situado a la derecha del sujeto. Se entrega al mismo una hoja de papel en blanco y se dispondré de cinco o seis lapiceros de colores distintos. Se comienza la prueba diciendo: «Aqut tenemos un dibujo y su tarea consiste en copiarlo en la hoja que le he entregado. No es necesario que la copia sea exacta pero, sin embargo, es preciso prestar atencién a las proporciones y, sobre todo, no olvidar ningtin detatle, No + hace falta que se apresure demasiado. Comience con este lapicero.» Se le entrega un lapicero, el rojo por ejemplo, y se le deja trabajar durante algin tiempo. Al iniciar el trabajo se pone en marcha el cronémetro discretamente y se para en el momento en que termine la prueba. Cuando ha realizado una parte del dibujo se le entrega un lépiz de otro color y se pide al sujeto que contintie dibujando con él. De este modo se le hace utilizar cinco o seis lapiceros de colores diferentes. Anotando simplemente el orden de sucesién de los colores se puede descubrir, al analizar el dibujo, la marcha seguida en el proceso de copia. iCémo proceden la mayoria de los sujetos normales? Por lo general son atraidos inmediata- mente por el armazén central, un gran recténgulo con sus diagonales y sus bisectrices. Alrededor de este armaz6n colocan los detalles exteriores e interiores cuyo orden de sucesién no se conside- ra de mucha importancia. {Cémo trabajan los débiles mentales o los nifios? Normalmente comienzan por un detalle; después van copiando poco a poco, centimetro a centimetro, cada una de sus partes. Este método eva consigo una reproduccién defectuosa: las proporciones generales no pueden ser respetadas y resultan de ello deformaciones que aumentan a medida que la copia progresa. {Cuando conviene interrumpir al sujeto para hacerle cambiar de lapicero? Se hard todas las veces que en el anillisis posterior del dibujo pueda haber dudas sobre la sucesién de los elementos copiados. Si el sujeto comienza por el rectangulo grande y prosigue por las diagonales se le puede dejar trabajar con el mismo lapicero y se operard el cambio en el momento en que pase a las estructuras interiores 0 exteriores apoyadas en este armazén. Si, por el contrario, comienza por un detalle, el cambio debe ser hecho cuando pase a otro detalle. Igualmente, si el trazado comienza por el contorno general de la figura se dejaré que el sujeto continie con el mismo lapicero hasta que termine y se le entregard otro en el momento que lo haya completado. Es conveniente que el examinador conozca las diversas etapas del proceso de copia, puestas en evidencia por el estudio genético de la prueba, porque lo realmente importante en ella es la posibilidad de distinguir estas etapas. La prueba de la copia puede ser eficazmente completada por una verificacién, en los casos en que el sujeto haya trabajado de forma primitiva y poco racional. Cuando haya terminado se le preguntard si no podria copiar de otro modo mejor la figura. Hsto se puede hacer diciendo al sujeto: 10 ing po chu (/i <4Cémo habria qul-Comencar el dibujo para que eada detatle quede coloca- do correctamente? Dibuje aqué las Iineas que constituyen el mejor punto de partida.» (Cuando se trate de nifios pequeiios estas palabras debern adaptarse a su comprensién y a su vocabulario usual.) Son numerosos los sujetos que descubren enseguida el valor del rectdngulo grande y de sus diagonales y que no comprenden que este hecho tan importante se les haya podido escapar anteriormente. Para otros, se trata de un problema complicado que resuelven a veces reflexio- nando. Existen, finalmente sujetos que no modifican su método 0 lo sustituyen por otro equiva- lente. Cuando hay una visién répida de un método més racional, la actitud del principio puede ser considerada como un signo de desatencién, de indiferencia, de pereza de espiritu, de confusién momentanea 0 de precipitacién. Si, por el contrario, el sujeto persevera en un modo de copiar defeciuoso hay que achacarlo, sobre todo, a la organizacién intelectual de su percepcién. Si las deformaciones de la figura y el proceso de copia hacen suponer debilidad intelectual (en relacién con la edad del sujeto), la incapacidad posterior para modificar la forma de copia, aprovechandose de una primera experiencia, confirmara este juicio. Esta verificacién no se levard a cabo inmediatamente después de la copia. Se pasard a la segunda parte de la prueba, la Reproduccién de memoria, y solamente al final de la prueba completa se invitara al sujeto a examinar y criticar su proceso de copia. 2.1.2, Reproduccién de memoria Después de una pequefia pausa, que no excederé de 3 minutos, se inicia la segunda parte de la prueba que consiste en reproducir de memoria la figura copiada. Se invitaré al sujeto a dibujar sobre una segunda hoja en blanco la configuracién anterior. Si se dispone de poco tiempo, se utilizaré un solo lapicero, pero en caso contrario, puede volver a utilizarse la técnica de varios lapiceros de colores distintos; esto permite, a veces, comprobar una mejora del procedimiento de copia. En todo caso, se controla el tiempo de ejecucién poniendo en mareha el cronémetro cuando el sujeto inicie su trabajo y deteniéndolo cuando lo dé por terminado. 