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Celebración Del Delfín Al Alba (Formato A3) - Rogelio Saunders
Celebración Del Delfín Al Alba (Formato A3) - Rogelio Saunders
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Sino que se regalan con gesto negligente bajo la consigna del alba.
Los brazos extendidos de Álvaro de Campos,
Soñoliento en las fotografías como un lejanísimo descendiente.
El sombrero de compadre echado hacia atrás y la incalificable mirada de principios de siglo.
¿Sorpresa, ingenuidad, jovialidad, sabiduría?
Un bailador de tangos bailando entre los mejillones,
La expresionista aleta dorsal parafraseando una sonrisa,
Ondulando y sonriendo en el túnel como un chiaroscuro de Miguel Ángel.
El barco de Portugal, gran sepulcro blanco que viene a buscar a los poetas.
Un agua hay sin duda más antigua: esa máquina que ha combinado la ligereza del puerto con la pesantez de
la tortuga.
Qué digo qué digo —canta el borracho abrazado a la farola antes de metamorfosearse en una bailarina de
fado con una cola de Ictiomedonte.
Sireneida que entre las llamas del alba también es Antonio José Correia,
Volando entre los transeúntes despreocupados que su vertiginoso paso desdibuja.
El ensoñado paso que coloca una máscara desdeñosa y desvaída
Donde había una mejilla gordezuela que servía de estuche momentáneo a un caramelo.
Las sienes grises y pálidas de Antonio José Correia,
Esa eterna pregunta en sus ojos petrificados por el negror del zafiro.
Qué final para el ciclista descamisado que maniobra sonriendo por entre los adoquines
El momento en que se abrazan Antonio José Correia y Álvaro de Campos.
Dos marineros perdidos, dos moluscos empurpurados
devorándose con asombro insustituible.
El coito formidable del puerto y de la tortuga.
Y todo: hasta la última ruina rescatada del desastre,
Hasta el último sonajero que asciende como una voluta de humo por entre los laureles,
no era más que el sueño espaciado y átono del telegrafista,
Adormecido por el zumbido de las moscas entre los barrotes.
Plancton para el andrógino que tira con una sola mano del animal del Tiempo
Como Gulliver de las cómicas sogas de los secuestradores enanos,
La inmensa cola fulgiendo como un vaso labrado con pinceles.
Y va arrastrando el crepúsculo con poderosas espirales de laberinto,
Una sonrisa de piedra en el gran rostro cubierto de ámbar helado,
Compacto y transparente como un glaciar del Holoceno.
El minuto antes del acontecimiento definitivo,
Antes del salto mortal del delfín que abre de un solo golpe la Puerta del Mediodía.
Rogelio Saunders ©
(25. 2. 1992)