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Los cocodrilos exoticos de Mexico: Cuanto sabemos, y que podemos hacer?

Conference Paper · August 2004

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Luis Sigler
The Dallas World Aquarium
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LOS COCODRILOS EXÓTICOS DE MÉXICO
¿CUÁNTO SABEMOS Y QUE PODEMOS HACER?

Luis Sigler
LOS COCODRILOS EXÓTICOS DE MÉXICO
¿CUÁNTO SABEMOS Y QUE PODEMOS HACER?

Luis Sigler

Reimpreso de: Memorias de la 6ª Reunión de Trabajo del Proyecto


Conservación, manejo y aprovechamiento sustentable de los
cocodrilianos en México”, Centro Universitario de la Costa, Universidad
de Guadalajara, Jalisco, 2004.

INTRODUCCIÓN

En México existen tres especies de cocodrilianos, una pertenece a la


familia Alligatoridae y es conocida como Caimán o Pululo Caiman crocodilus
chiapasius; y dos especies más de la familia Crocodylidae y son conocidos
como Cocodrilo de río Crocodylus acutus y Cocodrilo de Pantano Crocodylus
moreletii (Álvarez 1974).

Tanto el Caimán, como el Cocodrilo de Pantano, tienen áreas de


distribución específicas, estas son: Costa del Pacífico Mexicano desde Salina
Cruz Oaxaca, hasta el río Suchiate en Chiapas para el Caimán; y Vertiente del
Golfo de México y zonas bajas desde Tamaulipas hasta Quintana Roo para el
Cocodrilo de Pantano (Guzmán 1973, Álvarez 1974).

En el caso del Cocodrilo de río, este se distribuye en tres macro regiones


que son: Costa del Pacífico desde el río Fuerte en Sinaloa hasta el río Suchiate
en Chiapas; Cuenca del río Grijalva en Chiapas; y Costa del Mar Caribe en
Yucatán y Quintana Roo (Sigler 2000).

Es importante mencionar que para el caso de las especies de México,


éstas se consideran como exóticas por las leyes mexicanas, si son llevadas o
encontradas fuera de su distribución histórica, aún cuando estén dentro del
territorio nacional.

Después de los trabajos monográficos sobre cocodrilianos escritos por


Guzmán (1973) y Álvarez (1974), algunas instancias gubernamentales como la
Secretaría de Pesca (SEPESCA), la Secretaría de Agricultura y Recursos
Hidráulicos (S.A.R.H.), y otras privadas, se interesaron en el aprovechamiento
racional de estos organismos, y para realizar dichos proyectos, movilizaron, o
más bien manipularon cocodrilianos de unas regiones hacia otras sin
considerar posibles escapes que se convertirían en introducciones accidentales
de especies exóticas para los nuevos sitios (Sigler 1995).

Gorzula y Seijas (1989) comentan que Caiman crocodilus es


probablemente el único cocodriliano que responde tan favorablemente a las
modificaciones del hábitat creadas por el ser humano. Como ejemplo se cita
que poblaciones pequeñas formadas a partir de caimanes que fueron
utilizados para la venta como mascotas y que escaparon o fueron dejadas en
libertad, se han habituado a los canales de drenado en el sudeste de Florida,
E.U. (Levy 1991). Otro caso se presenta en Cuba que se reporta una
población introducida de Caiman crocodilus procedentes de Venezuela que ha
desplazado a la especie nativa Crocodylus rhombifer que está amenazada
(Gorzula y Seijas 1989 citados en Sigler 1995).
En 1993, la UICN. a través del Grupo de Especialistas en Cocodrilianos
se opuso a la implantación de una granja para crianza de cocodrilo del Nilo
Crocodylus niloticus que se pretendía realizar en la Amazonía Brasileña por el
riesgo de que se escaparan y se instalaran en el nuevo y favorable hábitat
(Magnusson 1993 citado en Sigler 1995).

Otro caso interesante es la presencia de una población de caimanes en


Puerto Rico que fue introducida y ya se estableció en la isla caribeña
(Watlington 2002).

