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Índice

Introducción
El Alzheimer
Descubrimiento del Alzheimer
Característica
 Deterioro de la memoria
 Pérdida de memoria
 Alteración del lenguaje
 Desorientación
 Dificultad para ejecutar acciones
 Síntomas psicológicos
 Depresión
 Ansiedad
 Agitación psicomotriz
 Creencias y conocimientos falsos
 Alucinaciones visuales

 Dificultad en la realización de la vida diaria

Signos y síntomas
Tratamientos
Conclusión
Bibliografía
INTRODUCCION

La enfermedad de Alzheimer constituye en la actualidad la demencia mas


frecuente a nivel mundial, con tendencia a seguir incrementándose por
una parte por el aumento de la población anciana y por otro lado porque
no existe un tratamiento que prevea, detenga o cure esta compleja
enfermedad tanto en su génesis como en sus manifestaciones.
En la actualidad esta enfermedad constituye para muchos países un
problema de salud. En los estados unidos de norte américa existe un
aproximado de 6 millones de enfermos, en Asia de 8 a 10 millones y en
Europa de 5 millones. En nuestro país se calcula que existe alrededor de
85 mil pacientes.
Este trabajo tiene como objetivo brindar una guía teorica en cuanto al
tratamiento cognitivo conductual de la enfermedad tanto en el orden no
farmacológico como farmacológico.
El Alzheimer

El Alzheimer es un tipo de demencia que causa problemas con la


memoria, el pensamiento y el comportamiento. Los síntomas
generalmente se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo, hasta
que son tan graves que interfieren con las tareas cotidianas.

El Alzheimer es la forma más común de demencia, un término general que


se aplica a la pérdida de memoria y otras habilidades cognitivas que
interfieren con la vida cotidiana.

La enfermedad de Alzheimer es responsable de entre un 60 y un 80 por


ciento de los casos de demencia. El Alzheimer no es una característica
normal del envejecimiento. El factor de riesgo conocido más importante
es el aumento de la edad, y la mayoría de las personas con Alzheimer son
mayores de 65 años. Pero el Alzheimer no es solo una enfermedad de la
vejez. Aproximadamente 200.000 estadounidenses menores de 65 años
tienen enfermedad de Alzheimer de inicio precoz (también conocida como
Alzheimer de inicio temprano).

Descubrimiento de la enfermedad de
Alzheimer
Para llegar hasta lo que hoy se sabe, el camino ha sido largo, emprendido
hace más de un siglo.

La historia arranca en el otoño de 1901, en la ciudad alemana de


Frankfurt, y se centra en dos personas. La primera es Alois Alzheimer, un
médico de 37 años de la institución para enfermos mentales de esa
ciudad. La segunda es Auguste una mujer de poco más de 50 años,
recientemente ingresada en la clínica. Auguste D. había comenzado a
acusar trastornos de personalidad a comienzos de aquel año. Al principio
se trataba de ocasionales fallos de memoria, pero con los meses, se alteró
también su conducta. Descuidaba las labores domésticas; cometía errores
burdos en la cocina y echaba a perder la comida. Estaba
permanentemente inquieta y desazonada, se ponía a caminar a zancadas
por su vivienda sin dirección ni propósito, y escondía objetos sin razón
aparente. Cada vez mostraba mayor desconcierto y confusión; su
comportamiento se hizo paranoide, atemorizada ante personas a quienes
conocía bien. En otoño de 1901, la situación se hizo insostenible y su
marido la ingresó en una institución mental de Frankfurt. El investigador
hizo seguimiento de su paciente hasta su muerte en 1906, y entonces
pudo observar el cerebro. Después de este momento pudo reportar
públicamente por primera vez el caso.

El primer informe de que un paciente padecía síntomas de lo que hoy


conocemos como Alzheimer, fue entregado en el año 1906 por el Dr. Alois
Alzheimer. En dicho informe se describía a una mujer de 51 años que
tenía confusión, pérdida de memoria y síntomas psicóticos que de modo
veloz progresaron hasta su fallecimiento cuatro años más tarde.

El docto aplicó tintes químicos al tejido cerebral de la paciente fallecida.


