Está en la página 1de 19

Que es derecho comercial

También conocido como derecho mercantil, el derecho comercial es aquel grupo o conjunto de
leyes y regulaciones que se establecen en el ámbito económico para controlar justamente el tipo de
relaciones o vínculos que se puedan dar entre dos o más partes con fines comerciales y de
intercambio económico. El derecho comercial es un tipo de derecho particular que agrupa
cuestiones administrativas y legales con procedimientos fiscales y económicos por lo cual es
bastante amplio en comparación con otros tipos de derecho más resumidos o delimitados.

El derecho comercial se establece sobre la base de que los diferentes miembros de la sociedad
llevan a cabo normalmente diversos tipos de intercambio que pueden representar ganancias o
lucros. Así, el derecho comercial se interesará por este tipo de intercambios y no por aquellos que
no signifiquen algún tipo de ganancia, para regularlos y mantenerlos dentro de los límites de la
regulación común para todos. De este modo, el derecho comercial busca establecer parámetros
que deben ser respetados por todos aquellos que tomen parte en actividades comerciales con el fin
de ordenar y organizar este tipo de acciones.

diferencias entre derecho comercial y comerciante


Empresario es toda persona física o jurídica que realiza actividad
empresarial. La Ley 18.387 considera “ actividad empresarial ” a la
actividad profesional, económica y organizada con finalidad de
producción o de intercambios de bienes o servicios.
Comerciante es toda persona física o jurídica que ejerce actos de
comercio de cuenta propia y haciendo de ese ejercicio su profesión
habitual. El concepto de “ actos de comercio ” surge del art. 7 del CCom.
Grosso modo, surgen de lo que acabo de decir 3 diferencias.
1. El comerciante, para pode r ser considerado como tal, debe ejercer
su actividad “de cuenta propia ”. Esto significa que asume sobre su
patrimonio las consecuencias de su actividad.
Se considera empresario, en cambio, tanto quien actúa de cuenta
propia como quien actúa de cuenta ajen a. Éste sería el caso del
comisionista o del mandatario, por ejemplo.
2. El comerciante debe realizar actos de comercio. El empresario, en
cambio, debe realizar alguna actividad económica.
El concepto de acto de comercio es más restringido que el de activi dad
económica. Hay actividades económicas que, jurídicamente, no son
comerciales. Por ej.: la actividad agropecuaria.
3. El empresario debe realizar su actividad en forma organizada. El
comerciante no.
La palabra “organización ” es una alusión a una defini ción tradicional
de “empresa” como organización de trabajo ajeno y capital.
Puede alguien ser considerado comerciante, aunque ejerza su
actividad sin el auxilio de empleados y prácticamente sin capital.
El dueño de un kiosco, por ej., que lo explota él sol o, sería comerciante
pero no empresario .

fuentes del derecho comercial

Fuentes[editar]
Llamamos fuentes del Derecho Mercantil a todo aquello que se origina en su aspecto objetivo
de norma o regla obligatoria de conducta y constituye, por lo tanto, el modo o forma especial
como se desarrolla y desenvuelve esa rama del Derecho. Pueden ser fuentes del Derecho
Mercantil:

 La ley: el Derecho Mercantil es Derecho Positivo, ergo se regula con disposiciones de


carácter normativo (leyes, reales decretos, reales decreto legislativos, etc.). Es una rama
del Derecho Privado Común, por lo que en el caso de ausencia de una norma específica y
siendo imposible aplicar analógicamente una disposición del propio Derecho Mercantil
para completar una laguna, regirá el Derecho común, que en este caso es el civil.

 La costumbre: es la repetición constante y uniforme de actos obedeciendo a las


convicciones jurídicas que consisten en la certeza de que ellos pueden ser objeto de una
sanción legal o judicial. En el Derecho Mercantil cobran especial importancia los usos de
comercio.

 La jurisprudencia: Es una interpretación de la ley y es realizada por los órganos


jurisdiccionales. No es fuente del Derecho, tal y como establece el Código Civil, pero sirve
de apoyo interpretativo. Dado el carácter profesional de los jueces y magistrados, la
jurisprudencia es consensualmente considerada como la mayor fuente interpretativa del
Derecho Positivo en caso de laguna, aunque formalmente no sea una fuente

3. PRINCIPIOS MÁS IMPORTANTES:


El Derecho Procesal como ciencia está dirigido por principios fundamentales, a fin
de que el proceso se inicie, se devuelva y llegue a su fin. Para una mejor ilustración
indicamos debidamente analizados los principios más importantes en la ciencia
procesal:

3.1. Principio de dirección judicial del proceso:


También llamado principio de autoridad, su naturaleza obedece a limitar los excesos
del sistema dispositivo (dominio de las partes en el proceso). CHIOVENDA señala
que el juez no puede mantener la actitud pasiva que tuvo en el proceso de otros
tiempos, sino que debe estar provisto de autoridad.
En aplicación de este principio, el Juez se convierte en director de proceso,
provisto de una serie de facultades para dejar de ser un “convidado de piedra”. Es por ello que
este principio consiste en otorgar al Juez la aptitud necesaria para conducir
autónomamente el proceso sin necesidad de intervención de las partes para la
consecución de sus fines.
“Su presencia histórica se explica como el medio a través del cual se empiezan a
limitar los excesos del sistema privatístico, aquél en el cual el juez tiene durante el
desarrollo de la actividad procesal un rol totalmente pasivo, previsto sólo para
legitimar la actividad de las partes”.
“El principio de dirección judicial es la expresión que mejor caracteriza al sistema
publicístico. En él se privilegia el análisis e importancia del proceso desde la
perspectiva creo de su función pública, es decir, como medio utilizado por estado
para hacer efectivo el derecho objetivo y concretar finalmente la paz social en
justicia”
Conforme al principio de dirección judicial el juez que asume un papel protagónico
en el proceso y no se limita a observar la actividad procesal de las partes si no que
es aquel quien la encamina el resultado del proceso e, inclusive, promueve (a través
de los mandatos judiciales correspondientes) los actos procesales necesarios a fin
de impulsar el proceso, esclarecer los hechos, formarse convicción de los mismos
y resolver en consecuencia, dándole así solución al conflicto de intereses que fuera
puesto en su conocimiento.
3.2. Principios de la exclusivilidad y obligatoriedad de la función jurisdiccional:
“En este un principio elemental, sin el cual la vida en comunidad se haría imposible
en forma civilizada, pues es fundamento de la existencia misma del Estado, como
organización jurídica. Sus consecuencias son: prohibición de la justicia privada y
obligatoriedad de las decisiones judiciales”.
MONROY GÁLVEZ, en lo que concierne de la exclusividad y obligatoriedad de la
función jurisdiccional, anota lo siguiente:
“Nadie puede irrogarse en un Estado de derecho la función de resolver conflictos de
intereses de relevancia jurídica, sea en forma privada o por acto propio. Esta
actividad le corresponde al Estado a través de sus órganos. El Principio significa,
además, que si la persona es emplazada por un órgano jurisdiccional, debe
someterse necesariamente al proceso instaurado contra él. Es más, para cuando el
proceso acabe, dicha persona estará obligada a cumplir con la decisión que se
expida en el proceso del cual formo parte. En cualquiera de ambos casos, ni su
actividad ni su omisión podrá liberarla de la obligatoriedad de cumplir con lo que se
decida. Podrá ser compelida a ello, por medio de la fuerza estatal”.
3.3. Principio de independencia del órgano jurisdiccional:
“Para que se pueda obtener el fin de una recta administración de justicia es
indispensable que los funcionarios encargados de tan delicada y alta misión puedan
obrar libremente en cuanto a la apreciación del derecho y de la equidad, sin más
obstáculos que las reglas que la ley les fije en cuanto a la forma de adelantar el
proceso y de proferir su decisión”
En principio de independencia del órgano jurisdiccional “rechaza toda coacción
ajena en el desempeño de sus funciones”.
3.4. Principio de socialización del proceso:
Consiste en que el juez está facultado para impedir la desigualdad entre las partes
que concurren al proceso, por razón de raza, sexo, religión, idioma, o condición
social, política o económica. Este principio convierte la tesis de la igualdad ante la
ley en igualdad de las partes en el proceso. Significa la humanización del proceso,
puesto que se tratan hechos causados por personas y se juzgan problemas
humanos.
3.5. Principio dispositivo:
En aplicación a este principio, el proceso está sujeto a la voluntad de las partes,
fundamentándose en la autonomía de la voluntad.
MILLAR define a este principio, “como la potestad que tienen las partes para ejercer
o no un acto procesal”
“Supone que en Derecho procesal civil pasa sobre las partes la carga de
proporcionar los fundamentos de la sentencia mediante sus actos de postulación
(peticiones, alegaciones, aportación de pruebas: quo non est in actis (partium), non
est in mundo. Simple consecuencia de ello es que el juez debe tener por verdad lo
no controvertido (principio de la verdad formal)”
ALDO BACRE lo define como “aquel principio en cuya virtud se confía a la actividad
de las partes tanto estimulo de la función judicial como la aportación de los
materiales sobre las cuales ha de versar la decisión del juez”.
Según VÉSCOVI “el principio dispositivo es el que asigna a las partes, y no al juez,
la iniciativa del proceso, el ejercicio y el poder de renunciar a los actos del proceso”.
El principio dispositivo se manifiesta en las prescripciones del código procesal civil
sobre las reglas de competencias, presentación de la demanda, el cumplimiento de
las formalidades que señalan los artículos 424 y 425 del C.P.C., las excepciones y
defensas previas, la contestación de la demanda para dar fin al proceso mediante
la transacción, conciliación, allanamiento, etc. Todas estas instituciones han servido
de base a todas las legislaciones de América.
3.6. Principio inquisitivo:
Por principio inquisitivo “es el órgano jurisdiccional el que tiene esos poderes
(iniciativa del proceso); él es quien debe actuar por sí e investigar (inquirire”. En el
procedimiento inquisitivo “es el tribunal el que lo inicia, averigua y decide con
libertad, sin estar encerrado en los límites fijados por las partes”.
PEYRANO apunta que en el principio inquisitivo “la iniciación del proceso, su
desarrollo, los aportes probatorios, las posibilidades de finiquitarlo, los límites de la
sentencia a dictarse y su impugnabilidad, son preocupaciones casi exclusivas del
Estado”.
3.7. Principio de bilateralidad o del contradictorio o de defensa en juicio:
Este principio está basado en que todo proceso contencioso o no contencioso son
indispensables dos partes (demandante y demandado). Este principio dio origen a
la denominación de sujetos de la litis, que actualmente ha variado por la de “partes
del proceso”.[1]

