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Publicación bimestral que se edita sin fines de lucro, como suplemento de
la revista Docencia e Innovación Tecnológicas
Pedro Ángel Palou Pérez nació el 11 de mayo de 1932 El 19 de abril de 2017, el gobernador del estado
en Orizaba, Veracruz, pero radicó en Puebla, ciudad de Puebla, Antonio Gali Fayad, y el alcalde de la ca-
a la que se encargó de narrar y estudiar, por lo que el pital, Luis Banck Serrato, encabezaron la presentación
Congreso del Estado le confirió el cargo de “Cronista de su último libro “En el nombre sea de la patria,
del Estado de Puebla”. Puebla en el proceso constituyente 1913-1917”.
Fundó el Instituto Cultural Poblano y la Casa de Entre sus libros destacan:
Cultura de Puebla, ubicada en el Centro Histórico, • José Agustín Arrieta. Biógrafo Plástico de Pue-
inmueble en donde tenía sus oficinas como presiden- bla, con cinco ediciones.
te del Consejo de la Crónica de la ciudad de Puebla • La Consumación de la Independencia en Puebla.
y del Consejo de la Crónica del Estado, organismos • Guillermo Prieto en Puebla.
que impulsó y fortaleció. • José Luis Rodríguez Alconedo, el hombre…, el
Su labor cultural mereció de Francia “Las Palmas artista…, el patriota…
Académicas” y la distinción de “Caballero de las Le- • 5 de mayo: 1862, 4ª. Reedición bilingüe 2011,
tras y las Artes”; y preseas similares de Polonia y Bul- décimo quinto en español y 1ª trilingüe español-in-
garia. A éstas se suman el premio “Forjadores de Pue- glés-francés.
bla” y el nombramiento de “Poblano Distinguido”. • Aquiles Serdán y el Movimiento Antirreeleccio-
En 1975 recibió el Premio al Mérito por parte de nista en la ciudad de Puebla 1908- 1911,
la Sociedad Defensa del Tesoro Artístico de México, • Muertes Históricas de Poblanos Ilustres.
por salvar el Colegio de San Juan, hoy Casa de Cul- • Apuntes Históricos sobre San Xavier y la Peni-
tura. Fue Doctor Honoris Causa por la Universidad tenciaría de Puebla.
Iberoamericana. Pedro Ángel Palou Pérezfue el primer secretario y
También ha recibido la Medalla y Botón Paul Ha- dos veces subsecretario de Cultura del Gobierno del
rris de Rotary International; la Medalla de oro del Estado de Puebla. Además, regidor del Ayuntamiento
Patronato del Teatro Principal y la Presea Ignacio Za- en el periodo 1969-1972, con el priísta Carlos Arruti.
ragoza 2008, otorgada por el H. Ayuntamiento de Nuestra Universidad se suma, con la edición de
Puebla. este número de El Tabloide Literario, el reconocimien-
Pedro Ángel Palou Pérez era miembro de la Aca- to y homenaje a este Poblano Distinguido cuyo nom-
demia Nacional de Historia y Geografía, Académica bre, desde ahora, lleva la Casa de Cultura de Puebla.
de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, y
del Seminario de Cultura Mexicana.
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Prólogo
Con motivo del sesquicentenario de la batalla del 5 de mayo, el
Consejo de la Crónica del Estado aprobó y convocó a los cro-
nistas de las zonas por donde Zaragoza, Negrete y los invasores
al mando de Lorencez transitaron, para publicar su investigación
sobre lo sucedido en sus respectivas comunidades. Fruto de ello
fue el libro Estampas históricas del 5 de mayo, editado por el
Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla con gran
éxito por su aportación.
En vísperas de los 150 años de la “voluntad heroica” o el
sitio de Puebla de 1863, volvimos a convocar a los cronistas para
investigar los hechos en las poblaciones que invadieron los inter-
vencionistas galos, al mando del que sería más tarde el mariscal
Elie-Frederic Forey.
El Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla, a
través de su vicepresidente, Luis Maldonado Venegas, y de su ac-
tual secretario ejecutivo, el doctor Moisés Rosas Silva, que desde
su llegada ha tenido especial preocupación por nuestro consejo,
acordaron editar estampas históricas del sitio de Puebla, como
reconocimiento y estímulo al trabajo de los autores: Angélica
Olea Prieto, de Acatzingo; Juan Manuel Games Andrade, de Te-
huacán; Oswaldo Lorenzo Medel Cabrera, de Molcaxac; Pedro
Mauro Ramos Vázquez, de Xoxtla; y Gerardo Noel Tenorio Sa-
lazar, de Quecholac.
