Está en la página 1de 3

- La cultura no es exclusiva del hombre.

¿Qué es la cultura? Para ser un ser cultural, ¿hay que ser capaz de pintar la Mona
Lisa, componer sinfonías o caminar sobre la Luna? Arte, conocimientos técnicos,
costumbres sociales. Cada cultura tiene muchas facetas. Pero, ¿son estas prácticas
culturales propias del hombre? Si este es el caso, sólo el hombre es un ser dotado
de cultura. Sin embargo, la mayoría de los biólogos y antropólogos con diversas
evidencias ha ampliado esta definición.
La cultura puede definirse como un proceso dual que implica, por una parte, la
aparición de la innovación conductual dentro de un grupo y, por otra, su transmisión
dentro de ese grupo a través de procesos como el aprendizaje por observación o la
imitación. Los dialectos vocales, vocalizaciones particulares compartidas por una
población con exclusión de otras poblaciones, representan un caso de cuasi-cultura
que existe principalmente en aves, pero también en cetáceos y primates no
humanos. Sin embargo, es en los comportamientos llamados "tecnológicos",
incluyendo el uso de herramientas, es donde las manifestaciones culturales son más
evidentes.
Algunas especies animales habrían desarrollado también, en su vida social, una
forma de precursor de la cultura, de la protocultura. Hasta ahora, los ejemplos se
han limitado principalmente al uso de herramientas en chimpancés. Pero la gama
de tales comportamientos parece ser mucho más amplia: estudios recientes han
demostrado que otras especies transmiten la capacidad de usar herramientas por
imitación, a veces incluso sin una ventaja evolutiva obvia, aparentemente sólo por
diversión. Incluso los delfines utilizan las esponjas como "herramientas" para buscar
comida; y aquí también, todo indica que esta tradición cultural se transmite de delfín
a delfín.
Estos comportamientos recuerdan las numerosas convenciones sociales que
conforman la vida de las personas y cuyas diferencias de expresión se atribuyen a
diferencias culturales. Si en la especie humana son tan diversas las formas en que
uno come, por ejemplo, el uso de cubiertos en occidente por un lado y el uso de
palillos en oriente por el otro, son características de la diversidad cultural en
humanos. Sin embargo, esta diversidad cultural no es exclusiva del hombre, en
chimpancés, por ejemplo, la técnica de recolección de hormigas y/o termitas varia
de región a región, en algunas regiones está tan especializada la obtención de
éstas, que dependiendo del tamaño o especie del insecto, va variar la técnica y
herramienta que van a emplear.
Diversas investigaciones han demostrado claramente que las fronteras entre los
seres humanos y los animales son cada vez más difusas. Por supuesto, ningún
animal hablará como el hombre. Los animales tampoco producirán obras de arte,
compondrán sinfonías o canciones, ni conquistarán el espacio, o ¿por qué no
pensar que sí lo podrán lograr? Porque está claro que en el mundo animal existen
los fundamentos de lo que caracteriza al hombre: la cultura. Lo que pasa es que
nuestro pensamiento, de alguna manera antropocéntrista, condiciona nuestras
observaciones e interpretaciones del reino animal. Puesto que, si se encuentra
alguna proeza conductual o cognitiva en otros animales, la posición del hombre
como aquel pináculo de la evolución, se tambalea.
Por lo tanto, considero que el debate acerca de que, si los animales tienen cultura
o no, se encuentra superado. Más bien, pienso que el debate tendría que centrarse
en torno a comprender todos estos patrones culturales y conductuales de animales,
y específicamente en primates no humanos, en su contexto. Cuyo significado de
sus prácticas culturales corresponden a su propia historia evolutiva, que, si bien
pudieron ser copiadas o no de otras especies, estos rasgos conductuales los
adaptaron para ellos mismos, convirtiéndose así mismos, únicos y característicos
de cada especie, y con ello, originando una gran diversidad cultural en el mundo
animal.
Aunque ningún conjunto de comportamientos de animales y primates no humanos
pueden compararse al de las tradiciones culturales humanas, algunos
comportamientos que se presentan en primates no humanos, pueden estar
revelando alguna forma primitiva de comportamiento cultural que se originó en algún
lugar de nuestra historia evolutiva compartida. Y con esto, podríamos entender y
comprender algunas características que conforman una animalidad todavía
presente en la especie humana, y que muy a menudo las ignoramos.

- Bibliografía consultada:

de Waal, F. B. M. (2002). El simio y el aprendiz de sushi: reflexiones de un


primatólogo sobre la cultura. 2002
Gruber, T., Zuberbühler, K., Clément, F., & Van Schaik, C. (2015). Apes have culture
but may not know that they do. Frontiers in psychology, 6, 91.
Lameira, A. R. (2017). Bidding evidence for primate vocal learning and the cultural
substrates for speech evolution. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 83, 429-
439.
Galef, B. G. (2013). Imitation and local enhancement: detrimental effects of
consensus definitions on analyses of social learning in animals. Behavioural
processes, 100, 123-130.

También podría gustarte