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EL SIGLO XX Y EL MODERNISMO: EL NACIMIENTO DE LA POESÍA

ECUATORIANA: 20 grandes poetas

La poesía del siglo XX en el Ecuador es, a juicio personal, la verdadera poesía ecuatoriana. La
que surgió, efectivamente, desde una visión auténtica y con un sentido original. Libre de las
ataduras, de los dogmas y de las cosmovisiones de los países que alienaron e influyeron el
panorama de nuestra lírica hasta el inicio del siglo XX, aplacándola y consumiéndola en
derroteros impuestos. Dejándonos sumergidos en las visiones siempre comprometidas por otras
visiones imperiales y supuesta (y políticamente) “correctas”.

Los vanguardistas llegaron para someter a la poesía a las nuevas formas, a los nuevos
derroteros. Sepultaron mediáticamente los recursos estéticos de los simbolistas y sus idolatrías
gastadas por el dolor. Llegaron a engrandecer el poema hasta volverlo nuevo ícono del lenguaje
y de la nueva estructura temática: por un lado la formación y renovación de moldes métricos;
por otro, la creación de un discurso colectivo que verifique y presente el espíritu social que se
presentaba en esos días en el convulso mundo, que siempre ha sido. La poesía buscaba una
expresión de muchos, no un sufrimiento individual. La palabra poética se abría espacio con el
escándalo de la ruptura de tabúes sociales y lingüísticos, creando nuevos giros de expresión y
flamantes significaciones. Los nuevos poemas se unieron a la tecnología, a lo nuevo que el
mundo traía con la máquina, con la electricidad, con la modernidad, con los nuevos
descubrimientos que harían del siglo XX un siglo de las nuevas “luces”, de los nuevos
derroteros, del nuevo pensamiento.

LOS GRANDES POETAS: LOS GRANDES ESTILOSNuestra vanguardia (y esta antología)


comienza con el poeta ecuatoriano por excelencia: Jorge Carrera Andrade (Quito, 1903-
1978), quien dejó escrito el nombre de nuestra Patria en los anales de la poesía. Carrera fue
nuestro “rey Midas” del verso, nuestro “Neruda local”. Nuestra bandera, con él, enarbolaba en
las más altas cumbres de la poesía. En París, su nombre sonaba junto a los grandes poetas del
mundo, con envidiable brillo. Él fue la posta de nuestro lenguaje lírico contemporáneo. Su
poesía visionaria, conjuga la metáfora límpida y exacta en comunión con la reflexión naturalista
del paisaje. Al tocar el erotismo y el aspecto social, indaga por caminos muchos más profundos e
implícitos que la indagación simple por la epidermis del cuerpo y la mera política. Es un poeta
de entraña y de reflexión descriptiva.

Su compañero generacional Gonzalo Escudero (Quito, 1903-1971) es un fiel servidor de la


métrica más aguda y sonora de la lírica hispana, del soneto endecasílabo, del alejandrino.
Escudero nos dio la gloria de la rima: el hallazgo de contemporizar la forma, luego de que
nuestros modernistas le dieron muerte sacrosanta con su propio dolor y su propia juventud. Los
poemas de Escudero guardan siempre el recato frente al discurso y están conteniéndose gracias
al tapón de la rima perfecta que conduce al acto de pensamiento lingüístico más contundente.
La rima es creadora de los más profundos hallazgos, por eso la poesía de Escudero (y luego de la
de Granizo) darán un tono de impecable silencio y barroquismo a nuestra lírica.

El trío de vanguardistas oficiales y canónicos del Ecuador se completa con Alfredo


Gangotena (Quito, 1904-1944). Muchos ecuatorianos lo consideran la panacea de la literatura
ecuatoriana. Gangotena es el más francés de los poetas latinoamericanos. Ha sido traducido a su
idioma madre, pero siempre conservará una sensibilidad distinta. Es el más barroco y
surrealista de todos nuestros grandes vanguardistas. Amigo de emblemáticos poetas franceses
de su tiempo, su sensibilidad se la percibe distinta, pero su vuelo poético y sus giros lingüísticos,
su cosmovisión universal y su sonoridad alejada del ritmo latinoamericano lo hicieron
paradigmático en nuestro país. Gangotena no está para ser nuestra “cédula de identidad”. Es
una relación muy lejana a nuestro sentir. Él vivió lo que vivió y no nos queda juzgar la
“identidad nacional” en su poesía.

César Dávila Andrade (1918-1967) es el poeta mayor de la contemporaneidad, y es nuestro


poeta continental. Considero que su trágica muerte[18] no fue tan prematura para la calidad de
su obra, como sí lo fue, por ejemplo, la muerte de cada uno de los poetas de la “generación
decapitada”. Dávila supo asumir los registros de su poesía en los diferentes patrones temáticos.
Desde los poemas descriptivos, en donde se deja notar una dosis de modernismo enriquecido
con la novedad de la imagen resplandeciente, pasando por el formalismo métrico donde la
sinestesia, en todas sus formas, se notan pletóricas de audacia, junto con el trabajo fonético de la
lengua. Un maestro para asumir una caprichosa melopea y un inalterable concepto lingüístico.
Pocos poetas de la patria lo han asumido así (antes de él, tal vez, solamente, el gran José
Joaquín de Olmedo). Sus registros continúan brillando con el esplendor de sus imágenes
surrealistas, en mezcla con un misticismo personal, hasta llegar a un hermetismo
resplandeciente en figuras retóricas y literarias, atravesando los lagos imperiosos de la poesía
social. Poeta realmente abarcador.

Es Dávila quien funda la poesía moderna en el país. Carrera inicia el viaje por una vanguardia de
ojos abiertos. Como dice Jorge Enrique Adoum: Carrera es el único poeta que no podría
escribir siendo ciego[19], porque nos presenta la belleza del entorno (el país esencial desde su
exotismo naturalista, desde su geografía). Recordemos el modernismo temprano de Martí y
fijémonos en la presentación de él y su patria: Yo soy un hombre sincero/ de donde crece la
palma...[20] Esto nos hace entender que Carrera hubo todavía una temática ortodoxa para la
época, frente a la figura siempre adelantada de Dávila, que escribió descriptivamente la realidad
real y la realidad que se adeuda. Carrera hizo lo que tenía que hacer, escribir sobre lo que no se
había escrito a fondo, aunque suene irónico: su país, mirándolo desde todos los ángulos
posibles, hasta sacar de él su “País secreto”[21] (en otros países, esta labor ya la habían hecho en
el modernismo).

Dávila es figura clave para entender que, con su poética, exportamos nuevos temas al mundo. De
allí que, como dice el refrán no popular: si César Dávila hubiese llegado a París, habría llegado
lejos. Estoy seguro que en este siglo se lo descubrirá como el gran poeta y entonces el mundo
sabrá de este ecuatoriano universal.
Al mando de Dávila se funda el grupo “Madrugada” que tiene a algunos nombres de varias
ciudades del territorio nacional. Nombres claves de los últimos patriarcas de nuestra poesía:
Enrique Noboa Arízaga (Cuenca, 1922-2002), Hugo Salazar Tamariz (Cuenca, 1923-1999),
Edgar Ramírez Estrada (Guayaquil, 1923-2001), Rafael Díaz Icaza (Guayaquil, 1925), Eugenio
Moreno Heredia (Cuenca, 1925-1997) y Jacinto Cordero Espinosa (Cuenca, 1926), todos poetas
notables. A este grupo también pertenecieron Jorge Enrique Adoum y Efraín Jara Idrovo. De
este grupo, junto con Dávila (el mayor en edad de la “promoción”), todos despuntaron hacia el
nuevo discurso, ligados, como tenía que ser, por el lazo de la poesía social y vanguardista (con
Neruda a la cabeza).

Jorgenrique Adoum (1926-2009) es, sin ninguna duda, el poeta más influyente de la segunda
mitad del siglo XX: un gran trabajo con el lenguaje y con las formas más ligadas a un
estructuralismo personal lo llevaron a ser considerado nuestro poeta más internacional, nuestro
más completo escritor (escribió todos los géneros con la misma solvencia y calidad). Adoum es
el responsable de la poesía más certeramente vanguardista de su generación en cuanto al trabajo
morfológico y semántico. Aunque para la crítica miope su “culpa” a flor de piel es haber sido
secretario de Pablo Neruda y, por lo tanto, y con razón justa, haberse sumergido en su
“universo” hasta tratar de hallar en él la sombra de un Canto general[22] con sus Cuadernos de
la tierra[23]. Con el libro Dios trajo la sombra[24], tercer cuaderno de la saga, consiguió el
reconocimiento internacional cuando ganó el Primer Premio “Casa de las Américas” en Cuba
(1960). Hermosos textos históricos, irónicos (una de sus claves más imperiosas) y repletos de
esa “cultísima” aplicación semántica de la utilización infalible de la regla lingüística que el
mismo texto-poeta se encargará de romper, hasta llegar limpio, sin esa “estructuración” al
estupendo El Amor desenterrado[25] (1993), el texto que quedará por siempre, como un clásico
de la poesía, por haber llegado hondo a las más desconocidas fauces del amor y la muerte. Un
texto poético imprescindible.

Si Adoum hizo un gran trabajo con el lenguaje su compañero generacional Efraín Jara
Idrovo (1926) hizo un gran trabajo con la forma. Jara es el poeta de la forma y del rigor. Sus
poemas, muchos de ellos “renegados” y “relegados” por él mismo, se agrupan en un solo
tomo[26] en donde recoge lo mejor de su obra. Lo demás pretende lanzarlo al olvido. Queda
intacto, para siempre, su Sollozo por Pedro Jara (1978), hermoso y torrencial texto que gira
alrededor de una elegía pausada, tristísima y firme por su gran fuerza “repensada” al no caer, de
ninguna manera, en las garras del “desgarramiento sentimental”, sino que, más bien, brilla por
su estructura formal y por su elasticidad a la hora de asumirlo como una lectura múltiple
(poema dividido en cinco partes). El poema puede leerse de innumerables formas de arriba a
abajo o viceversa, de una serie a otra, combinando con el número de versos –ya que todo el
poema está numerado-. Poema móvil, único en su especie. Hace falta que América y el mundo se
entere de este texto que evidencia que el Ecuador, con este poema, podría ser reinscrito en las
poéticas personales más importantes de nuestra lengua.

