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DIRECTOR: ENRIQUE STEFANINI DIRECCION Y ADMINISTRACION; SAN EDUARDO 252! BUENOS AIRES ANO VI a MAYO, 1926 * NUM. 52 ete le ALES SESS HOW eas Agentes y Representantes de “NUESTRA ANRERICA” NOEL EXTERIOR) BOLIVIA: Arno Hermanos.—Ulimani, 10. La Paz. (Agentes) - BRASIL: Sail de Navarro. Ria Conde de Leopoldina, 142. Rio de Janeiro. (Agente y Representante) - COLOMBIA: A. Mejia Robledo—P | Caldas. (Agente) . COSTA RICA: Rogelio Sotela,—San José de C. Re (Represen- tante). CHILE: Sra, Amanda Labarea H—Santiago de Chile. (Repre- sentante) . Libreria, “‘Nascimento’”—Ahumada, 195. Santiago de Chile. (Agente). ECUADOR: Alejandro Andrade Coello — Quito (Represen- tante), : " Janer y Cia— EL SALVADOR: José Lino Molina. Representante) . ESPANA: Angel Dotor.—Madrid. (Represenitante) . FRANCIA: Ventura Gareia Calderén.—Paris, (Repre ntante)- » HONDURAS: Froylar. Turcios.—Peeneigalpa. (Rep mtante). ITALIA; A. Montiel Ballesteros, Huvin. (Representante) - MEXICO; F. Monterde Garcia, L—Méx' DF. (Represen- tante). Porrua Hermanos—Maestto Siorya! esa, Rep, Angen- tina, México, D. 7. (Agents) . PANAMA; Juan B. Thibaul Panama, (Agente). PARAGUAY: Santiago Puighonet, — Palma, 78, Asuncion. (Agente) . i PERU; Alberto Guillén—Lima. (Representante) « |. César A, Rodriguez—Arequipa, (Rep! sentante). M, Lorenzo y Rego—Unidn, 758. Lama. (Agentes) ” , Albareda,—Areqnipa, (Agente) PUERTO RICO: Dr. Cayetano Coll y Toste.—Santuree. sentante) . REP, DOMINICANA: Dr, Fed. Honriquez y Caryajal—Santo Domingo. (Representante)« Jestis de José Ravelo,—Calle de Mevee- os, Santo Domingo. (Agente). URUGUAY: Juan Valentini Guerra, — Martin Garcia, 1246. Montevideo. (Agente y Representante) . ayaquil. (Agentes) . n Salvador. (Agente y (Repre- NUESTRA AMERICA ANO VI o TOMO VIII 2 NUM. 52 AMERICA, BUENOS AIRES, MAYO DE 1926 La vuelta al narcisismo Para “Nuestra América’ TIORA que el mereado de libros en Espafia acusa una baja extraordinaria en la venta, nos enteramos de que don José Ortega y Gasset considera épimo y salvador el nareisismo literario que nos echa en cara a los eseritores de por aci, a titulo de yivio pueril o de Dellaqueria maxima, Como el grueso ptiblico de Espafia y de América no com- pra otros libros que los de José Marfa Carretero, y, a lo sumo, aletm costal de greguerfas de Gémez de la Serna, don José ha terminado por aceptar que el nareis erario es salvador, tanto porque realiza la obra de la verdadera aristocracia men- tal, cuanto porque mantiene lejos de porcinos contaetos el des- interés, la virtud y le pureza propios del Arte, en su mis alta expresion. Un Nareiso de Ia literatura, es el que eseribe reflejando en el Livro su propia. imagen, sin euidarse de que le compren 0 no le compren las ediciones. Ni halaga las pasiones s de Jos rebafios humanos, ni le importa un eomino el concepto que tienen las multitudes sobre tal o cual cosa, No esti en eso st ne- sio, no es un forzado de las letras y no eseribe para comer, no los literatos de ofieio, Si alguna vez inyenta el alambique ra, 194 NUESTSA AMERICA ¥ descubre el Mediterraneo, como dice Araquistain que nos suce- Ge por acé, gracias a nuestra supina, a muestra americana ig- norancia, desdedia, sin embargo, pero de una manera profunda, eategériea, no sélo a los que glosan a cada momento el singular ” menester de introdueir una variante en la condimentacién del eocido o de la sopa de ajos, sino a los que hacen equilibrios en Ja cuerda floja del sofisma, porque no se atreven ni se han atre- vido nunca a desafiar Iz opinién de Ja multitud que les leva al puchero Ios garbanzos de tal o cual colaboracién, en tal 0 eual sesudo diario, empresa comercial que vende su mercancia a gus- fo del consumidor, como es humaro que ocurra en esta clase de negocios. El diarismo de alto bordo y Ia literatura de conveniencia, cultivan, propician y refrendan, cuanto hay de barraco y de ple- beyo en el sentimiento de les muchedumbres, Esto ve traduce en dinero y en gioria literaria siempre, aqui como en Madrid o como en todas partes, y para desesperacién de algunos autores Y eronistas que quieren mantenerse en ese término medio donde se acusa la personalidad, destacéndola del conjunto, marcha en progrosién geométriea, porque Ins masas no entienden de eso y sélo leon to que les place y halaga. Un libro de Baroja se les cao do las manos a los que nada saben de técnica ni les importa un pimiento la sintaxis vizeaina, 0 el torndo, atrabiliario y pri- mitivo diseurrir, sin trama y sin pies ni caheza, de este empre- sario de fantoches que anda siempre con sus titeres del coco al colodro, Esto sélo Je interes al nareisismo precisamente, a los que admiran sin.reservas egoistas ni necias presunciones de Ponti- fice intelectrto! que predica desde la Sede, el individualism y el valox inttinseco de los Nareisos de Ultramar o de otra parte, por- qne ea ley ineludible de afinidad que se produce necesariamente de ese modo, diga lo que diga la miopia Literaria de aquende y de allende los mares, Ocurre por suerte o por desgracia, que cade din es menor el niimero de Narcisos que se miran on el espejo de sus semejan- tes en toda el mundo, y, con prefereneia, en las letras de nues tra idioma. Hay en esto especial prurito en negar, en calum- La VUELTA AL NARCISTEMO 195 niar, en oscurecer a los demés. Dos Nareisos que se elogien mu- tuamente, caben en Madrid, pero no tres, y respecto de estos dos, por ejemplo, nada se diga de los Narcisos indigenas del Centro o del Sur de América. que, en opinién de ciertas eumbres del pensamiento espafiol, visten frac o taparrabo, segtin que se trate de imitar a Europa a que se celebre algiin sacrificio humano en ‘una iribu de autropéfagos. Consiguientemente, las Jibrerias de Madrid no venden otros Hbros que los que edita Artemio Precio- 80 u otro impresor por el estilo. Las obras de Ramén Pérez de Ayala, de Baroja, de Ortega Gasset, de Araquistein, de Maeztu y de Alomar, se mueren de risa en los eseaparates, y lo peor para ellos es que el narcisismo de América ha aprendido a desdefiar- Jos, ya porque en algunos casos prefiere leer los originales ale- manes, franeeses © ruses, 0 ya porque, en justa reciprocidad a tantas majaderias como se han eserito sobre la literatura his- Ppanoamericana, las élites literarias de por acd, que las hay, han extendido un cordén sanitario alrededor del presuntuozo magis- terio de los pedantes de Uliramar, E incurre en error craso el Sr. Araquisiain, enando sélo porque apareeié en un gran rotativo bonaerense, concede impar- taneia de indole popular a un artieulo sobre euestiones intelee- turles en América. Los grandes rotativos son aqui come en Ma- arid, enormes casas de uliramarinos, donde se vende, con pre- ferencia, una jugosa mereanefa: el pan eotidiano de Jas plebes inteleetuales, Lo que por aeé forma opinién em los grupos cons- eientes, al revés de lo que ceurre en Espata, por To visto, son esas revistas de los cenfieulos o pefias literarias que vienen im- poniéndole el veto a cierta literatura magistral, de tercera mano muchas veees y pedante siempre, que también inventa el alam- hique todos los dias y desenbre el Mediterraneo a cada paso. El ideario de nuestro idiomn, tiene pocos lectores de cierta indole. El narcisismo no produce y se eultiva, o poco o mal, en Espafia. Para esta clase de literatura, tiene Francia amplio mereado, en su idioma y en el nuestro ¥ lo mismo aeontece en todo otro linajée de libros di@éeticos, para aso de las discipli- nas intelectuales. Por 30 ya no puede ser Madrid le metré- Poli intelectual de América. Acé, con muy’ raras excepciones, 138 NURSTRA AMERICA NU BBTRA mR no nos Hega de las vases editoras peninsulares, sino broza, flo- tando sobre um rio de salacidad, de neccdades y de tinta, Es lo que gusta, es lo que se page. Luegn, es raro el literate espafial que no Te haga cucamonas al més desarrapado y estipido de los folicwlaries franceses, ‘Tanto kan ensalzado a Paris, mendigan- do la reciprocidad de un elogio, que Paris se ha convertide en el Sancta Santorum de Ja Literatura espatiola e hispznoameri- cana. Antes, Madrid, daba el espaldaraza. Tn Clarm 0 wn Me néndez y Pelayo, ordenaban eaballero det saber