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Puna y arquitectura

Puna y arquitectura
Las formas locales de la construcción

Jorge Tomasi y Carolina Rivet (Coordinadores)


Puna y arquitectura
Las formas locales de la construcción

Juan Eudes Quispe, Juan Condorí, Gregorio Gutiérrez, Hipólito Guzmán, René
Calpanchay, Jorge Mamani, Mariano Schilman, Daniela Reisner, Julieta Barada,
Constanza Tommei, Evelin Nani, Fernando Corrales Barboza, Paula Yacuzzi,
Agostina Tsuji, Leonardo Criscillo, Leandro Daich y Tomás Palacios

Jorge Tomasi y Carolina Rivet (Coordinadores)


Puna y arquitectura: las formas locales de construcción / Juan Eudes Quispe... [et.al.];
coordinado por Jorge Tomasi y Carolina Rivet. - 1a ed. - Buenos Aires: CEDODAL - Centro de
Documentación de Arte y Arquitectura Latinoamericana, 2011.
180 p.; 30x21 cm.

ISBN 978-987-1033-38-6

1. Arquitectura. 2. Construcción. I. Quispe, Juan Eudes. II. Tomasi, Jorge, coord. III. Rivet, Carolina,
coord.
CDD 720.982

Fecha de catalogación: 01/04/2011

© Jorge Tomasi | Carolina Rivet

Diseño e impresión
Marcelo Kohan «diseño + broker de impresión»

Hecho el depósito que marca la ley 11.723


Impreso en la Argentina.

Prohibida su reproducción, salvo expresa autorización de los autores.


Dedicado a la memoria de Gregorio Pastor,
Margarita Martínez y María Vilte
Puna y Arquitectura
Las formas locales de la construcción

Susques y Rinconada
2006-2009

Este libro cuenta con el aval de las siguientes Instituciones y Organizaciones:


Comunidad Aborigen “Pórtico de los Andes” de Susques
Comunidad Aborigen de Rinconada
Centro Vecinal de Susques
Centro Vecinal de Rinconada
Comisión Municipal de Susques
Comisión Municipal de Rinconada
Parroquia Nuestra Señora de Belén de Susques
Prelatura de Humahuaca
Secretaría de Extensión Universitaria, FADU-UBA

Declarado de Interés Cultural por la Secretaría de Turismo y Cultura de la Provincia de Jujuy

Los textos contenidos en este volumen han sido sometidos a una evaluación externa e independiente
realizada por Graciela Viñuales, Rodolfo Rotondaro, Daniel Delfino y Alejandro Benedetti.

Esta edición ha sido posible gracias a un subsidio del Programa de Voluntariado Universitario de la
Secretaría de Políticas Universitarias, Ministerio de Educación de la Nación.
Sumario

7 Prólogo

9 Introducción

15 PRIMERA PARTE: Miradas locales

16 La construcción de los Abuelos


Hipólito Guzmán

19 Construcción Andina: complementacion entre Ciencia y Saberes Ancestrales


René Calpanchay

23 Rinconada, “el confín aurífero de la patria”, un pueblo histórico


Juan Eudes Quispe, Juan de la Cruz Condori y Gregorio Gutiérrez

27 Introducción y acercamiento a la realidad del Pueblo Kolla


Jorge Mamani

31 SEGUNDA PARTE: El proyecto “Puna y Arquitectura” y el espacio doméstico puneño

33 Pensando el trabajo con la comunidad


Un recorrido por el proyecto “Puna y Arquitectura” y sus aspectos metodológicos
Carolina Rivet y Jorge Tomasi

41 La casa como una construcción múltiple y colectiva


Aproximaciones al espacio doméstico en Susques y en Rinconada
Jorge Tomasi

53 TERCERA PARTE: Sobre técnicas y saberes constructivos

55 Técnicas, prácticas y saberes constructivos en la Puna

57 Pircando con piedras en Susques y Rinconada.


Usos y funciones, conocimientos y saberes a través de la experiencia
Mariano Schilman y Daniela Reisner

71 Usos y formas del adobe: una aproximación desde la práctica constructiva en Susques y Rinconada
Julieta Barada, Constanza Tommei y Evelin Nani
87 La variabilidad en las estructuras de techos en la Puna jujeña. Materialidad, técnicas y hacer constructivo
en Susques y Rinconada
Fernando Corrales Barboza, Paula Yacuzzi, Agostina Tsuji y Leonardo Criscillo

101 El guayado: aprendizajes desde el trabajo de campo en Susques y Rinconada


Leandro Daich y Tomás Palacios

113 “Que el barro esté bien liviano”. El torteado con barro en los techos de Susques y
Rinconada, provincia de Jujuy
Carolina Rivet y Jorge Tomasi

125 CUARTA PARTE: Casas, puestos y domicilios

174 Agradecimientos
Prólogo

Arquitectura y compromiso social y cultural

La tarea que los autores han venido realizando durante un lustro y que se refleja en este
libro, testimonia un compromiso con su cultura y con los objetivos más relevantes de sus profe-
siones: el servicio a sus comunidades.
Y ello lo han ejercido en un camino de ida y vuelta entre dos comunidades: la académica
que les brindó oportunidades y conocimientos, y la comunidad jujeña que les brindó hospitali-
dad y sabidurías. En esos andariveles de un dinámico trajín, se fueron involucrando compañe-
ros estudiantes, investigadores y pobladores de Susques y Rinconada a quienes unieron en sus
proyectos para organizar una tarea de cooperación y aprendizaje mutuo.
Como suele suceder más allá de la vocación específica de los protagonistas, había en el
espíritu de ellos una madura actitud crítica sobre la enseñanza que recibían y que encontra-
ban carente de los fundamentos esenciales de compromiso con el país, su cultura y sus gentes.
Había realidades tangibles en unas periferias innominadas que reclamaban un respeto que no
recibían y demandaban una cooperación que nunca llegaba. El primer acierto fue la capacidad
de convocar a decenas de estudiantes que con el apoyo del Programa del Voluntariado Univer-
sitario decidieron dar parte de su tiempo a otro aprendizaje y a cualificar su profesión con la
transferencia de sus conocimientos.
Desde una cátedra de Historia de la Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires (Ra-
mos-Aboy) esta notable experiencia de trabajo colectivo involucró no solamente a los estu-
diantes, sino también a los pobladores, en una fecunda interacción como puede verificarse en
los textos que entre todos ellos escribieron para este libro. Miradas diversas, y, a la vez conver-
gentes, instalaron la sabiduría de lo vivido, la herencia de tradiciones y conocimientos, junto a
la voluntad y a la creatividad de un núcleo de jóvenes capaces de buscar las mejores razones
para hacer arquitectura ayudando y aprendiendo en una práctica profesional que la Universi-
dad no les brindaba.
El mérito de esta experiencia donde docencia, investigación y extensión universitaria se in-
tegran naturalmente, radica en que la Universidad posibilitó formar profesionales comprome-
tidos. Son ellos los que superando la calidad individual, adquirieron a través de su proyección
social el carácter personalizante que les permite integrarse plenamente con aquellos poblado-
res que terminaron siendo sus amigos.
Unos amigos con experiencias vitales de dominio de su cultura del lugar, con pleno cono-
cimiento de lo aprendido secularmente por el sistema de ensayo-error-corrección y dispuestos
a transferir experiencias en aciertos y errores como puerta indispensable para alcanzar el equi-

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librio vital y superar las adversidades. La jornada regida por el sol que puntualiza el tiempo de
la faena y la mención de uno de los pobladores como “la pérdida del sol” como el tiempo para
alimentar el espíritu, nos muestra también la vigencia de unos modos de vida de excepcional
madurez.
El Proyecto “Puna y Arquitectura” ha sido mucho más que un exitoso intento de acción en la
extensión universitaria. Ha sido la verificación de que es posible adquirir un perfeccionamien-
to universitario en un trabajo de campo, prestando servicios y ayudando a resolver carencias
(universitarias y de las otras). Fue sin dudas un complemento de la formación académica, pero
sobre todo ayudó a formar personas.
En el campo de la investigación, el equipo que se formó ha aportado sin dudas a una nueva
lectura de las modalidades del asentamiento territorial y de las formas del pastoreo con sus des-
plazamientos estacionales. Una importante verificación de los sistemas de producción y de los
equilibrios ecológicos en el espacio doméstico, les ha permitido contemplar las modalidades
de unidades dispersas y diseminadas espacialmente que constituyen, sin embargo, una unidad
de control territorial.
En las actividades operativas del Proyecto “Puna y Arquitectura” el equipo de estudiantes
y pobladores ha trabajado sobre 22 unidades que integraban domicilios y puestos transitorios,
analizando no solamente la pertinencia funcional de los mismos sino también las técnicas y
saberes constructivos que ellos ponían en evidencia.
Los estudiantes, hoy varios de ellos ya recibidos de arquitectos, analizan en el libro con
diversos aportes las características de los materiales y de las técnicas aplicadas. Así la formación
de las pircas de piedra, los sistemas de conformación de los adobes y las modalidades de la
arquitectura de tierra, el uso de las diversas maderas y especialmente su modo de utilización en
las cubiertas, acompañan interesantes menciones sobre la apropiación de la “guaya” (paja) y la
formación de los “torteados” en las techumbres.
El trabajo de la gestión social fue cuidadoso y respetuoso. Ello se vislumbra en la precaución
de no incluir la nominación identificatoria de los propietarios de las obras realizadas mante-
niendo así su privacidad. También se expresa en una forma de trabajo con la comunidad que
respetó siempre las disposiciones de la Asamblea que continúa siendo el organismo de reco-
nocimiento de los pobladores.
El Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana (CEDODAL) ha consolidado
una serie de acciones con la participación de algunos de los autores de este libro que nos han
ayudado a seguir otras líneas de investigación y difusión sobre la arquitectura continental y
nacional. El CEDODAL, gracias a la generosidad de los autores, tiene hoy la oportunidad de
publicar este excepcional testimonio de una acción universitaria capaz de generar una Arqui-
tectura con compromiso social y cultural, justamente lo que desde hace décadas está haciendo
falta en nuestra arquitectura.

Arquitecto Ramón Gutiérrez


CONICET - CEDODAL

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Introducción

Este libro es una búsqueda para pensar otras formas de hacer arquitectura tanto desde lo
espacial como desde lo técnico. La construcción de una casa es un hecho social en el que se
expresan necesidades, expectativas y puntos de vista, una casa nos muestra muchos elementos
importantes sobre la vida social y simbólica de las personas que la producen. Por otra parte, en
cualquier contexto, la construcción, en un sentido literal, implica la puesta en juego de nume-
rosos saberes y técnicas que se han ido modelando y transformando a lo largo del tiempo. Estas
técnicas forman parte de un cuerpo de conocimientos digno de ser reconocido y estudiado. Ha-
cia ese objetivo se orienta precisamente este libro, el reconocer un modo particular de elevar
una casa. En los diferentes capítulos que lo componen se irán recorriendo distintos aspectos de
la práctica del construir a partir de nuestra experiencia de trabajo en dos poblados de la provin-
cia de Jujuy: Susques y Rinconada. En ambas localidades, como en la mayor parte del espacio
andino, la construcción con tierra tiene un rol excluyente sea en la elevación de muros de piedra,
la confección de adobes o la realización de cubiertas de paja o torta de barro. Nos propusimos
volcar en estas páginas parte de la diversidad de técnicas basadas en el uso de la tierra que los
constructores de estas dos localidades tienen disponibles a la hora de levantar su casa.
Salvo por algunas excepciones importantes, que son citadas en los textos, estas otras for-
mas de hacer arquitectura, más o menos distantes de la producción disciplinar, han sido his-
tóricamente invisibilizadas en los espacios académicos en pos de la transmisión de un saber
hegemónico. En particular, las técnicas de construcción basadas en el uso de la tierra cruda han
sido asociadas reiteradamente con la pobreza, la ausencia de mejores posibilidades, la falta de
higiene o el peligro para la salud. Resulta inexplicable cómo estas técnicas constructivas, que
son empleadas en distintas sociedades desde hace mucho tiempo, siguen estando marginadas
de los programas de muchas facultades de arquitectura en el país. Lo que se está perdiendo es
la posibilidad de reconocer y complejizar el modo en que pensamos la arquitectura. De esta
manera, los diversos caminos existentes para hacer arquitectura se convierten en unas pocas
sendas.
En este contexto, la escritura y presentación de este libro pretende contribuir a una dis-
cusión al respecto y poner en juego otras miradas. No nos mueve en esto una actitud román-
tica de reivindicación de ciertas lógicas constructivas que imaginamos más tradicionales que
otras. Se trata, en todo caso, de acercarnos a una producción arquitectónica particular inten-
tando pensarla desde su propia lógica. En este sentido, este es un libro sobre la construcción
con tierra pero enfocado al modo en que se realiza en dos espacios particulares como son
Susques y Rinconada. Es decir, en esta obra no pretendemos explicar cómo es la arquitectura
de toda una región sino más bien mostrar algunas de las técnicas, procedimientos y resolu-
ciones que son usados hoy en día por los constructores.

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Este libro surge a partir del trabajo que se desarrolló entre los años 2006 y 2009 en el
marco del proyecto de extensión universitaria “Puna y Arquitectura” radicado en la Facultad
de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. A través de este
proyecto se buscó constituir un espacio de formación alternativo donde se favoreciera el
intercambio de saberes entre constructores puneños, y estudiantes y docentes de distintas
facultades. Durante el período que se llevó adelante este proyecto se realizaron 7 campañas
de trabajo, en general dos por año en enero y marzo. En cada una de estas campañas se en-
caraban trabajos de construcción en diferentes casas seleccionadas por las organizaciones
locales. Estos trabajos podían ser tanto en casas urbanas como en el campo y consistían en la
elevación de recintos completos, de los cimientos al techo, o la reparación de los existentes,
por ejemplo cambiando las cubiertas de paja. Los tareas a realizar y el proyecto arquitectó-
nico en cada una de las 22 casas en que se trabajó fueron definidas fundamentalmente por
las propias familias. De esta manera, se buscó partir de las necesidades y lógicas locales para
la resolución de las problemáticas habitacionales de cada familia. La convivencia cotidiana
y el trabajo conjunto a lo largo de las dos semanas que duraba cada una de las campañas se
constituían en una base para el intercambio de conocimientos y la formación en un espacio
distinto al académico.
En cada una de las casas donde se realizaron trabajos, se encararon detallados releva-
mientos de las diferentes técnicas constructivas y de cómo éstas habían ido cambiando con
el tiempo. Después de las campañas, durante el resto del año, este material era sistematizado
y ordenado para que luego pudiera ser revisado por las mismas familias y las organizaciones
que participaron de los trabajos. El resultado fue un corpus notable de información sobre
la construcción en Susques y Rinconada que incluye desde el trabajo con piedra hasta la
realización de una cubierta con torta de barro, pasando por el armado de la estructura de
los techos. La densidad de este material, y el deseo de mostrarlo, nos motivó a encarar la
producción de este libro. Cada uno de los textos que lo componen se realizó tomando como
material de base estos cuatro años de relevamiento y trabajo sistemático, a las que se suma-
ron nuevas observaciones en el campo.

Susques y Rinconada: los espacios de trabajo

A lo largo de estos cuatro años, Susques y Rinconada fueron los dos lugares donde se
centralizó la acción de este proyecto y sobre los que se enfoca este libro. Ambas localidades,
con sus áreas rurales, forman parte hoy en día de la provincia de Jujuy y son las cabeceras de
los departamentos del mismo nombre.
Susques está ubicado a unos 120 km al oeste de Purmamarca, sobre la Ruta Nacional 52
que comunica con Chile a través del Paso de Jama. Rinconada se encuentra en las cercanías
de la Laguna de Pozuelos, a unos 70 km al noroeste de Abra Pampa y se accede hasta allí a
través de la Ruta Provincial 7. De acuerdo al Censo Nacional de Población del año 2001, la
localidad de Susques tenía una población de 1140 habitantes mientras que la de Rinconada
poseía 364 habitantes 1. Veremos más adelante que esta diferencia en la población urbana no
ha sido constante a lo largo del tiempo y debe ser analizada en términos históricos. Si bien
ambas localidades forman parte de la provincia de Jujuy y, desde una mirada lejana, podrían
ser incluidas como parte del genérico Puna, Susques pertenece a lo que se conoce como
“Puna de Atacama” mientras que Rinconada está dentro de la “Puna de Jujuy”. La diferencia
entre ambos sectores radica tanto en sus características ambientales como en los diferentes
procesos históricos que allí se desarrollaron.

1 El dato se refiere a las personas que se encontraban en el momento del censo en el pueblo y no incluye a
la población rural dispersa, lo que en ambos casos implica un recorte significativo. Fuente: INDEC, http://
www.indec.gov.ar

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1. Ubicación de Susques y Rinconada dentro de la provincia de Jujuy (Elaboración propia).

Las trayectorias históricas de Susques y Rinconada han sido bien diferentes, al menos desde
el momento de la conquista española2. A partir del proceso de organización territorial de la
Corona, Rinconada formó parte de la Gobernación del Tucumán con un rol importante como
asiento minero y con una estructura y población urbana más o menos consolidada (Gil Montero
2002). Susques, en cambio, a partir del XVIII estuvo dentro del Corregimiento de Atacama que
dependía directamente de Potosí (Delgado y Göbel 1995) y tuvo una posición más bien mar-
ginal. Con posterioridad al proceso de Independencia, Rinconada quedó dentro del territorio
de la Argentina mientras que Susques fue parte de Bolivia dentro de la Provincia de Atacama.
Desde ese momento, Susques tuvo una sucesión de cambios de jurisdicción. A partir de 1884,
como consecuencia de la Guerra del Pacífico, toda el área de Atacama, Susques incluido, pasó
a formar parte de Chile. En 1900 la mayor parte de la Puna de Atacama fue anexada por vía
diplomática a la Argentina organizándose la Gobernación de Los Andes. Mientras que la capital
de la nueva Gobernación se estableció en San Antonio de los Cobres, Susques era la cabecera
del departamento homónimo que se estableció entonces. En 1943, finalmente, la Gobernación
fue disuelta y su territorio repartido entre las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca. Susques,
recién en ese momento, comenzó a formar parte de la primera (Delgado y Göbel 1995, Bene-
detti 2005).
Los distintos viajeros y científicos que llegaron a Susques durante las primeras décadas
del siglo XX observaron que no constituía un centro urbano con población permanente. En
realidad, los susqueños vivían en sus estancias en los alrededores dedicados al pastoreo y
sólo se acercaban al pueblo en ciertos momentos puntuales. Si bien en Rinconada desde
mucho tiempo antes existía una población relativamente estable en relación con su rol como

2 No estamos considerando aquí la complejidad de la historia previa a la conquista. Ésta es simplemente


síntesis introductoria. Para profundizar los procesos históricos coloniales y posteriores en el área de
Rinconada ver: Gil Montero (2002 y 2006); para el área de Susques ver, por ejemplo, Delgado y Göbel
(1995) o Benedetti (2002 y 2005).

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centro minero, una parte considerable de la población residía también en sus estancias. Esto
nos aproxima a un punto que es importante a los efectos de este libro: el carácter disperso
y múltiple del espacio doméstico. Aunque hoy en día una parte de la población en ambos
casos tiene una residencia permanente en los pueblos, el pastoreo sigue siendo una activi-
dad importante que le da un carácter peculiar a ese espacio doméstico. Se verá que en los
diferentes textos que componen este libro se hace referencia a las estancias o puestos, los
domicilios o casas de campo, y a las casas en el pueblo. Cada uno de estos asentamientos tiene un
rol diferente en el marco de la dinámica del pastoreo y la movilidad de la población a lo largo
del año. Estas particularidades del espacio doméstico pastoril han sido tenidas en cuenta
también en el marco del proyecto “Puna y Arquitectura” y los trabajos se enfocaron en los
diferentes asentamientos de acuerdo a las necesidades planteadas por las familias.

El recorrido de este libro

La escritura de este libro ha sido un proyecto colectivo que demandó más de dos años de
trabajo en el que participaron tanto pobladores de Susques y Rinconada como estudiantes,
docentes e investigadores. Para muchos fue su primera experiencia en la escritura de un tex-
to académico, mientras que otros contaban con más experiencia. Hemos buscado que fuera
una parte de la experiencia pedagógica que intentó ser este proyecto de extensión. Además
del trabajo de quienes han escrito en estas páginas, está el de todos aquellos que durante
estos años han participado, tanto desde Susques o Rinconada como desde la Universidad. Es
importante remarcar que la totalidad de los textos académicos que componen este volumen
han sido evaluados por los arquitectos Graciela Viñuales y Rodolfo Rotondaro, el arqueólogo
Daniel Delfino y el geógrafo Alejandro Benedetti. Todos ellos, desde diferentes disciplinas,
tienen una amplia trayectoria sobre los temas que se tratan en este libro y han trabajado en
algunos casos sobre las problemática regionales en la Puna y en otros sobre construcción con
tierra en diferentes ámbitos.
Hemos organizado este libro en cuatro partes que, si bien están relacionadas, tienen ob-
jetivos particulares. En la primera, Miradas locales, se incluye una serie de textos escritos
por pobladores de Susques y de Rinconada que, además, en su mayoría participaron de los
trabajos constructivos. Estos textos abarcan un arco diverso de intereses que van desde las
características constructivas de las casas, ciertos aspectos históricos o la realidad de las co-
munidades aborígenes en el presente, hasta la percepción local sobre el trabajo en el marco
del proyecto “Puna y Arquitectura”. Si bien la totalidad de los textos del libro están enfocados
en la realidad puneña, el objetivo de esta primera parte es incorporar la mirada de quienes
allí habitan, en primera persona. Los diferentes puntos de vista presentes también ayudan a
mostrar la heterogeneidad hacia el interior de las comunidades expresada en su diversidad
de intereses y posicionamientos.
La segunda parte, El proyecto “Puna y Arquitectura” y el espacio doméstico pu-
neño, se compone de dos textos que tienen objetivos diferentes. El primero está dedicado
a desarrollar el enfoque y las características que tuvo este proyecto de extensión, poniendo
el foco en cómo se encaraba el trabajo conjunto como forma de construcción de un cono-
cimiento compartido. En tanto el recorte planteado en el libro se orienta hacia las técnicas
constructivas empleadas fundamentalmente en el espacio doméstico, el segundo texto es
una introducción a las características del espacio doméstico puneño, particularmente en
Susques y Rinconada, en relación con la dinámica del pastoreo.
En la tercera parte, Sobre técnicas y saberes constructivos, se incluyen cinco capítu-
los que abarcan las distintas etapas dentro del proceso constructivo de una casa, marcando
las semejanzas y diferencias entre Susques y Rinconada. Como mencionamos antes, estos
textos se armaron a partir de la revisión y sistematización de los relevamientos realizados
durante los trabajos constructivos en ambas localidades. En el primero de los textos se abor-
da un tema poco recorrido, a pesar de su importancia, como es el uso de la piedra dentro de

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2. Imagen panorámica de Susques.

3. Imagen panorámica de Rinconada.

la construcción con tierra. El segundo versa sobre el uso del adobe para la elevación de los
muros y la realización de ciertos detalles, y cómo ha ido cambiando el corte de los bloques
en el tiempo. Los tres capítulos restantes se enfocan en el techo de la casa, una sección im-
portante tanto desde lo constructivo como desde lo simbólico. El primero recorre algunos de
los procedimientos para el armado de la estructura de la cubierta por medio de las tijeras. El
siguiente se enfoca en las distintas etapas en la realización de los techos de guaya, es decir de
paja. Finalmente, el último capítulo, está dedicado a la otra técnica para la terminación de las
cubiertas como es la torta de barro.
La última parte del libro, Casas, puestos y domicilios, está organizada en una serie
de fichas que muestran las características de las 22 casas en las que se realizaron trabajos
durante la acción del proyecto. En cada una de estas fichas se describen brevemente, a partir
del material gráfico y escrito, tanto las configuraciones como las características constructivas
y los trabajos concretos que se realizaron. Por otra parte, cada una de estas fichas está vin-
culada con el resto de los textos que componen el libro. En paralelo, esta parte tiene como
objetivo dar cuenta de la diversidad de configuraciones y resoluciones existentes en el es-
pacio doméstico puneño, especialmente en un contexto en el que se suele poner el foco en
una supuesta homogeneidad.
Más allá de que a lo largo de los distintos capítulos se muestra una gran cantidad de
material sobre la construcción y la arquitectura puneña, inevitablemente lo que estamos pre-
sentando es un recorte de una realidad mucho más amplia. En este sentido, muchos temas
han quedado afuera de este libro, temas que sin dudas hubiera sido bueno incorporar. Tal es
así que sólo se realizan referencias someras a las construcciones de una escala diferente a la

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doméstica, como las iglesias o los edificios cívicos. Dentro de las técnicas constructivas no se
tratan ni la realización de los solados, sea de tierra o de piedra, ni la complejidad de los pro-
cedimientos usados en los revoques o las particularidades a la hora de pintar. De la misma
manera, la incorporación más o menos reciente de ciertos materiales, como el cemento, los
bloques cerámicos, el ladrillo, las estructuras de hormigón armado o la chapa, no son objeto
de un tratamiento específico aunque sí se hace referencia en diferentes momentos. Toda
tarea de investigación y presentación de resultados implica un recorte que permite asir una
problemática y mostrarla de un modo coherente. Aquellos puntos que hemos dejado afuera
aquí quedan como una invitación para continuar con nuevos trabajos.
Con las campañas realizadas durante el año 2009, después de cuatro años, se cerró este
ciclo de trabajo del proyecto “Puna y Arquitectura”. Esta ha sido una forma de tomar distan-
cia para pensar en lo realizado hasta el momento y reflexionar sobre cómo continuar hacia
adelante. Este libro, entonces, constituye también una forma de dar un cierre momentáneo y
socializar los resultados, aprendizajes y dudas cosechados durante este tiempo.

Bibliografía
Benedetti, A. (2002) “Susques: de “Despoblado” a “Pórtico de los Andes”. Transformaciones territoria-
les en la frontera norte argentino-chilena (Siglo XX)”. En: IV Coloquio sobre Transformaciones Territoriales:
“Sociedad, Territorio y Sustentabilidad: perspectivas desde el Desarrollo Regional y Local”. Universidad de la
República. Montevideo.
Benedetti, A. (2005) Un territorio andino para un país pampeano. Geografía histórica del Territorio de Los Andes
(1900-1943). Tesis doctoral. Universidad Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras. Inédito.
Delgado, F. y B. Göbel (1995) “Departamento de Susques: la historia olvidada de la Puna de Atacama”. En:
Jujuy en la Historia. Avances de investigación. Universidad Nacional de Jujuy.
Gil Montero, R. (2002) “Tierras y tributo en la Puna de Jujuy”. En: Farberman, J. y R. Gil Montero (Comp.) Los
pueblos de indios del Tucumán colonial: pervivencia y desestructuración. Editorial de la Universidad Nacional
de Jujuy y Universidad Nacional de Quilmes Ediciones.
Gil Montero, R. (2006) “La Puna: población, recursos y estrategias”. En: Teruel, A. y M. Lagos (Dir.) Jujuy en la
historia. De la colonia al Siglo XX. Editorial de la Universidad Nacional de Jujuy.

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Miradas locales

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La construcción de los Abuelos

Hipólito Guzmán1

Desde los siglos pasados, antes del sol, los antiguos cons- Después, cuando llegó el sol, ya si se empezaron a trasladar
truían sus casas en lugares donde había rocas con agujeros en por supuesto.
donde ellos vivían con sus familias y con su trabajo. Sus casas Trabajaban con pala de piedra, hacha de piedra, de pie-
eran todas de piedra y barro con los techos de las mismas pie- dra chuicha, con mango de palo de queñua. Ese era su mango,
dras, largas y anchas, que cubrían el techo. Y la puerta también palo de queñua era el manguito, porque no se conseguía palo
era así, de piedra bien cuadradita o de acuerdo a como hacían de churqui, no se conseguía nada. Las palas eran todas atadas
sus puertas ellos. Ellos no necesitaban tanzas, no necesitaban con cuero. Las carretillas estaban hechas por ellos de cardón
cucharas, sólo un martillo que era de la misma piedra pero con mangos de queñua y ruedas de cardón, forradas con lata
más dura, llamada chuicha. y atadas con cuero.
El caso de los antiguos, que estoy contando, que vivían Después nuestros abuelos aprendieron a hacer tapiales y
debajo de las cuevas, ellos tenían sus sembrados donde adobes, techos con madera de cardón, queñua, paja y barro.
vivían y como no había sol no se quemaba nada. Deben Ya cambiamos, ya no era lo de mucho más antes, lo de los an-
haber tenido su hacienda porque hay huesitos de ganado. tiguos. Y las construcciones ya se hicieron libres de las rocas,
También hacían sus pueblos, pero todo bajo la roca. Hay lu- en los campos más llanos. En cambio antes vivían dentro de
gares en estos momentos, que cada día se le alcanza a ver las rocas. Los abuelos hacían sus casas cavando unos cuarenta
los pueblos estos, se los ve todavía. Las casas se las alcanza centímetros de profundidad y de cuarenta o más podían tener
a conocer, las acequias que habían hecho por medio de la de ancho los cimientos, haciendo las bases de barro y piedra.
peña. Que todavía se los ve pero ya está todo desarmado. No se necesitaba escuadra, ni plomada, ni tanza. Las paredes
Se alcanza a conocer sus pueblos de ellos, adonde vivían. de las casas se construían en forma de pirámide, o sea inclina-
Ellos únicamente vivían en estos lugares y no salían para das. No eran derechitas como ahora que ponemos plomada o
ningún lado. No iban ellos para abajo, ellos vivían aquí, na- nivel. No tenían revoque ni nada, porque todo era panceado,
cían en esta tierra y morían en esta tierra, no se trasladaban. salía para un lado, para otro lado. Cuestión que se paraban

1 Hipólito Guzmán ha participado como constructor dentro del proyecto “Puna y Arquitectura” dirigiendo varios de las obras aunque nunca
se haya trabajado en su casa. Ha sido Comisionado Municipal, Presidente de la Comunidad Aborigen “Pórtico de los Andes” de Susques y es
actualmente el Comisionado Rural. En los últimos años ha ocupado también otros roles en distintas instituciones del pueblo.

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Fig. 1. Fotografía de las casas de piedra en el Domicilio “San José” en el campo de la familia de Hipólito Guzmán en las cercanías de
Susques, y detalle de la cocina circular techada también con piedra.

17
bien las piedras y se paraban bien las paredes y esa era la his- Yo aprendí a construir primeramente mirando a mis abue-
toria. Las casas están hasta hoy todavía. Las paredes inclinadas los. Cuando era chango era medio curioso y veía a mi abuelo
se hacían a propósito porque el techo era de dos aguas y como construir, cómo hacía, cómo arreglaba las piedras, cómo las
las tijeras van paraditas para que no se abra la pared. Eso era ponía y cuál era la base de la piedra. Porque no era como hoy
lo esencial de ellos que las paramos total el cemento las agarra. Ellos no, la hacían
Las casas comenzaban de 4 metros de largo por 3 de an- bien bonita, bien hecha la base, entonces empezaban a cons-
cho y terminaban en 3,5 por 2,8 metros de ancho. Entonces truir. No necesitaban que el barro las pegue a las piedras, sino
ellos decían, para qué necesitamos que las casas sean dere- que piedra por piedra se mordían, nada más que el barro lo
chitas si arriba no se guarda nada. Sus camas también eran calzaban atrás con muchas piedras chiquititas bien calzaditas.
de pura piedra, se llamaban catres; también hacían sus catres Y luego, lo primero lo he hecho en mi juventud cuando
de madera, pero madera de cardón. Ahí tenían sus cueros de tenía 12 años y ya podía hacer algunas paredes de piedra,
llama, sus cueros de oveja y allí dormían ellos. hacer los corrales. Me gustaba pircar los corrales, me gustaba
Para construir los adobes preparaban la pasta con el ba- hacer lo mejor posible. Bonitos los corrales, no me gustaba
rro, batiendo, dando vuelta y más vuelta y se lo preparaba que estuvieran fieros. Yo hacía esa construcción, después ya
durante toda una semana. Ellos hoy preparaban el barro y he hecho la construcción en mi casa en el campo, que no te-
mañana lo batían y lo dejaban tapado con cuero. Y pasado nía escuadra, no tenía cuchara, tenía una latita y con esa pa-
mañana volvían de nuevo, lo volvían a dar vuelta para el otro saba un poco el barro. Porque más antes los abuelos pegaban
lado y lo volvían a tapar con el cuero. Entonces así pasaba la sus dedos con el barro en la pared. Yo no, ya tenía mi latita. Y
semana. Ya eran varios los montoncitos de barro que dejaban así, acarreaba piedras y con mi papá hemos hecho las casitas
ellos y construían sus adobes. Esos adobes eran bien duros y y así sucesivamente.
tenían una duración muy buena, ya no se hacen así. Todavía Después ya fui al ejército argentino y he tenido la opor-
quedan por aquí algunos de esos en las casas más viejas. tunidad de hacer un pequeño curso de construcción, pero no
De la misma forma se preparaba el barro para el techo. como aquí. Ahí, ya era con medidas, que se yo, escuadras,
Entonces, como antes llovía mucho, el barro no se corría del niveles, plomadas, todo eso. Pero nunca he construido en esa
techo, se quedaba firme con su pajita y aguantaba. Después forma, porque yo siempre he construido las casas, digamos,
se lo guayaba por supuesto. Esto se llamaba el torteado, y culturalmente, todo culturalmente. Las casas que he hecho
luego se preparaba la paja iro para el guayado de todos los en mi campo que yo tengo ahora las he hecho culturalmen-
ranchos, hecho con sus propios pulmones. Su vida era muy te. Algunas veces las he hecho con piedras calzadas sin nada
dura porque ellos sembraban, cosechaban y comían, criaban de barro. Todo de piedra pura, con pircadito de piedra seca.
sus ganados, esquilaban sus ovejas y llamas, y hacían sus teji- Después ya, cuando se terminaba de hacer eso, recién le pe-
dos. Así se vestían y con cueros hacían sus ojotas. Por eso que gaba una revocadita un poco con barro para que no entre el
ellos no necesitaban que nadie les enseñe. Su vida era de sus aire. Por adentro es bien fresquita. Y ya está. Siempre estoy
propios trabajos. construyendo así.

18
Construccion Andina: complementacion entre
Ciencia y Saberes Ancestrales

René Calpanchay1

Hablar de construcción andina, es hablar de nuestra “Pa- ¿Por qué son tan importantes las casas para las familias
chita Chica”, del espacio territorial que los “Indios”, “Aborí- del Pueblo Atacama?
genes”, “Originarios” o como nos quieran llamar a los ATA- Porque allí compartimos tristezas, disfrutamos alegrías,
CAMEÑOS, elegimos estratégicamente para sentirnos en el trabajamos y descansamos, nos resguardamos del frio y del
seno de la Madre Tierra, en contacto directo con la naturale- calor, del viento y la calma, de la nieve y el “viento blanco”,
za, en todas sus dimensiones. Nuestras Casas, Puestos o Es- de las escasas lluvias y granizos. Pero lo más importante es
tancias, donde compartimos con la familia, los vecinos y los que allí fijamos nuestra identidad, aprendemos a ver el mun-
animalitos que cuidamos, como la llama domesticada hace do, a sentir, querer y actuar como Atacameños; escuchamos
más de 3000 años, las cabras, ovejas, burros y algunas mulas a nuestros mayores y vemos crecer a nuestros hijos y nietos.
que llegaron luego en los últimos 500 años, no son sólo “pir- Por supuesto que meditamos sobre el “presente como un
cas” que responden a estilos arquitectónicos, para nosotros préstamo del futuro” que nuestros hijos y descendientes van
representan valores, saberes, filosofía de vida, espiritualidad, a sufrir o disfrutar dependiendo de cómo dejemos la fuen-
ciencia y tecnología. te donde se genera la vida que son los recursos y seres de la
La adaptación, complementación y búsqueda de equi- naturaleza.
librio en el medio, es el resultado de la experimentación de Entonces, la construcción en la zona rural de nuestro
todas las generaciones por más de 10.000 años, desde que Pueblo se ubica en lugares estratégicos, teniendo en cuen-
nuestros ancestros, luego nosotros decidimos vivir, compartir, ta la salida del sol, la dirección y la intensidad de los vien-
producir y darle sentido a la vida en esta región situada entre tos, la cercanía a lugares de pastura y aguadas. Se levantan
los 3500 y 6000 metros sobre nivel del mar, conocida como con cimientos de piedra, paredes de adobe, techos de paja
“Puna Salada” o “Puna Atacama” y que seguramente nuestros y barro en la modalidad de “guayado” o “torta”, sostenidos
descendientes lo seguirán haciendo por la sangre de sus venas en tirantes o “tijeras” y alfajías generalmente de madera de
y los valores culturales que recibirán como sagrada herencia. cardón al igual que las pequeñas puertas y ventanas. La “casa

1 René Calpanchay es actualmente el Coordinador Comunero de la Comunidad Aborigen “Portico de los Andes” de Susques, como parte de los
Pueblos Atacama. Durante el desarrollo de los trabajos del proyecto “Puna y Arquitectura” participó construyendo en distintas casas, además
de haber dictado algunas charlas.

19
de campo”, cuenta con algunas variaciones, con una “can- tema de “minga”. Al principio a los de la comunidad nos cau-
cha” (cocina sin techo de paredes de piedra de mas o menos só un poco de asombro el hecho de ver muy entusiasmados
un metro que tiene un “fueguero” en el centro), una cocina a jóvenes foráneos de las “grandes ciudades de cemento”
circular cubierta, con mucha aireación tanto en las paredes como Buenos Aires, cómo realizaban sus registros, tomaban
como en el techo que también tiene un fueguero en el me- fotos, mediciones, acarreaban agua, piedra, adobes, amasa-
dio, una “ramada” (habitación grande para recibir visitas o ban el barro y nos preguntábamos en silencio, ¿será esta su
compartir en las “señaladas”, “rodeos”, “carnaval” u otras primera experiencia? ¿se acostumbrarán? ¿se cansarán rápi-
festividades), una o dos habitaciones que se utilizan como do o se enojarán y abandonaran todo?
dormitorios, según el número de integrantes de las familias Rápidamente la amistad, el respeto y el esfuerzo com-
y una despensa para guardar mercaderías, sal, cueros y lanas, partido hizo que superáramos los miedos y cualquier obstá-
todas ubicadas formando un amplio patio que generalmente culo, como cuando por ejemplo nos faltaba una herramienta
da al “sol de mañana”, algunas casas también tienen horno de medición los alumnos realizaban sus cálculos matemá-
de barro, a varios metros está situado uno o dos corrales para ticos para superar el obstáculo con otros elementos y como
el ganado menor y mayor, un “carneadero” (para la faena de funcionaba correctamente, nosotros tomábamos apuntes
animales), un lugar de ceremonia a la PACHAMAMA y hacia el de las fórmulas para situaciones similares. Los días parecían
naciente un “huesero”, que no solo constituye un lugar ener- transcurrir con rapidez concentrados en el trabajo, hablan-
gético, sino también es un lugar donde se puede establecer do mucho y haciendo un “cambalache” de conocimientos,
de que tiempo data la vivienda y la forma de alimentación en intercambio de experiencias o reconociendo algunos fenó-
las distintas etapas. menos.
En tanto en la zona urbana se nota más la influencia de la Contemplar, cuando se estaba perdiendo el sol, cómo
“modernidad” con la introducción de otros materiales como avanzaban nuestras paredes nos aliviaba el cansancio, pero
la chapa de cinc (que tantos problemas nos produjo en la sa- el estómago nos estimulaba a ayudarla a doña Manuela y
lud), la madera “abajeña”, el cemento y la cal o las pinturas. los cocineros a preparar la cena, para tener un tiempito para
Los trabajos se realizan con la colaboración de la familia y escuchar música o cantar algo para alimentar el espíritu que
vecinos, especialmente en el techado, porque cuando se ter- fortalece al cuerpo. En definitiva los valores, la mística de los
mina la construcción, acostumbramos hacer una ceremonia y pueblos indígenas andinos y el razonamiento lógico de la
fiesta que llamamos “la flechada” para agradecerle y pedirle Universidad, con alguna mirada occidental, a través de esta
mucha energía a la madre tierra PACHAMAMA. EXPERIENCIAL INTERCULTURAL, nos permitió comprender
Entre el 2003 o 2004, nos visitaron de la Universidad de que para VIVIR BIEN en estos territorios del que formamos
Buenos Aires, ganaron la confianza de las familias y la “Asam- parte los seres humanos, depende de la forma y los materia-
blea de la comunidad” que es nuestra autoridad máxima de les que utilizamos para la construcción de nuestras CASAS,
acuerdo a la forma colectiva de organización que tenemos respetando pautas culturales heredados de miles de años.
y respetamos. Luego por consenso decidimos analizar y Como dirían los abuelos “hablando se entiende la gen-
estudiar CONSTRUYENDO para entender la complementa- te”, fácilmente llegamos a los acuerdos, sumamos y ganamos
ción entre los saberes ancestrales y la ciencia moderna, con todos, la Universidad puede compartir con los Pueblos Indí-
acuerdos y reglas claras, respetando la experiencia y costum- genas, conocernos y nosotros disfrutar de la “minga” y tener
bres de la comunidad, recibidos como herencia cultural y los la satisfacción interna de poder aportar para la elaboración
conocimientos científicos de docentes y alumnos avanzados de un libro que quedará para el análisis de las nuevas ge-
de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de neraciones y revertir “mitos extremos” que todavía algunos
Buenos Aires y los que se sumaron de otras Universidades. escudados en sus títulos profesionales siguen afirmando que
Así conformamos los equipos mixtos de trabajo, con Don “construir en la puna con adobes es criminal…”, nos pregun-
Polo, Don Verónico, Manuela, Ranulfo, Arturo y tantos otros tamos ¿será que lo hacen por cuestiones de mercado?¿por
que se sumaron por la comunidad y por la universidad Jor- ignorancia de la cultura de los pueblos originarios? O por lo
ge, Caro, Mariano y muchos jóvenes estudiantes. La meta era que sea, a ellos les decimos con humildad y con la experien-
realizar construcciones nuevas, réplicas o remodelaciones de cia de más de 10.000 años que así SOBREVIVIMOS y SEGUI-
construcciones antiguas o deterioradas, en los lugares avala- REMOS VIVIENDO POR SIEMPRE.
dos por la “Asamblea de la Comunidad” y en acuerdo con las Muchas gracias a todos los que aportaron con trabajo,
familias, siempre en forma solidaria, compartida y con el sis- ideas, decisiones y a todos los que lean la obra.

20
Fig. 1. Dos de los momentos de trabajo durante el desarrollo del proyecto en Susques. El primero en un puesto, y el segundo en el
pueblo.

21
Rinconada, “el confín aurífero de la patria”,
un pueblo histórico

Juan Eudes Quispe, Juan de la Cruz Condori y Gregorio Gutiérrez

Es un deber moral rendir nuestros más sinceros homenajes fue fácil hacer esta declaración por varias razones. La más
a través de estas páginas a nuestros antepasados, quienes en la importante de todas, es que no somos personas entendidas
lucha por la defensa de sus tierras, ofrendaron sus vidas, despa- en la materia. Pero al internarnos en el campo del pasado,
rramando su sangre en las serranías de Abra de la Cruz (1874) y analizando cómo aquellas personas mencionan a Rinconada
Quera (1875). Como en otros innumerables combates desde la desde otro ámbito, caemos en una profunda tristeza, dando
llegada de los españoles a estos territorios de Puna Jujeña atraí- lugar al interrogatorio siguiente: ¿Cómo puede ser posible
dos por la existencia de la riqueza de sus suelos, como es el oro que otros hablen por nosotros?
de Rinconada, que motivó además el surgimiento poblacional Episodio que nos motivó e impulsó a atrevernos a ma-
de este denominado “Confín Aurífero de la Patria”. nifestar, tal como lo estamos haciendo, por supuesto no sin
antes disculparnos ante aquellas personas entendidas en la
materia, que no es nuestra intención tocar susceptibilidades
La voz de un pueblo que no tiene voz de alguien, ni mucho menos dañar sentimientos morales;
El por qué de esta expresión, durante el tiempo que lle- sino más bien lo hacemos por intentar incursionarnos en el
gamos a comprender el valor de nuestra cultura, nos sumer- campo de la historia, que legitimamente son de propiedad
gimos en la curiosidad de saber la forma de vida e historia de de quienes habitamos, aún pese a los tiempos transcurridos.
las generaciones del pasado. Durante ese tiempo tuvimos la
oportunidad de rescatar hechos de trascendencia ocurridos Rinconada a través de los tiempos
en este territorio, pero narrado por exploradores que a su
paso convertían estos hechos en historia, de forma igual que Rinconada es la localidad cabecera del departamen-
con el potencial y valor de nuestra cultura milenaria. to. Dista de San Salvador de Jujuy aproximadamente 290
Es por todo ello que confesamos con sinceridad, que no kilómetros y el arribo a ella suele ser siempre a través de la

1 Juan Eudes Quispe es actualmente el Secretario de Cultura y Turismo en la Comisión Municipal de Rinconada; Juan Condori forma parte tam-
bién de la Comisión Municipal; mientras que Gregorio Gutiérrez fue el presidente del Centro Vecinal durante el desarrollo del proyecto. Más
allá de los cargos que les toca o tocó ocupar, los tres son vecinos de Rinconada y participaron activamente en los trabajos realizados tanto en
la organización como en la tarea de construir en las distintas casas.

23
Ruta Nacional 9 y la Provincial 7. Se halla situada en pleno leari toma del diccionario de la Real Academia la temática
altiplano, con una altura sobre el nivel del mar de 3950 me- del vocablo: “Apartado del centro, retirado, desatendido y
tros. Cuenta con Comisión Municipal y Centro Vecinal, y su olvidado”. Rinconada y sus habitantes, forman parte de uno
población actual es de aproximadamente 496 habitantes, y de los cinco departamentos de la Puna Jujeña que también
alrededor de 136 viviendas. Dispone de un Centro de Salud, supieron de las luchas por la Independencia Nacional y pos-
Comisaría Seccional (con radio), Registro Civil, energía eléc- teriores. En su suelo se libraron diversos combates como el
trica y agua potable permanente, teléfono público y Correos. del 10 de diciembre de 1816, el del 10 de diciembre de 1819,
Mientras que la enseñanza primaria se recibe en la Escuela y la inolvidable hecatombe de Quera el 4 de enero de 1875.
N°23 “María de los Remedios Escalada de San Martín” y la Si bien en este último se perdió la batalla, se ganó la posesión
secundaria a través del Colegio Polimodal N°4. de nuestras tierras, sacrificio humano que para conseguirlo se
Rinconada y su jurisdicción siempre fue habitada por tuvo que regar con sangre indígena las serranías de Quera.
hombres originarios de estas tierras, dedicados a la cría de
ganado propio de América como las llamas, y luego también
Agradecimiento
las ovejas y cabras. Por ser una región inhóspita, unos que
otros se dedicaban a la agricultura. Vivían en forma organizada Finalmente vaya nuestra gratitud al Dios todopoderoso,
en comunidades en las regiones planas de Ciénego Grande, que nos dotó de sabiduría, y el don de conocimiento para
Lagunillas, Aguada, Guayatayoc, Cerro León, Pan de Azúcar y interesarnos en esta tarea de la búsqueda y rescate de la
Carahuasi, y los cerros y quebradas de Santo Domingo y Casa historia la cultura vivida a través de los tiempos por diver-
Colorada. Su población data del siglo XV en adelante, según sas generaciones en esta región.
versiones de historiadores, su surgimiento como población De idéntico modo al Gobierno Municipal de este pue-
es a través de asentamientos humanos, que atraídos por la blo que de una u otra forma apoya este emprendimiento,
riqueza de sus suelos, proliferó la llegada de muchos viajeros y todas aquellas personas que nos guiaron, cultivaron, en-
entre ellos los colonos de España, quienes a su vez mediante señaron, y modelaron nuestro ser en la vivencia cotidiana,
arreglos con los poderes que gobernaban nuestro territorio, haciéndonos instrumentos de servicio a la sociedad.
sometían y esclavizaban a los indígenas del lugar, ordenando Finalmente, vayan nuestros inmensos reconocimientos
a trabajos de explotación del metal precioso, el oro. a quienes trabajaron en el Proyecto experiencia “Puna y
También por otro lado fue y lo es hasta la actualidad, mar- Arquitectura”, dependientes de la Universidad de Buenos
ginado en la posesión territorial de sus habitantes, esto tam- Aires, quienes en la curiosa tarea de interiorizar sus cono-
bién se supone que se debe a la existencia de metales en la cimientos encararon el citado proyecto, tomando como
región y otros intereses, la Batalla de Quera (1875) demuestra centro operativo los departamentos de Rinconada y Sus-
fiel testimonio de este hecho. El potencial arqueológico-his- ques, anclados en plena Puna de Jujuy.
tórico de Rinconada se puede observar a través de la estructu- Este proyecto, que como punto de partida fue de am-
ra irregular de sus calles, el estilo de construcción en su casco plio beneficio y gratitud, ya que no sólo se benefició a fami-
céntrico histórico, sus edificios construidos en la época como lias de escasos recursos económicos y físicos, sino más bien
el Cabildo, la Iglesia o la Plaza. Otros son de construcción pos- fortaleció a las comunidades en la conservación del estilo
terior como la escuela, la policía, el correo, entre otros. de construcción de la zona con la utilización de materiales
Rinconada fue un centro de explotación aurífera y testi- comunes de la región, como ser barro, paja, cuero de lla-
monian este hecho los dos socavones mineros que atraviesan ma (chipa), y palizada (queñoa). Nos permitimos manifes-
el subsuelo de la población. A muy corta distancia también se tar que todo lo emprendido fue de un aprovechamiento al
encuentra la mina de oro “El Cóndor” y otro tanto las minas 100% de lo propuesto.
“Pueblo Viejo”, “Santa Rosa”, “Santo Domingo” y la quebra- En este espacio de gratitud, es notorio el aporte hecho
da de “Casa Colorada”. Por todo lo demás puede ser verídico de la Comisión Municipal de esta localidad, familias bene-
este relato en la temporada de verano, cuando cesa la lluvia ficiadas, y alumnos interesados en la materia, como si tam-
y fluye el oro en las arterias de la población. Otros sitios de bién a los que fuimos protagonistas en esta oportunidad
interés que se encuentran dentro del ejido de la jurisdicción señores Juan Eudes Quispe, Secretario de Cultura y Turismo,
municipal se pueden encontrar a distancias más prolongadas, Gregorio Gutiérrez, Presidente del Centro Vecinal, y Juan de
siendo: el Pucará de Rinconada (arqueológico), las Tumbas la Cruz Condori, entre tantos otros.
de Quera (histórico), Piedra Campana de Carahuasi (natu- Por lo que significa para nosotros este espacio finaliza-
ral), Misa Rumí en Casa Colorada (religioso), Pueblo Viejo de mos con un caluroso abrazo de afecto y amor hacia todos
Guayatayoc, Ruinas Arquitectónicas de Saviayoc, y el conoci- los que tengan la oportunidad de enterarse de que en este
do mundialmente Monumento Natural Laguna de Pozuelos. Rincón de la Puna también se obra con lealtad y patriotis-
Para la toponimia del vocablo Rinconada, Antonio Pa- mo de argentino. Muchas gracias.

