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Historia Actual Online, 48 (1), 2019: 159-173 ISSN: 1696-2060

EL PAPEL DE LA HISTORIA ACTUAL EN LA ATRIBUCIÓN DE


SENTIDO AL ESTUDIO DE LA HISTORIA

Sergi Sanchiz Torres*, Pedro Antonio Amores Bonilla**, Belén


Agulló Antón***, Lucía Navarro Juárez****
*IES La Foia d´Elx, España. E-mail: sergi.sanchiz@ieslafoiadelx.com
**IES Victoria Kent. E-mail: jaas3339@gmail.com
***Grado Pedagogía, UNED, España. E-mail: belenagullo22@gmail.com
****IES Jaume II El Just. E-mail: lunjuarez@gmail.com

Recibido: 5 febrero 2019 /Revisado: 7 febrero 2019 /Aceptado: 8 febrero 2019 /Publicado: 15 febrero 2019

Resumen: Cuando se aborda el problema de la islation are aimed to resolve this issue through
significatividad de los aprendizajes históricos, es the introduction of key competences, these are
frecuente que se prime los aspectos lógico y insufficient from the perspective of critical di-
psicológico, quedando en un plano muy secun- dactics.
dario aquello que atañe al sentido de tales
aprendizajes, pese a su vínculo con la motiva- In this essay, we will point out some reflections
ción del alumnado. Aunque las nuevas tenden- on the importance of current history when car-
cias de la legislación educativa pretenden resol- rying out the teaching of history with greater
ver esta cuestión mediante la introducción de meaning for the students and, therefore, with
las competencias clave, éstas resultan insufi- greater capacity for motivation, while promot-
cientes desde la perspectiva de una didáctica ing a critical spirit and contributing to the for-
crítica. mation of our students’ identity.

En este trabajo apuntamos algunas reflexiones Keywords: current history; significance; motiva-
sobre la importancia que puede tener el estudio tion; history teaching; meaning
de la historia actual a la hora de llevar a cabo
_______________________________________
una enseñanza de la historia dotada de mayor

D
sentido para el alumnado y, por tanto, con ma- e acuerdo con el currículum vigente, el
yor capacidad de motivación, a la vez que sea Bachillerato debe contribuir a desarro-
promotora de un espíritu crítico y contribuya a llar en el alumnado las capacidades que
la formación de la identidad de nuestros estu- les permitan “ejercer la ciudadanía de-
diantes. mocrática [...] y adquirir una conciencia cívica
responsable [...], que fomente la corresponsabi-
Palabras clave: historia actual; significatividad;
lidad en la construcción de una sociedad justa y
motivación; enseñanza de la historia; sentido
equitativa”; “actuar de forma responsable y
______________________________________ autónoma y desarrollar su espíritu crítico”;
“fomentar la igualdad efectiva de derechos y
Abstract: When dealing with the problem of the oportunidades entre hombres y mujeres, anali-
significance of learning history, it is common to zar y valorar críticamente las desigualdades y
prioritize the logical and psychological aspects, discriminaciones existentes, [...] e impulsar la
leaving the meaning of such learning in the igualdad real y la no discriminación de las per-
background, despite its link with students’ mo- sonas por cualquier condición o circunstancia
tivation. Although new trends in education leg- personal o social”;

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Y asimismo: tendida transmisión del conocimiento histórico


entendido como “transposición didáctica”, o
“conocer y valorar críticamente las reali- simplificación pedagógica del saber disciplinar,
dades del mundo contemporáneo, sus an- como tradicionalmente ha sido entendido, deja
tecedentes históricos y los principales fac- bastante que desear respecto a sus logros5.
tores de su evolución”, así como “partici-
par de forma solidaria en el desarrollo y Entiéndase que no nos estamos refiriendo ex-
mejora de su entorno social”1. clusivamente a un problema metodológico,
pues se trata del “cómo”, pero sobre todo, a
Pese a que tales objetivos se contradicen de nuestro parecer, del “para qué”6; de ahí que lo
manera evidente con el enfoque que domina la hagamos extensivo a todo lo que contiene el
actual normativa -y de la propia institución es- aludido código disciplinar: ideas, valores, supo-
colar, en la que demasiado frecuentemente se siciones y rutinas que legitiman la función edu-
observa la dependencia, la competición, la es- cativa atribuida a la Historia, como tradición
tigmatización y la desigualdad2-, lo cierto es que inventada, y que regulan la práctica de su ense-
desde esta perspectiva, relativa a las finalidades ñanza, incluyendo lo que se regula como cono-
de la educación y de nuestra práctica en las cimiento histórico y lo que realmente se enseña
aulas, cabe plantear algunas cuestiones acerca en la escuela7. De hecho, la adopción de las
del papel de la Historia en las aulas, primero, y “nuevas” metodologías, últimamente fomenta-
del que pueda jugar la Historia actual en rela- das desde los más diversos ámbitos, pretende
ción con la historia escolar, concretamente. promover una mayor eficacia en los aprendiza-
1. EL PROBLEMA DEL CURRÍCULUM jes8, pero la legión de expertos y formadores del
profesorado que han ido animando esta ten-
En primer lugar debemos preguntarnos seria- dencia no llegan a abordar (más bien lo eluden)
mente si, a través de una práctica “tradicional” el problema de la formación del currículum y,
(nos referimos aquí a todo lo que conlleva el por tanto, de la cultura de la que somos trans-
concepto de código disciplinar acuñado por misores (o introductores)9.
Raimundo Cuesta3), es posible desarrollar las
capacidades enunciadas por el Real Decreto
5
mencionado. En este sentido, F.J. Merchán ya Navarro Medina, E. y De Alba Fernández, N., “El
demostró cuán lejos quedan los resultados aprendizaje”, op. cit., p. 33.
6
prácticos de las virtudes que corrientemente se Vid. Fernández Enguita, M., La educación, op. cit.,
esgrimen -la comprensión del mundo en el que p. 112, para algunas de las funciones asignadas a la
vivimos- para justificar la presencia de la Histo- escuela en el marco de las democracias liberales.
Hemos abordado nuestras ideas en torno a este
ria en el currículum4. De hecho, incluso la pre-
punto en Sanchiz Torres, S., “La historia del mundo
contemporáneo a partir de los conflictos del presen-
1
Real Decreto 1105/2014, de 26 de diciembre, por te: una programación”, en Folguera, P. et al. (eds.),
el que se establece el currículo básico de la Educa- Pensar con la historia desde el siglo XXI: actas del XII
ción Secundaria Obligatoria y del Bachillerato, art. 25 Congreso de la Asociación de Historia Contemporá-
a), b), c) y h). nea. Madrid, UAM Ediciones, 2015, pp. 5219-5240.
2 7
Fernández Enguita, M., La educación en la encruci- Cuesta, R., Clío en las aulas, op. cit., pp. 8-9.
jada. Fundación Santillana, 2016, p. 114. 8
Puede verse nuestra valoración al respecto en
3
Cuesta, R., Clío en las aulas. La enseñanza de la Amores Bonilla, P.A. y Sanchiz Torres, S., “Prácticas
Historia en España entre reformas, ilusiones y ruti- contrahegemónicas en tiempos de crisis. Una pro-
nas. Madrid, Akal, 1998. puesta de trabajo para la Historia de 2º de ESO”,
4 Clío: History and History teaching, 42 (2016), p. 42.
Merchán, F.J., “El estudio de la clase de historia
como campo de producción del currículo”, Enseñan- Disponible desde internet en:
za de las ciencias sociales: revista de investigación, 1 <http://clio.rediris.es/n42/articulos/bonilla2015.pdf
(2002), p. 46 y ss. Navarro Medina, E. y De Alba Fer- > [acceso 16 de julio de 2014].
9
nández, N., “El aprendizaje de la Historia de España Vid. sobre esta cuestión, en relación con las com-
para la educación ciudadana”, Investigación en la petencias bajo cuyo manto se ha empezado a pro-
escuela, 75 (2011), p. 24. Disponible desde internet mover oficialmente tales metodologías, Torres, J.,
en: “Obviando el debate sobre la cultura en el sistema
<http://www.investigacionenlaescuela.es/articulos/ educativo: cómo ser competentes sin conocimien-
75/R75_2.pdf> [acceso 16 de julio de 2014]. tos”, en Gimeno Sacristán, J. (ed.), Educar por com-

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Por eso, si bien hay un amplio acuerdo -al me- Autores como Basil Bernstein o, en nuestro
nos entre un sector del profesorado de Secun- entorno, Julia Varela, han teorizado sobre la
daria y, desde luego, en el común de los depar- correlación existente entre currículum y clases
tamentos universitarios de Didáctica- sobre la sociales12. Dando por hecho que no puede exis-
necesidad de modificar en profundidad los as- tir una correspondencia absoluta entre ambos,
pectos metodológicos y de evaluación en nues- al gozar el mundo educativo de cierta autono-
tra área de conocimiento, debemos llamar la mía, sí creemos advertir una cierta conexión
atención sobre el ya aludido problema de los entre los cambios experimentados por el cu-
contenidos curriculares, esto es, de la cultura; y rrículo -y las luchas, si merecen este nombre, en
con él, el del sentido de los aprendizajes. Por- torno a él- y las transformaciones habidas en la
que, si bien se suele hacer hincapié en la signifi- estructura de clases española en los últimos
catividad lógica y psicológica que estos deben años. Así, frente a las coordenadas muy conser-
procurar, se posterga en cambio el tercer ele- vadoras -en el sentido más tradicional de la
mento del aprendizaje significativo, el sentido, palabra- que desencadenaron la batalla de la
a su vez estrechamente ligado a la motivación. Historia en torno al Decreto Aguirre y la buena
Y esto es así, probablemente, porque ahondar historia de siempre, en la normativa vigente se
en este problema significa poner el dedo en la observa la incorporación (en el sentido más
llaga de la separación entre la escuela y la vida - gramsciano del término) de concepciones más
señalado por Gramsci hace ya casi un siglo-, la propias de las clases medias urbanas, instrui-
brecha existente entre los intereses y la cultura das; aquellas que, de hecho, se relacionan con
del alumnado y lo que reciben de la escuela10. el campo del control simbólico, y que se han
beneficiado en mayor medida de las oportuni-
Los estudios de sociología de la educación ba- dades de ascenso social proporcionadas por la
sados en un enfoque crítico, neogramsciano, escuela socialdemócrata13. Ello puede verse, en
han incidido en la naturaleza sociohistórica del nuestra opinión, en la inclusión de problemas
currículum, en su carácter de constructo social - relativos al conflicto social, las relaciones de las
incluidas, claro está, las competencias-, que minorías con el poder, las metodologías activas,
cumple además una función legitimadora del etc., que conviven con otros contenidos de
orden socioeconómico desde una doble ver- rancio abolengo, más propios del bloque de
tiente: por un lado, trasladando hacia abajo las poder tradicional y que mantienen su presencia
concepciones de las clases dominantes, tal y contra viento y marea.
como señalaban las teorías de la reproducción,
en consonancia con el papel que éstas otorgan Así, no obstante estos cambios, en el caso de la
a la escuela capitalista; por otro, estableciendo Historia perdura la centralidad de la lógica dis-
el saber socialmente considerado como legíti- ciplinar en el diseño curricular, en su versión
mo y prestigiando, en consecuencia, a los estra- más vetusta basada en la rígida separación por
tos productores, poseedores o beneficiarios de edades. Y ello, con todos los problemas que
esos saberes11. esto lleva aparejado, empezando por las dificul-
tades que un planteamiento tal entraña para
los alumnos de doce o trece años que son -
petencias, ¿qué hay de nuevo? Madrid, Morata, contra toda lógica- sometidos a él. Probable-
2011, pp. 143-175. mente, y sin ánimo de promover la polémica
10
Rozada, J.M., Formarse como profesor. Ciencias entre cuerpos, convenga recordar el oportuno
Sociales, Primaria y Secundaria Obligatoria (Guía de papel que ha cumplido en este proceso un sec-
textos para un enfoque crítico). Madrid, Akal, 1997. tor de la Universidad al que conviene tener
11
Apple, M., Ideología y currículo. Madrid, Akal,
1986. Vid. del mismo autor El conocimiento oficial.
La educación democrática en una era conservadora. ponencia%20central.%20ZARAGOZA%202000.pdf>
Paidós, 1996. Mainer, J., “El significado de la innova- [acceso 17 de julio de 2014].
12
ción educativa en el marco de una didáctica crítica”. Vid. Varela, J., “Clases sociales, pedagogías y re-
Ponencia marco del VIII Seminario Fedicaria- forma educativa”. Revista de educación, 292 (1990),
Zaragoza, 2000. Disponible desde internet en: pp. 219-236.
13
<www.nebraskaria.es/Nebraskaria/Trabajos_y_publi Bernstein, B. Cit. en Apple, M., Teoría crítica y
cacio- educación. Miño y Dávila, Madrid, 2000, pp. 66-67.
nes_files/Versio%CC%81n%20inicial%20de%20la%20 Fernández Enguita, M., La educación, op. cit.

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satisfecho porque, tal y como señalaba Jurjo caso distinguía tres tipos de estudiantes por su
Torres al referirse al papel de los especialistas, distinta disposición frente al currículum (y, en
sigue siendo muy rentable al poder en términos buena medida, por su posición social): los que
de legitimación14. mostraban interés, los que mantenían una pos-
tura credencialista (puesto que desarrollaban
Pero ante todo, a la hora de valorar los proble- actitudes conformistas a cambio de la obten-
mas que entraña el currículum actual, no po- ción de un título) y los que se instalaban en la
demos obviar su perfecta compatibilidad -en resistencia: un inconformismo que era resulta-
especial, en lo relativo a contenidos, competen- do, ante todo, del enfrentamiento entre la cul-
cias y metodologías- con la función sociopolítica tura suministrada por la escuela y la cultura de
ya aludida: generar un relato y unas prácticas clase del alumnado. A este factor, autores como
que legitimen y naturalicen el orden social exis- Nico Hirtt han añadido la frustración generada
tente, sus contradicciones y problemas, para por una escuela incapaz de cumplir su promesa
asegurar la reproducción del mismo, en no me- de hacer realidad las expectativas de promo-
nor medida que la vieja Historia positivista - ción social, promovidas por los modelos social-
aquella que considera los cerebros del alumna- demócratas y hoy frustradas para una buena
do como recipientes vacíos- a la que pretende parte del alumnado, por no decir la mayoría;
sustituir. Lo cual no es obstáculo, sin embargo, con el agravante, para los hijos e hijas de la
para que buena parte del profesorado sostenga clase media, de no disponer de un entorno cul-
la creencia de que la Historia escolar proporcio- tural sobre el que basar sus prácticas de resis-
na a los estudiantes una comprensión crítica el tencia antiescolar16.
mundo en el que viven: una idea que no suele
ser compartida por éstos, pero que funciona Pese a esto último, es evidente que las diferen-
como útil justificación de la pervivencia de la cias en cuanto a la relación con el mundo esco-
Historia en el currículum15. lar vienen dadas, ante todo, por la procedencia
social del alumnado. Pero ello obliga, de nuevo,
A la hora de explicar las divergencias entre las a reconocer el idealismo de conferir a la escuela
opiniones de los docentes y las de sus alumnos, el poder taumatúrgico de proporcionar, por sus
hemos acudido tanto a explicaciones de carác- propios medios, una comprensión cabal del
ter sociológico y cultural como a las aportacio- presente al común de sus usuarios, al margen
nes de la psicología constructivista, que como de los condicionantes impuestos por la realidad
veremos muestran ciertas convergencias en sus socioeconómica externa y de los marcos de
implicaciones para con el tema que nos ocupa. referencia, esquemas conceptuales, etc. de los
Autores como Paul Willis desarrollaron una que son portadores los estudiantes: un bagaje
sugerente teoría de la resistencia, que en su que resulta decisivo en el desarrollo de lo que
sucede en el aula. Aunque no descubrimos nada
14
nuevo, se trata de aspectos que no por haber
Torres, J., El currículum oculto. Madrid, Morata, sido claramente elaborados y relacionados con
1998, pp. 23-24.
15
la didáctica de las Ciencias Sociales en nuestro
Merchán, F.J., “Profesores y alumnos en la clase
país, desde hace más de dos décadas, se puede
de Historia”. Cuadernos de pedagogía, 309 (2002),
decir que formen parte, de manera general, de
pp. 90-94. Disponible desde internet en:
<http://www.fedicaria.org/miembros/nebraska/7.p la reflexión pedagógica en los institutos, con el
df> [acceso 20 de octubre de 2015]. Como hemos fin de desarrollar una práctica emancipatoria o,
aclarado en otro lugar, todo esto no significa negar
16
que buenos docentes cultiven el pensamiento crítico Fernández Enguita, M., La educación, op. cit., p.
en su alumnado haciendo uso de un currículum más 157. Hirtt, N., “Educar y formar bajo la dictadura del
o menos tradicional. Vid. sobre este punto, por mercado de trabajo”. Appel pour une école démo-
ejemplo, Rozada, J.M., “Los profesores, en la encru- cratique, 6 de febrero de 2014. Disponible desde
cijada por donde pasan no sólo (aunque también) las internet en:
disciplinas”, Investigación en la escuela, 32 (1997), <http://www.skolo.org/es/2014/02/06/educar-y-
pp. 87-96. Disponible desde internet en: formar-bajo-la-dictadura-del-mercado-de-trabajo>
<http://www.formarsecomoprofesor.es/wp- [acceso 12 de noviembre de 2016]. Willis, P., Apren-
con- diendo a trabajar. Cómo los chicos de la clase obrera
tent/uploads/2011/07/54_los_profesores_en_la_en consiguen trabajos de clase obrera. Madrid, Akal,
crucijada.pdf > [acceso 13 de agosto de 2016]. 2008.