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comandancia de Acatzingo, explicando que en el lugar que había sucedido en Zaragoza, tuvo tiempo para ter-
donde estuvieran residiendo los ciudadanos, allí tenían minar las fortificaciones de Puebla, organizar la defensa
que cumplir con sus obligaciones, tanto en la Guardia de la ciudad y practicar contra las tropas francesas una
Nacional y en los trabajos de fortificación como en la estrategia de tierra que los condenaría a morir de hambre.
remisión de víveres y forrajes que se les habían asignado Por otro lado, la comandancia de Acatzingo recibió tres-
(AMA, Presidencia, Correspondencia, Exp. 419). De igual cientas boletas para que los ciudadanos de la municipali-
manera, los dueños de las haciendas del distrito no esta- dad trabajaran en las fortificaciones de la ciudad capital,
ban exentos de proveer al Ejército de Oriente: Dolores pagando dos reales de jornal semanariamente. Para rea-
Huerta e Isabel Tello, de la hacienda “Parra”, entregaron lizar dicha operación se sirvieron del registro del Ejército
30 cargas de cebada para cubrir el forraje de guarnición Nacional que se encontraba en la oficina de Hacienda de
(AMA, Correspondencia, Exp. 419). Acatzingo (AMA, Presidencia, Comandancia Militar, Exp.
Para octubre de 1862, las fincas de la municipalidad 420).
de los Reyes rehusaron enviar semillas o víveres para el La Guardia Nacional de Tepeaca, a la que pertenecían
Ejército de Oriente. Se le advirtió al comisionado de víve- los ciudadanos de Acatzingo, tenía una tropa reclutada
res, Antonio Ponce, que de no hacerlo se enviaría a una por la leva forzosa, carente de recursos pecuniarios indis-
compañía armada y tendría que darse el doble o triple de pensables para cubrir sus necesidades más apremiantes,
la cantidad asignada (AMA, Presidencia, Corresponden- provista de una armamento portátil de calidad inferior
cia, Exp. 419). al de los franceses. Sin llegar a tener un solo día de buen
Con disgusto o malas contestaciones, los dueños aca- rancho, sirvió en el sitio “de verdadera carne de cañón”
taron la orden; sin embargo para el sitio de 1863, el co- (Merino: 1998: 84).
mandante militar de Puebla, Jesús González Ortega, dis- La situación de estos soldados improvisados y acuar-
puso que la Hacienda “San Pedro Ovando”. Perteneciente telados era extraña porque no estaban en las calles. La de-
a la Sociedad Campero y Testamentaria de Olaes y Fer- serción y la falta de pago conllevaron a encerrarlos para
nández, quedara exceptuada de los préstamos impuestos evitar robos (Stefanon: 2012: 202).
por la guerra de invasión, “en razón de que los dueños En la segunda mitad del siglo XIX, buena parte de
eran extranjeros” (AMA, Presidencia, Comandancia Mili- los soldados eran reclutados contras su voluntad y dadas
tar, Exp. 420). las condiciones sociales, económicas y políticas reinantes,
Mientras el Ejército francés retiraba sus fuerzas del debían soportar en el ejército graves penurias. La leva era
pueblo de Tepatlaxco en diciembre de 1862 (AHSDN, una práctica común que, aunque provocaba comentarios,
Exp. XI/481.3/8750), el general Jesús González Ortega, poco se hacia el respecto. La agencia militar del pueblo
Acatzingo en 1863
Sin duda, en 1863 se invirtió mucho para la defensa de Puebla.
La apariencia de buena parte del Ejército de Oriente –con excep-
ción de los de alto rango- era muy modesta, pues a pesar de que
se hizo un gran gasto para brindarles uniformes, no se cubrió la
dotación de calzados para todos. El número de hombres que
debía equiparse y alimentarse ascendía a 40,000 (Mejía: 2012:
133). Los datos menos contemplados son los de las soldaderas
que lo acompañaron, a las que muchas veces se sumaron sus
crías, sumidos todos ellos en los vaivenes de las batallas.
Los avances del ejército invasor condujeron al jefe del Ejérci-
to de Oriente, Jesús González Ortega, a publicar varios decretos.
En ellos suprimía con carácter provisional las funciones de toda
autoridad, excepto militar. Mediante circular del 21 de agosto
estableció juntas proveedoras de víveres y forrajes para el Ejér-
cito de Oriente, ordenándose que en el Distrito de Tepeaca se
situaran las raciones de la municipalidad de Acatzingo, los Reyes
y Huixcolotla, entre otros. En esta demarcación se estableció La
Junta Proveedora de Tortilla para abastecer al sexto batallón de
Guanajuato, al mando del general Antillón Santibáñez, acuarte-
lado en Acatzingo. También se dotó de leña para el rancho del
expresado cuerpo (AMA, Ejército, Exp. 781).