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Fig. 1. Celebración de las fiestas patronales dedicadas al patrono San José frente a la Capilla de Rinconada (Diario La Prensa, 17 de
agosto de 1930)

Fig. 2. Un sector de la plaza de Rinconada con el Cabildo a la derecha, y, a la izquierda, el edificio que fue demolido para construir la
sede actual de la Comisión Municipal (Diario La Prensa, 29 de octubre de 1939)

25
Introducción y acercamiento a la realidad del
Pueblo Kolla

Jorge Mamani

Los Kollas somos la continuidad histórica y cultural como departamento de Yavi y Abra Pampa  con 7.496 en el depar-
Pueblo, la matriz cultural andina se manifiesta hoy en día en tamento de Cochinoca. El resto de la población en la región
nuestra forma de vida tradicional que involucra, la peque- es rural y es de 18.080 habitantes. De los cuatro departamen-
ña agricultura, la ganadería, el trabajo del oro aluvional de tos, Cochinoca y Yavi tuvieron un crecimiento poblacional
manera artesanal, la lengua quechua, la arquitectura andina, entre el año 1991 y 2001 y contienen las dos urbes más im-
el manejo de la medicina tradicional; la curación, la leída de portantes de la zona. En el departamento de Santa Catalina
las hojas de coca, el recibimiento de los ajayus de nuestros prácticamente no se modificó el número de habitantes entre
abuelos, corpachar y chayar con la Pachamama, todo lo que ambos censos y en el departamento de Rinconada disminuyó
hacemos todos los días hacen a nuestra identidad cultural la población. La razón más importante para esta disminución
en la diversidad. Principalmente nos ubicamos en la Región fue el cierre de la Mina Pirquitas y Mina Pan de Azúcar, con el
de la Puna en los departamentos de Cochinoca, Yavi, Santa consecuente éxodo de habitantes, especialmente a las loca-
Catalina y Rinconada y conformamos la mayor cantidad de lidades más importantes de la región y de otras zonas como
comunidades en esa región de alrededor de 96 comunida- por ejemplo Humahuaca o Tilcara en la Quebrada.
des, espacialmente dispersas. Por otro lado, algunas comu- Históricamente pre-existimos antes de la conformación
nidades se encuentran en la Quebrada y Valles. Tenemos que del Estado Argentino por lo cual el derecho del Estado Ar-
decir que el Pueblo Kolla también tiene presencia en la Pro- gentino nos reconoce a partir de la Reforma de la Constitu-
vincia de Salta. ción Nacional en el año 1994 incorporando a tal fin el arti-
La población total de la Puna (en sus 5 departamentos) es culo 75, inciso 17. La lucha por nuestro territorio se remonta
de 39.337 habitantes, la mayoría pertenecientes a los Pueblos a cuando nuestros abuelos levantaron las armas en la Batalla
Kolla que incluyen los Dptos., de Yavi, Rinconada y Cochino- del Abra de la Cruz y de Quera (1874 y 1875) en ejercicio a
ca y Santa Catalina (35.709) con el cual enfocamos el proyecto nuestros derechos consuetudinarios. Consecuencia de ello
regionalmente porque compartimos la misma matriz cultural. el ejército argentino reprime duramente nuestra autonomía
Más de la mitad (54%) se ubica en las dos ciudades más im- fusilando en cada plaza de los pueblos de la puna a nuestros
portantes: La Quiaca que cuenta con 13.761 habitantes en el máximos dirigentes e incorporando delegaciones educativas

1 Jorge Mamani es actualmente el presidente de la Comunidad Aborigen de Rinconada y, a su vez, de...

27
y militares, cumpliendo en aquellos tiempos la más dura de el autoconsumo. Presenta serias limitaciones de infraestruc-
las humillaciones sobre nuestra cultura y sobre nuestra vida tura (apotreramiento, corrales, refugios, salas de faena), pro-
tradicional. En el año 1946 la demanda por las tierras nos une visión de agua (captación, conducción y almacenamiento) y
también con los Kollas de Salta para caminar hacia Buenos baja incorporación de tecnología. La alimentación se basa en
Aires, consecuencia de ello nuevamente reprimen a nuestros el pastoreo directo con encierre nocturno sobre pasturas na-
abuelos y después de 10 años se expropian las tierras a los te- turales y en algunos casos incorporación a la cadena forrajera
rratenientes de la Provincia de Jujuy. Hoy podemos decir que de pasto llorón y en pequeñas parcelas con riego, alfalfa y ce-
la provincia de Jujuy es una Provincia Indígena donde juega reales de invierno. En ovinos, sobre la base de ganado criollo
un papel importante el auto reconocimiento Kolla tanto de la se han introducido reproductores de razas Corriedale (doble
zona rural y urbana, a todo esto tenemos que reconocer a los propósito), Merino (orientada a lana) y Hampshire Down
Pueblos Tilian, Kechua, Ocloya, Toara, Atacama, Omaguaca, y (“cara negra”, orientada a carne), expresándose en majadas
del Pueblo Guaraní. mestizas de gran heterogeneidad y sin una orientación cla-
ra y consecuente mejora de un producto definido de calidad
(lana, carne o ambos). Los machos permanecen con el rodeo
Identidad económica del Pueblo Kolla
todo el año y al no haber diferenciación por categorías las
Se remite a la ganadería (cría de ovejas, llamas), la agri- hembras entran en servicio anticipadamente, condicionando
cultura (papa, maíz, flores, haba, oca, hortalizas y verduras), su posterior desempeño reproductivo. No se realiza una ade-
la minería de aluvional de oro artesanal, saleras, canteras de cuada selección genética -ni de las hembras para reposición
piedras a pequeña escala sin la utilización de químicos y sin ni de las madres en producción- por lo que permanecen en el
hacer abuso del agua por lo cual permite desarrollarnos sos- rodeo, un elevado número de animales improductivos
teniblemente. El manejo del suelo tiene que ver también con Las actividades de intercambios, trueques o cambalaches,
la rotación de cultivos y del pastoreo de los animales tanto entre diferentes regiones, si bien han perdido la importancia
para verano e invierno. Las artesanías son también parte del que presentaban antiguamente, son revalorizadas en la ac-
ingreso actual. El trueque de productos con otros pueblos es tualidad, por organizaciones locales y pretenden constituirse
habitual en la Manka Fiesta (fiesta de la olla) La Quiaca, y en la en una alternativa mas para la economía regional. Las activi-
Pascua de Abra Pampa. Esto son unos de los puntos donde la dades de compra – venta se encuentran fuertemente relacio-
gente de las Comunidades confluyen para trocar y vender sus nados con el sistema de intermediación y se complementa
productos. El comercio de ropa, utensilios, calzados, carne, con el mercado local a través de la provisión y/o intercambio
coca, accesorios de bicicleteria y/o domésticos, api, empana- con comercios locales, escuelas y otros habitantes de la zona.
das, jugos, helados, que la gente vende y compra en las calles, Resulta problemática la comercialización de carne en las zo-
también son actividades que hacen a la subsistencia. nas urbanas ya que no se cumplen con las normas broma-
La actividad económica predominante en la región es de tológicas, lo que exigirá un proceso de articulación entre las
tipo familiar en pequeña escala asentada fundamentalmente organizaciones de las comunidades, la Comisión Municipal,
en la actividad ganadera. La agricultura se encuentra fuer- el IPAF, el PSA Jujuy, la Red Puna y la CO.DE.PO (Corpora-
temente limitada por la condición agroecológica del lugar, ción para el Desarrollo de la cuenca de Pozuelos), Unión de
restringida a pequeñas parcelas con acceso a riego, donde Pequeños Productores de la  Puna, Desarrollo Local, Coope-
se cultiva papa andina, haba, ajo, cebolla y otras hortalizas rativas de Productores, entre otros, para poder garantizar la
para el autoconsumo. Hay algunas experiencias de cultivo de venta de un producto de calidad adecuada.
hortalizas bajo cubierta (invernaderos andinos) y si bien el
manejo de esta tecnología no se encuentra muy afianzada,
La propiedad sobre la tierra
podría constituirse en un medio importante para la provi-
sión de alimentos frescos y de buena calidad nutricional. Un Es menester considerar que a partir del año 1996  se ha
aspecto a tener en cuenta es la oportunidad comercial que puesto en marcha en la provincia el “Programa de Regula-
encuentra, actualmente, la producción de papas andinas. Esta rización y Adjudicación de Tierras para las Comunidades
situación, si bien impulsa el rescate y la revalorización de este Aborígenes de Jujuy (PRATPAJ)”, creado por el Estado con la
cultivo, puede generar un importante incremento de esta ac- finalidad de devolver los territorios comunitarios a sus tra-
tividad con el riesgo de caer en un sistema de monocultivo dicionales ocupantes. Este Programa cuenta con financia-
inapropiado por la fragilidad ambiental de la zona. miento del Estado Nacional a través del Instituto Nacional de
La ganadería pastoril trashumante es lo predominante con Asuntos Indígenas, y es consecuencia directa de la reforma
rodeos de tipo mixto, compuesto principalmente por ovejas constitucional de 1994 que consagró en su artículo 75 inciso
y llamas (incorporando en distintas zonas y proporciones ca- 17: Corresponde al Congreso reconocer la preexistencia étni-
bras y/o vacas) con un fuerte componente de producción para ca y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar

28
el respeto a su identidad y el derecho a una educación bi- tenemos la meta de ejecutar a la brevedad este programa ya
lingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus que hay toda una serie de violentos desalojos, agresiones fí-
comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las sicas y verbales en los diferentes Pueblos en especial en la
tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de Puna por parte de los Terratenientes.
otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna
de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gra-
Educación
vámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión
referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que En los últimos años la visibilización de los Pueblos Indí-
los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente genas en Argentina se ha instalado en la estructura y agenda
estas atribuciones.   del Estado a partir de la generación de políticas públicas que
El régimen de tenencia de la tierra tiene una particular atienden a esa diversidad cultural. Estas acciones comparti-
característica en la provincia de Jujuy, ya que  el 45 % de la su- das desde la reivindicación y el ejercicio del derecho de los
perficie reviste el carácter de tierra fiscal. La mayor extensión Pueblos hizo que a nivel educativo la Ley 26.206 contemple
de las tierras fiscales corresponden a la Región de la Quebrada la “modalidad EIB” como figura para garantizar la Educación
y Puna,  con una extensión superior a 1.500.000 has. (Fuente: Intercultural en más de 24 Pueblos Indígenas. Por tal motivo
Secretaría de Ambiente y Desarrollo sustentable de la Na- este proceso de reconocimiento también estuvo ligado a la
ción, Programa Nacional de lucha contra la desertificación). emisión de becas para todos los alumnos indígenas con el fin
La situación actual es que la mayoría de las comunidades del de incentivar, apoyar económicamente a la terminación de
departamento de Rinconada y Santa Catalina ha iniciado el los estudios primarios, secundarios y terciarios. Se plantean
trámite de inscripción de la personería jurídica indígena con- dificultades técnicas y de burocracia para la recepción, docu-
siguiendo dicho el registro no así la titulación comunitaria de mentación,  seguimiento de las mismas, por lo cual repercute
sus tierras, debido a que el programa estaba orientado a re- en los territorios a través de la incertidumbre y la inestabilidad
gularizar tierras fiscales y mientras que en 99 % de las tierras comunitaria por la no consecución de los estudios por parte
de estos departamentos se sitúa sobre tierras individuales, de los beneficiarios. Desde una mirada positiva podemos ver
con titulares registrales fallecidos a la fecha en muchos casos. que también muchos jóvenes terminaron sus estudios pro-
También adquiere relevancia la falta de consenso entre los yectando nuevas perspectivas para seguir aprendiendo.  El
pobladores respecto a la opción por títulos comunitarios de derecho a la educación debe ser revisado estructuralmen-
propiedad por sobre los títulos particulares de derecho pri- te ya que consideramos que tiene que haber un trabajo de
vado, en muchos casos por desconocimiento de la institución fondo de nosotros con Uds. Para definir políticas educativas
de la propiedad comunitaria, figura inexistente en el derecho diversificadas basadas en el derecho consuetudinario y esta-
positivo argentino hasta la Reforma Constitucional referida. tal para lo cual es necesario encontrarnos para operativizar
También se han identificado casos de conflictos limítrofes esta demanda como primer punto. En segundo lugar consi-
entre comunidades del territorio. Estos diferentes escenarios deramos que la ayuda de becas indígenas es una beca que
jurídicos de las tierras requieren de acciones específicas para posibilita hoy a sobrellevar la vida de subsistencia de cientos
la consecución de los objetivos del PRATPAJ. y cientos de niños, jóvenes hombres y mujeres a mejorar su
En el mes de Mayo de 2006 el Tribunal Contencioso Ad- calidad de vida en el contexto en el cual nos encontramos,
ministrativo de la Provincia de Jujuy hizo lugar a un recurso ya que con el acompañamiento de tutorías hoy es posible
de amparo interpuesto por las Comunidades de los Pueblos hacer un acompañamiento desde la identidad y el ejercicio
Indígenas de la Provincia de Jujuy. En el fallo el Tribunal con- del derecho, por lo cual consideramos necesario la entrega
dena a la Provincia de Jujuy a entregar en forma definitiva de formularios de becas para este año.
en carácter de propiedad las tierras, y le otorga un plazo de La vida del estudiante en un principio se desarrolla pri-
quince meses  para que dé cumplimiento con lo ordenado en mero desde la Comunidad, donde es común asistir a la Es-
la sentencia, trascendiendo el concepto de Tierras por el de cuela sin dejar la vida en el campo, caminando mayormente
Territorio. Trabajamos en estos momentos (con el resto de los varios kilómetros para llegar a la Escuela, más adelante esto
CPIs) a partir de la sanción de la ley 26.160; la que suspende se acentúa dejando el campo de a poco y asumiendo la vida
los desalojos en tierras indígenas. Por primera vez se dispo- en un albergue. En la Secundaria, el trabajo es más notable
nen de fondos para el relevamiento técnico-jurídico-catas- por lo cual los viajes para trasladarse a una escuela secunda-
tral de las tierras que en forma tradicional, actual y pública ria  son más largos. En relación a la migración: mucha gente
ocupan las comunidades indígenas; las Labores profesionales especialmente  los jóvenes terminan por hacerse cargo de
en causas judiciales y extrajudiciales; los programas de regu- la familia en particular de niños y de las personas mayores
larización dominial a través del Programa de Relevamiento del campo. La mujer ha sufrido y sufre la discriminación
Territorial Indígena en Comunidades Indígenas, por lo cual por ser mujer y por ser indígena, año a año quien migra

29
primero y quienes terminan primero sus estudios desde que b) Se discrimina a los quechuahablantes institucionalmente
existe esa posibilidad, son los hombres y la mujer más allá de porque el órgano de aplicación en la provincia los exclu-
tener el legado cultural del Pueblo Kolla es quien más trabaja ye de la política educativa.
para llevar adelante la vida globalizada y aculturizada. Por lo c) El derecho a la igualdad se transversaliza con el acceso
cual es compleja la situación estudiantil en la zona rural en a la educación, al agua, a la alimentación, a la Salud, a la
comparación con los Kollas que viven y se sobre-explotan lengua y por lo cual no puede haber un Pueblo, sin agua,
como mano barata en la ciudad para intentar estudiar. A sin alimentación sin salud, sin lengua ya que por todos
esta altura muchos de nosotros los jóvenes no solo sufrimos estos factores se transmite la cultura.
el desarraigo sino también la necesidad de migrar hacia el
sur para buscar nuevas perspectivas de vida, estudio, trabajo,
Las relaciones institucionales y de apoyo al
con carga familiar para llevar adelante.
Pueblo Kolla
 En las visitas en las comunidades de la Puna también se
idéntifico el poco presupuesto en los comedores de las Es- La articulación con las organizaciones como C.O.A.J.
cuelas, por lo cual significa reducir la dieta de los niños: esto (Consejo de Organizaciones Aborígenes de Jujuy) y Red
impide el desarrollo escolar. A partir de 2 movilizaciones de Puna, la Asociación de Pequeños Productores de la Puna, la
este año no solo se logró visibilizar esta problemática sino Red Kolla, entre otras hizo posible poder llegar a Asambleas
también mostrar cómo los niños concurren a establecimien- de Comunidades a nivel departamental en la Puna, para ela-
tos cerca de Pasivos Ambientales Mineros como es el caso borar la propuesta, por ejemplo: en La Ciénega, El Angosto,
de la Escuela Pan de Azúcar que luego de su traslado en este Santa Catalina, Misa Rumi (Dpto. Santa Catalina); Rinconada,
año de la Mina al Pueblo, los niños de todas maneras tienen Casa Colorada (Dpto. Rinconada), La Quiaca (Dpto. Yavi), Abra
que atravesar un rio seco donde hace mas de 20 años reco- Pampa (Dpto. Cochinoca), considerando que para estos dos
rrieron los Metales Pesados de la Mina Pan de Azúcar, cuyo últimos espacios de reunión son de fácil acceso y donde el
afluente cobra vida todos los veranos y mueren animales, Representante del Pueblo Kolla llega mas fácilmente. La re-
plantas, pájaros, etc, etc. El acceso a la Educación tiene que lación interinstitucional con las organizaciones es hoy un eje
ver con múltiples factores que hoy inciden directamente al importante de trabajo, donde las Comunidades mantienen su
Pueblo Kolla entre ellos las largas distancias que se recorren independencia política en relación a estas organizaciones y
los niños, como así también de las largas distancias que tie- trabajan por temas en común para el beneficio del Pueblo
nen que atravesar los docentes para conseguir agua para que Kolla que son todas las Comunidades.
funcione la educación de los niños, en varias oportunidades   Los Espacios Deliberativos Comunitarios tienen su
se detectó la no concurrencia de los docentes por la esca- punto de partida en la reunión de cada Comunidad Indíge-
sez del agua. Y por medios televisivos (La Liga) se mostró a la na, a partir de allí confluyen en espacios mas grandes don-
sociedad argentina de cómo los niños de Pan de Azúcar no de los Comuneros y Comuneras trabajan en diferentes as-
toman agua en el almuerzo debido a la escasez. pectos que hacen a la vida de las Comunidades del Pueblo.
La discriminación a las mujeres Kollas se transparenta más Las Comunidades del Departamento de Santa Catali-
en las ciudades, donde a través de insultos denigrantes se le na determinó llevar adelante Asambleas Departamentales
baja la autoestima, se la trata como a una persona que cumpli- de Comunidades con fechas rotativas en las Comunidades.
ría mejor su rol de empleada doméstica por ser indígena. De En Yavi la reuniones Departamentales con las Comuni-
hecho en los poblados Kollas menos urbanizados como Abra dades se definieron mensualmente en la Casa Campesina,
Pampa o La Quiaca se está implementando una campaña de en este Departamento existen dos espacios Organizativos
sensibilización para informar sobre los derechos de los Pue- la de la RED KOLLA y la APPP (Asociación de Pequeños
blos Indígenas con el fin de comenzar a descolonizarnos, cuya Productores de la Puna). En Cochinoca las Comunidades
responsabilidad recae en el rol de las Comuneras y Comune- Confluyen en el CIC o bien el Salón de la Guardería Muni-
ros ante la falta de respeto que todo se humano vive. cipal, y donde coordina la reunión la Unión de Pequeños
En lo que respecta a las Lenguas Indígenas existen can- Productores de la Puna o bien la Comisión de Desarrollo
tidad de quechuahablantes dispersos en toda la Puna, quie- Rural. En el Departamento de Rinconada las Comunidades
nes todavía no se encuentran ocupando su lugar en pie de más organizadas están en la Jurisdicción de Rinconada
igualdad en los establecimientos educativos debido a varios estas se convocan cada 2 meses en una asamblea que rota
factores: en 6 Comunidades, estas tienen como Organización Acom-
a) El derecho a la Lengua Indígena es violado en los Pueblos pañante de Base a la RED PUNA. Todos estos espacios de
Indígenas de Jujuy, ya que no se jerarquiza a los Yacha- organización tienen como protagonistas a los Comuneros y
chej en su rol de educadores indígenas. Comuneras del lugar.

30
El proyecto “Puna y Arquitectura”
y el espacio doméstico puneño
Pensando el trabajo con la comunidad
Un recorrido por el proyecto “Puna y Arquitectura”
y sus aspectos metodológicos

Carolina Rivet y Jorge Tomasi

“Es en la práctica de experimentar las diferencias donde nos descubrimos como yos y como tús”
Paulo Freire (1994)

“Pero no hay labor más eficaz, para dar solidez a esta búsqueda
de lo americano, que la del viaje y la investigación en el mismo terreno”
Rodolfo Kusch (2000 [1962])

los estudiantes se formaran en cuestiones específicas de


Introducción
la arquitectura puneña. En paralelo, se realizaban en con-
En los distintos capítulos que componen este libro nos junto acciones de construcción y mejoras en distintas casas
referimos a distintas temáticas relacionadas con la arqui- intentando partir siempre de los puntos de vista locales.
tectura, especialmente la doméstica, en Susques y Rinco- Durante estos años, se encararon trabajos en más de veinte
nada. Es así como se tratan tanto cuestiones generales sobre casas entre ambas localidades abarcando tanto el ámbito
las configuraciones de las casas como los aspectos técnicos rural como el urbano.
involucrados en su construcción. En este capítulo daremos El proyecto “Puna y Arquitectura” surgió inicialmente
cuenta específicamente de las características del espacio desde la cátedra Ramos, y siguió luego en su continuado-
académico desde el que se han realizado estos trabajos. ra la cátedra Aboy, ambas de Historia de la Arquitectura
Entre el año 2005 y 2009 se llevó adelante una expe- en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la
riencia pedagógica y de extensión universitaria que se lla- Universidad de Buenos Aires. Sin embargo, a lo largo de
mó “Puna y Arquitectura” y que se desarrolló en dos pobla- estos años también han participado estudiantes y docen-
dos puneños de la provincia de Jujuy: Susques y Rinconada. tes de otras cátedras e incluso de otras unidades acadé-
Esta experiencia consistió básicamente en un intercambio micas1. Como plantearemos, se ha intentado, con éxitos y
entre estudiantes de distintos espacios académicos y veci- desventuras, interrelacionar espacios de formación, traba-
nos de ambas localidades a partir del que se buscaba que jo de campo, reflexión e investigación en el marco de una

33
actividad de extensión universitaria que intentó ser inter- de la sociedad, las otras formas de saber, son transforma-
disciplinaria. das no sólo en diferentes, sino en carentes, en arcaicas,
Como mostraremos más adelante, se buscó, sin que fuera primitivas, tradicionales, premodernas. Son ubicadas en
excluyente, tener un enfoque orientado hacia el trabajo de un momento anterior del desarrollo histórico de la huma-
campo. En el contexto del proyecto todos los participantes nidad” (2005:24)
han convivido con las familias, compartiendo con ellos, bus-
cando que sea reconocido su punto de vista respecto de la Esas “otras” formas de conocimiento fueron habitual-
construcción del espacio doméstico. De este modo, se espe- mente consideradas no sólo como una expresión del atraso,
raba facilitar un ámbito en que se reconocieran los saberes lo- sino también como un límite a cualquier política orientada
cales: las formas de pensar y hacer arquitectura vinculándose al desarrollo. Un desarrollo entendido como una acción que
con las técnicas, uso de los materiales y, fundamentalmente, debía transformar de raíz las prácticas y el modo de enten-
formas de habitar locales, considerando siempre la historici- derse en el mundo de esos grupos. En este sentido, siguiendo
dad de las prácticas. Nos ha interesado tratar las problemáti- a Escobar:
cas habitacionales, pero con el foco puesto en pensar sobre “Fue promovido un tipo de desarrollo que se correspon-
esas problemáticas junto con los actores y desde su universo día con las ideas y expectativas del Occidente próspero,
de soluciones posibles. En este sentido, se trató a lo largo de lo que los países occidentales consideraban que era el
estos años de respetar el rol de las organizaciones locales. Es curso normal de la evolución y el progreso (…) al con-
así como en cada campaña se ha trabajado en conjunto con ceptualizar el progreso en esos términos, la estrategia del
los Centros Vecinales, Comunidades Aborígenes y Comisio- desarrollo se convirtió en un poderoso instrumento para
nes Municipales de ambas localidades buscando integrar sus la normalización del mundo” (Escobar 1996)
diferentes intereses.
Este capítulo tiene como objetivo dar cuenta del enfoque Este no es un tema para nada ajeno a la arquitectura,
desde el que hemos pensado esta experiencia con la inten- como práctica y como disciplina, ni tampoco a las bases so-
ción de ponerlo en consideración y discusión. Esto implica bre las que se armó el proyecto “Puna y Arquitectura”. Son
reflexionar sobre el posicionamiento desde el que partimos al menos dos los temas que podemos desprender: el prime-
en la metodología de trabajo y mostrar el alcance que ha ro se refiere al modo en que la arquitectura producida en la
tenido el proyecto. Con este fin hemos organizado el texto Puna por sus pobladores ha sido históricamente estigmatiza-
en dos partes: en la primera, sin adentrarnos de lleno en el da, tanto como los saberes involucrados y las técnicas cons-
proyecto, nos interesa plantear brevemente algunos puntos tructivas utilizadas; el segundo, directamente relacionado, se
respecto al lugar de los saberes locales en el contexto de la vincula con las características de la formación universitaria:
formación académica. En la segunda parte sí describiremos qué se enseña y qué no.
puntualmente las características de esta experiencia de ex-
tensión universitaria. El imaginario sobre la arquitectura puneña
Si repasamos las descripciones generadas por diferen-
tes viajeros, científicos y funcionarios en las primeras déca-
El lugar de los saberes locales das del siglo XX veremos que en forma recurrente se seña-
En los últimos años, distintos autores, especialmente en el laba la precariedad, pobreza y atraso de las casas en las que
marco de los estudios poscoloniales, han puesto el foco en la moraban los pobladores (Cfr. Boman 1992 [1908]; Catalano
extrema subvaloración que ha existido históricamente hacia 1930; Cerri 1993 [1903]; entre otros). Es posible observar
las diferentes formas de conocimiento no enroladas dentro una relación directa entre el modo en que son construidas
de “las occidentales”: las propias de pueblos originarios, sec- ciertas imágenes sobre el paisaje puneño, las personas y las
tores populares, grupos campesinos u otras. En contraste, los expresiones culturales, entre ellas la arquitectura. Mientras
saberes académicos y científicos eran vistos como la máxima que los viajeros y funcionarios describían, y construían, un
expresión del conocimiento. Tal como propone Lander: paisaje desértico donde la vida humana es prácticamente
“Las otras formas de ser, las otras formas de organización imposible, se empeñaban en retratar a los pobladores como

1
Por ejemplo, algunos de los participantes surgieron, además de las diferentes carreras de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo
de la Universidad de Buenos Aires, de las Facultades de Ciencias Económicas, de la Facultad de Filosofía y Letras y de la Facultad de Ciencias
Sociales de la misma universidad. Se sumaron también, estudiantes de la Universidad Nacional de Tucumán y, en el último año, de la Univer-
sidad Nacional de Jujuy. Además de personas que formaban parte del espacio de investigación del Centro de Documentación de Arquitectura
Latinoamericana (CEDODAL).

34
introvertidos, huraños y alejados de las costumbres de la sistencia. Valga como ejemplo el hecho de que los planes de
civilización. En una suerte de continuidad descriptiva, en vivienda social, en términos generales, suelen responden a
estos relatos la arquitectura local es tanto una consecuencia esquemas “oficiales” irremediablemente asociados con de-
del atraso reinante como la causa del mismo dadas las con- terminados usos del espacio y de organización del grupo
sideraciones sobre la habitabilidad de las casas2. Tal como familiar que se pretenden como universales. Con el uso de
plantea Lander: determinados materiales ocurren situaciones parecidas: el
“A partir de caracterizar las expresiones culturales “tradi- adobe o las cubiertas con torta de barro siguen siendo aso-
cionales” o “no-modernas”, como en proceso de transi- ciados con la precariedad y la pobreza de recursos de los
ción hacia la modernidad, se les niega toda la posibilidad pobladores4, mientras que el uso de materiales alternativos,
de lógicas culturales o cosmovisiones propias. Al colo- como la chapa, el ladrillo cocido o los bloques cerámicos, pa-
carlas como expresión del pasado se niega la posibilidad reciera ser impulsado con el objetivo de lograr una “mejor
de su contemporaneidad” (2005:26) calidad de vida”. De esta manera se niegan no sólo técnicas
constructivas, sino también los “modos de hacer” locales
A partir de la caracterización de los saberes y las expre- bajo la imposición de otros.
siones culturales como atrasadas, se fue planteando la base La referencia de Lander, que citamos algunos párrafos
para las acciones transformadoras de las poblaciones pune- antes, respecto a la negación de la contemporaneidad de
ñas. De hecho, la Puna se constituyó como un espacio que las expresiones culturales tiene otra implicancia importante
debía ser transformado, que debía ser encauzado en la senda para nosotros. De la mano de esta negación viene la caracte-
del “progreso”. La urbanización de la población, que residía rización de estas expresiones como estáticas, casi una arqui-
en forma dispersa, fue una de las acciones más claras. En este tectura “detenida en el tiempo”, con un tono nostálgico. Estas
esquema quedaban fuera las prácticas, actividades produc- interpretaciones, tanto como las civilizatorias, ubican a los
tivas y los saberes locales de los pobladores, y la propia ma- modos de construir locales en un pasado remoto e intempo-
nera de pensar su realidad. Las prácticas arquitectónicas no ral. Este tipo de miradas han estado sumamente presente en
estaban exentas y los modos de construir locales fueron per- las lecturas más románticas de la arquitectura puneña con un
manentemente estigmatizados en base a apreciaciones de claro sesgo esencialista. Todo cambio suele ser puesto en tér-
orden estético, higienista o estructural. Es decir, se sostenía minos de “pérdida de la pureza natural”. Cuando se plantean
que las casas expresan la pobreza de la población, favorecían políticas desde esta posición, especialmente vinculadas con
las enfermedades o el adobe no cumplía con las necesidades el patrimonio o el turismo, se tiende a un congelamiento de
estructurales básicas. las prácticas y las materialidades. Tal como plantea Martín-
Barbero, se piensa el patrimonio desde la “inmovilización
Entre los distintos ejemplos concretos que podríamos ci- del tiempo” (1999:13) olvidando la dinámica de las prácticas
tar, cabe mencionar una Circular de 1911 del Ministerio del culturales de los grupos sociales.
Interior dirigida a los Gobernadores de los Territorios Nacio-
nales, incluido el de Los Andes, donde se establecía que los Los espacios de formación
materiales que debían utilizarse en las construcciones eran Generalmente, la formación que se brinda en las fa-
el ladrillo cocido, el cemento armado o la piedra, quedando cultades de arquitectura, al igual que en otras carreras, se
fuera los “materiales de ínfimo valor como el adobe crudo”3. encuentra encerrada en los claustros universitarios. No es
Lo que nos interesa de esto, es que no sólo existieron discur- habitual que los estudiantes tengan la posibilidad de ac-
sos contrarios a las técnicas de construcción locales, sino que ceder a otras formas de conocimiento y de vincularse con
se desarrollaron políticas concretas orientadas a transformar otras problemáticas. Esto implica un sesgo en la educación
las prácticas y abandonar ciertos saberes considerados me- y un distanciamiento del espacio universitario frente a otros
nores desde los ámbitos oficiales. actores sociales. Por otra parte, es posible observar que, en
Incluso hoy en día este pensamiento, aunque no se ex- términos generales, la formación tiene un carácter esen-
prese de la misma manera, ha demostrado una notable per- cialmente urbano. Escasamente la problemática del medio

2
Valga como ejemplo lo dicho por Daniel Cerri, primer gobernador del Territorio de Los Andes, sobre las casas en la Puna:
“sus míseras habitaciones son pircas con un techo compuesto de paja y arbustos malamente colocados, con el objeto ostensible de ampararse
de los ardientes rayos solares más que de las lluvias tan raras en esas altas regiones” (1993 [1903]:41).
3
AGN, Serie Histórica III, Cuerpo 127, Carp. 12, F. 578
4
Si bien se ha citado en otros trabajos en este mismo volumen no está de más volver a mencionar que de las consideraciones del INDEC para el
Censo de Población del 2001 se desprende que las construcciones con cubiertas de barro corresponden a la categoría más baja (MPF 2007).
No es extraño entonces que en el caso de Susques, según los datos del mismo censo, algo más del 60% de las casas se correspondían en ese
momento con esa categoría.

35
rural y de su población está contenida en los programas de barro o, aún más, cuando se sostienen las ventajas que en
estudio o en las discusiones, dejando fuera de la formación determinados lugares puede tener un piso de tierra fren-
una porción considerable del posible campo de acción de te a uno de baldosas. Esta situación es aún más profunda
un profesional. cuando se trata de saberes populares que están casi ausen-
Tal como plantea Víctor Pelli, la forma de pensar el ejer- tes de la universidad. De esta manera se deja de lado un
cicio profesional, en principio de los arquitectos, lleva a enorme cuerpo de conocimientos y se minimiza el rol de
que las necesidades, o expectativas de las personas, en el todo aquello que no surge desde los espacios académicos.
marco de su pertenencia social sean, “ignoradas, cuestio- Es interesante que observemos lo planteado, desde la ar-
nadas o, en los mejores casos, admitidas como válidas pero queología aunque absolutamente válido para la arquitec-
bajo las interpretaciones propias del arquitecto a cargo del tura, por Curtoni y Chaparro:
proyecto, sin reconocer el carácter propio e intransferible, “La construcción de conocimientos a la luz del pensa-
de la auténtica versión de la necesidad, imposible de de- miento moderno, concentra y condena a los investigado-
terminar ajustadamente sin el aporte de quien la padece” res y por lo tanto a las ciencias sociales al dominio exclu-
(Pelli 2007:30) sivo de la academia, al ámbito elitista del manejo de los
saberes. La consecuencia de ello es el establecimiento de
Existe entonces una disociación entre los ámbitos disci- una distancia cada vez mayor expresada tanto en la es-
plinares y otros espacios de desenvolvimiento. Esta distancia pecialización del lenguaje (limitándose las posibilidades
se hace evidente en la formación de los profesionales, en los de diálogos) como en las relaciones con sujetos externos
contenidos que son incorporados y en el modo en que se a las disciplinas e inmersos en situaciones específicas”
transmiten. Es así como, (2008:218)
“(…) no sólo se desestiman otras formas alternativas de
adquirir o manejar información, sino también se cierran En todo caso, el proyecto “Puna y Arquitectura” no fue
las posibilidades de participación activa a otros agentes planteado como una negación de la formación académica,
sociales que no pertenezcan al ámbito disciplinar” (Cur- sino más bien como un complemento. Se trató de una bús-
toni y Chaparro 2008:219-220) queda para sumar otros puntos de vista respecto a la cons-
trucción del espacio doméstico, en este caso en dos loca-
Sin ir más lejos, las técnicas tradicionales de construcción lidades puneñas. La extensión universitaria es un camino
que se utilizan en una porción importante del país desde posible para acercar el ámbito académico a otros actores de
hace mucho tiempo (Ver, por ejemplo, Viñuales 1994), como la sociedad5; no sólo para acercar posibles “soluciones” a sus
la construcción con tierra, son escasamente mencionadas, problemáticas sino también, en un camino de ida y vuelta,
sino ignoradas, en los cursos de grado, observándose una para enriquecer la formación en la universidad. Sobre la base
clara inclinación hacia los “materiales de tipo industrializa- de lo dicho en estos últimos párrafos, en los siguientes pun-
do”. Esto no es menor puesto que se están negando lógicas tos nos proponemos recorrer las características concretas que
que no sólo tienen pertinencia y factibilidad técnica sino que asumió este proyecto.
forman parte de las tradiciones constructivas locales en mu-
chos sitios. La cuestión no se limita a lo técnico, ya que las
El enfoque y la metodología del proyecto “Puna y
diferentes concepciones del espacio, de la organización so-
Arquitectura”
cial de distintos grupos o sus historias tampoco suelen estar
presentes. En este camino, el ámbito académico puede ter- La discusión sobre el rol y la importancia de los saberes
minar funcionando como un espacio de reproducción de los locales, en este caso especialmente los relacionados con la
esquemas dominantes y no como un ámbito para búsquedas arquitectura, y la necesidad de su inclusión dentro de los
alternativas o al menos de puesta en juego de la multiplicidad espacios de formación académica, en diálogo con otras
de puntos de vista existentes. formas de conocimiento, fue desde un comienzo el punto
En este contexto no debería sorprender que muchos de partida de este proyecto; tanto como la centralidad dada
profesionales, surgidos de estas mismas facultades, sigan a los pobladores de Susques y Rinconada en la definición
mirando con extrañeza cuando se habla de la pertinencia de los trabajos y el cómo realizarlos. Ambos aspectos se
del adobe, de la conveniencia de una cubierta con torta de orientaron hacia el mismo objetivo: la redefinición de las

5
Tal como plantea Beatriz Pedro:
“Docencia, Investigación y Extensión son las variables del proceso de formación que se desarrolla en las universidades. Dos de esos procesos,
el de enseñanza-aprendizaje y el de investigación científica, están reconocidos y constituidos como tales. La tarea de extensión, en cambio, es
mayoritariamente desconocida. A través de ella la Universidad pone a disposición de la sociedad sus capacidades para mejorar la calidad de
vida de la comunidad de la que es parte” (2009:12)

36
relaciones entre los profesionales, en este caso estudian- los discursos que le niegan la actualidad y pertinencia a la
tes, y los actores locales. Se trató de evitar una comunica- arquitectura local. En este sentido, el trabajo se constituía
ción unidireccional en la que sólo una de las partes fuera la como un espacio de debate y de reconocimiento de los sa-
dueña exclusiva del conocimiento, mientras que la otra se beres locales.
convirtiera en un mero receptor pasivo. Esta asimetría, ha- Asimismo, la participación de diversos constructores, de
bitual por cierto, irremediablemente está relacionada con distintas edades y realidades personales, permitía romper
la valoración de ciertos saberes, en general los disciplina- con ciertos discursos que suponen la existencia de una ho-
res, por encima de otros. En este sentido, estamos alineados mogeneidad de las formas de construir en la Puna: la idea de
con lo que plantea Víctor Pelli, cuando sostiene que lo que que las casas son “todas iguales”. Por el contrario, tal como se
se debería buscar es, pone en evidencia en los trabajos contenidos en este mismo
“(…) la participación plena del habitante, concertada con volumen, cada constructor tiene sus propias formas de llevar
los demás actores, en la tarea de definición de cuáles, y a cabo las técnicas y brinda en el trabajo su propia perspec-
con qué prioridades, son sus necesidades; en este caso tiva construida desde su trayectoria. A partir de esto ha sido
las habitacionales” (2007:34) posible observar la considerable diversidad que existe en los
modos de proyectar y materializar el espacio. Por otra parte,
En la práctica concreta, durante cada una de las cam- esta forma de trabajo permitió que las respuestas dadas en
pañas, se trabajó con una determinada cantidad de fami- cada caso fuera específicas y no una solución genérica dise-
lias que proponían las modificaciones que querían encarar ñada a priori. En los veintidós trabajos encarados la proble-
en sus casas. Es decir, los miembros de las familias fueron mática era diferente y las acciones llevadas a cabo también7.
quienes definían la tarea a realizar (la reparación de un te- Los materiales constructivos eran, en general, aportados
cho o la construcción de un nuevo recinto), las característi- por las mismas familias, fueran adobes, cañas o piedra. Dada
cas espaciales de la construcción y los materiales y técnicas la situación de ciertos grupos familiares, en ocasiones esto no
a utilizar. De esta manera se intentaba reconocer y poner era posible y en esos casos se generaron distintas soluciones.
en juego los múltiples conocimientos constructivos que de En algunas de las obras fueron las Comisiones Municipales
hecho un gran porcentaje de los pobladores tienen. En cada las que aportaron materiales o bien los Centros Vecinales; en
una de las casas en que se trabajó, alguno de los miembros otras, algunos vecinos los cedieron o los intercambiaron por
asumía el rol de maestro constructor6 y dirigían los trabajos otros. Es decir, que los materiales necesarios surgían de las
y, al mismo tiempo, les explicaban a los estudiantes las ta- propias posibilidades de las familias o de sus organizaciones,
reas a realizar, les mostraban cómo hacerlo y los corregían poniéndose en juego redes de colaboración y cooperación
en el trabajo concreto. Básicamente, se constituían como existentes8.
profesores. La participación de los grupos familiares ha sido funda-
El poner la prioridad en las miradas locales de ninguna mental en el desarrollo del proyecto. De hecho, el trabajo
manera impedía la discusión y el intercambio de visiones; propiamente dicho se diseñó precisamente en torno a las
más bien esas situaciones se presentaban continuamen- familias. Los estudiantes se organizaban en equipos y, en la
te. La diferencia radicaba en que el foco sí estaba puesto medida de las posibilidades, convivían en las casas durante
en reconocer las soluciones que los mismos pobladores las dos semanas que duraban los trabajos. De esta manera
tenían para ofrecer. De esta manera se ponían en discu- participaban en actividades cotidianas que excedían lo me-
sión, tanto con los estudiantes como con los pobladores, ramente arquitectónico pero que, entendemos, son funda-

6
Idealmente eran miembros de las familias quienes asumían este rol, sin embargo, cuando en algún caso, no había una persona que pudiera
asumir el rol de director de los trabajos, como de hecho ocurrió cuando en las casas vivían mujeres solas con hijos, algún otro poblador, en
general pariente, dirigía la obra. En términos generales, este rol era ocupado por varones a partir de una cierta división del trabajo por género.
Sin embargo, esto no implicaba que las mujeres no participaban, por el contrario lo hacía de un modo por de más activo en la definición de
los trabajos.
7
Para el detalle de los trabajos realizados en cada una de las casas ver en este mismo volumen la sección de “Casas, puestos y domicilios”.
8
El proyecto colaboraba con las familias en los gastos de alimentación que surgían de tener a cinco personas más viviendo en sus casas. De la
misma manera, se aportaron herramientas y equipamiento para los trabajos. Estos gastos se financiaron con los subsidios del Programa de
Voluntariado Universitario de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación. El proyecto fue beneficiado
con este programa en los períodos 2006-2007, 2007-2008 y 2008-2009. La logística de movilizar una cierta cantidad de personas, en general
alrededor de veinte en cada campaña, tiene ciertas complejidades y costos. Por un lado están las precauciones en torno al cuidado físico que
requiere cualquier trabajo de extensión universitaria especialmente cuando se trata de actividades de construcción. Respecto a esto, la Uni-
versidad contrató seguros específicos y, desde el proyecto, se realizaron cursos de Primeros Auxilios con la Cruz Roja para manejar cualquier
situación compleja que pudiera darse. En cuanto a los costos, los participantes debían solventar sólo los gastos de pasaje hasta la provincia
de Jujuy. Para las situaciones en que no podían hacerlo, se generó un sistema de becas de viaje. Todos estos costos fueron financiados por los
subsidios mencionados en el punto anterior.

37
mentales para comprender la constitución del espacio do- blemática puneña desde distintas disciplinas como antropo-
méstico y su uso. Es así como se intentaba aproximar a los logía, arqueología, geografía, etnomusicología y arquitectura.
estudiantes a uno de los objetivos del proyecto: que se re- A partir de esta actividad, además de enriquecer las miradas
conocieran otros puntos de vista respecto a la construcción de los estudiantes, se buscaba brindar una aproximación
del espacio mientras se relativizaban las propias categorías. teórica a aquello que luego se trabajaría desde la práctica.
En el caso de Susques, se sumaron a los trabajos estudiantes Siendo también un espacio de formación, el trabajo de
del secundario a partir de un convenio con el Bachillerato N° campo se constituyó como una experiencia que permitía
3 de la localidad. pensar la construcción del conocimiento, no como un cami-
En conjunto con esta centralidad del grupo familiar, des- no unidireccional sino como una construcción dialéctica. Es
de un comienzo se buscó respetar el lugar de las organiza- decir, pensar los roles de maestro y alumno como posiciones
ciones locales existentes y trabajar mancomunadamente. dinámicas que pueden asumirse alternativamente durante el
Esto implicó reconocer tanto sus puntos compartidos como trabajo. Se trataba de no delimitar taxativamente quién es “el
la diversidad de intereses de cada una y la complejidad de que sabe” y quién “el que debe aprender”, sino de estable-
sus interrelaciones. De allí, que en ambas localidades han cer una relación entre distintos actores productores de co-
estado, entonces, directamente involucradas las Comisiones nocimiento. Así como es válida la producción académica del
Municipales, Centros Vecinales y Comunidades Aborígenes9. conocimiento que se da en la Universidad, también lo es la
Asimismo, se trabajó en conjunto con la Prelatura de Huma- de los pobladores en la Puna. En las relaciones que se cons-
huaca, lo que permitió que se sumaran las parroquias locales, truyeron entre quienes participaban desde el ámbito acadé-
especialmente la de Susques. La participación de cada una mico y los actores locales se producían múltiples situaciones
de estas organizaciones incluyó, por un lado, el trabajo con- de interacción cotidianas. Las decisiones respecto al qué y al
creto de construcción en las casas con aportes de materiales cómo se realizaban los trabajos surgió de esa interacción. Los
o transporte. Pero además de esto, de por sí importante, las pobladores pusieron en juego sus conocimientos, sus dife-
tres organizaciones en cada una de las localidades seleccio- rentes modos de pensar y hacer arquitectura, y los estudian-
naban las familias con las que se trabajaría cada año10. tes los suyos. De hecho, el intercambio se dio en múltiples
Si bien hasta ahora nos hemos referido exclusivamente sentidos tanto que en más de un momento han sido los po-
al trabajo de campo, desde un comienzo se intentó que el bladores que han recordado técnicas constructivas viendo a
proyecto abarcara distintas actividades a lo largo del año. En sus pares utilizarlas.
este sentido, se conformaron distintos espacios de acción El espacio de aprendizaje fuera de las aulas, el encuentro
que comprendían la formación, la extensión y una aproxima- con un “otro” poseedor de un punto de vista diferente favo-
ción a la investigación. No se trataba de momentos autóno- rece una reflexión sobre las categorías construidas desde la
mos sino más bien de formas de aproximación a la misma pertenencia a un determinado colectivo disciplinar. En pala-
problemática, con un lugar importante, mas no excluyente, bras de Esteban Krotz:
destinado para el trabajo de campo. Esta dinámica se ha “la situación del contacto entre culturas puede volverse,
ido transformando en estos cuatro años a medida que se de esta manera, el lugar donde se puede ampliar y pro-
reflexionaba sobre las acciones y se discutían los puntos de fundizar el conocimiento de sí mismo, y de su lugar de
partida del proyecto. Los espacios de formación fueron plan- origen, para ser más exactos, de sí mismo como parte de
teados en diferentes niveles poniendo énfasis en la forma- su lugar de origen y de su lugar de origen como el resultado
ción académica con una fuerte especialización en temáticas de los actos humanos, es decir, de sus propios actos.” (2002,
relacionadas con la problemática puneña. resaltado en el original)
En cuanto a los espacios de formación, desde el 2005 se
desarrolló un seminario intensivo anual dictado por distintos En definitiva, esta experiencia del extrañamiento11 se pre-
investigadores que tienen a la Puna como espacio de trabajo. sentaba como una forma de relativizar las categorías previa-
De esta manera, se intentaba brindar un panorama de la pro- mente construidas respecto a qué es una casa, sus usos y el rol

9
Específicamente han participado, en Susques: Comunidad Aborigen “Pórtico de los Andes”, Centro Vecinal de Susques y Comisión Municipal
de Susques; en Rinconada: Comunidad Aborigen de Rinconada, Centro Vecinal de Rinconada y Comisión Municipal de Rinconada.
10
En el caso de Susques, los casos seleccionados se discutían además en las Asambleas Comunitarias que se llevan adelante dos veces por año.
En estas Asambleas los responsables de las distintas instituciones y organismos presentes en la localidad (Escuela, Hospital, Policía o el Club
Belén, entre otros) dan cuenta del trabajo realizado y los vecinos tienen la posibilidad de preguntar y demandar abiertamente. En nuestro caso,
cada año se exponían también los resultados de los trabajos y el rumbo que tomaba el proyecto.
11
Krotz se refiere al extrañamiento como una experiencia dada por “la confrontación con las particularidades hasta entonces desconocidas de
otros seres humanos” (2002).

38
de un profesional en su definición. En la praxis específica del realidad que es más amplia. Si bien la población urbana hoy
proyecto se buscó facilitar las condiciones que favorecieran no en día es significativa, para muchas familias la vida cotidiana
sólo la reflexión sobre la problemática del espacio doméstico, transcurre entre las casas en el campo y sus puestos de pasto-
en este caso en la Puna, sino también, y especialmente, el pen- reo, con la movilidad propia de la actividad pastoril. Es decir
sar sobre la propia actividad como de un campo disciplinar. que muchos de los grupos familiares residen en el campo y
En el contexto de las tareas constructivas, cada equipo de poseen, además de su casa en el pueblo, un domicilio o casa
trabajo llevó adelante un relevamiento detallado de las casas de campo y una cantidad variable de puestos de pastoreo en-
donde se realizaban los trabajos. Por un lado se ha observado tre los que se desplaza junto con sus animales, sean llamas,
y registrado el patrimonio tangible e intangible existente, y cabras u ovejas. Hemos intentado en este proyecto recono-
por el otro las tareas constructivas que se fueron realizando cer la importancia del pastoreo que no es sólo una técnica de
durante la experiencia. Estos documentos que se generaron producción familiar, sino que “constituye un modo particular
incluyen, por otra parte, tanto las técnicas actuales que se de socialización de la naturaleza” (Göbel 2000/02:273). En
usaron durante los trabajos, como aquellas que se identifica- relación con esto los trabajos constructivos se han desarro-
ron en las construcciones existentes. El material recogido se llado tanto en casas urbanas como rurales, incluso en puestos
procesó y sistematizó, para luego entregarlo tanto a las fami- de pastoreo de acuerdo a las necesidades planteadas por los
lias como a las organizaciones que, en algunos casos, lo han grupos familiares.
revisado y corregido. En tanto se buscó que participaran es- Más allá de los datos cuantitativos, a lo largo de este tex-
tudiantes de otras carreras, como antropología o sociología, to, y del libro, hemos intentado mostrar una experiencia, ge-
los relevamientos se enriquecieron con las distintas miradas nerada durante cuatro años de trabajo, de poner en conjunto
disciplinares. Es decir que a largo de estos cuatro años se los saberes locales y los académicos. Las distintas estrategias
conformó un enorme cuerpo de información sobre distintos puestas en juego permitieron el diálogo cotidiano y el inter-
aspectos de la arquitectura puneña, especialmente sobre las cambio entre personas con formaciones y trayectorias bien
técnicas constructivas con tierra. De hecho, esos relevamien- diferentes. En todo este tiempo se dieron numerosas instan-
tos fueron utilizados para las investigaciones que resultaron cias de colaboración, enseñanza y aprendizaje en la práctica
en los distintos textos de este libro. concreta de los saberes. Estas instancias involucraron entre-
cruzamientos entre estudiantes de distintas disciplinas y los
constructores y las familias. Distintos momentos en los que
Comentarios finales
pobladores de edad recordaban las técnicas aprendidas en su
Para darnos una idea del alcance que tuvo este proyecto juventud y podían mostrarles sus saberes no sólo a personas
debemos mencionar que, en sus cuatro años de actividad, se que venían de otros sitios, sino también a jóvenes de las mis-
han llevado a cabo siete campañas de trabajo12. En esas cam- mas localidades. En este sentido, se ponía en juego la perti-
pañas se encararon intervenciones en veintidós casas tanto nencia y vitalidad de esos saberes, frente a los planteos que
en espacios urbanos como rurales. Cada una de estas cam- los convierten en una persistencia romántica o anacrónica.
pañas tuvo una duración de dos semanas y las tareas fueron Entendemos que el reconocimiento de los modos en
desde la reparación de techos con torta de barro o guaya has- que se expresan las técnicas constructivas y cuáles son los
ta la construcción de recintos completos con adobe y piedra. puntos de vista locales sobre la arquitectura, es de impor-
Todos los proyectos surgieron de propuestas de las familias y tancia para cualquier tipo de trabajo de intervención o ex-
las organizaciones locales, y se fueron modelando con todo tensión en cualquier comunidad. En este sentido, creemos
el grupo a medida que el trabajo iba avanzando. A lo largo de que, tal como plantea Jesús Martín-Barbero, se debe tener
estos años han participado más de cien estudiantes de dife- en cuenta
rentes carreras y se han sumado alrededor de ciento treinta “(…) la necesidad ineludible de que en las decisiones so-
personas de las mismas comunidades. bre lo que se considera patrimonio cuenten, tanto o más
Dadas las características del espacio doméstico pune- que los expertos y arqueólogos, las comunidades con-
ño, al menos en Susques y Rinconada, no es menor decir cernidas, único modo de que lo que se tiene por patri-
que los trabajos se llevaron a cabo tanto en el campo como monio responda no sólo al criterio de autenticidad sino
en el pueblo. Éste es un punto importante puesto que, por sobre todo al de reconocimiento: que se trate de algo en
ejemplo, las políticas oficiales de vivienda se orientan casi lo que una colectividad concreta se reconoce como parte
de manera excluyente al espacio urbano y dejan fuera una de su historia y su vida cultural” (1999:14).

12
La primera campaña se realizó en el 2006; entre el 2007 al 2009 se encararon dos por año. Del total de siete, dos se realizaron en Rinconada y
las restantes en Susques.

39
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40
La casa como una construcción
múltiple y colectiva
Aproximaciones al espacio doméstico en Susques y en Rinconada

Jorge Tomasi

Introducción san y organizan su mundo. Tal como observa Nielsen, la casa


“puede ser analizada como un ‘cosmograma’ que sintetiza
Una de las características del proyecto “Puna y Arqui-
el entendimiento práctico del mundo que distingue a cada
tectura” fue que los trabajos se realizaron intentando re-
cultura” (2001:43).
conocer las particularidades que adquiere el espacio do-
El material que presentaremos ha surgido del trabajo de
méstico puneño. En este sentido, se ha buscado que las campo que hemos encarado, especialmente en Susques, a
respuestas tuvieran en cuenta los puntos de vista locales so- partir del año 2003. Dentro de este trabajo debemos incluir
bre la casa y por eso se ha trabajado poniendo el foco en las las diversas campañas realizadas desde el proyecto “Puna y
intenciones de los pobladores. Nos interesa en este trabajo Arquitectura”. A los efectos de este texto recurriremos exclu-
aproximar algunos elementos para comprender el espacio sivamente a los ejemplos en los que hemos trabajado en ese
doméstico en Susques y en Rinconada considerando esos contexto con la intención de dar un marco que permita una
puntos de vista locales. Es decir, qué es lo que una persona mejor comprensión de los trabajos que conforman este libro.
de estas localidades entiende por la casa. Esto implica pen- En una suerte de presentación conjunta, esos otros trabajos
sar la arquitectura no sólo como un objeto susceptible de alimentan y enriquecen lo dicho en éste.
ser analizado en su morfología o estructura sino desde su Existen antecedentes importantes respecto a este tema de
imbricación con aspectos de la realidad social de las per- investigación en nuestra área de trabajo, y surgidos de distin-
sonas. En este sentido, podemos partir de considerar que tos espacios disciplinares1. En este sentido cabe mencionar el
el espacio doméstico nos dice mucho sobre la cotidianidad trabajo realizado en la localidad de Huancar, a pocos kilóme-
de esas personas pero también sobre el modo en que pien- tros de Susques, por Bárbara Göbel (2000/02 y 2002) quien,

1
Nos hemos limitado a los textos más recientes y cercanos a nuestra investigación sin embargo debemos mencionar la existencia de numer-
osos trabajos que recorren con diferentes enfoques la arquitectura puneña desde principios del siglo XX. Entre estos, los “Documentos de
Arte Argentino” publicados por la Academia Nacional de Bellas Artes en la década de 1930 y 1940, y los textos contemporáneos, desde la
antropogeografía, de Ardissone (1937), De Aparicio (1937) y Márquez Miranda (1945), entre otros. En la década del sesenta se publicaron en la
revista “Nuestra Arquitectura” los trabajos realizados por Federico Ortiz, Rafael Iglesia, Miguel Asencio y Héctor Schenone sobre “Pueblos de
encomienda en la Puna jujeña”. Asencio, Iglesia y Schenone (1974) publicaron “Arquitectura en el altiplano jujeño” algunos años más tarde.
En la misma época se publicó la investigación de Alfredo Bolsi y Ramón Gutiérrez (1974) específicamente sobre Susques y que usaremos en
este trabajo. Finalmente cabe mencionar la publicación del Instituto de Investigaciones de la Vivienda (1972), cuyo autor fue Hernán Urquijo,
sobre “Tipos predominantes de vivienda natural de la República Argentina” que retomó algunas de las investigaciones realizadas treinta años

41
entre otros temas, ha trabajado el uso del espacio asociado gue siendo central para muchas de las familias4, y su relación
con la actividad pastoril. Desde la etnoarqueología son dos con otras actividades.
las investigaciones relevantes para este trabajo. Por un lado
la de Hugo Yacobaccio y su equipo (1998) en el mismo Sus- Dinámica y movilidad de la actividad pastoril
ques, vinculado con las características de los asentamientos Tal como plantea Göbel para el caso de Huancar, y que
relacionados con el pastoreo de camélidos. Por el otro, los es válido para nosotros, el pastoreo no es sólo una técnica
trabajos de Daniel Delfino (1995 y 2001), en la localidad de de producción, sino que “constituye un modo particular de
Laguna Blanca en la Puna catamarqueña, que contienen un socialización de la naturaleza” (2000/02:273). En este senti-
exhaustivo registro y análisis de los patrones de asentamiento do, este tipo de actividad implica una particular concepción
locales pero a su vez recorren las técnicas constructivas. Para del espacio relacionada con la dinámica de desplazamien-
el caso de Rinconada no son abundantes las investigaciones, tos estacionales de los pastores y su hacienda5. Tanto en Sus-
sin embargo se destaca la de Rodolfo Rotondaro (1991) en la ques como en Rinconada, las familias usualmente poseen un
Cuenca de Pozuelos. determinado territorio, que suele llamarse pastoreo6, donde
Sin poder abarcar en este trabajo la complejidad del es- poseen una serie de asentamientos. Entre estos diferentes
pacio doméstico puneño, a lo largo de las próximas páginas asentamientos se desplazan periódicamente siguiendo un
nos proponemos plantear una aproximación a sus caracte- cierto ciclo anual. A esta de por sí compleja realidad asociada
rísticas en Susques y en Rinconada. Es así como en primera con la dinámica del pastoreo, debemos sumarle la impor-
instancia intentaremos ponerlo en relación con la dinámica tancia que tiene la vida urbana y la casa en el pueblo. Incluso
de la actividad pastoril observando la multiplicidad de es- quienes están permanentemente dedicados al manejo de la
pacios involucrados. Luego plantearemos las características tropa en el campo y se resisten a visitar el pueblo porque hay
de los domicilios o casas de campo, los puestos y las casas en demasiado ruido, suelen hacerlo sea para compras periódicas
el pueblo tomando los casos trabajados en el contexto de de mercadería, venta de productos, celebraciones como los
“Puna y Arquitectura”. Finalmente, consideraremos la tem- carnavales o las fiestas patronales7 o bien para las asambleas
poralidad de la casa y su relación con la construcción de la o reuniones.
historia familiar. Esta lógica de desplazamiento tiene su correlato en el
espacio doméstico. Tanto para Susques como para Rincona-
La multiplicidad de espacio doméstico puneño da, aunque con variantes, cuando hablamos de ese espacio
doméstico debemos comprender que estamos ante una serie
En los distintos textos de este libro se hace referencia a de diferentes unidades discontinuas en el espacio, que son
que los trabajos se realizaron tanto en casas en el pueblo2, en ocupadas en distintos momentos del año. La disposición y
domicilios o casas del campo y en puestos o estancias3, es decir en características de estas unidades se relacionan con una serie
los diferentes tipos de asentamientos que conforman el es- compleja de variables interrelacionadas (ecológicas, sociales
pacio doméstico en estas localidades. Para poder compren- y simbólicas) que no cabe desarrollar en este texto. Lo que
der qué significa exactamente esto que estamos diciendo, es sí nos interesa en este momento es que las prácticas socio-
necesario que observemos ese espacio doméstico dentro del espaciales de los diversos grupos pastoriles y las formas de
universo más amplio de las prácticas sociales de los pobla- construcción del espacio doméstico están imbricadas ínti-
dores de estas localidades. Debemos adentrarnos al menos mamente con las formas locales de territorialidad8.
brevemente en el pastoreo de llamas, cabras y ovejas, que si-

2
A lo largo de este texto vamos a escribir en itálica cuando usemos nociones nativas, es decir aquellas que son usadas localmente con un sentido
específico, lo mismo cuando aparezcan frases con este formato. Reservaremos el entrecomillado para las citas de otros autores.
3
Como se puede observar en la última sección de este libro, del total de trabajos realizados, trece fueron en casas en el pueblo, seis en domicilios
y tres en puestos.
4
La relación entre la noción local de familia y el concepto de unidad doméstica es ciertamente compleja y su desarrollo excede los objetivos de
este trabajo. Preliminarmente tomaremos a Göbel quien asimila ambas nociones cuando sostiene que “las unidades domésticas son denomi-
nadas familias” (2002:55)
5
El término hacienda se usa para designar al conjunto de animales que se encuentra al cuidado de una determinado pastor. Un sentido similar
tiene el término tropa
6
Para evitar confusiones cuando hablemos de pastoreo con este sentido lo escribiremos en cursiva. Para designar el pastoreo como actividad lo
haremos en estilo normal.
7
La patrona de Susques es Nuestra Señora de Belén, así se llama la Capilla, y las fiestas se realizan anualmente el 23 de enero. En el caso de
Rinconada, el patrono es San José y su fiesta es el 19 de marzo. En ambos casos, son celebraciones centrales del calendario anual, aunque no
las únicas importantes.
8
Entenderemos, empleando definiciones propias de la geografía, que la territorialidad implica una acción y estrategia de control y apropiación
tanto material como simbólica por parte de un determinado grupo social de una cierta área geográfica (Cfr. Sack 1983; Haesbaert 2005).

42
Analizar este espacio doméstico, entonces, requiere que en relación con ciertos procesos históricos, la mayoría tiene
lo pensemos como una totalidad compuesta por una serie de algunos de sus miembros trabajando en pequeños comercios
espacios discontinuos y diferenciados. No se trata de un úni- o empleos públicos en las mismas localidades o en ciudades
co espacio de residencia que condensa todo el sentido de lo de mayores dimensiones como San Salvador de Jujuy. En el
doméstico, sino más bien de un red de asentamientos (casa de caso de Rinconada, históricamente la minería ha tenido un
campo y puestos o estancias9) que se desarrolla a largo del área rol central en la constitución urbana del pueblo y hoy en día,
sujeta al control de una familia, el pastoreo, al que se suma la con grandes diferencias, sigue siendo importante12. Esto es
casa en el pueblo. Cada uno de los componentes de esta red interesante porque nos ayuda a pensar que difícilmente en-
tiene funciones y sentidos específicos para este grupo, que contraremos a toda la familia viviendo en un mismo lugar.
puede contar con una cantidad variable de asentamientos Algunos de sus miembros están en el campo, generalmente
diferentes que, sin embargo, conforman una unidad. las mujeres, los niños o los mayores, otros en el pueblo y al-
Esto es consistente con lo que han observado previamen- gunos un tanto más lejos. En general, las personas están en un
te otros investigadores tanto para el área de Susques como de constante movimiento que los lleva al pueblo, al campo o a la
Rinconada. Rodolfo Rotondaro (1991), en su trabajo sobre la ciudad una y otra vez.
cuenca de Pozuelos, en las cercanías de Rinconada, sostiene Para cerrar este punto, creemos importante volver a po-
la existencia de una “casa permanente” y uno o dos “puestos ner el foco en la unidad que representan estos diferentes
transitorios”. Por su parte, Hugo Yacobaccio observa que en asentamientos; se trata de una totalidad que se constituye
Susques se emplea “una base residencial y de 2 a 7 asenta- desde sus diferencias. Por eso es que nos referimos a la exis-
mientos temporarios” (1998:38). Como él mismo aclara, no tencia de un espacio doméstico constituido por una serie de
todos los “asentamientos temporarios” son utilizados duran- espacios diversos y discontinuos. La cuestión no es tan sim-
te el año10. Bárbara Göbel (2002), para el ya mencionado caso ple como decir que cada familia tiene muchas casas. Todos
de Huancar, describe la presencia de una “casa central o casa estos asentamientos son pensados como una unidad, están
de campo” y un promedio de cinco “puestos temporarios funcionando simultáneamente para el grupo familiar y son
o estancias”. También es coincidente con lo observado por habitados por distintos miembros en distintos momentos del
Delfino (2001) en Laguna Blanca, provincia de Catamarca: la año. Los lugares de la familia son vividos y relatados como una
existencia de “bases residenciales” y uno o más “puestos”.10 totalidad que se integra desde la propia historia del grupo.
Como se ve, existe una coincidencia en los trabajos res-
pecto a distinguir distintos tipos de asentamientos que están Casas de campo o Domicilio
relacionados con el ciclo anual de movimiento de la familia y Debemos comenzar el análisis de las casas del campo re-
la hacienda. En todos los casos se marca la existencia de una calcando su centralidad en el contexto del espacio domésti-
casa de campo y una serie de puestos o estancias distribuidos en co. Al respecto, Bárbara Göbel plantea:
el pastoreo de cada familia a distancias que van desde los quin- “En el centro del espacio controlado por una familia se
ce minutos a una jornada de caminata. Es interesante observar encuentra la “casa de campo”. Los miembros de una uni-
que esta forma de organización del espacio aparece también dad doméstica son identificados por las otras familias de
descripta por distintas etnografías dentro del mundo andino11. la región con el nombre del lugar, en el que se encuentra
Como venimos mencionando, si bien el pastoreo sigue su “casa de campo” (…) El nombre del lugar de la “casa
siendo la actividad que, no sólo desde lo productivo, orga- de campo” es el lugar que una persona menciona, cuan-
niza la vida cotidiana de muchas de las familias, hoy en día, do se le pregunta por su origen y por su pertenencia. Es

9
En Susques suelen homologarse puesto y estancia, es decir parecieran ser formas distintas de denominar lo mismo. En cambio, en Rinconada,
algunos pobladores de los alrededores nos han comentado que los puestos y las estancias son diferentes.
10
Como se ve, hay una cierta diferencia en los términos elegidos por los investigadores, aunque pareciera que se refieren a lo mismo. Si bien
para este trabajo podemos simplemente igualarlos, estas diferencias tienen implicancias en las interpretaciones que requieren un análisis más
profundo. Por otra parte, la cuestión de las denominaciones es importante porque puede generar confusiones ya que los mismos términos
pueden nombrar cosas distintas en diferentes lugares.
11
Entre los muchos ejemplos posibles, y sólo como algunas muestras, Palacios Ríos (1990), tomando como caso la población de Chichillapi en
Perú, distingue la existencia de una “vivienda central básica” (hach´a uta) y “varias viviendas estacionales” (anaqa). Palacios Ríos indica que no
existen residencias en un centro poblado, cuestión que es diferente para nuestros casos de estudio. Flores Ochoa (1967), en un clásico sobre
los pastores de Paratía también en Perú, describe una “estancia”, que en este caso es la casa principal en el campo, y una serie de “cabañas”,
además de las casas en el poblado. Finalmente, Arnold en Qaqachaka, Bolivia, observa la existencia de la “casa familiar” (uta) y “viviendas de
pastoreo” (jant´a) que están “dispersas por los cerros y en niveles ecológicos diferentes” (1998:41)
12
No podemos olvidar que en las cercanías de Rinconada se encuentran actualmente diferentes explotaciones mineras. Entre éstas, la más im-
portante y, al menos, polémica, es Mina Pirquitas, donde trabajan algunos pobladores de Rinconada y los alrededores.

