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LOS CUERPOS ESPIRITUALES COMO HERRAMIENTAS DE MANIFESTACIÓN DEL SER

Todo impulso de manifestación y creatividad proviene del alma, el primer cuerpo espiritual.

Este impulso debe ser analizado por las tres mentes.


Primero por la mente negativa (segundo cuerpo) para calcular los riesgos de esta particular
manifestación, con respecto a tu interior y a tu exterior.
Luego se calculan las oportunidades de crecimiento, beneficio, expansión de la experiencia humana,
deseos, etc a través de la mente positiva (tercer cuerpo).
La mente neutral debe evaluar neutralmente (sin influencias o intervenciones del ego con su sentido
del territorio, sus apegos, deseos y pasiones) si la manifestación sirve al ser.

El cuerpo físico (quinto cuerpo espiritual) será el instrumento de manifestación, el cerebro


expresará en el cuerpo el deseo del alma después de ser analizado por la mente. En el cuerpo físico
se graban todas los aprendizajes, se expande en su potencial con cada experiencia.

Pero antes de actuar debemos considerar 5 factores sutiles:

La línea de arco (proyección mental en el aura y sexto cuerpo) ha de indicarnos como se encuentra
nuestro universo en relación a lo que el alma quiere manifestar y el poder mental que tengo yo de
proyectar esa manifestación sin dualidad y con la mayor energía espiritual. Estas funciones de
proyección de que mi desconocido se vuelva mi conocido (oración) y percibir la consecuencia de
mi manifestación en mi y en el mundo (intuición) deben ser cuidadosamente analizadas y ejecutadas
por el sexto cuerpo.

El aura (séptimo cuerpo) es la proyección física y energética producto de cómo se mueven todos los
chakras interna y externamente. Con un aura fuerte, sin contradicciones, fluyendo, podemos
aprovechar al energía y la presencia y proyectarlas adecuadamente para hacer un impacto
equilibrado en los demás (sin demasiado ego como para manipular – sin tan poco ego como para ser
manipulado) ya que los demás (y el Cosmos) es parte importantísima de mi manifestación.

El cuerpo pránico (octavo cuerpo espiritual) es el que nos da la energía para llevar a cabo la
manifestación y también establece la forma en que nos relacionamos con el universo y los demás, si
en miedo o valentía frente a cada experiencia.

El cuerpo sutil (noveno cuerpo) es el que nos permite percibir que está más allá de la superficie de
la situación en la que nos encontramos. Este factor es muy importante antes de darle forma a la
manifestación ya que determina si el Cosmos está listo para esa manifestación de esa forma. Hay
que percibir y considerar toda la historia, todos los factores y de eso se encarga el cuerpo sutil ya
que permanece conectado con la dimensión sutil (los patrones, creencias, energías sutiles que están
detrás de cada manifestación).

El cuerpo radiante es el que le dá forma a la manifestación de modo que ella tenga todas las virtudes
del espíritu: verdad, belleza, bondad, consideración, eficiencia, elegancia, gracia, valentía, fortaleza,
una forma adecuada de palabra o acción…en suma …. EXCELENCIA en la manifestación de lo
que queremos.

El cuerpo número once es el cuerpo radiante (diez) manifestando el deseo del alma (uno). 10+1=11.
Es el ser completo y equilibrado manifestando el deseo del alma en el universo material y personal.
Si todos los cuerpos están equilibrados en ti, el impulso pasa sin interferencias, es potenciado
correctamente por cada uno de los cuerpos en sus funciones y la manifestación es excelente, gozosa
y sirve al alma.

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