Otra pléyade hermana aparecerá en el tiempo. Un nuevo grupo generacional se abrirá en corola
para transparentar el poema de la patria. Francisco Tobar García (Quito, 1928-1997), Filoteo
Samaniego (Quito, 1928), Manuel Zabala Ruiz (Riobamba, 1928), Francisco Granizo
Ribadeneira (Quito, 1928-2009) y Alfonso Barrera Valverde (Ambato, 1929).

De los cinco citados tal vez sea Tobar García el que mayormente despuntó en la nueva
vanguardia, mientras que Zabala Ruiz sea el que le dé un toque de humor y desfachatez a la
poesía formal del soneto endecasílabo y Granizo Ribadeneira sea el poeta total que junta las dos
barreras del poema: fondo y forma, hasta volverlo fuerte en sus dos flancos.

La poesía de Francisco Tobar García es lo que llamaríamos “expresiva” total, sin darle más
vueltas al término. Textos que no se quedan estáticos en la expresión, sino que se inscriben en
versos largos formando un cúmulo frenético, un discurso enaltecedor. Poeta enorme, Tobar, un
poco traspapelado por el hecho de haber sido uno de los más grandes dramaturgos del país, por
lo que siempre la literatura pedagógica lo clasifica en el teatro, dejando a un lado su enorme
poesía. Su obra poética no está enmarcada en la “poesía del silencio”, es más bien un verso que
bulle, que suena, que verbaliza. Sus poemarios Ebrio de eternidad[27] y La luz labrada[28] se
han vuelto lectura de culto para muchos poetas actuales.

Manuel Zabala Ruiz, a mi juicio, es en cambio el poeta que transgrede el patrón anacrónico
de la imagen y el verso clásico hasta volverlo original. Aunque pueda sonar, en primeras
lecturas, a modernista del preciosismo rubendariano, Zabala utiliza algo singular en nuestra
poesía: el humor, algo que se desliga de la moda actual (y eterna) de que el poeta tiene que caer
en el dolor. Además estoy convencido de que el humor es una forma de dolencia. Y en Zabala
Ruiz se nota claramente. Su gran poesía (que cabe en un libro de 200 páginas)[29] es realmente
de antología toda ella. Son poemas trabajados como joyas, entidades únicas e indiscutibles para
entender la herencia renovada del siglo de oro.
Francisco Granizo Ribadeneira trabaja en el mismo patrón que Zabala. Sus sonetos son
equilibrados con una rima que no endulza sino que se enfrenta a la palabra desde la poesía
conceptual, ligada a un barroquismo riquísimo que se ensimisma en la rima perfecta de una
octava real, de una décima y, sobretodo, del soneto. Esta generación fue la que aportó
mayormente a la forma clásica en el siglo XX. Granizo llega hasta la médula del poema cuando
trabaja el texto Muerte y caza de la madre (1978): desacralizador, duro, de voz poética doliente
y de infinita parsimonia. Su poesía alcanzó la prosa y consiguió con ello la única novela
ecuatoriana a la cual considero poesía de verdad: La piscina[30], texto enorme en donde la
filosofía poética se vuelve, en desmedido canto, una prosa que no resuelve, ni cuenta, sino que
expresa. Dualidad compleja entre el poema y la prosa.

Corresponde ahora pasar revista por la generación del sesenta. Generación pletórica. Repleta de
grandes nombres. Figuras estelares de nuestra poesía. Concepción nueva, ruptura de los
cánones formales. Desestructurización de las temáticas. Poetas que ven pasar las revoluciones,
los acontecimientos irrestrictos de una modernidad tecnologizante. Allí están y siguen estando,
ahítos de poesía en la contienda: Carlos Eduardo Jaramillo (Loja, 1932), Eduardo Villacís
Meythaler (Quito, 1932), Ileana Espinel (Guayaquil, 1933-2002), Rodrigo Pesantez Rodas
(Cañar, 1937), David Ledesma Vásquez (Guayaquil, 1934-1961), Euler Granda (Riobamba,
1935), Fernando Cazón Vera (Quito, 1935), Rubén Astudillo y Astudillo (Cuenca, 1938-2003),
Carlos Manuel Arízaga (Cañar, 1938), Ulises Estrella (Quito, 1939), Ana María Iza (Quito, 1941),
Antonio Preciado (Esmeraldas, 1941), Nelly Córdova Aguirre (San Gabriel, 1942), Simón Zavala
Guzmán (Guayaquil, 1943), Rafael Larrea (Quito, 1943), Violeta Luna (Guayaquil, 1943),
Victoria Tobar (Ambato, 1943) y Raúl Arias (Quito, 1944).