43
un ícono, que condensa todo un sistema de ocupación en configuraciones en L o U que generan una protección so-
espacial, derechos de uso de recursos y de prácticas eco- bre ese patio. En la medida de lo posible, cada una de estas
nómicas. Además, la “casa de campo” constituye para los casas que componen el domicilio tiene sus aberturas, puertas
miembros de una unidad doméstica una referencia clave y ventanas, hacia el Este o en todo caso al Norte. Estas casas
cuando evocan relaciones sociales actuales y pasadas” tienen diferentes usos: casas de la familia (espacios para dor-
(2002:56) mir), depósitos, ramadas, cocinas techadas, entre otros; pero
a todas se ingresa a través del patio. Esto es interesante por-
La casa de campo, localmente también llamada domicilio, que sería diferente si alguna de estas casas tuviera la función
se constituye como una referencia de la familia dentro del de organizar el ingreso a la manera de un recibidor. El foco
contexto social más amplio. De hecho, como observa Göbel, de la casa está en el patio que es donde se desarrollan muchas
el resto de las familias reconocen la presencia del grupo a tra- de las actividades cotidianas. En ese patio, o muy cerca, suele
vés del nombre del lugar de la casa de campo. En relación con estar el fueguero o kancha, un recinto rectangular o circular con
esto, la casa de campo tiene una importancia simbólica para un muro bajo de no más de un metro de altura, en general
el grupo familiar que va más allá del tiempo de permanencia en pirca seca15, y sin techar donde se cocina cotidianamente.
de éste en esa residencia. De hecho, es posible observar tan- La existencia de un fueguero no es exclusiva de los domicilios,
to familias que pasan largos períodos en esa casa como otras tanto en las casas en el pueblo, como en los puestos, es el lugar
que sólo la utilizan esporádicamente y, por distintas razones, donde la familia se reúne en torno al fuego ubicado en el cen-
prefieren pasar más tiempo en alguno de los puestos. Esto no tro para compartir, conversar, cocinar y comer.
va en contra de la centralidad de la casa de campo sino que la Como parte de su rol dentro del manejo de la tropa, a
complejiza. pocos metros de las casas se ubican los corrales, circulares o
Por otra parte, debemos observar que ciertas celebra- rectangulares, también construidos con pirca seca. Mientras
ciones anuales importantes para la familia, como la señalada, la familia está en el domicilio, la hacienda está en los corrales
se realizan especialmente en las casas de campo, más allá que desde el atardecer hasta avanzada la mañana. Cada día, al-
no residan constantemente allí. En ese momento se acercan rededor de las 10 de la mañana, luego de ordeñar las cabras
al lugar miembros del grupo que residen en el pueblo. Soste- y alimentar a las crías, los animales son liberados en com-
niendo esta línea argumentativa, es habitual que en las ca- pañía de la pastora, quien indica las pasturas hacia las que
sas de campo estén ubicados los oratorios, pequeñas capillas debe guiarse a la tropa. Los corrales son también el escenario
donde se veneran los santos asociados con la familia y con de la señalada. Es interesante que los corrales son considera-
la hacienda. De hecho, de las seis casas de campo en las que dos también como casas; de hecho son las casas de la hacien-
se trabajó con el proyecto “Puna y Arquitectura”, cinco te- da a diferencia de las casas de la familia. Si observamos estas
nían sus oratorios. En uno de los casos (16)13, en Rinconada, características generales tomando como ejemplos los casos
los trabajos se realizaron precisamente en esta construcción que se han trabajado desde el proyecto16, veremos una se-
de carácter religioso14. rie de variaciones importantes que debemos tener en cuenta
Adentrándonos en la configuración de las casas de campo, para evitar una generalización que oculte la diversidad de
veremos que suelen estar organizadas en torno a un espacio realidades familiares.
abierto, el patio, que a diferencia de las casas en el pueblo, no Si tomamos, por ejemplo, una de las casas de campo en las
está cerrado completamente por todos sus lados. Alrede- que se trabajó en Susques (1) vamos a observar una configu-
dor de este espacio se distribuye una cantidad variable de ración en L a partir de seis casas17 que delimitan un patio que
recintos, también denominados casas, a los que se ingresa se abre hacia el Norte y el Este y organiza el domicilio. Hacia
exclusivamente por ese patio. Esas casas suelen disponerse el Sur se encuentra el fueguero, cerca de la cocina techada,

13
En lo sucesivo, con el objetivo de no ser redundantes con la información, cuando nos refiramos a algún ejemplo de los trabajados en el
proyecto colocaremos una referencia a las fichas ubicadas en la última sección de este libro. Mantendremos el criterio de no identificar por
nombre o ubicación de la casa a la familia para preservar su privacidad.
14
El otro oratorio en el que se realizaron trabajos estaba en una casa en el pueblo en Rinconada (6). Ésta es una particularidad puesto que es el
único caso que tenemos registrado de una capilla familiar en el contexto urbano, al menos con una construcción específica. Esta aclaración
es importante puesto que no siempre los oratorios tienen su propia construcción, muchas veces están ubicados en algún sector de una casa
compartiendo el espacio con otros usos.
15
La pirca seca es una técnica constructiva en piedra en la que no se usa barro para la unión de esas piedras que se sostienen entre sí por su forma.
Para ampliar ver el trabajo de Schilman y Reisner en este mismo volumen.
16
Como hemos mencionado, en el marco del proyecto se realizaron trabajos en seis casas de campo. Contra la idea de la homogeinización de la
arquitectura puneña, todos los casos muestran una notable variabilidad. En la última sección del libro hemos incluido una breve descripción
de cada uno.
17
Una de estas casas, la ubicada más al Norte, se construyó casi en su totalidad durante las campañas.

44
donde se suele cocinar. Los distintos corrales están hacia el disponibilidad de pasturas, aprovechando determinados
Norte de las casas de la familia. Éste es un ejemplo de una casa sectores en un período del año y preservando otros para los
de campo que no es utilizada en forma constante durante el meses en los que la hacienda está más flaca. El movimiento
año, al menos asociada con el manejo de la hacienda. Una de entre los puestos tiene relación entonces con el manejo de
las cuestiones más interesantes en este caso es que a algu- pasturas, pero, como hemos dicho, también con ciertas ca-
nas decenas de metros hacia el Oeste de las casas actuales se racterísticas topográficas que se consideran favorables. Más
encuentran las casas mochas de los abuelos. El oratorio familiar, allá de estas razones ambientales, algunos pastores presen-
que continúa en uso, está ubicado en ese sector. Éste es un tan también como una razón para el traslado el aburrimiento
caso, entre muchos otros posibles, de la reincidencia en el de los animales. Si la tropa permanece demasiado tiempo en
uso de ciertos lugares que tienen un sentido importante para un mismo lugar se vuelve floja para andar. En general, en el
la familia. movimiento de la hacienda se tiende a evitar el cansancio ex-
Otro ejemplo, esta vez de Rinconada, es una casa de cam- cesivo de la tropa provocado por los grandes desplazamien-
po (16) que muestra una importante superposición de dife- tos diarios. Las estancias funcionan como una especie de cen-
rentes momentos de la historia familiar, algo que es recurren- tros desde donde se controla un radio de pasturas cercano. El
te en este tipo de asentamientos y que desarrollaremos más movimiento de los animales se da, entonces, entre los puestos
adelante. Esta superposición pone en evidencia la relación cada cierto tiempo, minimizándose así el esfuerzo.
existente entre la casa y la genealogía del grupo familiar. De Por otra parte, los lugares donde se encuentran los puestos
alguna manera, la casa en sí misma se constituye como un tienen una gran importancia simbólica. Como en el caso de los
texto sobre el que se relata esta historia. La disposición suce- domicilios, su emplazamiento tiene una historia dentro del gru-
siva de las casas fue conformando, una vez más, un patio que po familiar y una carga simbólica. Estos lugares habitualmente
se abre hacia el Este. Primero fueron construidas tres casas, fueron ocupados previamente por generaciones anteriores. En
una para oratorio, que junto con el horno y el fueguero con- las cercanías de puestos actuales suelen encontrarse casas mo-
formaban una L; luego, en distintos momentos, otras cuatro chas, es decir casas abandonadas y sin su techo. Es habitual que
casas fueron cerrando aún más el patio. Como es habitual en localmente se relaten historias sobre la familia cuando se ca-
Rinconada, y no tanto en Susques, los lados sin casas del patio, mina por la cercanía de estas casas. Así, las casas se constituyen
fueron cerrados con una pirca baja de adobe que termina de como un instrumento de la memoria del grupo familiar. Si bien,
delimitarlo. En este caso vamos a encontrar dos oratorios, am- como lo observa Göbel (2002), no suelen construirse nuevos
bos con sus puertas hacia el Este18, y con uno de ellos, el más puestos sino que se reutilizan los existentes, sí es común que
reciente, ubicado por fuera del patio. sean modificados o ampliados con nuevas casas y corrales. De
hecho, en el contexto del trabajo del proyecto, se realizaron
Puestos o estancias intervenciones sobre tres puestos en Susques.
Como hemos comentado, cada familia tiene entre dos y Además de las diferencias en el uso, los puestos en su
siete puestos, aunque no todos en uso. Siguiendo un recorrido construcción tienen particularidades que los distinguen de
que no es aleatorio, sino que surge de la estacionalidad de la los domicilios. La mayor parte de los puestos que hemos re-
actividad pastoril, algunos de los miembros del grupo se des- levado utilizan algún tipo de accidente topográfico como
plazan junto con la hacienda. Cada uno de estos puestos tiene parte de la construcción. Pueden ser aleros rocosos que se
ciertas características que lo distinguen de los otros y los vuel- toman como parte del cerramiento lateral o techo, laderas en
ven importantes en ciertas épocas del año. Sin ir más lejos, uno el caso de construcciones semienterradas o peñascos como
de los puestos (19) en que se trabajó tiene sus corrales apoyados protección o cerramiento. En cuanto a las técnicas construc-
sobre una peña que brinda protección durante las lluvias del tivas, mientras que los domicilios suelen estar construidos en
verano, época en que se lo utiliza. Otro de los puestos (3) está adobe y en piedra usando argamasa y con techados con torta
ubicado en un lugar que se considera reparado por lo que se de barro o guaya19, los puestos suelen levantarse utilizando
usa especialmente durante los meses de invierno. pirca seca con techado de tola o tablas de cardón20, en general,
La distribución de los puestos permite un manejo de la sin cubierta de barro.

18
Si en las casas de la familia es habitual que se orienten hacia el Este, en el caso de los oratorios es una constante. No casualmente las Capillas en
los poblados se abren también indefectiblemente hacia el Este.
19
Respecto a estas técnicas constructivas ver los diferentes trabajos en la tercera sección de este libro.
20
La tola, en sus diversas variedades, es un arbusto bastante distribuido en algunos sectores de la Puna. En ciertas áreas puede alcanzar más de
un metro de altura y es muy utilizada como combustible para cocinar. Se la emplea también en la construcción de la casa en ciertos sectores del
techo, aunque en el caso de los puestos las cubiertas suelen estar hechas enteramente con tola. El cardón, en cambio, es una especie de cactus
muy utilizado pues constituye una de las pocas fuentes disponibles de madera, susceptible de convertir en tablas, para construir. A través de
un delicado proceso el “tronco” del cardón es convertido en tablas que luego se usan para la confección de ventanas, puertas, dinteles o para
las maderas de la estructura del techo.

45
Estas características constructivas han hecho que se históricos diferentes que involucran distintas pertenencias
asociara a los puestos con un carácter efímero. La persis- jurisdiccionales y, para el período republicano, incluso esta-
tencia en su uso contradice esta caracterización y muchos tales23. Es decir que durante muchos momentos de su historia
llevan incluso más de cien años de uso continuo sin gran- tuvieron recorridos bien distintos. Recién a mediados del si-
des intervenciones21. En todo caso, sí pareciera ser cierto glo XX Rinconada y Susques empezaron a formar parte de la
que las expectativas de los constructores son distintas en misma provincia.
un puesto que en una casa de campo o en el pueblo. En mu- Tal como sostiene Raquel Gil Montero, ya en el período
chas conversaciones nos han dicho que la construcción de colonial Rinconada o Santa Catalina “eran conglomerados
un puesto no requiere tanta dedicación, especialmente en de casas habitados por los españoles y mestizos, centros
cuanto a las terminaciones. administrativos y comerciales, muchos de ellos surgidos a
Como lo observa Rotondaro (1991), existe una gran partir de las explotaciones mineras” (2002:239-240). Rin-
variabilidad en las configuraciones de los puestos, y esto se conada específicamente se había formado en torno a la veta
pone en evidencia, aunque no sea una muestra significati- real. Es decir que en el siglo XVIII tenía una existencia urba-
va, en los tres casos en los que se realizaron intervenciones na más o menos consolidada con una población también,
(3, 10 y 19). En términos generales, lo habitual es que un más o menos estable, y una cierta importancia regional. No
puesto tenga su mayor inversión de recursos y de tiempo es lo que ocurría contemporáneamente con Susques que
de elaboración en los corrales, entre uno y tres, aunque no se podría decir que comenzó a tener una población urbana
todos estén en uso. A estos corrales se suma un fueguero si- significativa y permanente recién entre la década de 1960
milar al que puede encontrarse en las casas de campo pero y 197024.
que, además, en ciertos puestos, se usa también como es- Cuando Eric Boman visitó Susques en 1903, describió las
pacio para dormir cuando no existen otras construcciones. casas en el pueblo, diciendo:
De hecho, muchos pobladores en Susques comentan que “Las casas son rectangulares, casi todas de las mismas
los abuelos dormían bajo las estrellas22. Sin embargo, no son dimensiones, alrededor de 6 m. de largo por 3 m. de an-
pocos los puestos que incluyen una, en algún caso con divi- cho (...) El hogar, una simple plataforma circular de tierra,
siones interiores, o dos casas que se utilizan como espacio bordeada de piedras, tiene su lugar fuera de la casa, en un
de dormir y depósito. Como hemos mencionado antes, lo pequeño galpón, que está también provisto de techo de
habitual es que estas estructuras se realicen aprovechando paja y cerrado, por lo menos en tres lados, por paredes (...)”
ciertos accidentes topográficos que se integran como parte (1991 [1908]:429)
de la construcción. Lo que describió Boman son las casas que las familias
usaban sólo en ciertos momentos específicos durante el año:
Casas en el pueblo fiestas patronales u otras celebraciones y reuniones cívicas,
La descripción de las particulares características de las como las asambleas. En este contexto, el espacio doméstico
casas en el pueblo requiere que nos aproximemos, al menos urbano consistía en un solo recinto con un fueguero exterior
brevemente, a los diferentes procesos de conformación anexo que funcionaba como espacio de residencia tempora-
urbana de ambas localidades. Mientras que Rinconada ya rio, a diferencia de los asentamientos en el campo, cuyas ca-
constituía un poblado con una cierta importancia regional racterísticas ya hemos descrito25. Las fotografías de la década
durante la colonia, Susques recién fue cobrando importan- de 1940 muestran la construcción de muchas casas nuevas
cia con el siglo XX ya avanzado. Esto los ubica en procesos más no un cambio en su configuración. Recién a finales de la

21
Por ejemplo, uno de los puestos en que se hicieron trabajos (3).
22
En uno de los puestos intervenidos (10), a pocos metros del puesto actual, que reutiliza los corrales, se encuentra el puesto anterior construido aprovechan-
do una serie de aleros rocosos. En ese caso, los aleros funcionaban como cubierta parcial del fueguero que se usaba como espacio para dormir. Este
ejemplo sirve también para mostrar la presencia continua de una familia en un cierto lugar más allá del cambio en las estructuras construidas.
23
Mientras que durante la colonia Rinconada formaba parte de la Gobernación del Tucumán, Susques estaba dentro del Corregimiento de
Atacama dependiendo de Potosí (Gil Montero 2006). En el marco de la conformación de los Estados Nacionales a comienzos del siglo XIX,
Rinconada formó parte desde un comienzo de la Argentina mientras que, como el resto de Atacama, Susques estaba dentro del territorio boli-
viano. Durante la Guerra del Pacífico pasó a manos chilenas y a principios del siglo XX se integró a la Argentina como parte del Territorio de Los
Andes, junto con los departamentos de Pastos Grandes y Antofagasta de la Sierra. El Territorio de Los Andes se disolvió en 1943 y Susques fue
incorporado a la provincia de Jujuy. Para un resumen sobre la historia de la Puna ver: Gil Montero 2006. Respecto al proceso de incorporación
de la Puna de Atacama, Susques incluido, ver: Delgado y Göbel (1995) y Benedetti (2005).
24
Esto surge tanto de las referencias brindadas por los pobladores como de la comparación de fotografías históricas que recorren el siglo XX. Ver
para los primeros años del siglo: Boman (1991 [1908]) y para finales de la década de 1960, Bolsi y Gutiérrez (1974).
25
La comparación de las genealogías familiares con los momentos de construcción de las casas en el campo y de los puestos, nos muestra que la
lógica de asentamiento era muy similar a la actual.

46
década de 1960 podríamos hablar de la consolidación de las una lógica de mayor control sobre la población27. Entre éstas,
casas en el pueblo26. la instalación de la Escuela y la obligatoriedad de la asisten-
El proceso creciente de urbanización de la población es- cia de los niños fue una de las más importantes28. A partir
tuvo íntimamente relacionado con las pretensiones del Esta- de los primeros años de la década del noventa, es posible
do que a través de distintas acciones la alentó en el marco de observar una profundización de este proceso, asociado con

Fig. 1. Susques a principios del siglo XX en una fotografía tomada por Eric Boman (Gentileza Archivo fotográfico y documental del
Museo Etnográfico “Juan B. Ambrosetti”, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires)

Fig. 2. Fotografía de Rinconada publicada en el Diario La Prensa el 29 de Octubre de 1939.

26
El relevamiento de 1968 de Bolsi y Gutiérrez (1974) muestra algunas casas con diversos recintos con un patio conformado que podríamos
comenzar a asociar con una residencia urbana permanente de, al menos, parte del grupo familiar.
27
Hemos analizado con mayor detalle el proceso de urbanización de Susques en: Tomasi (2008). Para ampliar las políticas estatales a lo largo del
siglo XX ver Benedetti (2002).
28
Si bien la primera escuela se estableció en Susques en 1907, recién en la década de 1970 la obligatoriedad se hizo realmente efectiva.

47
la apertura del Paso de Jama que comunica con Chile, que casas de campo, el patio constituye el espacio central para las
implicó cambios en las relaciones entre lo urbano y lo rural. actividades tanto cotidianas como extraordinarias de la fami-
Casi con una historia inversa, Rinconada fue perdiendo en las lia. Es allí donde, por ejemplo, se cocina en el fueguero, pero
primeras décadas del siglo XX su rol en el contexto regional. también es el espacio destinado para las challas a la pachama-
La construcción del ferrocarril a La Quiaca, y más tarde de la ma durante el mes de agosto29 o donde se recibe a los cajeros
Ruta 9, cambió el eje de circulación y Abra Pampa fue cre- durante los carnavales. Si tomamos uno de los ejemplos de
ciendo en importancia. Rinconada (7), vamos a ver cómo las casas, para la familia, de-
Entonces, cuando Rinconada ya estaba constituido como pósitos o cocina techada, se distribuyen sobre los lados que
un centro urbano en el período colonial, en el caso de Sus- lindan con la calle y se comunican entre sí a través del patio,
ques se trata de un proceso que es relativamente reciente. Si en el que se delimitan distintos sectores donde se ubica, por
cruzamos esto con el material surgido del proyecto de ex- ejemplo, el fueguero. El ingreso a la casa, como suele ocurrir,
tensión veremos que, mientras que en Rinconada la totalidad se da a través del patio y no por una de las casas.
de las seis casas en el pueblo donde se trabajó tenían tres o Esta organización nos permite observar que, más allá de
más recintos construidos, en el caso de Susques seis, del total las continuidades en el uso del espacio, el contexto urbano
de siete, tenían sólo uno o dos recintos que, en su mayoría, impone ciertas condiciones particulares a las casas en el pue-
habían sido construidos en los últimos veinte años. Si bien la blo. En primer lugar, la casa se despliega en el área de un lote,
muestra no es estadísticamente significativa, al contraponer- que puede ser más grande o más pequeño, pero siempre
la con otras fuentes, nos da indicios importantes. En Susques, tiene límites precisos; esto lleva a una mayor densificación
las primeras casas se construyeron en torno a la Capilla y las de construcciones. Una segunda cuestión se refiere a las re-
expansiones recientes se dieron especialmente hacia el Sur laciones entre distintas familias, que en el pueblo son linderas
y el Este. En la caso de Rinconada, las casas más antiguas se muro de por medio y entre éstas con el espacio público de la
construyeron en las proximidades de la plaza, junto a la Ca- calle. De hecho, la privacidad pareciera que se enfatiza en el
pilla y al Cabildo. ámbito urbano.
Como hemos dicho, el crecimiento de la población urba- En general, las primeras construcciones que se realizan
na con nuevas alternativas laborales, implicó un cambio en en una casa tienden a cerrar las visiones desde la calle hacia
la relación con el campo y el pastoreo. La radicación perma- el patio. De hecho es lo que ocurrió en algunos de los trabajos
nente de muchos de sus miembros en el pueblo implicó para realizados, especialmente en Susques30. Si el patio no llega a
muchas de las familias una menor disponibilidad de “manos” estar completamente rodeado de casas, lo que es habitual,
para el manejo de la hacienda y, en ciertos casos, un debilita- se construyen tapias que terminan de cerrar el perímetro. En
miento de la producción. De hecho, la mayoría de las familias tanto espacio protagónico de la casa, como hemos dicho, se
tiene hoy una casa en el pueblo, incluso aquellas que sostienen accede inicialmente al patio, en general a través de un espacio
el pastoreo y sólo la utilizan en ciertos momentos del año. Sin que media con el afuera de la calle y que puede estar techado
embargo, de ninguna manera podemos hablar de una des- y cerrado o ser solamente un espacio dejado entre dos habi-
aparición del pastoreo, que sigue teniendo una gran impor- taciones. En muchos casos incluso se generan acodamientos
tancia tanto productiva como simbólica. En muchos casos, lo que impiden la visión directa del patio, como en una de las
habitual es que parte de la familia permanezca en el poblado casas en que se trabajó en Susques (20).
con algún empleo y con los niños en edad escolar, y otros que Tal como plantea Göbel (2002), en el poblado es posi-
residan en el campo al cuidado de la hacienda, en general ble observar una mayor influencia de lo que ella denomina
personas mayores, las mujeres y los niños más pequeños. En “arquitectura urbana”. En efecto, existe una mayor presencia
ocasión de las fiestas patronales, carnavales o asambleas co- tanto de las configuraciones como de los materiales “institu-
munitarias generalmente la familia se reúne nuevamente en cionales”, tomando la denominación propuesta por Delfino
el pueblo. (2001). Especialmente en las áreas de crecimiento urbano
Si nos adentramos en la descripción de las casas, vamos a más reciente se han ido adoptando configuraciones com-
encontrar una cierta continuidad en las características entre pactas para las casas, en general se habla de departamentos
aquellas del campo y las del pueblo. De hecho, en general se en estos casos, donde el patio se limita muchas veces a un
conforman a partir de una serie de casas más o menos inde- pequeño espacio trasero; o bien, materiales constructivos
pendientes que se distribuyen en torno a un patio, con varia- como el hormigón, los bloques o la chapa31. En todo caso,
ciones importantes dentro de este esquema. Tal como en las no es posible realizar un análisis simplificando la realidad a

29
Las celebraciones de la pachamama en general son el 1° de agosto, pero suelen extenderse todo el mes.
30
Ver, por ejemplo, las casas 12 o 21.
31
Seguramente hay una influencia tanto de los discursos que han desprestigiado las lógicas constructivas locales como de las construcciones
realizadas por el Estado, nacional y provincial, para las instituciones públicas o los planes de vivienda.

48
opuestos absolutos. De hecho, lo más habitual es encontrar constructivos que con el tiempo habían configurado la casa
una superposición de las lógicas constructivas; es decir, casas tal como la vemos actualmente. Podemos tomar también
organizadas en torno a un patio que en algún sector incorpo- una de las casas de campo en las cercanías de Susques (9) para
ran un departamento32 o bien el uso de la chapa para ciertas profundizar sobre el mismo tema. En este caso, vamos a en-
casas y del torteado con barro para otras. contrar once recintos diferentes, además de los corrales, que
fueron construidos a lo largo de alrededor de cien años con la
participación de al menos cuatro generaciones. Es interesan-
La casa como una construcción en el tiempo
te que las casas que hoy se encuentran destechadas, que son
Las descripciones que hemos hecho de las casas de cam- las más antiguas, no fueron derribadas o sus piedras aprove-
po, de los puestos y de las casas en el pueblo podrían llegar a dar chadas para las construcciones más recientes. De alguna ma-
la imagen de una cierta estaticidad. Es que si describimos una nera, pareciera que esas casas permanecen en pie haciendo
casa desde una instantánea del presente podríamos suponer presentes a los abuelos que las construyeron.
que es una construcción que no cambia a través de los años. El hecho de que las casas se construyan a través de los
De hecho, esa visión estática ha sido casi una constante en años a partir de la agregación de unidades, sumado a la exis-
los trabajos más antiguos sobre la arquitectura puneña, que tencia del patio como organizador, permite que cada una de
la asociaban con una cierta intemporalidad de las prácticas esas unidades pueda tener una cierta independencia en su
y espacios que, supuestamente, no se habían transformado uso. En más de un momento hemos mencionado que, por
en el tiempo. ejemplo, las casas de campo están conformadas por una can-
Por el contrario, incluso si nos detuviéramos a anali- tidad variable, entre cuatro y diez casas. Es interesante que se
zar cada una de las casas veremos que se trata más bien de suele usar la misma palabra para designar la casa como un
una construcción dinámica que ha estado en permanente todo, y la casa como cada uno de los recintos que la compo-
transformación y en la que cada generación realiza su apor- nen. En algún punto, cada una de esas casas que componen
te. Nuevas casas se levantan mientras a otras se les quita el una casa de campo es una totalidad en sí misma y goza de esa
techo, se reparan y construyen corrales periódicamente. Las cierta independencia33. De hecho, se habla de las casas de los
familias cambian, nacen nuevos hijos, las personas mueren y abuelos, porque ellos las construyeron, que forman parte de la
se forman parejas y esto deja marcas en la casa. De hecho, casa de campo pero que no son usadas cotidianamente.
podríamos marcar como una particularidad de este espacio En definitiva, la casa se constituye como un texto en el
doméstico el modo en que cada familia construye sobre lo que es posible “leer” la historia del grupo familiar. Esto nos
hecho por generaciones anteriores. acerca a la existencia, ya explorada en otros lugares dentro
Tal es así que una casa de campo que se recorre hoy en día del área andina, de una relación estrecha entre familia y casa
es el resultado de la superposición de nuevas construcciones que va más allá del uso cotidiano de los espacios. Tal como
realizadas por diferentes personas en distintos momentos. observa Arnold:
En este sentido, podríamos dar cuenta de la existencia tanto “Al compartir la memoria del proceso de construcción
de la continuidad de una idea sobre la casa que atraviesa las de una casa en cada una de estas ocasiones, los Qaqas
generaciones y sostiene los fundamentos de la presencia de reconstruyen no sólo el espacio sino el tiempo, en la me-
esa familia en un determinado lugar, como de la permanente dida en que recuerdan el pasado, las genealogías an-
renovación y actualización de esa presencia. En este mismo cestrales y sus orígenes míticos e históricos. La casa sirve
rumbo, Bárbara Göbel sostiene, para el caso de Huancar, de trasfondo mnemotécnico sobre el cual se superponen
que las casas son percibidas “como almacenes materiales las memorias colectivas de los ancestros y los muertos”
de prácticas culturales pasadas” (2002:70). De esta manera (Arnold 1998:38; el resaltado es nuestro)
las partes de las casas y los objetos que se acumulan y su-
perponen recuerdan y actualizan momentos concretos de la Y un poco más adelante:
familia. Lo interesante de este planteo es que da cuenta de la “Dentro de la estructura de las paredes de la casa como
“acumulación de tiempos” que constituye la Casa, es decir su artificio mnemotécnico, y las ch´allas que la describen,
temporalidad. se encuentran inmersos conceptos sobre la pareja recién
Cuando describimos algunas páginas atrás una de las ca- casada que inicia el nuevo hogar, sobre la transmisión
sas de campo en Rinconada (16) ya adelantábamos algunas de paralela de substancia ancestral a su descendencia pos-
estas cuestiones indicando la superposición de momentos terior, sobre la concepción y la reproducción, y sobre los

32
Un buen ejemplo es la casa 13.
33
Es interesante que los trabajos más grandes que se realizaron en el contexto de “Puna y Arquitectura” fueron precisamente la construcción de
casas que iban a formar parte de la casa en el pueblo o de la casa de campo.

49
dominios de cada género respecto a los cuales cada cón- Hemos visto en algunos ejemplos como ciertos lugares son
yuge tiene poder y control” (Arnold 1998:39) ocupados sucesivamente por la familia, incluso construyendo
nuevas casas en las cercanías de las existentes. De hecho, la
ubicación de los puestos, por ejemplo, responde a premisas
Comentarios finales
productivas como la disponibilidad de pasturas y la comodi-
Ya desde el título indicábamos que el espacio domés- dad de la hacienda pero también a la importancia de la pre-
tico puneño, y en particular en Susques y Rinconada, surge sencia de la familia en ciertos lugares. Es así como las carac-
de una construcción que es múltiple y es colectiva. Se trata terísticas del espacio doméstico constituyen una dimensión
de una construcción múltiple porque ese espacio domésti- de la territorialidad.
co está constituido por una serie de espacios discontinuos e Al mismo tiempo es colectiva porque no está atravesada
independientes que de todas maneras conforman una uni- sólo por las decisiones que toma una persona en un momen-
dad. Las casas de campo, los puestos y las casas en el pueblo son to específico, sino que más bien se trata de una construcción
partes necesarias de la totalidad de lo doméstico, y cada uno que, como hemos visto, recorre distintas generaciones en un
responde a ciertos usos que les da el grupo familiar. proyecto que se presenta precisamente como colectivo. Las
Estos asentamientos, al mismo tiempo, nos hablan tanto casas ponen en evidencia al mismo tiempo la importancia del
de la centralidad de ciertos lugares para la familia como de su aporte y la realidad cotidiana de quienes habitan allí en un
territorialidad, es decir de las acciones a través de cuales las cierto momento, y lo inscriben en la continuidad de la histo-
personas se apropian y controlan un determinado espacio. ria de esa familia.

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51
Sobre técnicas y
saberes constructivos
Técnicas, prácticas y saberes
constructivos en la Puna

En esta sección nos vamos a ocupar especialmente de la materialidad del espacio doméstico. Es
así que intentaremos mostrar y analizar algunas de las distintas técnicas que los constructores
de Susques y Rinconada tienen a su disposición para levantar sus casas. Sin dejar de pensar
al espacio, y en particular a la casa, como una construcción social, nos parece importante en-
focarnos en que esas casas son también un hecho material. La tarea de construirlas no sólo
implica tiempo y movilización de recursos sino también la puesta en juego de un gran cuerpo
de conocimientos y prácticas, desde cómo se obtiene y trabaja un determinado material, hasta
el modo en que se debe resolver una determinada problemática constructiva o la búsqueda de
determinadas expresiones estéticas.

Las técnicas constructivas son también hechos sociales y son inseparables de un conjunto de
saberes más amplio que involucran otros aspectos de la vida de las personas. En este sentido, las
técnicas constructivas se conforman, mantienen, reproducen y transforman socialmente en el
marco de las permanentes interacciones entre los diferentes constructores que ponen en juego
su propia experiencia. El modo en que estos saberes son aprendidos y transmitidos es un tema
de suma importancia que no trataremos en esta oportunidad. En todo caso, cabe mencionar
que en el proceso de enseñanza-aprendizaje de estos conocimientos se reproducen aspectos
de la sociedad que exceden, aunque incluyen, lo constructivo.

Es importante observar que este conocimiento constructivo se encuentra sumamente extendido


en ambas localidades. La gran mayoría de los pobladores está en condiciones de plantear y lle-
var a la práctica cómo debe elevarse su casa. Lo constructivo, entonces, forma parte del cuerpo
de saberes de las personas de una manera que no es ni anecdótica ni superficial. No se trata de
las opiniones dispersas que cualquier persona podría tener sobre cómo se hace una casa, sino
más bien de un conocimiento detallado que no es dominado sólo por algunos especialistas.

Como hemos mencionado, los textos de esta sección recorren algunos de los diferentes mo-
mentos de la construcción de una casa. No hemos pretendido abarcar y compilar la totalidad
de los saberes constructivos. De hecho, son muchas las cuestiones que han quedado afuera
e, incluso, los temas que sí hemos tratado todavía podrían analizarse con mayor profundidad.
Tampoco es un “manual de la construcción puneña” sino más bien una recopilación y análisis de
lo que hemos visto, aprendido y practicado junto a muchos constructores en Susques y Rinco-
nada. La totalidad del material con el que se han armado estos textos ha surgido del trabajo de
campo realizado en estos cuatro años en el marco del proyecto “Puna y Arquitectura”.
Una de nuestras principales intenciones ha sido dar cuenta de la enorme complejidad de las

55
técnicas involucradas en la construcción de una casa y la variabilidad que existe en estas técni-
cas entre las localidades y los distintos constructores. Con esto esperamos poner en cuestión, o
discutir, dos ideas notablemente extendidas: por un lado la supuesta “homogeneidad absoluta”
de la construcción en la Puna y, por el otro, la “carencia de recursos” como la única explicación
para los modos de construir.

Los cinco trabajos que hemos incluido pueden ser divididos en dos partes: aquellos que se
ocupan de lo que podríamos llamar la caja muraria de la casa, y los que se enfocan en la cu-
bierta. Dentro de los primeros, el trabajo de Schilman y Reisner trata un aspecto no demasiado
recorrido en la bibliografía sobre la construcción con tierra, el pircado, es decir el trabajo con
piedra tanto en cimientos como en muros. Luego, el texto de Barada, Tommei y Nani trata sobre
el uso del adobe enfocándose en el modo en que esta técnica se usa en Susques y Rinconada.
En la segunda parte, el trabajo de Corrales Barboza, Criscillo, Tsuji y Yacuzzi analiza algunas de
las formas en que se resuelven las estructuras de los techos. Los dos restantes trabajan sobre las
formas de terminación de las cubiertas; primero Daich y Palacios sobre la técnica del guayado,
es decir el techado con paja, y luego Rivet y Tomasi sobre el torteado con barro.

Todos estos trabajos fueron escritos por estudiantes, docentes e investigadores que forman
parte del proyecto “Puna y Arquitectura”, dentro de lo que esperamos haya sido una parte de
la experiencia pedagógica que como equipo hemos armado. Como dijimos en un comienzo,
con estos trabajos no pretendemos haber agotado las temáticas. En todo caso, esperamos que
funcionen como un aporte para futuras investigaciones, propias y ajenas, que se interesen en
profundizar y ampliar lo que aquí presentamos.

56
Pircando con piedras en Susques y Rinconada.
Usos y funciones, conocimientos y saberes a
través de la experiencia
Mariano Schilman y Daniela Reisner

Introducción rán los diferentes procedimientos y técnicas utilizadas para


las construcciones en pirca seca y pirca húmeda.
Este trabajo analizará los distintos usos y funciones de la
A partir de la práctica y el quehacer constructivo junto
piedra como material constructivo, así como los procesos y
a los maestros constructores locales3 hemos observado que
técnicas relacionados a ella. Nos interesa observar tanto los
la piedra es un elemento fundamental e indivisible dentro
procedimientos y aspectos comunes como así también la
del sistema constructivo completo, tanto para el cerramien-
gran variabilidad existente al momento de pircar1 con pie-
to murario ejecutado enteramente en piedra como para los
dras. Estudiar el modo en que los constructores locales traba- casos donde el cerramiento es mixto junto a la utilización
jan este material nos ha permitido reconocer la presencia de del adobe. Es así, que difícilmente las construcciones serán
un gran cúmulo de conocimientos y saberes que constituyen realizadas sin la ejecución de cimientos y sobrecimientos
una riqueza en sí misma. en piedra, encontrando obras donde pueden llegar hasta el
Haremos especial referencia a la utilización de la piedra metro de altura. Por otro lado, en los casos donde la piedra
como material de construcción en cimientos, sobrecimientos no aparece o alguna de estas instancias se realiza en forma
y muros en casas rurales y urbanas a partir de las observacio- deficiente, el muro queda expuesto a sufrir patologías graves,
nes y estudios realizados en las 22 construcciones en las que especialmente cuando se utiliza el adobe.
se trabajó junto a las comunidades de Susques y Rinconada Entendiendo entonces la importancia de la piedra para
en la provincia de Jujuy, Argentina, entre los años 2006 y 2009. la construcción en la región y, por ende, para la construcción
Los casos analizados corresponden a ejemplos de casas de con tierra, es difícil comprender la escasa presencia que po-
campo, puestos temporarios y casas en el pueblo. También see este material en la bibliografía relativa a la temática. En
fueron consideradas estructuras adicionales como corrales, los casos en que la piedra es mencionada, su tratamiento es
rastrojos o fuegueros2. A lo largo de este texto se desarrolla- totalmente subsidiario al cerramiento murario ejecutado con

1
Tal como indica Delfino (2001), el término “pirca” designa en general a una pared de piedra y deriva del término quechua “percca”. De la
misma manera, la acción de levantar un muro de piedra se conoce como “pircar”, mientras que “pircado”, en tanto adjetivo, designa “a algo
que posee un muro de piedra a su alrededor” (Delfino 2001:8)
2
Para ampliar la descripción y uso de estos espacios ver Göbel (2002).
3
Para ampliar acerca del rol de los maestros constructores en el marco del proyecto Puna y Arquitectura ver el trabajo de Rivet y Tomasi sobre
las características del proyecto en este mismo libro.

57
adobes, descuidando así la complejidad y lógica propia que en pirca seca como cerramiento de corrales de hacienda, ras-
tiene el trabajo con este material. Sin embargo, existen traba- trojos, áreas de cultivo y muros de protección o delimitación.
jos que han encarado la temática y que relacionaremos con Por otro lado, la pirca húmeda (Fig. 2) es la que utiliza para
nuestras propias observaciones en el campo. Entre ellos cabe el asiento de las piedras un mortero o argamasa de barro en
mencionar el trabajo de Göbel (2002) quien aporta al cono- proporciones aproximadas de 2 a 3 partes de tierra arenosa
cimiento sobre la arquitectura y uso de los espacios ligados a por cada parte de arcilla. Teniendo en cuenta que las arcillas
la actividad del pastoreo, el estudio de Delfino (2001) sobre no son todas homogéneas los maestros constructores varían
los significados y sentidos de los espacios pircados y su rela- las proporciones para ajustar las mezclas a la necesidad y el
ción con el paisaje andino, el de Blasco y Simón Gil (2006), gusto. En algunos casos un exceso de arcilla en el mortero
quienes analizan el comportamiento de los materiales y mé- puede generar fisuras al momento del fragüe y una mezcla
todos de construcción en regiones árido-sísmicas y algunos con menor cantidad de arcilla poseerá menor cohesión.
otros textos que han aportado pistas que permiten indagar En las casas donde hay varias construcciones, las más an-
sobre el uso de la piedra en la construcción en la Puna. tiguas frecuentemente poseen poyos6 interiores o exteriores,
hornacinas7 y repisas. Estos trabajos corresponden a las cons-
trucciones identificadas como construidas por los abuelos8 y las
Sobre los casos y las técnicas
describiremos más adelante como detalles y operaciones
Como ya se ha mencionado, los trabajos se realizaron en realizadas en los muros.
22 casas. De este total 13 fueron casas en el pueblo. De los
casos rurales 6 son casas de campo o domicilios y 3 estancias
Elección y tipos de piedras
o puestos temporarios4. Esta mención posee una relación di-
recta con los requerimientos y necesidades constructivas, las Tal como plantea Blasco, “la primera tarea a realizar y de
técnicas utilizadas y la disponibilidad del material para cada la que dependerá el resultado final, en gran medida, es la
uno de los casos. En los puestos temporarios registramos un elección de las piedras” (2004:7). Cada piedra posee un uso
uso predominante de la pirca seca y la piedra como único adecuado en función de sus características intrínsecas como
material de construcción. En los domicilios rurales se incor- tamaño, forma, dureza, tipo de fractura, porosidad, además
pora la utilización del adobe y la pirca húmeda, y la piedra es de colores y texturas, todos estos factores influyen y condi-
utilizada tanto como material único en el cerramiento o en cionan la elección del material. Como hemos mencionado, se
combinación con el adobe. Por otro lado, en los casos urba- observó la utilización de la piedra como material constructivo
nos se sigue registrando un uso primordial del cerramiento en habitaciones, fuegueros (Figs. 3 y 4), cocinas, letrinas, co-
mixto (piedra y adobe) pero con la aparición, en algunos ca- rrales (Figs. 5 y 6), canchones de cultivo9, depósitos, muros de
sos, de materiales industrializados como el cemento. delimitación, aleros, oratorios, apachetas10 y elementos que
En relación con estas técnicas, la pirca seca (Fig. 1) con- hacen a la configuración del espacio interior y exterior, como
siste en muros realizados con piedras apiladas sin barro ni ar- mesas (Figs. 7 y 8), poyos, hornacinas y repisas. En todos los
gamasa o mortero de asiento. Como mencionamos anterior- casos fue fundamental esta instancia de elección del material
mente, éstas se encuentran mayoritariamente en los puestos y la posterior etapa constructiva, dado que en la conjunción
de pastoreo, tal cual lo indicado por Yacobacio (et al.1998) de ambas está determinada la durabilidad de la edificación
para otros sitios temporarios de la región. La totalidad de los y sus partes.
fuegueros5 estudiados, tanto urbanos como rurales, se han En el área de Susques parecieran ser las rocas metamór-
ejecutado con esta técnica y consisten en muros de una al- ficas y las volcánicas las predominantes en la construcción.
tura que varía entre 1 y 1,5 metros para proteger la cocina Dentro de las rocas volcánicas se ha verificado un uso mayo-
diaria de los vientos. También se verificaron construcciones ritario de las ignimbritas dado el gran afloramiento existente

4
Los trabajos realizados abarcan ejemplos en los tres componentes de las unidades domésticas definidos por Bárbara Göbel (2002) en su
trabajo sobre “La arquitectura del pastoreo en la Puna de Atacama”, haciendo un especial estudio en el departamento de Susques, a) La casa
central o casa de campo; b) Los puestos temporarios o estancias y c) La casa en el pueblo
5
Fuegueros: Espacio exterior destinado a fogón para la cocina diaria. (Göbel, 2002:59)
6
Poyos: “(…) están adosados contra las paredes, y se utilizan en el día como asiento, y como cama durante la noche.” (Delfino, 2001:6).
7
Hornacinas: “En las paredes de las viviendas hay varios nichos; el principal está ocupado por la imagen de algún santo; en los demás se guar-
dan los objetos más preciados (…)” (Casanova, 1936, citado por Göbel, 2002:63)
8
En las múltiples referencias recopiladas acerca de las construcciones realizadas por los abuelos, la frase da cuenta de las maneras de construir de los
antepasados, estableciendo en la relación de parentesco, también respeto, cercanía y a la vez distancia con estas técnicas y modos de construir.
9
Los canchones de cultivo son referidos sinonímicamente como ’corrales de siembra’ y estos en ocasiones son utilizados como corrales de
encierro de animales y en todos los casos poseen una pared perimetral de piedra (pirca). (Delfino, 2001)
10
“De acuerdo a Delfino, una apacheta es: “(…) un montículo de piedra a modo de adoratorio, en este lugar se hacen ofrendas (…)” ( 2001:2).

58
Fig. 1. Casa de campo construida íntegramente en Pirca Seca con piedras duras de las cercanías. (Foto: A. Álvarez.)

Fig. 2. Cocina de antigua casa de campo edificada con muros en pirca húmeda con piedras blandas y un notable trabajo de canteado,
especialmente en las piedras esquineras y jambas. (Foto: A. Popowski)

59
Fig. 3. Fueguero en pirca seca con piedras duras. (Foto: M. Fig. 4. “Fueguero en pirca seca con piedras blandas que aprove-
Schilman) cha la topografía como parte de la construcción. Los muros semi-
circulares le otorgan una mayor estabilidad (Foto: S. Grebenar).

Fig. 5. Corral de puesto rural ejecutado en pirca seca aprove- Fig. 6. Corral de un puesto rural realizado en pirca seca con
chando el material que dejan las crecidas de un arroyo cercano. piedras duras de las cercanías, en la imagen se puede observar la
(Foto: G. Adamo) inclusión de hornacinas en este tipo de espacios. (Foto: R. Peña)

Fig. 7. Mesa exterior ejecutada en piedra, la misma se ubica en el Fig. 8. Apoyo de horno de barro, ejecutado en piedras. (Foto: J.
centro de un patio urbano. (Foto: L. Alfonzo) Tomasi)

60
en la zona11. Es importante considerar que la denominación es un aspecto decisivo para la elección del método construc-
local caracteriza a las piedras por su diferente dureza, distin- tivo a emplear.
guiendo a las piedras duras que equivalen a las metamórficas, En el pueblo, generalmente, el material no se encuentra
entre ellas las lajas, y por otro lado las piedras blandas o vol- disperso a flor del suelo, por lo que frecuentemente la pro-
cánicas. Las metamórficas, que de manera natural presentan visión surge de la compra o adquisición del material ya can-
dimensiones y formas más parejas, permiten un mejor asien- teado. En estos casos el tipo de piedra responde a la elección
to de las piezas. Es así que muchos maestros constructores de un proveedor único. En otros casos, existe la posibilidad
prefieren la utilización de piedras duras dado que de ellas del autoabastecimiento del material más adecuado para
obtienen caras lisas naturales. Por otro lado, a pesar de la cada etapa directamente del ámbito rural. En el campo, por
irregularidad de las piedras blandas varios constructores pre- otra parte, el material se puede obtener en forma dispersa
fieren su uso dado que por medio del labrado manual pue- en el mismo sitio de la construcción u obtenerlo de alguna
den otorgarles la forma deseada. Otra propiedad de las rocas otra cantera natural cercana debiendo resolver en este caso
ignimbritas es que son sumamente porosas lo que facilita una el tema adicional del traslado. (Figs. 10 y 11)
mejor adherencia con el mortero (Delfino, com. pers.). Algunas veces, la disponibilidad se ve condicionada por
Frecuentemente se utilizan en la construcción piedras la existencia de casas sin techo de mayor antigüedad de las
tipo laja, disponiéndolas en hiladas horizontales (Figs. 9). En que es posible obtener materiales ya trabajados, o que re-
otros casos, son utilizadas las piedras tipo bola o esféricas de quieren poca elaboración para su aprovechamiento. Local-
distintos diámetros, siendo necesario rellenar los intersticios mente estas construcciones, llamadas casas mochas, suelen
con mortero de barro o piedras de menor tamaño. Desde un ser fuente de aprovisionamiento para la ejecución de nuevos
punto de vista sismo-resistente Blasco analiza la utilización muros (Fig. 12). Claro que existen también casos donde, por
de estos dos tipos de piedra de la siguiente manera: motivos de carácter simbólico, estas estructuras permanecen
“Deben distinguirse los muros hechos a base de piedra bola, intactas a pesar de la dificultad para proveerse del material,
los que presentan inconvenientes, ya que hay que emplear gran resolviendo en este caso la necesidad por otros medios.
cantidad de mortero para su construcción con el objeto de llenar
los huecos entre las piedras, lo que ocasiona que estos muros
Técnicas constructivas
tengan muchos puntos débiles. En contraste con ellos, tenemos
muros hechos a base de lajas de piedra, en los cuales las cargas En este punto nos referiremos a la utilización del material
se transmiten perpendicularmente a las piezas y forman de por en cimientos, en la resolución de esquinas y aberturas, en so-
sí un muy buen elemento transmisor.” (Blasco 2004:9) brecimientos, en muros y algunos trabajos realizados en los
A pesar de los inconvenientes que presenta el uso de la paramentos, como repisas, hornacinas y poyos.
piedra tipo bola, es muy común observarlas en los domicilios En el transcurso de las tareas el maestro constructor, por
cercanos a arroyos o conos de deyección a la salida de algu- medio de la vista y el tacto, selecciona y reserva las piezas
na quebrada ya que allí se las obtiene con facilidad. En otros que le serán útiles en cada una de las etapas. Es así que, en
casos, el condicionante para la utilización de estas piedras es algunos casos, el labrado de piedras se ejecutará sólo cuan-
la gran cantidad de mortero necesario para el asiento de las do el material disponible carezca de las caras lisas naturales
mismas. El mortero requiere agua para su preparación y este necesarias. Otros constructores consideran conveniente re-
es un bien escaso en algunos de los sitios. Es por ello que en emplazar el tiempo que requiere hallar el material adecua-
esos casos la piedra utilizada es del tipo laja que permite un do por el labrado con herramientas manuales como maza,
mejor asiento de las piezas. cortafierro y cincel para lograr una o dos caras lisas en las
piezas para muros y dos o tres caras lisas para las piedras
esquineras.
Disponibilidad y traslado
Utilizando como parámetro el tamaño y la forma se prio-
El maestro constructor además de seleccionar la piedra rizan las piedras de caras lisas y formas regulares. De acuerdo
según la apariencia y función a la que será destinada, debe a su destino, se observó la utilización de piedras de grandes
destinar grandes esfuerzos para resolver lo relativo a la dis- dimensiones en las esquineras, jambas y cimientos, las me-
ponibilidad y traslado del material. Debido al inconveniente dianas para los sobrecimientos y muros y las pequeñas para
que representa el traslado, el abastecimiento en el ámbito rellenos.12
urbano es diferente al rural. En muchos casos la accesibilidad

11
Ignimbríta Susques: “Se denomina así al extenso afloramiento de un manto ignimbrítico (…) que aparece en la localidad de Susques y sus
alrededores.” (Koukharsky et al.,1987:447).
12
A partir de los casos trabajados, en adelante clasificamos los tamaños de las piedras por sus diámetros promedio en Pequeñas hasta 100 mm.,
Medianas hasta 300 mm. y Grandes las mayores de 300 mm.

61
Fig. 9. Sección donde se observa el muro en pirca seca del fueguero exterior ejecutado con piedras tipo laja y el cerramiento mixto de
piedras y adobe que conforma la caja de la casa. (Dibujo: G. Oliva)

Fig. 10. Cantera de rocas metamórficas ubicada cercana a un Fig. 11. Rocas metamórficas e ignimbriticas acopiadas para
domicilio rural. (Foto: J.Tomasi) utilizar en los cimientos (Foto: G. Spengler)

Fig. 12. Construcciones destechadas, ejecutadas en pirca húmeda. (Foto: N. Hugón)

62
Tareas preliminares pués se riega la zanja con abundante agua y se espera que
Al elegir el solar para la nueva edificación se ponderan la mezcla asiente para rellenar los huecos con pequeñas
factores como el aprovechamiento de muros existentes, la piedras y mortero (Fig. 14-3). Esta técnica permite acele-
protección de vientos y la orientación. Por otro lado, las di- rar el proceso de colocación y asiento de las piedras de los
mensiones de la habitación a construir están en relación al cimientos pero presenta el inconveniente de requerir una
destino, las medidas del lote, el material del cerramiento y el gran cantidad de agua. En uno de los casos en que se utilizó
tipo de cubierta. En muchos de los casos la práctica construc- este sistema, el mismo fue sólo para los cimientos, sin llegar
tiva está asociada a lo simbólico. Es por eso que en algunas al nivel del terreno, para poder ejecutar el sobrecimiento
de las construcciones se realizó el challado. Sintéticamente en forma semienterrada, en este caso con la utilización de
se verificaron dos situaciones, los efectuados antes del ini- un mortero de barro humedecido (Fig. 14-4). También fue
cio de las tareas y en el centro de la futura edificación y los ejecutada una capa de concreto cementicio, a pedido de la
realizados durante la excavación de cimientos, donde el lu- propia familia, con el objetivo de armar un cajón hidrófugo
gar elegido fue a un costado de la primera piedra esquinera (Fig. 14-5) y además presentar una superficie lisa para el
colocada. apoyo de piedras de mayores dimensiones que las anterio-
res y finalizar así el sobrecimiento hasta la altura previa a la
Cimientos colocación de los adobes.
El cimiento es la parte estructural de la edificación bajo el Con respecto al tipo de piedra utilizada en los cimien-
nivel del suelo y su función es transmitir de manera uniforme tos se han verificado piedras duras y blandas indistintamente
las cargas al terreno resistente. Para lograr esto se excavan dependiendo de la disponibilidad del material. Para la pie-
zanjas corridas a pico y pala que promedian los 20 a 40 cen- dra blanda se privilegia el uso de bloques de grandes dimen-
tímetros de profundidad, dado que el suelo firme se encuen- siones, en cambio las duras suelen ser más pequeñas que las
tra fácilmente debido a la condición rocosa en la región. Se anteriores debido a la dificultad que representa el traslado de
ejecutan con un ancho que varía de 25 a 40 cm., siendo esta las mismas por ser más pesadas.
medida entre 5 y 10 cm. mayor que la prevista para el sobre-
cimiento. Las medidas de los cimientos están en relación a las Esquinas y Aberturas
cargas a soportar y se estiman según los materiales a utilizar Previendo el asiento diferencial que suelen tener los mu-
(piedra o adobe) y las medidas que tendrán sobrecimiento, ros es primordial reforzar las esquinas y aberturas que son
muro y cubierta. los puntos más débiles de la construcción. Es por eso que las
Previamente a la colocación de las grandes piedras y piedras esquineras son seleccionadas por su tamaño y forma
bloques que conforman los cimientos, usualmente se reali- y usualmente poseen una mayor robustez que las utilizadas
za un pre-cimiento de aproximadamente 15 cm. de altura, para el resto de la construcción (Figs.15, 16 y 17). En relación
compuesto por pequeñas piedras, a los efectos de nivelar a la provisión del material es muy importante la búsqueda
la excavación y reducir los deterioros generados por el ex- permanente de piedras aptas como piedras esquineras, in-
ceso de humedad en las piedras de los cimientos13. (Figs. cluso en los casos en los que aún no se ha iniciado o no está
13). Esta cimentación corrida requiere piedras y bloques de prevista la construcción. Es muy común la provisión a partir
grandes dimensiones a los efectos de distribuir la carga en de los viajes que el constructor realiza entre los domicilios
superficies mayores. Las piedras esquineras deben colocar- en el pueblo y en el campo, identificando piedras aptas a los
se con mayor cuidado dado que sostienen los hilos y tan- costados del camino y separándolas o pasándolas a buscar
zas para controlar la linealidad del resto de las piedras. En cuando la necesidad o la oportunidad lo permiten.
esta etapa, las piedras suelen ser asentadas con mortero de Generalmente se colocan en primer término las piedras
barro, en proporción 1:3 de tierra arcillosa-arena14. Otros esquineras y las jambas para la puerta. Estas piedras son de
constructores prefieren el relleno de la zanja excavada con grandes dimensiones y con al menos dos caras planas. Estas
piedras y sin mortero (Fig. 14-2). En esta técnica, luego es piezas además de garantizar la estabilidad general de la edi-
preparada una mezcla sin humedecer de arcilla y arena (en ficación serán las que permitan la colocación de los hilos para
proporción 1:3) que es colocada sobre las piedras. Des- preservar la linealidad y plomo del muro.