eonspieno a tal 9 cual literato de nuestra América, pero de todas aqnellas con- sagraciones quo shora desdetiamos un tanto los de por ach, apes nas si perdure otra que Ja muy justa de Rubén Dario. A titulo de gancho comercial, se elogia ahora a Marti, en na mereenaria recopilacién de sus obras, pero temo que fraca. Se el negocio, porque el genio de Marti ya se eonoce de mejor modo en América, Es ésta una consideracijn quo se sale del mereo dol nareisismo, pero que va derecha al bulto de ea sen- tido opusto: Ja hucha de aguel Samcho Panza, que fué, por des- dicha, como un eterno apéndice de don Alonso Quijano, Todo estu quiere decir que se lcs ha traseonejado el narei- sismo a Ios modernos literatos espaifoles, y a este vicio, propio de la América sl presente, quire el St. Ortega y Gasset que acada shora la literatura de sw patria, sin parar aientes on Io que antes ba dieho sobre el fatalismo étnico de las subrazas Ja- tinas de este continente, obligadas o producinse 231, por um in. eludible imperativo racial, Cievtamente se ka deshomanizado mucho la actual litera- tura espaficola. En fuerza de insistir en ol topico, de generatizar conjeturas de politica desacreditada, de psicologia para rebatios, de ética para redentores, de estétiea para hombres del Siglo de Oro y de sociologia romantiea, ha perdido el rolieve individua- do del cardeter en eada cuttor ¥ apenas acusa, de vez en cuando, el predeminio de aiguna fuerte individualidad — virtud del arte Uterario por exeetencin — que avaba Por poner sordina a sua audacias, para no desentonar en un media que lo repele, » por Sunarse a la grey hienaventurada de los yoceros de mnultitades, LA VUELTA AL NARCISISMO oe eee isismo, el elemento humano individual en esa ab rae tap de ello se resiente, pero mucho, el valor que ha fe gor muds 0 menos permanente en uma literatura, porque hil- oear too as, niin las mis radicals para someterlas Ineso a tal ra eeaico método, denso y amodino, es cosa que obliga a mat se eae or aed no cree en cso, ni le interesan los siltbnos o las habilidades dialéctieas de este o de aguel reto- eo a caza de notoriedad entre las preferences ae sole me 4 enesteres ya tiene bien encami eave Seip ewnitore ingenuamente rehacios a toda labor de penamiento. El narcisismo salvador, el anico que lee y paga Gert literature, no comulga con ruedas de moline, “ Hay que quitarse ef calm, por consiguiente, poxyne n0 _ posibfe pescar truchias a bragas enjutes, y decidirse a viv © la soldada del foliculario o con el decoro intelectual de los lite- i les y sineeros, no haga de la Hteratura medio para vivir @ mal pasar, Que se emancipe del yugo de la opinién estélida, manteniendo sus eon- vioeiones independiantes sin alfim de luero, y aleansard, por lo menos, la satisfaccién fntima de cumplir su destino y cultivar sus inclinaciones, proclamando su verdad 1 los enatro viontos, amal que pese a todos fos avestruces literarios de la Tierra. Fernando Lies. (Cubano) Matanzas, marzo 17 de 1926, Brasa oscura Para ‘Nuestra América’ Yo Uevaré més alto que mi propio destinc ta Hama que en mis manos putidecis de amar. Como un enorme ctrio que alimentan oten vidas mi vida se consume on extraiin fulgor... No le preston sus rojos, pasionales destellos, los amores carnales que no supo inspirar porque su planta acaso, demasiads ligera como ala. siempre en vuelo no se pulo povar... Hi lo dieron sus Blaneos, espirituales goces tos Extasis de amante a los pies de Jestis; es una brasd oscura que en eb fondo encendida mo va quemando entero, sin jlerccer on Tus, Ea Nevaré mis alto que mi prapio destino sabre la Uaga vive de mi pecho en Amor ; ¥ bajo ta ceaiza de mi carne vencida, cuando se haya quemado hasta su ‘iltina fibra, més alté de la muerie, més allé de le vida, ievadioré su oscuro y viviente calor... Lisa Lavisi, (Uruguays) Los manuscritos de Nervo Q puedo relatar ninguna anécdota deseanoeida, ningiin rasgo de la existencia de Amado Nervo, porque mi ju- ventud sélo me permitié acerearme al poeta cuando estaba préximo a emprender el viaje definitive. Poco después de conocerle, en los dias que precedieron a su partida, le encontré dos o tres veees: en una ofieina pablica, gestionando documentos necesarios para su marcha; en la Avenida Madero, descollando sobre los transeuntes su cabeza aquiling, eubierta con un sombrero de paja. Hubiera querido preseneiar entoneos el gesto con que tendia una moneda a un mendigo, el ademén con que saludaba a una dama, o sorprender una frase que, aun siendo trivial, habrfa tenido para mi un sentido esotérieo y estaria en imi memoria como eincelada en mérmol... Nada de esa me fué eoneedido, Tendré que conformarme con recuerdo fugaz de sn silueta, de la silueta de lo que ya no es, reingiarme en sus libros, en sus cbras, cuando quiera aceroarme a su espiritu vidente. Algunos de los amigos y de los familiares que compartieron eon él la mesa y el tech, me han descripto su manera reposada do tomar y humedeeer la pluma, pare deslizarla sobre las cust: tillas. Envidio noblemente a quienes tuvieron la fortuna de con- vivir las horas afortunadas del pocta, presencianda su labor, ¥ solamente les reprecho que no nos haya dicho todo le que de- berian decir acerca de su manera de trabajar. Yo he deserite eémo, alguna vez, igual que otros muchos que obtuviero Ge él un autégrafo de los que prodigaba en dedicstorias y albumes, Je vi 200 NUESTRA AMERICA inclinar levemente 1a cabeza y clavar la mirada de haledn en to pagina que iba Nenndose con la luz de sus palabras, En su mano monéatica, tallada en marfil como jas de los erucitijos—su mano de hermano del santo de Asis, con yonia que podrian aearieiar un péjavo recién nacido, sin eausacte de- Jor, y tocar una rosa leve, sin deshojarla—en sa mano que pa: veefa tener uncién de bendiciones, Ja pluma no era un arma sino una décil herramienta de donde la tinta uia con regularidad ejemplar de Glea mistica, dejando atris las palabras de rasgos arménieos, ficiles, como wna olorosa viruta de madera balsi- Tica. En esa actitud lo sorprendié stguna yez el objetiva foto- erifico: la cabeza, grande, ladeada; el cuerpo inclinado; los brazos abiertos, con los coos sulientes como dos alas trancas: 1g mirada cayendo sobre el papel, como una carieia a como. una Timosna otorgada eon piedad de misionero, Los autigrafos de sus poesias han sido escasamente divulga- dos, En cambio, de sus prosas se ha publicado un volumen he- cho con reprodueciones tomadas del manuserito original de algu- nas erénicas reunidas per una mano piadosa, He tenido ocnsién de leer, en paginas eseritas por Ie dies- tra de Nerva, sus produeciones més delieadas. Conoci el original de la “Epitalémiea’’ que se extrrvié con otras pocsins y pro- sos, inelufdas en un tomo formado con sas manuseritos, Guardo, como una herencia inalienable, alennes hojas de papel on que anidé, su pensamiento, y conserve también, en mi museo in- timo, una cartulina con unas euantas palabras que trazé Nervo, @ propésizo de um libzo que le envié, poco antes de que partiera para el Sur. Si fuese aficionado a Ia grafologia, pudiera huber ocn- pado mi ntencién Iagas horas, estudiando los rasgos de su eali- grafia, en esos manuscritos, para dedueir los sentimientes que aceleraban el pulso del poeta, al eseribir uta pigina sobre el maestro Pérez Galdés, a quién él admiraba abiertamecte, 0 pe= netrar en su espiritu didfeno, con tanta eertern como si espiara el fondo de sus pupilus, descifrando les transformaciones de su cardeter, Ia evolucién de sus convieciones y preferencias, a Wra- OO eee. ae LOS MANUSCRITOS DE NERVO pon vis de una vida empleada con sabiduria en el amor y el bien. Amado Nervo, para dicha nnestra, aleunz6 una époea en que aim no se universaliziba la mecanografia (ssabria escribir en maquina?) ¥, mereed a esa cireunstaneia, en_sus obras quedaré wna buella personal, como un desdoblamiento de su s6r, que so nog revela en cada linea, en cada subrayado, en cada anotacién posterior al momento fatigoso de la gestacién Literarii Aquellas erénicas que enviaba de Huropa— casi siempre de Espufia, a veecs de Paris—, aquellas crénieas ligeres que publi- eaba ‘11 Impareial’’ periédieamente; aquellas notas Menas do sinceridad, como