Consiste en que los actos procesales deben realizarse con conocimiento de las
partes. Un acto procesal debe realizarse con la información previa y oportuna al
contrario, a fin de que éste pueda hacer valer su derecho de defensa y rebatir la
pretensión de la otra parte.[2]

“Este principio es una derivación de la clausura constitucional que consagra la


inviolabilidad de la defensa en juicio de las personas y los derechos, y que se
resume en la siguiente afirmación: las partes en el proceso han de tener la
oportunidad de expresar su razones y producir pruebas”.
“El principio de bilateralidad de la audiencia o del contradictorio expresa que, salvo
excepciones limitadas, el juez no podrá actuar su poder de decisión sobre una
pretensión, si la persona contra quien aquella ha sido propuesta no ha tenido la
oportunidad de ser oída: audiatur et altera pars”.

“La contundencia del axioma persigue que todo acto personal, desde aquel que
contiene la pretensión, hasta aquellos que tengan la mínima en los derechos del
confrontado, puedan merecer la réplica del oponente y, en su caso, prueba que lo
desmerezca y descalifique”.

ALSINA anota por su lado que “de acuerdo al principio constitucional que garantiza
la defensa en juicio, ha establecido el régimen de la bilateralidad, según el cual
todos los actos del procedimiento deben ejecutarse con intervención de la parte
contraria. Ello importa la contradicción. O sea el derecho a oponerse a la ejecución
del acto, y el controlador, o sea el derecho verificar su regularidad”.[3]
3.8. Principio de publicidad:
Implica el deber del Juez de procurar que el proceso se desarrolle con conocimiento
público; es decir, se admite la posibilidad de que el desarrollo general del proceso y
determinados actos procesales (principalmente audiencias) sean de conocimiento
de cualquier interesado. Este principio constituye una garantía de la Administración
de Justicia que ha sido recogido por el Código Procesal Civil, a fin de demostrar que
no existe algo escondido en el proceso, que se preste a suspicacias de las partes o
duda en cuanto a la imparcialidad del órgano jurisdiccional.
“Significa este principio (de publicidad), que no debe haber justicia secreta, ni
procedimientos ocultos, ni fallos sin antecedentes ni motivaciones”.
“El principio de publicidad comporta la posibilidad de que los actos procesales sean
presenciados o conocidos incluso por quienes no participan en el proceso como
partes, funcionarios o auxiliares”.
GOZAÍNI señala al respecto que “la publicidad en el proceso denomina a la
posibilidad de que las partes y terceros (público en General) puedan tener acceso
al desarrollo del litigio, haciendo las veces de control hacia la responsabilidad
profesional de jueces y abogados”. Dicho autor anota que “al referirnos al procesos,
exclusivamente, la disputa entre intereses privados, a veces reservados por su
naturaleza intrínseca – cuestiones de derecho de familia-, demuestra que la
publicidad no puede ser absoluta”.
3.9. Principio del impulso procesal de oficio:
DEVIS ECHANDÍA refiere que este principio “se relaciona directamente con el
inquisitivo, y consiste en que, una vez iniciado el proceso, debe el juez o el
secretario, según el acto de que se trate, impulsar su marcha sin necesidad de que
las partes lo insten a hacerlo, pues simplemente se trata de cumplir las normas
legales que lo regulan, y son responsables de cualquier demora ocasionada por su
culpa”.
El mencionado autor advierte que, no obstante lo expresado, “hay ciertos actos que
necesariamente deben tener origen en la voluntad expresa de las partes, y, además,
hay otros, simplemente de tramitación, que también les corresponden, como
consecuencia del principio dispositivo que parcialmente rigen los procesos civiles”.
3.10. Principio de adquisición:
Consiste en que los actos, documentos, medios probatorios e informaciones
brindadas a través de las declaraciones que han proporcionado las partes se
incorporen al proceso. En consecuencia, los instrumentos presentados con la
demanda u otros escritos dejan de pertenecer a las partes y en adelante pertenecen
al proceso como instrumento público del órgano jurisdiccional.
Según HUGO ROCO este principio consiste en: “que allí donde las partes han
desarrollado cierta actividad, haciendo que el proceso adquiera determinados