Desde una perspectiva analítica se puede indicar que el establecimiento


de una población exótica de cocodrilianos se debe definitivamente a la mano
del ser humano e inicia con un grupo de animales o varios animales aislados
que se reunirán, ya que fueron llevados más allá de su distribución natural, en
un hábitat favorable.

Las introducciones de cocodrilianos se pueden clasificar de la siguiente


manera:

1. Accidental: Por efectos climatológicos.


2. Imprudencial: Por medidas de control insuficientes o inadecuadas.
3. Intencional: Por desconocimiento de la área de distribución.
4. Deliberada: Con el conocimiento de la distribución de la especie y
con el propósito de que ésta se establezca.
5. Mixta: la combinación de dos o mas tipos.

CASOS DE GRUPO

Por mencionar algunos casos de especies nacionales de Crocodylia que


son consideradas como exóticas, se puede mencionar:
1. La población introducida de Crocodylus moreletii en el Parque Nacional
Lagunas de Chacahua, en la costa del Pacífico en el estado de Oaxaca
(Muñiz 1997, Cisneros com.pers.; Montes com.pers.).
2. La población de Crocodylus moreletii introducida en el Municipio de
Villaflores, Chiapas; este sitio pertenece a la cuenca del río Grijalva (Sigler
y Jiménez 2000, Okamoto y Sigler 2003).
3. La población feral de C. moreletii en la laguna de Alcozahue en el estado
de Colima, en la vertiente del Pacífico desde hace mas de 10 años
(Francisco Castillo com. pers.).
4. La población introducida de Caiman crocodilus chiapasius en el Municipio
de Chiapa de Corzo, Chiapas, ubicado en la cuenca del río Grijalva (Sigler
obs. pers., Okamoto y Sigler 2003).

CASOS INDIVIDUALES

Existen muchos casos individuales de cocodrilianos mexicanos llevados


fuera de su distribución histórica y que luego han sido vistos o capturados. Tan
sólo para el estado de Chiapas, de los registros de cocodrilianos donados al
ZooMAT en Tuxtla Gutiérrez, el 10% de los cocodrilianos procedían de sitios
fuera de su distribución histórica (Sigler 1994).

En el año 2001 se comentó del avistamiento de un Lagarto del


Mississippi Alligator mississippiensis en el río Bravo cerca de la Cd. de Piedras
Negras, entre la frontera de Coahuila, México y Texas, EEUU (Domínguez
com. pers.). Para Este caso se desconoce si se trata de una liberación o de la
migración del individuo.

CASOS A FUTURO

Existe también el conocimiento de escapes de animales en condiciones


de inundaciones o eventos climatológicos intensos como huracanes. Sin entrar
a casos particulares señalaré el caso de Villahermosa Tabasco en los últimos
años en donde de dos UMA’s se escaparon cocodrilos durante una inundación.
La única diferencia es que de una se escaparon Crocodylus moreletii que es
una especie local y de otra se escaparon C. acutus provenientes de la costa de
Guerrero y que además tenían tallas reproductivas. Habrá que tomar nota si
en un futuro no muy lejano se encuentran C. acutus en el río Carrizales y en
otros que van hacia la costa tabasqueña.

Para la costa de Chiapas se sabe de al menos tres ocasiones diferentes


en que se llevaron cocodrilos de pantano Crocodylus moreletii en cantidades
considerables. Dos fueron por dependencias gubernamentales en los
municipios de Tonalá y Acapetahua, y uno por iniciativa privada en el de
Tapachula. Para los tres casos se sabe de escapes y aunque técnicamente no
se han observado cocodrilos de esta especie establecidos en los humedales
circundantes, no hay que dejar pendiente una revisión exhaustiva y continua ya
que algunos lugareños con cierta experiencia en el lagarto real Crocodylus
acutus, han comentado haber visto otro tipo de cocodrilo y que no es caimán.