2.2. CORRECCION Y VALORACION La percepeién es, por definicién, una «gnosis» (modo de conocimiento). Ahora bien, la figura de esta prueba ha sido elegi- da de forma que no evoque, como conjunto, ningin objeto determinado. Para un espiri- tu evolucionade consiste en un ensamblaje arbitrario de elementos geométricos, identi- ficables por separado, y entre los que exis- ten relaciones topograficas. Esta figura no puede ser conocida si no es gracias a una actividad analitica que visualice y jerarqui- ce las formas que la componen. 4Cémo aisla el sujeto estas figuras y relaciona unas con otras? {Cémo las ve y Jas jerarquiza en formas envolventes y for- mag incluidas, en formas que soportan y en formas soportadas? El estudio genético del proceso de copia puede aportar algunos datos. in los estudios experimentales fue nece- io, en primer lugar, identificar y después ificar los diversos procesos corrientes de pia sin multiplicar intitilmente las catego- vias de clasificacién. Después de aislar y de- finir un cierto niimero de tipos fundamenta- les, convenfa determinar la secuencia de aparicién en el desarrollo mental con el fin de constituirlos, si fuera posible, en normas caracteristicas de un nivel de desarrollo de la percepcién visual, directriz de un trabajo de copia. Esta tarea, promovida por el autor de la prueba, fue emprendida sisteméticamente por P. A. Osterrieth y culminada con la pu- blicacién de un trabajo minucioso sobre «el test de copia de una figura complejar (Oste- rrieth, 1945). Este trabajo ofrece numerosos detalles y observaciones concernientes a la ‘técnica de examen y al valor de esta prueba; en este Manual se considera suficiente la reproduecién de los datos esenciales de di- cho estudio para la evaluacién de los resul- tados del test. A continuacién se presentan los diferen- tes tipos de copia definidos por P. A. Oste- rrieth; las categorias se han ordenado, de mayor a menor, por su grado de nivel racio- nal determinado, a la vez, por los habitos intelectuales, la rapidez de la copia y la pre- cisién del resultado, I. Construceién sobre el armaz6n. El sujeto comienza su dibujo por el rec- téngulo central, que erige en armazén, sobre el cual agrupa después todos los demas detalles de la figura. Esta se construye, pues, sobre la base del gran rectingulo que sirve de referencia y de punto de partida, 'S amos 7 mas Il. Detalles englobados en un arma- z6n. El sujeto comienza por uno u otro detalle contiguo al gran recténgulo; por ejemplo, la cruz de la parte supe- + rior del lado izquierdo, o traza el rec- * tangulo grande incluyendo en él algu- no de los detalles (por ejemplo, el 12 Mm. Vv. vu. cuadrado exterior contiguo al Sngulo inferior izquierdo del rectangulo cen- tral), y lo utiliza como armazén de su dibujo, igual que en el tipo I. Se asimi- la también a este tipo IT un proceso poco frecuente, que consiste en dibujar las dos diagonales del recténgulo antes que su contorno, utilizando luego éste como armazén, Contorno general. El sujeto comien- za su dibujo por la reproduccién del contorno integro de la figura, sin dife- renciar en ella explicitamente el rec: téngulo central. El sujeto obtiene asi una especie de «contenedor» en el que son colocados después todos los deta Iles interiores. Yuxtaposicién de detalles. Hl sujeto va construyendo los detalles contiguos ‘unos a otros procediendo como si cons- truyera un rompecabezas. No hay ele- mento director de la reproduccién. La figura, terminada més 0 menos feliz- mente, es un conjunto reconocible y puede, incluso, llegar a estar perfecta- mente conseguida. Detalles sobre un fondo confuso. EI sujeto realiza un grafismo, poco 0 nada estructurado, en el que no seria posible identificar el modelo, pero con ciertos detalles reconocibles, por lo me- nos en su intencién. Yo lo epiae: Reduccién a‘un esquema familiar, El sujeto traslada la figura a un esque- ma que le es familiar y que puede, a veces, recordar vagamente la forma general del modelo o de algunos de sus elementos (casa, barco, pez, monigote, ete.) Garabatos. El sujeto hace simple- mente unos garabatos en los que no es posible reconocer ninguno de los ele- mentos del modelo ni tampoco su for- ma global. PA. Osterrieth caleulé para una mues- tra francesa de 295 sujetos -incluyendo, como media, 20 casos en cada grupo de fedad- los porcentajes que representan la fre- euencia de los diversos tipos de copia. Estos datos se reprodujeron inicialmente en la tra- duceién del Manual al castellano; sin embar- go, se sustituyeron posteriormente por los Sbtenidos a partir de una muestra espaficla de 400 sujetos distribuidos en grupos de 35 ‘2 40 en cada intervalo de edad, excepto en el filtimo de ellos, que incluye 50 casos. Tanto para la elaboracién de esta tabla como de Jas siguientes, ha parecido preferible atener- se a los resultados obtenidos en nuestro pais, que ciertamente difieren bastante de los franceses. ‘abla 1. Frecuencia de los tipos de copia in con la edad (en poreentajes). Datos espafales ae) | os OC [we aap eys | s [onmeas i a] a] | 8 . [a |i }ejayals Ta lalalaie} too ene 2 | 50 | je jzya2(al: |: niujela|a jo [ala ja | 8 Biela(s(el: ie igialalai: weielalziot: Las cifras muestran un proceso evoluti- yo con el predominio del, tipo IV en las eda- des de 5 a 11 afios, para pasar sucesivamen- te al predominio de los tipos III y iI a los 19-14 aos, ¥ al Ia los 15 y més, Esto per- mnitié a PA. Osterrieth establecer una gra- dacién de las formas de copia que van desde Jas reacciones mas primitivas a las més evo- Tucionadas ‘Tipos VI y Vil:

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