eseritas con una mane sobre el eorazdu, las be releido en las lineas vigorosas que estampé, con una letra siem- pre rgual, siempre serena— a misma letra de su firma—; pa- labras en que las silabas conservan siempre toda su amplitnd, sin que la eeroania del margen en donde Jas letras expiran coma las olas en lz playa, les intimidara acartindolas, ni el tltima renglén fuer m4s pequefio mi menos élaro que el primero, en donde se lefa el titulo de la crénice. Avarte de les variaciones ocasionadas por cambios de tinta y de pluma, que se delatan por el grueso diferente de los rasgos y por la distinta intensidad de la escritura, sv caligrafia es siem- pre la misina, y no hace falta una gran perspicaeia para conceder un dominio perfecto de si, ma serenidad de eumbre, a quien es- cribfa de ese modo, con uma regularidad que hace presentir su labor acémpasada y ritmica, como el latido isécrono de un ¢0- razén tranquilo, En sus manuseritos eontrasta la agilidad de expresién cou Ja uniformidad de la letra, Hay paginas y paginas en que no tuvo nada que enmendar, nada que corregir, ¥ esto lo habran notado quienes hayan Iefdo el libro que mencioné antes, impreso con zincografias de sus autégrafos, Amado Nerv emplecbs, para ests labor de cronista, de oo rresponsal y de erftico, unas euartillas medianas que hacen pen- sar en las episiolas de Fradique Méndes, que habia encontrado Jas Proporeiones idesles para sus pliegos... Mas el papel en que escribia Nervo, era papel de un escritor asceta: no tenia la blan- cura, el espesor, ni otras eualidades que menciona Queiroz en el 202 NUESTRA AMERICA “‘Epistolario’’. Generalmente, sus euartillas median anos quince centimetres por veintiuno o veintidés. (Contio en que se me per- donaré, esta exactitud de bibliégrafo asmatico y goteso, en Ia que prometo no volver a incurrir). Y estas cusrtiilas de Nervo, dobladas por Ia mitad, ence- rradas en un sobre, cruzaban el mar para venir a lay redaceiones, en donde el seerotario, sin leerlas casi, Jas pasaba a los tipégrazos, a Jos oajistas que Ins clavaban en un gancho de alambre y las maculaban despiadadamente, come suelen hacerlo con todos los originales que les entragan. Asi han legado a mestras manos, asf Ins hemos conovido, des- pués de muchos afios de rodar entre impresores y grafimanos, ailagrosamente eseapades de un eesio de basura. ‘Mas interesantes y més valiosas que el mannsorito, son las ob- servaciones que pueden hacerse en aquellas piiginas que el poeta corrigié antes de enviarlas para que se publicaran. Su modo de eseribir era esponténeo, fécil—esto ya os sahido—no eon esa “‘diffeil faeilidad”” de que habla el elisico, ni con la sencilles afectadn de los rebuscidos ¥ de los torturades por la preocup2- cidn de 1a prosa artistien ; pero a veces su pulenitud le impulsaba @ modifiear Jos periodus, y en esto consiste el valor del manus crito y el interés de sus ensefianzas, que aprovecharin a quien auiera y sepa recibirlas, porque a veces interes més al oseritor Por lo que no se ve ni se sospecha en lu pSgina limpia del libro, en la forma definitiva, Hsas variantes que los editores culdadesos tienen a gala po- ner al pie de cada pagina, con Mamadas y nota que eorresponden & las frases transformadas por ¢] mismo autor; esas modificacio- Bes que Alfonso Reyes ha conservado en las poestes de Nervo, en {a edici6n de sus obres completas, tienen un valor distinto, inieo, especial, cuando Jas encontramos en el manuserito, en forms Ge tachaduras y exmiendas. Alli aparecen, no arbitrarias y ¢a- Prichosas, no como una prucha de incertidumbre en la eleccién del vocabla justo, sino como um alin de ennobieciwiento, coma tna tortura infligida voluntariamente, para obteuer la perfee- én, mediante el estilo deparado: es el martirio de ly eorporal, LOS _MANUSURITOS DE_NERVO de la forma aparente, para embellecer lo espiritual, ¢l alma de ja prosa. tLo que se puede apreciar y adivinar y aprender, loyondo entre renglones, mirando a través de una culebrilla fugaz que oenita una palabra, una frase: reconstruyendo wa periode snbs- tituido por otto més bello, més conciso; libertando las letras apri- sionndas entve una doble 9 triple pararela, como las notas engar- zadas en una pauta musical! Hojeando al azar las paginas del mamuserito, se tienen ballaz- gos interesantes, como estos: Cuando disertaba sobre Ja visita de Méximo Gorki a los Hs- tados Unidos, Nervo eseribié: ‘La mogigateria niayorkina...’” ¥ enmendé después, substituyendo esa “mogigateria’” por el tér- mino exacto: ‘‘pudicicia’’. En esa misma eréniea habia dado re- mato aun pérvafo, on esta forma: “... que un muchacho pasoe del brazo de una muchacha que no es ni su mujer, ni su her- muna, ni su tovia.’’ ¥ luego opté por eortar ast: “... que un auuchacko pasee del brazo de una inofensiva griseta,’? En donde habia puesto que “sus impresiones fueron mas y mas intensas"’, eorrige : ‘fueron intensifiedndose;’’ donde habia “New York", pone ‘‘la gran urbe’’; en yez de “estruendo”, ‘balum- ba”, ete. Todo esta, enumerado asf, como wma lista eseueta de substituciones, pierde el sentido de revelacién particular que tiene en el manuscrito del posta. Aquel bello artfeulo que titulé “El libro y el arbol”’, prin- Sipiaba asi: “Como es esto, poetas, eémo es esto, artistas, fils. sofos, sabios...’ y, quiz por eufonfa, suprimié “‘artistas”®. Esa es una de las crénicas que salieron eon mayor soltura de si mano, A pesar de ello, se pereibe que el final fué escrito posteriormente: al comienzo de la cuartilla que tiene el niimerg 10, en donde cita 2 Dumas, el color de la tinta es mis pélido, como ti se le hublera mezelade agua, y la letra es sensiblemente més pequefla. Amado Nerve eseribia el latin ¥ el franeés eon Ja misma fa- cilidad que su idioma; en cambio, las palabras inglesas las tras- Jadaba con cuidado, como si las deletrcara al eserihirlas. .. Evitando hacer un simple catélogo de estas particularida- RR Oe 08 NUESTRA AMERICA me des, anotaré, para eoneluir, este brote del humorismo esporfdien Gel escriter : En su ‘Capftulo sobre bibliotecas”, decta: “En euanto a soRar que todo el que Jo solieite pueda llevarse Jos libros a su casa... no lo sofiemos todavia”? y agregé esta frase entrerren. Blonindola eo letra més pequeda: “(No sea que nos desper. temos sin Jos libros!) Esto ensodan los manuserites de Nervo. Asi eseribfa el Poets, A. veces, Ja tinta de su plume se agotabe poco a pose ¥ 1a esorftura tba palidevienio hasta extinguirse, sia que él lo advin. Hern, Pudiera pensarse que sus ojos, mientras esezibia, ostahan Fijos en la altura, en. ia misma actitud inspireda en que se repre: senta a Santa Teresa de Jestis, F, Monterde Garcia Icagbaleeta, (Mexicano) (Envio del autor Gl Poeta y la Vida (Conclustin) VI EL PORTA Y LA HISTORIA El Poets ha interpretado siempre ia vox det pueblo, y a no ser por la perdurabilidad de sus rimas no sabriamos hoy muchas cosas de las ueontecides en las pasadas épocas, Sus versos nos reflejan con més fidelidad que las paginas histérieas tos episo- dios y las epopeyas de los siglos lejanos que se perterian en la memoria de los hombres, silenciados para siempre, Noticias conserradas por los poeta do Ia épora pro-elisiea aos sctialan los cantos religiosos primitivamente conosidos en ‘reeia. Sim todas cflex Doesias riggs para eantadas en coro. Ft Livos, 0 Ay Livios, qué se ea ‘taba al torminar ta, reecleceién de las miesas on vorano o all comerzar la vem mia plaiia Ta smerte de eu hormeso mancehs, hijo de Urania, diosa del espacio y cel firmament, Ese canto era en realidad un idids de Jor eam Pesinos al guen tiempo primavera), y la alundsncia y espaneidn del estin, Personificades en el joven Lines, en Hylas, en Adonis, en Bormos ¢ en oti moeilo o aio snuerto en Ia flor de Js eind. Distinto earicter tienc ol Poa o [é Pean, himuo de alozets y outa trienfal, degiealo a Apoio, dios de la lus v del Sol. La siguittcaciéa pri- moitiva del Peau, que no era sulamente el conte de Ia peimavore, 9 de in alegre germinacién de lus plantns y ‘as flores tem ubundantcs en Grecia, s& alteré al Uegar los tiempos guerrctos, F vino a exprosar el regocijo de Is Wietoria ‘flies, segin se vo on la Mada. EI Himenso, 0 canto de bedas, ara la