Los monográficos de

TEMAS
20 trimestre 2019 · N.o 96 · 6,90 € · investigacionyciencia.es

ORÍGENES

VI D A
DE LA

GEOLOGÍA BIOQUÍMICA PALEOAMBIENTE BIOLOGÍA

Rocas con El origen de las Sistemas De las moléculas

indicios de vida biomoléculas hidrotermales, a las primeras
primigenia complejas fuentes de vida células
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 Presentación

Componer el cuadro de la vida

S
abemos que, una vez comenzada, las dificultades para explicar cómo se comparado de los genomas de los organis-
la vida proliferó y se diversificó formó una estructura de tal complejidad mos más primitivos, se buscan las huellas
hasta ocupar casi todos los rin- han llevado a otros a defender la idea de de las primeras células, lo que se conoce
cones del planeta. Sin embargo, que la vida surgió a partir de un meta- como el último ancestro universal común
todavía no se ha resuelto uno de los enig- bolismo primitivo, compuesto por entra- (pág. 80), así como las de las primeras
mas más fundamentales: ¿cómo y cuándo mados sencillos de moléculas pequeñas células eucariotas (pág. 85) y de los orga-
surgió la vida a partir de la materia inani- (pág. 60). Y otros incluso abogan por la nismos multicelulares (pág. 88)
mada? ¿Apareció simplemente por azar o idea de la panespermia, según la cual los Animamos a los lectores a descubrir
fue la consecuencia inevitable de las leyes primeros organismos habrían llegado des- en las siguientes páginas los hallazgos
naturales? ¿Cómo se formaron las prime- de otro planeta o satélite, transportados y las lagunas con los que los científicos
ras células? por un meteorito (pág. 70). intentan componer el cuadro sobre el
El presente monográfico recoge varios El monográfico se cierra con una úl- origen de la vida, una cuestión que ha
de los mayores avances que, a lo largo de tima parte, «Las primeras células», en la despertado desde siempre una enorme
los últimos decenios, han logrado los cien- que se expone cómo, mediante el estudio fascinación. —La redacción
tíficos al abordar tales cuestiones desde
distintos puntos de vista.
Tras un artículo en el que el premio
nóbel Jack W. Szostak resume los últimos
avances y los interrogantes pendientes
más importantes, el monográfico se or-
ganiza en tres partes. La primera, «Un
planeta habitable», indaga en la extraor-
dinaria riqueza química del medio in-
terestelar, una riqueza que creció al ges-
tarse los sistemas planetarios, entre ellos
el nuestro (pág. 10). La Tierra se formó,
hace unos 4500 millones de años. Pero
¿cuándo se enfrió lo suficiente y se crea-
ron las condiciones para que apareciera
la vida? Sigue sin haber huellas de vida
fósil que se remonten a los primeros 700
millones de años de nuestro planeta. El
estudio de la composición de las rocas
más antiguas está proporcionando pistas
sobre tal enigma (págs. 20 y 28).
La segunda parte, «Reacciones que
generan vida», recoge las principales hi-
pótesis que los científicos debaten sobre
los ambientes y los procesos fisicoquími-
cos primigenios que favorecieron el inicio
de la vida. Algunos plantean que en las
fumarolas hidrotermales oceánicas, como
las de la Ciudad Perdida, en el centro del
Atlántico, se habrían producido el tipo de
compuestos orgánicos necesarios para la
vida (pág. 36). Otros opinan que los siste-
mas termales volcánicos de los continen-
tes, en los que se suceden ciclos húmedos
GETTY IMAGES/HENRIK5000/ISTOCK

y secos, serían más favorables para que las

moléculas se encontraran y dieran lugar
a la vida (pág. 44). Dadas las condiciones
adecuadas, varios investigadores propo-
nen que primero se habría ensamblado
el ARN, una biomolécula con funciones
catalíticas y hereditarias (pág. 52). Pero

Orígenes de la vida 1
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Los monográficos de

