Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tarea
Tarea
El período de esplendor del arte romano abarca los dos primeros siglos del
Imperio. Pero ya a principios del siglo II de nuestra era, se inicia la decadencia
del buen gusto que se acentúa en el siglo III y se confirma en el siglo IV por
efecto de cierto barroquismo o irregularidad y pesadez en los estilos aunque
aumente el fasto y la magnitud de las obras. Pero la arquitectura, en cuanto
arte de construir sigue desarrollándose hasta la invasión de los bárbaros, por lo
menos, en los principales centros de cultura. Pruebas de esto son las grandes
basílicas de Roma construidas en el siglo IV, no solo las destinadas al culto
cristiano, sino también las civiles. Los restos de la colosal basílica civil de
Constantino (también llamada de Majencio) que todavía se alzan en Roma,
sirvieron como fuente de inspiración a los arquitectos del Renacimiento en el
siglo XVI.
Los edificios romanos, según su uso, podían ser muy sobrios o muy suntuosos.
Puentes y acueductos son austeros y funcionales, mientras que templos y
palacios son lujosos y monumentales, con un claro fin representativo. Las
edificaciones más nobles se revestían de piedra formando órdenes, que no
reflejaban la estructura interior real. Se decoraban los muros de los edificios
suntuosos con pinturas y los pavimentos con mosaicos.
Un listel.
El ábaco es una pieza prismática similar a un tablero de planta cuadrada que soporta
directamente sobre sí la estructura horizontal del edificio.
El equino, cuya geometría es la de una figura convexa de revolución, se expande
hacia la parte superior con un sentido de transición entre las dimensiones del extremo
del fuste y las del ábaco de mayor tamaño.
El collarino, tambor cilíndrico intercalado entre el equino y el fuste, a modo de
prolongación de éste y separado de él por una moldura horizontal.
El baquetón.
Se ostenta más florido aún que el griego y en él abunda, sobre todo, la hoja de
acanto. De ésta, lleva dos o tres series el capitel, dobladas hacia adelante y
además de los dentículos admite series de modillones adornados para sostener
la cornisa.
El orden corintio es el más elegante y ornamentado de los órdenes
arquitectónicos clásicos. Se atribuye su creación al escultor griego Calímaco en
el siglo IV a. C. Esencialmente es similar al orden jónico, del que difiere
básicamente en la forma y tamaño del capitel. Una de las construcciones más
destacables ejecutadas según las pautas estilísticas del orden corintio es el
monumento de Lisícrates en Atenas, levantado hacia 334 a. C.
Se caracteriza por las siguientes peculiaridades:
La columna va dotada de basa. Se trata de una pieza de apoyo compuesta por
tres molduras: dos boceles circulares o medios toros y una escocia intercalada
entre ambos que puede ir adornada por unos listeles. En ocasiones, esta basa
apoya a su vez sobre un plinto, pieza prismática de planta cuadrada de poco
espesor.
El fuste es de sección circular y presenta un ligero éntasis. Está acanalado por
24 estrías separadas entre sí por finos filetes longitudinales. El tamaño total de
la columna suele ser de veinte módulos y el del propio fuste de dieciséis y dos
tercios.
El capitel es el elemento más representativo de este orden y se reconoce por
su apariencia de campana invertida o cesta de la que rebosasen las hojas de
acanto, cuyos tallos dan lugar a una especie de volutas o espirales (caulículos)
en las cuatro esquinas.
El entablamento mide generalmente un quinto del orden total. Está formado
por:
El arquitrabe, que se muestra usualmente descompuesto en tres bandas
horizontales superpuestas y escalonadas (fasciae).
El friso es una banda continua (sin metopas ni triglifos) adornada con una
sucesión de figuras en relieve. Carga directamente sobre el arquitrabe.
La cornisa coronada por el alero forma un saledizo que generalmente cuenta
con una moldura de tipo cimacio.
EL ORDEN COMPUESTO,
Junto con el orden toscano, una versión simplificada del orden dórico, también
encontrada en la antigua arquitectura romana pero no incluida por Vitruvio en
sus tres órdenes, el compuesto fue añadido por los escritores renacentistas
para hacer cinco órdenes clásicos. Sebastiano Serlio (1475-1554) publicó su
libro I sette libri d'architettura in 1537 , en el que fue el segundo en mencionar
el orden compuesto como un orden propio y no sólo como una evolución del
orden corintio, como ya había sugerido León Battista Alberti. Alberti en su De re
a edificatoria menciona el orden compuesto, llamándolo «itálico»
LAS GRANDES EDIFICACIONES ROMANAS MAS SOBRESALIENTES SON:
Los templos
Los romanos tomaron como modelos a los templos griegos, pero utilizando una
mayor pompa externa y haciéndolos mas magnificentes y faltos de armonía.
Los templos romanos se movieron en el tiempo de acuerdo a diferentes
influencias:
La época de influencia estrusca donde la planta es casi cuadrada y en los que
la primera mitad estaba dedicada a pórticos y la otra mitad a tres locales. La
central de estas localidades se dedicaba a la divinidad del dios y en las otras
dos que eran laterales se usaban para otras divinidades como en el caso del
templo de Júpiter Capitolino.
La época de influencia griega en la que los templos romanos siguen los
cánones griegos con ligeras diferencias como en el templo llamado Casa
Cuadrada de Nimes.
El templo propio romano, menos influenciado y que podemos llamar típico
romano donde se quiere principalmente dar muestras de monumentalidad a
base de un mayor recargamiento, el uso de más cantidad de elementos
decorativos y de grandes dimensiones como el templo de Venus en Roma.
Desde el punto de vista de su planta los romanos construyeron dos tipos de
templos:
Templos de planta rectangular como el de Antonio y Faustina en Roma.
De planta en rotonda o circular cubierto con cúpula y adornado con mármol
como el panteón de Agripa o el templo de Vesta en Roma.