MASCOTAS

Desde hace menos de 10 años, se ha observado un incremento en la


importación de especies de cocodrilianos exóticos a México.
Según datos oficiales de la SEMARNAT, la importación de Crocodylia
exóticos a México es de aproximadamente 100 ejemplares por año (Pérez
R.J.J. com. pers.).
Las especies de cocodrilianos más comúnmente introducidas a México
en el mercado de mascotas son:

o Caiman crocodilus crocodilus (Subespecie cercana al Caiman crocodilus


chiapasius y procedente de Surinam, Colombia y Venezuela).
o Paleosuchus palpebrosus (Especie de distribución en el norte de
Sudamérica).
o Paleosuchus trigonatus (Especie de distribución en el norte de Sudamérica).

Lo más notable para el caso de los caimanes es su adaptación al medio, la


precocidad con la que alcanzan la madurez sexual (4 o 5 años) y su notable
instinto maternal, por lo tanto a la vuelta de diez años y a partir de un grupo de
caimanes crías, podríamos tener la madurez sexual del grupo fundador y la
producción de hasta cinco nidadas de las primeras hembras en alcanzar la
madurez sexual, en pocas palabras un notable crecimiento exponencial de la
población.

CONSECUENCIAS ECOLÓGICAS

1. HIBRIDACIÓN

Recientemente, investigadores de los EE.UU. han demostrado la


hibridación natural del Cocodrilo de río Crocodylus acutus con el Cocodrilo de
Pantano Crocodylus moreletii en algunos sitios de Belice, al parecer se trata de
machos C.m. con hembras C.a. (Ray & Densmore 2002, Platt & Thorbjarnarson
2000). Observaciones fenotípicas de varios cocodrilos de estas especies en
Quintana Roo, hacen sospechar que la hibridación silvestre puede ocurrir, ya
que externamente comparten características de ambas especies, sin que se
halla podido comprobar genéticamente (Villegas 2004).
Para el caso de la hibridación silvestre es prudente considerarla como una
estrategia natural y que tienda a la formación, con el paso del tiempo de una
nueva especie o subespecie de cocodrilo (Messel com.pers.).

Un caso conocido en México sobre hibridación de ambas especies de


cocodrilos en cautiverio en México fue el Comentado por Jorge González en el
Parque Museo La Venta en Villahermosa, Tabasco, donde “Papillón”, macho
Crocodylus acutus de mas de cuatro metros se apareó por dos años con una
hembra Crocodylus moreletii dando por resultado cocodrilos que compartían
las características de ambas especies, aunque desde el punto de vista del
autor, se asemejaban mas a un C. acutus (Sigler obs. pers.).
Quizá lo mas importante en el caso de la hibridación, es que las crías
producidas son fértiles y si se aparean con otros cocodrilos de la población,
trasmitirán la información genética a la progenie (Ross com. pers.).

Con respecto al manipuleo de cocodrilianos, ya sea en el mejor caso de


reintroducir o liberar ejemplares, o en el caso de constituir nuevas UMA’s
(criaderos, zoológicos o colecciones particulares), es extremadamente
importante considerar a la especie de la región y si es el caso la raza que
corresponde al sitio, por ejemplo evitar combinar C. acutus en cualquiera de
sus macro regiones, o trasladar cocodrilos de poblaciones muy separadas
entre sí como C. moreletii originarios de Tamaulipas hacia Quintana Roo.

Es difícil indicar cual es la distancia en la que se pueden considerar


cercanas las poblaciones de las especies de cocodrilianos, por tal motivo se
recomienda no liberar cocodrilianos hasta que se tengan los estudios genéticos
y se compruebe la cercanía de estos individuos con la población a la que se
reintegrarán, no obstante y para algunos casos, las poblaciones silvestres se
recuperan mejor con programas de manejo in situ.

En proyectos de restauración de poblaciones de cocodrilianos, es lógico


pues, recomendar iniciar el proyecto con pie de cría de la región.
2. COMPETENCIA INTERESPECÍFICA

Este tema no ha sido estudiado muy a fondo, aunque se sabe que la


especie de cocodriliano mexicano que puede convivir con las otras mexicanas
de manera natural es el cocodrilo de río Crocodylus acutus. En la vertiente del
Pacífico de una parte de Oaxaca y en Chiapas cohabita con el caimán, y en las
zonas costeras de la Península de Yucatán cohabita con el cocodrilo de
pantano.