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cuando menos, más racional y coherente. Natu- que se justifican no por cuestionar el orden y
ralmente, la apropiación de los saberes relacio- los valores sociales dominantes -más bien todo
nados con la profesión por un colectivo auto- lo contrario-, sino por proporcionar una mayor
erigido como experto, que periódicamente hace eficacia en el aprendizaje de unos contenidos
tabula rasa de las recetas que previamente ha que tampoco facilitan una comprensión crítica
procurado vender -y, por lo general, imponer- a del sistema socioeconómico: volvemos, por
un profesorado considerado incapaz de pensar tanto, al problema del olvidado carácter so-
sobre su propia práctica, no ayuda lo más mí- ciohistórico del currículum.
nimo a ello17.
César Coll recordó hace mucho la forma en que
Sea como fuere, si se da esa desconexión entre las expectativas y la disposición de los estudian-
el conocimiento que proporciona la escuela y la tes condicionan el enfoque con el que se en-
vida de los estudiantes, con sus preocupacio- frentan a las materias escolares20. Parece fuera
nes, no parece descabellado concluir que el de toda duda que el predominio del examen
conocimiento académico -en el sentido de mera como eje en torno al cual se organiza el proceso
“transposición didáctica” del que se produce en de enseñanza y aprendizaje (que preferible-
las universidades, con el predominio de la lógica mente se basará en un conocimiento académi-
disciplinar-, lejos de constituir la solución frente co encapsulado para una más fácil evaluación),
a un alumnado considerado adocenado y fácil- junto a una visión credencialista de la actividad
mente manipulable, es precisamente parte del escolar (estudiar para obtener un título que
problema18; pues, frente a la opinión común del permita, en principio, acceder a mejores pues-
profesorado, parece sobradamente demostra- tos de trabajo y, por tanto, a mayores niveles
do que contribuye a cercenar la capacidad críti- de consumo), promovida en buena parte por
ca de los adolescentes. aquél, no favorece un enfoque en profundidad
de la actividad de aprendizaje por el alumnado,
En relación con esto cabe recordar que, desde que opta por fórmulas lo más rentables posible
postulados críticos, se ha puesto en cuestión para aprobar con éxito los exámenes21.
frecuentemente la lógica examinatoria que, aún
hoy, domina nuestras aulas19. Incluso es de Como consecuencia de esta combinación de
prever que la obsesión neoliberal por la medi- elementos -viejos y nuevos-, el currículum ac-
ción, con su peculiar visión de las evaluaciones tual no logra los objetivos de aprendizaje pre-
externas, acentúe esta hegemonía, por más que vistos, resulta ineficaz. Los alumnos no llegan a
el mismo carácter tecnocrático del currículum aprehender el contenido de la materia o lo ha-
empuje, al mismo tiempo, a promover las me- cen de un modo parcial, de forma memorística,
todologías colaborativas. Por cierto que, proba- logrando en el mejor de los casos un aprendiza-
blemente, el factor que permita superar esta je a corto plazo que les garantice dar por supe-
aparente contradicción sea la pervivencia de un rada la asignatura sin necesidad de llegar a una
conocimiento fuertemente académico en el comprensión profunda del fenómeno en cues-
currículum -y más todavía su expresión práctica tión; esto es, abordando el estudio de la Histo-
en los libros de texto-, puesto que hace posible ria desde un enfoque superficial, sin un objetivo
mantener el estatus privilegiado del examen, al claro y con una nula motivación, y dejando de
tiempo que introducir nuevas prácticas de aula lado tareas cognitivas más costosas y comple-
jas22; es el caso, claro está, de las habilidades
relacionadas con el pensamiento crítico, tales
17
Vid. Rozada, J.M., Formarse como profesor, op. cit.
18
Merchán, J.F., “Profesores y alumnos”, op. cit.
20
19
Merchán, J.F., Enseñanza, examen y control. Pro- Coll, C., “Significado y sentido en el aprendizaje
fesores y alumnos en la clase de Historia. Barcelona, escolar: Reflexiones en torno al concepto de apren-
Octaedro, 2005. Mainer, J., “Pensar históricamente dizaje significativo”, Infancia y Aprendizaje, 41
el examen, para problematizar su presente. Notas (1988), pp. 131-142. Disponible desde internet en:
para una sociogénesis del examen”. Gerónimo de <https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/48298
Uztariz, 17-18 (2002), pp. 107-135. Disponible desde .pdf> [acceso 5 de diciembre de 2016].
21
internet en: <http://www.nebraskaria.es/wp- Merchán, J.F., Enseñanza, examen y control, op.
content/uploads/2016/09/ARTICULO-EXAMEN- cit.
22
2001.pdf> [acceso 3 de julio de 2010]. Coll, C., “Significado y sentido”, op. cit.

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como “centrarse en la cuestión, analizar argu- desarrollar una visión crítica del presente que
mentos, plantear y responder a cuestiones de vaya más allá del simple estereotipo.
clarificación y/o desafío, juzgar la credibilidad
de las fuentes, observar y juzgar observaciones, Por eso, si la reciente tendencia al aprendizaje
deducción, inducción, juicios de valor, definir basado en problemas, proyectos, etc. no signifi-
términos, identificar suposiciones” y otras23. En ca necesariamente romper con la función re-
el mejor de los casos, las “nuevas” metodolo- productora del conocimiento y de las situacio-
gías permiten superar algunos de estos proble- nes de aprendizaje escolares, el mantenimiento
mas, pero manteniendo por lo general un tipo de las viejas prácticas, contenidos y concepcio-
de conocimiento -y, muchas veces, el papel nes de nuestro código disciplinar es doblemen-
central del examen- que finalmente tampoco te adocenante, por cuanto, además, ni siquiera
conecta con las preocupaciones del alumnado contribuye a sentar las bases cognitivas y acti-
y, por tanto, sigue estando falto de sentido para tudinales que precisa la labor de crítica del pre-
éste24. sente. Con ello queda en entredicho, una vez
más, la extendida suposición de que la historia
El aprendizaje conseguido quedará, por tanto, escolar -con las concepciones y prácticas con las
en un plano muy secundario respecto a las con- que aún se identifica- permite, por una especie
sideraciones de rentabilidad, como queda con- de arte de birlibirloque, ejercer tal crítica y
signado en los trabajos mencionados. Pero, por comprensión del mundo que rodea al alumna-
añadidura, no ejercitar las habilidades para el do26.
pensamiento crítico (como suele suceder cuan-
do el examen preside la acción pedagógica) 2. EL PROBLEMA DEL SENTIDO
supone además un impedimento para desarro-
llar la disposición para utilizarlo cuando se den Partiendo de tales fundamentos, nos interesa
las circunstancias para ello; y esta es, al pare- particularmente abordar esta cuestión desde el
cer, una condición mucho más determinante en problema del sentido que el alumnado otorga a
esta actitud que la motivación de logro25. En los aprendizajes y que, como hemos tratado de
consecuencia, la formación de un pensamiento mostrar, no se ve favorecido por un currículum
crítico (incluso concebido, como lo estamos sometido a determinados condicionantes so-
considerando en este punto, desde una pers- ciohistóricos27. Pues, si entendemos que en el
pectiva meramente cognitiva, no en orden a
cuestionar la realidad socioeconómica) es, para 26
Poco antes de entregar este trabajo, se publica la
una didáctica crítica –y, por tanto, emancipado- Orden ministerial (ECD/393/2017, de 4 de mayo)
ra- mucho más que la letanía en que la han que regula las pruebas de la evaluación final de ESO.
convertido los preámbulos de las leyes educati- Contemplarán preguntas semiabiertas “que requeri-
vas (en flagrante contradicción, por cierto, con rán del alumnado capacidad de pensamiento crítico,
la obsesión por medirlo todo que se ha ido im- reflexión y madurez”, y que consistirán, por ejemplo,
poniendo en la normativa). Según lo que apun- en completar una frase. Por otra parte, ¿qué decir
de una “matriz de especificaciones” que, escudán-
tan Nieto y Sáiz, puede ser una condición, si no
dose en una presunta evaluación de la “competencia
suficiente, sí capital para que el alumnado esté
cívica y ciudadana” [sic], plantea, dentro del proceso
inclinado a utilizarlo; y, por tanto, dispuesto a cognitivo de “razonar”, un estándar de aprendizaje
consistente en explicar las causas y consecuencias
de la Segunda Guerra Mundial? Se observa pues
que, como era previsible, bajo el discurso justificati-
23
Ennis, R. Cit. en Nieto, A.M. y Sáiz, C., “Relación vo de las competencias y el conocimiento “útil para
entre las habilidades y las disposiciones del pensa- la vida”, se nos presenta una vez más el viejo “cono-
miento crítico”, en Etxebarría, I. et al., Emoción y cimiento examinatorio” cuyas implicaciones peda-
motivación: contribuciones actuales. Volumen II: gógicas fueron analizadas acertadamente ya hace
Motivación. San Sebastián, Asociación de motivación tiempo. Vid. Merchán, F.J., Enseñanza, examen y
y emoción, 2008, p. 255. control, op. cit., p. 158 y ss.
24 27
Vid. Torres, J., El currículum oculto, op.cit., p. 130 En nuestros trabajos anteriores ya citados hemos
y ss. acerca de las posibilidades y limitaciones de prestado atención, como queda dicho, a otros as-
esta pedagogía invisible. pectos relacionados con la finalidad emancipatoria
25
Nieto, A.M. y Sáiz, C., “Relación entre las habilida- que otorgamos a la educación, y sobre los que tra-
des”, op. cit. tamos de fundamentar nuestra acción pedagógica,