Carlos Eduardo Jaramillo es poeta desacralizador. Su obra variopinta es contenedora de


exigentes y genuinas connotaciones mitológicas amparadas por un sostenido vuelo indagador en
la filosofía y en la imaginería del dolor humano. Llega a la descripción titubeante y pretextual
con hondas manifestaciones existenciales, se aúpa en el dolor y consigue entablar relación con
sus contemporáneos. Su obra fundamental está en los poemas de amor. Consigue estructurar a
la temática amatoria con nuevas aristas temáticas que llegan a romper los discursos
convencionales del tema.
Euler Granda es nuestro anti poeta por excelencia. Ha logrado con su poesía dominar al “lugar
común” y darle nuevas connotaciones, hasta volverlo discurso sugerente, pieza fundamental de
su poesía desenfadada, de su verbo aislado de la imagen muy elaborada. A cambio de ella ha
impuesto en su obra la sorpresa y la novedad que gira dentro del lenguaje cotidiano, que llega a
ser la poesía del encantamiento y la emoción. Granda enarbola la bandera que en Chile
abanderará el gran poeta Nicanor Parra[31]. Consigue una propuesta coloquial, un primer
urbanismo poético. Esto será el argumento para que en las siguientes generaciones se bifurque
la poesía por esos lares conversacionales, anticonvencionales y “antiestéticos”, rompiendo el
canon absurdo de lo convencionalmente bello.

Fernando Cazón Vera juega con el humor y con la estructura formal con absoluta soltura.
Poeta de voluminosa obra. Deja antecedentes al haber logrado, con su poesía, desmitificar la
historia sentenciada por la tradición. Poeta temprano y estupendo siempre. Ha logrado, en su
tiempo, reafirmar a la forma clásica y regresar con el mismo peso al verso libre. Ha trabajado
patrones como la parábola, la sentencia y el versículo con una solvencia arrolladora y un
elasticidad a la hora de concebir la imagen y regresar al lenguaje con una cadenciosa suma de
ritmos armónicos y conceptos implícitos en el meta lenguaje que la lírica verdadera exige.

Rubén Astudillo y Astudillo fue el poeta desacralizador del tema místico. Su obra
voluminosa y pareja permite entender una escritura preocupada por la forma desde una
perspectiva que relaciona el capricho del pie quebrado (pero caprichosamente quebrado en
relación con su ritmo interno) en los versos, con la intencionalidad de darle al ritmo del poema
un tono distinto al convencional. La línea como un verso con sentido ya no existe en Astudillo.

El tema de Dios es figura fundamental en su obra. En el erotismo consigue uno de los libros más
extraordinarios del país: Las elegías de la carne (1971). Su trabajo oficial como embajador lo
llevó a China donde trabajó una parte de sus últimos poemas. En Medio Oriente cambió su
sensibilidad antes ligada a analizar y comprender el espíritu de la gente desde la filosofía del
lenguaje y desde la imprecación a lo mítico y religioso, hasta llegar a lo contemplativo.
Hermosos poemas donde se hacen referencia a la perfección del movimiento y de la naturaleza.
Astudillo es un poeta diferente a todos los de su generación. Una voz rara, distinta, inusual.
Con Antonio Preciado Bedoya, el ritmo y el elemento de la historicidad, así como las
referencias a la negritud forman el equilibrado discurso en su poesía repleta de símbolos de
enorme connotación social. El ritmo es fundamental en su trabajo versal. La poesía de Preciado
se sostiene en dos vertientes: la defensa sin tregua a su raza negra y el dolor frente a la injusticia.
Pero siempre alejado de cualquier postura convencional, de cualquier aditamento sin verdadero
lenguaje poética o cualquier reflexión fácil. Es el poeta de la imaginería y de la profundidad. Un
poeta completo: analítico y sutil, digna figura de la negritud continental.

Y las mujeres: Ileana Espinel Cedeño, probablemente la matriarca de la poesía ecuatoriana.


Nace luego de la gran herencia que nos dejó Dolores Veintimilla[32], Mary Coryle[33] y Aurora
Estrada. Ileana es una poeta que se sumergió en el cultismo de la vanguardia de la época. Lo
más sorprendente de su lírica (parca y firme, pareja y sostenida) es la especie de leitmotiv que
trabaja con base en la poética de la enfermedad. Toma como referencia a una voz enferma que
lucha consigo misma y con la filosofía: Dios, la sociedad, los afectos, los desafectos, llegando a
hacer poemas de exquisita versatilidad y hasta de un gran sentido del humor y finísimo
sarcasmo repleto de una línea filosófica.

Ana María Iza es poeta de ruptura. Me encanta su conexión con la cotidianidad, su adhesión a
la vida real, su mínimo mundo fabulado y su filosofía del dolor aplicada a sus afectos, repleta de
connotaciones irónicas, de salvas de infinita ternura y de anti solemnidad. Gran poeta que nos
deja una obra en donde triunfa un ritmo peculiar y único, una interiorización que conduce a la
intuición, que descubre la poesía en su música interior. Y la suaviza con el humor.

El siguiente grupo generacional nace en la generación del setenta: Julio Pazos (Baños, 1944),
Humberto Vinueza (Guayaquil, 1944), Bruno Sáenz (Quito, 1944), Fernando Artieda (Guayaquil,
1945), Hugo Jaramillo (Quito, 1945), Fernando Nieto Cadena (Guayaquil, 1947), Sonia Manzano
(Guayaquil, 1947), Alexis Naranjo (Quito, 1947), Iván Oñate (Ambato, 1948), Iván Carvajal (San
Gabriel, 1948), Javier Ponce (Quito, 1948) y Sara Vanegas (Cuenca, 1950).