Según Álvarez del Toro (1974), Crocodylus acutus es dominante sobre


Caiman crocodilus, y lo desplaza hacia cuerpos de agua más someros y de
curso lento o de aguas quietas. La interacción entre ambas especies que se ha
podido observar en la Reserva de la Biosfera La Encrucijada, en la costa del
Pacífico de Chiapas es que debido a la presión ejercida por los cazadores de
cocodrilos en el pasado hacia Crocodylus acutus, su población disminuyó y el
nicho desocupado por el cocodrilo, fue ocupado por el caimán. En la
actualidad se pueden apreciar caimanes y cocodrilos a unos metros unos de
otros, pero de continuar la recuperación del cocodrilo de río en el área, es de
esperarse que en un futuro el caimán sea desplazado a las lagunetas cercanas
a los esteros, sitios donde es verdaderamente abundante (Sigler y Martínez
1998).

Para el caso de las interacciones entre cocodrilo de río y cocodrilo de


pantano, poco se sabe de esta situación, aunque la historia es similar a la del
cocodrilo de río y el caimán, ya que en la zona norte de Chiapas, Álvarez del
Toro (1974) cita que el cocodrilo de río desplaza al de pantano obligándolo a
vivir en riachuelos de aguas turbias, pantanos y lagos cenagosos. Añade que
los ejemplares jóvenes de cocodrilo de río son más tolerantes que los adultos
tanto con el caimán como con el cocodrilo de pantano.

En algunos sitios de Yucatán y Quintana Roo, puede constatarse que


ambas especies cohabitan los mismos nichos. Sigler (2002) capturó dos
cocodrilos de río junto a otros cocodrilos de pantano en la Reserva de Yum
Balam al norte de Quintana Roo. En algunas zonas al centro de Quintana Roo
se pueden encontrar cocodrilos de río compartiendo el sitio con cocodrilos de
Pantano (Lazcano, Merediz com. pers. y Domínguez 2002). En la zona sur del
estado de Quintana Roo, Cedeño (2002) y Villegas (2004) han observado en
los mismos cuerpos de agua al cocodrilo de río y al de pantano, y han
registrado cocodrilos con características intermedias entre ambas especies, lo
que los hace suponer de un probable proceso de hibridación natural.

La competencia entre las especies no se da de manera natural entre el


cocodrilo de pantano y el caimán. Álvarez (1974) señala que son especies muy
parecidas en cuanto a sus requerimientos ecológicos: ocupan habitats similares
y anidan en montículos de material vegetal y humus en descomposición en
temporadas similares, con la gran diferencia de que el primero se distribuye en
la vertiente del Golfo de México y Mar Caribe, y el segundo en la vertiente del
océano Pacífico de una porción de Oaxaca y toda la costa chiapaneca.

Desde el punto de vista alimenticio, es muy probable que las crías de las
tres especies se alimenten de presas similares como lo son insectos acuáticos
adultos o sus larvas, otros invertebrados y peces de talla pequeña. Esta
condición puede mantenerse conforme van creciendo y obedece mucho a la
disponibilidad de recursos alimenticios. Cuando las especies alcanzan tallas
mayores, sus requerimientos alimenticios se modifican y obedecen a la
posibilidad de capturar presas de tamaños adecuados al organismo
consumidor (Okamoto y Sigler 2003).

Allstead & Vaughan (1994) informan que el caimán juvenil consume


principalmente insectos (escarabajos del género Dyscinetus) y que los
caimanes inmaduros y adultos consumen escarabajos, caracoles, peces
cíclidos, peces carácidos, pejelagartos, tortugas jicoteas y aves como cormorán
y jacana.

Álvarez (1974) señala que los cocodrilianos pequeños se alimentan de una


gran cantidad de invertebrados acuáticos y terrestres. Los caimanes adultos
depredaban principalmente cangrejos de manglar; el cocodrilo de río es
marcadamente piscívoro y el cocodrilo de pantano es depredador de tortugas,
mamíferos pequeños y peces de nado lento.