povste y lo anisicn entonada por Jos manechos quo iban tirando Jel camo de Ja novia para entregerla = sit mario, A las voces robustas de log moses, subrayadas por los somes de Ji citara © forminge, se uninn las virgimales voces de las douecilas amigas de m0 208 NUESTRA AMERICA Ja desposada, y enyos cantas acompafizba ol claro sonido de la flauta o an- Jes, instrumento de cafiitns desiguales euya inveneién ve atribuye sl dics Pan, Llegado el cortejo a la casa nupeisi se celebraba un bangaete, qua torminata con danses y cantos de jébilo, basta que los esmensales so ren- isn, ¥ entonees oa mozos exparsfanss por lus culles dol pucblo cantando el Rortoa o randalia, As{, eon relatos fragmentarios de esta o Ia otra hazaiia conserradas por Ja tradieién y puestas en verso por un poeta palaciauo asaleriade o por un poeta popular que eantaba en ealice y plazas, so formaron lag prime- tas rapsodias épieas: asf fueron poeo a poco croéndose 7 progresando el ar. te do la marrucién y ol de Ia desoripeién, y mejorando, por las necesidades dal recitado y del compas, Ia forma ritmics de In epoveys, ‘Todas estos cantos y formas poétieas, de cuya existencia sélo testimonies bistérieos nos quedan, eraa anterioras a Is inveneién y propagacién de is eseriluza, Por eso en este areaico poriodo no so puede hablar de orateria. ni de diddotica, porgue a forma Aabitaal do estos géneros, que ex la prosa, To se conserva do boca en boca, evmo la pocala (1), Gracias a Homero eonocemos mejor le ideal perfeccién, las luchas y los ensuefios de aquella Grecia histériea, de aquella Grecia eterna que en contemplacién al través de las centurias sueedidas nos parece mis motivo de leyenda que hecho de la realidad, dcbido a sx desarrollo espiritual jamés igualado por los pueblos que se slimentaron de su civilisacién. Porque olla fué Ia madre fecunda y gencrosa, megnanima y prédiga, que con Ja savia de su pecho nutrié muchos sigios, dando vida a las futuras humanidades.., Tos historiadores reeogen, con més 0 menos exactitud, los aspectos que ofrece la vida colectiva de una o muchas naciones. El Poeta va mas allé: penetra on el alma de esa nacién, busca en @) espiritu de la colectividad aquello que no se aparece a pri- mera vista, ahonda en sus aspiraciones y sus terdencias, y poe- tieando sus decires y eostumbres, sus ereencias y modas, los ofze- ce, Inego, en sus estrofas, Hibrandolos del olvido. Ast, por ejemplo, nosotros deseanocerfamos hoy acuella serie de absurdes supersticiones que, nacidas en remotes edades, per- duraban atin en el siglo XV (y muchas de las cuales fueron con- denadas por los Concilios de Toledo: Non sea osado ningtin st- (8) F. Movaro y Lndemas Zeetoney dt tite, (0 sikona. Eacsonet at torture, (Reine pate, ave men do Metoria Wteraria, paginas 16 y 17). " EL PORTA ¥ LA VIDA a eS cordate da celebrar missa de defuntos por los vivos quo mal quic- ren, porque mucran en Breve, nin fagan came en morlia de Ue uglesia o oficios de muertos, porque Tos tales mueran ayna), a no ser pootas como Pedro Topez Ayala, el canciller; como Ferman Péren de Guzman, aes aquel que procara favor dol Aishle por iavocucicnes, e quien da adevinos toma avicaciones por saber que tel sea en aventura... (1); ‘como Juan de Mena, el autor de Labyrintho, y otros inspirados que recogieron la voz popular de aquellos tiempos y noa Ta brin- daron tal como era, sin convencionalismos ni limitaciones a los que a yeoos se ven atados eronistas € historiadores. Ademis, como la poesia — por virtud del ritmo y de la ri- ma — se queda mejor grabada en la memoria de los hombres que las paginas de prose, huérfanas de amenidad, que solian escribir los historiadores de antaiio, tenemos que aquellas ideas ¥ pensamientos, aquellos actos y decisiones, se hubieran oculta- do para siempre si la erezcién del Poeta no hubiera realizado el milagro de Ja inmortalidad haciendo que todos los labios recita~ ren sus eatrofas, qne pasaban de generaeiéu a generacién, gra- cias a Io cual tenemos noticia del ayer casi obseuro., Porque cn- tonces no tenian los hombres, como tenemos hoy, las facilidades para. hacer perdurar materialmente euanto se eree merecedor de sobrevivir en los afios futures. La gran mayoria de Ja gente era analfabeta, y les pocos libros que se publicaben eran impresos en latin, y no habia periédicos, ni revistas, ni telégrafos, ni te- léfonos, ni cables, ni ferrocarriles, ni ningim otro medio de co- municacién como los que tenemos en nuestro siglo de maquina vias y complejidades... Bestarfanos recordar, por ejemplo, las sagas, antiqufsimas aventuras que eantaban los poetas palaciegos y de casas nobles, y en las que se narraban hazaiias heroicas, costambres, ereencias religiosns, leyendas y amores, ete. Las sages, que fueron conoci- 41) Feroda Péree de Gaxmin: Confeesiin rimade, Boe NUESTRA AMERICA das por los pueblos aérdicos europeos (en Noraega mas que en otro alguno), ¥ que no tavieron, en ua prineipio, otro valor que el de Ja palabra dicha, que hallaba eco, sin perderse, gracias a los elementos poéticos que en elias habia, pues no fueron eseritas hasta fines del siglo XTL (2) 0 en los cumienzos del SUIT. VIIT EL POETA ¥ LA MUSICA Teniendo em cuenta las pelabres de Rubinstein, que dijo que ‘Ia miisicn comienza donde termina ls poesia”, es evidente que el Poeta ha side mo de los grandes fuctores para Ta misica de todos les tiempos. ‘Antes de quince aiios la poasia se disolveré en misica”, ribié Taine. ¥ ya Voltaize habia expuesta en sus Lettres phi- Tosophiques que la “poesia ex wna eluse de misica de Ja que el hombre necesita tener algiin conorimiento antes de pretender formar juicio de ella’, Desde ¢l folk-lore que nos pueda ofrecer cada nacién, desde las primeras manifesiaciones musicales que hace un pueblo, ve- mos Is hermandad entre uno y otro arte — el musieal y el poéti- co — y apreeiamos cuén arménicamente se complementan. Scgim Sir Hubert Parry, se entiende por foll-songy “ol pri- mer ensayo realizado por el hombre en Ja distribucién de sus no- tas para expresar sus sensaciones por medio de signos’’ (1). Lo que, en otras palabras, quieve decir que para que nacieran esas canciones sencillas, puras, inganaas; eangiones que brotaron, del corazin del hombre cusi inconseientemente y sin pretensiones ar- tisticas, fud menester de la palabra, de In voz del Poeta, que es- tablecié una corriente de simpatia espiritual entre una y otra nacién, entre una y atva raza. Asi, por ejemplo, conecemos la caneién inglesa Polly Olliver QQ) Sir Hebert Pa The euobotion of the Let of Musid, EL PORTA ¥ LA VIDA (1), eancién tradicionsl que ha Iegado hasta nuestros das, ig- noréndose sm origen y su autor. Barbara Allon: Fa Seartes Town where 1 was born there was a fair motd dwellin, made ev'ry youth ory “welt a day’, her name was Barbara Allen, ete, también inglesa. Sister Fair, de ovigen germanico, y otras cuan- tay que conservan — al través de los siglos y venciendo al olvi- do — el alma de aquellos tiempos... Por lo tanto, vemos que uo de ahora, dino desde hace centu- rias, la miisiea Je debe mucho a le poesia, y gracias a ésta pode- mos gézar de iniensas y eonmovedoras bellezs que no hubieran existido sin la obra del Poela. La més eultivada forma musical en los dias que vivimes, el poema sinféwico (0 sea la “mésiea de programa”), es, como lo indica eu nombre, la expresign musivel de una idea poétien. Pareeo esto significar que los mlisicos no se conforman ya, con la misica de cdmara, ni con la Spera (que también debe mucho al Poeta), ni con la sinjonia — pues Beethoven habia llegado a la eumbre con sus nucve obras maestras de este géuero, — ni con ins demas tendeneins artistiens que estaban en boga, y Listz, jun- tamente eon IIéctor Berlioz, hizo reaparecer el poema sinfonico. Y digo reaparecer y no ctear — como afirman algunos — por- que cl prema sinfénico lo conoeian ya en el siglo XVI, durante la &poca de Palestrina, en la cual se compusieron madrigales mu- sieales, siguiendo tm plan literario, y después se Lieieron (am bién durante la época de to suite, hasta el triunfo del clasicismo con Ia sonata, Pero Franz Lista — sin duda alguna — inspirade por la poesia romanties que imperaba on sus dfas, y hallando en ella la