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La poesía del siglo XX en el Ecuador es, a juicio personal, la verdadera poesía ecuatoriana. La
que surgió, efectivamente, desde una visión auténtica y con un sentido original. Libre de las
ataduras, de los dogmas y de las cosmovisiones de los países que alienaron e influyeron el
panorama de nuestra lírica hasta el inicio del siglo XX, aplacándola y consumiéndola en
derroteros impuestos. Dejándonos sumergidos en las visiones siempre comprometidas por otras
visiones imperiales y supuesta (y políticamente) “correctas”.
Los vanguardistas llegaron para someter a la poesía a las nuevas formas, a los nuevos
derroteros. Sepultaron mediáticamente los recursos estéticos de los simbolistas y sus idolatrías
gastadas por el dolor. Llegaron a engrandecer el poema hasta volverlo nuevo ícono del lenguaje
y de la nueva estructura temática: por un lado la formación y renovación de moldes métricos;
por otro, la creación de un discurso colectivo que verifique y presente el espíritu social que se
presentaba en esos días en el convulso mundo, que siempre ha sido. La poesía buscaba una
expresión de muchos, no un sufrimiento individual. La palabra poética se abría espacio con el
escándalo de la ruptura de tabúes sociales y lingüísticos, creando nuevos giros de expresión y
flamantes significaciones. Los nuevos poemas se unieron a la tecnología, a lo nuevo que el
mundo traía con la máquina, con la electricidad, con la modernidad, con los nuevos
descubrimientos que harían del siglo XX un siglo de las nuevas “luces”, de los nuevos
derroteros, del nuevo pensamiento.
Es Dávila quien funda la poesía moderna en el país. Carrera inicia el viaje por una vanguardia de
ojos abiertos. Como dice Jorge Enrique Adoum: Carrera es el único poeta que no podría
escribir siendo ciego[19], porque nos presenta la belleza del entorno (el país esencial desde su
exotismo naturalista, desde su geografía). Recordemos el modernismo temprano de Martí y
fijémonos en la presentación de él y su patria: Yo soy un hombre sincero/ de donde crece la
palma...[20] Esto nos hace entender que Carrera hubo todavía una temática ortodoxa para la
época, frente a la figura siempre adelantada de Dávila, que escribió descriptivamente la realidad
real y la realidad que se adeuda. Carrera hizo lo que tenía que hacer, escribir sobre lo que no se
había escrito a fondo, aunque suene irónico: su país, mirándolo desde todos los ángulos
posibles, hasta sacar de él su “País secreto”[21] (en otros países, esta labor ya la habían hecho en
el modernismo).
Dávila es figura clave para entender que, con su poética, exportamos nuevos temas al mundo. De
allí que, como dice el refrán no popular: si César Dávila hubiese llegado a París, habría llegado
lejos. Estoy seguro que en este siglo se lo descubrirá como el gran poeta y entonces el mundo
sabrá de este ecuatoriano universal.
Al mando de Dávila se funda el grupo “Madrugada” que tiene a algunos nombres de varias
ciudades del territorio nacional. Nombres claves de los últimos patriarcas de nuestra poesía:
Enrique Noboa Arízaga (Cuenca, 1922-2002), Hugo Salazar Tamariz (Cuenca, 1923-1999),
Edgar Ramírez Estrada (Guayaquil, 1923-2001), Rafael Díaz Icaza (Guayaquil, 1925), Eugenio
Moreno Heredia (Cuenca, 1925-1997) y Jacinto Cordero Espinosa (Cuenca, 1926), todos poetas
notables. A este grupo también pertenecieron Jorge Enrique Adoum y Efraín Jara Idrovo. De
este grupo, junto con Dávila (el mayor en edad de la “promoción”), todos despuntaron hacia el
nuevo discurso, ligados, como tenía que ser, por el lazo de la poesía social y vanguardista (con
Neruda a la cabeza).