Orígenes de la vida
1 Presentación
Componer el cuadro de la vida
La redacción
4 Introducción
¿Cómo nació la vida?
Jack W. Szostak
UN PLANETA HABITABLE
10 El origen astroquímico de los
sistemas planetarios y la vida
Rafael Bachiller
20 Una Tierra primigenia fría
John W. Valley
28 Las rocas más antiguas
GETTY IMAGES/AGSANDREW/ISTOCK
Carl Zimmer
REACCIONES QUE GENERAN VIDA
36 Geoquímica de los humeros
blancos
Alexander S. Bradley
TEMAS
44 Fuentes de vida
Martin J. Van Kranendonk,
David W. Deamer y Tara Djokic
52 El origen de la vida
Alonso Ricardo y Jack W. Szostak
60 El origen metabólico de la vida
James Trefil, Harold J. Morowitz
y Eric Smith
70 ¿Vino de otro mundo la vida?
David Warmflash y Benjamin Weiss
LAS PRIMERAS CÉLULAS
80 El origen de las células
Toni Gabaldón
85 Nuevos datos sobre el origen
de la célula eucariota
James O. McInerney y Mary J. O’Connell
88 El origen de la multicelularidad
Alex de Mendoza, Arnau Sebé Pedrós
e Iñaki Ruiz Trillo
2.o trimestre 2019 · N.o 96
EN PORTADA
¿En qué tipo de ambiente
se gestó la vida? Una de las
hipótesis con más fuerza
plantea que un lugar propicio
habrían sido los sistemas
volcánicos de fuentes hidro­
termales terrestres, semejan­
tes al del Parque Nacional
de Yellowstone. En ellos, la
sucesión de ciclos húmedos
y secos habría facilitado la
interacción entre moléculas
de complejidad creciente
que dieron lugar a las pri­
meras células.
Ilustración: Getty Images/
Mitchell Rouse/iStock.
Orígenes de la vida 3
 INTRODUCCIÓN

¿Cómo nació
la vida?
Desentrañar el origen de los seres vivos exigirá experimentos
a escala molecular y observaciones a escala astronómica
Jack W. Szostak

ue en la Tierra apareciera la vida, ¿fue una mera cuestión de azar

Q o la consecuencia inexorable de las leyes naturales? ¿Es fácil que la

vida surja en un planeta recién formado, o es el fruto de una larga
concatenación de acontecimientos rayana en lo imposible? Los avan-
ces en campos como la astronomía, las ciencias planetarias y la quí-
mica nos dan la esperanza de que la respuesta a cuestiones tan trascendentes
pueda estar a la vuelta de la esquina. Si la vida brotó varias veces en nuestra ga-
laxia, como los científicos ansían descubrir, el camino no debería ser tan arduo.
Además, si se demuestra que la distancia que separa la química de la biología se
recorre con facilidad, el universo podría bullir de vida.

El descubrimiento de miles de exoplanetas ha propiciado el imágenes de discos protoplanetarios y mapas de su composición

renacimiento de los estudios sobre el origen de la vida. Para
sorpresa nuestra, casi todos los sistemas solares recién descu-
biertos parecen muy distintos del nuestro. ¿Significa esto que
hay algo muy singular en nuestro sistema que favorece la gé-
nesis de la vida? La detección de signos de vida en un planeta
que orbite en una estrella lejana no va a ser nada fácil, pero
la tecnología para extraer poco a poco esos ínfimos indicios
biológicos avanza con tal celeridad que, con suerte, en una
o dos décadas podríamos detectar vida remota.
Para entender cómo pudo gestarse la vida, primero hemos de
descifrar cómo —y con qué ingredientes— se crean los planetas.
Una nueva generación de radiotelescopios, sobre todo el ALMA
(Gran Conjunto Milimétrico/Submilimétrico de Atacama), en
el desierto chileno de Atacama, ha proporcionado hermosas
química. Así, se están mejorando los modelos de formación de
los planetas a partir del polvo y de los gases de un disco. En el
seno de nuestro sistema solar, la misión Rosetta ha visitado un
cometa, y OSIRIS-REx visitará un asteroide e intentará traer
muestras de él, lo que nos podría brindar el inventario esencial
de los materiales que conformaron nuestro planeta.
Una vez que se ha formado un planeta como la Tierra (ni de-
masiado caliente ni demasiado frío, ni seco ni húmedo en exceso),
¿qué reacciones químicas generan los elementos fundamentales
de la vida? En los años cincuenta, el histórico experimento de
Miller y Urey, que acribilló una mezcla de agua y sustancias sen-
cillas con descargas eléctricas (que imitaban el impacto de los
relámpagos), demostró que los aminoácidos, los componentes
básicos de las proteínas, se creaban con facilidad. En cambio,