orientacién adecuada a su ideal artistieo, fué — eon Ber- Vioz—~el renovador del poomu sinfénico, valiéndose de una nor- ma absolutamente opuesta 6 la que siguicron sus antecesores Cle- mente Janequin, Alejandro Striggic, Juan Becard, Giovanni (1) Véase en Hadow's Songe of G2 Beiuh feand, (Curwea & Compeny, Landen). . ne NUESTRA AMERICA a A Croce y otros, interpretando sinfinieamente los posmas de By- ron, Vietor Hugo, Senancour, Lemarting y de algunos més de los prineipes de) romanticisma, Animadas Inego por el éxito de Los preludios (inspizados por las Méditations paétiques, de Lamertino) nacieron nuevas pi- ginas do este cardeter, de las que som autores Berlics, Saint- Saéns, César Franck, Richard Strauss, Borodine, Rimsky-Kor- sakotl, Mussorgski, Stravinski, Paul Dukas, Claude Debussy, Si- bolius, Osear Esplé, Respighi, ‘Taylor, Von Hausegger, Wein- gartner, Manrice Ravel, Schjelderup, Daniel Gregory "Mason, ‘Vineont D'Indy, Eugene Govssens, Conrado del Campo, Manuel de Falla, Joaquin Turina, ete, ete., péginas donde se han reveln- do tantos y tan distintos temperamentos que, a uo haber sido por el pooma sinfénico, se hubieran visto privados del eampo donde han podido desarrollar sus personalidades artistiens, aumentan- do con ferviente entusiasmo la produceién musical moderna, Pero, atin volviendo un poco mas atris, veremos que Schu- bert y Schumaun y Brahms y Hugo Wolf no ofrecieron sus més bellas creaciones en complicadas sinjonias ni en ingeniosos cucr- Zetos, sino en sus canciones inspiradas, sencillas ¥ de buen gusto, donde se advierte un gran refinamiento espiritual. La mis ker. Mose y emotiva de las compesiciones de Schubert —- Hark, hark the lark — se debe a Shakespeare, quien también inspiné a Bee- thoven obras lo suficientemente notables para bacer inmortal al maestro de Bonn. Goothe, Rucker, Schiller, Hoine y otros oua- tos de los poetas alemanes eontribuyeron al cultive del lied, ¥, @ posar de Tas grandes complicaciones y de los torturantes proce. dimientos que sufve el arte musical ex Ja actualidad, vemos como perdura la melodia espontinea, tierna y feil de la canciGu, de- mostréindonos, elocuentemente, que Ia mésiea y la poesia se com- plomentan a la perfeceién ¥ que el miisico debe tanto al Posta como el Posta al mdsica, por prestarle éste la cadencia do los ver- 60s, el ritmo y la armonia interior que debe tener todo paema, swuplienda con el precepto verlenisno de la musique avunt toute choso para conseguir lo que Poe lamaba the creuizon of super. nal beauty... (), pian, BEES Allon Pou: Bho pots erincgte. Cesg. 348, a0 UIT, to The Cone Mir Works of Baar auen Poe, Chas Soon Roe, Nes eae EL PORTA ¥ LA vipa sun ™ EL POETA Y¥ 8U OBRA A veces nos preguntamns endl es la causa que impulsa al Poeta a rear su obra, y a veces también nos respondemos quo no sera ofa que la de que los seres ajenos a él conozean su tempera- mento y sus orientaciones. Pero uo es asi: esto significaria una eeeién caprichosa, voluntaria, En realidad, ¢l Posta crea sa obra porque siente y tiene necesidad de hacerlo, eomo sopia el viento y corre el agua de los rfos y florecen los rosales: por vir- tnd ce wax fuerza deseonocida que Ie obliga. Porque — como exeribe Shelley — ‘‘enando 1a eompesieién empiews, ia inspira. cién est ya on sn ocaso, y Ja poosla mas gloriasa que jams ha- ¥4 sido comunicada al mundo, probablemente no es més que une Sombra tenne de las coucepciones originales del Poeta’’ (1), De Ia misma manera que Platén exponia que “el hombre sé- Jo vo, en el fondo de Ia eaverna que es su vide, la danza de las Sombras de Jas cosas, no los objetos que tas proyeetan a su expal- aa”, el Poota, cuando presta forma a sus ideeles, slo refleja las amodiones que nacen en el fondo de su espfritu, sin lograr que 0 reproduzean con Ja misma fidelidad que vibraban en su cerebro. Por eso 1a confesién torturadora de Sully Prudhomme: ‘Los mejores versos hon quedado dentro de mi.” Si, porque lo que extoriorixe el Poeta es como el cco de la mtisiea quo canta en su cerazén; de esa mfisia que jamds puede ser ofda porque no hay palabra que la reproduzea ni pensamiento que la interprete. Es Ja miisica intima que eada Poeta Meva gonsigo para embriagar de melodia su torre de marfil... Pero a veces es tan honda su intensidad y tan fuerte su emo- cién, que sufre Ja necesided, puramenie fisiolégica, de exteriori- Zar sus suefins, de dar vida material a sus fantastas. Y entoncos, €n ese estado, ex enando nos ofvece sus poemas, sin protensign de GQ) Perey B. Shelley: Zhe Defence of Posiny. aa WURSTRA AMERICA aA que le eseuchemos, porque “es como el ruisefior que no mira a la terra desde la rama verde donde canta...” (1). -++ Eseribo por um ansia vital del alma mia; preciso de mis pouss abrir Ja inmensa fuente porque si no su fuera interior ane ahogaria. .., eseribe Villaespesa on su Hga Sum... x LA MISION "DEL POETA La misién del Poeta no gélo consiate en brindarnos el refle- je de sa reine iterior, como si Ia poesia fuera un espejo donde copiava 61 los diversos estados do su espiritu, desde Ia alegria in- finita al supremo dolor, Si asi fuera, la -voz del Pocta enecrraria tan sélo un belio egoismo que le haria perder todo el encanto psiquica, ya que el arte debe obedeco: a un prineipio emplia- mente generaso que no sopa de pequeiieces ni de mezquindades, La misién del Pocta — amano @ mismo no Io erea asi, y aun que no legue a advertirlo — no es oire que Ja de interpretar los sentimientos y las ideas de aquella parle de la Humanidad que convive con él y que halla ex el alma de lox versos las mismay co- Sas y los mismos afunes quo clla hubiera quovido expresar. Cuan tas veces, micntras leemas Jo que eseribié eb Pocta, nos hemos di- cho: “¥o he sontido esto mismo”’, celebrando el deseubrimiento, ue nos parece feliz eoineidencin y que no tiene, sin embargo, nada de casual! EL Posts Teva ea si, aun ignorindolo, el pensamiente eo- lective que convive cou el saya. Y al revelarnes sus emociones, Tovela, también, las emociunes ajenas, Algo de esto pensaba Goce the, cuando opiné sabiamente; “El Poota debe representar lo particular, y si éste cs sano, al hacerlo repreventara algo general.'” (2) Reméa del Yatly Inclim: soe kimpucn meracitoge BL POETA ¥ LA VIDA 18 ae Por eso no siempre dehemos unir la iden de la vida del Poe ta eon Ja vida de su obre, pretendiendo ostaiileeer relaciones ab- solutas entro la una y Ia otra, 2 pesar de que eomozcames poosias que en aparicnein, poseen un cardeter estrictamente personal. A este propdsito no serfa impertinente vitar unas palabras que lef en uno de esos comentarics de D. Bkiguel de Tnamuno — Cuesta abajo — (1). Dieenos el genial peusador : Cuando Enbla un poeta no nos importa nada sa posisifn individual, pues con sv poema nos da todo un hombre, y Ia firma exrees de importaacis. La fra @ buoan pam ona euseripcién, Y si um poeta, me da veinte poems Gioreates y hasta contradietoriog, mo da veinto hombres entercs, Es comin el hecho de que los mds agudos postas satfricos 0 edmicos han sido los hombres més tristes; de ls misma manera qne muchas de las personas que més nos hacen refr son las que més han probado la sal de laa lagrimas, (Pobre Garrik, pobre clown, que se ponfa la mascara do la alegtia para ef comtento ajenc, mientras eorazén adentro suiria la méseara de Ja trage- diat) ¥ sabemos también de postas que, llevando une vida apa rentemeute deliciosa, igneradora, al parceer, del profunds dolor bumano, so nos revelan en sus versos como terriblos atormenta- os; porque Hevan en su espiritu el germen de Ia amargura qué Poss sobre la conciencia de sus semejantes, y, aunque no quic- ran, padeeen cl horror de Ia miseria de su projimo. Personas hey que alimentan Ia grosora ereenvin de que el oota que conowea los regulos de la fortuna no puede compren- der la intensidad del dolor, y falterfa a la sineoridad si en sus estrofas hnbiera el monor atisbo de melancolia, Pensar asi seria de un materizlismo aplastante que tdcitamente negaria toda la espiritualidad quo reeoge el Poeta en su obra, Bquivaldria esto a decir que un hombre que yiste y ome bien y dacrme edmoda- mente no tiene por qué crearse preveupaciones ideclégicas, 0 sea Gee no le esti permitido ni ver