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AUTO FINAL
SEGUNDO: Del estudio prolijo de los autos, tenemos que la parte ejecutada
mediante
lo siguiente:
(a) Por resolución número dos de fecha diecisiete de abril del dos mil quince, se
expide autos de pago, otorgándole a la ejecutante, plazo de tres días para que
cumpla con pagar las sumas puestas a cobro bajo apercibimiento de ejecución
forzada.
(b) En este escenario, la ejecuta Aide Magaly Tarrillo Cieza, mediante escrito
obrante de folios setenta y cinco a setenta y siete, se apersona al proceso y
formula contradicción al mandato de ejecución, sustentándola en las causales
de: i. nulidad formal del título, y de ii. inexigibilidad de la obligación.
(c) Sustenta la contradicción formulada en los siguientes argumentos:
el crédito hipotecario y el pagaré puestos a cobro no son válidos, debido a
que jamás ha recibido dinero, y tampoco ha intervenido como aval, siendo
que la firma estampada resulta ser falsa.
Agrega que la ejecutante no ha cumplido con presentar ni el contrato ni el
título valor que ella haya firmado.
Señala que el saldo deudor que escolta la demanda, nunca le ha sido
notificado notarialmente, pese al mandado contenido en el artículo 228° de
la Ley del sistema financiero y sistema de seguros.
Y finalmente, ofrece la realización de una pericia grafotécnica, para
determinar que la firma estampada en el título valor no le pertenece.
(d) Corrido traslado de la contradicción, la ejecutante, mediante escrito obrante de
folios ochenta a ochenta y tres, absuelve el mismo, aduciendo lo siguiente:
Respecto de la nulidad formal del título, señala que lo que se ha demandado
es la ejecución de la garantía por el importe del saldo deudor; los cuales han
sido emitidos conforme la ley, y no adolecen de nulidad formal alguna.
Agrega que la ejecutada al formular contradicción por esta causal, se refiere
al pagaré, el mismo que no constituye el título de ejecución, debido a que no
se está demandando el pago del importe contenido en el pagaré, sino la
ejecución de la garantía hipotecaria por el importe acredita en el estado de
cuenta de saldo deudor.
Luego, manifiesta que la causal de nulidad formal, tiene que ver con la
formalidad del título de ejecución, siendo que la nulidad sustancial que
pretende sustentar la ejecutada, no es materia del presente proceso y
deberá hacer valer su derecho en la vía correspondiente.
Por otro lado, señala que se le requirió el pago a la ejecutada, no por ser
aval sino por ser la obligada principal, siendo que respecto al argumento
referido a que no se ha cumplido con adjuntar el titulo o documento que
acredita la garantía hipotecaria, ni el pagaré, es de señalar que conforme al
artículo 720° del Código Procesal Civil, no es necesaria la presentación del
pagaré para acreditar la obligación impaga, pues este título no es materia de
la ejecución.
En lo referente al estado de cuenta de saldo deudor, argumenta que según
la doctrina y la jurisprudencia, no se requiere que éste sea aprobado o
aceptado por la ejecutada, por lo que la supuesta comunicación previa que
señala la ejecutada carece de sustento; más aún si ésta se efectúa cuando
se cierra la cuenta corriente, supuesto que no procede en el presente caso.
Además de ello, manifiesta que la presentación del saldo deudor dota al
juzgador de la precisión necesaria respecto del crédito, para determinar si la
obligación es expresa, cierta y exigible, por ende, el quinto fundamento de la
contradicción, no puede sustentarse en el hecho que la firma que obra en los
pagarés no le corresponde, debido a que esta causal procede sobre el
documento que contiene la garantía hipotecaria, y no sobre el titulo
ejecutivo que sirve para acreditar la deuda impaga. Esto es así, porque la
ejecución del presente proceso está dada por la escritura pública de la
constitución de la hipoteca y el saldo deudor.