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proceso de enseñanza y aprendizaje lo que se alumnado de Secundaria muestre interés y


da es una construcción de significados de forma preocupación por problemas sociales y políti-
negociada, compartida, entre docente y estu- cos, acerca de los cuales posee un conocimien-
diantes, que convierte a éstos en agente pro- to basado, sobre todo, en conversaciones fami-
ductores de lo que se imparte en el aula, por liares o con sus amistades, noticias fragmenta-
fuerza habremos de admitir que las concepcio- rias de la televisión, videojuegos, búsquedas en
nes y disposiciones de éstos constituyen una internet e informaciones obtenidas en las redes
base de primer orden para entender lo que sociales. Otra cosa es que las habilidades para
realmente se enseña y aprende en la escuela, el pensamiento crítico -o la falta de ellas- y la
en primer lugar, y que deberemos abordar esa dinámica del aula lo predispongan a aplicarlo,
“conciencia ordinaria” que constituyen si que- como se ha visto.
remos dotar a la educación de una finalidad
emancipatoria28. Partimos de la base de que los estudiantes -y
cualquier aprendiz- construye sus concepciones
Por otra parte, consideramos necesario romper haciendo uso de “saberes acumulados, más o
ciertos tópicos con los que, en demasiadas oca- menos estructurados” y más o menos cercanos
siones, los docentes evitamos reflexionar de al conocimiento científico, seleccionados dentro
manera más profunda y autocrítica acerca de y fuera de la escuela, una parte de los cuales se
nuestra práctica profesional29. Para el caso que activa en función del sentido percibido por el
nos ocupa, creemos que se debe cuestionar alumno en cada situación. A través de esas con-
sobre todo el supuesto desinterés de nuestro cepciones, el estudiante identifica las situacio-
alumnado hacia el mundo que le rodea, del que nes -incluidas las de aprendizaje-, selecciona y
se hallaría totalmente desconectado por su trata las informaciones adecuadas y produce un
total entrega al hedonismo y -paradójicamente- significado. Esas concepciones, por tanto, per-
a los atractivos de la multiconexión digital30. miten al aprendiz comprender el mundo que le
Como sabe todo profesor, no es raro que el rodea31, al proporcionarle una forma de razo-
nar, así como los marcos semánticos, de refe-
rencias y de significados que constituyen “una
tales como los historiográficos y los postulados de la
didáctica crítica. Con este artículo, pretendemos dar red de análisis e interpretación” de las situacio-
mayor consistencia y coherencia a nuestra acción nes a las que se enfrenta; elementos que difí-
pedagógica apoyándonos en una perspectiva distin- cilmente podrán ser organizados si el nuevo
ta, pero desde luego no excluyente; pues, con García conocimiento no “toma sentido” para el estu-
y Merchán, entendemos que ninguna de las fuentes diante. Es más, la estructura de pensamiento
del currículo -incluida la perspectiva constructivista- del alumno, al confrontarse con las nuevas in-
puede, por sí sola, resolver los problemas del apren- formaciones obtenidas en las actividades de
dizaje escolar. Vid. Merchán, F.J. y García Pérez, F.F., aprendizaje, puede rechazarlas por diferentes
“Sobre constructivismo y proyectos de enseñanza de
motivos, constituyendo un obstáculo para la
las Ciencias Sociales: Una perspectiva didáctica”,
integración de nuevos aprendizajes32.
Con-ciencia social, 2 (1998), pp. 45-90. Disponible
desde internet en:
<http://www.fedicaria.org/pdf/cs_completos/CS_2_ Así pues, y dado que tales concepciones son los
1998.pdf> [acceso 9 de julio de 2013]. instrumentos iniciales de los que dispone el
28
Merchán, F.J., “El papel de los alumnos en la clase estudiante para analizar la realidad, será nece-
de historia como agentes de la práctica de la ense-
ñanza”, Didáctica de las ciencias experimentales y 31
Vid. Liceras, A., “Tópicos, estereotipos y prejuicios,
sociales, 21 (2007), pp. 33-51. Disponible desde componentes de un aprendizaje informal que de-
internet en: forma”, Íber, 36 (2003), pp. 89-101, sobre aspectos
<https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/24759 de estas concepciones muy a tener en cuenta en la
86.pdf> [acceso 20 de octubre de 2015]. Rozada, clase de Historia.
J.M., “Los profesores, en la encrucijada”, op. cit. 32
Giordan, A., “¿Cómo ir más allá de los modelos
29
Vid. Amores, P. y Sanchiz, S., “Prácticas contrahe- constructivistas? La utilización didáctica de las con-
gemónicas”, op. cit., sobre el papel que otorgamos cepciones de los estudiantes”, Investigación en la
al profesorado en esta cuestión, a partir de H. Giroux escuela, 28 (1996), pp. 9-16. Disponible desde inter-
y J.M. Rozada. net en:
30
Fernández Enguita, M., La educación, op. cit., p. <http://www.investigacionenlaescuela.es/articulos/
157. 28/R28_1.pdf> [acceso 7 de julio de 2014].

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Sergi Sanchiz Torres et.al. El papel de la Historia Actual

sario que la enseñanza las tenga en cuenta y Para hablar de cuál puede ser el sentido de la
que le ayude a ponerlas en cuestión constan- Historia escolar, conviene remitirse a la teoría
temente, superando la insuficiente referencia a del aprendizaje de Vygotski, quien comprendía
los conocimientos previos en que se ha conver- la psique humana como una construcción so-
tido, por lo general, este aspecto del constructi- cial, resultado en última instancia de un desa-
vismo33. Pero la modificación de las concepcio- rrollo histórico previo. Las particulares formas
nes iniciales se producirá en función no sólo de de mediación cultural que se han dado a lo lar-
las estructuras de pensamiento movilizadas go de la historia, desde los sonidos rudimenta-
(tales como los marcos de referencia), sus in- rios emitidos por los primeros homínidos hasta
teracciones con el entorno educativo y las regu- las formas más avanzadas de escritura en la
laciones que pueda desarrollar, sino también de actualidad, han configurado el modo de percibir
los riesgos percibidos por el individuo en la y entender la realidad circundante. De este
situación. modo, la Historia contribuye a explicar qué
somos y por qué. Por ello, partir del presente y
Por otra parte, para André Giordan este proce- del marco de referencia de los discentes puede
so de selección, análisis y organización de la resultarles atractivo y facilitarles la adopción de
información que el alumno lleva a cabo a través un enfoque en profundidad del aprendizaje de
de sus concepciones tiene como objeto dar la materia, logrando que se involucren en alto
respuesta a alguna pregunta; pero, para que grado con los contenidos37.
esto se produzca, “será preciso que tenga la
intención de hacerlo y haya una cuestión que le Por lo general, la investigación occidental ha
intrigue, por ejemplo”34. Es decir, que enten- obviado los componentes socioculturales que
diendo que la motivación intrínseca (aquella fundamentan las conclusiones de Vygotski, en
que emana del sujeto como interés connatural lo que se refiere a los procesos dentro del aula
a sí mismo) es un elemento indisociable en el y a los sistemas culturales de actividad en los
proceso de enseñanza-aprendizaje, es necesa- que aquéllos se insertan38. Ello ha llevado a
rio dar sentido, y por tanto finalidad, a la acción considerar que, desde luego en nuestro país, los
educativa en el estudiante para favorecer la preceptos psicopedagógicos se han basado en
tendencia a cuestionar los propios marcos de un “Vygotski apócrifo”39, despojado de esos
referencia. Si de lo que se trata es de poner en elementos que inevitablemente conducen al
cuestión esquemas de pensamiento, plantean- examen crítico del contexto socioeconómico,
do al alumno problemas que le conciernan para para poner el acento en los aspectos cognitivos,
que se haga preguntas acerca de ellos35, cree- individuales y por tanto políticamente más tole-
mos que tales interrogantes cobrarán mayor rables.
sentido -y por tanto serán más motivadores- en
la medida en que se refieran de alguna manera Por nuestra parte, nos parece sumamente su-
a las “vivencias” del estudiante. Como recuer- gerente el concepto de subsistemas de activi-
dan Álvarez y Del Río, las personas no procesa- dad, que investigadores de la escuela
mos información por el hecho de procesar, sino
actuando y para actuar, viviendo y para vivir: <https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/48404
“el trabajo cognitivo no se justifica sino inserto .pdf> [acceso 24 de noviembre de 2016].
en una actividad con sentido36”. 37
Chaves Salas, A. L., “Implicaciones educativas de la
teoría sociocultural de Vigotsky”, Revista Educación,
25/2 (2001), pp. 59-65. Disponible desde internet
en:
33
Vid. por ejemplo Zabala, A. y Arnau, L., Métodos <https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=44025206
para la enseñanza de las competencias. Barcelona, > [acceso 29 de agosto de 2016].
Graó, 2014. 38
Álvarez, A., “Diseño cultural: una aproximación
34
Giordan, A., “¿Cómo ir más allá…?”, op. cit., pp. ecológica a la educación desde el paradigma históri-
15-18. co-cultural”, Infancia y Aprendizaje, 51-52 (1990),
35
Ibid., p. 19. pp. 41-77. Disponible desde internet en:
36 <https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/48353
Del Río, P. y Álvarez, A., “Tres pies al gato: signifi-
cado, sentido y cultura cotidiana en la educación”, .pdf> [acceso 25 de noviembre de 2016].
39
Infancia y Aprendizaje, 59-60 (1992), pp. 43-61. Aubert, A., et al., Aprendizaje dialógico en la So-
Disponible desde internet en: ciedad de la Información. Barcelona, Hipatia, 2013.