ni pensar. Habria en tal easo que restar toda Ja puesfz a la voz de la Eseritura, alterandola y ase- gurando que ste de pan vive el hombre. Tendriamos qne vendar (1) Vésse Yuevo Mundo dol 22 de junic Je 1928, Nadzic. au NUFSTRA AMBRICA we muestres ojos y tapiar nuestros ofdes para ni ver ni of lo quo su- fre y lo que diee ef dolor ajeno. ¥ nos verfemos, ademfs, en el easo de atar nuestro pensamiento para que no se entregara a re- floxionar, hondamente preccupade, acarea de cuantos proble- mas estéticos, metatisicos o psiquicos pucdan contribuir a nues- tres ansias de perfeecién y a nuestros empeiios de inmortalidad. Precisamente, como el Pocta, que es creador de bellem, es, por regla general, hombre de coneiencia y espiritu de bondad, mientras més gocen sus sentides eon ol regalo de un vivir gra- cioso mas tiene que pensar y que dolerse por aquellos que pade- cen una existencia raquitiea. (Las estrellas brillan mas euanto més obscura es lg noche.) Y en esas condiciones, eome en su al- ma bullen ecos del alma ajena, puedo 6] interpretar le desventu- ra de los extrefios, porquo In autilera de su espiritu le obliga a padecerla también. De esta misma manera — y en sentido inverso —~ podemos explicarncs que poetas que han Wevado una vida irrisoriamente trigica, colmada de dolores fisicos y de angustias morales, pue- dan, gracias a su intensidad espiritzal y a ese eco del pensn- micento ajena que cada poeta Neva consigo, deseribir los mas sun- tuosos palacios y los refinamientos mAs costasos y las més dul- ees placideces que jamés les brinds el Destino. No estarfa de més que, por analogin, recorddsemos el easo de Anna Slezakova, una humilde sirvienta bohemia que, para propio vegorijo, acostumbraba danzar un raro bailable, eveacién suya. Ta dfa la vié un artista, y ohservando bien equol alegre ritmo y aguellas ingenuas aetitudes, los introdujo en Jos aristo- erations salones de Europa, La danza que bailaba Anna era In cus hemos conocido can et nombre de polce. ¥ aqut tenemos ed. mo una pobre eriadita fué la creadora (zinconscientemento!) de t™ bailable que hizo, durante el siglo pasado, las delicias do re- Fes y princesas, Y¥ geémo, si no, podziamos expticarnos el caso de Beethoven, equel béroo del dolor y la miisica, que después de suzrir todas BL PORTA ¥ LA vipa aa Jas miserias tervenas, ajeno siempre a ta felicidad (1), escribe Ja Novena sinjonta y “crea Ia alegria por si mismo para dérsela al mundo, y la forja oon su tristeza, como Jo ha dicho é mismo en wnas palabras valiontes, resumen de su vide, que son Ia divisa de todas las almas heroieas: Par el dolor, la ulegria’"? (2). ¥ de la misma manera que por el dolor se puede llegar a le alegrfa, se puede por la alegria Tlegar all dolor, ya que el tempe- ramento humano — gracias al equilibrio de los contrastes que en él hay — sabe Mewar adonde se halla aquello que le falta para eneontzar su complemento, encontrandose — de esta manera — a af mismo. Ua ejemplo de osto lo tenemos en ol easo de Shelley y Calderén. El poeta inglés — revolucionaria y ateo — sentia predileceién y admiraeién devatisimas por Celderén — sacerdo- te eatélico, — De ahf la pregunta de D. Salvador de Madariaga en stl ensayo goerea do aquellos dos poetas: “; Qué hay de eomin entre la sombrfa profundidad de la Espafia del sigle XVIT y la hrillante y agitada supervicialidad de Ia Buropa del siglo XTX £Cémo podia admirar al definidor de le Fe el apéstol de Ta Li- bertad?”” ¥ dando valor a la teorfa antes expueste, de los con- trastes, afirma el Sr, do Madariaga, ms adelante: “Lia atrac eidn era tanto mayor por el hecho de que Calderén afirmaba pa- ra probar sm fe, mientras que Shelley lo haela para aeallar en duda.”” Bs decir: el inglés se complementaba con el espatiol por- que éste Je prestaba lo que él no tenia, Un segundo ejemplo To halleremos on el Pristén, do Wag: ner. El mtisico no habia atin gozado de un feliz amor verdadero (segtin propia confesién: je n'ai jamais guté vraiment le bon hens de Vemour), x, por lo mismo, cred im monumento a la par sién y al amor humanos: el poems de Tristén y su amada Isolda. 42) eiDloe mio, coneéitems por una cola vex un dia de alegttaty, dice Beatho Tete 1 tuo escrite 2 sus tormanos Carl et (Shan) pave scr Jefdo y curnplide Gianets le a waverta, ¥ en uma carta del 3 de mayo do 1419, divigida a ew naigt SResele, so lemonta: <1Tan belts conto ea ik vida! Paro In mle até so snveqocade Tare siemzre.o . (2) Romain Itoliand: Vida de Beethoven Léansa tacmbiga, w este ptopbsito, bas Pisinas 63 y 64 de Ja chro de! mismo Rolland usicione dloujrured’het, oe log Aue estudia el hecho do cue Sig/redo, quo ¢s un jubifoso canto de juvonted, Aué em Grito en uno ds los més tristas mementos do Wagner, y Les maceiene cantores, alegre, Seneroso, optimista, inmodintamente desputes del izaeaso de Pannhoticer, on Pars. NUESTRA AMERICA ne Por eso cuando el Pools oseribe no podemos entender que en sus palabras hay sGlo una idea personal, sino también, ademas, una tendencia 4 resumir ol sentir de otra o varias personas, Sen- tir que, expresado al través del espiritu de an poeta determina- do, adqnicre Ja fisonomia de éste. Pero si la forma, la parte ox: tera — lo que Uamamos fisonomfa — y los elementos pura- mente catéticos que pueda haber en Tas palabras de ese pocta so eben a su propio molde artistico, el fondo de cuanto eseribe no 8s siempre suyo, sino que muchus veces es hijo del resumen espi- ritual eoleetivo, de otras almas que gozan 0 sufren o viven de evoeneiones — ya intranguilus, ya strenas — on derredor suyo. Esto ditimo podemes explicdmosio mejor si tenemos en suenta que Ja emocién o las emociones que experimenta un ser las pueden experimentar ofzos, simulténeamente, con mis 0 me. nos intensidad, segim la sensibilidad temperamental de eada uno. ¥ ei Poeta, que es el mAs sutil instrumento colectivo, es cl que ersite Ia. voz interpretadora de esas emociones para cont nicavla a otra parte de ta Humanidad (con el aliento imperece- dero que le pueda prestar su espirit vivo en Is onda dct tesuet- do qne halla eco de alma en alma) atin después que nuesire car- Re mortal se hace polvo en Ins entraiias de la tierra. XI EL POETA Y NOSOTROS Ya no sueede lo que en aquellos tiempos que euente Didge- nes Laercio, cuando se le duba tanta importancia a la posta, que Solén, el oflebre legislador de Atonas, “sujeté a los répsodas a un reglamenta pare que xo interpolasen xi introdujesen altera- Glones en los textos de In Minda y de la Odisea, que se tenian por segrades’’. Ni lo que en aquellos oftos, cuando tna de las evs: tumbres de los arabes espafioles era ‘cantar desde las azoteas Go sus corradas casas, ¥ aenmpatindose con sus garlas, eaneio. nes unas veers propias ¥ otras aprendidas, y asf en el silencio de EL PORTA ¥ LA vipa a OA A A la noche se elevaban aquelfas voces meztlindose ex el ambiente‘ con el perfame de los naranjas, que era el bol preferide de los arabes”, y cuando low postas eran ionidcs en tanto honor, “que Ta triba que posefs wma ae ellos se consideraba eomo prea, Jeeta de Dios’? (1). Ni lo que durante el reinado de Isabel de Inglaterra, que ‘se consideraba como una desprucia ol que un caballero no pudiera firmar un scneto, componer una eaneién y neompaiirsela con ol laid’? Desde los dias de Len Tolstoi padece la poesia una orisis alarmante. Ya el autor de Anna Karenin so dolia do ello en ear. ta cserita a Botkin, erftica raso, En uno de sus pérratos so lee; Selikow firma quo radio va 9 Teor mis ies obsas do Cocthe, 7 eso por te sondila rade de que Is sociedad conterpurdasa no 63 eapar de apre clarlas, jAfirma que los tiempos de la literatura ¥ del arte han pasados gue Ta novola y Ia puesta ngonizent {Pobre Spoca en Ia. que sivimost (2), Hoy los puetilos se hacen cada ver mis positivistas y dejan on lamentable olvido todo cuanto signitica belleza. To que pene. ba que nosotros — anugue hayamos vivide muchos sigios den, Pués — somos monos ideatistas y nu sabemos dc! estirealo al Pre, ta, quien, con los otras artistas, mantiene el divino fuego que lumina Tas almas... No permitamos que so extinga esa luz, ta tea que nos quo- Ga, porque Megaré. un dfa matdito que envolvera nuostros cept rilus en la més dolorcsa