13
La piedra puede deteriorarse por congelación, ataque químico, cristalización, erosión eólica, escamación, bacterias, musgo y líquenes, según
Caroe en todos los casos “(…) debe tomarse en cuenta desde el principio que todos ellos se provocan o propician por exceso de humedad.”
(1989:39-44)
14
La tierra arcillosa está compuesta de arcilla, limo y arena. “(…) el rol que desempeña la arcilla es clave por tratarse del material aglomerante,
mientras que la grava, la arena y el limo dan estructura y estabilidad al sistema.” (Guerrero Baca, 2007:186)

63
Fig. 13. Croquis de un muro mixto de piedras y adobes que muestra la ubicación del precimiento. (Dibujo: G. Oliva)

Fig. 14. Instancias de una de las técnicas de ejecución de cimientos y sobrecimientos. (Dibujo: C. Catalán)

64
Fig. 15. Colocación de piedra esquinera semienterrada en un Fig. 16. Esquinera de piedra blanda canteada en el cimiento de
puesto rural. (Foto: G. Spengler) una casa urbana. (Foto: M. Schilman)

Fig. 17. Utilización de tanzas para conservar la linealidad a partir de la piedra esquinera como punto de referencia. (Foto: G. García
Pérez)

65
Sobrecimientos y oficio en la elección del material ya que éste se presenta
Una de las patologías más relevantes de la construcción en formas irregulares, siendo necesario, en muchos casos, el
con tierra, es la producida por la erosión de agentes natu- tallado para ajustarlas a la necesidad.
rales como el agua. Para evitar el desgaste por humedades Hoy día, en la construcción de un muro de pirca húmeda,
ascendentes (capilaridad, napas, infiltración o salpicado es muy común la utilización de herramientas como ploma-
de lluvias) se protegen los muros de adobe con cimientos das, tanzas, niveles, mazas y cinceles. En el pueblo la ele-
de piedra por encima del nivel de terreno (Rotondaro et vación del muro suele ser controlada con la ayuda de una
al. 2005). La ejecución de estos sobrecimientos, con una plomada para verificar la verticalidad, con un nivel la ho-
altura mínima de 40 a 60 cm., se verificó tanto en casos ur- rizontalidad de las piedras y con una regla o nivel de mano
banos como rurales (Figs.18 y 19). En esta instancia se uti- se comprueba que las dos caras queden lisas. Finalizada la
lizan, preferentemente, las piedras de caras lisas y planas colocación de cada hilada de piedras se traslada el tendido
seleccionadas previamente para obtener un cerramiento de hilos o tanzas al tramo siguiente para ayudar a que las
más prolijo. Deben poseer al menos una o dos caras con piedras sean ubicadas en forma alineada. En la práctica co-
estas características, que en caso de no obtenerlas de for- tidiana de construir, los constructores adquieren un oficio y
ma natural se cantean, ubicando la mayor al exterior y so- experiencia que les permite, en algunos casos, reemplazar
bre los laterales del muro. Luego se rellena el interior con o complementar esas herramientas con el ojo y la mano en-
piedras pequeñas y mortero, dejando una superficie plana trenada, garantizando igualmente una correcta regularidad,
y lisa para la siguiente hilada de piedras o adobes. También alineamiento y verticalidad en los muros. La tendencia ac-
son utilizadas piedras irregulares siempre que se garanti- tual indica que cada vez son menos los muros ejecutados en
ce una correcta traba entre bloques, un buen asiento para su totalidad con piedras bajo la técnica de pirca húmeda. Sin
la hilada siguiente y un adecuado aspecto en la termina- embargo, este tipo de técnica aún se observa en varias casas
ción interior y exterior de la fábrica. Existe una preferencia de campo y puestos temporarios o en las casas urbanas más
a utilizar muros de 40 centímetros de espesor y no de 30 antiguas. Por el contrario, para la ejecución de fuegueros,
cm. Esto se debe a la dificultad para encontrar piedras que corrales y muros de delimitación, el sistema más común es
permitan resolver las dos caras en tan reducidas dimensio- la pirca seca.
nes. (Figs. 20)
En caso que la cara superior de la piedra posea una in- Detalles
clinación, ésta suele ser ubicada hacia el interior del muro. Como indicamos inicialmente, en la ejecución de mu-
Así se evita el deslizamiento hacia fuera de la piedra que ros en piedra se encuentran operaciones que permiten usos
apoyará sobre ésta, garantizando de esta manera la rigidez que facilitan las tareas domésticas y son fundamentales en la
estructural del muro por medio de la traba de las piezas que conformación de los espacios. Algunas muestras son las re-
lo componen y el relleno del interior con la mezcla de barro. pisas, hornacinas y poyos. Básicamente podemos distinguir
(Figs.21) dos tipos de repisas. Por un lado existen las constituidas por
piedras tipo lajas de reducido espesor y longitudes de 30
Muros a 40 cm. como superficie horizontal. Estas son incrustadas
El muro posee los mismos criterios constructivos que un en la cara interior de muros de adobe o piedra y se utilizan
sobrecimiento, pero prolongado en toda la altura del cerra- como apoyo. Por otro lado, las piedras que sobresalen de los
miento, utilizando incluso piedras tipo laja para resolver ale- muros a modo de pequeños voladizos también son utilizadas
ros. Debido a las formas irregulares de sus piezas, los muros como apoyo de diversos elementos. Las hornacinas, en cam-
de piedra representan mayor trabajo y tiempo de selección bio, son huecos practicados en el muro para la colocación
del material que en los casos donde se utiliza el adobe. de objetos. Se han verificado hornacinas en muros interio-
Al hablar de muros de piedra se debe distinguir los rea- res de habitaciones y en muros exteriores de corrales. Aquí
lizados en pirca húmeda (Fig. 22) de los de pirca seca (Fig. el principal elemento a resolver es el dintel, dado que debe
23). En los primeros es muy importante la elección de pie- resistir el peso del resto del muro. Es por eso que suelen uti-
dras con caras lisas. No obstante lo anterior, es habitual el lizarse piedras de espesores y longitudes considerables. Otro
canteado para hallar la forma que se adapte a la termina- tipo de construcción son los poyos tipo cama y los tipo asien-
ción del muro. En el segundo caso, dado que las piedras se to. Eric Boman, quien recorrió la región en 1908, describe un
colocan sin mortero, se seleccionan las que son tipo lajas y poyo de la siguiente forma: “Contra uno de los muros más
se colocan en forma horizontal mejorando de esta manera cortos, se ve el Poyo, sobre-elevación de piedras y tierra,
el asiento de cada una de las piezas y la estabilidad general que ocupa todo el ancho de la casa y de alrededor de 0,50
del muro edificado. Para la construcción de un muro de pie- m de altura y 1,50 a 2 m de fondo.” (1992 [1908]:429) Este
dra, los maestros constructores requieren de mucha destreza tipo de construcción es común encontrarla actualmente en

66
Figs. 18 y 19. Presencia de patologías constructivas relacionadas con la humedad por la ausencia de sobrecimientos en la edificación.
En este caso se verifica la presencia de humedad y el desgaste de los adobes próximos al nivel de suelo. (Fotos: M. Schilman.)

Fig. 20. izq. Muro de 40 cm. de ancho. Los de menores espesores


presentan dificultades para encontrar piedras de espesores muy
reducidos. (Foto: P. Puricelli)
Fig. 21. arriba. Encuentro de muros y trabas entre las piedras para
asegurar su estabilidad y linealidad. (Foto: G. García Pérez)

Fig. 22. Muro de corral en pirca seca. (Foto: O. Barna Ferrés) Fig. 23. Detalle de muro en pirca con mortero de barro. (Foto: R.
Peña)

67
puestos y domicilios rurales (Figs.24). Además de estos de- Reflexiones finales
talles mencionados, que forman parte de los paramentos, se
A partir de los estudios y trabajos realizados en las dife-
encuentran otras intervenciones y detalles en piedras, como
rentes casas hemos podido observar el rol central de la pie-
los elementos que hacen a la configuración del espacio inte-
dra dentro de los aspectos estructurales y de protección de
rior y exterior y que en algunos casos cumplen funciones de
otros elementos componentes de la construcción. Como ya
mesas y asientos, usualmente en áreas cercanas a fuegueros,
mencionamos, difícilmente las construcciones serán realiza-
cocinas y corrales.
das sin la ejecución de cimientos y sobrecimientos en piedra
que, siendo correctamente ejecutados, impedirán el deterio-
Variaciones en las técnicas constructivas. ro del muro de adobe por la acción de humedades.
Consideramos que la piedra es un material fundamental,
Como ya se mencionó, las construcciones antiguas abun-
necesario y vigente en la construcción en la Puna y cabe la
dan en detalles en sus muros, como hornacinas, poyos y repi-
reflexión acerca de su importancia y el registro de sus téc-
sas. Además, ejemplos como el de algunos parajes15 que po-
nicas y procedimientos. Si bien estos se relacionan con la
seen construcciones muy añosas, permiten observar muros
construcción con tierra no son subsidiarios de ella sino que
con un gran trabajo de talla, un excelente encastre y unión de
poseen una complejidad y lógica propia. Por otro lado, para
piezas. Están totalmente escuadradas a pesar de la irregulari-
la construcción de un cerramiento con técnica mixta de pie-
dad de sus tamaños y no han perdido su estabilidad, plomo,
dra y adobe, son las etapas relacionadas con la piedra, las
ni ajuste perfecto en las juntas a lo largo de los años (Fig.25).
que insumen al menos dos tercios del tiempo total necesario
En las casas rurales y urbanas más antiguas se encontraron
para completar la caja muraria. Además de cimientos, sobre-
ejemplos de habitaciones con muros totalmente de piedra en
cimientos y muros en piedra, este material es un elemento
pirca húmeda. Sin embargo, una tendencia que se ha verifi-
primordial en la construcción completa, siendo utilizado
cado en la actualidad es la relacionada con el reemplazo del
también en aleros, techados, mobiliario y detalles.
cerramiento murario completo de piedra por el uso mixto de
Es así que la densidad de conocimiento necesario para
piedra y adobe.
la selección y utilización de este material, en muchos casos,
A pesar de las transformaciones producidas, en ningu-
requiere constructores especializados específicamente en
no de los casos trabajados se ha reemplazado la piedra de
las técnicas relacionadas con la piedra y no necesariamente
cimientos y sobrecimientos por la utilización de técnicas
quienes trabajan correctamente las técnicas del adobe po-
industrializadas como el hormigón armado, aunque esta si-
seen los conocimientos necesarios para trabajar la piedra en
tuación sí se observó en varias construcciones urbanas, espe-
la construcción.
cialmente las relacionadas con la arquitectura oficial. Si bien
Es entonces, que a partir de la integración de la expe-
en los casos trabajados no se incorporó el hormigón armado,
riencia de construcción con lo aprendido de los maestros y el
sí surgió la incorporación en cimientos, sobrecimientos o
trabajo realizado sobre el material bibliográfico disponible17,
muros de soluciones mixtas con mezclas de barro y concretos
creemos que este vacío representa un desafío para poder re-
a base de greda16 y cemento. En todos los casos se le adjudi-
gistrar la importancia, utilidad y vigencia de este material en
ca al cemento propiedades hidrófugas y una mayor solidez
la región y la cantidad de conocimientos y tiempo que re-
que a las mezclas de barro tradicional. Es así que en uno de
quiere en relación a la totalidad de la obra.
los casos urbanos, la familia manifestó la preferencia por la
incorporación del cemento para las juntas del sobrecimien-
to dado que de esta manera “las juntas se lavan menos” o en
otro caso en el que el cemento se utilizó en un concreto en
la mitad del sobrecimiento como barrera para humedades
ascendentes (Fig. 26).

15
Por ejemplo ver Anexo de fichas, Casa 9. Susques 2008.
16
Greda: Gravilla arenosa utilizada en la construcción, generalmente tamizada o zarandeada a los efectos de regular su granulometría y reducir
la presencia de agregado grueso.
17
Cabe insistir en que si la construcción con tierra presenta dificultades en la obtención de información como indican González Serrano y Ponce
Ortiz de Insagurbe (2006:148-150), es aún mayor el vacío de fuentes bibliográficas que detectamos para la construcción con piedra.

68
Fig. 24. Croquis donde se observan ejemplos de poyo interior y exterior. (Dibujo: R. Peña)

Fig. 25. Construcción con grandes bloques de piedra blanda Fig. 26. Utilización del cemento a la mitad del cimiento como
canteada. (Foto: A. Benavidez) cajón hidrófugo. (Foto: C. Catalán)

69
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Göbel, B. (2002) “La arquitectura del pastoreo: Uso del espacio y sis-

70
Usos y formas del adobe: una aproximación
desde la práctica constructiva en Susques y
Rinconada
Julieta Barada, Constanza Tommei y Evelin Nani

Introducción y analizar las prácticas constructivas y la arquitectura en ge-


neral de muchos grupos sociales que usan la tierra cotidia-
El adobe es uno de los principales materiales con los que
namente. La construcción con tierra llevada adelante por las
hemos trabajado en el marco del proyecto “Puna y Arquitec-
poblaciones puneñas no escapa a estas lecturas sesgadas y
tura” en las localidades de Susques y Rinconada. Es de hecho
estereotipadas.
el material que constituye la caja muraria de la mayoría de las
Creemos que la particular aproximación que hemos te-
casas en las que se ha intervenido, tanto en lo relevado sobre
nido, basada en el aprendizaje directo de los constructores
construcciones existentes como en los trabajos realizados
locales, el trabajo con ellos, la convivencia con las familias y
en cada una de las campañas. En este sentido, entendemos
el relevamiento desde el trabajo de campo sumado a la con-
que, desde la experiencia concreta de construcción, pode-
mos brindar una cierta cantidad de material de lo observado siderable cantidad de casos de estudio nos permite tener un
y reflexionar sobre las particularidades del uso del adobe en acercamiento particular y diferenciado al estudio de esta téc-
la Puna. nica constructiva. Este trabajo nos ha brindado una cantidad
No es sencillo realizar aportes sobre esta temática en la de datos tanto técnicos como etnográficos que sirven como
que han trabajado, y trabajan, numerosos investigadores con complemento a la bibliografía existente y que hacen referen-
una vasta trayectoria como Graciela Viñuales (1994 y 2002; cia a las numerosas particularidades y variaciones que tiene
entre otros) o Rodolfo Rotondaro (1984) por citar sólo a dos la utilización de esta técnica, tanto a través del tiempo como
que han desarrollado su trabajo desde Argentina. El adobe entre los distintos casos estudiados. Es importante tener en
ha sido estudiado desde su historia, cualidades técnicas, cuenta que estas cuestiones se encuentran vinculadas no so-
patologías o posibilidades de intervención tecnológica, en- lamente al sitio y al tipo de materia prima disponible, sino
tre muchos otros ángulos de indagación. Al mismo tiempo, también a la historia de cada familia, comunidad y construc-
mientras el interés sobre la construcción con tierra se ha ido tor, siendo estas últimas imposibles de ser dejadas de lado
acrecentando en los últimos años desde los ámbitos acadé- especialmente cuando se trabaja en un espacio doméstico.
micos y en algunos casos desde los espacios de gestión, no Dentro de estas cuestiones destacaremos lo referido a las
es un secreto que continúa con fuerza un sesgo sobre su uso. formas de producción y obtención del adobe para la cons-
La asociación de la construcción con tierra, y especialmente trucción en las localidades de Susques y Rinconada, como
el adobe, con pobreza, falta de calidad, malas terminaciones también a los modos de desarrollo de esta técnica construc-
e incluso enfermedades o poca higiene sigue plenamente tiva en dichas localidades. Nos referiremos en este trabajo
vigente. Desde estos puntos de partida se suelen observar también a las posibilidades de variación de la caja muraria

71
que permite el material y que son utilizadas en los casos es- Rotondaro y Patrone (2008), el barro utilizado para el llenado
tudiados para diversos fines, como son los vanos, poyos y de los moldes es preparado con suelos del lugar y agua, y en
hornacinas. Nos interesa observar, asimismo, la vinculación muchos casos tiene agregados naturales para controlar las fi-
del adobe con otros materiales para la colocación de dinte- suras, tales como vegetales, guano o pelos de animal.
les en aberturas y alteraciones específicas en el muro para la Los adobes se “cortan”2 en el suelo y se busca una su-
obtención de entradas de luz y otras situaciones particulares perficie lo más plana posible. Según el molde a utilizar se
relevadas y realizadas en parte de las casas estudiadas. puede producir de a uno o más bloques a la vez y se proce-
de llenando el mismo con el barro ya preparado. Es impor-
tante que antes de retirar el molde el barro sea apisonado
Características generales del adobe
con las manos y alisado con la ayuda de abundante agua
El adobe es definido como el ladrillo de barro sin cocer para que el bloque tenga las caras lo más planas y parejas
(Viñuales 1994:121), una tecnofactura que se obtiene a par- posible, lo cual es fundamental para su posterior utilización
tir de un conjunto de materias primas que atraviesan un de- (Fig. 1). El secado de los ladrillos exige entre 2 y 3 semanas
terminado proceso de elaboración. En todos los casos es un y puede hacerse directamente al sol, sin cocción, y se ter-
módulo repetitivo, que a partir de su sucesiva utilización en el cia bajo un invernadero en caso de clima variante. Necesita
contexto de una técnica particular genera una unidad. La téc- una atmósfera bastante seca, a falta de la cual la solidez de
nica de fabricación del adobe se desarrolla con la ayuda de los ladrillos puede quedar comprometida (Bardou 1979). Es
moldes sencillos de madera en los que se dispone el mortero por esto que los constructores tienen muy presente la época
de tierra que se apisona ligeramente a mano (Bardou 1979). del año para la elaboración de adobes; no solamente por la
El proceso de elaboración de los bloques requiere, en prime- presencia de las lluvias estivales sino también por las fre-
ra instancia, de la realización del pastón. Este es preparado cuentes heladas que se dan en la Puna en distintos períodos
con tierra (arcilla y limo), arena, agua y agregados de materia y que pueden provocar la congelación de los bloques si es-
orgánica (paja y/o guano1). Según nuestra experiencia en el tán húmedos (Delfino, com. pers.).
campo, las proporciones específicas de composición de cada El adobe, puede ser ubicado dentro de la familia de la
adobe, como así también su tamaño, tienen variaciones de albañilería, según se lo encuentra en la Catalogación de téc-
acuerdo a las condiciones particulares del sitio, la posibilidad nicas constructivas en tierra de Graciela Viñuales (1994). A
de obtención de los materiales y los conocimientos y heren- partir de analizar, dentro de este amplio catálogo, algunos
cias de cada maestro constructor, como veremos más adelan- ejemplos de adobes sin consolidantes3, similares a los uti-
te. La cantidad de mezcla a preparar depende de la cantidad lizados durante el trabajo de campo, se pueden distinguir
de bloques que se pretendan elaborar y es muy frecuente el ciertas características representativas de estos bloques.
agregado de paja en la preparación misma. Como plantean Está claro que esta es una generalización y que al inte-

Materiales básicos Medidas


Agregados
Arena Limo Arcilla Otros (en centímetros)

Argentina 58% 34% 8% Paja (25% vol.) 28x28x8


Sigla AR 3.2

Bolivia 20% 20% 60% Paja (10% vol.) 30x20x10


Sigla BO.3.1 40x20x10

Perú 25% 75% Cañas O Arena, paja 38x18x8


Sigla PE.3.7 1” (3:1:1 vol.)

Uruguay Tierra y agua Paja, estiércol y 20x20x5


Sigla UY.3.1 arena

1
Guano: m. O y N Arg., Bol., Chile, Ec. y Perú. estiércol. materia orgánica en descomposición, principalmente excrementos animales (Real Aca-
demia Española).
2
Como ocurre en muchos otros lugares en Susques y en Rinconada a la acción de producir los bloques se la llama “cortar adobes”.
3
La mayoría de los adobes registrados en la Catalogación de técnicas constructivas en tierra de Graciela Viñuales poseen consolidantes como
cal, cemento, asfalto y/o grasa. Los adobes registrados y utilizados durante el trabajo de campo no poseen consolidantes, es por ello que ha-
remos referencia únicamente a bloques con esta característica. Hemos considerado sólo las características de los bloques y no el agregado de
elementos estructurales como la caña en el caso de los adobes consignados para el caso de Perú.

72
rior de cada país existe una gran variedad de composiciones, diferenciación de acuerdo al tipo de muro realizado depen-
dimensiones y modos de producción. Asimismo, podemos diendo de la forma de colocación de los adobes: el muro doble
verificar en la tabla que los adobes no poseen una única y el muro soga4.
composición, ni el mismo porcentaje de materiales; tampoco A partir de los trabajos y relevamientos realizados pode-
están normalizados en sus medidas, sino que por el contrario mos reconocer que en la actualidad hay una preferencia a la
son producto de variadas técnicas y dimensiones. De todas utilización del muro soga frente al muro doble, ligada a la menor
maneras, la lectura de estos datos nos permite contextualizar cantidad de material a utilizar en el primer tipo y especial-
los adobes registrados en Susques y Rinconada. mente al menor tiempo de construcción que requiere, como
desarrollaremos más adelante. Del mismo modo se propone
también destacar las variaciones existentes en las formas de
El adobe en Susques y Rinconada elaboración y obtención del adobe para la construcción en
El adobe como material constituyente de muros de estas localidades en función de distinguir las consecuencias
cerramiento en casas urbanas y rurales se ha registrado de estos procesos en las características de los bloques en sí.
en forma extendida tanto en los trabajos realizados en el
marco del proyecto como en las construcciones existen-
La forma de obtención de los adobes
tes. La presencia del adobe en Susques y Rinconada se da,
entonces, no solamente a partir de su rol en el patrimonio Una vez planteadas las posibilidades de elaboración del
existente, sino desde su vigencia como material de cons- adobe a partir de los trabajos de los distintos autores citados,
trucción actual y futura. Esto se evidencia en el registro de nos preguntamos: ¿De qué manera las familias de las comu-
adobes utilizados en habitaciones de una misma casa co- nidades donde se llevó a cabo el trabajo de campo adquieren
rrespondientes a muy diversas etapas constructivas. Sobre los bloques para sus construcciones?
este punto es interesante destacar que esta técnica no sólo A partir de las experiencias realizadas en Susques y Rin-
se manifiesta en las casas particulares, sino que también conada, sería posible indicar un proceso de cambio en el
forma parte de las construcciones públicas de estas locali- modo de elaboración y apropiación del adobe. De acuerdo a
dades, inclusive para aquellas que se encuentran en cons- los relatos de los constructores, tradicionalmente los bloques
trucción actualmente. eran elaborados por las propias familias para la utilización en
Otra de las cuestiones interesantes respecto de la pre- sus casas. Durante la experiencia en el campo no solamente
sencia de esta técnica en estas localidades es que el adobe hemos podido registrar la utilización de adobes de elabora-
frecuentemente aparece en las casas no solamente como ción propia y la reutilización de otros que se retiraron enteros
parte integrante de las construcciones sino que en numero- de muros a demoler, sino también la existencia de distintas
sos casos se han registrado adobes acopiados en los terrenos, estrategias para la obtención del material. En este sentido
tratándose tanto de bloques nuevos como de otros que ya hoy se recurre a la producción conjunta entre diferentes fa-
habían sido utilizados en muros previamente demolidos. Se milias, al intercambio de bloques entre vecinos, y en algunos
registró también la presencia de adobes acopiados en sec- de los trabajos que se llevaron a cabo el adobe fue comprado
tores específicos de dichas localidades, correspondientes a u obtenido de organismos estatales (como las Comisiones
las zonas de elaboración de los mismos como detallaremos Municipales).
más adelante. Más allá de los casos en los que cada familia “corta ado-
Las variaciones temporales que se verificaron en relación bes” en su propio terreno, tanto en Susques como en Rinco-
a la utilización de esta técnica están referidas, en primer lu- nada existen ciertos lugares en los alrededores en los que ex-
gar, a la antigüedad de los recintos, reconociendo gran varie- presamente se producen. En ambos casos no son más de dos
dad en las composiciones y origen de los adobes utilizados. o tres y reúnen ciertas características particulares. Los lugares
Donde se registraron habitaciones construidas en diferentes elegidos generalmente para la elaboración de los adobes es-
períodos, en las más antiguas es donde se reconocen ladri- tán situados a la orilla de un lecho de río. Tanto la elaboración
llos de menor tamaño, más irregulares y que permiten ob- de bloques para la venta o los que elaboran las Comisiones
servar a simple vista un mayor porcentaje de agregados de Municipales como los que realizan como producción propia,
piedras, vidrios o paja y material orgánico, como el guano, en todos están hechos en los mismos espacios consensuados
su composición (Fig. 3). Con respecto a los modos de cons- implícitamente o explícitamente en la comunidad. Como di-
trucción con adobe registrados, podemos hacer una principal jimos anteriormente, la elaboración de los mismos requiere

4
Denominaciones locales para el muro de adobe de 40 cm. y de 30 cm. o 20 cm. respectivamente. Para ampliar los conceptos sobre tipos de
muros, ver “Procesos y Técnicas constructivas”.

73
un amplio llano, disponibilidad de abundante barro y mucha los casos con pocos años desde su construcción se pueden
agua, siendo esta probablemente una de las principales cau- destacar la casa 12 en Susques que tiene sólo dos años de
sas de su ubicación. construida, y la casa 11, también en Susques, que tiene cerca
La obtención del agua debido a la escasez en la Puna, de ocho años.
es una tarea que suele requerir una especial atención. Debe Tras haber analizado la bibliografía existente y los rele-
hacerse una distinción entre las experiencias realizadas en vamientos realizados luego del trabajo de campo se pueden
zonas urbanas y aquellos trabajos en el campo, ya que en ver varios modos de elaboración del adobe y diversidad en
los primeros se contó con agua corriente y en los segundos, las medidas. No existe una única forma de realizarlos, ni una
la obtención de la misma generó una tarea adicional. En los medida estandarizada sino que son varias las maneras de
domicilios y puestos en los que se trabajó, el agua frecuen- hacerlos, en donde no sólo se tiene en cuenta las diferen-
temente fue tomada de ríos o arroyos cuyo cauce se encuen- cias climáticas, estacionales, y de elección de los materiales,
tra en las cercanías de las casas. Especialmente en el campo, sino también cuestiones de conocimiento heredados, expe-
cuando el puesto no tiene agua cercana y la familia no dispo- riencias de trabajo, creencias y costumbres. Más allá de esto
ne de algún transporte, fabricar adobes es realmente difícil último, al analizar las formas de obtención de los adobes en
y se suele optar por soluciones completamente en piedra e la actualidad, en la cual se está practicando un proceso cada
incluso con pirca seca en los casos más extremos. En lo que a vez más intenso de “tercerización” de la fabricación, se pue-
ello respecta, durante el trabajo de campo el agua destinada de ver una tendencia a una homogenización de las medidas
a la construcción se transportó desde el pueblo en tanques de estos, y muy probablemente en los modos de realizar los
de 200 litros hasta los puestos. bloques en general.
Las medidas de los adobes fueron relevadas dentro de Como hemos mencionado anteriormente, los adobes
los trabajos realizados. No sólo los utilizados para las nue- necesitan un tiempo de secado previo a su utilización, que
vas construcciones, sino también aquellos adobes existentes según Patrick Bardou (1979), es de 2 ó 3 semanas. Más allá
en las casas donde viven las familias. Se verificaron una gran de esto, es importante aclarar que en la mayoría de los casos
diversidad de medidas y composiciones dependiendo del los adobes no son utilizados de manera inmediata a la culmi-
lugar, la familia, o el maestro constructor que los realizó. En nación de este período sino que son acopiados. Durante el
este sentido, se pudieron relevar las medidas que se obser- trabajo en el campo se utilizaron adobes que tenían más de
van en el cuadro. nueve años desde que se cortaron. Los bloques, en Susques
Es necesario aclarar que no todos los adobes de las y Rinconada, no siempre son elaborados por una necesidad
construcciones existentes pertenecen a las mismas épo- urgente de utilización para una construcción específica y con
cas, siendo probablemente un motivo de diferencia en las un destino fijado previamente a su elaboración, sino que, por
medidas de los adobes relevados. Por ejemplo, unas de las el contrario, generalmente existe una diferencia temporal
construcciones más antiguas son las casas 7 y 14 en Rinco- importante entre la realización de los adobes y su utilización.
nada que poseen más de 30 años de antigüedad. Dentro de Es importante aclarar que las particulares condiciones am-

Casas donde se trabajo Medidas de adobes existentes Medidas de adobes utilizados


 
Casa en el pueblo 7 40 x 25 x 10 Reutilizados

Casa en el pueblo 5 40 x 25 x 10 40 x 26 x 10

Casa en el pueblo 8 40 x 20 x 15 40 x 20 x15


RINCON ADA

Casa en el pueblo 14 40 x 28 x 15 o 38 x 25 x 15 40 x 26 x10

Casa en el campo 15 40 x 30 x 10 40 x 25 x12

Casa en el pueblo 6   40 x 20 x 12

Casa en el campo 10 30 x 25 x 9 40 x 30 x 10

Casa en el pueblo 11 40 x 30 x 12 40 x 30 x12


SUSQUES

Casa en el campo 1 40 x 30 x 12 40 x 30 x 12

Casa en el pueblo 12 40 x 25 x 10 40 x 25 x10

Casa en el campo 3 No poseen. 40 x 30 x10 o 30 x 25/27 x 10

74
bientales de la Puna permiten una buena conservación de los los bloques para lograr la ductilidad y adherencia correctas
adobes. para el llenado de las juntas. Es importante tener en cuenta
La ubicación de los adobes acopiados, también es signi- la cantidad de agua en función del tipo de muro que se va a
ficativa y relevante. En varios casos este acopio se realizó en realizar: una pared de adobe requiere un mortero con mayor
el mismo lugar donde fueron realizados, en otros se guarda- cantidad de agua que la pirca de piedra, debido a que la ca-
ron dentro de los propios terrenos de las familias, generando, pacidad absorbente del adobe es mucho mayor.
en varias ocasiones, espacios arquitectónicos como pueden Las proporciones relevadas sobre los trabajos realizados
ser divisiones internas, o un cerramiento del predio, sumán- varían entre 1:2 (arcilla; arena) y 1:3. Estas diferencias, se de-
dose a estos, elementos de utilidad para los miembros de la ben frecuentemente a las características de los distintos sue-
familia, como mesas y lugares de apoyo (Fig. 4). los seleccionados en cada caso particular, dado que en nin-
guno de los trabajos relevados y realizados se utilizó arcilla
o arena en estado puro. Los maestros constructores buscan
Procesos y Técnicas constructivas
“suelos arenosos” o “suelos arcillosos” y de acuerdo a sus
La elección del adobe como material para la construc- conocimientos sobre la composición de estos se establece la
ción de muros de cerramiento es la técnica adoptada en la proporción a utilizar. Asimismo, no es menor la importancia
mayoría de los casos estudiados. Sin embargo cabe aclarar que tiene el gusto del constructor a la hora de usar la mezcla;
que en ninguno el adobe aparece como material constitu- para muchos es mejor un mortero más arcilloso mientras que
yente de los cimientos y sobrecimientos, siendo construi- otros prefieren una mayor cantidad de arena que lo hace me-
dos mayoritariamente en piedra. Este sobrecimiento pro- nos “pegajoso”.
tege al muro evitando el desgaste del mismo por el ascenso Frecuentemente se utilizan para la realización del mor-
de la humedad de la tierra. Es por ello que la altura de los tero adobes viejos almacenados en las casas, que han sido
sobrecimientos en relación al nivel del terreno es una cues- erosionados por las lluvias y que por lo tanto no pueden ser
tión fundamental a tener en cuenta para evitar futuras pa- utilizados para la construcción de muros. En estos casos, tal
tologías en el muro de adobe5 (Fig. 5). Para evitar la erosión como se realizó en muchas de las casas donde se trabajó en
en esta zona, se presta especial atención a la construcción ambas localidades, los adobes son desgranados con pico y
de un sobrecimiento de piedra para que no ascienda la hu- pala sobre la superficie destinada a la preparación del pas-
medad a la pared de adobe por el agua de lluvia acumulada tón6. En los casos donde las tareas implicaron la demolición
(Rotondaro 1984). de muros existentes deteriorados, estos también fueron
Los cimientos y sobrecimientos de piedra se ejecutan con utilizados para la preparación del mortero y en otros casos,
un ancho que varia entre los 25 y 40cm por lo que existe una también se le ha incorporado gravilla para mejorar la labor
diferencia con respecto al ancho del muro que se eleva sobre estructural del mismo.
estos. Esta diferencia es variable en función de las dimensio-
nes del adobe y del tipo de muro que se va a ejecutar. Sin Elevación de muros
embargo, es importante destacar la preferencia a que esta Cada hilada eleva la altura del muro entre los 12 cm. y
diferencia quede del lado interior de la habitación permi- los 20 cm. dependiendo de las dimensiones de los adobes
tiendo una continuidad en la cara exterior del muro. De esta utilizados y del alto de las juntas, variable también entre los
manera se garantiza un mejor escurrimiento de las aguas de 2 y 5 cm.7 La colocación de los adobes se hace por hiladas,
lluvias, a fin de evitar posibles puntos críticos de ingreso de ubicando los bloques de manera alternada entre una y otra,
humedad al recinto. para lograr una buena traba. El desplazamiento de los ado-
bes entre hiladas que permite la trabazón es de medio blo-
Los morteros que, de modo tal que la junta de la hilada inferior quede en
El mortero de barro utilizado para las juntas se realiza con el centro del bloque de la hilada siguiente. Sin embargo, se
barro y arena o la misma mezcla utilizada para los adobes, han relevado casos de construcciones existentes de distinta
sin el agregado de paja. Se busca lograr la mayor similitud antigüedad donde las trabas entre adobes no superan los
al material básico para obtener mayor homogeneidad en el 10 cm. Es en estos puntos donde suelen aparecen fractu-
comportamiento físico del muro y se utiliza un barro con ma- ras verticales en los muros, especialmente ante de la carga
yor cantidad de agua que el utilizado para la elaboración de de los techos (Fig. 6). Si bien esto parece una obviedad, no

5
Para ampliar los conceptos sobre Cimientos y Sobrecimientos de piedra ver el trabajo de Schilman y Reisner en este mismo volumen.
6
Pastón: denominación de la mezcla de barro utilizada para el mortero.
7
El uso de juntas tan altas es criticado por muchos de los constructores locales. En los casos en que las familias lo hacen se debe exclusivamente
al ahorro de bloques.

75
es un tema menor en la construcción de muros de adobe tros constructores en función de utilizar los que posean sus
dado que la incorrecta resolución de las trabas entre los lados más lisos y escuadrados. De hecho, una de las tareas
bloques puede generar fisuras en el muro, provocando en es escuadrar los adobes esquineros para que no transporten
éste, patologías superficiales8 e intersticiales9 que permiten errores en la colocación del resto de la hilada. Una vez colo-
el acceso de agua y organismos a la pared, deteriorando la cados, se les pasa la escuadra y se tiran los hilos (Fig. 8).
composición de los adobes. El avance de estas patologías Inmediatamente después de la colocación del mortero,
también puede afectar a la labor estructural del muro po- antes de que el barro comience a secarse, se coloca el adobe
niendo en riesgo la construcción10. con su cara lisa hacia abajo y la rugosa hacia arriba (siendo
La primera hilada de adobe requiere del tirado previo la cara rugosa la que permaneció sobre el suelo durante el
de los hilos desde las esquinas con plomada para lograr el cortado de los bloques y la lisa la que estuvo en contacto con
nivel uniforme de la construcción y determinar la posición el exterior). Una vez colocado el adobe, se hace presión sobre
exacta del muro sobre el sobrecimiento. Por estas cuestio- éste hasta llegar al nivel del hilo, lo que provoca el desborde
nes es importante que el mortero de barro colocado sobre del mortero. El material desbordado se esparce con cuchara
el sobrecimiento11 para asentamiento de esta primera hilada para cubrir las juntas y emparejar la superficie vertical. Al fi-
conforme una superficie lo más lisa posible, dado que la fal- nalizar la elevación del muro, frecuentemente es necesario el
ta de nivelación del muro puede provocar problemáticas en relleno exterior de algunas juntas con el mismo mortero para
éste, tanto en su proceso constructivo como en el futuro de la evitar filtraciones que pudiesen perjudicar a la resistencia de
construcción. En una de las casas donde se trabajó en Rinco- la pared y permitir el posterior revocado, en los casos donde
nada, se encontró un desnivel en el filo superior de uno de los se realice este tipo de terminación.
muros. Mediante el uso de la manguera de nivel pudo com- Una vez terminada la elevación del cajón13 (la altura de
probarse que había una diferencia de 2,5 cm. de altura entre este es variable de acuerdo a las necesidades de cada casa)
un extremo y otro del muro. El maestro constructor propuso debe continuarse el muro, dependiendo del techado que la
como solución colocar dos hiladas más, rellenando con ba- habitación va a recibir: a una o dos aguas. La construcción
rro las juntas horizontales para compensar el desnivel. Cabe de los mojinetes14 se hace del mismo modo que el muro y
destacar la importancia de una correcta nivelación, ya que disminuyendo de a uno la cantidad de adobes entre hilada e
los desniveles en estos puntos producen a largo plazo fisuras, hilada: se debe ir reduciendo de ambos lados o de uno solo
que en algunos casos pueden llegar a conformar grietas12. dependiendo de la pendiente, hasta llegar a la cumbrera.
Toda la construcción se levanta de manera pareja por hi-
ladas, y es recomendable la colocación de hilos sujetos en
Tipos de muros
las esquinas con clavos o sapos antes de comenzar cada una.
Esto se hace para no perder el nivel y lograr una superficie de La clasificación de los muros que realizaremos no está
muro pareja y lisa especialmente en la cara exterior evitando referida al tipo de adobe utilizado ni en la variación de las
puntos de posible acumulación y filtración de agua. Antes dimensiones del bloque, sino que se basa en las distintas
de comenzar cada hilada, se colocan primero los adobes formas de colocación de los adobes. Como mencionamos
esquineros (Fig. 7). Esta cuestión merece especial atención antes, se distinguen básicamente dos tipos de muros: Soga
debido a que estos adobes son seleccionados por los maes- y Doble.

8
Son las patologías ligadas a la superficie de la construcción. Un revoque adecuado puede ser la protección fundamental de cualquier construc-
ción y para su mantenimiento. Esta patología puede permanecer sobre la superficie, extenderse hacia lo estructural. (Zanni 2008)
9
Son más específicas de un sector, donde interviene un material y la intersección de un organismo, gracias a su tamaño y a enormes modifica-
ciones fisiológicas provocan grandes problemas, ocupan los huecos, resquicios y microfisuras naturales. Estas fallas también pueden trascen-
der hacia un problema estructural. ( Zanni 2008)
10
Patologías estructurales: comienzan desde el esqueleto hacia afuera provocando una inestabilidad del sistema. Este problema puede surgir
desde el inicio de la construcción (cimiento) y desembocar en una mala terminación (cubierta), reflejándose la falla estructural en toda la
construcción. La intersección entre el muro y cubierta, vanos, dinteles o la formación de un buen cimiento y sobrecimiento para desarrollar el
muro, son fundamentales para evitar la aparición de grietas, fisuras, funcionamiento de aislantes. ( Zanni 2008 )
11
En algunos de los casos estudiados este primer mortero de unión entre el muro de adobe y el sobrecimiento de piedra fue realizado con mor-
tero de cemento. Para algunos constructores el cemento tiene asociadas ciertas capacidades hidrófugas extremas por eso lo usan en el punto
en que comienza el muro como una suerte de barrera hidrófuga.
12
Es toda aquella fragmentación producida en un elemento no estructural, generalmente de poco espesor que lo fracciona en dos o más partes.
(Zanni 2008 )
13
Se suele llamar cajón a toda la sección de la construcción de las paredes que alcanza la misma altura. Es decir, hasta el comienzo de los moji-
netes. el cajón más alto que hemos elevado en nuestra experiencia llegó a los 2,70 m en la parte más baja del terreno (Fig. 9).
14
Se denominan mojinetes a los sectores superiores de los muros ubicados en los laterales de una habitación que permiten el posterior apoyo
de la estructura de la cubierta, variando su forma en tanto sea esta a una o dos aguas.

76
1 2

Figs. 1 y 2. Elaboración de
adobes con molde doble en
Susques, marzo 2008. (Foto
J.Tomasi)
Fig. 3. Adobes con visible
presencia de inclusiones re-
gistradas en Rinconada, enero
2007. (Foto F. Marcos)
Fig. 4. Acopio de adobes con
protección de alero de paja en
Rinconada, enero 2007. (Foto
L. Alfonzo)
3 4
Fig. 5. Muro de adobe sobre
sobrecimiento de piedra
con variación en el nivel,
Rinconada, enero 2007. (Foto
C. Scholtz)
Fig. 6. Grieta en un muro de
adobe, Rinconada, enero
2007.
Fig. 7. “Colocación de adobe
esquinero, Susques, marzo
2008. (Foto G. García Pérez)
Fig. 8. Escuadrado de adobe
esquinero, Susques, marzo
2008. (Foto A. Benavidez)
5

77
Muro Soga de estructura resistente. En todo caso, muchas de las fisuras
Este tipo de muro es aquel en el que el sentido de colo- que se observan en las paredes actuales es probable que
cación de los bloques se da por su lado mayor siguiendo la estén relacionadas con la menor capacidad resistente de los
dirección del muro, es decir que éste toma el ancho del lado muros.
menor de los adobes. Al estar colocados los bloques de este
modo, se requieren menos cantidad de adobes por hilada y Encuentros de muros
por lo tanto menor cantidad de mortero. El espesor del muro Dentro de los encuentros de muros podemos hacer una
varía de los 25 cm. a los 30 cm. dependiendo del adobe utili- primera clasificación entre los encuentros realizados entre
zado (Fig. 10). Para realizar una pared de 1 m. de largo por 1 muros nuevos, lo que refiere fundamentalmente a encuen-
m. de altura de muro soga, se requieren 25 adobes de 40 x 30 tros en esquina o en T y los encuentros entre muros nuevos
x 10 cm., sin considerar el espesor del mortero. y muros de construcciones existentes. A diferencia del la-
drillo común o el ladrillo cerámico, las dimensiones de los
Muro Doble adobes no son proporcionales. Esto implica una especial
El sentido de colocación de los adobes para la realiza- atención a este punto. Sin embargo, para la mayoría de los
ción de un muro doble es por su lado menor, es decir que el maestros constructores locales esto no es un problema, re-
muro tiene un espesor mayor que el muro soga, siendo este solviendo estos encuentros de diversas formas de acuerdo
igual al lado largo del adobe, que en todos los casos estu- a los conocimientos, tradiciones y maneras propias de cada
diados es de 40 cm. aproximadamente (Fig. 11). Este muro uno de ellos.
ofrece mayor resistencia al empuje de las tijeras del techo15 Los primeros y más frecuentes son los encuentros en L,
y también ofrece mejor aislamiento térmico debido a que necesarios en todas las esquinas de una habitación construi-
por su mayor espesor tiene mayor inercia térmica, factor da a nuevo. En el caso del muro soga, el encuentro se da sim-
importante a considerar en zonas de gran amplitud térmica, plemente generando una traba entre hiladas, siendo que al-
como es el caso de Susques y Rinconada. El adobe presenta ternadamente uno y otro muro cubren la esquina. En caso de
la acumulación de calor durante el día y la liberación de este que la longitud del muro requiera para ser completada de un
durante la noche, lo que permite una temperatura constante medio adobe o adobe partido, algunos maestros construc-
al interior de la vivienda. El espesor de muro es determinante tores prefieren colocar este en la parte central de la hilada
a la hora de establecer la cantidad de masa térmica adecuada priorizando la traba esquinera.
para el óptimo desarrollo de este fenómeno y los requeri- En el caso de un muro doble, las dimensiones del adobe
mientos térmicos de cada espacio (Sotta Bonapres 2007:75). generan una diferencia al llegar a la esquina, esto plantea
Para realizar una pared de 1 m. de largo por 1 m. de altura de dos posibles resoluciones: la primera, la conformación de
muro doble, se requieren 35 adobes, de 40 x 30 x 10 cm., sin la esquina con dos adobes por hilada que se traban con la
considerar el espesor del mortero. siguiente. Esta resolución tiene como inconveniente que en
Hay un cierto consenso local respecto a que el muro do- la traba entre hiladas en la esquina uno de los dos bloques
ble es mejor por su capacidad aislante y su resistencia. Sin estará trabado sobre el inferior solo 10 cm., siendo esta di-
embargo, en la mayor parte de los casos se utiliza el muro ferencia causada por las dimensiones del bloque. La segunda
soga porque se entiende que “es suficiente”. Cabe mencio- posibilidad es utilizar un adobe y otro partido en la esquina
nar que las casas más antiguas usaban casi de manera exclu- de manera tal que quede cubierto el ancho del muro a trabar.
yente el muro doble y son varias las razones que se podrían Esta traba puede ser problemática debido a la posibilidad de
dar para este cambio. Por un lado el hecho que los adobes que el adobe partido se desprenda y debilite la esquina.
en muchas familias ahora sean comprados implica una me- El encuentro en T se da cuando un muro se enfrenta de
nor disponibilidad del material, algo parecido ocurre con la manera perpendicular a otro en un punto del primero que no
disponibilidad de manos que se suman al trabajo. En todo es la esquina. Para la realización de este encuentro en el caso
caso, el ahorro de bloques es significativo en el muro soga de muro soga, se genera una traba entre ambos: en hiladas al-
frente al doble, siendo que el segundo consume un 40% ternadas el segundo muro pasa sobre el primero con un ado-
más de adobes que el primero. Por otro lado, el cambio o be entero, mientras que en las otras el primer muro pasa sin
la tendencia al uso de chapa, con un peso mucho menor al interrupciones sobre el segundo, que culmina al encuentro
de la torta de barro o la guaya, implica una menor necesidad de este (Fig. 12). Para el muro doble, este encuentro genera la

15
Para ampliar los conceptos sobre estructuras de techos ver el trabajo de Corrales et al. en este volumen.
16
Para ampliar los conceptos sobre este tipo de techado ver el trabajo de Rivet y Tomasi en este volumen.
17
Ver Casa 10.

78
misma complejidad que para el encuentro en L, las dimen- Una aclaración importante es que, como en el caso de
siones del adobe provocan una diferencia de espesores entre la torta de barro, es frecuente que el revoque se raje ante el
los muros que dificulta la trabazón. En este caso se dan las primer secado, en este caso debe continuarse con el trabajo
mismas variables descriptas anteriormente: o se completa la cubriendo dichas rajaduras y volviendo a emparejar la su-
diferencia con un adobe partido, o bien se traban dos ado- perficie. Es importante aclarar también que el revoque no
bes por hilada, mientras que uno de ellos posee una traba de siempre forma parte de los procesos de construcción con
menor tamaño. adobe. En los casos relevados, se encontraron habitacio-
En el caso de encuentros con muros de construccio- nes revocadas, sin revocar y parcialmente revocadas. Uno
nes existentes, se debe lograr la vinculación de ambos mu- de los maestros constructores en Rinconada consideró ne-
ros para que la construcción funcione de manera conjunta. cesario el revoque de las paredes exteriores, sobre todo en
Para esto, se quitan a cada cuatro hiladas de adobe del nue- las caras sometidas a mayor acción del viento, para evitar el
vo muro, medio adobe del muro existente; en ese vacío se deterioro de los adobes y lograr una mayor durabilidad de
debe empotrar parte del adobe del nuevo muro, de modo tal la construcción. La erosión que provoca el viento es de ca-
que ambos se encuentren vinculados. En las hiladas restan- rácter permanente en la Puna jujeña. Por las partículas que
tes, donde no se genera este tipo de traba, como las juntas transporta y arroja contra la construcción, y los movimientos
no quedan siempre al ras de la pared, se deben rellenar las que produce en los aleros, techos, y laterales mal termina-
mismas con barro de modo tal de conseguir un paramento lo dos o incompletos, debilitan el muro (Rotondaro 1984). El
más homogéneo posible (Fig. 13). azote directo del agua de lluvia puede provocar patologías
En el caso de la demolición parcial de muros, funciona en la cara exterior del muro. En uno de los puestos donde se
de la misma manera: se pica la pared existente quitando los trabajó en Susques17, en el muro no revocado son visibles los
adobes en mal estado y se generan vacíos para luego interca- surcos que ha dejado la lluvia generando puntos críticos de
lar allí los nuevos adobes y completar el muro. De este modo filtración de agua.
ambas partes actúan de manera conjunta. Cabe aclarar que Graciela Viñuales plantea que se utilizan recursos natu-
esta situación se da en casos donde la demolición parcial del rales propios de la zona, como la paja cortada o el guano,
muro es despareja, es decir que hay partes donde se dejan para ayudar a estabilizar el revoque de barro de los muros,
mayor cantidad de hiladas que en otras, dando una figu- ya sean interiores o exteriores. La importancia de la capa
ra irregular. En caso que el completamiento del muro se de final es crucial para prevenir todas las agresiones exterio-
para continuar en altura un muro inacabado anteriormente, res y cumplir la función de proteger el muro. Para conseguir
se quitan las hiladas que se encuentren en mal estado por mejor adherencia se aplican varias capas de revoque: pri-
la erosión causada en su tiempo de abandono, se moja la mero un revoque grueso y luego un revoque fino (Viñuales
superficie, se coloca el mortero y se continua hilando hasta 2002).
completar el muro (Fig.14).

Variaciones del muro


Revoques
Hemos dado en llamar “variaciones del muro” a todos
El revoque suele ser realizado con un mortero de barro aquellos trabajos que implican alteraciones en la superfi-
similar al utilizado para las juntas de los adobes. La diferen- cie del muro de adobe. Los motivos de realización de este
cia está en que para facilitar la colocación del mismo sobre tipo alteraciones son variados: desde la necesidad de gene-
la pared, este mortero tiene un mayor porcentaje de agua y rar aberturas para poder acceder y ventilar las habitaciones
frecuentemente posee trozos de paja o piedras muy peque- hasta el trabajo del muro en función de generar un espacio
ñas. La colocación de la paja se realiza con el fin de evitar las interior para la vida cotidiana de la casa de acuerdo con las
grietas en el adobe, con una lógica similar a la de la torta de costumbres y tradiciones locales y de la familia.
barro16, mientras que las piedras son el agregado grueso, por Aleros
lo que aumentan su resistencia. La colocación debe hacerse El adobe es un material que por su composición debe
de manera pareja a lo largo de toda la superficie del muro estar protegido de la acción directa de las aguas de lluvia, es
que debe estar previamente humedecido y la superficie ex- por ello que en el encuentro entre el muro y la caída del te-
terior debe quedar lisa. El espesor del revoque varía entre los cho, es frecuente la construcción de aleros. La importancia
3 y los 5 cm. de estos se evidenció al relevar las habitaciones sin cubier-

79
Fig. 9. Cajón terminado, Rinconada, enero 2007. (Foto J. Tomasi) Fig. 10. Elevación de muro soga, Rinconada, enero 2007. (Foto
M. Rojas)

Fig. 11. Elevación de muro doble, Rinconada, enero 2007. (Foto Fig. 12. “Vínculo entre muro existente y muro nuevo, Susques,
C. Tommei) marzo 2007. (Foto S. Perrone)

Fig. 13. Encuentro de muros en T, Susques, marzo 2008. Fig. 14. Completamiento de muro existente con hiladas nuevas,
(Foto G. García Pérez) Rinconada, enero 2007. (Foto M. Domínguez)

80
tas (generalmente en desuso) notándose un gran deterioro Para la realización de estas aberturas es necesario que
en los adobes, sobretodo en las hiladas superiores. Si bien algunas hiladas se completen con adobes partidos o medios
los aleros son de paja o piedras lajas, para su realización es adobes, para poder interrumpir la longitud del muro de ma-
necesario hacer una variación en la última hilada de adobes nera pareja. En la parte superior de los vanos, se colocan din-
para permitir su colocación. teles para permitir la posterior continuación del muro sobre
Si bien es cierto que las precipitaciones en la Puna son el mismo. Estos suelen ser de diversos materiales como ma-
menores que en otros lugares, durante los meses de verano deras de cardón, piezas de hormigón y piedra, como detalla-
las tormentas frecuentes constituyen un factor de riesgo para remos más adelante. También se han relevado pequeños va-
los muros de adobe. No casualmente los pobladores suelen nos, generados a partir de la ausencia de uno o medio adobe
evitar construir durante esos meses. A modo de ejemplo cabe en alguna hilada que no requieren de dintel. Esto se realiza
plantear una situación que se nos presentó durante la obra en frecuentemente para generar vías de ventilación de cocinas
una casa en Rinconada en la que durante el trabajo se habían o letrinas (Fig. 17).
elevado más de tres hiladas de adobe. Una sola tormenta
durante una noche inutilizó completamente las dos hiladas Hornacinas
superiores que debieron ser reemplazadas. Claramente sería Es habitual que en las casas los espacios interiores estén
un error el minimizar la acción de la lluvia en cualquier lugar plenos de nichos en las paredes utilizadas para el guardado
de la Puna. de distintas cosas. Las hornacinas, como son llamados local-
La última hilada de adobe para la colocación del alero mente estos nichos, forman parte del trabajo de los muros
es realizada con medio adobe (los adobes son partidos con para su utilización en el acondicionamiento del espacio in-
maza y cincel) de modo tal de dejar una superficie de apo- terior en muchas de las casas trabajadas. Sus dimensiones
yo para las piedras, que son adheridas con mortero de barro. pueden ser de uno o dos adobes de ancho por uno a dos de
En algunos casos, al tratarse de un muro soga, la superficie alto, abiertos hacia el interior de las habitaciones.
de apoyo es reducida por lo que la colocación de las lajas se A partir de los trabajos realizados podemos indicar al
ve dificultada. Lo que se realizó entonces fue picar los ado- menos dos modos de realización de hornacinas entre los
bes en su parte inferior una vez colocados con el objeto de muchos que existen. El primero, en un puesto en Susques, se
generar un buña para trabar la piedra y evitar el vuelco (Fig. realizó una hornacina de 45 cm. de ancho por 40 cm. de alto.
15). En otros casos, ante la falta de piedra, la resolución de los La misma fue realizada variando la colocación del adobe en
aleros se realiza directamente con los adobes, siendo que la los laterales del nicho: se colocaron dos adobes en pande-
última hilada de la pared se saca unos 10 cm. hacia el exterior. rete para el armado de las paredes laterales y otro colocado
En caso que el muro sea soga, los adobes de esta hilada se también en panderete pero perpendicular a los primeros
colocan en forma perpendicular a los del resto de la pared para el cerramiento de la abertura hacia el exterior. La par-
(Fig. 16). De esta manera se logra una saliente que permite te inferior de la hornacina se completó con una piedra laja
apoyar la paja que completa el alero. Todas estas decisiones adherida con mortero de barro para la conformación de la
tienden a alejar lo más posible el desagüe del agua de lluvia superficie de apoyo y el dintel se realizó en madera de car-
de las paredes. dón (Fig. 18).
En otras casas donde se realizaron hornacinas, éstas fue-
Vanos ron ejecutadas sin la utilización de adobes en panderete en
Los vanos son espacios sin bloques que se dejan en el los laterales, sino que se realizó una interrupción del muro,
muro para la realización de puertas y ventanas. Frecuente- como la descripta anteriormente para los vanos, y se cerró la
mente son cubiertos con la colocación de carpinterías de abertura en el exterior con un adobe en panderete. Para la
madera o chapa. Debido al clima de las localidades donde base, se utilizaron dos adobes dispuestos en el sentido con-
se trabajó y las propiedades ya mencionadas del muro de trario a su colocación en el muro (muro soga). En uno de los
adobe en función del aislamiento térmico de las casas, estas casos se realizó una hornacina doble (de 5 hiladas de alto)
aberturas suelen ser pequeñas, pudiéndose definir para las con la colocación de un estante de madera a la altura de la
ventanas medidas que van de los 50 x 30 cm. hasta los 80 x 65 tercera hilada empotrado en las juntas y asegurado con mor-
cm. Las ventanas, de pequeñas dimensiones, en muchos ca- tero de barro (Fig. 19). En un oratorio en Rinconada (cons-
sos son reemplazadas por simples agujeros, los que sencilla- truido aproximadamente en 1990), se relevó una hornacina
mente son cerrados con piedras. Incluso en muchos recintos en forma de arco ubicada en el altar. En el oratorio de otra
se registra la ausencia total de este tipo de aberturas (Delfino de las casas, también en Rinconada, se realizó una hornacina,
2001:6). En cuanto a las aberturas para puertas, se realizaron también en el altar, de 40 x 40 cm. cuya base fue revestida
vanos de hasta 1.70 x 0.80 m. y se registraron otros entre los con piedras lajas.
1.40 y 1.50 m. de altura en construcciones existentes.

81
Poyos ser menor a 40 cm. (Fig. 21 y 22). La colocación de los mis-
De acuerdo a las descripciones de muchos viajeros e in- mos debe ser prevista en el momento de elevación del muro
vestigadores, no era habitual que en la región se utilizaran y una vez colocado el dintel y fijado con mortero de barro,
camas construidas en madera, cosa que sí sucede hoy. Lo más se continúa la elevación del muro por encima de este como
común era la construcción de “poyos”. Así lo describió Eric ya hemos desarrollado anteriormente. En una de las casas en
Boman a principios del siglo XX: Rinconada, se colocó para la puerta un dintel de hormigón
“La casa no tiene más que una habitación. Contra uno de (pieza que se encontraba previamente en el terreno almace-
los muros más cortos, se ve el Poyo, sobre-elevación de nada por el propietario). La colocación del mismo se dio de
piedras y tierra, que ocupa todo el ancho de la casa y de la misma manera que en los casos anteriores. Para ventanas
alrededor de 0,50m de altura y 1,50 a 2 m. de fondo. Es la y hornacinas, se realizaron dinteles de madera de cardón. Su
cama común de todos los miembros de la familia, que se colocación también se da del mismo modo que lo explicado
acuestan en ella sin desvestirse, descansan sobre cueros anteriormente. Se han registrado casos también de dinteles
de llamas y corderos y se cubren con otras pieles”. (Bo- realizados con dos piezas combinando una madera de car-
man 1908:429) dón con otra de tipo industrial. Para dinteles de pequeñas
aberturas pueden utilizarse piedras lajas (Fig. 23).
Los poyos son una suerte de prismas rectangulares de En algunos de los muros de adobe relevados se detectó la
adobes o piedra que se extienden adosados a los muros en presencia de algunos elementos que funcionan como com-
algunas habitaciones de las casas. Se relevaron poyos de plemento del desarrollo del muro, generando tanto aspec-
distintas dimensiones: 75 x 100 x 30 cm; 40 x 250 x 25 cm; 30 tos utilitarios como decorativos. Muy frecuentemente estos
x 190 x 90 cm, correspondientes a ancho, largo y alto respec- agregados son botellas. Las mismas se colocan en los muros
tivamente. Las medidas dependen del tipo de uso que se le generando pequeñas entradas de luz al ambiente. Las bote-
da: como espacio para dormir o como asientos. En las casas llas se ubican en las juntas verticales de los adobes (amplia-
donde se registraron poyos, estos frecuentemente se encon- das para que puedan entrar) y son cubiertas con una lámina
traron revocados con barro, independientemente del estado de cartón, de modo tal de que en la siguiente hilada se pueda
de la habitación. Este revoque permite que la superficie de verter el barro sobre ellas para la colocación de los adobes.
apoyo sea mucho más pareja y lisa para que sea utilizada Se registraron también, botellas ubicadas en la parte inferior
(Fig. 20). de aleros de piedras lajas (sin cartón) (Fig. 24). En ambos ca-
sos las botellas son ubicadas horizontalmente con el pico ha-
Dinteles y terminaciones cia el interior de la habitación y la base al exterior, para evitar
La construcción de dinteles para vanos se dio en la ma- la posible acumulación de agua.
yoría de las casas donde se trabajó con muros de adobe.
Para los dinteles de puertas se utilizaron listones de made-
ra de aproximadamente 2”x4” empotrados en el muro 20
cm. (medio adobe); sin embargo Morales Morales (1993:51)
plantea que el empotramiento de un dintel aislado no debe

82
Fig. 15. Última hilada de adobe realizada con medio bloque para Fig. 16. Alero de adobes en Rinconada, enero 2007. (Foto L.
colocación de alero, Susques, marzo 2007. (Foto J. Tomasi) Alfonzo)

Fig. 17. izq. Pequeño vano de ventilación en Rinconada, enero


2007. (Foto L. Alfonzo)
Fig. 18. arr. Hornacina, Susques, marzo 2007. (Foto J. Tomasi)

Fig. 19. arr. Hornacina doble, Susques, marzo 2008. (Foto S.