No obstante que la alimentación de los cocodrilianos parece ser definida, es


probable que como depredadores oportunistas, consuman cualquier presa que
esté a su alcance, en el nuevo hábitat en el que estén ocupando, de aquí la
importancia de mantenerlos alejados de sitios a los que no pertenezcan para
evitar interacciones con las especies de cocodrilianos residentes o con las
especies que depredan y que conforman ese ecosistema.

Desde el punto de vista reproductivo, es muy improbable la competencia


entre el cocodrilo de río (anidador en hoyo) y el caimán y el cocodrilo de
pantano (anidadores de montículo) ya que el cocodrilo de río escoge sitios
abiertos que serán calentados por la temperatura que genere el sol sobre la
zona de anidación. En cambio los anidadores de montículo seleccionan sitios
con insolación moderada y que se calentarán por la descomposición del
material vegetal que los conforma.

Por estas razones, el cocodrilo de río anida al finalizar el invierno, para que
durante la primavera se incuben los huevos y al inicio de las lluvias las crías
estén listas para propagarse por los ríos y las crecientes. En cambio el caimán
y el cocodrilo de pantano anidan al finalizar la primavera para que sus huevos
se incuben durante el verano, cuando el calor ambiental y la humedad son más
altas y las crías nacen a fines del verano cuando las lluvias formaron
encharcamientos que fomentan la dispersión de las crías y la disponibilidad de
alimento con la proliferación de invertebrados acuáticos.

El caso grave podría darse entre el caimán como invasor en el hábitat del
cocodrilo de pantano o viceversa. Ambas especies anidan de manera similar y
según lo apreciado por el autor, el cocodrilo de pantano anida mas temprano
que el caimán (Mayo vs. Julio). La situación a considerar es que el caimán
alcanza la madurez sexual a edad más temprana que el cocodrilo de pantano
(4 vs. 7 años) y al parecer tiende a cuidar a su prole por cerca de dos años
(Gorzula & Seijas 1989) contra el cocodrilo de pantano que lo hace por un año
(Álvarez 1974).
Para el caso de los tres cocodrilianos mexicanos en la depresión central de
Chiapas: Crocodylus acutus el nativo de la cuenca del río Grijalva y los
introducidos Caiman crocodilus en Galecio Narcía, municipio de Chiapa de
Corzo y Crocodylus moreletii en el municipio de Villaflores, los modelos
matemáticos de competición sobre recursos indican que el cocodrilo del río
(Crocodylus acutus) va a dominar competitivamente sobre las dos especies
introducidas, si sus territorios se conjugan (Okamoto y Sigler 2003).

RECOMENDACIONES FINALES

1. A LA SEMARNAT:

Se ha expuesto sobre los riesgos de introducir al país especies exóticas o


llevar las nacionales a un sitio al que no corresponden, por lo que se
recomienda que se eviten estas actividades al máximo y en caso de
autorizarse, que sea sólo para UMA’s registradas y con estrictas medidas de
bio seguridad. En el caso de que las especies exóticas se vayan a reproducir
será indispensable un plan de manejo preciso y detallado del destino de las
crías.
Otra opción sería la importación de ejemplares esterilizados para evitar su
reproducción.
En cualquiera de los dos casos es importante que la UMA se comprometa a
ser revisada con mayor frecuencia.
En los casos comprobados de introducciones de especies de cocodrilianos
se recomienda atenderlos a la brevedad y brindar el apoyo necesario para que
la situación se normalice, vigilando que la extracción se haga con los estudios
necesarios y la mayor ética.

2. A LOS COLECCIONISTAS PARTICULARES:

La vida silvestre en cautiverio debe de ser tratada con el mayor respeto,


esto incluye un albergue adecuado que le brinde al ejemplar todos sus
requerimientos biológicos. Al mismo tiempo, este espacio debe de ser seguro
para evitar escapes.
Se recomienda tener un plan de contingencia ante un escape y avisar a la
brevedad posible a las autoridades cuando ocurra alguna contingencia.

