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Reseña: La globalización y su impacto en la cultura y valores

organizacionales: capítulo 3.
Por Astrid Vásquez
El autor del texto, Juan Manuel Estrada Jimenez, es un egresado de la Universidad
de San Buenaventura, con un master en psicología. Fue además el líder de un grupo de
investigación en Narraciones Sociales en 2011. Es autor de numerosas obras, entre ellas, La
familia y el cosmos, Sin censura, y el texto a reseñar, La Globalización y su impacto en la
cultura y valores organizacionales.
En el texto se define la globalización como un “hecho en el que se conjugan la
mundialización de mercados, la integración de economías, los adelantos científicos, las
tecnologías en telecomunicaciones y trasportes complejizando e interconectando las
organizaciones de nuestros tiempos en un contexto espaciotemporal que no era conocido
por nadie hasta la fecha en ninguna parte del planeta”. Es definitivamente una red muy
compleja con muchos participantes, causas y efectos que deben analizarse de forma
individual. Es por esto que el Capítulo 3 del texto La globalización y su impacto en la cultura
y valores organizacionales tiene un énfasis en hacerle un análisis al papel de las instituciones
y las prácticas transnacionales en la globalización que está sucediendo en nuestra época.
Según los autores, el modelo de organización de la globalización se ve representado
en las compañías transnacionales que hoy en día protegen los intereses de los monopolios
alrededor del mundo. Estas compañías son capaces de tener un impacto tan grande en el
fenómeno de la globalización gracias a la constante y efectiva difusión de símbolos, ideas y
valores en escala global, similar al poder evangelizador de la iglesia durante la Edad Media.
La globalización además trae consigo un nivel avanzado de tecnología para la
comunicación global; hoy en día, cualquiera puede comunicarse con personas al otro lado
del mundo de forma muy sencilla. Es una época nueva, donde no solo las elites tienen
acceso a comunicarse. Una parte importante de estas organizaciones es que tienen bajo su
poder la mayoría o la totalidad de estas tecnologías de las comunicaciones. Con ellas en su
poder son capaces de comercializar y hacerle propaganda a sus productos, y al mismo
tiempo son responsables de muchas transformaciones políticas, económicas y sociales en
las comunidades y sociedades.
La estrategia de las practicas transnacionales para ser los más efectivas posibles, es
establecer una cultura hibrida, a nivel global, que fomente los intereses de las compañías.
Poco a poco está teniendo éxito en su meta, ya que las culturas tienen cada vez más
contacto y más fusión entre ellas. Todo tipo de tradiciones y costumbres son difundidas por
todo el mundo. Teniendo a su disposición una sola cultura compuesta de todas las que
alguna vez existieron, es más sencillo para estas compañías propagar modelos de consumo
y ser más exitosos económicamente. Además de esto, la globalización produjo nuevas
infraestructuras, y cambios en la geografía de la interacción cultural a una vastamente más
amplia.
La globalización aparece de una cosmovisión global en la que basa el fundamento
global y cultural de sus productos, y está formada por tres infraestructuras específicas: la
electrónica permite la creación y el mantenimiento de las tecnologías de difusión, la
lingüística es establecida por el multilingüismo de gran parte de la población, y la
corporativa permite proporcionar productos que se adapten al consumidor después de
analizar las anteriores dos infraestructuras.
Sin embargo, aunque el hombre viva cómodamente debajo de la cortina de la
globalización, no todo tiene un impacto positivo. Este fenómeno ha traído industrialización
en muchos países por parte de las multinacionales que opacan la producción local y/o
artesana, consecuentemente disminuyendo el significado de la nacionalidad y la cultura en
ese país. Se crea además una lucha entre darle más importancia al confort o a la singularidad
cultural.