Finalmente, respecto a la causal de inexigibilidad de la obligación o liquidez
de la obligación, refiere que ésta se configura por razones de tiempo, lugar,
modo; es decir, si la obligación debe cumplirse en un determinado plazo y
este no ha vencido, si la demandada acude a un juez del lugar distinto al
pactado o si la obligación de pago a cumplirse está pendiente de una
condición o cargo, o cuando la ejecución no se realiza en la forma señalada o
está sujeta a condición suspensiva, apareciendo que en el presente caso no
se configura ninguna de las razones para que proceda la inexigibilidad de la
obligación; máxime si conforme a la cláusula sexta del testimonio de
escritura pública de garantía hipotecaria, se ha dejado sentado que es
facultad del banco, de que al vencerse una o más deudas u obligaciones
garantizadas, éste podrá exigir, no solo el pago de las deudas u obligaciones
vencidas, sino de todas las que a la fecha de los vencimientos antes
mencionados se dé cargo de las personas obligadas frente al banco, aun
cuando no estuvieran vencidos sus términos, pudiendo inclusive ejecutar su
acción sobre las garantías hipotecarias que se constituyen por el testimonio
de escritura pública de la garantía hipotecaria.
Por ello solicita que se desestime la contradicción formula y se expida auto
final amparando la demanda incoada.
(e) En este escenario, por resolución dieciocho de fecha veinte de Diciembre del
dos mil diecisiete, se dispuso pasar autos a despacho para emitir auto final, por
lo que corresponde emitir pronunciamiento.
TERCERO: Debe precisarse que en este tipo de procesos, el título de ejecución está
constituido por el documento que contiene la garantía siempre que en dicho
documento también se encuentre contenida la obligación garantizada, conforme a
lo establecido en el artículo 720° inciso 1) del Código Procesal Civil, caso contrario,
también constituirá el título de ejecución, el documento que contenga la obligación
garantizada [título complejo], siendo que, en el presente caso, la obligación puesta
a cobro se encuentra contenida en la escritura pública de fecha veintiocho de
febrero del año dos mil catorce; obligaciones que han sido liquidadas según estados
de cuenta de saldo deudor de fojas diez a catorce, obligaciones que se encuentran
garantizadas con la hipoteca materia de ejecución, por lo que conforme a lo
pactado en la escritura pública de constitución de garantía hipotecaria antes
referida, la hipoteca otorgada por la ejecutada, es una tipo “sábana”(1), como es de
verse de la cláusula cuarta del item II. de la escritura pública, en donde
expresamente se ha pactado que la hipoteca garantizaba las obligaciones que
tengan o pudiera tener las personas indicadas en el numeral 1.2) de escritura, por
lo que, en principio, la obligación puesta cobro se encuentran garantizada por la
hipoteca materia de ejecución.
1
“La garantía sábana es aquella que es constituida por una persona natural o jurídica a favor de un
acreedor bancario para garantizar operaciones de mutuos pasados, presentes y futuros, es decir, las
que ya se hayan contraído y las que por cuestiones de operaciones comerciales habituales puedan
desembolsarse o concretarse en el futuro. Es decir, busca dotar de dinamismo y seguridad a las
operaciones bancarias, de modo tal que no haya necesidad de estar constituyendo garantías todo el
tiempo si finalmente una sola de ellas puede cubrir las deudas actuales y futuras del usuario. En la
garantía sábana, el deudor de una empresa del Sistema Financiero puede constituir una garantía real
con el fin de respaldar todas las obligaciones asumidas frente a dicha empresa, sean obligaciones
directas o indirectas, existentes o futuras. [Fundamento 47 de la Sentencia del Sexto Pleno Casatorio
Civil].
2
“Actualidad Jurídica – Análisis Jurídico Procesal Civil” - Tomo 209, Abril 2011; p. 74
3
Caso N° 1204-00- Arequipa. Publicado el 30.11.2000.
correspondientes.(...)"; por ende, se entiende que éste certificó la presencia de
la ejecutada y la suscripción del acto jurídico.