Jorgenrique Adoum (1926-2009) es, sin ninguna duda, el poeta más influyente de la segunda
mitad del siglo XX: un gran trabajo con el lenguaje y con las formas más ligadas a un
estructuralismo personal lo llevaron a ser considerado nuestro poeta más internacional, nuestro
más completo escritor (escribió todos los géneros con la misma solvencia y calidad). Adoum es
el responsable de la poesía más certeramente vanguardista de su generación en cuanto al trabajo
morfológico y semántico. Aunque para la crítica miope su “culpa” a flor de piel es haber sido
secretario de Pablo Neruda y, por lo tanto, y con razón justa, haberse sumergido en su
“universo” hasta tratar de hallar en él la sombra de un Canto general[22] con sus Cuadernos de
la tierra[23]. Con el libro Dios trajo la sombra[24], tercer cuaderno de la saga, consiguió el
reconocimiento internacional cuando ganó el Primer Premio “Casa de las Américas” en Cuba
(1960). Hermosos textos históricos, irónicos (una de sus claves más imperiosas) y repletos de
esa “cultísima” aplicación semántica de la utilización infalible de la regla lingüística que el
mismo texto-poeta se encargará de romper, hasta llegar limpio, sin esa “estructuración” al
estupendo El Amor desenterrado[25] (1993), el texto que quedará por siempre, como un clásico
de la poesía, por haber llegado hondo a las más desconocidas fauces del amor y la muerte. Un
texto poético imprescindible.
Si Adoum hizo un gran trabajo con el lenguaje su compañero generacional Efraín Jara
Idrovo (1926) hizo un gran trabajo con la forma. Jara es el poeta de la forma y del rigor. Sus
poemas, muchos de ellos “renegados” y “relegados” por él mismo, se agrupan en un solo
tomo[26] en donde recoge lo mejor de su obra. Lo demás pretende lanzarlo al olvido. Queda
intacto, para siempre, su Sollozo por Pedro Jara (1978), hermoso y torrencial texto que gira
alrededor de una elegía pausada, tristísima y firme por su gran fuerza “repensada” al no caer, de
ninguna manera, en las garras del “desgarramiento sentimental”, sino que, más bien, brilla por
su estructura formal y por su elasticidad a la hora de asumirlo como una lectura múltiple
(poema dividido en cinco partes). El poema puede leerse de innumerables formas de arriba a
abajo o viceversa, de una serie a otra, combinando con el número de versos –ya que todo el
poema está numerado-. Poema móvil, único en su especie. Hace falta que América y el mundo se
entere de este texto que evidencia que el Ecuador, con este poema, podría ser reinscrito en las
poéticas personales más importantes de nuestra lengua.
Otra pléyade hermana aparecerá en el tiempo. Un nuevo grupo generacional se abrirá en corola
para transparentar el poema de la patria. Francisco Tobar García (Quito, 1928-1997), Filoteo
Samaniego (Quito, 1928), Manuel Zabala Ruiz (Riobamba, 1928), Francisco Granizo
Ribadeneira (Quito, 1928-2009) y Alfonso Barrera Valverde (Ambato, 1929).
De los cinco citados tal vez sea Tobar García el que mayormente despuntó en la nueva
vanguardia, mientras que Zabala Ruiz sea el que le dé un toque de humor y desfachatez a la
poesía formal del soneto endecasílabo y Granizo Ribadeneira sea el poeta total que junta las dos
barreras del poema: fondo y forma, hasta volverlo fuerte en sus dos flancos.
La poesía de Francisco Tobar García es lo que llamaríamos “expresiva” total, sin darle más
vueltas al término. Textos que no se quedan estáticos en la expresión, sino que se inscriben en
versos largos formando un cúmulo frenético, un discurso enaltecedor. Poeta enorme, Tobar, un
poco traspapelado por el hecho de haber sido uno de los más grandes dramaturgos del país, por
lo que siempre la literatura pedagógica lo clasifica en el teatro, dejando a un lado su enorme
poesía. Su obra poética no está enmarcada en la “poesía del silencio”, es más bien un verso que
bulle, que suena, que verbaliza. Sus poemarios Ebrio de eternidad[27] y La luz labrada[28] se
han vuelto lectura de culto para muchos poetas actuales.
Manuel Zabala Ruiz, a mi juicio, es en cambio el poeta que transgrede el patrón anacrónico
de la imagen y el verso clásico hasta volverlo original. Aunque pueda sonar, en primeras
lecturas, a modernista del preciosismo rubendariano, Zabala utiliza algo singular en nuestra
poesía: el humor, algo que se desliga de la moda actual (y eterna) de que el poeta tiene que caer
en el dolor. Además estoy convencido de que el humor es una forma de dolencia. Y en Zabala
Ruiz se nota claramente. Su gran poesía (que cabe en un libro de 200 páginas)[29] es realmente
de antología toda ella. Son poemas trabajados como joyas, entidades únicas e indiscutibles para
entender la herencia renovada del siglo de oro.