4 TEMAS 96
 otras moléculas propias de la vida costaban más de sintetizar, y
hoy resulta evidente que hemos de rediseñar por entero el camino
que lleva de la química a la vida. La razón principal gira en torno
a la versatilidad del ARN, una molécula de enorme longitud que
desempeña numerosas funciones básicas en todas las formas de
vida conocidas. El ARN no solo actúa como una enzima, sino que
almacena y transmite información. Conviene destacar que las
proteínas de los organismos se sintetizan gracias a la actividad
catalítica del ARN que forma parte del ribosoma (la máquina
celular que lee la información genética y fabrica las proteínas).
De ello se deduce el papel preponderante del ARN en los inicios
de la evolución de la vida.
Hoy, la pregunta central de la investigación sobre el origen
de la vida es cómo la química en la Tierra primigenia dio lugar
al ARN y a las células que lo contienen. Algunos opinan que la
vida empezó con moléculas más sencillas y que el ARN surgió
después, mientras que otros abordan el origen del ARN sin rodeos.
El resultado es que estas ideas nuevas están revolucionando el
tranquilo remanso de la investigación química. Los escenarios
geoquímicos preferidos son las regiones volcánicas o los cráteres
por impacto, cuya química orgánica es compleja, contienen varias
fuentes de energía y presentan ciclos dinámicos de luz-oscuridad,
frío-calor y humedad-aridez. Lo sorprendente es que muchos in-
termediarios químicos del ARN cristalizan en las mezclas de
reacción, se autopurifican y, en principio, se acumularían en la
CHRIS GASH
Tierra primigenia como minerales orgánicos a modo de depósitos
de material que cobrarían vida cuando las condiciones cambiasen.
Aun suponiendo que el problema clave esté resuelto, queda por
saber cómo se replicó el ARN en el seno de las primeras células
primitivas. Ahora empezamos a conocer las fuentes de energía
química que pudieron posibilitar la autorreplicación del ARN,
pero queda mucho por hacer. Si superamos esos obstáculos, tal vez
seremos capaces de construir células con ARN que evolucionen y
se repliquen en el laboratorio, con lo que se recapitularía una de
las posibles vías que dieron origen a la vida. [Véase la infografía
de las dos páginas siguientes.]
¿Qué vendrá después? Los químicos ya se preguntan si el tipo
de vida al que pertenecemos se gesta a través de una única vía ve-
rosímil o si existirían otras rutas para pasar de la química sencilla
a la vida basada en el ARN y a la biología moderna. Otros exploran
variaciones de la química biológica y buscan las claves en la posible
diversidad de la vida que pueda haber «ahí afuera», en el universo.
Si todo va bien, acabaremos conociendo la robustez de la transición
que separa la química de la biología y, por lo tanto, si el universo está
lleno de formas de vida o si sería estéril de no ser por nosotros.
Artículo publicado en Investigación y Ciencia, agosto de 2018
Con la colaboración de
EL AUTOR
Jack Szostak es catedrático de genética en la Escuela de Medicina de Harvard
y uno de los galardonados con el premio Nobel de fisiología o medicina en 2009.
Orígenes de la vida 5
 Orígenes de la vida
Los científicos debaten diversas propuestas acerca del origen de la vida
en la Tierra. Las hipótesis más aceptadas coinciden en la geoquímica
de la superficie del planeta.

En los albores del universo,

inmensas nubes moleculares de
polvo y gas se condensaron y
dieron forma a protoestrellas
circundadas por un disco
protoplanetario.

Los diminutos granos de polvo

iniciales, formados por silicatos
minerales cubiertos de hielo, se
fueron aglomerando para dar
lugar a partículas más grandes.

Y se formó la Tierra.

Ni caliente ni fría en
exceso, ni demasiado seca
ni húmeda, conservó agua
líquida en la superficie.

La primera tierra firme sería

probablemente de naturaleza
volcánica, en forma de arcos
insulares, rodeados de un
vasto océano.

Los embalses o lagos surgidos

en las regiones volcánicas
serían los entornos favorables
para la génesis de la vida.

La atmósfera primigenia carecía de

oxígeno, pero sí contenía nitrógeno y
dióxido de carbono en abundancia, y, en
menor medida, hidrógeno, agua y metano.
ILUSTRACIÓN DE MATTHEW TWOMBLY

Los relámpagos, los impactos de asteroides y la luz

ultravioleta del Sol actuaron sobre la atmósfera para
generar cianuro de hidrógeno, un compuesto
formado por hidrógeno, carbono y nitrógeno.

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