(b) Luego, si bien es cierto que la ejecutada ha cuestionado la escritura pública de
constitución de hipoteca, así como los pagarés que corren de folios quince y
dieciséis, y ofreció para ello una pericia grafotécnica; sin embargo, debe
tenerse en cuenta que, pese a que por resoluciones trece, catorce, y quince
de autos, se le requirió a la emplazada, el pago de los honorarios profesionales
de los peritos judiciales, las mismas que le fueran válidamente notificadas
[véase las constancias de notificación de folios ciento diecinueve, ciento
veintiséis y ciento treinta y uno]; la misma nunca canceló los honorarios
profesionales.
(c) Por ello, por resolución dieciséis de fecha seis de Junio del dos mil diecisiete,
se le aplicó multa y se le reiteró el pago de los honorarios profesionales fijados
en autos, resolución que le fue notificada el veintitrés de Junio del dos mil
diecisiete, como es de verse de folios ciento treinta y seis, requerimiento que
se reiteró por resolución diecisiete de fecha nueve de octubre del año dos mil
diecisiete, la que le fuera notificada el seis de noviembre del mismo año, como
se aprecia de folios cientos sesenta y cuatro a ciento sesenta y cinco; empero,
hizo caso omiso a los mandatos judiciales, por lo que por resolución dieciocho
de fecha veinte de diciembre del dos mil diecisiete, se resolvió prescindir del
medio de prueba ofrecido por la parte ejecutada; es decir, de la pericia
grafotécnica, auto que le fue notificado el veintitrés de enero del dos mil
dieciocho, conforme se puede apreciar del cargo de notificación de folios ciento
setenta y cuatro, sin que la parte ejecutada haya cuestionado la referida
resolución.
(d) En tal orden de ideas, se puede concluir que la contradicción formulada carece
de sustento legal, pues aún cuando ha cuestionado la firma estampada en los
mencionados documentos, no ha cumplido con acreditar su dicho, siendo
incluso que de la Escritura pública que escolta la demanda se aprecia que la
misma cumple con los requisitos de formalidad que señalan los artículos 1098°
y 1099° del Código Civil.
(e) Luego, en lo que respecta a la liquidación de saldo deudor, cabe mencionar que
la ejecutada no ha sustentado su contradicción en algún defecto de forma del
mismo, por lo que atendiendo que el mismo no ha desvirtuado, su mérito
ejecutivo subsiste, debiendo precisarse que el titulo de ejecución puesto a
cobro es el testimonio de escritura pública de constitución de garantía
hipotecaria y los estados de cuenta de saldo deudor; en consecuencia, al no
haber sido rebatidos por la ejecutada, su ejecución debe proseguir.
OCTAVO: Bajo este contexto, la ejecutada alega que se debió seguir el tramite
regulado en el artículo 228° de la Ley del Sistema Financiero y Sistema de Seguros;
es decir, que previamente se le debió notificar notarialmente sobre la obligaciones
vencidas. Al respecto, es de advertir sobre el particular que:
(a) según la escritura pública de garantía hipotecaria, de fecha veintiocho de
febrero del año dos mil catorce, en la cláusula 7. ultimo parrado del item I., se
expresa que “en cualquier de los casos arriba enumerado, EL BANCO podrá a
su elección proceder a: i) cerrar la cuenta corriente en la que se hubiese
registrado el saldo deudor del crédito y emitir la letra de cambio a que se
refiere el Art. 228° de la Ley 26702, o ii) completar y emitir el pagaré
incompleto suscribo por El/LOS CLIENTES por el importe que resulte de la
liquidación que EL BANCO practique, a fin de iniciar las acciones pertinentes”.