De esta pléyade nacen los poetas experimentales desde el rigor de la lengua, desde la adaptación
de un discurso vinculado con la contemplación y la poesía. Dejan a un lado el discurso “urgente”
y se dedican a explorar por las lindes simultáneas de un discurso más conceptual frente a un
compromiso vital del poeta con la palabra y con la lengua. Vemos que la acepción del poeta
Valery frente a que la poesía no se hace con buenas intenciones, sino con palabras, supieron
asumirlo muy bien estos poetas.
Julio Pazos Barrera es poeta de sagas. Sus libros se acogen casi siempre a macro temas. En
muchos casos puede parecer que sus textos están amparados por otros que parecen andamios
del discurso principal. Sus libros, casi todos cuidados íntegramente con el cincel del rigor, han
sido aceptados por la crítica de buena manera. Sus poemarios a manera de
series: Levantamiento del país con textos libres-1982-, (Premio “Casa de las
Américas”), Oficios (1984), Mujeres (1988), se sostienen como libro completo, es decir es el
poema-libro, el conjunto está armado de esa manera. La reflexión filosófica desde situaciones
pequeñas, individuales, se magnifican cuando se presenta en el poema de Pazos, reafirmando
una categoría universal, una sentencia dada desde la anécdota, la sugerencia y la epifanía.

Iván Carvajal Aguirre es el poeta filósofo que ha venido trabajando una poesía conceptual
hasta volverla entidad críptica. Poeta sostenido, riguroso hasta la mínima expresión, justifica su
verso y sabe que él está solo para esa “inmensa minoría” de la que hablaba Juan Ramón
Jiménez. Ha trabajado bajo este concepto estupendas piezas de erotismo (Los amantes de
Sumpa -1984- y En los labios la celada -1996- ) así como poemas de exquisito valor intelectual y
fonético. Oscuro y parco, su poesía ha servido para muchos poetas de las nuevas hornadas como
punto de referencia para su escritura.

Iván Oñate es un poeta que se trabaja a fondo. Su poesía está conformada por cantos de
verdadero impacto conceptual, pero que no llegan a caer en la oscuridad de los significados.
Apasionado compulsivo, obsesivo y de gran acervo semántico, Oñate es gran figura de nuestras
letras, por ese giro hacia un concepto menos álgido. Su poesía se abre como un canto total a los
conceptos más universales (Dios, el miedo, la muerte, el dolor), convirtiéndose en verdaderos
cimientos de un discurso que se va construyendo en base a la filosofía. La nada sagrada (1998)
es un libro capital en su obra en donde se reflejan los hitos e íconos de la generación del poeta en
donde fue joven y se hizo descubridor de su propia existencia.

Los organizadores gráficos son herramientas educativas mayormente


utilizadas para plasmar el conocimiento sobre un determinado tema.
Puede definirse como la organización visual de cierta información y así
conferir más importancia a conceptos o ideas en específico.

Esquema del flujo de oxígeno, un organizador gráfico.

Generalmente, este tipo de técnicas y herramientas son utilizadas a nivel


educativo como una manera de ahondar en algún tema y gracias a la
retención de información, para luego escribirla u organizarla de cierta
forma. Todo este proceso, da como resultado que el conocimiento quede
aún más afianzado.

Se recomienda utilizar los organizadores gráficos –sobre todo– para


exposiciones, ponencias o trabajos que requieran de cierta representación
visual. Además de ayudar y orientar a la persona que está hablando sobre
el tema, facilita a los oyentes la comprensión del contenido.

Existen múltiples representaciones de organizadores gráficos que


dependiendo de su intención, puede tomar una forma distinta y se eligen,
dependiendo también, de la información que se quiera representar.

Mayormente son utilizados organizadores gráficos que contrasten o


comparen información entre un concepto y otro. Sin embargo, también
son populares los organizadores gráficos que permiten e impulsan la
utilización de palabras claves, el resumen e identificar los conceptos o
ideas más importantes del tema que se esté estudiando.

Cabe destacar que la persona realizadora del organizador gráfico debe


tener un conocimiento más o menos amplio del tema a representar. No se
puede procesar u organizar un conocimiento que no se tiene.

Los organizadores gráficos más comunes son los mapas conceptuales,


cuadros comparativos, esquemas, cuadros sinópticos, mapa de ideas,
líneas de tiempo, diagramas de Venn, organigramas y telarañas, entre
otros.

Existen algunos otros organizadores gráficos, pero los mencionados


anteriormente son los más utilizados y los que en este artículo, nos
enfocaremos en explicar.

Principales tipos de organizadores gráficos

1- Mapas conceptuales

Los mapas conceptuales son un tipo de organizador gráfico que permite


establecer una relación entre los distintos conceptos principales que posea
un tema.

Comienza desde la información más amplia y poco a poco, las ideas se


van haciendo más específicas. Este organizador gráfico permite conocer y
entender las relaciones de conceptos entre un mismo tema.

En los mapas conceptuales se deben utilizar los conectores y


preposiciones, pues al momento de leerlos, es lo que dará la coherencia
al tema y permitirá al lector entender perfectamente de lo que se escribe.
Es importante entender que se lee de arriba hacia abajo, o en el sentido
de las agujas del reloj.
2- Cuadros comparativos

Este es uno de los organizadores gráficos más utilizados y su principal


función es permitir la identificación de las diferencias y semejanzas entre
dos temas distintos.

