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RECOMENDACIONES

De acuerdo a observaciones realizadas por parte de las docentes y manifestación de


preocupación por parte de la madre respecto al control de esfínteres, desde el equipo de
psicología se recomiendan los siguientes aspectos:

 En primer lugar se debe observar y conocer si hay quejas o expresiones de dolor al evacuar,
goteo diurno, chorro débil e irregular o urgencia urinaria tan exagerada que no da tiempo
para el desplazamiento al baño. En estos casos y para efectos de descartar si hay algún
factor médico, se debe consultar al pediatra para conocer si el manejo se debe hacer por
esta área.
 Por otro lado se debe tener en cuenta la edad y el proceso que se ha llevado a cabo, debido
a que en todos los niños no se presenta el mismo proceso, por ejemplo en este caso
pueden presentar sus propios ritmos de aprendizaje en estos hábitos así como en
habilidades cognitivas o académicas.
 Se debe revisar lo que conoce como normas para ir al baño (tiempos, lugares,
verbalizaciones-lo que debe decir). Muchas veces no es suficiente repetirle dichas
condiciones o “normas”, por lo que se hace necesario preguntarle y decirle a la niña que lo
exprese y de esta manera evidenciar la claridad que ella tiene al respecto; de esta manera
aclararle y/o reforzarle lo manifestado.
 Es de vital importancia dirigirse con un lenguaje verbal y gestos asertivos, nunca con
expresiones de enojo o verbalizaciones de juzgamiento, lo cual generaría o mantendría
aspectos de temor respecto al tema de control de esfínteres y a la relación con figuras de
autoridad.
 Se debe comprobar que controla esfínteres perfectamente de día, reteniendo la orina en
periodos superiores a dos horas; usando el inodoro cuando lo considera conveniente o
pidiendo ayuda cuando siente ganas de orinar; pudiendo evacuar antes de ir a dormir,
antes de salir de casa o antes de alguna actividad extensa aún con la vejiga medio vacía.
 También se debe tener en cuenta que si moja la cama entre 2 y 5 veces por semana hay que
continuar con el entrenamiento habitual de los padres, recordando, que los padres sólo
deben intentar facilitar el aprendizaje. A partir de los 5 años si se persiste con dificultades
de control de esfínteres, se debe hacer un proceso formal de acompañamiento y siempre
tener claridad si hay o no un factor biológico o médico. De igual manera, la alarma debe
estar, si el control de esfínteres nocturno se logró por un periodo continuo mayor a 6 meses
y se presentan de nuevo dificultades para controlar en las noches como muestra de
conducta regresiva.
 Se reitera que se debe tener en cuenta el proceso de aprendizaje individual y recordar que
a medida del crecimiento en la primera infancia (primeros 5 años de vida), las dificultades
van superándose muchas veces sin una intervención específica a parte del seguimiento en
casa en familia.
 Observar reacciones emocionales cuando se orina y corregir o retroalimentar
asertivamente y en el momento. No responder con enojo, gritos o juicios, por el contrario
recordarle el acompañamiento que se da en familia y en el jardín, reiterándole a la niña el
acercamiento afectivo que hay entre madre-hija y con personas de confianza.
 De igual manera revisar tensiones familiares o emocionales que existan en casa y entablar
diálogo al respecto, pues aunque no comprenda aun totalmente, sí recepciona información
del contexto y de las personas que la rodea. Generar un contexto estable con las figuras de
autoridad, evitando periodos largos de ausencia y si los hubiere, explicar dichas ausencias y
preguntar emociones y temores al respecto para solucionarlos y generar mejor y mayor
vínculo entre los niños y sus padres/familiares. Muchas veces, algunos temores o signos de
ansiedad se reflejan mediante las dificultades de control de esfínteres, por eso es
importante revisar esta área.

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