Grebenar)
Fig. 20. der. Poyo, Rinconada, enero 2007 (Foto L. Alfonzo)

83
Fig. 21. Dintel de madera, Rinconada, enero 2007. (Foto M. Fig. 22. Dintel doble de madera, Susques, marzo 2007. (Foto J.
Rojas) Tomasi)

Fig. 23. arr. Dintel de piedra laja, Rinconada, enero 2007. (Foto
M. Domínguez)
Fig. 24. der. Botellas en alero de acceso, Rinconada, enero 2007.
(Foto F. Marcos)

Reflexiones finales tual como sus variaciones a través del tiempo. Es interesante
destacar la vigencia de esta técnica en las comunidades que
Como hemos planteado en la introducción existen nu-
incorporan las variaciones temporales no sólo en lo que res-
merosos trabajos que abordan el tema de la construcción
pecta a las formas de obtención del material y la tendencia
con tierra y particularmente la técnica del adobe desde di-
a la terciarización de su producción, sino también a sus for-
versos enfoques. Inclusive se han planteado, sobre todo en
mas concretas de utilización en relación a la variación en los
los últimos años, discusiones sobre el rol que estas temáticas tiempos destinados a la construcción y a la disponibilidad de
debieran cumplir en las currículas académicas con el fin de materias primas. Inclusive cuando la construcción de las casas,
proponer nuevas miradas sobre el hacer arquitectura. Lo que por distintos motivos, no es realizada por la propia familia, el
nosotros intentamos proponer con este trabajo está ligado a adobe sigue siendo el material elegido.
este último punto, y la pregunta pasa justamente por la de- Así mismo, es indispensable reconocer las formas locales
finición de ese “hacer”. La propuesta, es partir de aquellos que adopta la construcción con adobe para, conjuntamente
lugares donde el uso de esta técnica es masivo y no está en con el saber académico, enriquecer el conocimiento sobre
discusión. esta técnica, entendiendo las particularidades de su aplica-
A partir del reconocimiento de los saberes locales pode- ción concreta. Siendo éstas, cuestiones que necesariamente
mos reflexionar acerca del vínculo de las comunidades con la deben ser comprendidas para poder abordar las problemáti-
técnica del adobe, tanto desde sus formas de utilización ac- cas de su tecnología o posibilidades de aplicación.

84
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85
La variabilidad en las estructuras de techos en la
Puna jujeña.
Materialidad, técnicas y hacer constructivo en
Susques y Rinconada
Fernando Corrales Barboza, Paula Yacuzzi, Agostina Tsuji y Leonardo Criscillo

Introducción que hemos compartido las tareas con ellos. De ninguna


manera este trabajo pretende abarcar completamente esta
Si bien las estructuras de los techos de las casas en la
temática, aunque sí esperamos poder constituir una base
Puna no involucran materiales que estén directamente rela-
para próximas investigaciones sobre el tema, en donde la
cionados con la construcción con tierra, es interesante ob-
información y análisis aportados deberán ser ampliados y
servar que están íntimamente relacionadas con ésta. En tanto
discutidos.
las partes componentes de un sistema constructivo, a pesar
Si bien la bibliografía disponible sobre la temática no es
de tener sus especificidades, conforman un todo interrela-
abundante, recurriremos a investigaciones de campo, como
cionado, creemos que el comprender cómo se resuelven los
las realizadas por Rodolfo Rotondaro (1988), Graciela Viñua-
techos en un lugar en particular es importante a la hora de
les (2004) o Blasco Lucas y Simón Gil (2006) desde la arqui-
pensar la arquitectura local. Es así como nos interesa obser-
var y describir el modo en que se resuelven las estructuras de tectura, los de Daniel Delfino (2001) desde la arqueología
las cubiertas, fundamentalmente en el espacio doméstico en en Catamarca, e incluso tomaremos los relatos de viajeros
las dos localidades en las que se ha desarrollado el proyecto científicos como Eric Boman (1992 [1908]) que nos permi-
“Puna y Arquitectura”, Susques y Rinconada en la provincia tirán historiar los modos de construir. Buscaremos poner en
de Jujuy. discusión los datos surgidos del campo con esta bibliografía
Buscaremos a lo largo de este trabajo aproximarnos a heterogénea.
la variabilidad de respuestas técnicas que los constructores
en la Puna tienen disponibles para resolver las estructuras La variabilidad en las estructuras de techos
de techos. Para ello, se tomarán como ejes tanto los ma-
teriales utilizados como el sistema estructural y el proceso Las resoluciones tecnológicas respecto a las estructuras
constructivo. Analizaremos estos ejes, siempre conside- de techos presentan una gran variedad de combinatorias
rando a las estructuras de techos en relación a un sistema posibles, respecto a la materialidad y las técnicas construc-
global constituido además por los muros donde se apoyan tivas. ¿Cuáles son esas variables existentes que influyen en
y la cobertura que soportan. Es importante indicar que el la construcción de las estructuras de las cubiertas? Y, más
material sobre las técnicas y el hacer constructivo que ana- específicamente, ¿cuáles son las diversas resoluciones téc-
lizaremos en este texto surge de las observaciones, estudios nicas usadas actualmente? Estos son algunos de los inte-
y construcción concreta realizados en el trabajo de campo: rrogantes que nos proponemos responder en el presente
no sólo hemos observado a los constructores puneños sino capítulo.

87
Antes de abocarnos completamente a la temática, cree- Creemos que es posible encarar una clasificación entre
mos conveniente definir qué entendemos por estructura de los materiales que se encuentran disponibles en el medio y
techos. La definimos como un conjunto tridimensional de los que deben ser adquiridos en centros urbanos como San
elementos materiales, ordenados y conectados, que interac- Salvador de Jujuy, Abra Pampa o La Quiaca. De hecho, algu-
túan entre sí, con el fin de soportar cargas de manera estable. nos pobladores suelen denominar a estos materiales como
Estos elementos se extienden siempre entre dos muros, que abajeños2. En el primer grupo encontramos tanto al cardón y
son los puntos donde convergen con las otros componentes la queñua como a la tola, la paja, la cortadera y el cuero de
del sistema constructivo (Roizen 2001). Entendemos que esta llama; en el segundo grupo tenemos a la caña, la chapa, los
estructura incluye dos componentes. El primero está consti- perfiles metálicos y las maderas industrializadas.
tuido por un conjunto de elementos lineales vinculados entre Está claro a simple vista que el material más utilizado en
sí, que apoyan y transmiten las cargas en los muros. El segun- estas estructuras es la madera. Debido a su escasez en el me-
do está conformado por una trama superficial necesaria tan- dio, resulta muy valiosa, razón por la cual los maestros cons-
to como sostén de la terminación final de la cubierta1 como tructores tienden a reutilizar constantemente este material.
para distribuir su peso de la misma de manera uniforme. Entre ellas, el cardón3 es una de las maderas cuyo uso ha ido
Para estudiar la variabilidad de las resoluciones, primero disminuyendo gradualmente debido a su poca disponibi-
debemos analizar las distintas formas posibles para resolver lidad pero es una de las más observadas en construcciones
las cubiertas. A partir de los estudios realizados en el trabajo antiguas. El uso de esta madera se encuentra registrado por
de campo, distinguimos los techos a un agua y a dos aguas Eric Boman en las descripciones de los techos de Susques a
como las dos formas de resolución más utilizadas. Cabe acla- principios del siglo XX:
rar que no encontramos en los casos estudiados en Susques “De estas últimas casas no quedaban sino las paredes,
y Rinconada determinantes precisos que nos permitan de- ya el techo se había caído y desaparecido por completo.
finir criterios específicos para la elección de uno u otro tipo Ellas nos dan una idea de la rapidez con que se pudre la
de resolución. Sin embargo, en su estudio de las casas en la madera de Cereus y así podemos explicarnos por qué se
Puna catamarqueña, Daniel Delfino describe la presencia la encuentra tan poco en las ruinas prehispánicas de la
de cambios en las preferencias de una forma de resolución región, mientras que la misma ha formado parte impor-
sobre otra, cuando afirma que “en la arquitectura tradicional, tante de estas construcciones, según todas las probabili-
los techos presentaban caídas a dos aguas; actualmente las dades” (Boman 1992 [1908]:430).
modificaciones alteraron esta pauta prefiriéndose los techos
con caída a un agua” (Delfino 2001: 6). En los casos estudia- La cita anterior demuestra que esta especie ha tenido una
dos, estas dos maneras de resolución van a complementarse presencia sostenida en el tiempo. La queñua es otra madera de
con múltiples soluciones posibles, en cuanto a materiales y a difícil obtención en la actualidad y que fue muy utilizada para la
técnicas constructivas. resolución de estas estructuras, especialmente en Rinconada.
En forma general, podemos decir que la variabilidad se La tola y la paja son dos materiales disponibles en el me-
manifiesta ligada a factores culturales como a contextos so- dio que generalmente son utilizados como elemento de sos-
ciales, económicos y políticos de las comunidades. Esto se ve tén de la terminación de la cubierta. Para la construcción se
reflejado en cuestiones cotidianas como la disponibilidad de utilizan distintos tipos de paja, lo cual “depende del lugar y
materiales, las preferencias del maestro constructor o la fami- de la abundancia de ésta en las proximidades. Las más utili-
lia, sus conocimientos, las búsquedas espaciales y las signifi- zadas son la chillahua, el hiro, la gualla, la cebadilla, la vizca-
caciones religiosas, entre otros factores. El aspecto simbólico chera y la cortadera para refuerzos” (Rotondaro 1988:20). El
del recinto es un elemento fundamental para la variabilidad, proceso de selección de estos materiales es muy importante,
ya que la técnica juega un papel de gran importancia en el ya que se necesita tola y paja con características precisas para
tratamiento del techo (Delfino 2001). Teniendo en cuenta la que puedan ser utilizadas en la construcción4.
materialidad, el sistema estructural y el proceso constructivo, Otro material que puede utilizarse para realizar la termi-
intentaremos analizar las estructuras de las cubiertas en rela- nación interior de las cubiertas es la cortadera, aunque no se
ción a la variabilidad de la construcción en la Puna. encuentra entre las preferencias de los maestros construc-
tores porque la consideran más difícil de trabajar. Para este

Materialidad y variabilidad
1
El estudio de la terminación de la cubierta se profundizará en los capítulos de Daich y Palacios, y Rivet y Tomasi referidos a guaya y torta de
barro respectivamente.
2
El término abajeño caracteriza “a aquellas localidades que están en un nivel altitudinal inferior [para la puna, lo de la prepuna o lo de los valles
(o “vallisto”)]” (Delfino 2001:1).
3
Debido a la explotación de esta especie en el pasado, actualmente su disponibilidad ha bajado significativamente.
4
El proceso de elección se desarrollará con mayor profundidad en el apartado referido a Procesos y técnicas constructivas.

88
fin, se pueden observar también muchos techos resueltos grampas de hierro no existen, ni los ensambles por espigas
con caña, ya que si bien este material debe ser adquirido en de madera. Las cabriadas y los paneles están juntados por
mercados importantes como La Quiaca o en la Quebrada de un enrejado de tallos de Tola sobre el cual se atan haces de
Humahuaca, algunos pobladores han comentado que ofrece paja, cuya extremidad superior ha sido sumergida antes en
una terminación más acabada. Finalmente, como elemento arcilla diluida” (Boman 1992 [1908]:429-430).
de unión de las piezas que conforman la estructura, general-
mente se utilizan tientos, cintas de cuero de llama de aproxi- Respecto a lo anterior, debemos apuntar que en la actua-
madamente 1cm de ancho. Actualmente es habitual que los lidad se observa con más frecuencia la utilización de nuevos
tientos hayan sido reemplazados por alambre o bien se usen materiales para la construcción de las cubiertas, los cuales
ambos sistemas juntos. implican indefectiblemente la utilización de nuevas técnicas
Como lo dijimos anteriormente, la elección de los ma- o la modificación de las existentes. Por ejemplo, la chapa se
teriales utilizados depende de la economía, de los gustos y está transformando en un material utilizado cada vez más fre-
de la disponibilidad, entre otras cuestiones. Sin embargo, la cuentemente. No vamos a ocuparnos en este trabajo explíci-
elección entre materiales locales o abajeños marca también tamente de los casos de techos resueltos con chapa5. De todas
pautas sociales, encuadradas en una discusión mayor res- maneras cabe mencionar que los requerimientos técnicos son
pecto a lo “tradicional” en cuanto a técnicas constructivas. El diferentes. Debido al menor peso de la chapa, frente a la paja o
tema de la incorporación de nuevos materiales y las variacio- el barro, las estructuras requieren menor cantidad de material
nes locales que ello implica responde a factores de diversa y trabajo puesto que las distancias entre los elementos estruc-
índole, como lo explica Rodolfo Rotondaro: turales pueden ser mayores.
“Dentro de este tipo constructivo existen variaciones Por otro lado, con el propósito de contar con piezas del
locales que dependen tanto de las tradiciones y de los largo suficiente, muchas veces resulta necesario utilizar ele-
recursos naturales existentes del lugar, como de las mo- mentos de tipo industrial como perfiles metálicos6 y maderas
dificaciones generadas por las presiones tecnológicas industrializadas que cumplan con las dimensiones requeridas.
modernas de la sociedad mayor” (Rotondaro 1988:38). El uso de estos elementos y la aparición de tecnologías no tra-
dicionales han producido en los últimos tiempos diferentes
Si bien no es nuestro propósito extendernos en esa posturas al respecto dentro de las comunidades. Sin embar-
discusión, resulta interesante retomar el trabajo de Daniel go, en cuanto a la materialidad de estas estructuras, y a partir
Delfino en la Puna catamarqueña, quien observa que “con de los datos surgidos del campo, pareciera haber todavía más
la modalidad constructiva del tipo institucional o abajeño, se similitudes que diferencias con las formas de resolución que
perciben modificaciones en el estilo arquitectónico, acom- son consideradas como “tradicionales”.
pañadas por la introducción de materiales alóctonos” (Delfi-
no 2001: 6). Estas “modificaciones” muchas veces entran en
Sistema estructural y tipos constructivos
conflicto con ciertas formas de resolución de los techos que
son consideradas como “tradicionales”. Estas últimas coin- Para el desarrollo de este punto, y con el propósito de
ciden con las descripciones que Eric Boman hiciera de los hacer más comprensible el estudio de estas estructuras, ana-
techos en Susques: lizaremos la vinculación de sus componentes a partir de la
“El techo de paja (Paja Brava) está soportado por una ci- conceptualización de un sistema estructural7 que responderá
mera a dos aguas. La cumbrera y las vigas reposan direc- a la siguiente clasificación (Fig. 1):
tamente sobre los piñones y sobre los muros. Cumbrera, I. Estructura principal
contrafuertes, cabriadas y paneles son todos en madera de II. Estructura secundaria o de repartición
cactus-cirio (Cereus), única madera de construcción que
existe en Susques. La extremidad superior de las cabria- Esta clasificación es aplicable tanto para techos a un agua
das se fija a la cumbrera por medio de muescas reforzadas como para techos a dos aguas. La estructura principal recibe
por ataduras de cuero. Todas las otras piezas están simple- las cargas de la terminación de la cubierta para descargarlas
mente ensambladas por medio de tientos. Los clavos y las a los muros en los que se apoya, mientras que la estructura

5
Tanto en Susques como en Rinconada, sólo se realizan techos en chapa con una sola agua.
6
Se utilizó un perfil metálico para la materialización de la cumbrera en uno de los domicilios en Rinconada, atado con alambres y tientos por
sobre las tijeras (ver casa 7).
7
Denominamos sistema estructural al conjunto de elementos debidamente vinculados que toman los esfuerzos a los cuales está sometida la
construcción y los descargan al terreno. “Las características más importantes de un sistema estructural son su resistencia, rigidez y ductilidad. El
sistema debe poder resistir de manera eficiente las diversas condiciones de carga a la que puede estar sometida la estructura y poseer rigidez
para diferentes direcciones en que las cargas pueden actuar, tanto verticales como horizontales” (Blasco Lucas y Simón Gil 2006: 3).

89
secundaria conforma una superficie en donde las cargas de la los torillos, y otras fijadas a la base de las tijeras. Mediante
terminación se distribuyen de forma uniforme. Si bien están esta disposición se pueden distinguir entonces dos tipos de
absolutamente vinculadas, cada una de estas partes tiene sus costaneras: una media y otra inferior. Ambas ayudan a rigi-
propias lógicas y modos de hacer constructivos. dizar toda la estructura y, además, constituyen otro punto de
integración con los muros. Dependiendo de la materialidad
Estructura principal y continuidad de la estructura de repartición es posible que
La estructura principal consiste en un sistema de elemen- se coloque un mayor número de costaneras dispuestas a lo
tos lineales amurados, dispuestos en la luz menor del recinto, ancho del faldón. La cumbrera es un elemento longitudinal,
es decir, en el lado más corto. La dimensión de los recintos, que actúa como una tercera costanera uniendo las tijeras en
especialmente su ancho, no es un dato menor, puesto que no su ángulo superior. A su vez, une la estructura a los mojine-
sólo condiciona las medidas de las maderas que conforman tes laterales, quedando el sistema fijado a los muros por los
la estructura del techo, sino que en el sentido inverso muchas pares y la cumbrera (Figs. 6 y 7).
veces las medidas de los recintos están condicionadas por Otra resolución muy observada, tanto para techos a un
las maderas disponibles. Esto tiene especial importancia en agua como a dos aguas, consiste en un sistema basado en
un contexto como el puneño en el que las maderas duras y tablas de cardón colocadas una junto a la otra y apoyadas
de grandes dimensiones definitivamente no son abundantes sobre una viga cumbrera y en los muros10 (Fig. 8). Ésta es una
y actualmente se traen de otros sitios. Aunque actualmente de las resoluciones de estructuras de techos más frecuen-
“debido a la utilización de varas de madera de álamo (cuya temente encontradas en la bibliografía sobre construcción
longitud es mayor que la del cardón local) ahora se pueden con tierra, como las registradas por Daniel Delfino para dos
techar espacios sensiblemente más grandes que los ante- casos en Laguna Blanca, Catamarca, en donde en el primero
riores” (Delfino 2001: 6), no casualmente la mayor parte de “el techo es de torta a un agua, con una pendiente menor
los recintos que hemos analizado tienen un ancho que oscila de 30°, fue resuelto a partir de 10 varas de cardón que lo
entre los 3 y los 4 metros. soportan” mientras que en el segundo “el techo es de gua-
Estos elementos lineales que conforman lo que hemos yada, con caída a dos aguas (un paño con pendiente de más
denominado estructura principal generalmente se encuen- de 30° y el otro de menos de 30°). Tanto la viga como las
tran separados por distancias de 40 a 60 cm, dependiendo diez varas (cinco para cada lado) son de cardón” (Delfino
de la sección y resistencia que posean8. En el caso de los 2001:13-14).
techos a un agua, la estructura principal se resuelve sólo Respecto al funcionamiento estructural del sistema, de-
con estos elementos lineales, denominados cabios, a los bemos diferenciar entre techos a un agua y a dos aguas. En
que se suman las alfajías dispuestas perpendicularmente techos a un agua, los cabios reciben la carga de la estructu-
(Figs. 2 y 3). ra de repartición, para transmitirla a los muros. Los mismos
En cubiertas a dos aguas, la forma de resolución más apoyan y se amuran sobre los lados mayores, reduciendo el
observada es la constituida por una combinación de tres largo de los elementos de sostén y confiriéndole mayor re-
elementos: tijeras, costaneras y cumbrera (Figs. 4 y 5). Las sistencia a todo el conjunto11. En techos a dos aguas, las ti-
tijeras son básicamente triángulos de maderas superpues- jeras resisten esencialmente fuerzas axiales. La eficiencia en
tas entre sí y atadas en cada encuentro con tientos. Cada la transmisión de cargas depende de la posición y correcta
triángulo está conformado por pares, que son los que defi- unión de los elementos. Generalmente se evita que los la-
nen la inclinación, y el torillo9, que le confiere la resistencia dos de los triángulos formen ángulos muy agudos para lograr
estructural a la pieza. El módulo de las tijeras está fijado en más rigidez (son apropiados los ángulos entre 30º y 60º). La
relación al ancho de la habitación y la pendiente que deter- longitud de los elementos debe limitarse de manera que la
minan en la mayoría de los casos se encuentra entre los 30 y resistencia no se vea reducida sustancialmente por efectos
los 45 grados. Las costaneras son piezas longitudinales que del pandeo (Blasco Lucas y Simón Gil 2006). En este sistema,
funcionan arriostrando las tijeras y le confieren resistencia el torillo trabaja a tracción tomando los empujes horizontales
al conjunto. Unas se colocan atadas a la misma altura que de los pares.

8
Estas medidas son las habituales cuando la cubierta va a ser resuelta con guaya, es decir con paja, o con torta de barro. Cuando se utiliza chapa
las distancias son mucho mayores por el significativamente menor peso de ésta.
9
Tanto en Susques como en Rinconada suele denominarse como “torillo” o “toro” a la pieza de madera colocada horizontalmente para impedir
la separación de los pares.
10
En uno de los domicilios en Susques este tipo de resolución contó con la particularidad de que para reducir la luz de la cumbrera debido a la
longitud del recinto (5.60 metros de largo), se utilizó un puntal de madera de cardón apoyando en una segunda viga, dispuesta en el sentido
de la luz menor, como se observa en la Fig. 9 (ver casa 2).
11
De esta forma la estructura se dispone en la dirección de menor luz, reduciendo la flecha que los esfuerzos de flexión producen en los elemen-
tos lineales que constituyen la estructura principal.

90
Fig. 1. Axonométrica de un techo a dos aguas. Obsérvese la vinculación entre la estructura principal y la de repartición (Dibujo A. Tsuji).

Figs.2 y 3. Techos a un agua. Cabios y alfajías conformando la estructura principal (Dibujo A. Tsuji y Foto S. Grebenar).

Figs. 4 y 5. Techos a dos aguas. Tijeras, costaneras y cumbrera conformando la estructura principal (Dibujo A. Tsuji y Foto A. Lambert).

91
Una de las situaciones más comprometidas estructural- hemos relevado el uso de perfiles metálicos y hasta alguna
mente es el encuentro muro-techo, razón por la cual es en caña de bambú. Cuando no se dispone de un elemento del
ese encuentro en donde se observa la mayor cantidad de pa- largo necesario, se utilizan maderas más cortas, las cuales se
tologías12. Las mismas se producen generalmente debido al atan uniendo de a dos tijeras y terminando en la unión de la
peso propio de la terminación de la cubierta. Si ésta apoya última tijera con el mojinete del muro.
sobre muros no preparados para soportar esa carga13, las ti-
jeras van a ejercer una fuerza lateral sobre ellos, resultando Estructura secundaria o de repartición
en un empuje hacia afuera que producirá rajaduras. Ésta es La estructura de repartición consiste en elementos
la patología más común relacionada con la estructuras de te- transversales a la estructura principal que conforman una
chos. Por otro lado, en general cuando se quiebra o vence superficie continua para recibir en forma uniforme las
la cumbrera, o los nudos se debilitan, la tijera se desarma. cargas de la terminación de la cubierta. Al margen de re-
Esta situación es descripta por los constructores locales con partir las cargas, estos elementos también colaboran para
la expresión las tijeras patean. Hemos podido observar este arriostrar las tijeras o los cabios. Además de sus funciones
tipo de problemáticas en varios de los casos que trabajamos estructurales, esta superficie es necesaria como elemento
en la Puna. En todas estas situaciones la resolución impli- de sostén de la terminación final de la cubierta, ya sea guaya
có la reparación de la estructura del techo, pero también la o torta de barro.
reconstrucción de la totalidad de los muros de adobe por el Respecto a la estructura de repartición, vamos a encon-
grado de inestabilidad que presentaban14. El paso del tiem- trar diferentes denominaciones en la bibliografía. Graciela
po también afecta a la estructura debido a que el peso de la Viñuales, basándose en los mismos principios del entramado
terminación de la cubierta sobre los cabios, la cumbrera o las para muros, va a referirse a entramados para techos para expli-
tijeras hacen pronunciar el módulo de la flecha. En los casos car la naturaleza de la superficie de apoyo de la terminación
en los que no se utilizó un elemento único para resolver la de la cubierta:
cumbrera, se debilita más rápido la estructura debido al peso “(...) los [entramados] que se utilizan para los techos de-
de la terminación. Lo mismo ocurre cuando se utilizan made- penden sobre todo de las materias que forman la trama.
ras de poca sección. Es así que en las diferentes regiones se podrán encontrar
En cuanto a la materialidad de los elementos que con- techos apoyados sobre una estructura de rollizos, de ca-
forman la estructura principal, las distintas lógicas que de- ñas, de tablas y aun de lajas de piedra. Pero también las
terminan la elección de materiales y la gran variabilidad de condiciones de ese apoyo darán lugar a diferentes cali-
casos dificulta una generalización. Sin embargo, es posible dades de tierra, preparación y amasado de ella y a varia-
sostener que los cabios y alfajías generalmente son de ma- das formas de terminación” (Viñuales 1994:76).
dera. En las construcciones más antiguas son casi siempre de
cardón o de tramos unidos de queñua y en las construcciones Rodolfo Rotondaro, por su parte, va a denominar cielo-
más recientes son de madera aserrada. Respecto a las tijeras, rraso de apoyo a la estructura de repartición, cuando ella se
las podemos encontrar resueltas en su totalidad con maderas encuentra materializada por tablas de cardón colocadas una
de la misma especie o con maderas diferentes, ya sea car- junta a la otra “apoyadas sobre muros y cumbrero de made-
dón, queñua o de otros árboles del lugar. En la mayoría de los ra en eucaliptus, atadas entre sí y al cumbrero con tientos de
casos están atadas con tientos de cuero de llama y, en me- cuero” (Rotondaro 1985:4).
nor medida, alambre o sogas. Las costaneras también se en- Dependiendo de la disponibilidad de recursos puede
cuentran materializadas generalmente con madera, aunque materializarse con elementos continuos de punta a punta de
también para arriostrar las tijeras se pueden utilizar pares la cubierta como cañas o maderas largas, o elementos más
de cañas atadas, dispuestas cada 40 cm aproximadamente. cortos que cubran los espacios entre cabios o tijeras, como
Por otra parte, para las cumbreras se busca utilizar un ele- recortes de madera, tablas de cardón o tola. Una resolución
mento único, ya sea una madera del largo suficiente, incluso muy utilizada, sobre todo en Rinconada, para la estructura de

12
Las patologías pueden clasificarse siguiendo diferentes criterios, ya sea por los elementos que afectan, el grado crítico que representan o por
su origen. Siguiendo esa lógica, podemos encontrar diversos orígenes: razones constructivas, el paso del tiempo o el deterioro de la termi-
nación de las cubiertas, entre otros factores. Es importante observar además que la falta de mantenimiento de estas estructuras puede a su
vez derivar en una sucesión de patologías. Por otra parte, el deterioro de la terminación de la cubierta, tanto en el caso de guaya o torta de
barro, puede afectar a la estructura del techo. Esto ocurre cuando la madera entra en contacto con el agua de lluvia y comienza a pudrirse. Las
consecuencias de ello son los colapsos de la estructura por quebraduras de las maderas o la desatadura de los tientos. También se producen
deterioros por la acción de insectos que corroen las maderas y pueden producir quebraduras repentinas en la estructura.
13
Para ampliar los conceptos sobre muros de adobe ver el trabajo de Barada et al. en este mismo volumen.
14
Ver casas 6, 7 y 15.

92
repartición es la chajia. La misma consiste en un entramado Esta utilización del espacio interior de los techos como
realizado con tola, la cual se anuda mediando tiras de tientos depósito de objetos ya es descripta por Eric Boman a princi-
o alambre que conforman una superficie. Este entramado se pios del siglo pasado:
dispone sobre la estructura principal, a la cual se ata también “De las maderas de la techumbre y en los rincones cuel-
con tiento o alambre. Las hileras de tola se van disponiendo gan una infinidad de viejos harapos de ropa, cuerdas de
sucesivamente sobre los cabios o tijeras, superponiéndose el lana de llama, etc.” (Boman 1992 [1908]:430)
lado fino de una hilera con el lado grueso de la otra, hasta
cubrir todo el techo (Figs. 10 y 11). Lo anterior nos permite inferir que la estructura secun-
Una incorrecta realización de la estructura de repartición daria posee un uso práctico que va más allá de los fines es-
puede condicionar la ejecución de la terminación final de la tructurales y de cobijo propios de la terminación interior del
cubierta. Es el caso del guayado, el cual requiere que la su- techo, y que este uso persiste a lo largo del tiempo.
perficie sobre la que van a colocarse los haces de paja y barro
sea lo más uniforme posible. En ese caso es necesario que
Procesos y técnicas constructivas
haya una perfecta continuidad a lo largo de todo el techo, ya
que irregularidades y huecos traerían como consecuencia En este punto se desarrollará el procedimiento del arma-
posibles filtraciones. do de las estructuras de techos que fueron trabajadas en la
El mayor o menor grado de continuidad de la superfi- Puna. Se tomará como ejemplo prototípico una de las casas
cie de la estructura de repartición va a depender en for- en la localidad de Rinconada16, por ser un caso de cubierta
ma directa del material utilizado y de la pericia del trabajo a dos aguas en donde se puede contemplar en su totalidad
realizado durante su armado. En habitaciones que revisten el funcionamiento del sistema estructural en cuestión. El tra-
más importancia, como, por ejemplo, oratorios, se obser- bajo consistió en la demolición del techo existente de dos
van trabajos más elaborados donde se utilizan cañas dis- habitaciones del domicilio, para su posterior reconstrucción
puestas superficialmente para configurar un cielorraso con su forma original y su terminación en guaya. El equipo
continuo. En esos casos, las cañas se intercalan de a dos y de trabajo estuvo constituido por un maestro constructor,
con disposición base-punta, de forma tal de distribuir de miembros de la familia y cinco participantes del proyecto
la mejor manera posible las cargas de la cubierta de cierre “Puna y Arquitectura”, aunque habitualmente sólo “dos a
(Fig. 12). Cuando las cañas se utilizan en correspondencia tres personas construyen el techo, siendo generalmente los
con las tijeras se unifica la estructura principal a la de re- mismos propietarios de la vivienda” (Rotondaro 1988:3). El
partición generando un trabajo parejo de todo el conjunto. trabajo fue desarrollado en forma conjunta, ya que como re-
Otro ejemplo consiste en un entramado de pares de cañas marcamos al comienzo del trabajo, no sólo hemos observado
que conforman dos mallas superpuestas a 45 grados. Este a los constructores puneños sino que hemos compartido las
entramado se encuentra atado directamente a las tijeras, tareas con ellos.
arriostrándolas de forma tal que se prescinde del uso de Describiremos la totalidad del proceso constructivo en
costaneras (Fig. 13)15. tres etapas. La primera se corresponde con las tareas preli-
La superficie de la estructura de repartición también pue- minares que deben realizarse antes de empezar a construir.
de utilizarse con fines prácticos, transformándose el espacio Estas tareas incluyen primero la obtención de los materiales y
interior de los techos en depósitos de “objetos e ideas”, como luego su preparación. Esta etapa es fundamental no sólo para
señala Daniel Delfino para un recinto de Relincho Muerto en el armado de las estructuras de techos, sino también para to-
Laguna Blanca, Catamarca: das las instancias que involucra la construcción de una casa.
“Al detenernos particularmente en la parte interna del En nuestro caso debemos destacar en esta etapa la prepa-
techo, vemos que, por la técnica empleada para su cons- ración de los tientos, los cuales serían usados más adelante
trucción, se generan una gran cantidad de espacios entre para atar los elementos que conforman la estructura. Otro
las ramas de monte. Tanto estos espacios como las varas elemento importante en esta etapa fue la obtención de la
y la viga suelen ser utilizados por los ocupantes de los paja que luego sería utilizada para conformar la capa final de
asentamientos como depósito. De las varas y la viga se la estructura de repartición.
cuelgan bolsas con diversos objetos así como lazos, so- La segunda etapa corresponde al armado de la estructura
gas, boleadoras, etc., y se acomodan otros tantos obje- principal, en nuestro caso, de las tijeras y su montaje. Estas
tos” (Delfino 2001:14) generalmente se arman en el suelo, utilizando un sistema de

15
Esta resolución se utilizó en uno de los domicilios en Rinconada (ver casa 16).
16
Ver casa 13.

93
Figs 6 y 7. Croquis interiores de un techo a dos aguas resuelto con tijeras, costaneras y cumbrera (Dibujos A. Tsuji).

Fig. 8. Techo a dos aguas resuelto con tablas de cardón (Foto F. Fig. 9. Puntal de cardón para reducir la luz de la cumbrera (Foto
Corrales Barboza). D. Reisner).

Fig. 10 y 11. Colocación y atado de la tola con tiento para conformar la chajia (Fotos L. Daich).”

94
traslación de medidas y, una vez armadas, se montan sobre sujeta un extremo de la tira pisándola y con la mano se
los muros ya nivelados. En la tercera y última etapa se pro- tira fuerte del otro extremo. Si no se rompe, resiste en-
cede a arriostrar la estructura y asegurarse que ésta quede tonces su futura función.”
vinculada correctamente a los muros laterales y mojinetes.
En nuestro caso, ello se logra a partir de las costaneras y la En este caso era necesario obtener paja, que luego sería
cumbrera. El sistema se termina de arriostrar con el armado utilizada en instancias posteriores. Respecto a su obtención,
de la estructura de repartición. Para terminar con el proceso, fueron arrancarlas de raíz de manera que fueran lo más largas
la última tarea consistió en colocar una capa de paja tejida, posibles. Como luego sería tejida, era conveniente que ocu-
la cual sería necesaria para conformar una superficie lo su- para la mayor superficie posible para evitar repetir esta tarea
ficientemente uniforme donde ejecutar la terminación final múltiples veces. En nuestro caso no fue condición necesaria
de la cubierta. que la paja fuera majada previamente.

A continuación analizaremos más detenidamente estas Estructura principal. Armando de las tijeras y montaje
tres etapas, profundizando en las tareas comprendidas en Siendo característica la forma rectangular de las casas,
cada instancia. los techos a dos aguas quedan configurados por dos faldones
que desaguan hacia los lados mayores. Estos techos general-
Tareas preliminares. Obtención y preparación del material mente se resuelven con tijeras. Para armarlas, por lo gene-
Como ocurre con el resto de las partes de la construcción, ral se utiliza un sistema de traslación de medidas, donde se
los materiales para el techo pueden ser obtenidos de las más mide la separación de los dos muros que van a conformar la
diversas formas. En algunos casos las familias cuentan con los luz más chica para resolver más fácilmente la estructura. Esta
materiales, o disponen de los medios para conseguirlos. Es medida se transfiere al suelo, clavando dos estacas que fijan
usual también el trueque o los préstamos entre los vecinos y los puntos de apertura que deben tener las tijeras (Fig. 14).
es muy común la reutilización de los componentes construc- Se toman los pares que van a fijar la pendiente del techo y se
tivos, ya sean cañas, madera, tiento, tierra o paja, luego del los ata con tiento por el extremo superior. Luego se los abre
desarme de una estructura. en forma de “A” y se presenta un tercer listón, el torillo, para
Antes de comenzar la construcción en sí, en el caso de la fijarlo con tiento. Esta última pieza se emplea para poder es-
estructura de la cubierta, es preciso preparar con antelación tablecer la distancia medida y rigidizar estructuralmente la
los tientos, ya que logran cumplir su función a través de su tijera. Por lo general la posición del torillo se encuentra un
contracción, después del secado natural de los mismos. Si se poco más abajo de la mitad de la tijera, sin llegar a la base,
cuenta con cuero fresco sólo es necesario cortarlos. Sin em- para que los pares puedan tener superficie de agarre cuando
bargo, por lo general, dada las condiciones climáticas de la las tijeras sean colocadas y unidas al muro correspondiente17.
Puna, los cueros tienden a estar secos, por lo cual se deben Los tientos juegan un papel muy importante en la rigidez de
mantener en remojo previamente para luego ser tratados. la estructura, ya que una vez resuelto cada nudo, los tientos se
Para trabajar el cuero de llama el primer paso es esquilarlo. secan y el cuero se contrae, fijando la atadura y garantizando
Luego se cortan las extremidades, debido a que tiene poca la vida útil del nudo.
elasticidad. Así se logra un paño de cuero de forma oval para Una vez armadas las tijeras, se alzan sobre los muros ya
finalmente poder cortar una larga tira en espiral. Sobre la téc- nivelados. Para su montaje se suelen emplear sogas18, una en
nica a utilizar para comprobar la resistencia de los tientos, un cada faldón, de manera de poder disponer las tijeras equi-
maestro constructor nos indicó: distantes entre sí (Fig. 15). Luego se fijan al muro en forma
“Si se corta la tira de tiento, se comienza otra, luego pue- permanente mediante adobes rebajados que actuarán pos-
den ser atadas y lograr así el largo deseado. Antes de ser teriormente como alero19 (Figs. 16 y 17) y piedras que traban
usadas debe comprobarse su resistencia, para esto, se y rellenan los intersticios que quedan entre estos últimos. Por

17
En uno de los domicilios en Rinconada, donde se debía techar la cocina que medía 2,10m x 2,60m, se pudieron emplear viejas cañas además
de cardón como cabios (ver casa 14). En cambio en un domicilio en Susques, el techo se trabajó mediante la conformación de cabios de cardón
o distintas maderas, apoyados sobre los muros cada 70 cm. Cada cabio se inmovilizó mediante un adobe a cada lado para lograr una traba.
Para fijar estos cabios al muro en todos los casos se apoyaron los mismos sobre la última hilera de adobe, convenientemente rebajados para
un mejor encastre, y se utilizó una mezcla de barro y agua como mortero de asiento (ver casa 10).
18
En otros casos se pueden montar con la ayuda de alambres que proporcionan mayor rigidez al momento de la fijación.
19
En uno de los domicilios en Rinconada, una vez arriostradas las tijeras y las costaneras se procedió a la colocación de aleros de piedra para
garantizar un buen anclaje de las estructuras de techos previo al guayado. Las piedras utilizadas debían ser planas, en lo posible lajas, para
facilitar la colocación y favorecer el escurrimiento de las aguas de lluvias. En la zona de Rinconada las lluvias son de gran magnitud en verano
y los techados deben dar respuestas de rápido escurrimiento en el menor tiempo posible. Los aleros colaboran con la estructura de techos y
con el escurrimiento de las aguas de lluvia (ver casa 15).

95
lo general, las tijeras no son idénticas entre sí, por lo que se el largo de la cubierta a techar. Para ello se utiliza el mismo
elige colocar las más altas en el centro y las más bajas simé- método de traslación de medidas que se emplea en el arma-
tricas en ambos costados. Esto es necesario por una cuestión do de las tijeras. Una vez determinada la medida en el suelo,
estructural de distribución de cargas, además de ayudar a se van atando sucesivamente con tientos, manojos de paja
una mejor caída del agua y que ésta no se junte en la parte de aproximadamente 1,5 cm de diámetro, dejando por fuera
media. de las costuras alrededor de 1/5 del largo de la paja (Figs. 20
Como se señaló, el módulo de las tijeras está fijado en y 21). Una vez terminada toda la franja, se enrolla y se guarda
relación al ancho del local a techar. La distancia entre tijera para protegerla de la lluvia, hasta el momento de su montaje.
y tijera puede variar de acuerdo a ese ancho, a la resisten- Este proceso se realiza nuevamente hasta que haya suficien-
cia de los materiales con los que están armadas, y al ojo del tes franjas para cubrir toda la estructura. Para montar estos
maestro constructor que esté a cargo; pero generalmente las tejidos de paja se van subiendo los rollos de a uno sin ten-
distancias entre tijeras oscilan entre unos 40 cm y 60 cm. En derlos, y a medida que se los van atando se van desplegando
el caso que estamos describiendo, se colocaron 6 triángulos desde el mojinete a lo largo de todo el techo hasta el otro
cada 50 cm aproximadamente en una habitación de 2,40 m extremo.
x 4,80 m.20 La colocación de esta capa de paja tejida constituyó la úl-
tima tarea del proceso constructivo de la estructura del techo.
Costaneras y cumbrera. Armado de la estructura de repartición Sin embargo, la construcción del techo concluye con la eje-
Para cumplir su función estructural, fue necesario arrios- cución de la terminación final de la cubierta. En el caso des-
trar las tijeras. En este caso, se utilizó como costaneras un fajo cripto, para la terminación se eligió la técnica de guayado22.
de cañas atado a la misma altura que los torillos, y otro fijado Esta elección ya estaba tomada antes de iniciarse el proceso
a la base de las tijeras. El modo de sujeción generalmente es de armado de la estructura del techo, y cabe destacar que
mediante los nudos de la Figs. 18 y 19 con tientos de llama. la misma condicionó todo el proceso, ya que es una técnica
Es preferible que en el caso de no contar con la cantidad que precisa de una superficie muy uniforme para su correcta
suficiente de éstos para el armado de toda la estructura se ejecución. Lograr que haya una perfecta continuidad a lo lar-
reserve la mayor cantidad posible de tiento para esta etapa go de todo el techo va a ser consecuencia de un trabajo muy
y la siguiente, ya que con otro material de sujeción perdería preciso desde las primeras etapas. Esto implica la obtención
rigidez. de la materia prima adecuada, pasando por el correcto arma-
Luego de colocadas las costaneras, para terminar de rigi- do y vinculación de las tijeras, y terminando con una ejecu-
dizar la estructura principal se procedió a colocar la cumbre- ción muy cuidadosa de la estructura de repartición.
ra. Es conveniente guardar los elementos más largos para esta
etapa. En el caso de no contar con un elemento lo suficiente-
mente largo, se utilizan varias maderas haciéndolas coincidir
con las tijeras para lograr mayor resistencia, uniéndolos entre
sí mediante nudos. Del mismo modo que las costaneras, para
conformar la estructura de repartición se fueron atando fajos
de tres o cuatro cañas con una distancia de 15 cm entre sí, cu-
briendo todo el faldón21. Se ataron de abajo hacia arriba con
tiento de llama o alambre, en forma de base-punta, cuidando
que alguna de las cañas del fajo lleguen al mojinete del muro
para poder luego fijarlas con una mezcla de barro; con esto
se logra una integración de la estructura total al muro.
Luego de este despliegue de cañas, en este caso en
particular se ubicó una capa de paja tejida a modo de ter-
minación interior y como una segunda capa de la estructura
de repartición. Estas fajas de paja se armaron previamente,
independientemente del techo. Generalmente deben tener

20
En uno de los domicilios en Rinconada, se utilizaron 5 tijeras con una separación de 60cm, en un local de 2,80 m x 4,10 m (ver casa 15).
21
En un domicilio en Rinconada se ataron de a 2 cañas (ver casa 7); todo depende de la disponibilidad del material, la calidad y el tamaño. En
cambio en un domicilio en Susques la estructura de repartición fue resuelta con cardón en lugar de cañas por lo que la separación entre los
mismos era de 30cm aproximadamente (ver casa 9).
22
Para ampliar los conceptos sobre guayado ver el trabajo de Daich en este mismo volumen.

96
Fig. 12. Cañas que materializan la estructura de repartición (Foto Fig. 13. Vista interior de un oratorio. La estructura de repartición
E. Kim). se realizó con cañas que formar una trama a 45 grados (Foto T.
Palacios).

Fig. 14. Traslación de medidas para armar las tijeras (Dibujo A. Fig. 15. Montaje de la estructura principal. Las sogas permiten
Tsuji). mantener las tijeras equidistantes (Foto M. Domínguez).

Figs. 16 y 17. Las tijeras se fijan al muro mediante adobes rebajados que actuarán como alero (Foto A. Lambert y Dibujo A. Tsuji).

97
Figs. 18 y 19. Uniones por medio de nudos con tientos (Dibujo A. Tsuji y Foto M. Domínguez).

Figs. 20 y 21. Modo de atar la paja para conformar una franja continua (Dibujo de A. Tsuji y Foto de F. Álvarez).

Reflexiones finales conocimiento técnico de los maestros constructores espe-


cializados en la resolución de cubiertas es fundamental para
En tanto es una parte fundamental dentro del sistema
entender la correcta ejecución de estas estructuras. La varia-
constructivo global, el estudio de las estructuras de techos
bilidad de soluciones posibles, tanto técnicas como materia-
en la Puna es importante a la hora de pensar la arquitectu-
les, para resolver los techos es una muestra de la densidad
ra local. A partir de este trabajo entendemos que estas es-
de conocimiento que éstos poseen. Por lo tanto, creemos
tructuras tienen una complejidad y lógica propias, las cuales
que la importancia pasa por conocer y reconocer las formas
se presentan a través de su materialidad, comportamiento
locales que tienen la construcción y materialización de estas
estructural y técnicas constructivas. El estudio de estos tres
estructuras. Y también creemos que no sólo este saber local
ejes demuestra su variabilidad, que se manifiesta en las múl-
debe ser reconocido, sino que además tiene que ser puesto
tiples combinaciones posibles para su resolución. Por otro
en conjunto con el saber académico.
lado, entender y reflexionar acerca de las técnicas y procesos
En ese sentido, el presente trabajo pretende ser un paso
constructivos que involucran e involucraron históricamente
inicial para incentivar el estudio de esta temática. Desde
estas estructuras, nos ayuda a comprender el devenir históri-
hace varios años se ha formado un vacío en los programas de
co de los modos de construir locales.
aprendizaje pensados en las facultades de arquitectura, don-
A partir del trabajo realizado y después de haber puesto
de se dejan de lado estas técnicas que son muy utilizadas en
en discusión los datos de campo obtenidos con la biblio-
numerosas partes del país.
grafía existente, hemos podido observar que el profundo

98
Bibliografía International Monographs in Prehistory, Ethnoarchaeological
Series 4, Ann Arbor, Michigan.
Blasco Lucas, I. y L. Simón Gil (2006). “Tipos estructurales y autocons-
Viñuales, G. (2002) “Vocabulario de arquitecturas de tierra en Amé-
trucción con tierra en región árido-sísmica”. Instituto Regional
rica”. En: ANAIS 1° SIACOT. Projeto de Investigação PROTERRA
de Planeamiento y Hábitat, Facultad de Arquitectura, Urbanis-
– HABYTED/CYTED IV.
mo y Diseño, Universidad Nacional de San Juan.
Rotondaro, R. y M. Rabey (1988). “Experimento tecnológico sobre te-
Boman, E. (1992 [1908]). Antigüedades de la región andina de la Repú-
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En: Foco de tecnología apropiada, 26, Septiembre-octubre.
cional de Jujuy. San Salvador de Jujuy.
Rotondaro, R., Chaila, J. y F. Carrizo (2005) “Viviendas tradicionales
Delfino, D. (2001) “Las pircas y los límites de una sociedad. Etnoar-
del ámbito Aconquija Tucumanocatamarqueño, Argentina” En:
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Construcción con tierra, 1. Centro de Investigación Hábitat y Ener-
En: Lawrence Kuznar (Editor) Ethnoarchaeology of Andean South
gía, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Universidad
America: Contributions to archaeological Method and Theory.
de Buenos Aires, Buenos Aires.

99
El guayado: aprendizajes desde el trabajo de
campo en Susques y Rinconada
Leandro Daich y Tomás Palacios

Introducción lógicas constructivas y su significación en la casa. A su vez, de-


sarrollaremos el procedimiento completo de guayado, anali-
Existen en la Puna diversas técnicas y sistemas cons-
zando cada una de sus etapas. Con respecto a este punto, de
tructivos de techado, que varían en materiales, tecnologías,
ninguna manera es nuestra intención generar un manual de
formas, usos y estética. La enorme cantidad de ejemplos y
construcción. Como se ha explicado en capítulos anteriores,
cada una de sus particularidades, así como la amplia difu-
lo que presentaremos es el aprendizaje del trabajo realizado
sión que tienen y el tiempo que implican dentro de las tareas
en conjunto con las familias y maestros constructores de Sus-
de construcción hacen que esta temática sea de gran interés
ques y Rinconada. Esperamos entonces que este capítulo sea
y relevancia. Paradójicamente ha sido poco estudiado den-
entendido como una recopilación de los saberes que hemos
tro de las investigaciones sobre construcción con tierra en el
podido reconocer y de los trabajos en los que participamos.
espacio puneño. En este trabajo nos interesa centrarnos en
Como ocurre con otras temáticas dentro de la construc-
aquellas tareas cuya realización hemos podido presenciar,
ción con tierra, la bibliografía existente sobre guayado es
estudiar e intervenir gran cantidad de veces: el guayado1, un
ciertamente escasa. Para la elaboración de este trabajo he-
sistema de cerramiento para cubiertas inclinadas, logrado a
mos recurrido tanto a aportes realizados desde la arquitectu-
partir del uso de paja mezclada con barro. El mismo, así como
ra, por ejemplo Rotondaro (1988) para la Puna jujeña, como
su variedad de técnicas, representan una parte importante
desde la etnoarqueología, Delfino (2001) para Catamarca.
de la identidad arquitectónica y tradición constructiva de la
Pretendemos con este trabajo sumarnos a las investigaciones
Puna.
existentes con nuevo material de campo y ampliar el conoci-
En este capítulo abordaremos algunos de los diferentes
miento e interés sobre esta técnica.
aspectos que hacen al guayado: sus propiedades, funciones,

1
El nombre de guayado, proviene de guaya, que es la denominación local del tipo de paja con el cual se realiza este techado. Esta, a su vez deriva
del término aymará waylla (Delfino 2001). Este tipo de paja ha recibido también el nombre de paja brava (Boman 1992 [1908]), con el cual se
lo continúa reconociendo. Las palabras guaya y guayado poseen varias acepciones dentro del proceso constructivo: se llama guaya a la paja en
su estado natural con la cual se realizan este tipo de techados, así como a la misma una vez preparada para techar (por ejemplo, de la guaya
pueden obtenerse, tras su procesamiento, cijne, cola y guaya). De la misma manera, se llama guayado al desarrollo completo del cerramiento, así
como a la instancia final de la colocación de las guayas preparadas. Todas estas variaciones del material serán desarrolladas a lo largo de este
capítulo.

101
Consideraciones sobre el guayado como sistema teriales y formas. La resolución que se elige al momento de
constructivo construir, aparte de sus ya explicados motivos para la cons-
trucción de la estructura, es definitoria en cuanto al techado
La función del guayado, siendo un tipo de cerramiento
que se realizará. La cubierta se planifica en todas sus etapas
para cubiertas, es la de aislar el interior del recinto de diver-
previo al comienzo de la obra. Esto implica que la decisión de
sos factores climáticos y proveer una mejoría de su confort.
utilizar este cerramiento, condiciona directamente algunos
En cuanto al aislamiento térmico, este sistema brinda un
aspectos de la estructura del techo. Por ejemplo, la pendiente
buen resultado para las temperaturas en la Puna jujeña, que
de la cubierta se materializa durante la construcción de la es-
pueden alcanzar los -20ºC en invierno y los 24ºC en verano,
tructura, sin embargo ésta es definida de antemano según las
a su vez con una gran amplitud térmica diaria (Rotondaro
necesidades del guayado. Las pendientes óptimas para este
1988)2. Como aislamiento hidrófugo, si está bien ejecuta-
tipo de techos pueden variar entre los 30 y los 45 grados, ya
do, provee una adecuada protección frente a las constantes
que de esta manera se puede lograr un rápido escurrimiento
lluvias de la temporada estival. Inclusive se comporta como
del agua. De ser menor, el agua permanecería más tiempo
un buen aislante acústico frente a tormentas y granizos. Sin
en la cubierta, pudiendo dañarla generando filtraciones. De
embargo, para que estas propiedades sean efectivas, es ne-
ser mayor, el cerramiento no podría sujetarse correctamente
cesario que la ejecución de la técnica sea precisa en cada uno
sobre la estructura y se desprendería.
de sus pasos. Como cualquier técnica constructiva, el guaya-
Una incorrecta realización de la estru ctura del techo pue-
do tiene ciertas formas de realizarse y también límites en sus
de condicionar la ejecución del guayado. Esta técnica requie-
posibilidades.
re que la superficie sobre la que van a colocarse los haces de
Durante el trabajo de campo realizado dentro del pro-
paja y barro sea lo más uniforme posible. De no ser así, es
yecto “Puna y Arquitectura”, hemos intervenido en 8 techa-
muy complejo lograr una correcta colocación del material sin
dos con guaya. Dentro de éstos se incluyen trabajos de te-
que queden irregularidades y posibles huecos, lo cual tendría
chado en construcciones realizadas a nuevo, reconstrucción
como consecuencias su rápido desgaste y consecuentes fil-
completa de techos y el mantenimiento del guayado exis-
traciones. Como ocurre con muchos otros materiales usados
tente. Los trabajos se realizaron tanto en casas en el campo
en cubiertas, en este caso es necesario que haya una perfecta
como en el pueblo y, dentro de éstas, en espacios diferentes
continuidad a lo largo de todo el techo.
tales como habitaciones, cocinas, depósitos, oratorios, entre
otros. Es interesante observar que el modo de llevar adelante
la técnica varió en cada uno de los casos, si bien no signifi- Obtención y características de los materiales para el
cativamente, pero sí logrando afirmar el estrecho vínculo que guayado
existe entre ésta y cada maestro constructor.
Decir solamente que los materiales que involucra el gua-
La comprensión del construir no es igual para cada per-
yado son la tierra y la paja, sería una aproximación demasia-
sona, depende de la tradición e historia propia de cada fami-
do vaga. Existen cantidades de tipos tanto de tierra como de
lia, haciéndose presente en la cotidianeidad y en el habitar
paja, teniendo cada uno de éstos funciones específicas den-
mismo de la casa. Es decir, no existe ninguna institución que
tro de la construcción. La correcta elección de los materiales
especifique las maneras de construir, pero no por eso debe
con los que se trabaja determina la realización y calidad final
considerarse un quehacer arbitrario o improvisado. El cono-
del techado. Sin embargo, ésta se encuentra condicionada
cimiento del guayado se basa en una tradición alimentada y
según las formas de accesibilidad a este recurso. Para ello,
transformada por la experiencia, y su aprendizaje en la trans-
actualmente existen diferentes opciones, las cuales, a su vez,
misión oral y en la práctica misma. De la misma manera que
han variado a largo del tiempo.
la técnica es transformada por cada familia, lo es también el
componente simbólico. En el techado de un oratorio de Rin-
Formas de obtención de la paja
conada, el uso de la guaya no dependió solamente de una
La paja crece naturalmente en la Puna jujeña en zonas
preferencia constructiva. Era un espacio sumamente arraiga-
húmedas cercanas a ríos o lagunas y la forma más habitual
do a la herencia y religiosidad familiar. Seguramente techar
de obtenerla es dirigiéndose a estos lugares y recolectándola.
con guaya y no con torta de barro o chapa tenía un compo-
La planta se extrae de la tierra utilizando un pico o piqueta,
nente simbólico.
porque de esta forma se conserva la raíz. Muchas veces estas
En el contexto del proyecto se trabajó y relevó en dos va-
zonas se encuentran alejadas de la construcción y el material
riantes de techados: a un agua y a dos aguas. Dentro de éstas,
debe traerse desde grandes distancias. Cuando esto ocurre,
hemos observado cubiertas de diversas pendientes, ma-

2
Se debe considerar que las condiciones ambientales pueden ser diferentes para los distintos sectores de la Puna.

102
las plantas se apilan sobre una soga de lana de llama, con la por el ataque del entorno. Otra especie de paja utilizada es
cual se atan y se cargan en la espalda. la Vizcachera, que al igual que la anterior, se usa en la parte
Como consecuencia de las características ambientales de superior de la cubierta. Su calidad como material construc-
la zona, muchas veces la paja debe ser recolectada en lugares tivo es inferior ya que presenta menor resistencia a la intem-
demasiado alejados, por lo cual el traslado no puede reali- perie, por ello suele utilizarse para tapar oquedades en los
zarse a pie. Esto fue observado también por Pujal en el aná- techados o bien como capa primaria en la cubierta. A su vez,
lisis de las tareas de restauración de la Capilla de Rosario de existen otras variedades de paja como la Chillahua o la Ce-
Coyahuaima, al Norte de Susques. La capilla estaba techada badilla pero son utilizadas en otra parte de la construcción.
con guaya y la restauración se realizó con el mismo material. Esta temática fue investigada anteriormente por Rotondaro,
En relación con esto, sostienen que: quien sostiene que:
“(...) debido a la aridez del lugar, algunos materiales de- “El tipo de paja depende del lugar y de la abundancia
bieron ser recolectados y trasladados desde otras partes, de ésta en las proximidades. Las más utilizadas son las
tal es el caso de la guaya, que ya no crece en la zona (...)” chillahua, el hiro, la guaya, la cebadilla, la vizcachera y la
(Pujal et al. 2002:8). cortadera para refuerzos.” (Rotondaro 1988:3)

La observación respecto a que “la guaya ya no crece en La paja se selecciona por su rigidez y según su largo,
la zona” es coincidente con los comentarios que algunos siendo lo ideal que tengan entre 50 y 100 cm. De acuerdo
pobladores nos han hecho tanto en Susques como en Rinco- a Rotondaro (1988), en algunos casos pueden llegar a tener
nada. En algún momento pareciera haber habido una mayor más de 120cm. Con este mismo criterio, se clasifican y sepa-
disponibilidad que en el presente. Es probable que la presión ran para diferentes funciones de la obra: cijne, colas, guayas
sobre el recurso se haya incrementado en las últimas déca- y aleros. Priorizando las más largas y rígidas para las dos últi-
das. Como consecuencia, hoy en día son pocas las familias mas opciones, y dejando las de peor calidad para el cijne.
que tienen disponibilidad propia de guaya y, en la práctica, La tierra que se utilizará para hacer el barro en el que se
deben comprarla o intercambiarla con sus vecinos. Durante sumergirán los haces de paja debe ser sumamente arcillosa.
los trabajos en Rinconada, se realizaron tareas de extracción Este tipo de tierra puede generar una mejor cohesión entre la
y traslado de la paja desde la localidad de Pan de Azúcar y paja y también una mejor resistencia a la erosión ocasionada
Casa Colorada, la primera a unos 20 km. y la segunda hacia el por las lluvias. Este tipo de tierra presenta un color marrón
noroeste de Rinconada. Si bien se han observado techos de oscuro. Ésta puede obtenerse dentro del mismo terreno o
guaya tanto en Susques (donde su capilla está techada con también, en caso de encontrarse en el campo, en un área ale-
este material), como en Rinconada; en esta última la cantidad daña a la casa. En los casos donde la composición del suelo
de casas de familia que emplean la técnica es a simple vista no es de utilidad para guayar, la tierra debe ser transportada
mucho mayor. desde otras zonas.
Como adelantamos en el párrafo anterior, otra forma
común de obtención del material es la compra. Cuando la
Preparación de la materia prima para las tareas de
familia no tiene disponibilidad propia del material, se suele
techado
comprar a otros vecinos o intercambiarla con otros produc-
tos. En el caso de comprarla, suele suceder que el vendedor Las tareas de preparación de la materia prima represen-
entregue la paja ya habiéndola preparado para techar, con lo tan una parte fundamental del guayado, insumiendo inclu-
cual obtiene un mayor valor por el material. Sin ir más lejos, sive mucho más tiempo que el techado en sí. Esta etapa es
en el caso de Susques la familia con la que se guayó debió determinante en cuanto a la calidad que tendrá el techado
comprar la paja. Lo mismo ocurrió con algunos casos en Rin- y su conocimiento es necesario para la comprensión de esta
conada, en otros se obtuvo la posibilidad de recolectar guaya técnica constructiva. Cabe aclarar que si bien las tareas de
sin costo alguno en un campo vecino. preparación son preliminares, o sea pasos previos a la cons-
trucción, no debe asumirse que sólo una vez que éstas hayan
Características de la paja como parte del guayado terminado podrán empezarse las tareas de techado. Dentro
Como mencionamos en la introducción de este trabajo, de los tiempos de obra, algunos trabajos de preparación sue-
el tipo de paja que se utiliza para este techado lleva justa- len ser simultáneos a la construcción del techado.
mente el nombre de guaya. La más utilizada por sus carac-
terísticas es la Hiro, que se reconoce por ser espinosa y de Formas y consideraciones para la transformación de la tierra al
un color verde pálido. Su utilización se debe a su gran resis- barro para guayar
tencia a la intemperie ya que está bañada por una película Generalmente, la preparación del barro para el guaya-
aceitosa que a pesar del paso del tiempo no se ve alterada do es una tarea que debe realizarse días antes de comen-

103
zar el techado. Esto significa que no puede coincidir tem- agregarse arcilla o por el contrario necesitar arena, o bien
poralmente con la construcción del mismo. Es por ello que tener demasiadas piedras por lo que hay que zarandearla3. A
el barro debe prepararse ya conociendo la cantidad que continuación se le agrega el agua en grandes cantidades, y se
se necesitará, previniendo que éste no se acabe durante el procede a mezclar (Figura 1). En otros casos, el procedimien-
guayado. to es exactamente opuesto: primero se agrega el agua y luego
A diferencia del tipo de barro que se utiliza para otras se vuelca toda la tierra (Figura 2).
etapas de la obra, éste es mucho más líquido. Por lo tanto, El proceso de mezclado se realiza primero con herra-
debe prepararse dentro de un pozo de considerables di- mientas, desde afuera del pozo, y luego dentro del mismo
mensiones. Puesto que el guayado es una tarea que debe utilizando los pies. Esta tarea continúa hasta integrar la gre-
repetirse periódicamente, es muy probable que exista en da y el agua en un barro liviano, de consistencia bastante
cada casa, un espacio del patio destinado especialmente líquida. Es muy común que el barro obtenido sea demasia-
para la ubicación del pozo. En una de las casas en las que do líquido o espeso y que sea necesario agregar más tierra
trabajamos, mientras se excavaba el pozo en el lugar que o agua respectivamente, hasta llegar a la consistencia de-
había sido indicado, se pudieron distinguir diferentes ca- seada. Otra forma para la preparación del barro consiste en
pas de barro. En otros casos, se encontraba incluso un pozo agregar el agua y la tierra en pequeñas cantidades mientras
existente, evidenciándose así la relevancia del guayado en se revuelve la mezcla constantemente. Se continúa de esta
la cotidianeidad de la casa. En los casos donde el pozo se manera, hasta llegar tanto a la cantidad como a la consis-
realiza en un patio de la casa, se tiene en cuenta que éste no tencia deseada (Figura 3). A partir de ese momento debe
se encuentre cerca de muros. Esto se debe a que la excava- esperarse una cantidad de tiempo (determinada por cada
ción podría debilitar los cimientos del mismo, considerando maestro constructor) con el fin de lograr una mejor unifi-
especialmente que el pozo debe ser llenado de agua, lo cual cación de los elementos del barro. En los casos relevados,
implicaría una gran transmisión de humedad; a su vez, res- se ha dejado entre 15 minutos y dos días para ello. Acer-
ponde a la necesidad de un espacio de trabajo y circulación ca de este proceso, hay dos versiones muy interesantes, y
alrededor del pozo. contrapuestas, sobre cómo lograr una mejor calidad de
Las dimensiones del pozo dependerán principalmente barro: según uno de los constructores de Rinconada, éste
de la cantidad de barro necesario para completar el gua- debe permanecer en reposo durante esta instancia de in-
yado de la cubierta (pueden ser varias) a techar. En uno de tegración, de lo contrario se formarían grumos y perdería
los casos trabajados, donde debían guayarse la cubierta sus propiedades fundamentales. Para otro constructor Rin-
del oratorio y de una habitación, se realizó un pozo de 1,80 conadeño, el barro debe revolverse continuamente con el
m de diámetro y 0,80 m de profundidad, siendo la super- fin de que la tierra no decante, para lograr esto debe intro-
ficie a guayar de aproximadamente 40m2. Para el techado ducirse aire con cada palada. Al salir, las burbujas mezclan
de una casa en Susques (Ver casa 9), el pozo fue de 1,85 m el barro desde el fondo del pozo hacia la superficie. Este
de diámetro y 0,80 m de profundidad y debió ser llenado constructor llama “arrope”4 al barro pronto a estar listo para
dos veces. Con el barro producido se guayaron la cocina, guayar, ya que las burbujas hacen que pareciera hervir, al
dos habitaciones y un baño, completando todos estos lo- igual que esta comida.
cales una superficie aproximada de 63m2. Para esta tarea se
necesitaron 60 carretillas de tierra, tarea que demoró una Modificación de la paja para su utilización en el techado
jornada y media. En los casos en que la paja fue recolectada, ésta llega
Existen diferentes técnicas para la preparación del barro, a la casa en su estado natural y se deposita formando un
las cuales dependen, como se ha explicado anteriormen- gran montículo. En el lugar elegido para ello, se desarro-
te, de la tradición de cada familia y del maestro constructor llarán también las tareas de preparación del material. Esto
que la vaya a realizar. Ya concluida la realización del pozo, se se debe a que las mismas se realizan estando sentados, por
vuelca en su interior toda la tierra seleccionada, es posible lo cual conviene que la distancia hasta las plantas no su-
que un porcentaje de la tierra extraída durante la excavación pere el brazo, así se optimiza el ritmo y la comodidad en
del pozo pueda ser reutilizada para la realización del barro. el trabajo.
En el caso que la tierra sea excesivamente arenosa, debe La primera instancia de preparación es el gavillado. Éste

3
Que tenga piedras es un problema por varias razones. En primer lugar las piedras hacen que sea muy compleja la colocación de la paja en
el techo. Por otra parte, en un proceso en el que generalmente se usan los pies y las manos para mezclar, la presencia de piedras puede ser
sumamente molesta.
4
El arrope es un dulce parecido a la miel, que se obtiene de la concentración del azúcar de las frutas. Su preparación consiste en hervir revol-
viendo constantemente. Otros maestros constructores también llaman de esta misma manera al barro para guayar.