Francisco Granizo Ribadeneira trabaja en el mismo patrón que Zabala. Sus sonetos son
equilibrados con una rima que no endulza sino que se enfrenta a la palabra desde la poesía
conceptual, ligada a un barroquismo riquísimo que se ensimisma en la rima perfecta de una
octava real, de una décima y, sobretodo, del soneto. Esta generación fue la que aportó
mayormente a la forma clásica en el siglo XX. Granizo llega hasta la médula del poema cuando
trabaja el texto Muerte y caza de la madre (1978): desacralizador, duro, de voz poética doliente
y de infinita parsimonia. Su poesía alcanzó la prosa y consiguió con ello la única novela
ecuatoriana a la cual considero poesía de verdad: La piscina[30], texto enorme en donde la
filosofía poética se vuelve, en desmedido canto, una prosa que no resuelve, ni cuenta, sino que
expresa. Dualidad compleja entre el poema y la prosa.
Corresponde ahora pasar revista por la generación del sesenta. Generación pletórica. Repleta de
grandes nombres. Figuras estelares de nuestra poesía. Concepción nueva, ruptura de los
cánones formales. Desestructurización de las temáticas. Poetas que ven pasar las revoluciones,
los acontecimientos irrestrictos de una modernidad tecnologizante. Allí están y siguen estando,
ahítos de poesía en la contienda: Carlos Eduardo Jaramillo (Loja, 1932), Eduardo Villacís
Meythaler (Quito, 1932), Ileana Espinel (Guayaquil, 1933-2002), Rodrigo Pesantez Rodas
(Cañar, 1937), David Ledesma Vásquez (Guayaquil, 1934-1961), Euler Granda (Riobamba,
1935), Fernando Cazón Vera (Quito, 1935), Rubén Astudillo y Astudillo (Cuenca, 1938-2003),
Carlos Manuel Arízaga (Cañar, 1938), Ulises Estrella (Quito, 1939), Ana María Iza (Quito, 1941),
Antonio Preciado (Esmeraldas, 1941), Nelly Córdova Aguirre (San Gabriel, 1942), Simón Zavala
Guzmán (Guayaquil, 1943), Rafael Larrea (Quito, 1943), Violeta Luna (Guayaquil, 1943),
Victoria Tobar (Ambato, 1943) y Raúl Arias (Quito, 1944).
Fernando Cazón Vera juega con el humor y con la estructura formal con absoluta soltura.
Poeta de voluminosa obra. Deja antecedentes al haber logrado, con su poesía, desmitificar la
historia sentenciada por la tradición. Poeta temprano y estupendo siempre. Ha logrado, en su
tiempo, reafirmar a la forma clásica y regresar con el mismo peso al verso libre. Ha trabajado
patrones como la parábola, la sentencia y el versículo con una solvencia arrolladora y un
elasticidad a la hora de concebir la imagen y regresar al lenguaje con una cadenciosa suma de
ritmos armónicos y conceptos implícitos en el meta lenguaje que la lírica verdadera exige.
Rubén Astudillo y Astudillo fue el poeta desacralizador del tema místico. Su obra
voluminosa y pareja permite entender una escritura preocupada por la forma desde una
perspectiva que relaciona el capricho del pie quebrado (pero caprichosamente quebrado en
relación con su ritmo interno) en los versos, con la intencionalidad de darle al ritmo del poema
un tono distinto al convencional. La línea como un verso con sentido ya no existe en Astudillo.
El tema de Dios es figura fundamental en su obra. En el erotismo consigue uno de los libros más
extraordinarios del país: Las elegías de la carne (1971). Su trabajo oficial como embajador lo
llevó a China donde trabajó una parte de sus últimos poemas. En Medio Oriente cambió su
sensibilidad antes ligada a analizar y comprender el espíritu de la gente desde la filosofía del
lenguaje y desde la imprecación a lo mítico y religioso, hasta llegar a lo contemplativo.
Hermosos poemas donde se hacen referencia a la perfección del movimiento y de la naturaleza.
Astudillo es un poeta diferente a todos los de su generación. Una voz rara, distinta, inusual.
Con Antonio Preciado Bedoya, el ritmo y el elemento de la historicidad, así como las
referencias a la negritud forman el equilibrado discurso en su poesía repleta de símbolos de
enorme connotación social. El ritmo es fundamental en su trabajo versal. La poesía de Preciado
se sostiene en dos vertientes: la defensa sin tregua a su raza negra y el dolor frente a la injusticia.
Pero siempre alejado de cualquier postura convencional, de cualquier aditamento sin verdadero
lenguaje poética o cualquier reflexión fácil. Es el poeta de la imaginería y de la profundidad. Un
poeta completo: analítico y sutil, digna figura de la negritud continental.
Ana María Iza es poeta de ruptura. Me encanta su conexión con la cotidianidad, su adhesión a
la vida real, su mínimo mundo fabulado y su filosofía del dolor aplicada a sus afectos, repleta de
connotaciones irónicas, de salvas de infinita ternura y de anti solemnidad. Gran poeta que nos
deja una obra en donde triunfa un ritmo peculiar y único, una interiorización que conduce a la
intuición, que descubre la poesía en su música interior. Y la suaviza con el humor.
El siguiente grupo generacional nace en la generación del setenta: Julio Pazos (Baños, 1944),
Humberto Vinueza (Guayaquil, 1944), Bruno Sáenz (Quito, 1944), Fernando Artieda (Guayaquil,
1945), Hugo Jaramillo (Quito, 1945), Fernando Nieto Cadena (Guayaquil, 1947), Sonia Manzano
(Guayaquil, 1947), Alexis Naranjo (Quito, 1947), Iván Oñate (Ambato, 1948), Iván Carvajal (San
Gabriel, 1948), Javier Ponce (Quito, 1948) y Sara Vanegas (Cuenca, 1950).
De esta pléyade nacen los poetas experimentales desde el rigor de la lengua, desde la adaptación
de un discurso vinculado con la contemplación y la poesía. Dejan a un lado el discurso “urgente”
y se dedican a explorar por las lindes simultáneas de un discurso más conceptual frente a un
compromiso vital del poeta con la palabra y con la lengua. Vemos que la acepción del poeta
Valery frente a que la poesía no se hace con buenas intenciones, sino con palabras, supieron
asumirlo muy bien estos poetas.
Julio Pazos Barrera es poeta de sagas. Sus libros se acogen casi siempre a macro temas. En
muchos casos puede parecer que sus textos están amparados por otros que parecen andamios
del discurso principal. Sus libros, casi todos cuidados íntegramente con el cincel del rigor, han
sido aceptados por la crítica de buena manera. Sus poemarios a manera de
series: Levantamiento del país con textos libres-1982-, (Premio “Casa de las
Américas”), Oficios (1984), Mujeres (1988), se sostienen como libro completo, es decir es el
poema-libro, el conjunto está armado de esa manera. La reflexión filosófica desde situaciones
pequeñas, individuales, se magnifican cuando se presenta en el poema de Pazos, reafirmando
una categoría universal, una sentencia dada desde la anécdota, la sugerencia y la epifanía.
Iván Carvajal Aguirre es el poeta filósofo que ha venido trabajando una poesía conceptual
hasta volverla entidad críptica. Poeta sostenido, riguroso hasta la mínima expresión, justifica su
verso y sabe que él está solo para esa “inmensa minoría” de la que hablaba Juan Ramón
Jiménez. Ha trabajado bajo este concepto estupendas piezas de erotismo (Los amantes de
Sumpa -1984- y En los labios la celada -1996- ) así como poemas de exquisito valor intelectual y
fonético. Oscuro y parco, su poesía ha servido para muchos poetas de las nuevas hornadas como
punto de referencia para su escritura.
Iván Oñate es un poeta que se trabaja a fondo. Su poesía está conformada por cantos de
verdadero impacto conceptual, pero que no llegan a caer en la oscuridad de los significados.
Apasionado compulsivo, obsesivo y de gran acervo semántico, Oñate es gran figura de nuestras
letras, por ese giro hacia un concepto menos álgido. Su poesía se abre como un canto total a los
conceptos más universales (Dios, el miedo, la muerte, el dolor), convirtiéndose en verdaderos
cimientos de un discurso que se va construyendo en base a la filosofía. La nada sagrada (1998)
es un libro capital en su obra en donde se reflejan los hitos e íconos de la generación del poeta en
donde fue joven y se hizo descubridor de su propia existencia.
1- Mapas conceptuales
3- Esquemas
4- Cuadros sinópticos
Gracias a esto, el lector u observador puede tener una idea clara sobre la
manera en que el tema está organizado, además de conocer a simple
vista, cuáles son los elementos principales que forman y componen esa
argumentación.
5- Mapa de ideas
Esta herramienta es una de los más comunes y útiles para aquellas
personas que retienen mejor la información mediante la visualización y
representación gráfica de los conceptos.
Al momento de realizar una línea del tiempo, se debe tener en claro cuáles
son los eventos que se quieren datar y las fechas en que ocurrieron. Esta
representación se realiza de forma cronológica. Las líneas del tiempo son
útiles, sobre todo, en temas históricos.
