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ESPILEPSIA

La epilepsia es un desorden neurológico caracterizado por una predisposición crónica a generar convulsiones
epilépticas y consecuencias cognitivas, psicológicas y sociales asociadas. Una convulsión es un cambio
transitorio del comportamiento que puede ser un signo objetivo o un síntoma subjetivo (como pérdida de
conciencia, rigidez, sacudidas, una sensación que se eleva desde el abdomen hasta el pecho, un olor a goma
quemada o un dejá vú), causada por actividad neuronal anormal excesiva o sincronía anormal en el cerebro.
Una convulsión puede tener un origen focal (cuando la actividad neuronal anormal surge en una o más regiones
localizadas del cerebro o de un hemisferio), generalizado (cuando la actividad neuronal anormal inicia en una
distribución extendida sobre ambos hemisferios) o desconocido (si la clínica y los laboratorios no identifican si
el origen fue focal o generalizado). El origen es determinado cuando hay más del 80% de confianza acerca del
modo del mismo, basado en las características clínicas, electroencefalograma y hallazgos en neuroimágenes.
No obstante, la causa de la epilepsia en muchos pacientes es desconocida y las convulsiones pueden ser el
resultado de casi cualquier injuria que perturbe la función cerebral. Estas injurias incluyen causas adquiridas
(después de un ACV o un trauma), enfermedades infecciosas (como la neurocisticercosis), enfermedades
autoinmunes y mutaciones genéticas. A la fecha, más de 500 genes asociados a la epilepsia han sido
encontrados.
La clasificación de la liga internacional contra la epilepsia, que fue revisada en 2017, es la herramienta clave
para el diagnóstico de individuos que presentan convulsiones. El marco de referencia de la clasificación de la
epilepsia comienza con el diagnóstico del tipo de convulsión y descartando otros eventos no epilépticos.
Partiendo de esto, con los hallazgos del EEG y las imágenes, el tipo de epilepsia, e idealmente, un síndrome
epiléptico (un grupo de características clínicas y eléctricas que juntos definen un desorden clínico distintivo) son
diagnosticados. Durante todos los puntos del diagnóstico el clínico debe considerar la etiología de la epilepsia
y buscar las comorbilidades del paciente, así como las dificultades de aprendizaje y los desórdenes
psiquiátricos, incluidos la depresión y el espectro autista.
La primera línea para tratar la epilepsia son los fármacos antiepilépticos (ASDs), de los cuales más de 20 han
sido aprobados por la FDA y la Agencia Europea de Medicina. Sin embargo, a pesar de la disponibilidad de
muchos ASDs, aproximadamente un tercio de los pacientes no logra controlar las convulsiones. La cirugía de
la epilepsia ha mostrado la mayor probabilidad para mantener a los pacientes libres de convulsiones, sin
embargo solo un pequeño número de pacientes son elegibles para cirugía. En efecto, la mayoría d elos
pacientes resistentes a los fármacos antiepilépticos no son candidatos a cirugía y para aquellos en quienes la
cirugía de la epilepsia no ha logrado controlar las convulsiones, los dispositivos de neuroestimulación, las
terapias dietéticas o los ensayos clínicos de los nuevos ASDs son opciones alternativas.
Key terms
Convulsión sintomática aguda. Convulsión que ocurre cerca o al vez de una injuria cerebral o sistémica, como
intoxicación, infección del SNC, enfermedades metabólicas, etc.
Automatismos. Comportamientos inconscientes que pueden ocurrir durante algunas convulsiones epilépticas,
como chasquear los labios y mover las manos, hurgar o frotar.
Convulsión clónica. Convulsión acompañada de movimientos/sacudidas musculares rítmicos.
Ataques de caídas. Conocidas también como convulsiones atónicas.
Convulsión hiperkinética. Es una convulsión acompañada de intensa actividad motora.
Ictogénesis. Los cambios dinámicos son responsables del inicio, la progresión y la terminación de las
convulsiones y de la transición del estado interictal a las convulsiones.
Estado interictal. El periodo entre convulsiones.
Espiga interictal. Breve descarga que puede ser observada en un EEG durante el periodo interictal.
Convulsión mioclónica. Convulsión acompañada de rápidas contracciones musculares involuntarias.
Evento paroxístico. Inicio agudo y de corta duración de los signos y los síntomas.
Gliosis reactiva. Hipertrofia y proliferación de las células gliales en respuesta a una injuria cerebral o
incremento de la actividad neuronal.
Convulsiones reflejas. Convulsiones que son provocadas por un estímulo específico, como luces
intermitentes, agua caliente o lectura.
Convulsión sintomática remota. Convulsiones que suceden años después de la injuria o el evento.
Espigas y ondas de descarga. Las ondas que se forman pueden ser vistas usando el EEG, son comúnmente
observadas en pacientes que tienen epilepsia generalizada y modelos animales con ausencia de epilepsia.
Status epiléptico. Convulsiones anormalmente largas que pueden ocurrir en personas con o sin epilepsia. Las
convulsiones pueden ser convulsivas o no convulsivas.
Convulsiones tónico- clónicas. Convulsiones caracterizadas por una contracción muscular inicial (fase
tónica), que usualmente causa que el paciente se caiga, seguido de tirones musculares rítmicos (fase clónica).