104
consiste en organizar la paja en manojos que puedan ser sos- capa de paja forma muchos pequeños compartimentos que
tenidos con una mano, y siempre con las raíces de un lado, colaboran para que este sistema tenga una buena aislación
niveladas. Para ello, se sujeta la paja con ambas manos y se térmica y acústica.
jala, separándose así los manojos desde su unión, o sea la El cijne se compone de las raíces y pajas cortas resultan-
raíz. Una vez gavillada, la paja se acomoda en forma cruzada tes del majado, agrupadas de manera abultada. No es nece-
para que no se vuelva a mezclar. Todas las etapas posteriores sario que la paja sea de buena calidad, inclusive ésta puede
se realizan con cada manojo, tenerlos claramente separados obtenerse de la reutilización de las guayas de la cubierta a
implica un ahorro de tiempo considerable. La siguiente tarea refaccionar. En estos casos se debe remover cuidadosamente
es el majado: proceso con el cual la paja pasa de su estado la guaya del techado con un pico o piqueta desde abajo ha-
natural a la forma requerida para guayar, a través de la sepa- cia arriba. Luego se separa la paja de la tierra por medio de
ración de su raíz. palas, azadas o rastrillos. La paja obtenida puede ser utilizada
Para ello se toma un manojo de paja, orientándose todas como cijne.
sus raíces hacia un mismo lado y luego se las corta con un La colocación se realiza directamente sobre la estructura
machete. El manojo de paja, sin raíces, es sacudido y golpea- de repartición, sin necesidad de barro. La irregularidad de su
do contra el suelo separando de éste las pajas más pequeñas. forma, lograda a través de pajas sobresaliendo en diferentes
Este trabajo muchas veces incluye al gavillado: se separa un direcciones, permite que el cijne tenga una excelente suje-
manojo de la planta y se lo maja. Esto significa que no es ne- ción a las cortaderas, tolas o chillaguas (Figura 5). Al mismo
cesario que toda la paja sea gavillada antes de majar. Ambas tiempo, el “entrecruzamiento” de la paja le permite mante-
tareas pueden realizarse en conjunto como un solo proceso nerse unido al cubrir los espacios intersticiales entre las tolas
(Figura 4). A medida que se obtienen las gavillas majadas, o cañas (Figura 6). Debe prestarse atención a que no queden
conviene que éstas vuelvan a ser acomodadas en cruz en un pozos en el cijne porque éstos podrían generar futuras filtra-
nuevo lugar. En los casos intervenidos esta tarea demora va- ciones de barro o agua hacia el interior. Para evitarlos, puede
rios días, por lo cual fue siempre considerada entre las prime- alisarse la superficie de esta capa, golpeándola con un palo.
ras etapas de la obra y realizada en simultáneo a los trabajos En general, el espesor del cijne es de aproximadamente 5 cm
de construcción anteriores al techado. En muchas ocasiones (Figura 7).
parte del majado se realiza a la par del guayado, preparando
guayas a medida que son necesitadas. Al contrario de lo que Armado de guayas y colas
podría asumirse, no es sólo la paja larga y limpia aquella con Las pajas largas que resultan del majado pueden cum-
utilidad en el techado, sino también lo son las raíces y pajas plir las funciones de guaya o cola. El armado de las guayas
cortas. Cada una de estas tendrá sus usos particulares en el consiste en empapar la paja con barro del lado en que esta-
techado. ba la raíz. Se sujetan los manojos de paja desde su extremo
más fino y se sumerge la parte más gruesa entre la mitad y
dos tercios de su longitud5. Dentro del barro, se separan las
Sistema y proceso constructivo del guayado
pajas a modo de abanico permitiendo que todas se empa-
Cada uno de los elementos del sistema constructivo es pen, inclusive en el interior del manojo (Figura 8). Luego las
realizado a través de tareas específicas y diferentes entre guayas se colocan en el suelo o adentro de una carretilla,
sí, las cuales se llevan a cabo secuencialmente. Al igual en forma de cruz o de trenza (Figura 9). En esta instancia el
que sucede durante la preparación de la materia prima, no gavillado es indispensable, ya que permite que las puntas
es necesario que cada tarea que hace a la realización del queden limpias de barro. El armado de guayas se continúa
techado deba completarse para poder dar comienzo a la realizando durante todo el proceso de techado, a medida
otra. En muchos casos, estas tareas se realizan simultánea- que son requeridas.
mente. El proceso de armado de las colas es idéntico, con la di-
ferencia de que se sumerge la parte más fina de los manojos
El Cijne de paja y que esto se realiza en la totalidad de su largo, o
La primera capa que se coloca sobre la estructura de la en casi todo. Para el armado de colas también puede usarse
cubierta es el cijne. Las funciones de esta capa son, por un paja sin majar, es decir, con su raíz, ya que con ella se obten-
lado, homogeneizar la superficie de la estructura de reparti- drían colas más rígidas. Mientras que la guaya se usa para
ción con el fin de que el resultado final no presente irregula- cubrir los faldones del techo, la cola sirve específicamente
ridades y facilite el escurrimiento del agua. Por otro lado esta para el alero.

5
De acuerdo a Rotondaro puede ser de un tercio (1988).

105
Fig. 1. Llenado del pozo con tierra, Susques marzo 2008. (Foto L. Fig. 2. Pozo llenado con agua y luego con tierra (en estado de
Christ) reposo), Rinconada enero 2008. (Foto P. Yacuzzi)

Fig. 3. El barro siendo mezclado desde el interior del pozo, con Fig. 4. Majado de paja. Las guayas son ordenadas en gavillas en
herramientas y pies, Rinconada enero 2007. (Foto M. Domínguez) un sector a un brazo de distancia, Rinconada enero 2008. (Foto F.
Alvarez)

Fig. 5. Colocación del cijne sobre la estructura de repartición Fig. 6. Vista interior de una cubierta: estructura de repartición
(tola), Rinconada enero 2008. (Foto P. Yacuzzi) (caña) y cijne, Rinconada enero 2007. (Foto J. Tomasi)

106
Los aleros laterales nas entre ellas, y luego, otras tres encima de éstas, pisando
La siguiente instancia en la realización del techado son los aproximadamente la mitad de las guayas de abajo. Así se si-
aleros. Éstos cumplen un importante rol en la preservación de gue repitiendo el procedimiento sucesivamente hasta llegar
la casa ya que impiden el desgaste de sus muros por la erosión a la cumbrera (Figuras 13, 14 y 15).
pluvial, una de las principales patologías en las construcciones Una vez que comienza el procedimiento del guayado,
de adobe. La realización de los aleros, consta de dos capas, en no se puede detener hasta terminarse. Por lo tanto, lo ideal
la primera pueden utilizarse pajas con raiz y sin barro, o colas. es trabajar en cadena, optimizando energía y tiempo. Se
En la segunda se utilizan directamente las guayas. necesita una persona techando arriba de la cubierta, sos-
La primera capa puede comenzar a colocarse desde la tenida por una soga atada en su otro extremo a algún obje-
cumbrera hacia abajo en el borde de la construcción perpen- to lo suficientemente pesado para que pueda actuar como
dicularmente al muro y sobresaliendo entre 7 y 15 cm. La paja contrapeso, o sujetada por otro trabajador; otra persona
sin barro se coloca, desde abajo hacia arriba, sobre el cijne; las situada al pie de la cubierta (preferentemente arriba de una
colas se adhieren a éste con el barro. Su realización, siempre escalera), encargándose de pasarle las guayas y los baldes
con las raíces o la parte más gruesa hacia el exterior, tiene el de barro a quien se encuentre arriba. Una tercera persona
fin de otorgar una mayor superficie rígida a la guaya, y así po- transportando los manojos de guaya desde el pozo hacia el
drá sobresalir aún más. Luego, se colocan los haces de guaya recinto a acondicionar. Por último, un trabajador embebe
sobre la capa anterior, también en sentido perpendicular al de barro los manojos de paja. En todos los casos donde el
muro, sobresaliendo lo más posible hacia el exterior. Sin em- guayado se sistematizó de esta manera, la duración del tra-
bargo, si las guayas sobresalen demasiado, perderían superfi- bajo fue significativamente menor (Figura 16).
cie de apoyo y serían levantadas por el viento (Figura 10). En los casos de techos a dos aguas, cuando se colocan las
Así como hay una variedad de tratamientos de la paja para guayas superiores, hay que tener en cuenta que éstas deben
materializar los aleros, existen dos técnicas para su armado: el cruzar cuatro dedos al otro lado del techo. Cuando se pase a
alero recto y el boleado. En el primero los aleros se colocan trabajar del otro lado del techo, las últimas guayas también
perpendiculares a los muros, mientras que en el segundo se cruzarán cuatro dedos, y sobre esto se va a colocar una guaya
colocan de forma oblicua y hacia abajo (Figuras 11 y 12). más “a caballito” que va a conformar la cumbrera (Figuras 17
y 18). En los techos a un agua, la cumbrera se arma de una
Colocación de las guayas, finalización del cerramiento manera similar, aunque en lugar de una segunda cara del te-
Esta tarea consiste en la terminación del cerramiento con cho, se arma un alero trasero. Sin embargo, en este caso, no
las guayas preparadas. Cada manojo de guaya tiene un diá- se colocan guayas “a caballito” como en el anterior. Las gua-
metro aproximado entre 5 y 8 cm. (lo que entre en la mano yas que arman la cumbrera se entrecruzan con las otras dos
juntando las yemas del pulgar y el índice). La principal función en sentido perpendicular (Figura 19).
de esta capa es la de aislante hidrófugo, logrado por la com- A medida que se va avanzado con el techado conviene
binación de la paja con el barro arcilloso. Al llover, las guayas volcar el mismo barro con que se armaron las guayas, sobre
se mojan y absorben el agua. Como resultado, se hinchan y se las uniones entre éstas y golpearlas con una tabla. Esto in-
aprietan entre sí, impidiendo las filtraciones del agua. Al mis- crementa la adhesión entre ellas. Luego, se suele presionar y
mo tiempo, al ser la capa final y por lo tanto aquella visible, deslizar la tabla, como si se peinara el techo, hacia abajo. De
tiene una función estética determinante. Su correcta coloca- este modo, el barro volcado cubre todo el techo, unificándo-
ción: prolija, uniforme y lisa, no sólo representa una mejoría lo y alisándolo. Es importante que el techo quede lo más rec-
técnica, sino también “un techo más pintudo”. to y liso posible, ya que esto será determinante para el buen
Las guayas se colocan desde abajo hacia arriba, desde un escurrimiento de la lluvia (Figura 20).
extremo al otro, en faldones de unos 50 a 80cm. Este ancho
debe ser siempre menor al rango de alcance del brazo del
El mantenimiento de los techos de guaya
guayador, permitiendo de esta forma, trabajar sin estar pi-
sando las guayas recién ubicadas. La forma de colocación de Los techados de guaya requieren de un continuo man-
las guayas consiste en desplegar los manojos sobre el cijne tenimiento. Esto se debe a los efectos que la erosión pluvial
y presionarlos sobre éste en su lado embarrado. La primera y eólica tienen sobre estas construcciones: el barro se des-
tira de guayas debe sobresalir entre 10 y 15 cm. Es usual que prende y la paja se cae, haciendo que sea posible la aparición
para la primera guaya haya que usar un poco de barro extra, de filtraciones que generalmente deterioran otros elementos
ya que cumplirá la función de alero frontal y deberá resistir la constructivos. El desgaste de estas cubiertas depende prin-
acción del viento. Luego se colocan las siguientes, solapán- cipalmente de la calidad de realización de la misma. Por lo
dose aproximadamente la mitad sobre las que se encuentren tanto, el tiempo entre reparaciones varía según el caso y el
debajo. Posteriormente las dos contiguas, solapando ape- maestro constructor. Entre los casos estudiados, hemos ob-

107
Fig. 7. A: Capa del cijne. (Dibujo T. Palacios) Fig. 8. Las guayas son abiertas en forma de abanico y embarradas
dentro del pozo, Rinconada enero 2008. (Foto P. Yacuzzi)

Fig. 9. Gavillado, sobre una carretilla, de las guayas listas para ser Fig. 10. Colocación del alero. A: Cijne. B: Colas. C: Guayas. (Dibu-
colocadas, Rinconada enero 2008 (Foto T. Palacios) jo T. Palacios)

Fig. 11. arriba. Colocación de aleros rectos, Rinconada enero


2007. (Foto F. Marcos)
Fig. 12. derecha. Colocación de aleros boleados, Rinconada
enero 2007. (Foto M. Rojas Machado)

108
Fig. 13. Colocación de las guayas, Rinconada enero 2008 Fig. 14. Guayado. A: Cijne. B: Colas. C: Guayas (aleros). D: Guayas.
(Foto C. Curci) (Dibujo T. Palacios)

Fig. 15. Corte transversal de un techo. A: Estructura del techo.


B: Cijne. C: Guayas. (Dibujo T. Palacios)
Fig. 16. Guayado realizándose en cadena: la persona sobre el te-
cho es el guayador, en la escalera está quien le alcanza las guayas,
la persona abajo trae las guayas del pozo a la construcción en la
carretilla, Rinconada enero 2007. (Foto J. Tomasi)

Fig. 17. Secuencia del armado de la cumbrera de un techo a dos


aguas. (Dibujo L. Daich)
Fig. 18. Cumbrera de techo a dos aguas, Rinconada enero 2007.
(Foto L. Alfonzo)

109
servado períodos de alrededor de cinco años, aunque en la de probablemente sea necesario agregar cijne. Según Pujal
práctica los tiempos son mayores por las dificultades para (2002), este procedimiento puede repetirse hasta tres veces,
obtener la paja o conseguir ayuda para la tarea. completando así cuatro capas. Esto es coincidente con lo que
En la bibliografía que hemos consultado hay datos diver- encontramos en el techo de una cocina en Rinconada antes
sos respecto al tiempo que debe pasar entre guayado y gua- de nuestra intervención: en el proceso de desarmado de la
yado. De acuerdo a Pujal, “se estima un plazo natural de 6 a 8 cubierta fue posible identificar cuatro capas diferentes de
años para proceder a un repajado de las cubiertas (...)” (Pujal guaya (Figura 21). Luego de la tercera reparación, y una vez
et al. 2002:10). Por su parte, Rotondaro (1988) indica que el que el techo se encontrase lo suficientemente desgastado,
tiempo que debe pasar es de alrededor de 2 y 3 años, y entre se debe proceder a retirarlo por completo (excluyendo la es-
4 y 6 años para el caso de los techados mejor realizados. Está tructura) y techar todas sus capas nuevamente.
claro que el tiempo para un nuevo guayado del techo está en Si bien la mayoría de los casos en los que se guayó se
función de diferentes cuestiones: la calidad del material, la realizaron de esta última manera, eso no quiere decir que en
ejecución, las características del techo y las condiciones am- todos los casos ya se habían realizado tres reparaciones. La
bientales. Las continuas reparaciones de la cubierta suelen superposición excesiva de capas de paja y barro implica un
ser realizadas por la propia familia, es por ello muy común, peso creciente sobre la estructura. Especialmente si se trata
el almacenado de paja dentro de la casa. Esto se realiza en de un techo a dos aguas, las tijeras pueden abrirse y generar
depósitos o en locales específicos para este propósito. El ma- un empuje sobre los muros al punto de provocar fracturas.
terial puede guardarse en su estado natural o ya preparado Es por esto que cada una cierta cantidad de intervenciones
para las tareas de guayado. el techo debe ser removido completamente. De hecho, en
Las reparaciones consisten en la colocación de una nue- varios de los trabajos realizados, la remoción del techado
va capa de guaya sobre el techado ya gastado, prestando existente (y su posterior construcción) fue necesaria para in-
especial atención en los espacios de mayor deterioro, don- tervenir en la estructura del techo y caja muraria.

Fig. 19. Secuencia del armado de la cumbrera de un techo a un Fig. 20. Mejora de la adhesión de las guayas y el alisado de la
agua. (Dibujo L. Daich). cubierta, Rinconada enero 2007. (Foto M. Rojas Machado)

Fig. 21. Relevamiento de una


cubierta con tres reparaciones
(cuatro capas), Rinconada enero
2008. (Foto P. Yacuzzi).

110
Métodos y consideraciones para el reguayado tudio de la arquitectura en la Puna jujeña. El enorme traba-
jo y tiempo que insume durante la obra, la permanencia de
Las tareas preliminares del guayado para mantenimien-
sus tareas durante la cotidianeidad de las familias, la pro-
to son las mismas que para la realización de una cubierta a
tección que otorga a los demás componentes de la casa y la
nuevo. La única diferencia es la cantidad de paja para cij-
buena aislación térmica, acústica e hidrófuga que provee,
ne, puesto que en este caso no es necesaria su realización.
son algunos ejemplos de la relevancia de esta técnica en la
Sin embargo, el cijne obtenido del majado puede utilizarse
construcción. Como mencionamos en la introducción, esta
mezclado con barro para rellenar imperfecciones.
investigación surge del trabajo realizado junto con varias
Antes de comenzar cada faldón es importante acondi-
familias y maestros constructores. Las distintas visiones y co-
cionar la superficie para que ésta se encuentre óptima para
nocimientos sobre esta técnica nos permitieron observar las
recibir las guayas. Como se ha explicado anteriormente, es
variaciones que el guayado presenta. Creímos, por lo tanto,
importante que queden lo más parejas posibles, para que la
que era de gran importancia analizar las diversas formas con
lluvia escurra bien y no penetre en la habitación. La dificultad
que estos techos son materializados, desarrollando el proce-
y el tiempo que lleve esta tarea va a depender del estado en
so de guayado completo, explicando cada paso y cada una de
que se encuentre la cubierta al momento de la reparación. En
sus particularidades.
el caso de que ésta se encuentre en buen estado, la tarea se
Intentamos transmitir nuestro estudio de la manera más
limitará a mojar la superficie para mejorar la adherencia de
precisa y completa posible. Pensamos que de esta mane-
los manojos de guaya; si no lo está, se deben retirar los pe-
ra realizamos una contribución más significativa a la escasa
dazos de guaya sueltos y alisar la superficie con una mezcla
bibliografía existente sobre el guayado, aportando informa-
del barro del pozo y paja. En los casos donde la cubierta está
ción sobre unas cuestiones muy poco estudiadas dentro de
sumamente deteriorada y presenta agujeros que penetran
esta técnica: las tareas y consideraciones relacionadas con el
todas las capas del guayado, hace falta colocar en esos sector
proceso constructivo.
la cata, que es paja de baja calidad o reciclada (extraída de los
Actualmente, el guayado no está incluido en práctica-
mismos techos) o el cijne del nuevo majado. Si el agujero es
mente ningún espacio de debate y difusión sobre arqui-
de dimensiones mayores es recomendable colocar paja cor-
tectura, así como tampoco lo está dentro de la formación
tadera para que pueda sostener la nueva capa de material.
académica de los arquitectos. En parte, esto se debe a un
Luego de terminar con la preparación de la superficie de
imaginario que atraviesa las concepciones sobre los techos
la cubierta, el guayado se realiza normalmente desde abajo
realizados con paja, el cual los califica como “simples” o “bá-
hacia la cumbrera comenzando por los aleros. Si las colas del
sicos”. Estas miradas niegan la complejidad y la funcionali-
guayado anterior se encuentran en buen estado no es nece-
dad que tiene este sistema constructivo, así como también el
sario colocar unas nuevas.
estudio y conocimiento de los maestros constructores sobre
esta técnica y sus materiales.
Reflexiones finales Esperamos que este trabajo, junto con los ya existentes y
los futuros, ayuden a corrernos de este imaginario y alienten
En este capítulo analizamos los diferentes aspectos del
a reflexionar e investigar sobre el guayado y los diversos sa-
guayado, que hacen de éste una parte fundamental del es-
beres constructivos de la Puna.

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111
“Que el barro esté bien liviano”.
El torteado con barro en los techos de Susques
y Rinconada, provincia de Jujuy
Carolina Rivet y Jorge Tomasi

Introducción o vecindad. Es decir que en el marco de estos trabajos cons-


tructivos se ponen en juego una serie de relaciones sociales
Algunos constructores en Susques, aunque seguramente
importantes para el grupo familiar.
también en otros lugares dentro del mundo andino, llevan
La torta de barro, tal como lo ampliaremos más adelante, es
adelante algunas acciones rituales durante las tareas de tor-
una técnica constructiva para la resolución de techos que tiene
teado. Por ejemplo, mientras preparan el barro, poco antes
una amplia difusión dentro del mundo andino. Sintéticamente,
de colocarlo en el techo, esparcen sobre el pastón un poco
consiste en la colocación de una capa de barro de espesores
de alcohol puro al tiempo que piden “que el barro esté bien
variables, en general entre los 5 y los 10 cm, sobre una super-
liviano”1 Se espera así que el trabajo de mezclar el barro, car-
garlo, colocarlo en el techo y distribuirlo no sea tan cansador. ficie pareja que se apoya en la estructura del techo y que pue-
Decidimos comenzar este trabajo con este breve relato de ser realizada con diferentes materiales. El barro en general
por varias razones. En primer lugar nos introduce a pensar se prepara con arcilla y arena en diferentes proporciones de
en los aspectos constructivos, en este caso la torta de ba- acuerdo al tipo de tierra, al constructor y al sitio. A esta mezcla
rro, más allá de lo meramente técnico y como parte de un base se le suelen agregar diferentes componentes como paja,
cuerpo más amplio de saberes y creencias. Luego, nos lleva guano, grasa o ceniza. Bien ejecutada la torta de barro provee
a plantear la cuestión del trabajo de torteado no como algo excelentes condiciones de aislamiento tanto térmico como hi-
esporádico sino como una actividad que las familias reali- drófugo con un cierto mantenimiento periódico.
zan periódicamente. De hecho, es probable que cada año Nuestras observaciones coinciden con la descripción
tengan que tortear nuevamente alguno de los techos de sus realizada por Rotondaro, quien junto con Rabey han publi-
casas, dentro de un ciclo continuo de mantenimiento de las cado el trabajo disponible más detallado sobre las caracte-
cubiertas. Finalmente, podemos observar que el trabajo de rísticas de la torta de barro en la Puna2. Ellos plantean que el
tortear un techo implica un gran esfuerzo físico. En relación torteado:
con esto, cada vez que debe realizarse se convoca a perso- “(…) está construido sobre una base firme, generalmen-
nas cercanas a través de lazos de parentesco, compadrazgo te tablas de cardón (a veces caña hueca de quebrada),

1
El alcohol puro, además de su uso recurrente en contextos como las ofrendas a la pachamama, pareciera tener una cierta asociación con la
generación de “liviandad”. De un modo similar a lo mencionado respecto al pastón de barro, durante la señalada a los animales más jóvenes
se les suele arrojar alcohol en las patas para que no estén pesados para caminar .
2
Tal como lo plantean en su trabajo, Rotondaro y Rabey (1988) tomaron datos de distintas localidades de la Puna como Susques, Abra Pampa,
Santa Catalina, Olaroz Chico, Abdón Castro Tolay, Cochinoca, Yoscaba y El Toro.

113
apoyadas en muros y cumbrero de eucalipto en techos el contexto de una experiencia de construcción que hemos
de dos aguas. Los materiales usados son: tierra del lugar llevado a cabo en la localidad de Antofagasta de la Sierra, en
(‘colorada’ y ‘lama’) seleccionada y zarandeada, siendo a la provincia de Catamarca. Este trabajo, efectuado durante el
veces la mezcla de dos o más tierras; paja seca cortada año 2008, implicó el torteado de un Centro de Interpretación
en trozos cortos, rastrojo (chillahua, cebadillas) o de pe- Arqueológico4.
ñas o ciénegos (vizcachera); y agua.” (Rotondaro y Rabey
1988:3)
Presencia y discusiones en torno a esta técnica
La torta de barro tiene, en la Puna, un muy buen com- Como acabamos de mencionar en la introducción, el uso
portamiento en relación con sus particulares condiciones de la técnica del torteado con barro se encuentra sumamente
climáticas. Las precipitaciones no suelen ser abundantes y se extendido tanto en lo que actualmente sería la Puna argenti-
limitan a los meses estivales con lo cual no provocan grandes na como en el área más amplia del mundo andino. A pesar de
desgastes en la cubierta de barro. La región se caracteriza por la aparición y crecimiento vertiginoso en el uso de otras reso-
una gran amplitud térmica diaria que suele afectar a otros luciones como la chapa, las preferencias y gustos de muchos
materiales. La torta de barro permite que el espacio interior pobladores se reparten entre el guayado, es decir el techado
se mantenga templado durante la noche cuando en el exte- con paja5, y la torta de barro. Sería posible incluso observar
rior las temperaturas suelen alcanzar en invierno los -20°C, diferencias en el grado de presencia de las técnicas en uno u
y fresco durante el día cuando pueden llegar en verano a los otro poblado. Sin ir más lejos, en el contexto del trabajo con
25°C o superiores. el proyecto “Puna y Arquitectura” la totalidad de los trabajos
En este trabajo nos interesa recorrer el modo en que se de torteado se realizaron en Susques, mientras que la mayo-
ejecuta el torteado con barro en Susques y Rinconada. Pri- ría de los guayados se hicieron en Rinconada6. Evidentemente
mero nos referiremos a la extensión en el uso de la técnica, no es posible sacar conclusiones definitivas con una muestra
diferenciando qué ocurre en ambas localidades. Buscaremos tan pequeña como la nuestra, pero sí es útil para esbozar al-
dar cuenta de las miradas de otros investigadores sobre su guna tendencia y empezar a preguntarnos sobre esto.
uso y características, intentando poner el foco en la discusión Si sumamos a los trabajos concretos los relevamientos
sobre lo “tradicional” y lo “nuevo” dentro de esta técnica. generales realizados en ambas localidades, podemos atre-
Aprovechando esto trataremos de historizarla brevemente vernos a plantear que el guayado tiene una mayor extensión
y veremos algunos de los cambios que habrían existido en en Rinconada, mientras que en Susques las preferencias al
su ejecución. En el resto del texto nos abocaremos a nues- menos hoy en día se inclinan hacia el torteado. Es difícil en-
tro principal objetivo que es la descripción y el análisis de la contrar las razones de esta diferencia, sin embargo esboza-
técnica en sí misma, primero sobre la preparación del barro, remos dos que son posibles. En primer lugar, el régimen de
luego sobre el torteado propiamente dicho y finalmente so- precipitaciones en Rinconada es significativamente más alto
bre el tipo de mantenimiento que requiere. que en Susques. Esto es importante porque existe un con-
La totalidad del material que utilizaremos en este trabajo senso entre los constructores respecto a que la guaya provee
ha sido construido durante el trabajo de campo en el contexto una mejor protección ante las lluvias que la torta. Si estamos
del proyecto “Puna y Arquitectura” en las localidades mencio- en lo correcto, el torteado en Susques sería “suficiente” con
nadas. Durante este trabajo se realizaron tareas concretas de mucho menos trabajo que el requerido para guayar. La se-
construcción empleando, entre otras técnicas, el torteado con gunda posible razón, vinculada con la primera, está asociada
barro. Los trabajos se hicieron en conjunto con constructores a la disponibilidad de paja de las características necesarias,
locales que actuaron como directores y maestros de los parti- mucho más abundante en Rinconada que en Susques. Aun-
cipantes. Entre los años 2006 y 2009 se hicieron torteados en que en ambos casos los constructores observan lo complejo
cinco casas diferentes3 con matices en el uso de esta técnica. A que es obtener actualmente “buena guaya”, en lo concreto
este material sumaremos los relevamientos realizados en otras es aún más difícil en Susques. Para muchas familias el único
casas en las mismas localidades y los trabajos de otros inves- modo de conseguir el material es comprándolo, lo que suma
tigadores. Asimismo, incluiremos observaciones realizadas en un inconveniente extra.

3
Además de estas cinco casas en las que el torteado se hizo en el contexto del proyecto, en otras dos fueron las familias o la comunidad las que
lo realizaron terminando las obras que se comenzaron en conjunto. Se debe considerar que en otras casas no se llegó a terminar el techo pero
las familias tenían previsto realizarlo con torta de barro.
4
Este Centro de Interpretación Arqueológico se encuentra ubicado en el sitio de Punta de la Peña. Le agradecemos al Lic. Carlos Aschero, ar-
queólogo y director del proyecto de investigación en este sitio arqueológico, por su autorización para usar la información allí recopilada.
5
La técnica del guayado está desarrollada en el trabajo de Daich y Palacios en este mismo volumen.
6
En Susques se realizó el guayado de varias casas en un domicilio, es decir en una casa en el campo.

114
Sin embargo, no es posible ser concluyentes respecto al los constructores, y la población en general, dentro de su re-
uso de la torta de barro en una u otra localidad. En Rincona- pertorio de técnicas “tradicionales”, aquellas usadas por los
da es posible encontrar numerosos techos torteados y muchos “abuelos”. En ningún caso han hecho mención al torteado
constructores ubican esta técnica como una de las posibles como una incorporación reciente que reemplazó al techado
dentro de su repertorio. Por otra parte, Rotondaro (1991) en su con guaya. Sin embargo, si revisamos las descripciones de,
trabajo sobre los asentamientos en el área de la “Reserva de la por ejemplo, los viajeros que recorrieron estas localidades
Biósfera Laguna de Pozuelos”, en la que está incluida Rincona- en las primeras décadas del siglo XX podemos sumar otras
da, observa el uso de la torta de barro en los techos tanto de las miradas. En cuanto a Susques, los relatos de funcionarios y
casas en el pueblo como en las del campo. científicos con los que hemos trabajado mencionan sólo al
Consideramos interesante adentrarnos aunque más no guayado como técnica en los techos (Cfr. Boman 1992 [1908];
sea brevemente en la discusión respecto a lo tradicional o Cerri 1993 [1903]; Holmberg (1988 [1900]; Von Rosen 2001
no de la técnica de la torta de barro en el espacio pune- [1916]; entre otros). Las fotografías de Susques tomadas por
ño. Un buen punto de partida sería tomar la observación Boman a principios del siglo XX (1992 [1908]) sólo muestran
de Daniel Delfino en la localidad de Laguna Blanca en la techos con guaya y lo mismo ocurre, mucho más tarde, con
provincia de Catamarca. En su trabajo, cuando se refiere a las de Bolsi y Gutierrez (1974) tomadas en 1968. Esto nos
las “modalidades constructivas”, registra “una secuencia de acercaría al planteo de Delfino respecto a la expansión en el
cambios que varían desde un tipo que llamamos ‘tradicio- uso de la torta de barro como la incorporación de una técnica
nal’, hacia uno que denominamos ‘institucional’ o ‘abaje- “abajeña”.
ño’” (Delfino 2001:6). Esta clasificación la hace extensiva a De todas maneras, cabe observar que estas descripcio-
los materiales constructivos, en particular sobre la torta de nes se refieren a las construcciones en espacios urbanos y
barro observa que: es altamente probable que el torteado sobre una estructura
“Con la modalidad constructiva del tipo institucional o de ramas de tola u otro material fuera usado en los puestos o
abajeño, se perciben modificaciones en el estilo arquitec- en ciertos domicilios. En todo caso, creemos que la definición
tónico, acompañadas por la introducción de materiales de “lo tradicional” es dinámica y sus difusos límites se van
alóctonos. En los últimos tiempos se está extendiendo el moviendo en relación con los diferentes procesos de los gru-
empleo de techos de ‘torta’ (barro amasado con gramí- pos sociales. Es así que entendemos que lo importante sería
neas) soportados mediante varas de madera de álamo, ver qué es lo que los mismos pobladores incluyen dentro de
asimismo hubo que incorporar el plástico para una mejor su “tradición”, sin por ello dejar de analizar los procesos de
impermeabilización.” (Delfino 2001:6) cambio en sí mismos.
Más allá de, o más bien dentro de, estas discusiones, es
Es decir que la torta de barro, al menos en Laguna Blanca importante señalar que la técnica de la torta de barro no se
y de acuerdo a Delfino, habría sido una incorporación, una ha mantenido estática sino que ha tenido ciertos cambios
técnica traída desde las tierras bajas; mientras que la técnica tanto en su realización como en los materiales utilizados. Los
“tradicional” para el área sería el guayado. Por el otro lado, relatos de los constructores dan cuenta de un cambio im-
Rotondaro y Rabey (1988), para otros sectores de la Puna, se portante en relación con el tiempo de preparación del barro
refieren al “techo de torta tradicional”, considerando a esta para el torteado. Si los “abuelos” dejaban el barro reposar
técnica dentro del grupo de lo “tradicional”. Sin dudas, en un durante bastante más de un día y continuamente lo iban
cierto nivel las diferencias pueden asociarse con que estos mezclando para lograr un barro “más fuerte”, hoy en día lo
investigadores están trabajando en lugares diferentes. Puede habitual es que se lo prepare de un día para otro o incluso
ser que en un determinado sitio una técnica no sea conside- en la misma jornada. Posiblemente esto está asociado con la
rada tradicional por sus mismos ejecutores, mientras que en observación respecto a que “el torteado antes duraba mu-
otro sí lo sea, más allá del momento concreto en que se co- cho más”.
menzó a utilizar. Volveremos un poco más abajo a referirnos También ha habido cambios en relación con los mate-
a esto. Sin embargo, la diferencia podría pensarse desde el riales empleados, con la incorporación del plástico y el car-
modo diferente en que los investigadores consideran lo “tra- tón, por ejemplo 7. Hoy en día generalmente el torteado se
dicional” en sus análisis. hace sobre una capa de plástico, apoyada sobre una previa
En lo que se refiere a Susques y Rinconada, cabe men- de cartones, con la intención de mejorar la aislación hidró-
cionar que la torta de barro pareciera que es considerada por fuga, especialmente ante el desgaste de la capa de barro.

7
En la Quebrada de Humahuaca es habitual ver que sobre la capa de barro se materializa otra bien delgada, de no más de 1,5 cm. de mortero
de cemento. Con esto se busca no sólo aumentar la aislación de la torta sino también evitar el “retorteado” periódico.

115
En todo caso, no hay un acuerdo entre los constructores de esos valores la preferencia hacia uno de los extremos o
respecto a la conveniencia de este procedimiento. Quienes el otro de la proporción puede depender de los gustos del
están en contra observan que el plástico no permite que constructor. Un barro con mayor cantidad de arena puede
la casa “respire” y como consecuencia se acumula hume- ser más fácil de trabajar puesto que no se pega en las herra-
dad en el interior que afecta a los componentes orgánicos mientas pero al mismo tiempo no tiene las mismas capaci-
del techo. Por ejemplo, con la formación de hongos en las dades hidrófugas. Por el contrario, cuando es más arcilloso
cañas, situación que hemos podido observar en algunas puede ser más sencillo para modelarlo pero suele presentar
construcciones. En los próximos puntos iremos analizando más grietas durante el secado.
el modo en que se ejecuta el torteado en cada una de sus Los componentes generalmente son zarandeados para
etapas y daremos cuenta oportunamente del uso de estos quitarle las piedras más grandes que no sólo son molestas
“nuevos” materiales. durante el torteado sino que pueden contribuir a la apari-
ción de grietas en la capa de barro. Cuando se empiezan a
“lavar” los techos por la lluvia, o en los pastones, se suelen
Las características y la preparación del barro
observar piedras pequeñas (como máximo de 1 cm) que
Dentro del proceso de torteado, la preparación del ba- podrían funcionar como un agregado grueso en la mez-
rro constituye un trabajo en sí mismo con sus características cla9. Cuando el barro se forma con adición de diferentes
particulares. De hecho se suele comenzar con la selección tipos de componentes se suele destinar bastante tiempo
de la tierra y el armado del pastón varios días antes de su a “entreverar” (mezclar) los distintos tipos de tierra antes
colocación en el techo. Como acabamos de mencionar, la de agregarle agua para lograr luego un pastón lo más ho-
calidad del barro, para muchos constructores, es propor- mogéneo posible. A esta mezcla base se le coloca siempre
cional al tiempo dedicado a su preparación. En todo caso, paja cortada de no más de 10 cm de largo, esparciéndola
el barro siempre se prepara con antelación al momento de de un modo parejo sobre el pastón. El agregado de paja es
tortear puesto que la totalidad del material a utilizar debe fundamental para mantener la cohesión de la torta durante
estar “prácticamente” listo. En general se espera que el tra- el secado en el techo puesto que provee una estabilización
bajo de torteado propiamente dicho se empiece y termine mecánica que contribuye a resistir las tensiones que pro-
el mismo día. En caso contrario las distintas partes podrían vocan el agrietamiento. Además de la paja, dependiendo
estar sometidas a diferentes situaciones de secado. De de los lugares se le suele agregar a la mezcla guano recolec-
ser así, aparecerían problemas, como las rajaduras, en los tado de los corrales. Generalmente se lo tamiza para apro-
puntos donde se unen a estas partes8. La cantidad de barro vechar el polvo o en todo caso se lo puede dejar en agua
necesaria para el trabajo, entonces, debe ser calculada con un cierto tiempo para que se desarme. En caso contrario, la
anticipación. presencia de trozos enteros de guano podría generar zonas
En términos generales, el barro necesario para realizar de debilidad en la torta. Rotondaro y Rabey (1988) hacen
el torteado se obtiene mezclando distintos tipos de tierra referencia también al agregado de ceniza. En ciertos luga-
en una cierta proporción. Localmente se dice que se re- res, como la Quebrada de Humahuaca, actualmente se le
quiere barro (como se la nombra a la arcilla, que no nece- agrega grasa a la mezcla para darle una mayor capacidad
sariamente tiene que ser “pura”) y arena. Las proporciones hidrófuga.
no son sencillas de identificar puesto que depende de las Lo habitual es que toda esta mezcla se acumule forman-
características particulares de la tierra seleccionada. In- do un montículo al que se le practica un agujero en la parte
cluso, en muchas de las situaciones en que trabajamos la central donde se va agregando agua10. A medida que el agua
tierra seleccionada ya tenía la proporción necesaria entre es absorbida por la tierra se va agregando más. Generalmen-
sus componentes de acuerdo al análisis sensorial que sue- te este trabajo puede tomar todo el día o incluso más para
len realizar los constructores. En todo caso, si partimos de que el agua logre humedecer toda la tierra. Durante este pro-
una mezcla con arcilla y arena pura, se suele sostener que ceso el pastón se va mezclando para que sea lo más homo-
la proporción correcta está en un rango de 1:2 a 1:4. Dentro géneo posible, al mismo tiempo que se le sigue agregando

8
De todas maneras puede suceder que se deba emplear más de una jornada en el trabajo debido a la superficie del techo o la cantidad de manos
disponibles para la tarea. En ese caso se suelen mojar con abundante agua los bordes del sector ya torteado antes de agregar más material.
9
Tal como observa Delfino (2001), el arqueólogo-antropólogo Márquez Miranda, hacía referencia a la presencia de pequeños restos de cerá-
mica en la composición de los techos de barro (1939) que seguramente funcionaban como un agregado grueso dentro de la mezcla.
10
Este proceso es similar cuando se trata de preparar barro para “cortar” adobes o bien para un mortero. Ciertos constructores prefieren, en
lugar de la “montaña”, disponer la tierra de un modo más extendido y recorrida por “canales” de agua. De esta manera consiguen que el agua
embeba la tierra de un modo más parejo. En Antofagasta de la Sierra, es habitual que la preparación se haga en un pozo, de no más de 10 cm
de profundidad, conformando una especie de cajón.

116
paja. Este proceso de preparación del material es descripto cialmente durante la noche hacen que sea muy difícil trabajar
por Rotondaro y Rabey de la siguiente manera: el barro y pueden generarse cristalizaciones que dificultan el
“El ‘pastón’ se prepara generalmente calculando la can- secado. Los torteados, como ocurre con el resto de las etapas
tidad de tierra que se va a utilizar para techar; es común de la obra, suelen hacerse durante los meses de abril y mayo,
que se deje reposar durante un día o más (para que el dependiendo de las temporadas también en marzo o junio, o
agua embeba toda la tierra y elimine los terrones), y du- bien entre septiembre y noviembre.
rante el torteado se va preparando por partes, con bas- Siguiendo la observación de Rotondaro y Rabey, “habi-
tante agua, para obtener una mezcla en estado plástico tualmente de dos a tres personas construyen el techo, sien-
fácil de manipular.” (1988:3) do generalmente los mismos propietarios de la vivienda”
(1988:3). Aunque es posible hacerlo de a dos, con tres perso-
Tal como lo plantean estos autores, durante el torteado nas participando el trabajo se realiza de una manera fluida.
el barro se va preparando por partes. En realidad podría de- Uno se encarga de tener siempre barro disponible y llenar
cirse que se trata de un trabajo en “dos tiempos”. El primero los baldes, otro de transportarlos hasta el techo y el tercero
consiste en la preparación de la totalidad del barro que se de realizar el torteado. En algunas ocasiones participan más
va a necesitar tal cual lo hemos descripto antes. El resulta- personas y son varios los que transportan el barro y más de
do esperado de esta preparación es un barro ciertamente uno puede tortear. Si bien coincidimos en que generalmente
húmedo pero sin la consistencia definitiva. Una vez que se son los propietarios los que realizan el trabajo, no es menor
comienza con el proceso de torteado propiamente dicho, es la incidencia de personas cercanas al grupo familiar que son
decir la colocación del barro en el techo, el “barrero” debe convocadas para colaborar. Tal como plantean algunos au-
ir sacando partes de material de la preparación base para tores para el área usualmente llamada mundo andino, tradi-
agregarle agua y, de ser necesario, nuevamente paja. Este cionalmente las tareas de construcción han sido uno de los
barro “final”, luego de ser mezclado enérgicamente, se en- espacios en los que se expresaban las relaciones de recipro-
tiende que está listo para ser usado. A medida que el trabajo cidad (Murra 2002 [1964]). Es decir que entre ciertas familias
avanza se va retirando más material de la “montaña” y pre- se daban situaciones de colaboración mutua. En tanto estas
parando nuevo barro. prácticas, aunque atenuadas, siguen estando presentes, se
Esta forma de preparación en “dos tiempos” permite espera que ciertas personas se sumen a colaborar en los tra-
que siempre haya barro disponible para el torteado y se bajos de construcción.
logre así un trabajo continuo. Si se debiera preparar barro Pasando al proceso de construcción, debemos mencio-
constantemente desde los materiales de base se requeriría nar que el torteado debe realizarse sobre una superficie pa-
mucho más tiempo, o más personas; por el contrario, si todo reja y continua que a su vez se apoya sobre la estructura de la
el barro a utilizar estuviera listo desde el principio, se des- cubierta12. Esto es válido tanto para techos a una como a dos
perdiciaría una gran cantidad de agua producto de la eva- aguas. Tradicionalmente, esta superficie se conformaba con
poración, especialmente si consideramos las condiciones tejidos de ramas de tola13, chillagua14 o tablas de madera de
climáticas de la Puna11. cardón, en todos estos casos atadas con tientos de cuero. Ac-
tualmente es muy común que estos materiales se reemplacen
con caña15 y alambre. Que esta superficie esté bien materia-
El proceso de torteado
lizada es esencial para el trabajo de torteado puesto que si
Si bien es posible encontrar familias realizando un tor- presenta demasiadas irregularidades, éstas se van a trasladar
teado en distintos momentos del año, lo habitual es que este a la capa de barro y probablemente no haya un buen escurri-
trabajo no se lleve a cabo durante los meses lluviosos, es decir miento del agua.
durante el verano, ni en los meses más fríos del año, el período Si bien muchas familias siguen realizando el torteado
que va desde junio hasta agosto aproximadamente. En el pri- directamente sobre esta parte de la estructura, hoy en día
mero de los casos porque una tormenta fuerte puede arruinar es muy común que se coloque primero una capa de carto-
en una noche una torta de barro que todavía no está seca. En nes, usando cajas desarmadas, y luego una de plástico. Estas
el segundo, las temperaturas extremas que se registran espe- incorporaciones a la técnica base se han extendido rápida-

11
Por supuesto, estas observaciones no son universales. De hecho en una de las casas que se realizó un torteado en Susques, el constructor prefirió
preparar la totalidad del barro directamente mezclándolo con pala y azada pero también pisándolo, procedimiento que es habitual (Ver casa 10).
12
Para ampliar sobre las estructuras de techos ver el trabajo de Corrales, Criscillo, Tsuji y Yacuzzi en este mismo volumen.
13
La tola es un arbusto que se encuentra en la Puna. Generalmente es utilizado como combustible.
14
La chillagua es un tipo de paja muy usada para los techos puesto que al medir más de un metro de largo, permite cubrir fácilmente grandes
superficies.
15
Mientras que la tola y la chillagua se consiguen con mayor o menor facilidad en los alrededores de Susques y Rinconada, la caña debe ser
transportada desde los centros urbanos, como San Salvador o Abra Pampa, o desde la Quebrada de Humahuaca e incluso Bolivia.

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1 2

3 4

5 6

7 8

Figs. 1 a 4. Diferentes tipos de techos torteados, a una y a dos aguas. El primero en Antofagasta de la Sierra y los demás en Susques (Fo-
tos J. Tomasi). Figs. 5 a 6. Preparación del barro en un puesto en Susques (Fotos S. Grebenar). Fig. 7. Etapa final con el barro listo para
tortear en un domicilio de Susques (Foto P. Puricelli). Fig. 8. Selección de la paja para los aleros (Foto J. Tomasi)

118
mente; primero por la mayor facilidad que tienen hoy en día no, suele realizarse en dos etapas, con dos capas diferencia-
las familias para conseguir estos materiales; y segundo por- das de barro. Esto ha sido relevado en el trabajo de campo y
que brindan una protección extra para evitar el ingreso de también fue observado por Rotondaro y Rabey en su investi-
agua, especialmente cuando no se realiza el mantenimiento gación, en la que sostienen que:
ante el desgaste del torteado. Los cartones suelen colocar- “Generalmente se coloca una capa de ‘torta’ de base, de
se ligeramente solapados cubriendo la totalidad del techo, 1 a 2 cm de espesor; luego una capa de ‘torta’ de 3 a 5 cm
mientras que el plástico se dispone en franjas horizontales antes de que seque totalmente la capa de base, o bien,
que se solapan generosamente sobre la inferior. En el sector dos capas sucesivas una de 3 a 4 cm (el cuerpo de la tor-
de la cumbrera es habitual que se coloque una pieza entera ta), y una final de 1 a 2 cm, la llamada ‘capa de desgaste’.”
que pasa hacia ambos lados. Como mencionamos más arri- (1988:3)
ba, no todos los constructores están de acuerdo con el uso
de plástico en el torteado. Muchos observan que impide la En general, en nuestros relevamientos hemos observado
salida del vapor del interior, especialmente cuando la casa no la realización de sólo dos capas en el torteado. Una primera
está demasiado ventilada. que tiene alrededor de 3 a 5 cm y que seguramente se va a
Si el techo va a ser torteado, se requiere que tenga una agrietar significativamente durante el secado, situación que
pendiente considerable, similar a la requerida para el guaya- es esperada y en parte es la función de esta capa. Y, una se-
do, que favorezca al escurrimiento del agua y que es mucho gunda, de menor espesor, que funciona como terminación y
mayor a la que se necesita cuando se usa chapa. Rotonda- es la que luego será reemplazada en cada nuevo torteado, de
ro y Rabey (1988) sostienen que, en el área de su estudio, la ahí el nombre que recuperan los autores, “capa de desgaste”.
pendiente habitual tiene entre 14 y 20°. Creemos que en este Al igual que con las pendientes, existen variaciones locales
punto cabe plantear algunas salvedades. Existe una gran va- importantes respecto a los espesores que deben tener las ca-
riación respecto a las pendientes de los techos en relación pas de barro en el torteado. En algunos casos sólo se realiza
con los distintos lugares. En parte esto puede deberse a los una capa de unos 8 cm aproximadamente.
diferentes regímenes de precipitaciones, pero si bien es un El proceso de torteado se va realizando en forma pro-
factor muy importante creemos que no alcanza a explicar las gresiva siempre en franjas verticales de unos 50 a 60 cm que
diferencias, sino que deben considerarse también las parti- van desde la cumbrera hacia los aleros inferiores. Quien está
cularidades de la identidad constructiva de cada uno de los ubicado en el techo torteando comienza desde la cumbrera y
lugares. suele colocar dos a tres baldes de barro juntos. Luego con la
En el caso de Antofagasta de la Sierra, por ejemplo, don- cuchara distribuye el material buscando el espesor deseado,
de las lluvias son mucho menores que en Susques o Rinco- una superficie pareja y una buena unión con los sectores ya
nada, actualmente los techos realizados con torta de barro realizados. Cuando el techo es a dos aguas se suele colocar
tienen pendientes incluso por debajo de los 10°. En Sus- el barro para que pase hacia ambos lados de la cumbrera.
ques16, por el contrario, las pendientes son mucho mayores, De esta manera no hay unión entre distintas colocaciones de
incluso para el rango planteado por Rotondaro y Rabey. En material justo en esa línea y se evitan potenciales sectores de
general, los techos cubiertos con torta, o con guaya, tienen fractura. Además es habitual que en la cumbrera el espesor
como mínimo pendientes superiores a los 20° y en algunos de la torta sea algo mayor para reforzar este sector. Lo mismo
techos están incluso por encima de los 40°. Es posible realizar ocurre cuando el techo de torta se apoya contra un muro; en
dos observaciones sobre esta cuestión. La primera es que los ese caso se carga con barro para evitar que el agua se acumu-
techos a dos aguas suelen tener pendientes mayores en cada le en el encuentro.
faldón que los de un agua17, siendo que los primeros están Antes de comenzar con el torteado, y a medida que se
entre los 30 y 40° mientras que los segundos se ubican en la avanza, se suelen realizar los aleros usando paja de unos 30 a
franja anterior. A su vez, pareciera que en las casas actuales se 50 cm de largo. Los manojos de paja se colocan con las raíces
tiende a utilizar pendientes menores, alrededor de 30°, que hacia fuera para que tengan mayor resistencia y pueden o no
en las más antiguas18. haber sido embebidos en barro líquido en el otro extremo
El trabajo de torteado en sí mismo, sea sobre el plástico o para una mejor fijación. Estos manojos de paja sobresalen

16
La muestra que tenemos de techos con torta de barro para Rinconada es demasiado pequeña para sacar conclusiones. En todo caso, estos
datos no se diferencian significativamente de los de Susques.
17
Es posible que la mayor pendiente en los techos a dos aguas tenga que ver no sólo con el escurrimiento del agua sino con reducir el empuje
horizontal de las tijeras sobre el muro.
18
Se debe considerar que en paralelo existe una tendencia a utilizar más para las casas el techo a un agua, que de por sí tiene menor pendiente.
Es interesante el caso de uno de los trabajos realizados en el espacio urbano de Susques (Ver casa 4). La construcción existente tenía techo a
dos aguas con pendientes de 38° aproximadamente, la nueva, en cambio se realizó a un agua con una pendiente un poco menor a los 30°.