Los abusos cometidos a la población por la brigada de An-
tillón, llevaron a la prefectura del distrito a encargar la coman-
dancia militar del municipio a Manuel Machorro. La principal
medida que tomó fue incorporar cinco hombres con su labor
de cuidar las ramas y la seguridad de los habitantes, cuyo pago
se deduciría del fondo de rebajos de la Guardia Nacional y que
en 1863 ascendía a 89.91 pesos. La protección otorgada por este
cuerpo abarcaba el casco de la población, los pueblos de Villa-
nueva y Actipan, y las haciendas de San Pedro Ovando, Macuila,
San Bartolo, La Natividad, Xantoala, San Gerónimo, San Diego
Arias, San Miguel y San Diego Iglesias (AMA, Caja 70, Ejército,
Exp. 805).
Otra de las medidas consistió en enviar una relación del nú-
mero de caballos y los precios con que se habían costeado al
entregarlos a las comisiones y después de recogerlos el General
Florencio Antillón Santibáñez (AMA, Presidencia, Ejército, Exp.
802). Finalmente, se aceleró el trabajo en fortificaciones de Pue-
bla mediante la imposición de contribuciones. El pago exigido
en ese año ascendía a tres reales semanales y quienes no apor-
taran la cantidad debían pagar con mano de obra (Mejía: 2012:
128-129). Todo individuo de 14 a 60 años de edad trabajaría un
día a la semana en las fortificaciones o pagaría el jornal corres-
pondiente (Galindo: 2006: 342). Por tal motivo, la Junta Patrió-
tica residente en la localidad convocó y obligó al vecindario a
General Florencio Antillon Santibáñez acatar esta disposición.
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Mientras tanto, el general en jefe del Ejército de de campaña, 85 literas y 490 camillas para las ambulan-
Oriente garantizó que los transportes que se emplea- cias. Las fuerzas conservadoras aliadas de los franceses
sen en la introducción de víveres no serían confiscados. ascendían a 1,300 hombres de infantería, 1,100 de caba-
Además, ordenó el corte de sementaras y la cosecha de llería y artilleros (Chávez: 1968:10).
todos los granos en las regiones de los estados de Pue- El Ejército de Oriente contaba para su defensa dentro
bla, Veracruz y Tlaxcala, por donde pasaban los cami- de la ciudad con 229 jefes, 1,495 oficiales y 23,104 indivi-
nos principales hacia los puntos ocupados por las tropas duos de tropa, con una dotación de 178 bocas de fuego de
enemigas (Puebla, Ciudad de México). El plazo que se batir y de sitio (Galindo: 2006:466). La comandancia mi-
estableció fue de un mes y en caso de no acatarse la ley, litar de Acatzingo envió a Tepeaca el armamento pertene-
las autoridades destruirían las sementeras sin previa in- ciente a la guardia de la localidad para hacer frente al sitio
demnización para no ser aprovechadas por el enemigo. de Puebla. José de Jesús Torres entregó al Coronel Pedro
De la misma manera, se ordenó el retiro de mulas y de Ibargüen: 30 fusiles, 33 cornetas, 23 pompones, 17 hachas,
todo animal de tiro y ganado en las zonas que rodeaban una corneta con su boquilla, 8 cartucheras, 7 fajillas, 3 ca-
a las ocupadas por los franceses (Mejía: 2012: 132-133). rabineras, 3 boinas, 23 talines con cuero para los tambores
Por esos días, el General Antillón comunicaba des- y una caja de guerra de latón con sus baquetas (AMA, Pre-
de Acatzingo que los galos habían tomado posesión del sidente, Ejército, Exp. 800). En esos días de prueba llegaron
pueblo de Palmar el 4 de diciembre de 1862, con una a la capital de Puebla los batallones de Guardia Nacional
columna de 4000 hombres; y el 16 de enero, fuerzas del de Tepeaca comandados por el Coronel Pedro Ibargúen.
1er escuadrón “Lanceros de Zacatecas” sostuvieron un Doña Recia, originaria de Tepeaca y cocinera de la
brillante hecho de armas contra una partida de invasores hacienda San Pedro Ovando, se fue para Puebla siguien-
en el pueblo de San Salvador el Seco, Distrito de Chalchi- do al peón Justino. No le importó regalar a su hija a
comula (Galindo: 2006: 463). La población de Acatzin- las monjas de convento de Santa Inés. Por estar con su
go pertenecía fiel a los representantes de la República y hombre se acuarteló en la línea de Loreto-Guadalupe-
la administración de Juárez seguía funcionando. Independencia, ganándose la simpatía del general Gayo-
En enero de 1863, cuando habían desembarcado to- so, de Guadalupe. El placer le duró poco tiempo, pues
das las fuerzas expedicionarias, el efectivo del ejército se vio forzada a dejar los guisos y el petate de Justino.