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El papel de la Historia Actual Sergi Sanchiz Torres et.al.

vygotskiana han utilizado como herramienta xis del individuo”43, quizá podamos avanzar algo
para explicar cómo se produce la mediación en la cuestión.
social y cómo intervienen los componentes
socioculturales en los procesos de aprendizaje. Permítasenos “estirar” el uso del concepto, y
Partiendo de Vygotski, Amelia Álvarez40 plantea considerar que hoy día las actividades de iden-
la existencia de diferentes subsistemas de acti- tidad y comunicación, contempladas por Álva-
vidad o esferas de aprendizaje, diferentes ámbi- rez, constituyen cuando menos un subsistema,
tos en los que el sujeto aprende de manera si no rector, desde luego sí muy importante en
significativa (es decir, integrando contextos, la vida de nuestros adolescentes. Se trata de un
conocimientos y motivaciones), más allá de la ámbito, por otra parte, que en los últimos años
institución escolar. De manera que, además de ha contemplado una verdadera explosión de
las actividades de estudio, las actividades de espacios -virtuales- e instrumentos -digitales-
identidad y comunicación, actividades deporti- de aprendizaje informal, pero sumamente efi-
vas, domésticas o lúdicas suponen una fuente caz44. Junto a ello, en su vertiente virtual mues-
natural e imprescindible de aprendizaje para el tra todas las contradicciones de un medio ex-
estudiante. Más aún, desde este planteamiento tremadamente democrático y al mismo tiempo
se entiende que todas estas esferas se retroali- sometido a presiones políticas y comerciales, lo
mentan entre sí, lo cual hace evidente de nuevo cual multiplica las posibilidades de desarrollar
la necesidad de establecer un proceso de nego- tanto una conciencia distorsionada del presente
ciación entre la escuela y el resto de esferas de como un conocimiento autónomo y crítico
aprendizaje, a través del cual el conocimiento acerca de él, al hacer infinitas las mediaciones
escolar permita dar sentido a la realidad del sociales. Por esa misma variedad que adquiere
alumnado. en nuestros días la variedad comunicativa, en
fin, puede prestarse más fácilmente al metaco-
Desde el planteamiento de Álvarez, se trata de nocimiento que haga efectivo el dominio de las
establecer las posibles conexiones entre estos funciones psicológicas con esta actividad, y que
subsistemas de actividad -con las competencias a nuestro parecer podrían estar relacionadas
psicológicas que permiten desarrollar- y los con el pensamiento crítico.
sistemas funcionales mentales que deseamos
construir -atendiendo a sus posibles conexiones Álvarez y Del Río se planteaban hace mucho
con los contenidos disciplinares41. Sobre esta cuáles de las actividades significativas que no se
senda de la contextualización social -en su sen- desarrollan en la escuela, y que se hallan ligadas
tido más amplio- de los aprendizajes, ya han a marcos, contenidos y formatos comunicativos
transitado con más rigor y mejor tino que noso- específicos, pueden incorporarse a ella median-
tros algunos didactas de las Ciencias Sociales. te un rediseño de la educación45. En este plan-
Así, J.M. Rozada planteó las dificultades que teamiento, tenían muy en cuenta la manera en
presenta el conocimiento escolar para incidir que los cambios sociales habían propiciado, ya
sobre la conciencia ordinaria de los estudiantes hace treinta años, la aparición de un nuevo sub-
acerca de su principal subsistema de actividad - sistema de enculturización, constituido por los
actividad rectora-, puesto que éste lo constitu- contenidos y códigos transmitidos por los me-
ye la misma escuela, donde el valor que adquie- dios de comunicación de masas, que se repartía
re el conocimiento es esencialmente clasificato- con la familia buena parte del tiempo extraes-
rio42. Sin embargo, teniendo en cuenta que colar.
Álvarez plantea dudas acerca de que podamos
considerar el estudio como actividad rectora de
43
nuestro alumnado, y estando de acuerdo con Ibid., p. 92.
44
Rozada en que “lo que da sentido a la adquisi- Fernández Enguita, M., La educación, op. cit., p.
ción de unos conocimientos es su funcionalidad 162 y ss., para una valoración quizás excesivamente
entusiasta.
para el tipo de actividad que caracteriza la pra- 45
Álvarez, A. y Del Río, P., “Aproximación a un enfo-
que integrador para el análisis de la actividad esco-
40
Álvarez, A., “Diseño cultural”, op. cit. lar”, Investigación en la Escuela, 1 (1987), pp. 13-17.
41
Ibid., pp. 52-53. Disponible desde internet en:
42
Rozada, J.M., “Los profesores, en la encrucijada”, <http://www.investigacionenlaescuela.es/articulos/
op. cit., pp. 92-93. 1/R1_2.pdf> [acceso 25 de noviembre de 2016].

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Sergi Sanchiz Torres et.al. El papel de la Historia Actual

