En estricto rigor, el barroco fue un movimiento que se inicia en el siglo XVI
en Italia, extendiéndose hasta el siglo XVIII.
Según las fuentes, el concepto barroco proviene del portugués: perla irregular. Aludiendo en un principio de forma peyorativa a aquello que resultase extravagante, irregular, desmedido e incluso grotesco. Posteriormente, el concepto barroco se ajusta más estrictamente -y ya no peyorativamente- a la definición de un período cultural de la historia en occidente que repercute fuertemente en la música, arquitectura, pintura, escultura y literatura. En cuanto a la música, en el siglo XVII, comienza ya la disciplina a desapegarse de las corrientes renacentistas desinteresándose de las complejidades polifónicas de entonces. Siendo, la búsqueda de nuevas formas compositivas y expresivas, una de las esencialidades de la nueva música; dando origen a nuevos géneros musicales tales como el recitativo, la ópera, la cantata y el oratorio. A su vez, durante el siglo XVII, el barroco se caracteriza por la evolución de los instrumentos renacentistas, permitiendo un amplio desarrollo compositivo para estas nuevas formas instrumentales que surgen a partir de la inevitable especialización de la música. Como ya he mencionado, dentro de los nuevos géneros musicales “vocales” se sitúa la ópera, como uno de los más relevantes y con fuerte trascendencia a lo largo del tiempo. Sin embargo, la ópera alcanzó diferente alcance en los distintos lugares