francés era de 28,126 hombres con 5,845 caballos y 549 En vez de esconderse en los túneles con el resto de las
mulas. Los equipajes del tren se componían de 83 coches mujeres, empuñó un arma y encaró a los agresores. La
regimentales de dos ruedas, 4 coches articulados, 6 forjas respetaron desde el general Florencio Antillón hasta el
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Aquiles Serdán
El antirreeleccionismo en la Ciudad de Puebla
(1909-1911)
Pedro Á. Palou
A manera de prólogo
Puebla afirmó la conciencia nacional, robusteció la glo aleccionador, la nota aparentemente dormida
fe del mexicano en su propia capacidad y en su que, con fidelidad suma, se aviva cada año, y cada
autodeterminación al derrotar al invasor del siglo conmemoración remueve el fuego interior que
XIX. La historia tiene su parteaguas: antes y des- exalta y produce la revelación de nuestro ser. Por-
pués del 5 de mayo emergente, entonces, la defi- que sólo enfrentándonos a la historia, podemos
nitiva responsabilidad de México. obtener las grandes claves de nuestro destino.
Ese espíritu republicano y de fervor nacionalista Es hora de reconocer que aquel viernes 18 de
–línea oculta de vinculación- tuvo lógicas y expli- noviembre de 1910 no fue un acto desesperado
cables consecuencias. Puebla tenía que ser, en los ni una exaltada actitud de un grupo rebelde, ni
albores del siglo XX, la precursora de la revolución Aquiles Serdán, en la historia centelleante, es breve
social –primigenia en el mundo- con la avanzada luz cegadora de relámpago. Fue la de Aquiles, la
de un pueblo en armas. En Santa Clara, Aquiles, de Carmen, la de Máximo, la de Filomena y sus
Máximo y Carmen Serdán Alatriste brotaría la pri- seguidores una actitud generosa y noble. Si. Pero
mera sangre que fecundaría un movimiento trans- también de un profundo conocimiento de la rea-
formador que arrancaría al pueblo de la precaria lidad del país y un sólido convencimiento por la
paz de sus hogares, para que los “fusiles empezaran gestación apasionada de un nuevo México. Lo que
a arar la Revolución”. Los pueblos sin historia, se sucedió después en las acciones culturales y en la
ha dicho, son pueblos sin héroes ni ruinas; ruinas y transformación radical de las estructuras políticas,
héroes son el alma de las comunidades nacionales. sociales, económicas y culturales que vivió el país,
La epopeya de Santa Clara es un hecho de son la prueba incontrovertible de que los Serdán y
profundo sentido de la realidad circulante en su sus seguidores eran eco de la adhesión popular y
tiempo y hora, vivencia entrañable de hombres y nacional a la verdad del cambio gestor.
mujeres con claro sentido del cambio social. Aso- La familia Serdán sabía perfectamente que con-
marse al viejo portón de Santa Clara y penetrar en vergían con claridad de dos poderosas, antiguas e
el histórico recinto donde de manera insólita en históricas vertientes que respaldaban sus Inquietu-
una casa civil, familiar, nació la Revolución Mexi- des sociales y políticas contra el monolítico régi-
cana, es llegar al alma misma, a las mejores y más men porfirista; una profundamente liberal y otra
limpias esencias de la lucha popular reivindicadora eminentemente socialista.
y lo hacemos con temblor de emoción, con supe- La primera, proveniente de su abuelo materno,
rior recogimiento y con clara conciencia nacional. ilustre y patriota Miguel Cástulo Alatriste (Puebla,
Hablar de hombre y mujeres, actores de aquel 1820-Matamoros, Puebla, 1861), político, acadé-
drama cívico, es dialogar con México. Es arrancar mico y gobernante, luchó contra la intervención
la cuerda vibrante de la historia patria de aquel si- norteamericana, fue reformista liberal de inque-
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Máximo Serdán
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En la conciencia de México
Porque nunca separó las ideas de su vida
En las últimas líneas que escribió para la proclama del día 20 de noviembre,
dijo: “Sabré luchar con valor sin que me arredren las balas de los enemigos
del pueblo o, por lo menos, sabré encontrar una muerte gloriosa a lado
vuestro, defendiendo la democracia”.
La encontró.
Aquiles se fijó en la conciencia del pueblo porque hasta el instante de su
homicidio, el minuto estelar de su martirio, nunca, ¡jamás mintió¡
Nunca separó las ideas de su vida.
Su cadáver se exhibirá por días en la puerta de la inspección policiaca
Directorio
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Mtro. José Antonio Gali Fayad Secretaria Académica Editor
Gobernador Constitucional del Estado de Puebla
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Lic. Patricia Vázquez del Mercado Herrera Secretaria de Vinculación Diseño Gráfico y selección de textos
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Mtra. Carolina Gil Fernández de Lara
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Rector
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