Esta idea nos sugiere que insertar el aprendiza- se de tutelas, ante todo ideológicas, puesto
je en este subsistema de actividad puede con- que, al fin y al cabo, es con la cultura con lo que
tribuir a minimizar la descontextualización so- trabajamos en la escuela. Con esos fines, y sin
cial que caracteriza al aprendizaje escolar en su olvidar las importantes aportaciones de histo-
proceso de descontextualización cognitiva46 riadores como J. Fontana y P. Vilar50, comparti-
(capacidad de abstracción), facilitando la pro- mos el “programa” para una didáctica crítica
ducción de significados con sentido. Pues, como enunciado por R. Cuesta: problematizar el pre-
nos recordaban Del Río y Álvarez, mientras que sente, pensar históricamente, educar el deseo,
los docentes pensamos en conocimientos que aprender dialogando e impugnar los códigos
transmitir, que son representaciones descon- pedagógicos y profesionales51. Puntos que pos-
textualizadas de lo real, “el alumno piensa en teriormente han sido profundizados por otros
actividades a realizar y funciona al nivel de la autores, permitiéndonos disponer de toda una
acción contextualizada”, y va a necesitar “la batería de ideas-fuerza sobre las que funda-
contextualización emocional y vital para anclar mentar una acción pedagógica emancipadora:
y enraizar esos significados en su vida”. De he- desarrollo del pensamiento dialéctico y crítico,
cho, además, nada indica que la cultura de ma- procesos de comunicación crítica, cultivo de
sas, sobre todo audiovisual, a la que entonces inteligencias reflexivas y creativas...52
se referían estos autores, haya dejado de ser un
factor básico en la construcción de sentido por Problematizar el presente y pensar histórica-
los adolescentes, sino más bien lo contrario47. mente, poner en cuestión una realidad que nos
es presentada como natural, requiere promover
3. POTENCIALIDADES DE LA HISTORIA ACTUAL: un razonamiento crítico que permita al estu-
HISTORIA Y SENTIDO diante construir un relato del pasado y un dis-
curso sobre el presente que pongan al desnudo
A condición de superar las limitaciones que las luchas de intereses y proyectos que han
hemos señalado en el primer apartado, el estu- conducido a él, y sobre las cuales se asientan, a
dio de la Historia debe constituir un elemento su vez, los discursos legitimadores de las opcio-
primordial en la construcción de una ciudadanía nes vencedoras. Sólo de esta manera es posible
crítica, que es el horizonte hacia el que debería “educar el deseo” para imaginar el futuro,
dirigirse una educación estatal. En este sentido, emancipándose de los discursos legitimadores
y sin entrar en las diferentes justificaciones que que preconizan la sumisión y la desesperanza.
se han aducido desde diferentes paradigmas,
consideramos que la Historia actual puede ser- En este sentido, tomar la Historia actual, los
vir como instrumento esencial en este proyec- problemas y conflictos del presente, como pun-
to. to de partida permite desvelar los procesos y
las contradicciones sobre los que se han cons-
De acuerdo con lo expuesto en torno al currícu- truido, siguiendo la perspectiva genealógica
lum, y dada la creciente rigidez a la que se le defendida por Cuesta y otros autores. Siendo
está sometiendo48, debemos asumir que una evidente, a nuestro parecer, el contenido ideo-
opción como la que estamos tratando de argu- lógico que alberga un planteamiento tan apa-
mentar es también una selección cultural, diri- rentemente simple como puede ser el estudio
gida a construir un conocimiento vinculado
explícitamente a una preocupación por la cali- 50
Vid. Sanchiz Torres, S., “La historia del mundo
dad de la vida49, a una necesidad de emancipar- contemporáneo”, op. cit.
51
Cuesta, R., “La educación histórica del deseo. La
didáctica de la crítica y el futuro del viaje a Fedica-
46
Álvarez, A., “Diseño cultural”, op. cit., p. 59. Roza- ria”, Con-ciencia social, 3 (1999), pp. 70-97. Disponi-
da, J.M., “Los profesores, en la encrucijada”, op. cit., ble desde internet en:
p. 94. <https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/92971
47
Del Río, P. y Álvarez, A., “Tres pies al gato”, op. 0.pdf> [acceso 8 de julio de 2016].
cit., pp. 53-54. 52
Mainer, J., “El significado de la innovación educa-
48
Vid. Apple, M., El conocimiento oficial, op. cit., tiva”, op. cit., p. 13. Gimeno Lorente, P., Didáctica
sobre esta cuestión. crítica y comunicación. Un diálogo con Habermas y
49
Mainer, J., “El significado de la innovación educa- la Escuela de Frankfurt. Barcelona, Octaedro, 2009,
tiva”, op. cit., pp. 9 y 31. p. 125.

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El papel de la Historia Actual Sergi Sanchiz Torres et.al.

de lo contemporáneo buscando sus raíces his- pues favorecerá en el estudiante la intenciona-


tóricas, se ponen claramente al descubierto las lidad para relacionar los nuevos conocimientos
implicaciones que tiene la lógica disciplinar al con lo que ya sabe o piensa al respecto55.
uso, con su continuum temporal, sobre la for-
mación o mantenimiento de una “conciencia A su nivel, es evidente que el alumno habrá
distorsionada” de la realidad53, como sugería- construido más probablemente ciertas concep-
mos al principio. ciones acerca del racismo o la crisis económica
que sobre el absolutismo o las relaciones feudo-
Ahora bien, siendo el sentido de los aprendiza- vasalláticas. Y esto facilita también la expresión
jes lo que nos ocupa, ¿qué aporta esta intro- de sus ideas y creencias previas -las concepcio-
ducción de la Historia actual como eje estructu- nes a las que aludíamos- acerca de estos pro-
rante? De acuerdo con la perspectiva construc- blemas que son objeto de la Historia actual;
tivista señalada por Merchán y García, la intro- esquemas que pueden contrastarse con los de
ducción de problemas relevantes, con los que otros compañeros y con el conocimiento cientí-
los estudiantes están en contacto más o menos fico, académico. Nótese que no hablamos tanto
directo, a través de las fuentes que indicábamos de “conocimientos previos”, porque lo que nos
más arriba, permiten conectar con sus ideas e interesa ante todo es que el alumnado se vuel-
intereses54; en especial si, habiéndose plantea- va sobre sus propias concepciones acerca de lo
do el docente la potencialidad educativa de los social, cuestionándolas con la ayuda del docen-
diferentes problemas, se les ofrece la capacidad te, los compañeros y el conocimiento científico
de elegir entre un abanico de cuestiones. De sobre el pasado más o menos remoto (los con-
esta manera, se dota de significatividad al co- tenidos del currículum, sobre los que será nece-
nocimiento escolar, favoreciendo el desarrollo sario, insistimos, operar una selección cultural
conceptual y la crítica reflexiva. Como indican para que den respuesta a tales problemas). Así
estos autores, el sentido depende de que po- podremos construir un pensamiento reflexivo,
damos percibir que la tarea cubre una necesi- autónomo y, por tanto, emancipador.
dad -da respuesta a un problema-, y esa necesi-
dad podrá funcionar como motor de la acción, Partir de problemas del presente posibilita asi-
mismo que se produzca un conflicto cognitivo,
53 al comprobar el estudiante, en esas actividades
Una primera propuesta de programación orienta-
colectivas, que los esquemas conceptuales -y
da sobre estas bases puede verse en Sanchiz Torres,
S., “La historia del mundo contemporáneo”, op. cit. los estereotipos- que maneja habitualmente
54
Vid. Pagès, J., “Educación cívica, formación política sobre tales problemas, adquiridos en su contex-
y enseñanza de las ciencias sociales, de la geografía y to social, los medios de comunicación y la pro-
de la historia”, Íber. Didáctica de las ciencias socia- pia escuela, son insuficientes para explicar to-
les, geografía e historia, 44 (2005), pp. 45-55 y Nava- das las facetas de los conflictos y situaciones
rro Medina, E. y De Alba Fernández, N., “El aprendi- que se dan en el mundo actual. Desde la pers-
zaje”, op. cit., p. 33. Ambos trabajos insisten en la pectiva constructivista que utilizamos, tal rup-
necesidad de vincular los aprendizajes históricos a tura permite activar la motivación intrínseca,
problemas sociales y políticos del presente. Por lo provocando “una curiosidad epistémica y una
que a nosotros respecta, no desconocemos que el
actividad exploratoria dirigida a reducir el con-
tipo de “problemas relevantes” por los que hemos
flicto conceptual, la incertidumbre y la tensión
optado en nuestros trabajos no están tan insertos en
la praxis del alumnado como los que se planteaba el generada por las características de la situa-
proyecto IRES, por poner un ejemplo cuyos presu- ción”56. Como señalábamos en el apartado an-
puestos estamos citando. Pero también el contexto terior, es este proceso de búsqueda el que lleva
regulador difiere del de veinte años atrás, y lo mis- al estudiante a activar y organizar sus marcos
mo sucede con el estadio en que se hallan las rela- de referencia, saberes, etc., que es el paso pre-
ciones -y las presiones- entre escuela y sistema pro- vio necesario para ponerlos en cuestión y reor-
ductivo, que son dos aspectos que no podemos ganizar sus concepciones.
desconocer si no queremos caer en la ingenuidad
pedagógica o la mera frustración. Por otra parte,
55
consideramos que, aunque el tema da más de sí, lo Merchán, F.J. y García Pérez, F.F., “Sobre construc-
que aquí corresponde es trazar algunos principios tivismo y proyectos”, op. cit., pp. 52 y 56. Coll, C.,
teóricos por los que ir transitando en nuestra prácti- “Significado y sentido”, op. cit., p. 136.
56
ca. Coll, C., “Significado y sentido”, op. cit., p. 132.