elementos del mismo, tales actos o elementos permanecen firmes e inmutables, de
suerte que de ellos pueden valerse no solamente la parte que ha promovido su
adquisición sino también las otras”.
“Es un concepto técnico reconcilia con la celeridad procesal en cuanto a reunir en
beneficio de litigio alegación, prueba y postulación que efectúen las partes”.
“Significa que la actividad de los contradictores beneficia o perjudica cualquiera de
ellos, inclusive puede realizar contra la voluntad de aquel que solicito determinado
cumplimiento”.
Similar posición es adoptada por ALDO BACRE cuando señala que “de acuerdo con
este principio, todas las partes vienen a beneficiarse o a perjudicar por igual con el
resultado de los materiales aportados a la causa por cualquiera de ellas”.
3.11. Principio de eventualidad:
El principio de eventualidad “fuerza a las partes a aportar de una sola vez todos los
medios de ataque y defensa como medida de previsión – in eventum - para el caso
de que el primeramente interpuesto sea desestimado”.
Así también lo considera GOZAÍNI cuando afirma que el principio de eventualidad
“consiste en pedir a las partes que todos los actos de postulación, ataque y defensa,
respondan a las etapas preclusivas del proceso; de modo tal que cada uno de los
planteos deducidos en el curso de un litigio deban presentarse en forma simultánea
y no sucesiva, esto es, prohibiendo el ejercicio ad – eventum que supone dejar
abierta una posibilidad de alternancia si la petición principal fracaso”.
3.12. Principio de preclusión:
“Por por la preclusión procesal, en situación, los tiempos del proceso, se articula y
el orden secuencial de los actos, de manera ordenada, progresiva y donde cada
actividad debe cumplirse en el período designado. Ello significa que el transcurso
de una fase para seguir a otra consume la oportunidad y extingue el tiempo ofrecido
para hacer”.
Al decir de COUTURE, “el principio de preclusión está representado por el hecho
de que las diversas etapas del proceso se desarrollan en forma sucesiva, mediante
la clausura definitiva de cada una de ellas, impidiéndose el regreso a etapas y
momentos procesales ya extinguidos y consumados”.
El principio de preclusión es opuesto al principio de discresionalidad o de liberalidad
o de unidad de vista, como lo determinan algunos procesalistas.
Por el principio de preclusión se impulsa el procedimiento, porque cada acto
procesal supone la fijación de un límite en la duración de cada estadío; ejecutándose
dentro de un lapso de tiempo trascurrido el cual se pasa a una nueva etapa. Este
principio no puede cumplirse cuando los actos procesales están viciados de alguna
causa de nulidad sancionada por el artículo 171 del C.P.C., imposible de
subsanarse por estar expresamente contenida en la ley y por carecer de requisitos
indispensables para obtener la finalidad del proceso.
3.13. Principio de oralidad:
“Principio de oralidad, por oposición a principio de escritura, es aquel que surge de
un derecho positivo en el cual los actos procesales se realizan en viva voz,
normalmente audiencia, y reduciendo las piezas escritas a lo estrictamente
indispensable”.
El maestro ALZAMORA VALDÉZ, sostiene que “son indiscutibles las ventajas del
sistema oral resumidas por CHOVENDA:
1. Predominio de la palabra y atenuación del uso de los escritos;
2. Inmediación del juzgador con los litigantes;
3. Resolución conjunta de cuestiones interlocutorias”.
En el nuevo C.P.C. encontramos la aplicación predominantemente de este principio
sólo en la audiencia de pruebas, donde deben actuarse y resolverse las cuestiones
que surjan, sin que esto signifique que los actos procesales que realicen las partes
y el órgano jurisdiccional conste por escrito para la expedición de un falló con mayor
certeza.
3.14. Principio de inmediación:
DEVIS ECHANDÍA señala: “significa que debe haber inmediata comunicación entre
el Juez y las personas que obran en el proceso, los hechos que en él deban hacerse
constar y los medios de prueba que se utilicen ”.
La inmediación comprende un aspecto subjetivo que se refiere a que el Juez deberá
tener mayor contacto con los sujetos del proceso (partes y terceros), y un aspecto
objetivo que consiste en el contacto directo del Juez con los objetos del proceso
(documentos, lugares, etc.). Se busca un contacto directo e inmediato del Juez con
estos elementos, ya que al participar de esta manera en la realización de todos los
actos procesales, el juzgador adquiere mayores y mejores elementos de convicción.
En la aplicación de este principio se ha privilegiado la Oralidad sin descartar la
Escritura, pues ésta viene a ser el mejor medio de perpetuar y acreditar la ocurrencia
de un hecho o la manifestación de voluntad en un proceso.
“Es aquel que exige el contacto directo y personal del juez con las partes y con todo
el material del proceso, incluyendo cualquier medio indirecto de conocimiento
judicial (terceros, escritos)”.
COUTURE indica sobre el particular que “el nombre del principio de inmediación se
usa para referirse a la circunstancia de que el juez actúe junto a las partes, en tanto
sea posible en contacto personal con ellas, prescindiendo de intermediarios tales
como relatores, asesores, etc.”.
PEYRANO dice el principio de inmediación que “pretende que el sentenciador tenga
el mayor contacto personal con los elementos subjetivos y objetivos de que
conforman el proceso ser comillas. PEYRANO agrega que “su antítesis lógica está
representada por el principio de mediación, que, inspirado quizás en el resquemor
de que el contacto vivencial por afectar la imparcialidad del juzgador, sustenta la
convivencia de que el tribunal guarde una relación impersonal e indirecta con las
partes y demás sujetos a proceso, como así también con su substrato objetivo”.
El principio de inmediación “propicia tres objetivos fundamentales:
a. Que el juez se halle en permanente e íntima vinculación con los sujetos procesales.
b. Que sea el director del proceso atendiendo cada una de sus etapas, en especial la
probatoria.
c. Que las partes, entre sí, se comuniquen bajo la consigna que supone el principio de
bilateralidad de la audiencia. Es decir, repliega absolutamente la posibilidad de
actos que sólo pueda el juez conocer a partir de una presentación directa que no
tenga traslado”.
ALSINA sostiene que el principio de inmediación “significa que el juez debe
encontrarse en un estado de relación directa con las partes y recibir personalmente
las pruebas, prefiriendo entre éstas las que se encuentren bajo su acción
inmediata”.
En opinión de GOLDSCHMIDT el principio de inmediación “rige especialmente para
la recepción de la prueba, y significa que el juez ha de sujetarse en ella a estos dos
postulados:
a. Utilización inmediata de los medios probatorios (principio de inmediación el sentido
subjetivo o formal).
b. Y que ha de utilizar los medios de prueba inmediatos (principio de inmediación y
sentido objetivo o material).
En el primer sentido, el principio de inmediación prescribe juez cómo ha de utilizar
los medios probatorios, y se refiere a la relación del juez con los medios de prueba;
en el segundo, determina juez qué medios probatorios ha de utilizar, y se refiere a
la relación de los medios de prueba con la cuestión a probar”.
3.15. Principio de legalidad de las formas:
GOZAÍNI, acerca de este principio, refiere lo siguiente:
“El procedimiento para ser tal, no se configura simplemente por la secuencia
ordenada de actos procesales, quiere que estos cumplan una forma preestablecida
que los conduzca y permita interpretarlos congruentes con la etapa de litigio que
atraviesan.
Estas formas condicionan la manifestación exterior del acto, comprometiendo su
contenido; van dirigidas a las partes, terceros, auxiliares y al mismos órgano
jurisdiccional.
Cuando las reglas adjetivas señalan el modo de ser de los actos que componen el
proceso, se habla del principio de legalidad de las formas; en oposición a la libertad
de emitir requerimientos, alegaciones y decisiones, sin cumplir recaudo alguno de
orden ritual, o simplemente llamado, informalismo”.
3.16. Principio de saneamiento:
“Se instala en el campo de las facultades de la jurisdicción, procurando expurgar
aquellos vicios que inducen al entorpecimiento de la causa, o que provocan
dificultades para reconocer el objeto en discusión, generalmente destinados a
prolongar el proceso o impedir su rápida finalización”.
3.17. Principio de economía procesal:
Consiste en procurar la obtención de mayores resultados con el empleo de la
actividad procesal que sea necesaria. Está referido al ahorro de tiempo, gastos y
esfuerzos.
El ahorro de tiempo está referido a que el proceso no se debe desarrollar tan lento
que parezca inmóvil, ni tan rápido que implique la renuncia a las formalidades
indispensables.
El ahorro de gastos se refiere a que los costos del proceso no impidan que las
partes hagan efectivos sus derechos.
La economía de esfuerzos alude a la posibilidad de concretar los fines del proceso,
evitando la realización de actos regulados, pero que resultan innecesarios para
alcanzar el objetivo del proceso. La improcedencia de medios probatorios referidos
a hechos admitidos por las partes en la demanda o en la contestación de la misma.
“Se define como la aplicación de un criterio utilitario en la relación empírica del
proceso con menor desgaste posible que la actividad jurisdiccional”.
“En este orden de ideas se considera el problema desde dos ángulos:
a. Una economía financiera del proceso.
b. Una simplificación y facilidad de la actividad procesal.
La duración del proceso y el costo de la actividad jurisdiccional”.
El principio de economía procesal tiene como objeto el lograr “un proceso, ágil,
rápido y efectivo, en el menor tiempo; finalidades que se consiguen poniendo el
acento en la conducta a observar por las partes y en la simplificación que estructure
el procedimiento”. “El principio de economía procesal orienta al justiciable para obrar
con interés y celeridad, poniéndole condiciones técnicas en sus actos”.
3.19. Principio de concentración procesal:
Este principio busca que el proceso se realice en el menor tiempo posible y en forma
continua, evitando que las cuestiones accidentales e incidentales (medidas
cautelares o recursos impugnatorios) entorpezcan el desarrollo del proceso al
dilatarlo sin necesidad. Por ello se regula y limita la realización de los actos en
determinadas etapas del proceso.
“Radica en cumplir todas las secuencias del procedimiento en la menor cantidad
posible de actos”.
Para COUTURE “se denomina principio de concentración a aquel que pugna por
aproximar los actos procesales unos a otros, concentrando en breve espacio de
tiempo la realización de ellos”.
A criterios de VÉSCOVI, el principio de concentración “propende reunir toda la
actividad procesal en la menor cantidad posible de actos y a evitar la dispersión, lo
cual, por otra parte, contribuye a la aceleración del proceso”.
En palabras de ALSINA “tiende el principio de concentración a acelerar el proceso
eliminando trámites que no sean indispensables, con lo cual se obtiene al mismo
tiempo una visión más concreta de la litis. Ello supone la concesión al juez de
facultades amplias en la dirección del procedimiento, que le permita negar aquellas
diligencias que considere innecesarias y disponer en cambio ciertas medidas
destinadas a suplir omisiones de las partes o que estime convenientes para
regularizar el procedimiento”.
DEVIS ECHANDÍA afirma que el principio que se examina “tiende a que el proceso
se realice en el menor tiempo posible y con la mejor unidad. Para esto se debe
procurar que el proceso se desenvuelva sin solución de continuidad y evitando que
las cuestiones accidentales o incidentales entorpezcan el estudio de lo
fundamental”.
Igualmente, prosigue DEVIS ECHANDÍA, “tiende este principio a dejar todas las
cuestiones planteadas, los incidentes, excepciones y peticiones, para ser resuelta
simultáneamente en la sentencia, concentrando así el debate judicial”.
3.20. Principio de celeridad procesal:
Se refiere a que los actos procesales deberán realizarse en el menor tiempo posible
respetando las normas del Debido Proceso; es la expresión más concreta del ahorro
de tiempo en forma razonable, acorde con los principios procesales y la
normatividad procesal; se expresa en instituciones como la perentoriedad de los
plazos, el impulso de oficio, etc.
“El principio de celeridad es la manifestación concreta del principio de economía
procesal por razón de tiempo. El principio de celeridad procesal se expresa a través
de diversas instituciones del proceso, por ejemplo, la perentoriedad o
improrrogabilidad de los plazos o principios como el de impulso oficioso del
proceso”.
“Este principio se presenta en forma diseminada a lo largo del proceso, por medio
de normas impeditivas y sancionadoras a la dilación innecesaria, así como a través
de mecanismos que permiten el avance del proceso con prescindencia de la
actividad de las partes”.

3.21. Principio de vinculación y elasticidad:


La actividad judicial es una función pública realizada con exclusividad por el Estado.
En uso del Ius Imperium, comprende a las normas procesales dentro del derecho
público, dadas a fin de mantener el orden público; por tanto, estas normas son
obligatorias y de carácter imperativo.
El principio de Elasticidad señala que, si bien las formalidades previstas en el
Código Procesal Civil son de carácter obligatorio, el Director del Proceso -el Juez-
tiene la facultad de adecuar la exigencia de cumplir con estos requisitos formales a
los fines del proceso, es decir, la solución del conflicto de intereses o la
incertidumbre jurídica y la paz social en justicia.
3.22. Principio de iniciativa de parte y de conducta procesal:
Según CARNELUTTI: “La iniciativa de parte es indispensable no sólo para pedir al
Juez la providencia, sino también para poner ante su vista los hechos de la causa”.
Esta es manifiesta expresión del Sistema Dispositivo, que consiste en
Facultar a las partes a promover el inicio del proceso en uso del derecho de acción
que le asiste.
Por el principio de Conducta Procesal, se pone de manifiesto los principios de
Moralidad, Probidad, Lealtad y Buena Fe Procesal que están destinados a asegurar
la ética del debate judicial, delegando la responsabilidad en el Juez de garantizarla
moralidad del desarrollo de la contienda y como contraparte la obligación de las
partes a remitir su desenvolvimiento a este principio. Considera valores como la
buena fe, la honestidad, la probidad, la veracidad, a fin de evitar la presencia del
“improbus litigator”.

“La buena fe, la lealtad, la veracidad, la probidad, son predicados que se involucran
en el principio de moralidad; inclusive son concreciones positivas de la legislación
en materia de moralización del derecho procesal. El principio de moralidad es un
conjunto de reglas de conducta presididas por el imperativo ético a que debe ajustar
su comportamiento procesal todos los sujetos procesales: partes, procuradores,
abogados, jueces, etc.”.
3.23. Principio de congruencia procesal:
Es conocido como principio de consonancia. En virtud a este postulado se limita el
contenido de las resoluciones judiciales; es decir, que deben emitirse de acuerdo
con el sentido y alcance de las peticiones formuladas por las partes para el efecto
de que exista identidad jurídica entre lo resuelto y las pretensiones, excepciones o
defensas oportunamente deducidas. En un principio que delimita las facultades
resolutivas del juez.
“Es el principio normativo que exige la identidad jurídica entre los resuelto, en
cualquier sentido, por el juez en la sentencia y las imputaciones formuladas al
procesado y las defensas formuladas por esté contra tales imputaciones; en todos
los procesos, también entre la sentencia y lo ordenado por la ley que sea resuelto
de oficio por el juzgador”

3.23. Principio de la motivación de las resoluciones judiciales:


DEVIS ECHANDÍA, acerca de este principio, expresa lo siguientes:
-“Es indispensable que los funcionarios judiciales expliquen y fundamenten sus
decisiones, a menos que se trate de simples órdenes para el impulso del proceso”.
“De esta manera se evitan arbitrariedades y se permite a las partes usar
adecuadamente el derecho de impugnación contra la sentencia para los efectos de
la segunda instancia, planteándole al superior las razones legales y jurídicas que
desvirtúan los errores que condujeron que al juez a su decisión.
Porque la resolución de toda sentencia es resultado de las razones o motivaciones
que en ella se explican”.

3.24. Principio de la doble instancia o pluralidad de instancias:


“Para que este derecho a impugnar las decisiones de los jueces sea efectivo y el
demandado pueda contradecir adecuadamente las pretensiones del actor y este las
excepciones de aquel, la doctrina y la legislación universales han establecido en la
organización jerárquica en administración de justicia, con el fin de que, como regla
General, todo proceso se ha conocido por dos jueces de distinta jerarquía si los
interesados los requieren oportunamente mediante el recurso de apelación y en
algunos casos por consulta forzosos”.

4. Principio de la cosa juzgada:


La cosa juzgada implica el asignarle un carácter definitivo e imputable a la
declaración de certeza contenida en la sentencia. Por consiguiente, el principio de
la cosa juzgada está orientado a evitar la continuación de la controversia cuando ha
recaído sobre ella la decisión del órgano jurisdiccional, vale decir, no pueden
plantearse nuevamente el litigio (entre las mismas partes y respecto al principio
petitorio e interés para obrar) si ya fue resuelto. De esta manera habrá seguridad
jurídica, fortaleciéndose además la función jurisdiccional al conferirle plena eficacia.
El título preliminar del código procesal civil recoge, entre otros, los siguientes
principios procesales:
1. Principio del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva:
“Toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional efectiva para el ejercicio o
defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a un debido proceso”.
2. Principio la dirección judicial del proceso:
“La dirección del proceso está a cargo del juez, quien la ejerce de acuerdo a lo
dispuesto en esté código (C.P.C)”.
3. Principio de impulso del proceso:
“El juez debe impulsar el proceso por sí mismo, siendo responsable del cualquier
demora ocasionado por su negligencia. Están exceptuados del impulso de oficios
los casos expresamente señalados en este código (C.P.C)”.
4. Principio de iniciativa de parte:
“El proceso se promueven sólo a iniciativa de parte, la que interés y legitimidad para
obrar. No requiere invocarlos el ministerio público, el procurador oficio ni quien
defiende intereses difusos”.
5. Principio de conducta procesal (o de modalidad):
Según el segundo y tercer párrafos del artículo IV del título preliminar del código
procesal civil:
“Las partes, sus representantes, sus abogados y, en general, todos los partícipes
en el proceso, adecúan su conducta a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y
buena fe.
El juez tiene el deber de impedir y sancionar cualquier conducta ilícita o dilatoria”.
6. Principio de inmediación:
“Las audiencias y la actuación de medios probatorios se realizan ante el juez, siendo
indelegables bajo sanción de nulidad. Se exceptúan las actuaciones procesales por
comisión”.
7. Principio de concentración procesal:
“El proceso se realiza procurando que su desarrollo ocurra en el menor número de
actos procesales”.
8. Principio de economía procesal:
“El juez dirigir el proceso tendiendo a una reducción de los actos procesales, sin
afectar el carácter imperativo de las actuaciones que lo requieran”.
9. Principio de celeridad procesal:
“La actividad procesal se realiza diligentemente y dentro de los plazos establecidos,
debiendo el juez, a través de los auxiliares bajo su dirección tomar las medidas
necesarias para lograr una pronta y eficaz solución del conflicto de intereses o
incertidumbre jurídica”.
10. Principio de socialización del proceso:
“El juez debe evitar que la desigualdad entre las personas por razones de sexo,
raza, religión, idioma o condición social, política o económica, afectan el desarrollo
o resultado del proceso”.
11. Principio “Iura novit curia” y de congruencia procesal:
“El juez debe aplicar el derecho que corresponda al proceso, aunque no haya sido
invocado por las partes por lo haya sido erróneamente. Sin embargo, no puede ir
más allá del petitorio ni fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido
alegados por las partes”.
12. Principio de gratuidad en el acceso a la justicia:
“El acceso al servicio de justicia es gratuito, sin perjuicio del pago de costos, costas
y multas establecida en el código (C.P.C) y disposiciones administrativas del poder
judicial”.
13. Principio de vinculación:
“Las normas procesales contenidas en este código (C.P.C) son de carácter
imperativo, salvo regulación permisiva en contrario cierre con ellos.
14. Principio de formalidad:
“Las formalidades previstas en este código (C.P.C) son imperativas. Sin embargo,
el juez adecuará su exigencia al logro de los fines del proceso cuando no se señale
una formalidad específica para la realización de un acto procesal, éste se reputará
válido cualquiera sea la empleada”.
15. Principio de doble instancia:
“El proceso tiene dos instancias, salvo disposición legal distinta”

Fuentes del derecho Procesal civil


Son fuentes del derecho procesal todos aquellos criterios
de objetividad que, en razón de expresar la valoración de lacomunidad, o
de sus órganos, acerca de una determinada realidad de conducta, pueden
ser invocados por los jueces para esclarecer

el sentido jurídico de las conductas que deben juzgar durante


el desarrollo del proceso.

En escala decreciente de obligatoriedad constituyen fuentes del


derecho procesal:
1) la ley,
costumbre y lajurisprudencia obligatoria;
2) la jurisprudencia no obligatoria;
3)ladoctrina.

Conviene aclarar que utilizamos la palabra ley en sentido amplio, es decir,


entendida como toda norma general formulada en forma expresa y
reflexiva por un órgano competente. No obstante, al referirnos a las fuentes
delderecho procesal civil en particular, se deben analizar separadamente
las normas contenidas en la constitución, en las leyes procesales
propiamente dichas y en los reglamentos y acordadas judiciales.

Corresponde agregar que mientras la ley la costumbre son


fuentes primarias, la jurisprudencia y la doctrinaconstituyen fuentes
secundarias, pues se hallan subordinadas a géneros legales
o consuetudinarios preestablecidos.

Según yo wiliam para lucy no encontré las diferencias :v

El trabajo era copear las fuentes y principios y al final 8un breve comentario tuyo
diciendo que diferencia encontraste o lo que encontraste asi dijo el profe yo le escuche
dijo asi por que aquí en google no encuentro ya busque en todas partes y nada

Saludos : )

También podría gustarte