119
por encima de los aleros de piedra o adobe unos 20 a 30 cm Algunas familias, sin embargo, prefieren realizar intervencio-
y se suelen colocar lo más juntos posible para evitar que el nes más continuas y cada año reparan la torta puntualmente
agua pase por los espacios vacíos y dañe en ese punto los en los lugares donde sufrió más desgaste. Esto se suele hacer
muros. justo al término de la época de lluvias, en abril o mayo, o bien
Como hemos mencionado anteriormente, se espera que antes de que comience, en noviembre. En otros casos, de-
todo este trabajo de torteado se comience y termine el mis- pendiendo de la antigüedad de la cubierta, se suele retirar la
mo día. Para ello buena parte de los materiales tienen que totalidad de la torta, aprovechar para reparar la estructura y
estar preparados, por ejemplo el barro o la paja de los aleros, realizar todo el proceso completo.
y es fundamental la colaboración de otros vecinos. De acuerdo a Rotondaro y Rabey el techo con torta de
barro puede tener dos problemas principales:
“el agrietamiento, producido en primer lugar por el re-
Mantenimiento y patologías
traimiento de la tierra al perder humedad” y “el desgaste,
Por sus características, el torteado con barro es una téc- producido por el agua de lluvia, en toda la superficie de
nica para la resolución de cubiertas que requiere un mante- los techos, en las grietas existentes y en los bordes. En me-
nimiento periódico que depende naturalmente del régimen nor escala el viento contribuye a este desgaste” (1988:4).
pluvial del lugar donde se realiza pero también de la calidad
de la ejecución y de los materiales usados. Nos abocaremos Si bien coincidimos con el primer punto, vamos a consi-
primero al proceso de retorteado y luego a las potenciales derar el segundo como una de las características propias de
patologías que puede presentar esta técnica. una técnica que requiere de un mantenimiento periódico. A
Existe un cierto consenso en los autores respecto a cuán- grandes rasgos podemos observar que la torta de barro pue-
to tiempo debe pasar entre un torteado y su reparación. De de tener una serie de patologías producto de problemas de
acuerdo a Rotondaro y Rabey (1988) son dos a tres años de- diseño o del procedimiento en sí mismo. En general, muchos
pendiendo de las características de la torta; según lo reca- de los problemas con la torta de barro están basados en un
bado por Delfino (2001) en Laguna Blanca son dos años los mal escurrimiento del agua que provoca su acumulación en
que, en una situación ideal, deben transcurrir. En su trabajo algún sector del techo.
con constructores de Susques, Ramos, Nicolini, Demargassi Dentro del primer grupo, problemas producto del dise-
y Marinsalda (2004) recopilan testimonios que van desde los ño, cabe señalar la realización de un techo con una pendien-
dos a los cuatro años, aunque en uno de los casos se mencio- te escasa, que provoca acumulación de agua, o demasiado
nó diez años. En nuestra experiencia de trabajo, de acuerdo grande que puede favorecer el deslizamiento del material.
a los comentarios de los constructores, el tiempo ideal va de En cuanto a la estructura del techo, si no fue planteada co-
los dos a los cuatro años, coincidiendo en general con estos rrectamente puede ocurrir que ceda en algunos sectores
autores. Cabe sin embargo plantear una distinción entre el generando fracturas en la torta o irregularidades en su su-
tiempo “teórico” que debe mediar para un mantenimiento perficie donde puede acumularse agua. La no colocación
del torteado y el las posibilidades concretas de realizarlo. de aleros puede provocar problemas no sólo en los muros,
Los constructores en general saben cuando deben realizar sino que también puede favorecer al desplazamiento de la
ese mantenimiento pero no necesariamente cuentan con el torta. En otros casos puede suceder que se tomen decisio-
tiempo o los recursos, humanos y materiales, para realizarlo. nes proyectuales que ponen a esta técnica más allá de sus
Más allá de esto, el trabajo de mantenimiento no está libra- posibilidades o por lo menos en el límite. La unión del barro
do al azar como podría pensarse sino que está dentro de una con la madera, por ejemplo, es un tema delicado puesto que
planificación. es muy difícil lograr un encuentro prolijo, y más difícil aún
En general, el mantenimiento consiste en la colocación si debe estar sellado, sin la utilización de algún elemento
de una nueva capa de barro sobre la totalidad del techo para adicional19.
cerrar fisuras y compensar el desgaste que pudo haber tenido Respecto a los problemas basados en los procedimien-
por la erosión del viento y el agua. Durante el tiempo sin re- tos, cabe mencionar en primer lugar los relacionados con la
paraciones la cubierta “se va lavando” y pierde una cantidad preparación del barro. Una mala elección de la tierra para
importante de material. Esta nueva capa de barro se materia- la torta, una incorrecta proporción de los componentes, no
liza como las anteriores y tiene entre dos y tres centímetros. mezclar suficientemente o acelerar el proceso de prepa-

19
Éste fue precisamente uno de los principales problemas que encontramos a la hora de intervenir en el Centro de Interpretación en Antofagasta
de la Sierra. El proyecto tal cual había sido ejecutado incluía unos tragaluces en el techo que fueron realizados con madera y chapa plástica
transparente. El punto en el que la torta de barro se encontraba con el cajón de madera nunca había sido resuelto y por allí se filtraba agua
constantemente. La solución a este problema requirió un detalle complejo con otros materiales que tampoco asegura una respuesta óptima.

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Fig. 9. Las distintas capas en uno de los modos de realizar un torteado (Dibujo J. Tomasi). Fig. 10. Armado de los aleros de paja en un
domicilio de Susques (Foto F. Corrales). Fig. 11. Colocación del barro sobre el plástico (Foto F. Corrales). Figs. 12 y 13. Torteados ya
terminados en Susques, el primero en un domicilio y el segundo en un puesto (Fotos S. Grebenar y D. Reisner)

121
ración, puede provocar que el barro no tenga la compa- y, como la torta requiere mucha agua en su preparación,
cidad suficiente, se quiebre o se desprenda rápidamente. cuando escasea es difícil de realizar.
Éstos son problemas habituales puesto que los tiempos de En paralelo son conocidas las ventajas de la torta, nadie
obra se han acelerado mucho en la actualidad, incluso en duda que las casas con chapa son más frías que las que es-
la Puna. El no uso de paja en la preparación de la mezcla, tán torteadas. Como tampoco ignoran que la torta de barro
o un uso insuficiente, puede provocar que el barro tenga es más económica y no es tan “ruidosa” y “molesta” cuando
más fisuras de lo habitual. En cuanto a la colocación, puede cae la lluvia o el granizo, ni se “vuela” como suele ocurrir con
suceder que la capa de torta tenga un espesor inadecuado. la chapa ante los fuertes vientos. En realidad tampoco se tra-
Si es excesivamente fina se ahorra material pero proba- ta de opciones absolutas, no son pocos los casos en que las
blemente será demasiado frágil; por el contrario, si es muy familias deciden colocar chapa en algunos espacios y torta
gruesa tendrá mayor resistencia pero con seguridad provo- de barro o guaya en otros. O bien, usar chapa en las casas del
cará problemas en la estructura del techo. Es fundamental pueblo, pero inclinarse por la torta en las del campo. Una y
que la capa sea pareja a lo largo de todo el techo, algo que otra técnica se van eligiendo dentro de un repertorio dispo-
no es sencillo de lograr. De no ser así quedarán zonas de- nible. Por otra parte, creemos que debe evitarse caer en un
primidas en las que se puede acumular agua que terminará “romanticismo” vacío de contenido que pretende defender
entrando en la casa. el uso de ciertas técnicas simplemente porque son “tradicio-
Como ocurre con cualquier otra técnica constructiva, es nales” o “lindas”. Al mismo tiempo que quienes las ejecutan,
fundamental conocer profundamente cuáles son las posibi- y utilizan, prefieren reemplazarlas y tienen sus motivos, me-
lidades y cuáles son los puntos débiles de la torta de barro. jor o peor, fundados para hacerlo.
Probablemente en ciertos lugares con altos niveles de hume- Sin embargo, es difícil pensar en estos procesos de
dad o de precipitaciones no sea la más adecuada para utili- cambio de ciertos materiales por otros “institucionales”, to-
zar. Sin embargo, más allá de las miradas estigmatizantes que mando la denominación de Delfino20, sin tener en cuenta las
se han construido sobre esta técnica, en otros, correctamente prácticas y discursos que han surgido históricamente desde
ejecutada, cumple adecuadamente con sus objetivos: contri- los espacios de la oficialidad21. Las técnicas constructivas con
buir a lograr un espacio interior confortable desde lo térmico tierra han sido tradicionalmente estigmatizadas, y la torta de
y evitar el ingreso del agua. barro no ha escapado a esa situación. La asociación de los
techos de torta con la pobreza, la carencia de recursos o di-
rectamente la falta de “opciones” que llevan a las personas a
Algunas consideraciones finales
utilizarla, ha sido recurrente y en muchos sentidos muestra
Como hemos planteado a lo largo del trabajo, la torta una notable persistencia. No vamos a explayarnos sobre este
de barro como técnica para la resolución de cubiertas si- tema en estas consideraciones finales pero cabe mencionar
gue teniendo una presencia importante, tanto en las casas el rol de la arquitectura de los edificios públicos, construi-
existentes como en las que se van construyendo. La técnica dos casi siempre con chapa, en la conformación de un canon.
es conocida y dominada por la mayoría de los constructo- Algo similar ocurre con las consideraciones del INDEC usa-
res que la van reproduciendo y modificando en el uso. Sin das en el último censo del año 2001. Las construcciones en el
embargo, sería necio dejar de observar que, al menos, en censo son clasificadas según el índice INCALMAT de acuerdo
las últimas dos décadas la chapa y, en menor proporción, a su “calidad constructiva”. Los techos realizados con torta de
la losa de hormigón armado han tenido un crecimiento barro, también los de guaya, directamente corresponden a la
explosivo. Localmente se encuentran varias explicaciones categoría INCALMAT IV, la más baja posible. Las casas dentro
asociadas con este cambio. Las principales razones son que de esa categoría son consideradas las más precarias y debe-
la chapa es mucho más simple de colocar, “no requiere tan- rían ser reemplazadas, tal como sostiene un documento del
to trabajo”; que no requiere un mantenimiento, “se la pone Ministerio de Planificación Federal de la Nación, en conjunto
y listo”. Asimismo, frente a un torteado con poco manteni- con la Universidad Nacional de Quilmes:
miento, con la chapa existiría un riesgo menor de entrada “(…) [se debe] diferenciar aquellas unidades de vivien-
de agua; al ser más liviana, la estructura del techo requiere da cuyos materiales constructivos representan el escalón
menos “palos” y los muros no tienen porque ser tan anchos; mas crítico de precariedad, por cuanto no brindan ade-

20
Adoptamos esta denominación porque se acerca al sentido que queremos transmitir. Sin dudas existe una cercanía entre ciertos materiales y
la institucionalidad desde la que se los buscó imponer. Lo que hoy en día nos deja fuera esta denominación son algunas de las formas actuales
de obtención de estos materiales, y los usos y apropiaciones no-institucionalizadas que hacen los constructores de, por ejemplo, la chapa o el
hormigón armado.
21
Incluimos dentro de estos “espacios de la oficialidad” tanto los que corresponden al Estado, sea nacional, provincial o municipal, como los
espacios privados y académicos que participan de los mismos discursos.

122
cuada protección ni condiciones de seguridad, y por lo Delfino, D. (2001). “Las pircas y los límites de una sociedad. Etnoar-
tanto requieren ser reemplazadas; son las viviendas in- queología en la Puna (Laguna Blanca, Catamarca, Argentina)”.
En: Kuznar, L. (Ed.) Ethnoarchaeology of Andean South America.
cluidas en la categoría INCALMAT IV” (MPF 2007:12)
International Monographs in Prehistory. Ethnoarchaeological
Series. Michigan.
Más allá de las posibilidades de as personas de optar por Holmberg, E. (1988 [1900]). Viaje por la Gobernación de Los Andes (Puna de
una u otra técnica, tal como decíamos antes, es complejo dejar Atacama). Universidad Nacional de Jujuy. San Salvador de Jujuy.
de lado este tipo de discursos que surgen desde espacios que Márquez Miranda, F. (1939) Cuatro viajes de estudio al más remoto Noroeste
luego tienen la posibilidad de llevar adelante acciones con- Argentino. Universidad Nacional de La Plata, Instituto del Museo.
Ministerio de Planificación Federal (2007) La situación Habitacional en
cretas de intervención. A lo largo de este trabajo hemos inten-
Argentina. Año 2001. Provincia de Jujuy. Ministerio de Planificación
tado mostrar algunas de las características de la torta de barro Federal, Inversión Pública y Servicios, Secretaría de Obras Pú-
y el modo en que es utilizada por los constructores en la Puna. blicas, Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda. Univer-
Es de considerar, para terminar, que una lógica constructiva no sidad Nacional de Quilmes.
se limita a sus aspectos meramente técnicos, que por supuesto Murra, J.V. (2002 [1964]) “Rebaños y pastores en la economía del
son importantes, sino que está inserta en un conjunto de ex- Tawantinsuyu”. En: El mundo andino. Población, medio ambiente y
economía. IEP/Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima.
presiones culturales del grupo social que la utiliza.
Ramos, A. R., Nicolini, A., Demargassi, C. y J. C. Marinsalda (2004).
“Arquitectura de tierra. Medio ambiente y sustentabilidad.
¿Sustentabilidad o adaptabilidad? en los pobladores de Sus-
Bibliografía
ques, noroeste de Argentina”. En: Tercer Seminario Iberoamericano
Bolsi, Alfredo y Ramón Gutiérrez (1974). “Susques: Notas sobre la de construcción con tierra. La tierra cruda en la construcción del hábitat.
evolución de un pueblo puneño”. En Documentos de Arquitectura Proterra – CRIATiC. San Miguel de Tucumán.
Nacional, 2. Departamento de Historia de la Arquitectura, Facul- Rotondaro, R. (1991). “Estructura y arquitectura de los asentamien-
tad de Ingeniería, Vivienda y Planeamiento, Universidad Nacio- tos humanos”. En: García Fernández, J. J. y R. Tecchi (Comp.). La
nal del Nordeste. Resistencia. Reserva de la Biósfera Laguna de Pozuelos: Un ecosistema pastoril en
Boman, E. (1992 [1908]). Antigüedades de la región andina de la Repú- los Andes Centrales”. PER-INBIAL UNJU. San Salvador de Jujuy.
blica Argentina y del desierto de Atacama. Universidad Nacional de Rotondaro, R. y M. Rabey (1988). “Experimento tecnológico sobre
Jujuy. San Salvador de Jujuy. techos de tierra mejorados en la Puna jujeña de la Región Andi-
Cerri, D. (1993 [1903]). El Territorio de Los Andes. Reseña geográfica des- na”. En: Foco de tecnología apropiada, 26, Septiembre-octubre.
criptiva por su primer Gobernador el General Daniel Cerri. Uni- Von Rosen, E. (2001 [1916]). Un mundo que se va. Universidad Nacio-
versidad Nacional de Jujuy. San Salvador de Jujuy. nal de Jujuy. San Salvador de Jujuy.

123
Casas, puestos y domicilios
Casas, puestos y domicilios

En las siguientes páginas hemos incluido fichas con material referente a cada una de las
casas en las que hemos realizado trabajos de construcción desde el proyecto. En cada caso
consiste en una descripción general, referencias a los aspectos constructivos y finalmente in-
dicaciones de los trabajos que se realizaron, junto con dibujos y fotografías de las casas. Entre
otros aspectos le hemos dado especial importancia a los procesos de construcción, es decir a la
temporalidad del espacio doméstico. La totalidad de este material ha sido relevado durante el
trabajo de campo por los estudiantes, docentes e investigadores en conjunto con las personas
de las comunidades que participaron de los trabajos, en lo que ha constituido una parte de la
propuesta pedagógica. Por otra parte, los relevamientos han sido entregados tanto a las organi-
zaciones como a dichas personas, no sólo para que lo tuvieran en su poder, sino también para
que lo revisaran y corrigieran.

Tal como lo hemos comentado antes, en estos cuatro años de actividad desde el proyecto
“Puna y Arquitectura” se han realizado trabajos en veintidós casas diferentes. De este total,
ocho (36 %) fueron en la localidad de Rinconada y las catorce restantes (64 %) en Susques,
donde se llevaron adelante cinco de las siete campañas de trabajo. Si analizamos las casas
por su ubicación, nueve (41 %) fueron en el espacio rural y trece (59 %) en contextos urba-
nos. Dentro de aquellas que estaban ubicadas en el campo, seis (67 %) funcionaban como
domicilios y las tres restantes (33 %) correspondían a puestos de pastoreo. En todos los casos
las diferentes casas en las que se realizaron trabajos fueron elegidas en conjunto con las
organizaciones de cada una de las localidades. En Susques en particular, la elección de cada
una de estas casas fue sometida a la opinión del resto de los pobladores en las Asambleas
Comunitarias que se realizan dos veces por año en esta localidad. Es interesante observar
que en la elección de las casas ha habido una cierta preferencia desde las mismas organi-
zaciones y los pobladores hacia las situaciones urbanas. Se dio de esta manera pese a que
originalmente las intenciones del proyecto estaban más orientadas hacia el espacio rural.

Hemos decidido en conjunto con las organizaciones locales no incluir los nombres de las
personas que viven en cada casa con la intención de proteger su privacidad. En tanto la casa es
el espacio de la intimidad del grupo doméstico, cualquier tipo de información entendemos que
debe ser manejada con responsabilidad. Por la misma razón, no hemos incluido la referencia
exacta a la ubicación de cada una de las casas sino más bien planos generales con indicaciones
aproximadas para mostrar la dispersión espacial de los casos trabajados y las distancias con los
centros poblados. Tanto en Susques como en Rinconada, especialmente en los espacios rurales,
existe una gran vinculación entre la familia y el lugar. Por esta razón los planos de ubicación no

126
tienen la correspondencia con cada una de las fichas de las casas. A lo largo de estos textos, al
igual que en el resto del libro, hacemos uso del término “familia” para designar al grupo do-
méstico en tanto es así como se lo denomina localmente, con el mismo sentido nos referimos
a “grupo familiar”. Cabe mencionar brevemente que la noción local de familia se refiere a un
grupo extendido, en horizontal y en vertical, que suele abarcar tres generaciones y en algunos
casos las líneas colaterales. A su vez, incluye a personas que no necesariamente tienen entre sí
relaciones de consanguineidad sino que pueden estar vinculadas por compadrazgos u otro tipo
de lazos. La coresidencia no es necesaria para que los distintos miembros sean considerados
parte del grupo familiar. La familia se constituye como un espacio central en las actividades
productivas, como el pastoreo, pero también a la hora de encarar tareas de construcción, u
otras, en las que se espera la colaboración de los miembros del grupo familiar.

La decisión de incluir parte de los relevamientos en este libro tiene que ver con una serie de
puntos que nos parece importante marcar. En primer lugar, en otros textos de este mismo libro
se hacen referencias puntuales a esas mismas casas sobre sus aspectos constructivos. En algún
caso se analiza el uso de la piedra en los cimientos de una determinada casa o las características
de la cubierta en otra. Este material más general permite contextualizar esos análisis dentro de
la totalidad de la casa. Es así como en cada uno de los textos se hace referencia a estas descrip-
ciones. En lo que se refiere al Proyecto, nos interesa que estas fichas ayuden a mostrar la gran
variedad de situaciones en las que se trabajó. Esta variedad se expresa tanto en las ubicaciones,
características, dimensiones y usos de las casas, como en las necesidades planteadas, las ex-
pectativas de las personas y los trabajos concretos.

Es posible hacer una lectura más amplia de la importancia de mostrar la diversidad de


situaciones arquitectónicas existentes en estas localidades. No son pocos los textos sobre la
arquitectura de la Puna, tanto históricos como actuales, en los que se insinúa, o sostiene ex-
plícitamente, una gran homogeneidad en la arquitectura puneña, algo así como “las casas son
todas parecidas”. Lo interesante de esto es que en las miradas locales sobre sus propias casas
no existen referencias semejantes. Dentro de un “aire de familia” que muestra numerosos ele-
mentos comunes entre las casas, cada una tiene sus propias características en relación con las
intenciones y búsquedas de cada familia.

127
Susques

128
4

Rinconada

Plano de los
alrededores
Planta urbana

129
01
Descripción general

Este domicilio tiene una ubicación estratégica en las cercanías de un río y de la ruta 52 a unos 20
km de Susques. En este paraje se ubican dos domicilios pertenecientes al mismo grupo familiar.
Uno, el de “las casas antiguas” construidas hace más de 100 años, está a unos doscientos metros
del actual y no es utilizado salvo el Oratorio, más reciente, y un depósito de forrajes. El otro,
donde se realizaron los trabajos, fue construido en varias etapas a lo largo de los últimos 70
Domicilio años por el dueño actual y su abuelo.
Casa en el Campo Tiene cinco recintos cubiertos que toman una configuración en L que genera un patio que
se abre hacia el Noreste. Pese a la cantidad de recintos cubiertos, el patio es el espacio en el que
se desarrollan buena parte de las actividades cotidianas de la familia. Los más antiguos son los
ubicados en sentido E-O y son usados como cocina cubierta (B) y como dormitorio (C). Los tres
Susques
recintos restantes se utilizan como depósito (D), dormitorio (D) y ramada (E), es decir una casa
2006-2007 para recibir visitas. En la parte posterior, hacia el Sur, se ubica un fueguero exterior (F). Hacia el
norte, ladera abajo, está el corral para la hacienda.

Aspectos constructivos

Todos los recintos tienen sobrecimientos de piedra con mortero de barro con una altura de más
de un metro y un espesor aproximado de 40 cm. Por encima todos tienen muros construidos
con adobes, que fueron cortados en el mismo sitio.
Los recintos más antiguos tenían sus techos a dos aguas con tijeras y alfajías de cardón con
ataduras realizadas con tientos de cuero, luego chillagua y finalmente la torta de barro. Este te-
cho se mantuvo sólo en el dormitorio (C), mientras que en la cocina (B) fue reemplazado hace
algunos años por una cubierta de chapa a un agua. En el resto de los recintos el techo es a un
Participantes agua con tirantes de cardón, chillagua y torta de barro. Los aleros, para proteger los muros del
Maestro Constructor: desgaste producido por la lluvia, son de piedra laja y en algunos casos guaya por encima. Las
Verónico Puca carpinterías de las casas, tanto puertas como ventanas, fueron realizadas por el mismo propie-
tario con tablas de cardón.
Guillermo Adamo
Alfio Blanchetti Trabajos realizados
Dolores Christensen
Ester Kim
Éste fue uno de los dos primeros domicilios donde se realizaron trabajos en el marco del pro-
Rubén Peña
yecto. Se realizaron dos intervenciones, en el 2006 y en el 2007, en las que se efectuó una serie
de trabajos que fue planteando la familia. La obra principal fue la construcción de una nueva
Sofía Perrone
casa, ubicada a continuación de uno de los recintos (G), que sería destinada también para re-
Daniela Reisner
cibir potenciales visitas. El trabajo implicó la realización de los cimientos y sobrecimientos en
Gisela Spengler
piedra y luego la elevación de los muros de adobe. La familia tenía pensado techar este recinto
Leoncia Ávalos
con chapa y ante la falta del material no pudo completarse la obra. De todas maneras la familia
Benjamín Puca
sí lo hizo más adelante.
Héctor Cruz
Dentro de las actividades más acotadas, se volvió a tortear la cubierta de uno de los recintos
Rosana Vázquez
(E) que estaba sumamente desgastada y se construyó un horno enteramente en piedra ubicado
Enzo Vázquez
junto a las casas antiguas.

REFERENCIAS
1. Axonometría general del domicilio. Los cor-
rales están ubicados hacia el Norte (Dibujo
J. Tomasi)
2. Vista del domicilio y el paraje desde el Sur
(Foto J. Tomasi)
3. Una de las esquinas del patio (Foto J. Tomasi)
4. Vista de las casas antiguas (Foto J. Tomasi)
5. Detalle del fueguero exterior (Foto C. Rivet)

130
1

2 3

4 5

131
02
Descripción general

Este domicilio está ubicado en un cono de deyección a la salida de una quebrada. En relación
con esto, hace algunos años que no es utilizado en forma constante por la familia debido a
las periódicas bajadas del río que ponían en riesgo a la estructura y a las personas. Al mismo
tiempo este sitio tiene la ventaja de la abundante agua que surge de una vertiente ubicada en
el nacimiento de la quebrada. Este recurso permite que se mantenga, en las cercanías, una serie
Domicilio de rastrojos, pequeños cuadros de cultivo.
Casa en el Campo El domicilio se compone de una conjunto de recintos cubiertos y otros ya destechados (F)
que conforman un pequeño patio (A) cerrado prácticamente en todos sus lados. Las primeras
construcciones son aquellas que ya no tienen el techo y estaban dispuestas conformando un
patio de mayores dimensiones. Los recintos que se mantienen en uso forman una L que encierra
Susques
el patio. El primero (B) es usado como dormitorio y tiene una saliente para proteger el fueguero
2006-2007 exterior (C). Los otros dos recintos utilizados (D y E) son usados tanto como depósito y como
dormitorio. A pocos metros, hacia el Norte, se encuentra el Oratorio familiar y un pequeño hor-
no construido en piedra.

Aspectos constructivos

La totalidad de las construcciones en el domicilio, las más antiguas y las recientes, fueron cons-
Participantes truidas enteramente en piedra con mortero de barro. En todos los casos se ha utilizado piedra
Maestro Constructor: dura obtenida seguramente en una cantera cercana. Los techos, terminados con torta de barro,
Arturo González y realizados a dos aguas presentan un planteo estructural interesante, especialmente en la tira
conformada por los recintos D y E.
Clara Anauati En este caso la cubierta a dos aguas no se realizó con tijeras sino que la estructura del techo
Nora Cervantes se armó con un sistema de dos vigas cruzadas. Una primera que toma el lado menor del recinto
Dolores Christensen y acorta la luz de la segunda, la cumbrera, que va ubicada transversalmente. La viga corta se
Fernando Corrales realizó con un tirante de madera mientras para la segunda se usó un perfil metálico. Sobre la
Virginia Guerrero
cumbrera y los muros se apoya una capa continua de tablas de cardón que conforma la superfi-
Ester Kim
cie sobre la que luego se realizó el torteado del techo.
Federico Marcos
Paula Puricelli Trabajos realizados
Daniela Reisner
Lucía Ríos
Los trabajos que se hicieron en los años 2006 y 2007 estuvieron orientados fundamentalmente a
la reparación y mantenimiento de uno de los techos (D). La viga cumbrera estaba vencida con lo
Florencia Ruiz
cual se debió desarmar completamente el techo para reemplazarla. A medida que las tablas de
Mariano Schilman
cardón se retiraban se intentó mantener la referencia de su posición para que pudieran volver a
Verónica Souto
utilizarse. Pese a esto fue necesario colocar salientes de piedra en el interior de los muros para
Apolonia González
que las tablas tuvieran un mejor apoyo. Luego de la reconstrucción de la estructura se realizó el
Héctor Vázquez
torteado sobre un plástico. Al año siguiente se repararon las partes desgastadas de la torta y se
María Mercedes Calpanchay
renovaron los aleros de paja en la mayor parte del perímetro.
Blanca Vázquez
En paralelo con este trabajo se construyó una pirca completamente en piedra con el objeti-
Aníbal Sarapura
vo de cerrar el único lado del patio, hacia el Norte, que quedaba abierto.

REFERENCIAS
1. Axonometría parcial del domicilio (Dibujo
D. Christensen)
2. Vista general del domicilio. En primer plano
el Oratorio (Foto M. Schilman)
3. Las casas durante la reparación de uno de los
techos (Foto D. Christensen)
4. Una de las casas con el fueguero en el frente
(Foto M. Schilman)
5. Detalle del muro que se construyó (Foto D.
Christensen)

132
1

2 3

4 5

133
03
Descripción general

Este puesto está ubicado en el encuentro de dos quebradas, en un cono de deyección. Este empla-
zamiento le permite estar en un espacio protegido por los cerros y, al mismo tiempo, estar en un
espacio abierto con buen asoleamiento y visuales del entorno. De todas maneras, no está exento
de riesgo cuando el río baja con agua. Por estas condiciones y su cercanía con la ruta, es utilizado
durante buena parte del año, especialmente en los meses de verano, por quienes se encargan de la
Puesto hacienda. Habitualmente es una pastora junto con sus padres ya mayores.
Se compone de una serie de estructuras dispuestas longitudinalmente y abiertas hacia la
orientación preferencial, es decir hacia el Este. Hacia el Sur se ubica el corral (A) con un chiquero
(B), corral para las crías recién nacidas, adosado. Luego se ubican los dos recintos usados para
dormir (C), uno de ellos con dos poyos a los costados. De acuerdo a lo comentado por la familia,
Susques
estos recintos tendrían alrededor de 150 años, aunque antes también se habría usado este sitio
2007 con unas casas ubicadas un poco más al norte. Contiguo a estos recintos se encuentra el fuegue-
ro exterior con un pequeño semicubierto. A unos metros se ubica una estructura realizada en
madera y que se usa como depósito (E) y en el patio una pequeña construcción (G) que se utiliza
para el secado de los quesos que la familia suele producir. Hacia el Oeste del puesto, atrás de los
recintos, se encuentra el dormidero de las llamas (F).

Aspectos constructivos

La mayoría de las construcciones del puesto han sido realizadas con muros de pirca seca usando
piedra dura que se obtiene en las cercanías. Esto incluye tanto los corrales como los recintos
usados por las personas que tienen un interesante trabajo de hornacinas superpuestas apro-
vechando las posibilidades de la piedra. En estos últimos recintos los techos se armaron con
tirantes de cardón, abundante en los alrededores, sobre los que se apoyan tablas del mismo
material. Al menos actualmente no están cubiertos con torta de barro sino que se le ha colocado
Participantes una lona plástica para impedir la entrada del agua. Las puertas de cada una de estas construc-
Maestro Constructor:
ciones también se hicieron con cardón.
Regino Puca y Santos Puca
El fueguero tiene un muro bajo perimetral realizado en piedra y luego un semicubierto, que
protege más que nada del sol, usando nuevamente madera de cardón. El depósito cercano tam-
bién fue construido totalmente con tablas de cardón, lo mismo que el secadero de quesos.
Alina Álvarez Larrain
Virginia Guerrero
Rubén Peña Trabajos realizados
Paula Puricelli
Si bien los recintos existentes se encontraban en buen estado, presentaban dos inconvenientes
Mariano Szczygiel
importantes. Por un lado, resultaban insuficientes especialmente cuando el resto de la familia
Lucía Gómez Fernández
estaba en el puesto; por el otro, cuando bajaba agua por la quebrada, ingresaba por el espacio
René Calpanchay
entre las piedras. A raíz de esto, la familia propuso que se construyera una casa nueva a pocos
Elvio Ávalos
metros de las existentes (H).
Héctor Vázquez
Se realizó entonces una nueva casa de aproximadamente 5 metros de largo y 3 de ancho.
Manuela Puca
La construcción decidieron realizarla en adobe con cimientos de piedra con mortero de barro
Filomena Calpanchay
para impedir la entrada de agua y conseguir una mejor protección contra el frío. En el contexto
del proyecto se alcanzó a completar la caja muraria con adobe, con una serie de hornacinas y
repisas en el interior. La cubierta fue terminada por la familia al poco tiempo. Como uno de los
REFERENCIAS inconvenientes del sitio es la falta de disponibilidad de agua para tortear la casa periódicamen-
1. Axonometría del puesto (Dibujo J. Tomasi) te, decidieron realizar el techo en chapa con una capa de paja debajo sostenida por un tejido
2. Vista del puesto desde el Sur, en el fondo de alambre. La idea con este procedimiento fue mejor las condiciones de aislación térmica de
la nueva construcción ya avanzada (Foto J.
Tomasi)
la chapa.
3. Uno de los sectores del puesto con el fuegue-
ro a la derecha (Foto J. Tomasi)
4. Otros de los sectores visto desde el Sur (Foto
J. Tomasi)
5. Detalle del fueguero exterior (Foto J. Tomasi)

134
1

2 3

4 5

135
04
Descripción general

Esta casa urbana, la primera en la que trabajamos en Susques, es usada por una persona mayor
sólo en ciertos momentos del año. Esta persona vive el resto del tiempo en el campo cuidando
su hacienda. De ahí que la casa sólo tuviera un recinto techado ubicado sobre el frente del te-
rreno y abierto hacia el Este. Aproximadamente hasta principios de la década del setenta esto
era lo habitual en Susques, las personas sólo bajaban al pueblo para determinadas situaciones
Casa en el pueblo y tenían en el pueblo una pequeña casa donde quedarse. Recién más adelante, asociado con la
radicación permanente de parte de las familias en el pueblo, las casas comenzaron a configu-
rarse alrededor de un patio, en un esquema similar al de las casas en el campo, con un mayor
número de recintos. Esta casa en particular habría sido construida hace sesenta años aproxima-
damente en lo que en ese entonces eran las afueras del pueblo.
Susques
Este único recinto contiene la mayor parte de los usos. Es decir que es utilizado tanto como
2007 espacio para dormir, lugar de depósito de ciertas pertenencias importantes y cocina techada
aprovechando una de las esquinas de la casa.

Aspectos constructivos

Participantes La casa fue construida con cimientos de piedra, al igual que los sobrecimientos que son bajos al
Maestro Constructor: punto de haber quedado tapados con el consiguiente desgaste en los muros. Estos se levantaron
Hipólito Guzmán con adobe con un muro doble, es decir usando el lado largo del bloque en el ancho de la pared,
en los lados de la casa que sostienen las tijeras. En cambio se recurrió al muro soga, más angosto,
Guillermo Adamo en los laterales y los mojinetes. Esto permitió aprovechar al máximo el material sin reducir la
Nora Cervantes capacidad estructural. Todo el perímetro tiene aleros realizados con una primera capa de lajas y
Dolores Christensen luego paja para proteger los muros del desgaste por el agua de lluvia.
Virginia Guerrero La cubierta fue realizada a dos aguas con tijeras de cardón y alfajías del mismo material
Rubén Peña sobre la que se apoya una capa de chillagua, una paja larga de alrededor de un metro, y encima
Sofía Perrone de ésta se realizó el trabajo de guayado. Las carpinterías de la casa fueron confeccionadas con
Florencia Ruiz
tablas de maderas diversas. La puerta en particular tiene un notable trabajo de tallado en el
Mariano Schilman
dintel.
Gisela Spengler
Mariano Szczygiel Trabajos realizados
Lucía Gómez Fernández
A pesar de un cierto desgaste en los muros de adobe, el resto de la casa presentaba un buen
Nila Calpanchay
estado de conservación. El principal inconveniente era que al subir el nivel de la calle la cons-
Cleofé Calpanchay
trucción quedó semienterrada y periódicamente ingresaba agua. Por esto la familia propuso
Soledad Jorge
que se realizara una nueva casa. La decisión que se tomó fue que se construyera en un nuevo lu-
Robustiano Vázquez
gar más elevado hacia el fondo del terreno y conservar la casa existente por su valor histórico.
Ranulfo Vilte
La nueva casa se planteó también orientada hacia el Este, con sus sobrecimientos de piedra
Arturo González
un poco más altos y los muros de adobe, los bloques fueron aportados por una vecina. En este
Cástula Soriano
caso la familia prefirió que el techo fuera a un agua por la falta de materiales para armar las tije-
Gil Josué Cruz
ras. Se usaron tirantes de madera industrializada para la estructura del techo y luego se armaron
Omobona Cruz
las alfajías con haces de cañas. El resto del trabajo de techado fue realizado por miembros de la
comunidad y la familia usando chillagua y luego colocando la torta de barro. Las carpinterías de
REFERENCIAS
la casa fueron aportadas por el Centro Vecinal de Susques.
1. Axonometría de la casa con la nueva cons-
trucción ya terminada (Dibujo J. Tomasi)
2. Imagen de la casa antigua. Nótese que
cómo el nivel de la calle ha subido (Foto G.
Spengler)
3. Detalle del tallado del marco de la puerta
(Foto J. Tomasi)
4. Panorama del terreno durante las excavacio-
nes para los cimientos (Foto M. Schilman)
5. La elevación de los muros de la nueva casa
(Foto J. Tomasi)

136
1

2 3

4 5

137
05
Descripción general

Esta casa en el pueblo de Rinconada presenta un esquema de dos patios, uno delantero (B) y
uno posterior (A), en torno a los cuales se disponen los diferentes recintos. Esta configuración
está en relación tanto con los usos dados por la familia como por el cambio de estos y el proceso
de construcción de la casa. Inicialmente la casa estaba en el terreno posterior y se componía
sólo de un recinto (C), luego la familia construyó los otros dos (D y E) con el fueguero exterior y
Casa en el pueblo un horno en una de las esquinas (I). Más adelante se incorporó el terreno delantero y se cons-
truyeron el resto de los recintos. Actualmente la casa es habitada por una familia relativamente
numerosa que incluye a tres generaciones diferentes.
Cada uno de los patios tiene sus propios usos. El delantero, con acceso (J) directo desde
la calle es el que hoy en día es más utilizado por la familia. Allí su ubican los dormitorios (D),
Rinconada
la cocina cubierta (F) y el fueguero exterior (G) en lo que supo ser una casa techada. Un pasillo
2007 comunica con el patio posterior que tiene a su alrededor un dormitorio más (D), un depósito
(E) y la letrina (H). La casa que se reconstruyó durante la campaña estaba hasta ese momento
destechada.

Aspectos constructivos

Las construcciones en torno a cada uno de los patios tienen sus propias particularidades desde
lo técnico. Las más antiguas (especialmente la C y D), que están en el patio posterior (A), fue-
ron construidas con muros dobles de adobe, por encima de los cimientos y sobrecimientos de
piedra. Estaban cubiertas originalmente con techo a dos aguas armado con tijeras de diferentes
maderas y luego guayado. Sólo una de las casas mantiene esta cubierta (D), la otra fue destecha-
da (C), y el techo restante (E) fue reemplazado por una cubierta de chapa a un agua.
Los recintos en torno al patio delantero (B) tienen todos sus techos de chapa a un agua sobre
tirantes de madera industrializada. Por encima de la chapa se colocaron piedras, para evitar que
Participantes se desprenda, como suele suceder con este material cuando no se realizan los anclajes. Algunos
Maestro Constructor:
de los recintos en este patio tienen revoques cementicios en el interior y el solado de cemento
Eduardo Reyes
alisado, a diferencia del resto que tienen piso de tierra apisonada.

Clara Anauati Trabajos realizados


Julieta Barada
La propuesta de la familia fue realizar la reconstrucción y ampliación de la casa más antigua
Tomás Palacios
(C) en el patio posterior para usarla como dormitorio. Si bien inicialmente se planteó la posibili-
Lucas Pérez
dad de reutilizar los muros existentes finalmente fueron demolidos casi en su totalidad y sólo se
Marcela Saccone
aprovecharon los cimientos de piedra que debieron ser extendidos. La construcción resultante
Constanza Tommei
tiene 7 metros de largo y cuatro de ancho. Por decisión de la familia la totalidad de los muros se
Julia Cayo
realizaron usando el largo del adobe en el ancho de la pared, es decir doble, dando un espesor
Walter Farfani
de unos 40 cm. Si bien este sistema consume mayor cantidad de bloques, le da a la construcción
Andrea Farfani
una mayor solidez además de la conveniencia térmica.
Dionisio Apaza
La cubierta planeada originalmente era a dos aguas con tijeras de distintas maderas y atadas
Florencio Martínez
con tientos de cuero. Luego, como una de las caídas del techo iba a dar al terreno vecino, debió
ser convertida en un techo a un agua hacia el patio. Los trabajos de la cubierta no se completaron
en el contexto del proyecto aunque fueron finalizados luego por la familia.
REFERENCIAS
1 y 2. Planta y corte de la casa (Dibujo T.
Palacios)
3. Vista desde el Este de uno de los laterales de
la casa (Foto J. Tomasi)
4. La nueva casa con los muros prácticamente
terminados (Foto J. Tomasi)
5. Uno de los sectores del patio posterior (Foto
J. Tomasi)
6. Detalle del patio delantero (Foto C. Tommei)

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139
06
Descripción general

Las construcciones en esta casa están dispuestas en dos tiras que generan dos patios diferentes
aunque mucho más conectados que en el caso anterior. El ingreso a la casa se realiza a través
de una puerta en la tapia (I) que recorre y cierra la totalidad del terreno. Cada uno de los patios
está asociado con distintas generaciones dentro del grupo familiar. En el patio posterior (B) se
ubican dos recintos (C) usados por el abuelo y uno de sus nietos como dormitorios. A un costado
Casa en el pueblo de este patio se encuentra un pequeño rastrojo (F) y un fueguero exterior delimitado con un muro
curvo (G). En el patio delantero (A) se ubican otros dos recintos, uno usado como dormitorio (C)
y el otro como cocina cubierta (E). Delante de estas dos construcciones está el fueguero que se
usa cotidianamente, un horno de barro y el lugar para el guardado de la leña.
En el punto central de la casa se encuentra un Oratorio (H) dedicado a la Virgen de Luján que
Rinconada
tiene una gran importancia simbólica para el grupo familiar y para una parte de la comunidad
2007 de Rinconada. La entrada al Oratorio, como ocurre la mayor parte de las veces con este tipo de
construcciones, está orientada hacia el Este.

Aspectos constructivos

Cada uno de los bloques de la casa tiene sus características técnicas, en relación también con
los distintos momentos de construcción. El muro perimetral tiene ciertas variaciones en su de-
sarrollo con sectores íntegramente de piedra y otros en los que se combinan piedra y adobe. El
bloque ubicado en el patio delantero (A) tiene sus recintos construidos con cimientos de piedra
y muros de adobe. Las cubiertas son a dos aguas con tijeras de queñoa, luego un entramado de
tola y finalmente una cubierta de guaya. En el bloque posterior, los muros son similares a los
mencionados pero las cubiertas fueron reemplazadas y hoy en día son de chapa sobre tirantes
de madera industrializada.
El Oratorio antiguo (H) tenía también sus cimientos de piedra y muros de adobe con la par-
ticularidad de tener el frente revocado con barro y pintado a la cal. Esto es habitual en la mayoría
Participantes
de los Oratorios tanto urbanos como rurales. La cubierta de este Oratorio estaba construida con
Maestro Constructor:
tijeras de queñoa, un entramado de tola y finalmente el guayado.
Gregorio Pastor, Gregorio Gutiérrez
y Waldo Mamani Trabajos realizados

De acuerdo a lo mencionado por la familia, el Oratorio antiguo les resultaba demasiado chico
Leandro Daich
para la cantidad de gente que asistía a las celebraciones el día de la Virgen de Luján. Con lo cual
Paula Granda
plantearon la necesidad de reconstruirlo con mayores dimensiones. Por otra parte los muros
Daniela Reisner
presentaban un cierto pandeo por el empuje lateral de las tijeras.
Mercedes Rojas Machado
Luego de relevarlo detalladamente, se demolió la totalidad del Oratorio para comenzar la
Christian Scholz
obra del nuevo que sería 1 metro más ancho y dos metros más largo. En la nueva construcción
Florencio Martínez
se prolongaron los muros laterales hacia el frente generando un espacio semicubierto en el
Humberto Trejo
ingreso. En este caso los muros laterales se elevaron con una leve inclinación hacia adentro
Santos Llampa
para lograr una mejor contención del empuje de las tijeras que serían colocadas encima. Que
Rufina Llampa
las tijeras pateen es una de las patologías más habituales en los muros y está asociada con una
mala realización de las ataduras entre los palos. Sobre las tijeras se colocaron cañas distribuidas
irregularmente y luego una capa de chillagua. Sobre esta superficie se realizó luego el guayado.

REFERENCIAS
1. Axonometría general de la casa con el Ora-
torio antiguo (Dibujo J. Tomasi)
2. Vista de las dos casas más antiguas y de un
sector del patio (Foto J. Tomasi)
3. Detalle del Oratorio antiguo (Foto J. Tomasi)
4. Sector del patio posterior (Foto M. Machado)
5. Vista del nuevo Oratorio con el guayado ya
terminado (Foto M. Machado)

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07
Descripción general

Esta casa está ubicada en un terreno prácticamente cuadrado, de unos 15 metros de lado, y en
esquina. Los distintos recintos están ubicados todos sobre ambas calles de tal manera que lo-
gran conformar un patio totalmente cerrado (A). Estos recintos fueron construidos hace unos 40
años por el esposo, ya fallecido, de la persona que actualmente vive sola en la casa.
En la esquina se ubica una cocina techada (D) con una prolongación exterior (E) que ha-
Casa en el pueblo bría sido usada en algún momento como fueguero. El recinto ubicado hacia el Sur es el que ac-
tualmente usa la dueña de casa como dormitorio (B) y en su interior tiene una serie de poyos,
hornacinas y repisas. Los otros dos recintos (C), si bien en algún momento habrían sido usados
como dormitorios hoy sirven de depósito. El ingreso a la casa es a través de un pequeño pasillo
(F) delimitado por las construcciones y que permite acceder al patio y de allí a cada uno de los
Rinconada
recintos. Existe también una entrada por la otra calle (G) que hoy no se utiliza. En el patio se
2007 encuentra un rastrojo (H), la letrina (I), el fueguero exterior que se usa actualmente (L), el horno de
barro (K) y un lugar para el guardado de la leña (J).

Aspectos constructivos

Las distintas construcciones parecen haber sido realizadas en un período corto y por el mismo
constructor dado la similitud en las técnicas utilizadas. La totalidad de los recintos tienen ci-
mientos de piedra y muros de adobe. La cocina cubierta tiene una serie de huecos en el muro
para favorecer la ventilación. El recinto que se utiliza como dormitorio (B) tiene cubierta a dos
Participantes aguas con tijeras de queñoa, luego cañas y la cumbrera fue realizada con un perfil metálico. Por
Maestro Constructor: encima una capa de paja y finalmente el guayado. Los techos del resto de los recintos, incluida la
Juan Condori cocina cubierta, son a un agua armada con tirantes de madera, luego las alfajías y el guayado. En
uno de los recintos el techo fue reemplazando colocándose luego un cerramiento de chapa.
Ester Kim En el patio los distintos espacios fueron delimitados con muros de pirca seca de baja altura
Leandro Parra tanto en el rastrojo (H) como en el fueguero exterior (L). Los muros que cierran el patio tienen una
Leonardo Alfonzo
mayor altura y fueron casi en su totalidad construidos con piedra existiendo algunos sectores
Lucía Ríos
que se completaron con adobes.
Sebastián Cabral
Miguel Morales Trabajos realizados
Brígido Morales
En esta casa se realizaron dos trabajos muy importantes de reparación y reconstrucción de lo
Milton Flores
existente. En ambos se documentó cuidadosamente el modo en que estaban construidos pre-
Waldo García
viamente para luego intentar reproducirlo nuevamente. Por un lado se desarmó y volvió a cons-
Rodolfo Garay
truir el techo de la cocina cubierta que presentaba algunos de los tirantes vencidos y faltantes
Martín Dorado
en la cubierta de guaya.
Lita Condori
La obra más importante fue en el dormitorio (B) debido al tipo de problemáticas que pre-
Erica Llampa
sentaba. La cumbrera estaba completamente vencida y las tijeras habían generado un empuje
Pilar Llampa
excesivo sobre los muros. Sumado a esto, el cimiento tenía una cierta irregularidad en su cons-
María Inés Mamani
trucción original. Ambos factores provocaron importantes fracturas en las esquina ubicadas al
Margarita Martínez
Oeste que ponían en riesgo la construcción. Se decidió entonces desarmar la casa en su tota-
lidad, corregir los cimientos y volver a levantarla. En la medida de lo posible se buscó reutilizar
la mayor parte de los materiales. Las tijeras fueron desarmadas y vueltas a atar con tientos de
REFERENCIAS cuero nuevos y la cumbrera fue soldada. En los lados largos del recinto se armaron aleros con los
1. Planta de la casa (Dibujo L. Alfonzo) adobes y luego paja para mejorar la protección de los muros. La totalidad de la obra fue termi-
2. Vista con la cocina cubierta en la esquina nada en los quince días y más adelante miembros de la comunidad, con la Comisión Municipal,
(Foto J. Tomasi)
3. Sector del patio (Foto L. Alfonzo)
realizaron los revoques interiores.
4. Vista de la casa antes de su reconstrucción.
Nótese la cumbrera del techo vencida (Foto
L. Ríos)
5. Detalle del apoyo de las tijeras y los aleros de
adobe (Foto L. Alfonzo)

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08
Descripción general

Esta casa está ubicada en un terreno longitudinal en una esquina con un área abierta enfrente.
Los recintos que la conforman tienen una disposición en L y están recostados sobre el Sudoeste
del terreno de tal manera que se abren a las mejores orientaciones (Este y Norte) y liberan un
gran patio (B). Precisamente se ingresa a los recintos desde este lugar al que se accede a través
de la tapia (A) que cierra la totalidad del terreno. En el patio se ubica una letrina (I) y el horno de
Casa en el pueblo barro (H), y funciona a su vez como corral y depósito de materiales diversos. Por otra parte es
allí donde se desarrollan muchas de las actividades cotidianas.
Los recintos fueron construidos en distintos momentos en relación con las necesidades del
grupo familiar, actualmente viven allí una mujer con sus dos hijos. La construcción más antigua
sería la que hoy funciona como depósito (D) y antes era un dormitorio, por esa razón tendría
Rinconada
un poyo en uno de sus lados. Luego se levantaron la que fue la cocina cubierta y hoy al estar
2007 destechada se usa como fueguero exterior (C). El recinto más grande (G), abierto hacia el Este,
es el que actualmente se usa como dormitorio por toda la familia. Más tarde se construyeron los
recintos (E y F) ubicados en la esquina que nunca fueron techados.

Aspectos constructivos

Más allá de los distintos momentos de construcción, todos los recintos fueron realizados con
cimientos y sobrecimientos de piedra. La totalidad de los muros son de adobe con un espesor
de unos 40 cm aproximadamente. Todos los recintos tienen las paredes interiores revocadas
con barro y en uno de ellos incluso la exterior. El piso es de tierra apisonada y, en los recintos
techados, se encuentra unos 50 cm por encima del nivel del patio. Para acceder se deben subir
una serie de escalones realizados en piedra.
Los techos son a dos aguas con tijeras de distintas maderas atadas con tientos de cuero.
Luego un tejido de ramas de tola sobre el que se apoya una capa de paja y luego se realizó el
guayado característico. En todo el perímetro los muros tienen en su cierre aleros de piedra y paja
para evitar su desgaste.
Una particularidad interesante de la casa es el remate decorativo realizado con botellas
sobre la puerta de ingreso al patio.
Participantes
Maestro Constructor: Trabajos realizados
Sergio Cruz
El trabajo propuesto por la familia fue el techado de uno de los recintos (F) ubicados en la es-
quina para ser utilizado como dormitorio de uno de los niños.
Pablo Di Nápoli
La realización de este techo implicó que se tuvieran que subir los muros laterales para igua-
Manuela Domínguez
lar la altura de la nueva cumbrera con la del recinto vecino y darle así continuidad a todo el
Federico Marcos
techo. Se evitaban de esta manera tener puntos potenciales de futuras filtraciones de agua. De
Martha Silva Gutiérrez
la misma manera se debieron construir ambos mojinetes en adobe. Se armaron las tijeras con
Víctor Pastor
distintas maderas que la familia tenía disponibles y otras que fueron facilitadas y luego se ataron
Domitila Guanuco
usando tientos de cuero. Las tijeras se colocaron cada 60 cm aproximadamente y sobre estas las
Martín Llanes
costaneras realizadas con cañas.
Por encima se colocó un tejido de ramas de tola para crear una estructura que sostuviera la
posterior capa de paja y finalmente la de guaya con barro.
REFERENCIAS
1. Planta general de la casa (Dibujo M. Domín-
guez)
2. El ingreso a la casa con el detalle realizado
con botellas en el dintel (Foto J. Tomasi)
3. Detalle de uno de los recintos ubicados sobre
el lado Sur del terreno (Foto F. Marcos)
4. Vista general del patio (Foto J. Tomasi)
5. El encuentro de las construcciones. En el
medio la que fue techada (Foto J. Tomasi)

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09
Descripción general

El paraje en el que se encuentra este domicilio tiene una gran importancia simbólica e histórica
tanto para el grupo familiar como para la gente de Susques en general. Muchos de los relatos
respecto a la fundación de Susques están asociados con este sitio en particular. Hoy en día son
varios los domicilios que se encuentran en este mismo paraje a pocos kilómetros de distancia,
incluso uno es directamente colindante. Estos domicilios corresponden a grupos familiares di-
Domicilio ferentes aunque en muchos casos emparentados.
Casa en el Campo De acuerdo a la familia las primeras casas habrían sido levantadas hace más de 100 años
y son las que hoy están destechadas (I) entre estas la cocina circular (K), hoy fuera de uso, y el
fueguero adosado (G). Luego en distintos momentos se fueron levantando el resto de los recintos
todavía techados. Hoy en día son usados como dormitorios, depósitos y ramada (J y H) y uno
Susques
corresponde a la cocina cubierta (F) que se utiliza como depósito de leña. La disposición de los
2008 recintos, tanto los cubiertos c omo los destechados, genera un patio (A) prácticamente cerrado
en todos sus lados en el que se desarrollan muchas de las actividades cotidianas.
Hacia el Sur se encuentra el corral de las llamas (C) y el de las cabras y ovejas (B). Cerca de los
corrales se encuentra la letrina (D) y el horno de barro (E).

Aspectos constructivos

La totalidad de las construcciones de este domicilio, a pesar de ser de momentos diferentes,


fueron realizadas con piedra blanda con un notable trabajo de canteado especialmente en las
piedras esquineras y en las jambas. Muchas de las casas muestran una serie de detalles siempre
usando el mismo material. Las construcciones más antiguas tienen en su interior una serie de
poyos, hornacinas y repisas en piedra en todos sus muros. La cocina circular es una construcción
particularmente interesante que tiene algunas ventanas triangulares armadas con el mismo
material. Algunos de los recintos tienen incluso los dinteles de las puertas confeccionados con
piezas únicas de piedra canteada. Los corrales y el fueguero fueron construidos con pirca seca.
Los techos son a dos aguas en todos los casos con tijeras realizadas en cardón, al igual que
las alfajías, todo atado con tientos de cuero de llama. Sobre esta estructura se colocaron mano-
jos de chillagua y luego se realizó el guayado. Todo el perímetro de las distintas construcciones
tiene aleros armados con piedra y la raíz de la paja.
Participantes
Maestro Constructor: Trabajos realizados
Waldo Vázquez
En este caso el trabajo realizado en conjunto con la familia consistió en la reparación y el guaya-
do de la mayor parte de los techos de la casa que ya presentaban un importante desgaste. Dada
Agustina Benavidez
la superficie y la cantidad de techos involucrados esta es una tarea que en general requiere la
Lina Christ
participación de una cierta cantidad de personas.
Ruben Peña
Para esto se rellenaron primero las partes más gastadas con paja y barro. El armado de las
Andrés Popowski
guayas requiere que se realice el majado y gavillado de la paja para formar manojos que luego
Eusebia Soriano
deben embeberse en un barro relativamente líquido. Este barro se prepara en un pozo que
Evangelina Soriano
se realiza especialmente y que en este caso tuvo casi dos metros de diámetro y ochenta cen-
tímetros de profundidad. Allí se sumergen los manojos de paja hasta su tercio y luego se van
solapando en el techo. Primero se coloca una primera capa para el alero con la parte más rígida
REFERENCIAS
de la paja, luego un segundo alero y luego se continúa con el resto de la cubierta. En este caso
1. Axonometría de dos domicilios en el paraje.
En el de la izquierda se realizaron los trabajos se guayaron tres de los recintos principales (H y F) y la letrina (D).
(Dibujo J. Tomasi)
2. Vista de las casas y los corrales (Foto A.
Benavidez)
3. Uno de los sectores del patio, en el centro la
cocina circular (Foto J. Tomasi)
4. Vista de la cocina techada (Foto J. Tomasi)
5. El pozo para la preparación con algunas
guayas ya preparadas (Foto J. Tomasi)

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Descripción general

Este puesto, a pocos metros de la Ruta 52 y a algunos kilómetros de Susques, es utilizado periódi-
camente por la familia para el cuidado de la hacienda. Las distintas construcciones del puesto son
adscribibles a dos momentos bastante claros de su historia. Estos momentos están asociados con
diferentes usos y, especialmente, a un cambio en las necesidades en cuanto a las características de
los espacios por parte de la familia. A la primera etapa corresponde una serie de construcciones
Puesto que incluyen dos corrales (D), un fueguero (E), evidenciado por el tizne en el alero, y un chiquero (F)
todos con orientación Este. Todos estos recintos fueron construidos junto a un desnivel rocoso
sobre el que se apoyan y se aprovechan los aleros para formar un semicubierto. Es decir que se
genera un reparo tanto para las personas como para la hacienda.
Hace unos quince años, la familia decidió construir una nueva casa (A) en el puesto, con
Susques
muros de adobe y techada. Esta nueva construcción la ubicaron a pocos metros de las más anti-
2008 guas que, salvo el corral, quedaron completamente en desuso. Hacia el frente del nuevo recinto,
orientado al Este, se ubica el nuevo fueguero externo (B). El espacio alrededor del fueguero y
delante de la casa es sumamente utilizado en lo cotidiano de un modo similar a los patios en los
domicilios y las casas en el pueblo.

Aspectos constructivos

Entre las construcciones de las dos etapas existen claras diferencias constructivas. Las más an-
tiguas aprovechan la topografía como parte de la construcción y el resto del perímetro está
cerrado con muros en pirca seca semicirculares, forma que ayuda a darles mayor estabilidad.
La cubierta que tienen, parcial por cierto, es la generada por el aprovechamiento del alero. Es
posible, como ocurre en otros puestos, que la parte que hoy está descubierta haya estado par-
cialmente techada usando ramas de tola, paja e incluso eventualmente barro. Por la falta de uso
y mantenimiento este techado pudo haberse perdido.
Participantes La construcción más reciente, de forma rectangular, fue elevada con cimientos y sobreci-
Maestro Constructor:
mientos de piedra con mortero de barro y por encima las hiladas de adobe. El trabajo fue reali-
Román Vázquez y Romualdo Puca
zado con la ayuda de un constructor de Susques que la familia contrató especialmente. El techo
se construyó a un agua con tirantes de madera sobre los que se apoyan las chapas acanaladas
que están sostenidas por una serie de piedras. El fueguero, en cambio, se construyó utilizando
Victoria Chiarla
pirca seca.
Sofía Grebenar
Marcelo Mangini
Gisela Oliva Trabajos realizados
Mariano Szczygiel
La propuesta de la familia consistió en construir una casa de similares dimensiones a la existen-
Clodomiro Puca
te y contigua a ésta (C), manteniendo la orientación Este. La nueva casa se realizó con cimientos
Nilda Puca
de piedra, algunas extraídas de los recintos antiguos, y los muros con adobes que se trajeron
Eddie Puca
especialmente de Susques. Cabe comentar que el puesto no tiene agua disponible en las cer-
Romina Puca
canías por lo cual debió ser transportada también desde Susques. En los muros se realizaron
Marcos Vázquez
tres hornacinas, una de ellas con dos niveles aprovechando una tabla de cardón como estante.
Apolonia Vilte
Esta hornacina no es casual sino que replica una similar que existe en el domicilio de esta misma
familia. En la última hilada de adobes los bloques se giraron para generar un alero que luego
debería ser completado con piedras y paja.
REFERENCIAS
La cubierta se realizó a un agua como la existente pero con torta de barro. La estructura
1. Axonometría general del puesto con las
construcciones más antiguas en los aleros del techo se realizó con tirantes y alfajías de cardón que se ataron con tientos de cuero. Por
(Dibujo V. Chiarla) sobre ésta se dispuso la paja cortadera que en algunos casos, como éste, se usa en reemplazo
2. Vista de la nueva casa con el fueguero delante
(Foto S. Grebenar)
de la chillagua. Sobre la cortadera se realizó directamente el torteado. Para que la cubierta
3. Otra vista de la casa (Foto S. Grebenar) tenga mayor duración, la familia tiene la intención de realizar un guayado por encima del
4. El fueguero antiguo bajo el alero rocoso (Foto torteado.
S. Grebenar)
5. Interior de la casa nueva con las hornacinas y
los tirantes de cardón (Foto S. Grebenar)

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Descripción general

Esta casa está ubicada en un terreno longitudinal que tiene acceso a dos calles enfrentadas y se
encuentra en uno de los bordes del área urbana de Susques. A diferencia del resto de las casas
en las que se realizaron trabajos, ésta nunca fue habitada por la familia debido a la falta de es-
pacio y las condiciones en que se encontraba la construcción existente.
En el terreno sólo había una construcción del tipo que en Susques suelen conocerse como
Casa en el pueblo departamento, es decir una “casa compacta”, ubicada en una de las esquinas del mismo (B).
Esta construcción posee una ochava pese a lindar con otro lote. En el interior tiene una sub-
división que genera dos espacios independientes. Hacia el Este, lo que sería el patio interior,
se abre la única entrada y una pequeña ventana. El resto de los muros no tiene ningún tipo de
abertura. Si bien está casa estuvo techada originalmente, las chapas se desprendieron producto
Susques
del viento sin que la familia haya llegado a mudarse. Hacia uno de los lados continuaba la pirca
2008 de piedra de tal manera que encerraba un pequeño espacio que iba a ser usado como letrina
(C). El resto del terreno no tenía ninguna otra intervención, incluso tampoco se habían llegado a
levantar las tapias para delimitarlo, salvo en el lado Norte.