(b) Así, lo alegado por la ejecutada carece de sustento, pues en el presente caso,
la entidad ejecutante no ha girado la letra de cambio a la vista, conforme al
artículo 228° de la Ley 26702, sino que la entidad ejecutante ha optado [según
a las cláusulas contractuales, que resultan ser oponibles en virtud del principio
rector de “pacta sunt servanda”(5)], por completar los pagarés incompletos
suscritos por la ejecutada; en consecuencia, no existía ninguna obligación legal
de comunicarle previamente al inicio del proceso judicial, a la ejecutada.
(c) A mayor abundamiento, debemos tener en cuenta que “la fuerza vinculatoria
de los contratos se impone por dos razones: una de índole moral y otra de
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Comentarios al Código Procesal Civil. 3ra. Edición. Gaceta Jurídica. Año 2011. Pág. 691.
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CASATORIA N° 3241-2007/LIMA “El principio de obligatoriedad del contrato es uno de los que
sustentan la institución del contrato y es consustancial al origen del derecho contractual. Su
fundamento podemos encontrarlo en la idea de que, si dos o más personas, en el ejercicio de us
autonomía privada, deciden libremente celebrar un contrato, una consecuencia natural –reconocida en
el artículo 1361° del Código Civil- es que dicho acuerdo resulta vinculante y obligatorio para las partes,
pues, caso contrario, se daría paso a la inseguridad jurídica. La intangilibdad de dichos acuerdos –
siempre y cuando respeten el orden público y las buenas costumbres- es reconocida en el artículo 62°
de la Constitución”
naturaleza económica. A tenor de la primera se impone el respecto a a palabra
dada, la buena fe y en su caso la equidad que exige corresponder a la
prestación de la otra parte; conforme con la segunda resulta indispensable un
clima de seguridad del cumplimiento de las transacciones y promesas para la
existencia del crédito”(6); entonces, si al celebrarse el contrato de garantía
hipotecaria se acordó que la entidad ejecutante podía optar por alguna de las
dos opciones antes detalladas, la ejecutada no puede pretender ahora,
desconocer el contrato que ella misma aceptó y suscribió.
(d) Luego, es de advertir que los estados de cuenta de saldo deudor de folios diez
a catorce, contienen toda la información necesaria desde el nacimiento de la
obligación, que permite establecer el importe actualizado de las deudas,
cumpliendo con los requisitos que se exige en la sentencia del Sexto Pleno
Casatorio Civil. Así, la obligación puesta a cobro cumple con los requisitos de
ser cierta(7), expresa y exigible; en tanto, se dieron por vencidos todos los
plazos, conforme también se acordó(8); por ende, este extremo de la
contradicción también debe desestimarse.
NOVENO: Siendo esto así, subsisten los fundamentos que sustentan el mandato de
ejecución, contenido en la resolución número dos, de fecha diecisiete de abril del
año dos mil quince; y dado que pese a lo establecido por el artículo 1229° del
Código Civil, la ejecutada no ha acreditado el pago de lo adeudado, debe
procederse a la ejecución.
6
LA CRUZ BERMEJO, “Elementos de Derecho Civil II, Derecho de Obligaciones, Volumen dos, Teoría
General del Contrato. Segunda Edición, Barcelona mil novecientos ochenta y siete, página trescientos
diecinueve
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La prestación es cierta cuando están perfectamente delimitados en el título los sujetos y el objeto de la
prestación, aunque sea de manera genérica. Esto implica que necesariamente tiene que haber un
sujeto activo, llamado acreedor, que es la persona a cuyo favor debe satisfacerse la prestación.
También se lo denomina “titular” porque es quien tiene el título para exigir del deudor el
comportamiento debido. El sujeto pasivo de la obligación es la persona que tiene que satisfacer la
prestación debida, es decir, debe conformar su conducta al comportamiento que le exige la prestación.
Fundamento 35 de la sentencia del Sexto Pleno Casatorio Civil
8
Véase cláusula 7. del item I. de la escritura pública que escolta la demanda.