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Sergi Sanchiz Torres et.al. El papel de la Historia Actual

Nótese que en todo este desarrollo partimos de vista, los foros y redes que permiten contrastar
la idea, expresada con anterioridad, de que y verificar opiniones, etc. que se despliegan en
nuestros adolescentes se interesan por la reali- el espacio virtual pueden servir para desarrollar
dad circundante más de lo que parece, y de que las habilidades del pensamiento crítico durante
en esa relación movilizan diferentes medios - el proceso de descontextualización de los
sobre todo, tecnológicos- y recursos cognitivos. aprendizajes (es decir, los momentos en los que
También avanzábamos la idea de que todas se contrasta el conocimiento cotidiano con el
estas acciones de comunicación interpersonal, científico, para elevarlo a niveles superiores de
en las que se producen aprendizajes eficaces al complejidad58) y, por tanto, motivar la utiliza-
margen de la institución escolar, podrían tal vez ción ulterior de dichas habilidades. Por otra
considerarse como un subsistema de actividad. parte, el uso de fuentes periodísticas, a que
Es evidente que nuestros alumnos no dedican obliga -o que al menos favorece- en muchas
sus conversaciones preferentemente a los pro- ocasiones el estudio de la Historia Actual, apor-
blemas sociopolíticos: en parte, porque la es- ta una cierta familiaridad con el código lingüís-
cuela no les incita a ello -como demuestran tico utilizado (al menos, en comparación con
cada vez que se suscita en el aula un debate o otras fuentes, como los libros de Historia) y con
cuestión que les interesa-, y en buena medida el soporte, gracias al uso de internet. Si tene-
porque también el hábito de comentar, analizar mos en cuenta el papel que estos códigos tie-
y no digamos cuestionar la realidad tiene mu- nen en el rechazo a la cultura escolar y en el
cho que ver con el contexto familiar. Pero, fracaso subsiguiente, no es un aspecto desde-
puesto que no entra en las funciones actuales ñable a favor del enfoque que estamos defen-
de la escuela el cuestionarse a sí misma y su diendo, por su incidencia sobre la motivación y
función social, como apuntaba Rozada57, con el autoconcepto que pueda desarrollar el estu-
todo el potencial que ello conllevaría al consti- diante: elementos ambos que son capitales
tuir un subsistema de actividad de los estudian- para activar concepciones y conseguir aprendi-
tes, por ocupar buena parte de su tiempo, per- zajes significativos59.
mítasenos conformarnos con lo que puede que
no sea más que un sucedáneo para intentar Compartiendo la necesidad de abrir la escuela a
fundamentar una intervención sobre la con- estos contextos de aprendizaje, nos parece que
ciencia ordinaria algo más enraizada en la praxis estas posibilidades superan, al partir de un en-
de los estudiantes. foque que integra la crítica del currículum y un
objetivo político -poner en cuestión la concien-
Así pues, si consideramos que los adolescentes cia ordinaria-, las ventajas que observa Fernán-
se relacionan con los problemas sociales pre- dez Enguita en su entusiasta defensa de los
sentes -o con aquellos no tan próximos tempo- medios virtuales60. Con ello, creemos que se
ralmente pero que aún forman parte de la cul- demuestra una vez más la potencia del enfoque
tura popular de alguna forma-, de forma más o dialéctico-crítico en su relación con las fuentes
menos cotidiana a través de los medios ya alu- del currículo.
didos (búsquedas, videojuegos, foros, etc.),
podemos asumir que un tratamiento de los Partiendo de estas bases, debemos reconocer
contenidos históricos a partir de la Historia el reto que supone tratar de desarrollar el pen-
actual hace posible insertar de algún modo el samiento crítico desde el conocimiento escolar;
conocimiento escolar en su praxis, contextuán- un conocimiento construido desde el análisis de
dolo socialmente, y vincularlo a las concepcio- los problemas relevantes, y desde el análisis de
nes construidas en estos medios de relacionar- las estructuras de problemas referidos a la His-
se y comunicarse -en mayor grado en los cursos toria del presente.
superiores de la Secundaria y Bachillerato,
cuando empieza a desarrollarse, por lo general, 58
Rozada, J.M., Formarse como profesor, op. cit., pp.
la preocupación por estos problemas- propor-
242-245.
cionándole sentido. Más aún, como avanzába- 59
Varela, J., “Clases sociales, pedagogías y reforma
mos más arriba, la multiplicación de puntos de educativa”, op. cit., p. 224 y ss. Merchán, F.J., Ense-
ñanza, examen y control, op. cit., p. 60 y ss.
57 60
Rozada, J.M., “Los profesores, en la encrucijada”, Fernández Enguita, M., La educación, op. cit., p.
op. cit. 166 y ss.

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El papel de la Historia Actual Sergi Sanchiz Torres et.al.

Ahora bien, este planteamiento no es sencillo. está mucho más acostumbrado a la inmediatez,
Así pues, una forma de abordar este problema por lo que el estudio directo de sistemas políti-
es el recurso a la sincronía61. Sin embargo, la cos pretéritos, de problemas sociales del pasa-
dificultad radica en que el sincronismo requiere do, etc., puede generar un cierto rechazo o
de un cierto grado de abstracción. Esta abstrac- apatía, al carecer de sentido para su praxis.
ción es compleja, dado que el alumnado no
siempre domina las operaciones formales para Sin embargo, los docentes nos encontramos
la construcción de conocimiento. Así pues, la con otro reto añadido, y es el currículo vigente,
consecuencia para el docente es un reto, ya que que nos acucia a abordar determinados proce-
la enseñanza de los contenidos propiamente sos históricos. Por consiguiente, y partiendo de
históricos es de por sí una tarea muy compleja. la premisa de que uno de los elementos de
dificultad de la disciplina es la temporalidad y
No obstante, aunque esta dificultad existe, des- su comprensión, se podría cuestionar la actual
de una perspectiva constructivista, los docentes estructura del currículo de Historia en Secunda-
tenemos que tratar de fomentar en los alumnos ria. El docente debe, y puede, probar diferentes
el desarrollo de las operaciones formales, aun- alternativas curriculares63.
que siempre desde dentro de la “zona de desa-
rrollo próximo”. Es decir, que, pese a las dificul- Así pues, considerando que Piaget, autor muy
tades anteriormente apuntadas, el recurso a la recurrido en las “nuevas” propuestas metodo-
Historia actual es un instrumento pedagógico lógicas, defendía que el tiempo histórico cons-
muy potente por la riqueza de posibilidades truido por los niños que desarrollan las opera-
que comporta. ciones concretas (aquellos que están en primer
ciclo de la ESO) se edifica desde el tiempo vivido
En segundo lugar, partiendo de la premisa de al tiempo concebido, a nivel psicopedagógico es
que el objetivo de la enseñanza, como ha que- necesario reconstruir la forma de enseñar la
dado dicho, es el desarrollo de una ciudadanía materia, y partir desde el momento presente.
efectivamente crítica, pensamos que, sin entrar Por tanto, deducimos que la Historia actual es
en el “presentismo”, se puede abordar el estu- primordial para afrontar también el problema
dio de fenómenos, procesos, hechos y multi- epistemológico, psicopedagógico y curricular
causalidades pretéritas desde el estudio de que la disciplina nos plantea, principalmente en
situaciones actuales. En este punto, es posible primer ciclo de la secundaria obligatoria64.
fomentar el discurso autónomo de los alumnos
mediante el estudio de realidades históricas Por otra parte, otro argumento por el que el
con las que están mucho más familiarizados, abordaje de la Historia del momento presente
con mayor facilidad que el abordaje directo de es fundamental es la necesidad de que el alum-
procesos que tuvieron lugar en tiempos dema- nado desarrolle un discurso autónomo. Así
siado alejados para ellos. pues, la labor de elaboración de este discurso
analítico sobre la Historia les convierte en ciu-
Así pues, una herramienta muy interesante dadanos críticos por dos motivos. En primer
puede ser el recurso a problemas históricos lugar, porque con esta producción (que no “re-
recientes o actuales para, tras su análisis, esta- producción”) los alumnos se convierten en
blecer las continuidades que existen con pro- agentes y, por ello, asumen un nivel superior de
blemas del pasado que la legislación actual nos maduración intelectual. En segundo lugar, por-
impele a abordar. Recordemos que, en este que contribuye a erosionar el papel que la es-
momento, el alumnado, el “nativo digital”62, cuela vertical tiene en la reproducción de las

61 en Prats, J., et al., Enseñanza y aprendizaje de la


Prats, J. y Santacana, J., “¿Por qué y para qué
enseñar Historia?”, en Prats, J. et al., Enseñanza y Historia, op. cit., p. 128.
63
aprendizaje de la Historia en la Educación Básica, Gimeno Sacristán, J., “Prólogo”, en Stenhouse, L.,
México D.F., Universidad Pedagógica Nacional, 2011, Investigación y desarrollo del currículum. Madrid,
pp. 18-68. Morata, 1991, p. 4.
62 64
Miralles, P., “La Historia y el uso de las nuevas Prats, J. y Santacana, J., “¿Por qué y para qué
tecnologías de la información y de la comunicación”, enseñar Historia?”, op. cit., pp. 77-78.