Lo más común es la realización de una especie de tabla en donde se


seleccionen las características y tópicos por los cuales se va a evaluar el
concepto, luego se describen y se amplían un poco más. El nivel
descriptivo que se utilice para cada concepto debe ser similar.

3- Esquemas

El esquema, sirve fácilmente para realizar un resumen visual sobre algún


tema. Se escribe y señala el orden lógico de los conceptos e igualmente,
se entiende más fácilmente la relación entre cada uno de ellos.

Se identifican las ideas principales y secundarias. Este tipo de organizador


gráfico, se lee comenzando desde el lado izquierdo.

4- Cuadros sinópticos

Los cuadros sinópticos se realizan con la única intención de ordenar la


información sobre algún contenido de una manera jerárquica.
Generalmente, este resultado se obtiene mediante la utilización de tablas
o llaves.

Gracias a esto, el lector u observador puede tener una idea clara sobre la
manera en que el tema está organizado, además de conocer a simple
vista, cuáles son los elementos principales que forman y componen esa
argumentación.

Permite el reconocimiento de las relación existente entre varias


concepciones.

5- Mapa de ideas
Esta herramienta es una de los más comunes y útiles para aquellas
personas que retienen mejor la información mediante la visualización y
representación gráfica de los conceptos.

A diferencia de otros organizadores gráficos, aquí la información plasmada


no tiene ningún tipo de orden jerárquico y simplemente se establecen las
ideas principales.

Es común la utilización de recursos como fotografías, colores, símbolos


para asociar el concepto con alguna imagen y memorizar de una mejor
manera.

Los mapas de ideas son conocidos también como mapas mentales y


pueden ser utilizados para la creación de planes, análisis de problemas o
exposición de cierta información.

6- Líneas del tiempo

Este organizador gráfico simplemente permite la visualización y


ordenación de distintos eventos, aportando una mayor claridad y
entendimiento del tiempo transcurrido entre ellos.

Al momento de realizar una línea del tiempo, se debe tener en claro cuáles
son los eventos que se quieren datar y las fechas en que ocurrieron. Esta
representación se realiza de forma cronológica. Las líneas del tiempo son
útiles, sobre todo, en temas históricos.

7- Diagramas de Venn

A pesar de que es una herramienta utilizada en temas matemáticos, puede


hacerse fuera de esta rama.

En los diagramas de Venn se utilizan varios círculos (pueden ser


cuadrados, rectángulos o cualquier forma geométrica) y cada uno de ellos
representa alguna categoría que entre ellos pueden (o no) compartir
características en comunes.
Este organizador gráfico, sirve para la identificación de las semejanzas y
diferencias entre varias ideas.

8- Organigramas

El principal uso de los organigramas de hace en las empresas o compañías


para denotar una relación jerárquica entre varias personas. De esta
manera, se tiene un mejor control y visualización de cada departamento,
función y personal que labora en la institución.

En otro sentido, los organigramas también pueden utilizarse para ayudar


a planificar cualquier actividad y a identificar los procesos o actividades
que realizará cada participante del proyecto.

9- Telarañas

Las telarañas son un tipo de organizador gráfico menos conocido, sin


embargo, este sirve para expresar la relación existente entre determinada
información o texto y sus categorías consiguientes.

Las personas que utilizas las telarañas, suelen interpretar de una mejor
forma cuál es la información más relevante o importante de todo el tema,
aprendiendo a identificar y a hacer distinciones entre cada idea.

Planificación

La planificación constituye la segunda etapa del proceso de escritura y su objetivo fundamental radica en
lograr que los escritores se formen una representación mental del texto que van a escribir (un texto ideal
que intentarán materializar a lo largo del proceso de escritura). Esta etapa está íntimamente relacionada
con la precedente de acceso al conocimiento en la que se reflexionan y analizan los aspectos retóricos del
texto –relacionados con el cómo escribir–; y los aspectos de contenido –relativos al qué escribir– que
intervienen y determinan el texto que se va a componer.

En esta etapa se precisa, por un lado, conocer cuál es la finalidad del texto (para qué escribir); y, por otro,
qué pasos deben llevarse a cabo para conseguirlo. Además, se determinan las características del
destinatario (a quién escribir); el tipo y subtipo de texto escogido a cuyas normas se deben adecuar la
composición y las ideas que se van a transmitir mediante el texto, entre otros aspectos.

El resultado de esta etapa se denomina plan de escritura y consiste en un esquema o mapa


conceptual en el que se organizan las ideas conforme serán expuestas en el texto; contiene diversas
sugerencias e indicaciones que orientan al escritor en su redacción. Muchos estudios acerca del proceso
de composición indican que los escritores que elaboran planes de escritura antes de redactar tienden a
producir textos de mayor calidad; sin embargo, habitualmente, la planificación no suele ser parte del proceso
de composición, porque con frecuencia es sustituida por la escritura del primer borrador.

En vista de lo anterior, resulta fundamental ofrecer a los escritores herramientas concretas, para que les
ayuden a resolver la etapa de planificación del texto, de modo que sean capaces de interiorizar las
estrategias requeridas para la elaboración del plan de escritura, y, luego, puedan automatizarlas y
conseguir, progresivamente, una mayor autonomía en esta competencia.