7- Diagramas de Venn
8- Organigramas
9- Telarañas
Las personas que utilizas las telarañas, suelen interpretar de una mejor
forma cuál es la información más relevante o importante de todo el tema,
aprendiendo a identificar y a hacer distinciones entre cada idea.
Planificación
La planificación constituye la segunda etapa del proceso de escritura y su objetivo fundamental radica en
lograr que los escritores se formen una representación mental del texto que van a escribir (un texto ideal
que intentarán materializar a lo largo del proceso de escritura). Esta etapa está íntimamente relacionada
con la precedente de acceso al conocimiento en la que se reflexionan y analizan los aspectos retóricos del
texto –relacionados con el cómo escribir–; y los aspectos de contenido –relativos al qué escribir– que
intervienen y determinan el texto que se va a componer.
En esta etapa se precisa, por un lado, conocer cuál es la finalidad del texto (para qué escribir); y, por otro,
qué pasos deben llevarse a cabo para conseguirlo. Además, se determinan las características del
destinatario (a quién escribir); el tipo y subtipo de texto escogido a cuyas normas se deben adecuar la
composición y las ideas que se van a transmitir mediante el texto, entre otros aspectos.
En vista de lo anterior, resulta fundamental ofrecer a los escritores herramientas concretas, para que les
ayuden a resolver la etapa de planificación del texto, de modo que sean capaces de interiorizar las
estrategias requeridas para la elaboración del plan de escritura, y, luego, puedan automatizarlas y
conseguir, progresivamente, una mayor autonomía en esta competencia.
¿Qué es un conversatorio?
El objeto del Conversatorio en comunicación es institucionalizar un espacio para el
intercambio de ideas, en el marco de la relación entre diferentes partes.
Se trata de dinamizar ideas relacionadas a la comunicación, enfocadas en las prácticas de los
participantes, retroalimentando las visiones e inspirando gradualmente un cambio cualitativo
de las intervenciones, de cada uno de los participantes.
Este espacio se construye a través del diálogo y en sí mismo, del ejercicio de conversar,
entendido como el libre intercambio de ideas, visiones, argumentos y opiniones compartidas,
contradictorias, conflictivas, provocadoras, novedosas para discutir y deliberar poniendo en
común inquietudes que pueden ser afirmadas o relativizadas en un ambiente constructivo por
los participantes.
Lo importante no son los consensos, sino la presentación y exposición de las ideas y
planteamientos. No obstante si se persiguen algunos objetivos y se quiere ser efectivos en la
comunicación es necesario acordar una serie de reglas y compromisos éticos en torno al
tiempo, temas e ideas de los participantes.
El conversatorio, es un espacio relativamente limitado, pues la idea es que
metodológicamente y logísticamente, se generen las condiciones para que los participantes
tengan la oportunidad de interactuar con el/los invitado/s y entre sí.
Variedad diacrónica
Este idioma es hablado por la población Awa. Dicha comunidad está situada
en la frontera entre la zona del Carchi, Esmeraldas y la parte noroccidental
de Imbabura. Este pueblo ancestral se dedica a la agricultura la caza y la
pesca.
Lengua Cha’palaa.
Esta lengua llega a ser conocida también como idioma záparo, y pertenece
a la comunidad ancestral Zapara. Dicho pueblo habita en la zona noroeste
de Pastaza.
Lengua Wao terero.
Lengua Siapadee.
Nace en Caracas,1884
Novelista y politico venezolano
Muere en 1969
José de la Cuadra
Nace en 1908
Escritor,historiador y diputado
Muere en 1938
Nace en Guayaquil,1912
Político y escritor
Muere en Guayaquil,1973
Nace en Guayaquil,1909
Escritor,pintor y diplomático
Muere en México,1981
Generación del 30
Corresponde a la penetración de la corriente socialista en nuestro país, corriente que no llega
al poder sino sobre todo al grupo de intelectuales, desde el que influyen notablemente en los
sectores populares y la sociedad en general.
Rómulo Gallegos
OBRAS: La tigra, El montuvio ecuatoriano
Enrique Gilberto
OBRAS: Jorge Icaza , El chulla romero y flores
OBRAS: Tierra bajo de los pies , Pobre negro
Jorge Icaza
Demetrio Aguilera Malta
Nace en Quito,1906
Diplomático,escritor y actor
Muere en Ibarra,1978
Autores
Alfredo Pareja D.
GENERO: Cuento y novela