Al analizar las láminas de tejido en el microscopio, observo diminutas
placas de amiloides y ovillos tau (son los fragmentos anormales de
proteínas y fibras enmarañadas que a día de hoy definen la enfermedad).
Estos depósitos estaban esparcidos por todo el cerebro, y en mayor
medida en áreas que controlan la memoria, el lenguaje, la toma de
decisiones y la personalidad.

A este descubrimiento no se le prestó atención durante más de 50 años,


porque se consideraba que el Alzheimer era una enfermedad rara que
afectaba a pocas personas, y eran personas de mediana edad con
demencia presenil. Se consideraba que la demencia senil formaba parte
del envejecimiento, así que cuando las personas se hacían mayores, no se
esperaba que su memoria funcionara adecuadamente, ya que el cerebro
se atrofia con la edad. Se hicieron varias autopsias, y se vio que el cerebro
de los ancianos seniles se había encogido y tenía hendiduras más
pronunciadas en comparación con el cerebro de una persona joven.

A finales de los años 60 se hizo un estudio sistemático de cerebros seniles con los
tintes químicos, y se observaron placas de amiloides y proteínas tau en todas las
personas fallecidas de demencia senil, es cuando se comenzó a llamar a la
enfermedad, enfermedad de Alzheimer, a la que se definía como una
concentración de proteínas adhesivas que provocaba el fallo de las neuronas
interfiriendo en sus señales.
Características.
La EA se caracteriza por tres grupos de manifestaciones importantes:

 A) Deterioro Cognitivo (de las funciones intelectuales superiores).


Con la enfermedad se afectan todas las funciones intelectuales
impidiendo que la persona portadora del mal pueda valerse por sí
misma, pierde la capacidad para tomar decisiones y desenvolverse
en las actividades simples de la vida. A continuación, describiremos
las más resaltantes.

La pérdida de memoria es una de las características más resaltantes


de la EA. Al principio los olvidos son menores, espaciados y son
interpretados como parte del envejecimiento. La persona olvida
donde dejó sus llaves, su monedero o el lapicero. Con el tiempo los
olvidos se van haciendo más frecuentes e importantes y usualmente
referidos a lo inmediato, recordando bien el pasado. La persona
portadora del mal se torna repetitiva, pregunta muchas veces lo
mismo; olvida lo que acaba de escuchar y/o decir. En estadios más
avanzados no recuerdan ni lo reciente ni el pasado. La persona con
EA ya no puede aprender nueva información ni recordar ni entender
lo que se le dice y explica una y otra vez.

Alteración del lenguaje. Progresivamente el lenguaje se va


perdiendo. Hay dificultad para encontrar las palabras correctas y
denominar o expresarse. Durante el curso de la enfermedad el
lenguaje se va empobreciendo y además hay dificultad para
entender lo que leen, ven, escuchan. Esto hace que muchas veces
se aíslen, tornen callados, otras irritables porque “ya no son los de
antes”.

Desorientación. Hay dificultad para saber la fecha correcta y aun


cuando viven muchos años en el mismo vecindario no pueden
ubicar las calles y hay el riesgo de perderse.
Problemas para reconocer rostros. Inicialmente confunden rostros
de personas conocidas y luego olvidan sus rostros. Pueden ver al
vecino de muchos años y no logran determinar quién es. Cuando la
enfermedad avanza, la persona con el mal al verse en el espejo no
se reconoce.
Dificultades para ejecutar acciones. A pesar de tener en buen
estado la parte muscular y neurológica tienen dificultades para
desarrollar acciones. Así por ejemplo ya no podrán manipular
correctamente la llave de la cocina, el control remoto del televisor.
Pueden ponerse la ropa en el orden incorrecto y los zapatos al
revés.

 B) Síntomas psicológicos /psiquiátricos y trastornos en la


conducta.
Entre lo más frecuentes están:

Depresión. Cerca del 50% de los casos de EA se presentan como


depresión (tristeza, pena, llanto, poca comunicación, entre otras
manifestaciones). Esto dificulta el diagnóstico pues se cree que es
depresión y se deja pasar mucho tiempo antes del diagnóstico y
tratamiento correcto. También la depresión puede presentarse
poco después del inicio de EA cuando la persona se da cuenta que
“ya no es la de antes” que “algo malo le está pasando”. Hay casos
en que la depresión se da en el curso intermedio de la enfermedad.