tinfebla, sin poder ver mas alla de donte aleanzan nuestros ojos. Y entouces, lenox de inquietudes y do horror, tondremos que preguntar, comna Sinén Pedro al Rabi “*Scfior, 5a quign iremast”, porque nos faltaré lo que Jess Hac muba la lumbre de ta wide... (3). jAmemos al Poeta! EI espirituelizn nuestra existencia eon Ja vor do la poesia, y “Ia poesia es el reeuerde de los mejores? CY Carmela Bulate Suafuric: Céntigas de amer, (Epslozo), (2) Cora pablicada por Is y ol ‘“monrcismo’? son uno y 30 mismo, de tal suerte que a través de la filaga do todos estos disfraces na se vo ota figure que le del ‘Tio Sam ritmdose de todos -y de todo, ese Gs Aeaia, (De “Diario de Yucatin) VOCES DE NUESTRA AMERICA mas, Abmérica vive de lirismos EI doctor Jullo H. Brandén, profesor, ebogado y diplomaties de in Universidad de Buonoa Aires, ex-eonsejero do la de Cérdeba, ex-lider del mnoviniento universitetio quo se Uamé La Reforma, director de revistas y redactor de periédigos izquierdistas da In Argenting, esti oa México, Ha sido enviado por ‘Za Unién Latinoamentcana”” pz BUENOS ATES, con el objeto Ge promover on ésta la fundacida de una entidad antloga o lograr Ja adhesion de los qus existon. “Za Dndin Latincamericana’’ bx Bornon Amwus, fué ereada por o doctor José Ingenieros, Ja preside actualmente ef doctor Alfredo L. Palacios ¥ est& sompucsta por un grupo altamente re- presentativo do intelectuales y estudiantes avanzaios. Sn érgauo oficial Ee ol porlblice RenovseiOn, La "Unig Latinoomericona’” tend ya. soe: ceiones on Argentina, Chile y Urnguey. EL doctor Brandan congregé 2 loa simpatizedores de su idea on el Salon de Actos do la Esencla Nacional da Jurisprudencia, El tema do eu umferencia fu6: Ponamericanisne y Lalinoamericanisma, El doctor Brandn gos probé wna vea més gue los Estados Unidos, desta los primers dias de Ie Independencia, astuvieton jugande con lar actusles ropfblieas latinas de! continente, como um gato eon una nidadn de ratoneitios grises, El doctor Brandan nos refrescS ta memoria con ejemplos de Tw mala fe do loa Estados Unidos cada vez quo se traté de apli- car la famosa doctrinn de Monroe o hizo un recuento impresionante de Ins fechorias pasadas 7 prewentes de los maquiavélices politicos de Washington. Prosidia ol licenciads Fubala, came Presidente do docidn Tseroamerieana, sociedad intograda por mayoria de extinistros y diplomfticas. Empez5 €l acto con vorsos que rocité cl exquisitc, oloeuonts, cetilizade posta nica- ragiiense don Santiago Argiiclio, y termind el acto eon versos que recitS 41 mismo. Entonees a mf no me eugo la mevor duda: Ios reamidos alll fba- vos a veaticar grandes eoass en pro del magnifico ideal de Rolivar. Do esa Teuniéa sutgitia, por lo menos, un comioazo do acci6n... Y yo poneé, autométicamonte on otron actos trascendentales, en Joa que fuera actor. gNadie recuerda ya Jos Congretos de ta prensa iatina? En dos de ellos, el de Lyén y of do Lisboa, me cupo ol honor de ropro- sontar 8 México, Cuba y Chile. La letinidad queria unificar el criterio de sus ézgavos de publiekdad para defenderse de 1a presién que ejorcian Jas razse ‘sojonas y germénicas, com el objet de salvar de wm nnufragio definitive todo el bagaje cultural do los latinos, direstos karedores de Groeia_y Roma. iQué jormadas! Los nyuntamientos lionés’ y Tishoanense nos dahen de eomer y do beber tan bion, que cuando nos rounfamor pare dcliberor, 1s siesta pantegrnéiicn nos abctargaba, Sin embatgo, se hicierom eruchos dis- cursos eoumovedores, muckes brindie galunoe y entusiastas... Se hizo mada, E] Congreso envié telogramas ae felicitdci6a a totos los jetes de estados latinos, tomé 1 resclueiga de reunirse en tal cindad, a} cabo de tanto tiempo, ¥ emitié ol fosec de que a¢ hieiese esto o esto otro. Después... Peto es digna de contarse esta anécilota, Uno de Jos delegados, el da Contro Amériea, exeo, propuso la ereaciée de un euble Jatin para que los perisaiens mo estuviesen a la mereed do Jas informacicnes interesadas de los otros pases. Tl estimado colega cos- tarricense apoyé su provosielén do mancra magistral, Ia reforsé eon ejex- ploo probautes do ln mala fe de las componins ceblegréticas ranquis, por ‘ejemplo, sobre todo cuando se trata de iaformar » Beropa sobre asumtos sa8 NUESTRA AMERICA a Tntinoamcricanoa, se indign’ gon los *deiormadores a int - caret, te, Pee una ovacién lo que 20 1 hia ya MgSO Bab jonarese de la pronan tative, seumido en Lisdoa,”deniendo op’ eucrss ents ¥ agucilo, resuslve: Hacer toa to que esti u se aieance naa way Oia dr tn cable snderostdnien caclusicamente latino. atone eae dee, Gireczorea de una azencia norteamerienun gre asistia @ Ine esouce da cangresn a titulo puramente profesional, pidié Darniso para tomes, Co Iehia, Be le coneadié, y con una sonrica diaélies, be aunen ohiad Cxrlicé minuciosamonte! a los deiegados iatinos e6axo’ostaba cvcanieeda es Seencia, euirtos periddieas estaban adboridos, cuanta pugeie ease Grats eosté Jw eolocacién del cable suimario, euintg valo eu sostorimion’ 1G; 2s famtifod Me palabras quo sa deben tranunitit diariamentay pont fs Jos aes, Pood eubeirse. oy iBue un chaparrén do agua helads sobre valar ile los entusiosmes! El ‘delogado eos ss ito: Sra hati ameanee! BI etrgato exslarsecate dese, ccutit jot Tutiaoe nonea se nos ooutre pensar en eso, om ol vit metal, Nae Gmo_ cs puro, a nosotros ros repugna teatar’ de los aspectis: mate Tinles de estes coats esprrituales,., Mientras se trate. de omer deat Eat residir, reciter o eseribir, icdos calaimos dispuestos; pore foweie femente quo so hsbla de eanteibuir com dinero a. ls realizasion de eee She gon. tanto cuturiasmo defendemos eon boca y pluma, nos ouistes incite tortor Brandan ha podida vex, por otta parte, la cantided Ae nce Gaciones, Tigas, sociedades, corpovaciones, ete., yue existon am México eon ginali3ad erilaga a ta qua persigne ta “Cnide Latinoomericana’® fe Boon 2ot Ais: ave epreaenta. Supongo que igual eadmeno Geb eomstetey cnedenteenane Faia ots particularidad latina, y mae atm, Magee Premetant po Teeuatda las snizigay que ge. hieinvon “en Parca pare que presidiera Fuleno o Mengazo, nara quo asisticss Perigo on Iugar de Palo. sath Lemrmentacién de tal ‘periddico; Te indighacién de la Seana, Coe, Arle penaue Ia ikiviativa de evos eomgresos habia nacido on Prewve Tin corneas ea atrizer otto Conarerc da In Protea Hispaniea, Posse lividuos de mucatre raza, i - . 3 fndox cultvan sor execu. unnque ska der alan see & 87 etle de tons on Menileermes de vanidad multe —"me decia Ingeniores una soche, ~—Trnemos atma de prices — é ann croreda a través dal continue neg, Ame Waert deeputs Ge ox Akfoudro Sen, (De “El Div", de Son Savadar) ciel BIOMBO. Poesiaz por Jaime Torres Bodat. — México, La irene evoluciée que en tes altimos tiempos ba impulsado n low peetas dé todes 103 paises latinas, so acrntia eada vex mis, ofsceiéndinos, dentro de formas nuevas, amevas imigenes y, iambiin, sersibilidndes nuevas, En avestro idioma, marehan a Ju cabeza de este movimiento los j6- venes poetas espaiivles Guillorma de Torre y Gerardo Diego, Pera euen- ta com un Alberto Guilin y un Alberto Hidalgo, simplista este dttime Pablo Neruda, eu Ciile, msrea el principio do le’ evalucién, Fn auestro pais contaros también con silides valorem entra de ests. mudulidad. Ea primera linea debemos destacar a Jorge Luis Barges, Oliveria Girondo, Francisco Luis Bernérdez 7 Leopclda Marechal, En ans. reciente conte: reneis, Fear Méndes hizo im detcrido exumen de le poesia argentina 1wo- derma, Conde, cn observaciones avortadas, ponia en su lugar a los nuevos valores literarios. Pues bien, despuds de esta reselia sintética que nos parece nevesatia, Paearemiis 8 avalizar esta ebro que nos lega de Méjico y que acusa, on. parte, las tendeneias anotadas, jaimo Torres Bodet es, quiai, menos ultvaista, que los nombrados Esto en Io que respecta a It forma capsichosa v disloeada del verse. EA. Jo que respeeta, a la enecpeién ‘rica, Torres Bodet eupers. todo le que en este génera hemos leida hasta le fecha. Porque juste os recumceer que, sobre tode el valor de Ine nuccas modutidudes, existe algo iapordoncile, que es, én primer lugar, la falta de tespeto hacia la métriea o mm deseo- Hocimients ‘asi absuluto de eBa, En cambiv, esto poeta observa ky mir sicalided ritmica y sos poesia, siendo modernas en concepta, nos resultan eldsieas en fornia. Justo es cbservar que esto también courte con mecs troa potas Franeisco Iis Bernirdes y Leopolds Marechal, no acon: eiendo_io misno can Borges y Girondo. . “‘Biombo"’, sefula todo un seontecimiento en In, evolucién pottien, no sflo de Méjiea, sina de toda la América latina. Libro fo ideas, de iat genes, de renovacida, maree un derretero a las muevae generaciones, ‘Obeervemos algunas de las figures de ‘BiomMe"?, trabajo quo abre ‘el volumen: Le noche de verana ataga — sobre el biorb0 lel cielo — su cucllo de guess ¥ Perea, cn el arroyo del silencio, is eoncta de la hua sorroeada, Ve acercas mis a mi, Te oubre entera, gon st Kimono do geda estrellads, In noche de los cuentos orientales 233 NUESTRA AMERICA No hay en estos versns el exagerado disicqus quo enrooteriza a tos do nuestros jévenes poeias, Hay en elles soromidad, ritmo, elevacién, ides @ imégones que, siendo por demas atrevidas, no dajan de wer geeptablea y admirablex desde todo punto de vivts, Evia povsia, mie quo un tétming medio entre las normas viejss y las nuevas formas, tiene 'a virlud do uostremnos una senda equidistante, de douda debe partir Ja juventad triun- fadora y segura, Como uns rama de bambi son quebradizes tus palabras ¥ como tus cabellas lacio: ea el artificio do tu sencilles rofinada. ‘Tus besos saben & 15 rocién hecho, Yebido en defiales de pareelana, tienes en quictud, ex Iinaa, “on gesta, ib eteganeia de esos salones euyo mobiliario Jo forman una rama do erinantemes blancos, en el vaso del aire, um jarrén de amapolas doshojadas ¥ 080 patuelo de seda azul que Ja tarde, después do In Novis, ong a socar en Ina ventanas. Acf termina ‘Biombo”’, ¥ con @ sn autor nos presenta toda mu plo- nitud lirica de sotiador antiguo que mira con ojos modernos, Admirable es ‘Llueve’', otra do las composiciones del libro, por Jo sintétien y axprosiva, ‘Vas » Worar pronto, ‘Ya el ciclo se hace ehiquito en tus ojos, 0 * Sangre”: ‘Me tuviste miedo, ‘Me habia pintado, en Ine rosoa, de rojo los dedos, Pera terminar, daremos ojemplos do imigenes, tomadas al azar de algunos trabajos dé yolam De oro es la erena. ‘De esmeralda el mar, La tarde ha tondido Jn red do a Uvvia a eecar, Bl silencio arena bajo el platanar. (Do '*Gantar?’) Encendi, esis, mafiana, ands temprano que mca la Mmpara del alba sobre tu techo, ¥ puse ol cine, oseura, de pantalla... BIBLIOGRAPTA, eee Afidabas, libre de (u eorazéa, por las eolinas trémulas del alta, [Cufite hubiese queside no remover el agua, de to musi con el ramor de une palabra humans! (Do “Despertar??) Iso del reloj decrecié con Ia Fiebre del verano, ‘Ni uve voz, ni uaa sombra on la avenida, Anda cl silencio con los pies desealzos, El rotoj signe contando el pulso dol verano. (De Calor’) Se roventé Ia euerda del silencio on Jn Liza do pinta del alba. (Do * Amanecer") Ho agut a Jaime Torres Bedet. Un verdadero poota. Después do los logics vertidos, nada més podemes agregar que no wea una repeticioa do ios mismos, ¥ nos congratnlamos que sex Méjiea, una ven mia, quien Andique un derrotero a Je, juventud intelectun! de nuestra América, Eduardo Marta do Ocampo, UN AUTOR NOVEL, por F. Monterde Garcia Tcaztaleeta, — Edi. ¢i6a ¢Virtus’’, Buenoa Aires. En ‘esta serie de improsiones, ¢l celebrailo autor mexicano nox pone frente a una sucesién do emociones que ya hemos vivide en nucslros eo. mienzos de eseritores. “Un autor novel’? es nn joven que timidaments ofrees su primer obta teatral, Pesa ésta por varias manos quo la dejan caer sin reparar en Sus positicos méritos artistieoy, Por fin, después de mil adiseas, of jo ven comedifgrafe ve subir sn cbra s escens ecm un éxito rotundo. Esta oe In trama de esta obra. El sefior learheleetz nos dice en el Prefxeio del yolwuen: ‘‘en el camerina do une aetriz, entra Ios cojines, Sueoatré una noeho de estreno el manuierito original que publico tifuldn, Golo ‘*Un autor novel’. Dicor que Iz modestia os In cpracteristien do log eseritares de mucho valer, y evias palabras del senor Monterde Icazbal- acta Jo confirman pleaamente, Gomo anteriormente snotamos, todos hemos vivide Jos instantes amat- os que proeeden & Ja consagraciéu a al fraeaso. Peto el sefor leazbalceta sabe ereouirar situaeioues nuevas y originalisimas. Si agregomos a esto el gran poder do cbservaciém, que ex la principal caracteristice de eate eworitor, ficiimente Gedusiremos que céte Hbro es, en su génerc, ua mo. dels muy digna de recommdar a fa joventud intelestual de ibero-américa, Owe do las yarticularidades de esta obra os quo ella so desenruelva dentro de un ambiente alo eonecido por reducido wmimero da persouys, os decix, de Tas que se dedicaa por entero a la eritiga 9 a la esdena; por Jo tanto, sor6 una nota nueva para el pilliea lector, NUESTRA AMERICA Cenociamos al sefior Monterde Teazbalecta eomo poota de fibra, como Polemista audaz y como ecrebro fuertd y diseiplinado. Hn esta nueva ino Galidad desu obra cn general, lega a nosotros con un gajo de Inurel m! sobre. su frente de eseritor humano y sineero, B.M. de 0. IDEOLOGIA POLITICA, por Mario Ferniindez de Soto. Pi José Vieente Concha. — Editorial Excelsior. Paris, 1920, el Sr, Mario Fernandez de Soto un distinguido oseritor colombia no, que desile diversos centros de eultura europea ha observado eucstioncs de interés actual o permanente. Reunidas esas observaciones, digamos ‘pe- rivdistieas en cl mejor sentido de Ix palabra, ha formado’ con ellas ‘un Isior, eon um prologo volumen, que aiade 4 su coleeeiéu In Editorial 1 2 del expresidento eolombiano y actual ministro plenipotonefario de Colombia a Sede, D. Vicente Concha, ante la Sa Bien distintos entre si son los temas tratados en este libro: La oue tin soviat ew Colombia, Kt siglo XX y los nucvos factores econdmicos, Socialismo, su téctica, sus errores, sus falacias, EL Comunismo on Kasia, La instruceién primaria, ete., ete. ‘rélogo do Porfec te documentado y enfoeando todas las euestiones dosde su personal punto de vista, cl sefior Mernindez do Soto ha logrado induda- blemente un inte eon el sante libro. No podrfamos nosotros quedar de acuerdo autor en Ia manera de enearar tal o cual euestién, side polemizar ‘utara, Por suerte estamos bien lejos de ello. Nuestra gratisima it sién del momento coneluye anuneiando al Ieetor la aparieién de este inte. vesante libro de un buen autor colombiano, De afadidura. queremos ha tre los aplausos g wer nuestras estas palabras del prologuista: © morece ¢l autor de ‘Ideologia’’, especial os el que se Io debe por las observaciones quo sobre instruceién y educaeiGn piblieas contiene su trabajo, que contribuirin sin duda efienzimente a quo icen en Colombia las reformas fundamentales quo tan apremiante- mento reclaman sus eardinales intereses, Con razéu se dijo que In cose: cha de hombres es la que un pais debe ‘propnrar caluroso eelo, levar el nivel moral del pucblo, difundir entre él Ins Iuces, nar ak individuo eon los elementos que ha menester par vida, ¢s allanarle la vin para Ja realizacién de su fin, a In ver que sentir do modo inconmovible Ins bases de In nacionalidad, ercandole ‘vi, Horosus defeusis contra la extraia codicia...7 con mayor empesio y mis a la dura faena 88 4EUKSNUENETA TAGGLY QUAL REA ANA La Maquina de = Sumar CORONA =| $ 295 min. duces Te indsuing de ourjgr con sta ae, COROWA, nds iden are peters oeatog 9 la frm fue necodign machines suman aa is 1a A La 9.80 99. Ademés, multilica, resta y Pret fon lomo seein de tos ma fuinas que cuestan varias veces més. En ConbWA cs fabrcada oo ia misma Se vende plasos. Beelnte propose paca ogni ene tra Cia. LA CALCULADORA ‘Taussig, Carrere & Ci Aavalle {445 - U1, Mayo 1327 - Buenos Aires AGENTE EN ROSARIO: Heriberto Jones tet. tits 337 01g ATT eeaHER sung une ‘Eguisnatotauiaciiipinta ards tna LA CRUZ DEL SUR REVISTA MENSUAL DE ARTE E IDEAS 2 Director: y GRABADOS SOBRE METALES A. FATTURINI & Gia, UL T. 4ly PLAZA @>, 6.97098 & Alberto Lasplaces * Dixecciém y Admintstractén: Rio Branco £482-MONTEVIDEO Rep. O, del Uruguay : tua etr®—Seconraaor einai OTE a

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