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¿QUÉ PASA CON MIS DIENTES?

Con el dedo suavemente

¡tic, tic! Se le mueve el diente…

¡Pronto se te va a caer!

¡No lo vayas a perder!

Diego anda preocupado,

no quiere ni dar bocado,

vaya a ser que caiga el diente

y lo pierda para siempre.

También siente algo de miedo

y le da cierto recelo

el pensar que entre un ratón

dentro de su habitación.

¿Qué es eso del Ratón Pérez?

¿Todos los dientes los quiere?

¿Y luego qué hace con ellos?

¿Se subirá por mi cuello?

No te preocupes cariño,

le dice la madre al niño,

que yo te cuento la historia

que me la sé de memoria:
«Cuentan que hace muchos años

un juguetero tacaño

se ahorraba mucho dinero

con ratones jornaleros.

Trabajaban día y noche,

hacían muñecas y coches,

construcciones de madera

o el juguete que él quisiera.

Siempre estaban muy cansados…

¡Trabajaban como esclavos!

Pero así los ratoncitos

podían dormir calentitos.

En casa del juguetero

tenían cama, queso y fuego…

Si de trabajar dejaban,

a la calle los echaba.

Pero un buen día hubo un ratón

que buscó otra solución:

Pérez, que así se llamaba

se escapó de madrugada.
Trepando por tuberías

a una casa llegó un día,

y vio a una niña acostada

sobre una blanda almohada.

Tenía un diente escondido

(que se le había caído)

debajo del almohadón:

¡Eureka! Dijo el ratón:

¡Necesito muchos dientes!

Con todos los que me encuentre

construiré casas calientes

para todos mis parientes.

Uno a uno fue cogiendo

los dientes de los pequeños,

dejando bajo la almohada

lo que el niño deseara:

Un juguete, una moneda…

¡Lo que los niños quisieran!

Los conseguía con esmero

en casa del juguetero.


En la ciudad de los dientes

habita con sus parientes

Y gracias al Ratón Pérez

ahora viven como quieren.

Entre los niños deprisa

corrió la buena noticia

Y ninguno se olvidaba

del diente bajo la almohada.

Ratón Pérez todavía

hace casas cada día

con los dientes que los niños

le regalan con cariño.»

Diego se duerme contento

Después de escuchar el cuento.

¿Qué sorpresa habrá mañana

Debajo de su almohada? (Juan Guinea)


LA LUZ

Vino mi papá

apagó la luz

y a mí me dio un susto...

¡como un patatus!

Le dije a mi papi

dejame encendida una luz chiquita

hasta que en un rato

me quede dormida.

Unos minutitos

y después entrás

y me das un beso

y vos la apagás. (Daniel Allaria Oriol)

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