Aspectos constructivos

Esta construcción existente se había levantado con cimientos y sobrecimientos de piedra de unos
60 cm de altura con una capa de cemento alisado sobre la que se apoyan los muros realizados, en
su totalidad, con bloques de adobe. Como ya hemos mencionado, la cubierta original, realizada
con chapa sobre tirantes de madera industrializada, se desprendió completamente producto del
Participantes viento. La idea de la familia es volver a techarla con el mismo material.
Maestro Constructor: El muro correspondiente a la futura letrina sólo estaba realizado hasta los sobrecimientos,
Hipólito Guzmán y Ranulfo Vilte que no se habían completado y que en este caso tenían más de un metro de altura.

Laila Flecker Trabajos realizados


María José Capdevilla
Gisela García Pérez La familia propuso que se realizaran dos trabajos. Por un lado, construir un recinto nuevo que
Natalia Mazzanti iba a ser utilizado como cocina cubierta (D). Este nuevo recinto debía estar ubicado sobre el
Yago Vodanovic
lado Oeste de tal manera de cerrar parcialmente el patio (A) en ese sector. Otro objetivo era que,
Mariano Schilman
en lo posible, se volviera a techar la construcción existente con chapa.
El trabajo sobre la nueva cocina se realizó en dos campañas, en el 2008 y 2009. Primero se
Natacha Hugón
realizaron los cimientos y sobrecimientos de piedra manteniendo el nivel de los de la letrina,
Florencia Solari
que por otra parte se completaron. Por encima se levantaron las hiladas de adobe dejando una
Lucas Pérez
serie de hornacinas y las aberturas sobre el frente para la salida del humo, tal como se realiza
Luciano Rosales
habitualmente en las cocinas en Susques. Sobre el lado Norte se dejó una pequeña ventana
Gianina Montenegro
para iluminación. La cubierta se hizo a un agua con su caída hacia el patio para no afectar al lote
Fortunato Soriano
vecino. Luego se colocaron los tirantes y las alfajías de madera y por encima la chillagua. Sobre
Ambrosio Soriano
ésta se realizó luego el torteado de barro. Los trabajos en la construcción existente quedaron
Enzo Vázquez
para ser realizados por la familia ante la falta del material.
Héctor Cruz

REFERENCIAS
1. Axonometría de un sector del terreno.
Sobre la izquierda la nueva cocina (Dibujo J.
Capdevila)
2. Vista de la casa desde el Sur (Foto G. García
Pérez)
3. Vista del frente sobre la calle (Foto L. Flecker)
4. Los trabajos en los cimientos (Foto L. Flecker)
5. La nueva cocina con sus muros prácticamen-
te terminados (Foto G. García Pérez)

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Descripción general

Esta casa está ubicada en uno de los sectores de más reciente urbanización en Susques, en un
terreno longitudinal ubicado en una ladera. Si bien la parte delantera del lote es plana, el resto
tiene una fuerte pendiente rocosa que hace difícil su utilización. De hecho, las construcciones
están todas ubicadas sobre el frente que da a la calle, en el lado Sur del terreno.
Antes del trabajo realizado con el Proyecto, esta casa contaba con un solo recinto cubierto
Casa en el pueblo (B) orientado hacia el Este en el que vivían una pareja con sus dos hijas. A un lado de este recinto
se encontraba un fueguero exterior (C) que era utilizado cotidianamente. Sobre el frente del
terreno se encontraba una construcción que la familia había comenzado hacía unos años que
consistía en dos recintos (D) unidos y perpendiculares al existente, avanzados hasta la etapa de
los cimientos. Esta nueva obra incluía dos nuevos espacios que serían usados como dormito-
Susques
rios. La disposición elegida permitía que se cerraran las visuales desde la calle y conformar el
2008 patio (A) en ese sector.
Sobre la ladera, aprovechando las rocas, la familia tiene armado un pequeño chiquero para
las crías más pequeñas que traen desde el campo.

Aspectos constructivos

El único recinto techado fue construido hace no más de dos años por la propia familia. Los
cimientos y sobrecimientos se realizaron en piedra con mortero de barro. Los muros, como es
habitual, se hicieron enteramente de adobe. Tal como ocurre recientemente en Susques, el din-
tel de la puerta fue realizado con hormigón armado. La cubierta es de torta de barro a pesar que
tiene muro de carga. La estructura del techo es de madera industrializada tanto en los tirantes
como en las alfajías. Luego se colocó una capa de madera laminada y encima planchas metá-
licas con el objetivo de lograr una mejor impermeabilización. Finalmente sobre estas capas se
realizó el torteado.
Para el fueguero hicieron un muro de pirca seca que cierra ese espacio por dos de sus lados.
Los sobrecimientos que llegaron a construirse se hicieron de piedra con mortero de barro. En
este caso decidieron colocar una capa de cemento sobre la que luego deberían colocarse las
hiladas de adobe.
Participantes
Maestro Constructor:
Ranulfo Vilte Trabajos realizados

El trabajo planteado consistió en concluir la construcción que ya estaba con los cimientos ter-
Ramón Ferrer
minados y que sería destinada como dormitorios para la familia. Se trataba de una obra de
Mariana Lezama
grandes dimensiones, en relación con los trabajos antes realizados. Entre los dos nuevos recin-
Fernando Quiceno
tos la construcción tenía un largo de casi 11 metros con un ancho de 3,5 metros. Lo que se rea-
Florencia Ruiz
lizó fue la elevación de los muros en adobe hasta la altura del cajón. Cabe mencionar que para
Oriol Domínguez
cada una de las hiladas se requerían aproximadamente 60 bloques y para realizar el trabajo se
Inés Vilte
usaron tanto adobes de la familia como otros aportados por la Comisión Municipal de Susques.
Héctor Vedia
Como parte del trabajo se realizaron dos hornacinas en los muros y se colocaron las maderas
Arturo González
necesarias para los dinteles.
Luego de terminado el trabajo en el marco del proyecto, la misma familia terminó la parte
restante de los muros y realizó el techado a un agua con la caída hacia la calle. Utilizaron made-
REFERENCIAS
ras industrializadas para los tirantes y luego tejieron una capa de cañas sobre la que realizaron
1. Axonometría con la obra terminada. En
el detalle, la misma casa desde el Noreste el torteado de barro.
(Dibujo C. Catalán)
2. Panorama del terreno completo desde la
ladera (Foto F. Quiceno)
3. Vista desde la calle. En primer plano la nueva
construcción (Foto M. Lezama)
4. Detalle de la casa original (Foto M. Lezama)
5. Sector del patio en el encuentro de las dos
construcciones (Foto M. Lezama)

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Descripción general

Esta casa está construida en un terreno con acceso por dos calles y, de alguna manera, las carac-
terísticas de los recintos y sus usos pueden asociarse con uno u otro lado del lote. Por otra parte,
se trata de una casa con una superficie construida y cubierta considerable en relación con otras
casas en Rinconada. La familia que allí habita es numerosa abarcando tres generaciones que
usan diferentes espacios.
Casa en el pueblo Los recintos están dispuestos de tal manera que generan un patio abierto (A) desde el que
se accede a estos. El patio es usado cotidianamente por toda la familia y está armado con una
serie de poyos adosados a los muros. Las primeras construcciones estaban ubicadas en uno de
los laterales del terreno y son utilizadas hoy en día como dormitorios (E). Sobre el Norte del
lote levantaron hace poco más de diez años un departamento (F) que tiene cuatro ambientes
Rinconada
interiores usados como dormitorio, depósito, comedor y un pequeño quiosco. Contiguo al de-
2008 partamento se encuentra un depósito (G) y el garaje (H). Sobre el Sur está el ingreso al patio a
través de una tapia y un dormitorio (D) construido hace pocos años. En el lado Este, se encuentra
la cocina techada (C) con una extensión (B) delimitada por un muro bajo en la que se ubican el
fueguero exterior, el horno de barro y un espacio para la preparación de los alimentos

Aspectos constructivos

La totalidad de las construcciones de esta casa han sido realizadas con cimientos y sobreci-
mientos de piedra y la continuación de los muros con bloques de adobe. Las particularidades
entre los recintos, en relación con sus momentos de construcción y con los usos que tienen
surgen en cuanto a las cubiertas. De acuerdo a lo que nos han comentado, prefieren los techos
guayados para los espacios como los dormitorios, en los que es importante la aislación térmica
Participantes y acústica que se logra con esta técnica. Mientras que para otros espacios, como la cocina, se
Maestro Constructor: inclinan por la chapa que no requiere un mantenimiento continuo.
Justo Mamani Es así como los dormitorios (E) están techados con guaya con una cubierta a dos aguas ar-
mada con tijeras y costaneras de diferentes maderas atadas con tientos de cuero. El otro dormi-
Facundo Álvarez
torio (D) está techado a un agua con tirantes y alfajías y luego terminado con torteado de barro.
La cocina (C) y el departamento (F) están techados a un agua usando chapa.
Leonardo Criscillo
Virginia Guerrero
Aurelie Lambert Trabajos realizados
Agostina Tsuji
El trabajo planteado por la familia fue la reparación del techo de dos de los dormitorios (E).
Sabina Mamani
Esto implicó que se desarmara la totalidad de los mismos y aprovechando esta operación se
María Mamani
subieron en dos hiladas los muros para lograr una mayor altura interior que permitiera armar
Mabel Mamani
un cielorraso. También se abrió una nueva ventana en uno de estos dormitorios. Estos recintos
Pablo Torres
y el perpendicular (D) eran independientes y estaban separados unos 50 cm. En este espacio se
Josué Mamani
acumulaba tierra y agua que provocaba filtraciones. Se demolió una de las paredes laterales y
Virgilio Colque
se unieron las dos construcciones.
Elber Flores
Para la nueva cubierta se reutilizaron las maderas de las tijeras, se les corrigieron sus medi-
Pilar Llampa
das y se volvieron a armar atadas con tientos de cuero. Usando grupos de cañas se armaron las
alfajías que debían arriostrar las tijeras y sostener la capa siguiente. Para conformar la superfi-
cie sobre la que se debía realizar el guayado, se tejieron planchas continuas de paja, de unos 60
REFERENCIAS
a 80 cm, atadas con alambre y tientos. Estas planchas fueron colocadas sobre las alfajías y luego
1. Axonometría general de la casa desde el
Oeste (Dibujo A. Lambert) se procedió al guayado.
2. Vista del ingreso a la casa por el Sur (Foto J.
Tomasi)
3. El sector del patio donde se encuentra el
fueguero y la entrada a la cocina (Foto A.
Lambert)
4. Vista del patio desde la entrada (Foto J. Tomasi)
5. Proceso de reconstrucción de la estructura
del techo (Foto L. Criscillo)

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Descripción general

Esta casa está ubicada en un lote rectangular de disposición E-O. Actualmente vive allí una per-
sona de edad avanzada, no vidente y con ciertas dificultades para movilizarse. Fue ella misma
quién hace unos 30 años habría construido, sola, la totalidad de los recintos. En relación con
sus condiciones físicas actuales, esta persona ha dispuesto en la casa, tanto en sus espacios
interiores como exteriores, una serie de “marcas” en el suelo o en las paredes que le permiten
Casa en el pueblo orientarse y desplazarse entre cada uno de los recintos. Es así como maderas o latas en ciertos
lugares le permiten saber dónde está ubicado y hacia dónde debe ir.
De alguna manera, las distintas construcciones están dispuestas en dos “bandas” que se
orientan hacia el Norte. La ubicación de estas bandas genera una serie de espacios exterio-
res de diferentes características y que han estado asociados con distintos usos. Es así como es
Rinconada
posible identificar un patio delantero (A), un rastrojo (B), un corral (K) y un patio posterior (H),
2008 además de una serie de espacios menores entre las distintas construcciones. La casa tiene tres
recintos cubiertos: dos ubicados sobre el lado Sur, uno (C) que se usa como dormitorio y para
el guardado de los bienes más importantes, y otro (D), hoy parcialmente destechado, en el que
se guardan materiales y herramientas. Frente a estos recintos se encuentra la cocina cubierta
(F) con una extensión usada como fueguero exterior (E). En el fondo del terreno se ubicaron la
letrina (G) y un horno de barro (J).

Aspectos constructivos

La totalidad de los recintos de la casa han sido construidos con cimientos y sobrecimientos de
piedra sobre los que se elevaron luego los muros de adobe. El desgaste de los bloques ha per-
mitido observar que fueron realizados incorporando una considerable cantidad de pequeñas
piedras en la mezcla. Las cubiertas fueron todas terminadas con guaya aunque con diferencias
en el armado de la cubierta. Los dos recintos ubicados en el lado Sur (C y D) fueron techados a
dos aguas con tijeras hechas con madera de queñoa y luego tola en uno de los casos y cañas en
el otro. Sobre esta estructura se colocó paja y finalmente el guayado. La cocina (F), en cambio,
fue techada a un agua usando distintos tipos de maderas para los tirantes, incluso una caña de
bambú, y luego un tejido realizado con ramas de tola, finalmente el guayado. Durante el releva-
miento previo a la reparación de este techo se detectaron cuatro capas de guayado diferentes.
Participantes
La casa tiene un notable trabajo utilizando las típicas botellas de vidrio de alcohol que apa-
Maestro Constructor:
recen en distintos sectores. Es así como se usan para delimitar canteros, para la entrada de luz,
Sergio Cruz, Waldo Mamani y
armado de poyos o ventanas.
Mauricio Mayo

Leandro Daich Trabajos realizados


Federico Dalla Costa
A diferencia de lo ocurrido en otras casas, en esta no se realizó una única intervención puntual
Graciela Lizzano
sino que se llevaron a cabo diferentes trabajos de menor escala. El principal fue la reconstruc-
Amit Rajzman
ción de la totalidad del techo de la cocina que presentaba tirantes fracturados y filtraciones en
Paula Yacuzzi
el techo de guaya. Se reparó la parte superior de los muros, la estructura del techo se reemplazó
Plácido Condori
en su totalidad, reutilizando los materiales, y finalmente se realizó el guayado. Dada la ceguera
del propietario, todo este trabajo requirió el relevamiento detallado de la ubicación de cada
uno de los elementos, incluyendo cada una de las latas o enseres domésticos, para poder volver
REFERENCIAS a colocarlos en su lugar.
1. Axonometría general de la casa (Dibujo L. Se trabajó también sobre la letrina cuyo muro fue derribado debido a los problemas que
Daich) tenía y se volvió levantar. En el fondo del terreno se construyó íntegramente el muro medianero
2. Detalle del ingreso a través de la tapia (Foto
P. Yacuzzi)
(I), utilizando un cimiento de piedra y luego adobes, para evitar el ingreso de animales en el
3. Vista de una de las casas (Foto J. Tomasi) terreno. En el muro que delimita el frente del terreno se realizaron protecciones en paja y tola
4. Vista de la cocina cuyo techo fue reconstrui- para evitar que continuara el desgaste de los adobes producto de la lluvia.
do (Foto P. Yacuzzi)
5. Detalle del uso de las botellas en una ventana
(Foto P. Yacuzzi)

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Descripción general

Este domicilio se encuentra en una planicie con suaves ondulaciones en las cercanías de la cuenca
de la Laguna de Pozuelos, a unos 100 metros de un arroyo que desemboca en dicha laguna. Tiene
una cantidad notable de construcciones, especialmente corrales, que a diferencia de otros casos
en Rinconada están dispersos en un área considerable, alrededor de 130 metros de largo y 70 de
ancho. Actualmente usan el domicilio una mujer de edad avanzada con su hijo y ambos están ocu-
Domicilio pados permanentemente en el cuidado de la hacienda. La mayor parte de los recintos habrían sido
Casa en el pueblo construidos por el padre de esta persona y su hermano, siendo los más antiguos el Oratorio (E) y las
dos casas vecinas (F y G). Esto implicaría que en un comienzo el domicilio tenía una configuración
en L a la que luego se le sumaron nuevos recintos.
En total tiene seis casas techadas, tres de ellas destinadas principalmente a dormitorio (F,
Rinconada
G y L), dos como depósito (N y H) y uno como Oratorio (E) en una posición central dentro del
2008 conjunto. Cerca de estas casas se encuentra el fueguero (I), dos recintos circulares llamados potos
(J) y usados actualmente para el guardado de leña y como chiqueros. A esto se le suma una serie
de corrales (D), un total de cinco aunque no todos están en uso, un pequeño rastrojo (LL), un
horno de barro (K) y la letrina (M). La disposición de todas estas construcciones genera una serie
de diferentes espacios exteriores que son usados en lo cotidiano (A, B y C) y no un gran espacio
único similar al tipo patio.

Aspectos constructivos

Las diferentes construcciones de este domicilio presentan distintas técnicas. Se observa una
gran presencia de la pirca seca, como es usual, en los corrales (D) pero también en otros recintos.
Es así como uno de los depósitos circulares (N) y los potos (J), también circulares, emplean esta
técnica. En estos últimos casos el techado es también circular con la terminación en torta de
barro, piedras y tola.
Las casas más antiguas, el Oratorio (E) y los dos dormitorios (F y G), fueron construidas con
cimientos y sobrecimientos de piedra con mortero de barro y sobre estos los muros de ado-
be. Los muros tienen la particularidad de haber sido elevados con muro doble, es decir con el
ancho del bloque, en la sección del cajón, mientras que en los mojinetes se usó soga, o sea con
el largo del adobe. La diferencia de ancho deja una pequeña grada en el interior que se utiliza
Participantes
como repisa. En estos casos las cubiertas son a dos aguas con tijeras y costaneras realizadas con
Maestro Constructor:
madera de queñoa y tientos de cuero. Sobre esta estructura tienen un tejido de tola y finalmente
Lucio Santos
el guayado. Estos dormitorios tienen una serie de poyos, en el interior, y el solado realizado con
piedras tipo laja.
Leonardo Alfonzo
Federico Arellano
Lucía Gómez Fernández Trabajos realizados
Maite Niborski
Algunas de las casas del domicilio presentaban problemas en la estructura de los techos, como
Sebastián Salom
consecuencia de esto también en los muros, y filtraciones por falta de mantenimiento en el
Daniel Gutiérrez
guayado. El trabajo realizado consistió en la reparación completa de una de estas casas que era
Martina Gutiérrez
usada como dormitorio (F). Básicamente se demolió la totalidad de la casa hasta los cimientos
y, reutilizando la mayor parte de los materiales, se volvió a levantar íntegramente. Esto implicó
REFERENCIAS
un detallado relevamiento para lograr que la nueva casa respetara las características de la an-
1. Axonometría general del domicilio (Dibujo L.
terior.
Gómez Fernández)
2. Despiece de la casa reconstruida: a. Sobre- Como parte de las tareas se levantaron las tres hiladas del cajón por encima de los sobre-
cimiento de piedra; b. Poyo; c. Cajón con el cimientos y luego los mojinetes. Las tijeras se volvieron a armar reutilizando la madera y con
muro doble de adobe; d. Mojinete en muro
soga; e. Dintel en madera y piedra; f. Estruc-
nuevos tientos. Finalmente se dispuso la tola y se realizó el guayado de la cubierta. Ante la falta
tura del techo (Dibujo L. Alfonzo) del material este trabajo se completó parcialmente y debía ser terminado por las organizacio-
3. Vista del Oratorio y al fondo la casa en repa- nes locales. En paralelo se retiró la puerta con su marco y se rearmó con las mismas tablas y con
raciones (Foto N. Hugón)
4. Proceso de colocación de la tola en el techo tientos de cuero.
(Foto N. Hugón)

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Descripción general

Este domicilio está localizado a pocos kilómetros del anterior y en las cercanías del mismo arro-
yo. Tiene también una gran cantidad de construcciones que se levantaron en un período de
aproximadamente 65 años, aunque es probable que antes existieran otras. A diferencia del caso
anterior, la totalidad de los recintos en este domicilio fueron construidos en un espacio compac-
to. Los recintos se dispusieron de tal manera que generan un patio totalmente cerrado a través
Domicilio del cual se accede a estos. Tiene la particularidad de tener dos Oratorios: uno más antiguo (C),
Casa en el pueblo que ya no se usa con ese fin, y otro más reciente (B). Actualmente se crían llamas aunque la
familia no reside en forma permanente allí en ningún momento del año, sino que se trasladan
dos o tres veces por semana desde Rinconada.
De acuerdo a lo comentado por la familia, las primeras construcciones habrían sido realiza-
Rinconada
das en la década del cincuenta. Serían en primer lugar el Oratorio (C) y a los pocos años una casa
2008 contigua (D) que se habría usado como dormitorio, hoy destechada. A mediados de la década
del sesenta, se habría construido una cocina techada (E), que tampoco está en uso actualmente,
junto con un horno de barro (F) y un fueguero exterior circular (G). Luego se sumó una nueva
casa (H), con una serie de poyos, que se usaba como dormitorio. Con estos recintos el domicilio
habría tenido una configuración en L con un patio que se abría hacia el Noreste. Luego, en la
década del ochenta, se fueron sumando nuevos recintos que cerraron el patio por el lado Norte.
Se incorporaron tres nuevos recintos, unos usados como dormitorio y depósito (I) y otro como
ramada (J). Finalmente hace pocos años se construyó el nuevo Oratorio y la pirca que cierra el
resto del patio.

Aspectos constructivos

La totalidad de los recintos fueron construidos con cimientos y sobrecimientos de piedra de una
altura de 30 cm, con la excepción de la antigua cocina cubierta donde son de 1,3 m. Los muros
en todos los casos se hicieron con bloques de adobe y en las casas más antiguas incorporan
Participantes
poyos, hornacinas y diferentes repisas. En el primer Oratorio las hornacinas incorporan unos
Maestro Constructor:
arcos realizados con adobes más pequeños.
En las cubiertas se observan diferencias más sustanciales en relación con el momento de
Gerardo Alanoca
construcción. Las más antiguas fueron techadas a dos aguas usando tijeras de diferentes made-
ras, costaneras y cumbreras en algunos casos en madera y en otros incluso con perfiles metá-
Octavio Barna Ferrés
licos. Incluyendo los dos Oratorios, las terminaciones fueron realizadas con guaya. Los recintos
Carolina Curci
más recientes, en cambio, fueron techados a un agua con cubierta de chapa sobre tirantes de
Silvina Franceschini
madera industrializada.
Evelyn Nani
Tomás Palacios
Florencia Gutiérrez Trabajos realizados
Felipa Gutiérrez
En este caso se realizó un trabajo muy puntual que consistió en el guayado que periódicamente
Iván Martínez
debe realizarse sobre el techo del nuevo Oratorio. Es decir que se debió materializar una nueva
Jair Zumbaino
capa sobre la existente para evitar el ingreso de agua. El pedido de este trabajo es interesante
Judith Carrillo
porque como ya mencionamos la familia no vive en forma permanente allí, de todas maneras
el Oratorio sigue teniendo una gran carga simbólica para al menos una parte de la familia. Esto
implica que debe ser mantenido periódicamente.
REFERENCIAS El trabajo implicó la preparación de los manojos de paja, la excavación del pozo para la
1. Planta del conjunto (Dibujo S. Franceschini) preparación del barro y la colocación de las guayas propiamente. Una vez terminado este traba-
2. Panorama del paraje (Foto E. Nani) jo en el techo, se comenzó con el revoque del frente del Oratorio. Es habitual que en este tipo
3. Vista de las casas desde el Este (Foto T.
Palacios)
de construcciones esté prolijamente revocado el frente del edificio.
4. Vista de los dos Oratorios. En primer plano el
más antiguo, hacia atrás el reciente (Foto S.
Franceschini)
5. Sector del horno, cocina techada y fueguero
(Foto J. Tomasi)

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Descripción general

Esta casa está ubicada en un lote irregular y en esquina. La totalidad de los recintos está distri-
buida en tira sobre el lado Oeste conformando un frente continuo sobre la más importante de
las dos calles. A partir de esta disposición se libera el resto del terreno para el funcionamiento
del patio (A) con orientación Este. A este patio se ingresa por la calle lateral (B) y desde allí se
puede acceder a la mayor parte de los recintos. Las fotos de Susques de mediados de la década
Casa en el pueblo del treinta muestran una serie de casas ubicadas con la misma disposición de las actuales. Sin
embargo muchas de éstas fueron reconstruidas aunque manteniendo la ubicación original.
En total esta casa cuenta con tres recintos techados, al que se sumó un cuarto. El que está
ubicado en la esquina (C), construido a finales de la década pasada, es utilizado habitualmente
como comedor, cocina cubierta y estar, aunque previamente fue usado como taller. Contiguo a
Susques
éste se ubican otros dos recintos adosados que se utilizan como dormitorios (D y E) con acceso
2009 desde el patio. A estos se suman otras dos construcciones destechadas (G y F). El patio es usado
en lo cotidiano por la familia para múltiples actividades, además de funcionar como depósito
de numerosos materiales. Alternativamente uno de los rincones del patio se utiliza como cocina
exterior (H).

Aspectos constructivos

Los cimientos de todos estos recintos han sido realizados en piedra con mortero de barro. Los
sobrecimientos tienen una altura de 30 cm en las construcciones que parecen ser más antiguas
(D, E y F). Es posible que en algún caso hayan sido reutilizados los cimientos de construccio-
nes previas. El recinto de la esquina (C) tiene sobrecimientos de unos 60 cm de altura con un
cambio en el espesor del muro, de 40 a 30 cm. En todos los casos, sobre los sobrecimientos se
ha dispuesto una capa de cemento probablemente con el objetivo de generar una superficie
uniforme para luego colocar los adobes. En este material fueron realizados la totalidad de los
muros. La construcción de la esquina (C) tiene una viga perimetral en hormigón armado, que a
su vez funciona como dintel.
Las características de las cubiertas son variables en relación con los momentos de construc-
ción aunque también con los usos. En la esquina (C) se realizó el techado con chapa sobre vigas
Participantes
reticuladas de hierro. En los otros dos recintos (D y E) las cubiertas fueron realizadas con tirantes
Maestro Constructor:
de madera y luego un tejido de cañas con alambre. La terminación se realizó en ambos casos
Hugo Vázquez e Hipólito Guzmán
con torta de barro.

Beatriz Aramayo
Sebastián Cabral Trabajos realizados
Diego Aguilar
El trabajo propuesto por la familia consistió en el techado de uno de los recintos que permane-
Sebastián Salom
cían sin cubierta, específicamente el ubicado sobre la calle (F). Según comentaron, su idea, una
Carla Sartori
vez terminado, era utilizarlo como dormitorio.
Máxima Vázquez
Como parte del trabajo se debieron colocar los tirantes de madera y afirmarlos en el muro
Ceferino Soriano
con adobes a los lados. Luego se realizaron los aleros en piedra laja para evitar que el agua de
Efraín Soriano
lluvia desgaste los muros del recinto. Sobre los tirantes se tejió una capa continua de cañas con
alambre con el objetivo de crear una superficie continua para sostener la torta de barro, además
de dar la terminación final en el interior. Luego de las cañas se colocaron cartones para evitar
que el alambre pueda dañar el plástico que se colocó encima. Es habitual que, actualmente, en
REFERENCIAS los techos que van a ser torteados se coloque un plástico continuo con el objetivo de mejorar la
1. Axonometría general de la casa (Dibujo J. aislación hidrófuga. De todas maneras no hay un acuerdo total, algunos sostienen que el plás-
Tomasi)
2. Vista de la esquina (Foto J. Tomasi)
tico evita la evaporación y genera hongos en las cañas. Finalmente, en este caso, se colocó la
3. Lateral con la tapia que limita el patio torta de barro sobre el plástico.
(Foto J. Tomasi)
4. Sector del patio (Foto J. Barada)
5. Vista de la casa durante el techado
(Foto L. Daich)

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Descripción general

Este domicilio fue construido sobre una ladera en el encuentro de dos quebradas a pocos kiló-
metros de la Ruta Nacional 52. En parte debido a esta ubicación los recintos que lo componen
se distribuyen en forma longitudinal y orientados hacia el Norte en un aterrazamiento reali-
zado por la familia. La totalidad de estos recintos son de construcción relativamente reciente,
unos 12 años, sin embargo este grupo familiar registra una presencia continua en este sitio que
Domicilio abarca varias generaciones. Las casas del domicilio antiguo están algunos metros más abajo en
Casa en el pueblo el cauce de un arroyo temporario y fueron abandonadas hace algunos años. Las crecidas del
arroyo ponían en riesgo tanto a las construcciones como a la familia y decidieron construir sus
nuevas casas en un sector cercano aunque más elevado. Actualmente vive una mujer sola y de
edad avanzada dedicada a la cría de un pequeño rebaño de llamas y, eventualmente, algunos
Susques
familiares que se acercan.
2009 En total el domicilio se compone de tres recintos cubiertos. Uno destinado a cocina cubierta
(C) con un fueguero exterior adosado (B) y un lugar para el guardado de la leña (A). Contiguos a la
cocina se ubican otros dos recintos cubiertos, uno utilizado como dormitorio permanente (D) y
el otro para las (E). Algunos metros hacia el Oeste se ubican un horno de barro (G) y un gallinero
(H). Hacía el Norte, en el cauce del arroyo, se ubica el corral que se utiliza habitualmente. Como la
quebrada tiene una vertiente con agua abundante que fue canalizada, en las cercanías de la casa
se encuentran algunos rastrojos con diversos cultivos.

Aspectos constructivos

En todos los casos se utilizó piedra dura con mortero de barro para la realización de los cimientos
y sobrecimientos, de unos 60 cm. Por encima de estos los muros se realizaron con bloques de
adobe, que en algunos recintos muestran incrustaciones de guano tomado de los corrales. Esto
significa que se lo utilizó en la preparación del pastón con el que se cortaron los adobes. La
cocina cubierta tiene tres pequeñas ventanas triangulares realizadas con los bloques de adobe.
Tanto el corral como el fueguero exterior fueron realizados, como es habitual, con pirca seca.
Participantes
Las cubiertas de los dos recintos usados como dormitorio (D y E) fueron realizadas a un agua
con chapas sobre tirantes de maderas diversas. La cocina cubierta, en cambio, se techó con un
Maestro Constructor:
torteado de barro sobre una serie de tablas de madera. En los bordes se realizaron los aleros con
Gabino Vedia
tablas de madera para proteger, al menos un poco, los muros.

María Feudal
Virginia Guerrero Trabajos realizados
Ariel Martínez
En este caso, la idea de la familia era construir un nuevo recinto (F) que sería utilizado para el
Mariano Szczygiel
guardado de la carne. De hecho, la construcción ya estaba avanzada cuando se sumó el trabajo
Leandro Gómez
desde el Proyecto. Con el trabajo de un constructor contratado en Susques, ya estaban reali-
Domitila Guzmán
zados los cimientos en piedra dura, recolectada en una cantera cercana, hasta una altura de un
Casimira Vilte
metro.
Narciso Guzmán
Sobre estos cimientos se trabajó en la elevación de los muros de adobe, con bloques traí-
Nemesio Vedia
dos desde Susques, que quedaron completos hasta la altura del cajón. La cubierta iba a ser
terminada por la familia. En principio su intención era que fuera a un agua con la misma caída
de los recintos contiguos, es decir hacia “atrás”, aunque en este caso su idea era techarlo con
REFERENCIAS
torta de barro para lograr un mejor aislamiento térmico y por ende una mayor conservación de
1. Axonometría de un sector del domicilio
(Dibujo J. Tomasi) la carne.
2. Panorama del paraje donde está ubicado el
domicilio (Foto J. Tomasi)
3. Vista de las casas (Foto J. Tomasi)
4. Vista del fueguero y la cocina cubierta
(Foto J. Tomasi)
5. Panorama hacia los alrededores
(Foto J. Barada)

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Descripción general

Este puesto se encuentra en una quebrada amplia a pocos metros del cauce de un arroyo tem-
porario que suele tener crecidas en los meses de verano. La totalidad de las construcciones que
componen este puesto está ubicada en torno a una peña de grandes dimensiones. De hecho,
podría sostenerse que la existencia de esta peña es uno de los motivos para la ubicación del
puesto en este paraje. Sobre el lado Oeste, adosado a la pared de la peña, se ubica el corral utili-
Puesto zado para las cabras (A). En ese sector la pared rocosa tiene un alero que protege a los animales.
Los pastores suelen comentar que las cabras son especialmente sensibles con la lluvia. Es así
como, dada la protección del alero, este puesto se utiliza especialmente de diciembre a marzo,
que son los meses en que se registran las lluvias en Susques. Hacia el lado Este de la Peña, se
ubican otros dos corrales (B y C) usados mayormente para las ovejas. A uno de los lados existe
Susques
un pequeño chiquero (D) semicubierto.
2009 En el puesto suelen estar la pastora junto con su hijo, y eventualmente el esposo de ella. Las
casas para las personas, orientadas hacia el Este, están a unos 15 metros de los corrales y muy
cerca del cauce del arroyo. Se componen de un recinto techado (F) usado como espacio para
dormir y depósito, otro contiguo como fueguero exterior (E) y finalmente, al otro lado, un recinto
descubierto (G) usado como depósito de materiales varios. Enfrente a estos, se encuentra un
lugar para el guardado de la leña y una pequeña casita para los perros (H). Todos estas construc-
ciones fueron realizadas por la familia hace algunos años, no así los corrales que ya eran usados
por sus abuelos.

Aspectos constructivos

Tanto los recintos para las personas como los destinados a los animales han sido construidos
con pirca seca aprovechando el material que dejan las crecidas del arroyo. En el caso de los co-
Participantes rrales se realizaron usando las características de la peña como parte de la construcción, algo que
Maestro Constructor: es habitual en los puestos. Por encima de las piedras, en estos corrales han colocado champas de
Verónico Puca
guano, es decir bloques cortados directamente del suelo del corral con el residuo de los anima-
les compactado por las pisadas. Luego dispusieron ramas de tola y piedras para evitar que las
champas se desarmen con la lluvia. Con estas distintas capas se logra subir la altura de los muros
Guillermo Adamo
del corral y evitar que los animales los salten.
Rubén Peña
La cubierta del único recinto techado fue realizada con tirantes de cardón sobre los que se
Sofía Perrone
colocaron una serie continua de tablas del mismo material. Por encima, en lugar del torteado,
Gisela Spengler
colocaron una lona plástica como única protección. La totalidad de las puertas tanto de los co-
Gabriela Karasik
rrales como de los demás recintos se realizaron también en cardón.
Aimé Gallino
Iván Moundiroff
Verónica Souto Trabajos realizados
Leoncia Ávalos
Si bien los recintos desde lo constructivo se encontraban en buen estado, la ubicación de éstos a
Benjamín Puca
pocos metros del arroyo los ponía en riesgo. Año tras año las crecidas de este arroyo acercaban su
Horacio Puca
cauce a las construcciones. Ante esta situación la familia decidió construir un nuevo puesto (I) a pocos
Enzo Vázquez
metros pero en un sector más elevado de la ladera y a mayor distancia del cauce.
Se decidió que esta nueva construcción tendría en principio un solo recinto, abierto hacia
el Este, también en piedra pero en este caso con mortero de barro. La pirca seca tiene como
REFERENCIAS problema el ingreso de aire frío y agua entre las piedras. Esta nueva construcción se planteó de 5
1. Axonometría general del puesto (Dibujo J. metros de largo y 3,5 metros de ancho aproximadamente. Los trabajos, que se llevaron acabo en
Tomasi) dos intervenciones diferentes en los años 2006 y 2009, presentaban ciertas dificultades por la
2. Vista de la peña con los corrales en torno
(Foto S. Perrone)
ubicación del puesto que obligaba a transportar en carro toda el agua que se utilizó. Los techos
3. Vista de los recintos construidos en pirca seca no llegaron a realizarse pero estaban previstos con una estructura de madera de cardón y luego
(Foto S. Perrone) el torteado. En una segunda etapa la familia tiene la intención de construir un fueguero contiguo
4. Parte posterior de los recintos (Foto J.
Tomasi) por el lado Norte.
5. Sector del puesto (Foto J. Tomasi)

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Descripción general

El terreno en el que está ubicada esta casa se encuentra en una de las áreas que fue más re-
cientemente urbanizada en Susques. De hecho, las imágenes del poblado de hace 20 años
muestran este sector sin ningún tipo de construcción. No casualmente todos los recintos que
componen esta casa empezaron a construirse hace no más de 15 años. Actualmente viven allí
en forma permanente una mujer con sus hijos de diferentes edades. Este sector donde se en-
Casa en el pueblo cuentra el terreno tiene una serie de desniveles importantes. Es así como la casa se encuentra
más de un metro por debajo del nivel de la calle, la misma diferencia que tiene con el lote
vecino hacia el Oeste. Con el terreno ubicado hacia el Norte, el desnivel es de casi dos metros
por encima de él.
En total la casa tiene tres recintos techados ubicados sobre los lados del terreno de tal ma-
Susques
nera que generan un primer espacio exterior (B) que comunica con la calle y hacia el fondo un
2009 patio más amplio (C). Estos recintos son usados, unos como dormitorios (F y G) y otro como co-
cina, comedor y también dormitorio (D). A uno de los lados se ubica el fueguero exterior (E) y un
lugar para el guardado de la leña. Contiguo al fueguero, solía estar un pequeño rastrojo (I) y más
al fondo la letrina (H). En el ingreso, la disposición de los recintos genera un pequeño espacio
exterior (A) que, junto con un muro de cierre, generan un acodamiento que limita las miradas
desde la calle.

Aspectos constructivos

Participantes Todos los recintos cubiertos de la casa fueron construidos con sus cimientos y sobrecimientos
Maestro Constructor: de piedra hasta los 60 cm. En el ubicado sobre el lado Oeste (D) se realizaron con mortero de
Verónico Puca, Arturo González y barro, mientras que en los restantes se uso mortero de cemento. De acuerdo a lo comentado
Leoncio Soriano por la familia, lo prefieren en ciertos casos porque las juntas no se lavan con la lluvia. Los muros
en todos los casos fueron levantados con bloques de adobe. El fueguero exterior tenía un muro
Sofía Grebenar perimetral en pirca seca. Sobre el lado Oeste, dado el desnivel con la casa vecina, hace algunos
Lucía Gómez Fernández
años realizaron un muro de contención en piedra con mortero de barro.
Florencia Araoz
Las cubiertas de los recintos fueron realizadas en chapa sobre tirantes de madera industria-
lizada y sin ningún tipo de cielorraso o aislación interna.
Guido Ast
Iber Ismael Piovani
Nátali Cantero Trabajos realizados
Florentina Calpanchay
La propuesta de esta familia fue la construcción de un nuevo recinto que sería utilizado como
Alberto Soriano
dormitorio para los niños. El lugar elegido era el que hasta ese momento estaba ocupado por
Ángel Calpanchay
el fueguero exterior (E). Con esa ubicación se aprovechaban dos muros ya construidos, el del
José Soriano
recinto contiguo y de la medianera que funcionaba como contención del desnivel (J). El trabajo
Paulina del Valle Soriano
tuvo una cierta complejidad puesto que las dos familias vecinas deseaban que, aprovechando
María de la Cruz Soriano
la obra, el muro medianero se reconstruyera con mortero de cemento para darle mayor solidez.
Abelino Soriano
Esa tarea se realizó en su totalidad con los apuntalamientos necesarios para evitar desprendi-
Mario Raúl Soriano
mientos de tierra.
Eusebio Lusco
En paralelo con este trabajo se ejecutaron los cimientos con mortero de barro de los dos
muros restantes con unos sobrecimientos de 50 cm. Sobre estos se realizaron las primeras hi-
ladas de adobe. La finalización del muro y el armado de la cubierta, prevista en principio en
REFERENCIAS
chapa, quedaron pendientes para ser realizados por la misma familia.
1. Axonometría general de la casa (Dibujo S.
Grebenar)
2. Vista del ingreso con la entrada acodada
(Foto G. Ast)
3. Vista desde el patio posterior hacia la calle
(Foto G. Ast)
4. Vista del patio posterior (Foto G. Ast)
5. Los trabajos en el cimiento y la contención
en la reconstrucción del muro medianero
(Foto G. Ast)

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Descripción general

Esta casa fue construida hace no más de 15 años en un terreno longitudinal ubicado en el sector
Norte de Susques. En ella habitan hoy en día una mujer sola con sus hijos pequeños compar-
tiendo un único recinto techado (B). Este espacio se utiliza como dormitorio, comedor y cocina
cubierta con una serie de subdivisiones realizadas con muebles. El recinto está ubicado sobre
el frente del terreno con orientación Norte y tiene la particularidad de que su ingreso se da por
Casa en el pueblo la calle y no por el patio. Si bien definitivamente no es el único caso en el pueblo, en la mayoría
para entrar a la casa se debe pasar primero al patio y recién después es posible ingresar a los
distintos recintos. Sobre la pared Este, se dejó una abertura prevista, hasta el momento tapiada
con adobes, para una futura ampliación (C). La ubicación que se eligió para este recinto pare-
ciera tener relación con la delimitación del espacio del patio (A) y el cierre, hasta el momento
Susques
parcial, de las visuales sobre ese patio. El resto del perímetro está cerrado con tapias, del lado
2009 Este sólo hasta la altura de los sobrecimientos y del Oeste con los muros completos.
Es allí, en el patio, donde se desarrollan muchas actividades cotidianas, como cocinar con
braseros, lavado de ropa y el juego de los niños. Sobre el fondo se encuentran la letrina (E) y el
horno de barro (D). Además de diferentes materiales de construcción y la única canilla de agua
de la casa.

Aspectos constructivos

Este único recinto fue construido por el padre de la persona que vive allí actualmente. Los ci-
mientos y sobrecimientos fueron realizados en piedra blanda canteada con un ancho de 40 cm.
Si bien esta técnica para muchos constructores es más lenta y prefieren la piedra dura, permite
colocar piedras de mayores dimensiones preparadas especialmente. Los sobrecimientos tienen
la particularidad de haber sido realizados en dos capas. Una primera con piedras medianas y
sobre éstas se dispuso una capa de mortero de cemento. Esta capa, tal cual nos han comentado
genera una superficie pareja para que luego se coloquen las piedras más grandes que completan
el sobrecimiento. El resto del muro fue realizado con adobes.
La cubierta de este recinto fue realizada con chapa, dispuesta sobre tirantes de madera in-
dustrializada. Para evitar que las chapas se desprendieran se realizaron muros de carga con
adobes y piedras.
Participantes
Maestro Constructor:
Román Vázquez y Ranulfo Vilte Trabajos realizados

El trabajo consistió en la construcción de un nuevo recinto contiguo al existente aprovechando


María Elena Tejerina
las salientes que fueron dejadas tanto en los cimientos como en los muros para esta ampliación.
Ramón Ferrer
Este nuevo recinto se comunicaría con el anterior por la abertura que fue prevista y tendría su
Evelyn Nani
ingreso, en este caso sí, desde el patio. La construcción podría haberse realizado sobre el lado
Cristian Catalán
Oeste, obteniendo así la orientación preferencial en Susques, Este, y la posibilidad de un recinto
Isabel Figueras
de mayores dimensiones. Sin embargo con esta ubicación se cierra completamente el patio
Ramona Vázquez
hacia la calle con el ingreso directo a este a través de un pasillo (F) en uno de los lados.
Víctor Hugo Vázquez
La familia pidió expresamente que esta nueva casa se hiciera exactamente igual que la an-
terior. Se reprodujeron entonces los cimientos y sobrecimientos con piedra canteada con la
capa intermedia de cemento y con una altura final de alrededor de 60 cm. Luego se comenzó
con la elevación de los muros de adobe llegándose a levantar unas siete hiladas. El resto del
REFERENCIAS trabajo sería completado por la familia que tenía previsto que la cubierta, al igual que la otra,
1. Axonometría de la casa, en punteado el sitio fuera de chapa.
de la nueva construcción (Dibujo C. Catalán)
2. Vista del frente de la casa (Foto I. Figueras)
3. Vista desde el patio hacia la calle (Foto I.
Figueras)
4. Sector posterior del patio (Foto C. Catalán)
5. Los trabajos en los cimientos de la casas
(Foto C. Catalán)

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Descripción general

Esta casa está ubicada en un terreno longitudinal con una pendiente que baja hacia el fondo, es
decir hacia el Norte. De hecho existe un desnivel de más de un metro entre la calle y el frente
del lote. En este momento habitan esta casa una familia numerosa compuesta por la madre y
sus hijos de diferentes edades. En total tienen dos recintos techados, uno (C) utilizado por uno
de los hijos mayores y el otro (D) que se usa como dormitorio, cocina cubierta y comedor. Estos
Casa en el pueblo recintos se abren hacia el Norte y el Este respectivamente y tienden a cerrar un patio (B) en el
que además se encuentra un fueguero exterior (E), la letrina (F) y una serie de espacios para el
guardado de materiales.
El ingreso a la casa se da directamente al patio y desde allí a cada uno de los espacios inte-
riores. Fue materializado aprovechando la ubicación de una de las casas (C) y con dos muros su-
Susques
cesivos, uno sobre el frente y el segundo más atrás y desplazado, que limitan las visuales sobre
2009 el patio para las personas que se acercan a la casa. El perímetro del terreno está cerrado en to-
dos sus lados por las construcciones propias y vecinas y por una serie de muros medianeros. La
excepción era el lado Este que se encontraba completamente abierto hacia el terreno vecino.

Aspectos constructivos

Ambos recintos al igual que los muros medianeros fueron construidos con cimientos y sobreci-
mientos de piedra de unos 40 cm de alto. Los muros, como es habitual, fueron levantados con
bloques de adobe. La cubierta del recinto ubicado hacia adentro (D) fue realizada con torta de
barro con tirantería y alfajías de diferentes maderas. En todo el perímetro tiene aleros generosos
realizados con piedra laja y paja para evitar el desgaste de los muros. El otro recinto (C), sobre la
línea de la calle, tiene una cubierta de chapa a un agua con caída hacia el patio.
El fueguero exterior (E) está delimitado con un muro construido con piedras y adobes dis-
puestos sin mortero a modo de una pirca seca. Sobre este se colocó una serie de chapas y made-
ras para generar un semicubierto.
Participantes
Maestro Constructor: Trabajos realizados
Alfredo Vázquez, Abel Vázquez e
Hipólito Guzmán
El trabajo propuesto por la familia fue la construcción de una casa completamente nueva que
sería utilizada como dormitorio con una mayor superficie. La casa se planteó sobre el lado del
terreno (G) que no contaba con medianera, de esta manera no sólo se sumaba superficie cu-
Constanza Tommei
bierta sino que se terminaba de delimitar el lote. De hecho sobre el fondo se completaron unos
Martín Facundo Miranda
dos metros más de muro medianero con un pequeño quiebre para compensar con la familia
Victoria Chiarla
vecina ciertas diferencias en la superficie de los lotes.
Javier López
Este nuevo recinto es uno de los más grandes que se realizaron en el proyecto con casi 7
Georgina Altamirano
metros de largo y 3,5 de ancho. Durante el trabajo del Proyecto se llegó prácticamente a com-
Nila Vázquez
pletar el cimiento y sobrecimiento. Esto tenía una cierta complejidad dada la pendiente del
Alfredo Vázquez
terreno. Si bien los sobrecimientos tenían en el lado Sur una altura de unos 50 cm hacia el fondo
Abel Vázquez
terminaban en casi 1 metro de altura. Esto insumió una considerable cantidad de materiales
Adán Vázquez
pero también de tiempo. Tanto la realización de los muros de adobe como de la cubierta quedó
pendiente para ser terminado por la familia.

REFERENCIAS
1. Axonometría general de la casa (Dibujo V.
Chiarla)
2. Panorama del terreno desde la calle (Foto C.
Tommei)
3. Detalle de una de las construcciones techa-
das (Foto C. Tommei)
4. Sector posterior del patio (Foto C. Tommei)
5. El proceso de excavación de los cimientos
(Foto C. Tommei)

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Agradecimientos

En la introducción planteamos que este libro y el pro- Román Vázquez, Romualdo Puca, Fortunato Soriano, Ambro-
yecto “Puna y Arquitectura” fueron el resultado de un trabajo sio Soriano, Inés Vilte, Héctor Vedia, Justo Mamani, Sabina
colectivo que involucró la participación de numerosas per- Mamani, María Mamani, Mabel Mamani, Pablo Torres, Josué
sonas. Sin duda, sin todos ellos hubiera sido absolutamente Mamani, Virgilio Colque, Elber Flores, Mauricio Mayo, Pláci-
imposible llegar a esta publicación. En estas últimas páginas do Condori, Lucio Santos, Daniel Gutiérrez, Martina Gutié-
queremos reconocer a quienes trabajaron desde adentro y a rrez, Gerardo Alanoca, Florencia Gutiérrez, Felipa Gutiérrez,
quienes brindaron su colaboración en distintos momentos. Iván Martínez, Jair Zumbaino, Judith Carrillo, Hugo Vázquez,
En primer lugar debemos agradecer a todos aquellos que Máxima Vázquez, Ceferino Soriano, Efraín Soriano, Gabino
en Susques y en Rinconada se sumaron de diferentes mane- Vedia, Domitila Guzmán, Casimira Vilte, Narciso Guzmán,
ras a trabajar con nosotros. Debemos reconocer el constante Nemesio Vedia, Horacio Puca, Leoncio Soriano, Ramona
trabajo y apoyo de Verónico Puca, Arturo González, Hipólito Vázquez, Víctor Hugo Vázquez, Alfredo Vázquez, Abel Váz-
Guzmán, Eudes Quispe, Juan Condori, Gregorio Gutiérrez, quez, Nila Vázquez, Adán Vázquez, Calpanchay, Florentina,
Leoncia Ávalos, Benjamín Puca, Héctor Cruz, Rosana Váz- Alberto Soriano, Ángel Calpanchay, José Soriano, Paulina del
quez, Enzo Vázquez, Apolonia González, Héctor Vázquez, Valle Soriano, María de la Cruz Soriano, Abelino Soriano, Ma-
María Mercedes Calpanchay, Blanca Vázquez, Aníbal Sarapu- rio Raúl Soriano, Eusebio Lusco, Clodomiro Puca, Nilda Puca,
ra, Regino Puca, Santos Puca, René Calpanchay, Elvio Ávalos, Eddie Puca, Romina Puca, Marcos Vázquez, Apolonia Vilte,
Héctor Vázquez, Manuela Puca, Filomena Calpanchay, Nila Mario Ottonello, Mariana Díaz, Rafael Cruz, Norma Sonia
Calpanchay, Cleofé Calpanchay, Soledad Jorge, Robustiano Aguilar, Wara Camila Calpanchay, Mabel Contreras, Gustavo
Vázquez, Ranulfo Vilte, Cástula Soriano, Gil Josué Cruz, Omo- Contreras, Gladys Contreras, María Vilte, Hugo Tolaba, José
bona Cruz, Eduardo Reyes, Julia Cayo, Walter Farfani, Andrea Ramos y Rodolfo Apaza.
Farfani, Dionisio Apaza, Florencio Martínez, Gregorio Pas- A lo largo de estos años han sido muchos quienes desde
tor, Waldo Mamani, Humberto Trejo, Santos Llampa, Rufina el espacio académico participaron del proyecto. Muchos de
Llampa, Miguel Morales, Brígido Morales, Milton Flores, Wal- ellos durante las campañas en la Puna, y algunos otros asu-
do García, Rodolfo Garay, Martín Dorado, Lita Condori, Erica miendo un compromiso que implicaba un gran trabajo du-
Llampa, Pilar Llampa, María Inés Mamani, Margarita Mar- rante todo el año. De diferentes maneras, con una presencia
tínez, Sergio Cruz, Víctor Pastor, Domitila Guanuco, Martín mayor o menor, todos ellos permitieron que lo que se ima-
Llanes, Waldo Vázquez, Eusebia Soriano, Evangelina Soriano, ginaba como un trabajo conjunto basado en el respeto por

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formas diferentes de pensar la arquitectura, fuera posible: lzon, Martín Sessa, Gisela Spengler y Graciela Viñuales. Un
Guillermo Adamo, Alfio Blanchetti, Dolores Christensen, Es- agradecimiento especial a Ramón Gutiérrez, no sólo por sus
ter Kim, Rubén Peña, Sofía Perrone, Daniela Reisner, Gisela consejos y la escritura del prólogo, sino también por permitir
Spengler, Clara Anauati, Nora Cervantes, Dolores Christen- que este libro se editara por el CEDODAL.
sen, Fernando Corrales, Virginia Guerrero, Ester Kim, Fe- Como hemos ya mencionado, la totalidad de los tex-
derico Marcos, Paula Puricelli, Daniela Reisner, Lucía Ríos, tos académicos que componen este libro fueron sometidos
Florencia Ruiz, Mariano Schilman, Verónica Souto, Alina a evaluación. Debemos agradecerles a Graciela Viñuales,
Álvarez Larrain, Mariano Szczygiel, Lucía Gómez Fernán- Rodolfo Rotondaro, Daniel Delfino y Alejandro Benedetti
dez, Julieta Barada, Tomás Palacios, Lucas Pérez, Marcela porque no sólo cumplieron con la tarea de evaluar sino que
Saccone, Constanza Tommei, Leandro Daich, Paula Granda, realizaron también minuciosas correcciones que excedían
Mercedes Rojas Machado, Christian Scholz, Leandro Parra, sus obligaciones. Clarisa Otero, sin haber formado parte del
Leonardo Alfonzo, Sebastián Cabral, Pablo Di Nápoli, Ma- comité evaluador, se tomó el trabajo de leer la totalidad de
nuela Domínguez, Martha Silva Gutiérrez, Agustina Bena- los textos y realizó aportes más que importantes. De todas
videz, Lina Christ, Andrés Popowski, Victoria Chiarla, Sofía maneras, como suele decirse, los errores o carencias que pu-
Grebenar, Marcelo Mangini, Gisela Oliva, Laila Flecker, Ma- dieran existir en este libro son de nuestra exclusiva respon-
ría José Capdevilla, Gisela García Pérez, Natalia Mazzanti, sabilidad.
Yago Vodanovic, Natacha Hugón, Florencia Solari, Luciano Entendemos que este proyecto también fue posible por
Rosales, Gianina Montenegro, Ramón Ferrer, Mariana Leza- la existencia de un contexto académico y político particu-
ma, Fernando Quiceno, Oriol Domínguez, Facundo Álvarez, lar que nos favoreció. Dentro de la Facultad de Arquitectu-
Leonardo Criscillo, Aurelie Lambert, Agostina Tsuji, Federico ra, Diseño y Urbanismo, la acción de quienes conformaban
Dalla Costa, Graciela Lizzano, Amit Rajzman, Paula Yacuzzi, la Secretaría de Extensión Universitaria durante esos años
Federico Arellano, Maite Niborski, Sebastián Salom, Octa- no sólo nos facilitó nuestro trabajo sino que alentó con una
vio Barna Ferrés, Carolina Curci, Silvina Franceschini, Evelyn notable generosidad la existencia de una cantidad inédita de
Nani, Beatriz Aramayo, Diego Aguilar, Carla Sartori, María proyectos de extensión en el marco de la facultad. Queremos
Feudal, Ariel Martínez, Leandro Gómez, Gabriela Karasik, agradecer el apoyo de Beatriz Pedro, quien fuera la Secreta-
Aimé Gallino, Iván Moundiroff, Florencia Aráoz, Guido Ast, ria de Extensión, Lucas Giono, Gabriela Bandieri, y de Bárba-
Ismael Piovani, Natali Cantero, María Elena Tejerina, Cristian ra Egea, que estaba pendiente hasta del último detalle de las
Catalán, Isabel Figueras, Martín Facundo Miranda, Javier Ló- presentaciones y rendiciones de cuenta.
pez y Georgina Altamirano. Finalmente, es necesario reconocer que este proyecto
A lo largo de estos años ha sido muy importante la cola- pudo realizarse durante cuatro años gracias a la existencia
boración de docentes e investigadores reconocidos de dife- del Programa de Voluntariado Universitario dependiente
rentes disciplinas. Primero Jorge Ramos y luego Rosa Aboy, de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de
como titulares de la cátedra de Historia de la Arquitectura Educación de la Nación. Con los recursos provenientes de los
que alojó al proyecto, confiaron en las posibilidades que tres subsidios anuales que recibimos en sendas convocato-
tenía cuando ya estaba funcionando, pero especialmente rias fue posible financiar tanto las distintas campañas como
cuando era una idea. Encontramos en ellos un apoyo y res- la compra de herramientas y equipamiento e, incluso, la edi-
peto permanente en la tarea. Otros tantos investigadores nos ción de este libro. A partir de este Programa no sólo se apoyó
acompañaron con sus consejos, dando clases en los semina- nuestro trabajo, sino que cientos de proyectos de diferentes
rios o, incluso, en el campo: Carlos Aschero, Alejandro Bene- unidades académicas en todo el país pudieron concretarse.
detti, Paula Granda, Ramón Gutiérrez, Ana Igareta, Gonzalo Queremos agradecerles entonces a todos quienes han par-
Iparraguirre, Gabriela Karasik, Clarisa Otero, Juan Carlos Pa- ticipado y trabajado dentro del Programa de Voluntariado
trone, Rodolfo Rotondaro, Carlos Salamanca, Daniel Scháve- Universitario durante estos años.

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Este libro se terminó de imprimir en mayo de 2011,
en «Marcelo Kohan / diseño + broker de impresión»,
Olleros 3951, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Puna y arquitectura

Puna y arquitectura
Las formas locales de la construcción

Jorge Tomasi y Carolina Rivet (Coordinadores)

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