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Sergi Sanchiz Torres et.al. El papel de la Historia Actual

relaciones de clase y de reproducción de la he- apareciendo como meros procedimientos inde-


gemonía sobre las clases subalternas. pendientes a transmitir, sin un último objetivo
explícito de lo que se pretende enseñar. Si se
Como colofón, el hecho de que se inicien en el persigue conseguir que el aprendizaje sea lo
proceso de comprensión de problemas y rela- más significativo posible en cada etapa del pro-
ciones estructurales desde el momento presen- ceso, se debe lograr dotar a las tareas y activi-
te les capacita para desarrollar una conciencia dades de un porqué y un para qué, otorgarles
crítica acerca de los problemas inmediatos, que una significación que permita al alumno cons-
realmente les conciernen. De esta forma se truir sus propios significados68.
desarrolla la significatividad pedagógica y la
significatividad lógica, que la legislación vigente Por eso, puede resultar interesante articular las
plantea como horizonte a perseguir en el siste- diferentes tareas de aprendizaje en torno a
ma educativo. producciones de diverso tipo que promuevan la
reflexión, la cooperación, la discusión colectiva
Por lo que respecta a las cuestiones metodoló- y la creatividad; proyectos lo más reales posible
gicas, de acuerdo con la perspectiva histórico- -siendo conscientes de que el conocimiento
cultural, el conocimiento surge primero de un escolar no puede dejar de serlo, mientras la
modo interindividual -en interacción con los escuela mantenga sus funciones, estas sí, bien
semejantes-, para pasar posteriormente a un reales pese a la ideología extendida al respecto-
plano intraindividual una vez interiorizado, por , conectados con otros ámbitos no escolares de
lo que el empleo de métodos dialógicos y mo- la realidad del alumnado, que establezcan un
delos colaborativos de aprendizaje parecen puente entre diferentes esferas de aprendizaje
presentarse como buenos recursos. Por ejem- y, consecuentemente, que permitan al alumna-
plo, tal y como ya se ha adelantado, formas de do profundizar en la comprensión global de los
construcción intersubjetiva del conocimiento, grandes problemas sociales y en su capacidad
como el diálogo reflexivo, los debates y los tra- de participación y transformación del entorno.
bajos grupales guiados por una figura conside- Nos parecen interesantes, por ejemplo, las pro-
rada como autoridad intelectual, que consiga puestas de Giroux en torno a la escritura, como
dirigir inicialmente y poner en cuestión sus pro- herramienta para integrar los aprendizajes,
pias concepciones, constituyen una opción na- reestructurar los esquemas conceptuales y ex-
da desdeñable65. De esta manera, la perspectiva perimentar la importancia que tienen los mar-
constructivista coincide con los planteamientos cos de referencia69. En cualquier caso, las pro-
críticos que buscan producir formas alternativas ducciones de que se trate podrán contribuir
de conocimiento, moralmente superiores y también a dotar de sentido a los aprendizajes si
menos unidimensionales que el conocimiento pueden ser proyectadas al exterior de la escue-
socialmente sancionado como el único válido66. la, contribuyendo de alguna forma al debate
público, para lo cual se vuelve a poner de relie-
En este punto, cabe recordar la diferenciación ve el papel de la Historia actual70: guerras, mi-
que Del Río y Álvarez establecen entre las ta- graciones, conflictos sociales y políticos pueden
reas y las actividades, las cuales están ligadas o ser situados en el centro del aprendizaje para
dirigidas a motivos, por lo que les corresponde someter a escrutinio público sus orígenes a
el papel organizador del sentido67. Sucede en través del estudio de la Historia.
muchas ocasiones que las tareas se presentan
aisladas de todo contexto y las actividades no
suelen vincularse a motivos rectores claros, 68
Ibáñez Herrán, J.E., “La psicología histórico-
cultural: cultura, actividad y aprendizaje”, Educación
Transformadora - Acción Social - Ciencias Sociales -
65
Chaves Salas, A. L., “Implicaciones educativas”, op. TIC, 2004. Disponible desde internet en:
cit. <http://jei.pangea.org/edu/f/psic-h-c.htm> [consul-
66 tado el 2 de mayo de 2017].
Vid. Gimeno Lorente, P., Didáctica crítica y comu-
69
nicación, op. cit., para ver una línea de trabajo desa- Giroux, H., Los profesores como intelectuales.
rrollada a partir de la Acción Comunicativa de Ha- Hacia una pedagogía crítica del aprendizaje. Barce-
bermas. lona, Paidós, 1990, pp. 106 y ss.
67 70
Del Río, P. y Álvarez, A., “Tres pies al gato”, op. Vid. Cuesta, R., Los deberes de la memoria en la
cit., p. 55. educación. Barcelona, Octaedro, 2007, p. 92 y ss.

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El papel de la Historia Actual Sergi Sanchiz Torres et.al.

Una observación: las “nuevas” metodologías en crítico y transformador como ciudadanos libres
boga, con el concurso de las competencias, han y activos capaces de modelar la sociedad.
pretendido cumplir este loable objetivo de vin-
cular la escuela a la vida. Sin embargo, pese a La escuela -como un agente más que interviene
las evidentes posibilidades de tales tecnolo- en la educación del individuo a lo largo de su
gías71, en relación con la “ciudadanía crítica” tan vida- es un lugar donde se recibe la cultura pe-
presente en la normativa, el objetivo primordial ro, sobre todo, donde se interpreta y se rene-
de la metodología predominante es esencial- gocia entre todos sus integrantes. A partir de
mente mercantilista, en tanto en cuanto pre- esta idea, la Historia actual se convierte en un
tende crear un capital humano eficiente, eficaz elemento pedagógico esencial que ayuda a
y dócil, bajo una perspectiva socialmente se- evitar el aprendizaje fragmentado y superficial,
gregadora. Así pues, no sólo la meta no es for- y que redunda en la formación de un alumnado
mar un pensamiento crítico, sino que la ten- crítico porque insiste en la valoración de los
dencia al reparto de tareas, en ocasiones me- hechos y procesos en base al grado de conti-
ramente mecánicas, lleva a reproducir frecuen- nuidades y cambios y similitudes, pero siempre
temente las diferencias sociales a través de en relación con el tiempo actual, que es el más
tales proyectos. Objetivo que, no lo negaremos, fácilmente asumible, y sobre el que se constru-
tiene mucho que ver con la vida -en especial, ye un proyecto de ciudadanía.
con la de las clases subordinadas-, pero nada de
emancipatorio. Concepciones, significados, estereotipos, pre-
juicios, marcos de referencia… Es evidente que
Por otra parte, los productos, que muchas veces estos términos no son ajenos a preocupaciones
se convierten en un fin en sí mismos, no resuel- que van más allá de los aprendizajes escolares,
ven el problema de la contextualización de los y que tienen mucho que ver con la formación
aprendizajes; como ocurre con la incidencia de de la conciencia ordinaria o conciencia distor-
lo social en los métodos colaborativos, se limita sionada72 acerca de los problemas del mundo
por lo general al aula, se mantiene al margen que nos rodea. Al fin y al cabo, como se ha po-
del contexto histórico-social, fuera de los sub- dido apreciar, si nos preocupa tanto conseguir
sistemas de actividad de los estudiantes, perpe- dotar de sentido a la Historia escolar es por el
tuando la separación entre la escuela y la vida, interés que entraña la posibilidad de intervenir,
pese a las apariencias. Pero, si la significatividad desde la escuela, sobre esa conciencia ordina-
y el sentido requieren que se dote de un objeti- ria, lo que convierte la educación en una prácti-
vo a los aprendizajes (como se suele justificar la ca política de carácter emancipatorio. Como
necesidad de elaborar un producto), ¿por qué hemos intentado demostrar, la Historia actual
no puede ser ese objetivo la comprensión de es a la vez objeto e instrumento en esta tarea.
algunos de los grandes problemas de su tiempo
-los interrogantes a los que nos referíamos an-
teriormente-, si esta es una inquietud muy pre-
sente en estas edades?

Con todo lo dicho queda patente, a nuestro


entender, la necesidad de cambiar el enfoque
dado a la Historia escolar y realizar un esfuerzo
por dotar de sentido al aprendizaje que ocurre
diariamente dentro del aula, conectándolo con
el contexto cotidiano de los alumnos. No sólo
por los motivos psicopedagógicos aducidos,
sino para que los alumnos puedan entender sus
72
prácticas socioculturales actuales como un pro- Preferimos este término al de “falsa conciencia”
ducto histórico, y puedan desarrollar su espíritu porque, a partir de las teorías de la producción,
ayuda a entender mejor los procesos de construc-
ción de consensos que aseguran la hegemonía de las
clases dominantes, dificultando la emancipación de
71
Amores, P. y Sanchiz, S., “Prácticas contrahege- las subalternas. Vid. Apple, M., Teoría crítica y edu-
mónicas”, op. cit. cación, op. cit., p. 79 y ss.

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