Por otro lado, la globalización ha hecho que se glorifique la cultura occidental de
manera errónea. En Occidente, el pensamiento humano pone el beneficio y el consumo
individual sobre el comunitario, lo que intensifica la brecha de ricos y pobres. Un fenómeno
tan grande como la globalización debe ejecutarse a escala humana y no dejarse llevar por
el lucro y el desarrollo, ya que es más importante lo calificable que lo cuantificable, y para
ellos debe ponerse la diversidad cultural sobre la desigualdad económica. La
occidentalización de la globalización arrastra todos los lados negativos contra los cuales se
lucha en Estados Unidos, como lo es la denominada “globalización del crimen”. Esta incluye
movimientos como el narcotráfico, la trata de blancas y el tráfico ilegal de armas. Son estos
fenómenos los que EEUU se ha visto obligado a exterminar, y sus soluciones hasta el
momento han sido bastante frágiles. Sin embrago, esta lucha constante es una señal de que
todos los países afectados por la globalización deben definir límites para los ideales, culturas
y hasta negocios que va a permitir que circulen dentro de él.
La globalización ha hecho que los entes relacionados, por ejemplo las
multinacionales, tomen nota de la importancia de resaltar no solo el beneficio económico
y la tecnología que tenemos a la mano, sino también el valor del humano y su rol en este
fenómeno mundial. Es por esto que las organizaciones han definido su meta como acercar
al hombre a una economía que integra recursos humanos y materiales. Para darle
importancia a la parte humana de la globalización, la educación ha sido una herramienta
elemental, ya que cuando se conoce y se comprende verdaderamente el mundo en el que
se vive, se puede interactuar más efectivamente, se puede alcanzar una política
democrática, y refinar la dignidad de la persona humana. Se le suma como punto positivo a
la globalización, el hecho de que teniendo la opción de convertir al ser humano en un
desecho o en un centro de significado histórico, escogió la segunda, dándole al hombre el
crédito que merece.
Además de darle un rol principal a la educación, las multinacionales que se
establecen en todas partes del mundo, crean un sistema de trabajo que diluye las
diferencias, y con ello promoviendo la solidaridad y la acción colectiva. Esta solución
permite que cualquier persona pueda hacer parte de la organización, según su
competitividad independientemente de su color de piel, religión, etnia, género, etc. Poner
de lado las diferencias insignificantes y concentrarse en el valor intelectual y humano de las
personas produce mejores resultados que darle una definición a una persona por su forma
de ser.
Se considera por todo lo mencionado anteriormente que las multinacionales tienen
entonces una responsabilidad de crear un orden o un cosmos mundial “que garantice el
orden y la armonía planetarios”. Y quizás están cerca de lograrlo gracias a la forma en que
colaboran con los estados y las naciones. La tecnología que tienen las multinacionales a su
disposición es la mejor herramienta existente para difundir propagandas y anuncios, y con
esta, un estado es capaz de movilizar a las personas para participar en movimientos políticos
o en eventos democráticos. Es esta, además, una forma en la que el pueblo puede
fácilmente hacer contacto con el gobierno y hacer escuchar sus inconformidades.
Movimientos como el feminismo, pacifismo y ambientalismo han sido capaces de ver un
cambio gracias a esta inusual alianza política.
Finalmente, se toca el tema de la diversidad como pilar principal de la globalización,
al contrario de lo que se cree mundialmente. El miedo a la homogenización que se cree
plagará al mundo se ve desmentida con todos los beneficios de este fenómeno
mencionados anteriormente. La ética y la estética de la globalización es la que permite
equidad, cohesión cultural y dignidad humana.
Personalmente, me parece un texto sumamente útil para analizar la globalización
desde una perspectiva específica, ya que es un fenómeno complejo de difícil comprensión.
Se puede observar además la estrategia de un gigante de la globalización, las
multinacionales, y como esta afecta la economía, la política, la parte social del ser humano,
la igualdad, y muchas áreas más. También ayuda a comprender que no es un fenómeno
totalmente beneficioso, y que trae consigo conceptos y creencias erróneas. Lo que se
necesita para una globalización efectiva es una mente abierta dispuesta a aprender sobre
más culturas, tolerancia a la diversidad, y la creatividad necesaria para poder sobrepasar
todos los obstáculos que el fenómeno global nos pueda poner en el camino. Con estos
requisitos, tal vez el planeta pueda finalmente vivir en paz y tener una mentalidad de
colaboración humana.

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