Ansiedad. Al ir perdiendo sus facultades la persona portadora del


mal se torna ansiosa, preocupada y con el temor que “algo malo le
está sucediendo” pues ya no es la misma de antes. El temor a que
algo malo le suceda puede acompañarse de conductas particulares
como por ejemplo, asegurarse que la persona más cercana y/o
cuidador estén siempre a su lado, no querer salir a ninguna parte, ir
a cada momento al baño, quejarse de malestares físicos.

Agitación psicomotriz / reacciones catastróficas. Manifestaciones


que se producen en respuesta a la deficiencia cognitiva. No saben
como expresar que se siente aburridos o fastidiados por la sobre o
hipo estimulación, entonces gritan, caminan de un lado a otro,
insultan y pueden llegar a agredir físicamente. También puede ser
que les duele algo o que quieren ir al baño y no saben decirlo.
Algunas veces estas manifestaciones pueden ser secundarias a la
frustración que sienten por no poder realizar actividades que antes
solían hacer como limpiar, ordenar o cocinar.

Creencias y convencimientos falsos. Producto de su pérdida de


memoria y dificultades en entender, los portadores del mal al no
encontrar sus objetos como dinero u otros, creen firmemente que
alguien les robó. Se tornan desconfiados y acusan a los que los
rodean, incluyendo seres queridos, de ser las personas que
hurtaron sus objetos.

Alucinaciones visuales. Usualmente esto se da en los estadios


avanzados de la enfermedad. Relatan ver familiares ya fallecidos
con quienes conversan.
Asociadas a estas alteraciones se producen cambios en la conducta
alimentaria y también en el sueño. Comen poco en la creencia que
ya comieron o al revés. En el día ¨cabecean¨, dormitan, o no
quieren hacer actividades y en la noche se tornan muy activos,
¨arreglando sus cosas para irse a su casa¨.

 C) Dificultades en la realización de las actividades de la vida diaria.


Comprende dificultades para realizar actividades de la vida diaria,
como asearse, vestirse, conducir, hacer compras, y comer sin ayuda.
Las dificultades van de menos a más y usualmente el paciente
termina dependiendo de un cuidador para sobrevivir y realizar
actividades esenciales de la vida diaria.
Signos y Síntomas
Los signos y síntomas de la enfermedad de Alzheimer

Muchas personas experimentan olvidos o retrasos leves de memoria, que


son parte del proceso normal de envejecimiento. Todos tenemos
dificultad ocasional para recordar una palabra o el nombre de alguien. Sin
embargo, una persona con la enfermedad de Alzheimer u otros tipos de
demencia encontrará estos síntomas cada vez más frecuentes y graves.

Por ejemplo, cualquiera de nosotros podría olvidar donde colocamos


nuestras llaves del vehículo. Una persona con la enfermedad de Alzheimer
puede colocar las llaves en un lugar inusual, como el refrigerador. O, él o
ella no pueden recordar para que se usan las llaves.

Los primeros signos de alerta de la enfermedad de Alzheimer

Los signos que indican la enfermedad de Alzheimer pueden incluir:

 Cambios en la personalidad
 Deterioro en la capacidad de movimiento o al caminar
 Dificultad para comunicarse
 Bajo nivel de energía
 Pérdida de memoria
 Cambios de estado de ánimo
 Problemas de atención y orientación
 Incapacidad de resolver operaciones aritméticas sencillas

En general, puede ser el momento de solicitar una evaluación por un


médico cualificado para determinar si la pérdida de memoria u otro
síntoma en usted o un ser amado, esta:

 Aumentando en frecuencia o gravedad


 Interfiriendo con las actividades diarias (como tareas laborales o
quehaceres del hogar)
 Causando una impresión en sus amigos y familiares
Tratamientos