¿Qué es un conversatorio?
El objeto del Conversatorio en comunicación es institucionalizar un espacio para el
intercambio de ideas, en el marco de la relación entre diferentes partes.
Se trata de dinamizar ideas relacionadas a la comunicación, enfocadas en las prácticas de los
participantes, retroalimentando las visiones e inspirando gradualmente un cambio cualitativo
de las intervenciones, de cada uno de los participantes.
Este espacio se construye a través del diálogo y en sí mismo, del ejercicio de conversar,
entendido como el libre intercambio de ideas, visiones, argumentos y opiniones compartidas,
contradictorias, conflictivas, provocadoras, novedosas para discutir y deliberar poniendo en
común inquietudes que pueden ser afirmadas o relativizadas en un ambiente constructivo por
los participantes.
Lo importante no son los consensos, sino la presentación y exposición de las ideas y
planteamientos. No obstante si se persiguen algunos objetivos y se quiere ser efectivos en la
comunicación es necesario acordar una serie de reglas y compromisos éticos en torno al
tiempo, temas e ideas de los participantes.
El conversatorio, es un espacio relativamente limitado, pues la idea es que
metodológicamente y logísticamente, se generen las condiciones para que los participantes
tengan la oportunidad de interactuar con el/los invitado/s y entre sí.

Para cada CONVERSATORIO se cuenta con la participación de invitados especiales, en torno


del cual girará el tema del Conversatorio. Se prepara una serie de temas, bajo un eje central.
La propuesta de la temática general puede surgir del/los invitados o de los participantes
activos. Para esta elección se supone el aprovechamiento de las potencialidades académicas,
de ambas partes. Esto resulta fundamental para generar dinámica y riqueza al conversatorio,
nutriendo de esta manera las discusiones.

La dinámica es la siguiente: primero se preparan ciertos documentos, por parte del


invitado/s, y de los participantes, antes de realizarse el conversatorio.
Luego, se exponen las ideas trabajadas, se discute y en lo posible se prepara algún
documento donde quede expresado los disensos, consensos, preguntas, proyecciones, etc. del
intercambio. Esta etapa incluida en el conversatorio.
Para no dejar ninguna idea o reflexión de lado se puede grabar el encuentro, para luego
poder completar el documento escrito.
El producto final puede ser un documento consensuado entre todos los participantes, y/o
realizar una producción individual sobre alguna idea específica, o disparador de la temática.
Es necesario que haya un moderador del conversatorio que logre determinar los tiempos, las
pausas, el respeto por la palabra del otro.
Variedades Lingüísticas del Ecuador - Tipos y ejemplos
La variedad o modalidad lingüística constituye una forma específica de la
lengua natural. De igual manera está caracterizada por un conjunto de
rasgos lingüísticos que llegan a ser utilizados por determinada comunidad
de hablantes, que a la vez se encuentran relacionados entre sí a partir de la
construcción de vínculos sociales, culturales o geográficos.

Las variedades lingüísticas se erigen como diferentes formas que llega a


adquirir una misma lengua, acorde a lugar donde vive cada persona, a la
edad e incluso al grupo social donde también llega a influir en nivel
educacional.

Tipos de variedades lingüísticas y su manifestación en cada


región del Ecuador:

Las variaciones en el ámbito de la lingüística pueden ser diferenciadas


además de por el vocabulario, por diferencias presentes en la gramática,
fonología y prosodia. Por otra parte, existen varios factores que influyen en
la posible variación, estos son la geografía, los factores sociolingüísticos y la
evolución lingüística. A modo general las variables en la lingüística se
clasifican de la siguiente forma.

 Variedad diacrónica

En este caso algunas palabras llegan a cambiar a medida que pasa el


tiempo, algunas pueden aparecer y otras pueden desaparecer. Esto permite
distinguir el español antiguo del español moderno. A modo de ejemplo
puede señalarse que en el Ecuador antiguamente se solía decir “carajito” a
un muchacho o niño, en la actualidad se le llama “pelado”; otro ejemplo
sería “maco” utilizado para las personas de aprendizaje lento o que se
demoraban en entender algo; “titino” se les decía a las personas elegantes;
“fregar la pita” era empleado a las personas molestosas o que fastidiaban
mucho.
 Variedades diatópicas.

Este tipo de variedad se relaciona con la procedencia geográfica de cada


persona, dígase urbana o rural. Esto llevado al Ecuador se pone de
manifiesto por ejemplo en regiones como la ciudad de Guayaquil las
personas hablan rápido, se ha llegado a decir que se habla una especie de
“costeño extremo”, donde se pronuncian palabras como “pecsi” y no “pepsi”,
o “internec” y no “internet”, incluso “veinte dólar” y no “veinte dólares”.
 Variedades diastráticas.
En este supuesto el factor cultural, el status social, y el ambiente donde se
desenvuelve cada persona son elementos determinantes en el leguaje. Por
ejemplo, si se hace referencia a las personas con un nivel educacional alto,
así como un nivel social elevado abunda la pronunciación de palabras
correctas, mientras que las personas con un nivel educativo bajo o medio
utiliza más bien un lenguaje popular o palabras de dominio popular, tal es el
caso de: encamar, peladito, eres foco, chiro, chévere, por sólo mencionar
algunas.
 Variedades diafásicas.