3. A LOS INVESTIGADORES PREOCUPADOS POR RESOLVER LA


SITUACIÓN

Hay mucho que hacer y estudiar para entender mejor el proceso negativo
de poblaciones exóticas de cocodrilianos, pero sin lugar a dudas el paso inicial
es la documentación y seguimiento del caso.
Una vez obtenidos los resultados es recomendable actuar con la
autorización de las dependencias gubernamentales pertinentes.
Las invasiones biológicas o hasta las reintroducciones de poblaciones de
cocodrilos realizadas por razones de conservación, proveen de una
oportunidad sin paralelos para la experimentación natural de la ecología y la
biología evolutiva de los cocodrilianos. El caso de las dos especies de
cocodrilianos introducidas a la Depresión Central de Chiapas no es diferente
(Okamoto y Sigler 2003).
Si la extracción de la población introducida de cocodrilianos es lo más
conveniente, se recomienda hacer pruebas genéticas para tratar de emparentar
a éstos individuos con los del grupo del cual provienen. Lamentablemente
parece ser que lo más conveniente será sacrificarlos y aprovechar sus
productos y subproductos para efectos de darle continuidad al proceso.
También es posible llevarlos a UMA’s donde su descendencia no sea integrada
a proyectos de restauración de poblaciones silvestres.

AGRADECIMIENTOS

Al M. En C Fabio Cupul Magaña y al Biol. José Juan Pérez Ramírez por


revisar el escrito y hacer recomendaciones.

LITERATURA CITADA

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Cãno Negro, Costa Rica. Vida Silvestre Neotropical, v.3, n.1, p.24-29.
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 Levy 1991. Crocodiles and Alligators. Chartwell Books, Inc. 128 pp.
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 Muñiz C.M.I. 1997.
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M.V. Manuel Cabrera Valtierra. U.N.A.M. - U.C. pp: 20 - 25.
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Proceedings of the 15th Working Meeting of the Crocodile Specialist Group,
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 Villegas 2004. Características fenotípicas atípicas en el cocodrilo americano
(Crocodylus acutus) y en el cocodrilo de pantano (C. moreletii) en la Bahía
de Chetumal y el Río Hondo, Q. Roo, México. Tesis de licenciatura en
Biología. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. 20 pp.
 Watlington F. 2002. Stranger in a lost paradise: Caiman crocodilus, Puerto
Rico´s own aliengator. In: Crocodiles. Proceedings of the 16th Working
Meeting of the Crocodile Specialist Group, IUCN – The world Conservation
Union, Gland, Switzerland and Cambridge UK. pp: 239 – 243.
Imágenes de las tres especies de cocodrilianos mexicanos. Todos son machos adultos.
Caiman crocodilus chiapasius (arriba), Crocodylus acutus (centro) y C. moreletii (abajo).

Escenario de convivencia entre Caiman crocodilus chiapasius y Crocodylus acutus. El caimán


es más gregario que el cocodrilo, pero más pequeño. Aunque la anidación es diferente: hoyo
en el cocodrilo y montículo en el caimán, y preferencia de hábitats diferentes: agua dulce para
el caimán y salobre para el cocodrilo, cuando los dos ejemplares se enfrentan domina el
cocodrilo. Esta convivencia ocurre de manera natural en la costa de Chiapas.
Escenario de convivencia entre Crocodylus acutus y C. moreletii. Ambas especies pueden
ocupar el mismo hábitat, aunque el “acutus” anida en hoyo y el “moreletii” en montículo. Dado
que pueden tener tallas relativamente similares y siendo del mismo género, puede
desencadenarse en hibridación. Esta convivencia ocurre de manera natural en algunas lagunas
costeras de Quintana Roo y Yucatán.

Escenario de convivencia entre Caiman crocodilus chiapasius y Crocodylus moreletii. Ambas


especies pueden ocupar el mismo hábitat. Ambas especies anidan en “montículo” en la misma
temporada, lo que traería consigo una competencia fuerte por los mismos recursos. El caimán
tiene la ventaja de ser gregario, aunque el cocodrilo es más grande. Esta convivencia no existe
de manera natural ya que el caimán habita la zona costera de Chiapas y el cocodrilo de Morelet
la vertiente del Golfo de México.

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