La enfermedad de Alzheimer es una patología de evolución lenta. Desde que


aparecen los primeros síntomas hasta que se inicia una etapa de mayor
gravedad pueden pasar años, dependiendo de cada persona, entre 5 y 20. Por
el momento no existe ningún tratamiento que revierta el proceso de
degeneración que comporta esta enfermedad. Sin embargo, sí se dispone de
algunos fármacos que pueden retrasar, en determinadas etapas de la
enfermedad, la progresión de la patología.
Se utilizan los anticolinesterásicos o inhibidores de la acetilcolinesterasa,
fármacos que elevan los niveles de acetilcolina en el cerebro. Tacrina,
donepezilo, galantamina, memantina y rivastigmina son los fármacos
indicados en las primeras etapas de la enfermedad. Con estos medicamentos
se mejoran las fases iniciales y moderadas de la patología, retrasando el
deterioro de la memoria y la atención. En el 20 por ciento de los casos estos
medicamentos pueden tener efectos adversos que causan trastornos
gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea. Sin embargo, no tienen
ningún tipo de interacción con otros fármacos.
De manera general, los anticolinesterásicos suelen retrasar medio año el
deterioro cognitivo de los pacientes. Según la Fundación del Cerebro y la
Fundación Española de Enfermedades Neurológicas, las tasas de efectividad
son elevadas: un 50 por ciento de los pacientes responde positivamente a la
administración del medicamento, mientras que un 20 por ciento responde en
mayor medida de forma positiva que la media. Por el contrario, el 30 por
ciento de los pacientes no responde a la medicación.
Este tipo de tratamiento se combina con otro sintomático, que se administra,
a medida que el paciente va denotando diversos síntomas que acompañan al
mal de Alzheimer, tales como la depresión, estados de agitación, alteraciones
del sueño, o complicaciones más tardías del tipo incontinencia
de esfínteres, estreñimiento, infecciones urinarias, úlceras provocadas por la
inmovilidad o tromboflebitis.
Para los síntomas psicóticos que suelen aparecen cuando la demencia es
moderada se pueden administrar fármacos neurolépticos, aunque sólo se
recomiendan en casos extremos ya que también afectan a otros sistemas
neuronales.
La vacuna, AN-1792, se basa en una forma sintética de la proteína beta
amiloide, proteína que conforma las placas en los cerebros de los pacientes
con Alzheimer y estimula al sistema inmunológico para eliminar las placas ya
formadas y evitar la aparición de otras nuevas.
Es importante también la disposición que deben tener aquellas personas
encargadas del cuidado del paciente. Cuidar a alguien con Alzheimer puede
ser complicado debido a los cambios de humor o problemas de memoria, pero
si se adopta la actitud adecuada el tratamiento puede hacerse más llevadero.
La Fundación del Cerebro y la Fundación Española de Enfermedades
Neurológicas ofrecen algunos consejos como los siguientes:
 Se debe tratar al paciente acorde a la edad que tenga, y no tratar de ocultarle
información.

 No dar órdenes ni exigencias, tratando de mantener un tono positivo siempre.

 Hablar claro y explicar las cosas de forma relajada y lo necesariamente


extensas que sea posible para que el paciente pueda comprender lo que se le
trata de decir o explicar.

 Tratar de que el paciente tenga su propia independencia y ayudar en la


medida de lo posible, sin anular sus acciones.
Conclusión

En este trabajo pude aprender la definición de la enfermedad del


Alzheimer, también aprendí de su historia, la primera persona afectada de
esta enfermedad y el doctor que trato con la enfermedad por primera vez.
Trato a la paciente durante 4 años que luego falleció. Todo esto ocurrió en
el 1901 en la ciudad de alemana de Frankfurt.
Pude conocer los pasos requeridos con que se tiene que tratar a una
persona con esta enfermedad, los síntomas que padecen a causa de esta.
Pude leer sobre cuáles son sus principales característica y su tratamiento.
También aprendí sobre los fármacos que pueden retrasar en
determinadas etapas la enfermedad aunque todavía no tiene cura.
Bibliografía

https://www.alz.org/alzheimer-demencia/que-es-la-enfermedad-de-
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https://www.estimulacioncognitiva.info/2015/04/28/c%C3%B3mo-se-
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https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/neurologicas/alzheimer.ht
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https://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-
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https://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-cerebro/la-
hipnosis-clnica-608/el-hallazgo-de-alzheimer-12388

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