En este tipo de variantes lingüísticas guardan relación con cambios en el


lenguaje a partir de la situación en que puede encontrarse la persona o
hablante. Esto significa que el uso del lenguaje se encuentra sujeta a una
situación en concreto, es decir que en diferentes contextos la persona
puede emplear variaciones en su lenguaje, sea este coloquial o formal. Por
ejemplo, en una entrevista de trabajo sería utilizada una variada lingüística
formal, mientras que en una reunión de amigos se emplearía una variedad
lingüística coloquial.

Diversidad lingüística presente en el Ecuador:


En el Ecuador existen 13 nacionalidades y 14 pueblos indígenas, lo cuales
tienen diferentes costumbres, creencias tradiciones y otras características
que llegan a reflejar la riqueza cultural existente en cada región que integra
el territorio nacional. En lo que se refiere al lenguaje este elemento se ha
transformado en un factor importante que define la vida de cada persona,
puesto que constituye una de las máximas expresiones de la identidad y
variedad cultural presentes en el Ecuador, como patrimonio intangible o
inmaterial. Estas son algunas de las lenguas que se hablan en el Ecuador:
 Lengua Awapit.

Este idioma es hablado por la población Awa. Dicha comunidad está situada
en la frontera entre la zona del Carchi, Esmeraldas y la parte noroccidental
de Imbabura. Este pueblo ancestral se dedica a la agricultura la caza y la
pesca.
 Lengua Cha’palaa.

Esta lengua es propia del pueblo Chachi, denominados también Cayapas.


La comunidad está integrada por aproximadamente 8040 personas que
habitan en la provincia de Esmeraldas.
 Lengua Kayapi.

Esta lengua llega a ser conocida también como idioma záparo, y pertenece
a la comunidad ancestral Zapara. Dicho pueblo habita en la zona noroeste
de Pastaza.
 Lengua Wao terero.

La Lengua Wao terero es hablada por el pueblo Huaorani. Esta comunidad


está integrada por unas 2700 personas aproximadamente. Este pueblo
indígena habita tanto en la Amazonía ecuatoriana como peruana.
 Lengua Kichwa o runa shimi.

La gran mayoría de los pueblos Kichwa hablantes están situados en las


provincias que integran el callejón interandino y parte de la región oriental
ecuatoriana.
 Lengua Tsafiki.

La lengua tsafiki pertenece a la familia barbacoana y es hablada por el


pueblo Tsáchila. Esta comunidad indígena es denominada por los mestizos
como “indios colorados”, y habitan en la zona noroeste de Ecuador,
específicamente en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.

 Lengua Siapadee.

Esta lengua es dominada y practicada por la nacionalidad Épera, la cual se


localiza en la zona norte de la provincia de Esmeraldas, específicamente en
el cantón Eloy Alfaro. Este pueblo es pequeño y está integrado por 6
comunidades con un total de 394 personas.
 Lengua Pai coca.

La lengua pai coca o también denominada lengua secoya, es hablada por


las comunidades ancestrales secoya y siona, quienes habitan en la región
amazónica, y posee unos 300 integrantes, por lo que ha sido considerada
una lengua amenazada con su desaparición.
 Lengua A’ingae.

Este idioma es hablado por el pueblo Cofán. Dicha comunidad se encuentra


ubicada en la provincia de Sucumbíos y su población es de 2100 personas.
 Lenguas achuar, shiwiar, wampis y awajun.

Estas lenguas forman parte del grupo lingüístico denominado “chicham”. En


el caso de la nacionalidad Shuar esta se encuentra ubicada en la localidad
de Morona Santiago, Zamora Chinchipe y en la parte sur de Pastaza.

Narradores ecuatorianos (siglo xx)


Características

 Nace en Caracas,1884
 Novelista y politico venezolano
 Muere en 1969

José de la Cuadra

 Nace en 1908
 Escritor,historiador y diputado
 Muere en 1938

CARGO OCUPADO: Embajador

Narradores ecuatorianos (siglo xx)


OBRAS: La casa de los locos

 Nace en Guayaquil,1912
 Político y escritor
 Muere en Guayaquil,1973

 Nace en Guayaquil,1909
 Escritor,pintor y diplomático
 Muere en México,1981

 Incorporar en la narrativa al hombre diario y su tierra.


 Se buscó definir, el sentido nacional de la cultura.
 El tema central de la narrativa de los treinta es el Ecuador.

Generación del 30
Corresponde a la penetración de la corriente socialista en nuestro país, corriente que no llega
al poder sino sobre todo al grupo de intelectuales, desde el que influyen notablemente en los
sectores populares y la sociedad en general.
Rómulo Gallegos
OBRAS: La tigra, El montuvio ecuatoriano

Enrique Gilberto
OBRAS: Jorge Icaza , El chulla romero y flores
OBRAS: Tierra bajo de los pies , Pobre negro

Jorge Icaza
Demetrio Aguilera Malta

 Nace en Quito,1906
 Diplomático,escritor y actor
 Muere en Ibarra,1978

Autores

Alfredo Pareja D.
GENERO: Cuento y novela

 Nace en Guayaquil, 1903


 Escritor ecuatoriano
 Muere en Guayaquil,1941

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