La epilepsia es considera resuelta cuando un individuo está libre de convulsiones y tiene mayor edad que la
aplicable para un síndrome de epilepsia dependiente de la edad o, alternativamente, cuando la persona se ha
mantenido libre de epilepsia por más de 10 años o por 10 años sin tratamiento antiepiléptico en los últimos 5
años.
FISIOPATOLOGÍA
La mayoría de estudios sobre la fisiopatología de la epilepsia utiliza modelos animales que mimetizan la
epilepsia humana, o especímenes cerebrales humanos y EEG.
Modelos animales
Roedores con convulsiones espontáneas que mimetizan las características de la epilepsia en humanos pueden
ser usados para estudiar los mecanismos patogenéticos y los targets terapéuticos de la epilepsia. Modelos
adquiridos de epilepsia son producidos mediante la inducción posnatal de injuria cerebral en roedores, mientras
que los modelos genéticos albergan modificaciones genéticas espontáneas o inducidas que conducen a
convulsiones. El sexo, la edad o la cepa de los roedores afecta varios factores que contribuyen a la
epileptogénesis, incluida la respuesta cerebral aguda a la lesión o la expresión fenotípica de una mutación
genética, lo que afecta el tiempo de inicio de las convulsiones espontáneas, la frecuencia y gravedad de los
ataques y el desarrollo de comorbilidades neurológicas. Las especies no roedoras también se han utilizado para
estudiar las convulsiones y la epilepsia. Se han usado gatos y perros con epilepsia natural o inducida para
evaluar los ASD y los tratamientos. Las especies no mamíferas, como el pez cebra, se pueden usar para
estudiar los genes de la epilepsia y las respuestas a los medicamentos. Los modelos animales con
hiperexcitabilidad o umbrales convulsivos reducidos sin convulsiones espontáneas no se revisan aquí ya que
no reproducen las convulsiones espontáneas y recurrentes de la epilepsia humana.
Epileptogénesis
La epileptogénesis e iniciad por un evento patogenético o una alteración genética, no obstante la mayoría de
los pacientes tienen una causa desconocida. El proceso de epileptogénesis ocurre antes y persiste más allá de
la primera convulsión no provocada, este proceso, la frecuencia y la severidad de las convulsiones espontáneas
puede progresar a varias semanas en modelos animales y a años en humanos, quienes poseen una ventana
más ancha para la terapéutica anti-epileptogénica. Descubrir la alteración patogenética que ocurre durante la
epileptogénesis y llegar al origen, recurrencia y progresión de la convulsión es esencial para las innovaciones
terapéuticas.
Los modelos más comúnmente usados para estudiar los mecanismos de la epileptogénesis mimetizan injuria
cerebral adquirida, como trauma, estatus epiléptico, nuroinfección, hipoxia o isquemia. Los mecanismos de la
epileptogénesis incluyen alteraciones extensas de las células neuronales y no neuronales de varios niveles del
cerebro, incluyendo alteraciones genéticas y epigenéticas y cambios moleculares y estructurales que resultan
en una disfunción de los circuitos neuronales. La mayoría de los mecanismos ocurren durante un periodo de
tiempo antes del inicio de la convulsión espontánea, sin embargo algunos mecanismos persisten durane la
progresión de la enfermedad. Una disfunción neurológica puede predecir la aparición de la convulsión
espontanea, y algunos mecanismos comunes podrían subyacer a la epilepsia y las comorbilidades. La gran
cantidd de mecanismos epileptogenicos que han sido identificados en modelos animales sugieren que la
epileptoenesis depende de una red de interacciones patogénias y cambios compensatorios. Algunas de las
alteraciones que han sido demostradas en múltiples modelos animales de epilepsia adquirida han sido vaidadas
en tejido cerebral seccionado de pacientes con rsistencia a fármcos antiepilépticos.

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