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Génesis 2-7
7 Entonces Dios el Señor formó al hombre de la tierra misma, y sopló en su nariz y le dio vida. Así el hombre se
Mateo 10-28
28 No tengan miedo de los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; teman más bien al que puede hacer
1 Tesalonicenses 5-23
23 Que Dios mismo, el Dios de paz, los haga a ustedes perfectamente santos, y les conserve todo su ser, espíritu,
alma y cuerpo, sin defecto alguno, para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 El que los llama es fiel, y cumplirá
todo esto.
Santiago 2-26
26 En resumen: así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe está muerta si no va acompañada de
hechos.
Santiago 4-5 :
5 Por algo dice la Escritura: «Dios ama celosamente el espíritu que ha puesto dentro de nosotros
Hebreos 4-12:
12 Porque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta
lo más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la persona; y somete a juicio los pensamientos y las
intenciones del corazón. 13 Nada de lo que Dios ha creado puede esconderse de él; todo está claramente expuesto
ante aquel a quien tenemos que rendir cuentas.
Romanos 8-11:
11 Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús vive en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo dará nueva vida a
sus cuerpos mortales por medio del Espíritu de Dios que vive en ustedes.
1 Corintios 6, 18-19:
18 Huyan, pues, de la prostitución. Cualquier otro pecado que una persona comete, no afecta a su cuerpo; pero el
que se entrega a la prostitución, peca contra su propio cuerpo. 19 ¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del
Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios
dueños,20 porque Dios los ha comprado. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo.
Lucas 1, 46-49
46 María dijo:
¡Santo es su nombre!
OBRA SCJ & ICM
1 Corintios 6, 18-19:
18 Huyan, pues, de la prostitución. Cualquier otro pecado que una persona comete, no afecta a su cuerpo; pero el que se
entrega a la prostitución, peca contra su propio cuerpo. 19 ¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu
Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños,20 porque Dios
los ha comprado. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo.