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PREHISTORIA GENERAL Unidad 9: La problemitica de Ia produceién de alimentos ‘Trabajo Practico N° 10 Objetivo: conocer e interpretar las distintas teorfas acerca del comienzo de la agricultura Seleccién de textos que permitiran analizar desde una perspectiva historica las diferentes teorias que han explicado el origen de la agricultura. 1.Modelo propuesto por Gordon Childe (1942) Childe Gordon 1960. Qué sucedié en la Historia?. Editorial Levatén. 1960. A, (Cual es el presupuesto tedrico que Ilevd a Gordon Childe a explicar el origen de la agricultura? B. (Qué cambios produjo en las sociedades la adquisicién de la agricultura? CC. {Cémo caracteriz6 Childe a las “culturas neoliticas” producto de esa revolucién? 2.Modelo propuesto por Robert Braidwood (1960) Braidwood Robert 1960, La Revolucién agricola, Selecciones de Scientific American. Biologia y Cultura, Hermnn Blume ed., Madrid, 1975. A. {Cuil es la critica que Braidwood realizé a la explicacién dada por Childe?. Sobre qué evidencia sostuvo que esa explicacién se desmoronaba? B. De acuerdo a su explicacién, qué rol juega la creciente diferenciacién y especializacion cultural de fas comunidades? C. {Cua es el tipo de explicacién que propone Braidwood?, 3. Modelo propuesto por Mark Nathan Cohen (1977) Cohen M. 1984, La crisis alimentaria de la prehistoria. La superpoblacién y los origenes de la agricultura, Alianza Universidad. Madrid. ‘A. Qué rol le adjudica Cohen al crecimiento demogrifico? B. De acuerdo a la explicacién anterior, por qué y para qué surgié la agricultura’ C. 2Cuales son las proposiciones tedricas que soportaron su argumento? 4. Modelo propuesto por David Rindos Rindos David Los origenes de la agricultura, Una perspectiva evolucionista. Ediciones Bellaterra. Barcelona. A. {Qué rol le adjudica Rindos al proceso de coevolucién? B. [Por qué define a la agricultura como un tipo de relacién planta-animal? ,A qué aspectos punta esta definicién? C. {Cual es el objetivo para elaborar una taxonomia de la domesticacién en su perspectiva evolutiva? D. {Qué tipos de relacién hombre-planta define y qué variables conductuales, ecolégicas y volutivas distingue como afectando a las plantas y a los sistemas agricolas en cada tipo de domesticacién propuesta? HOMBRE, CULTURA Y SOCIEDAD FONDO DE CULTURA ECONOMICA HARRY L. SHAPIRO HOMBRE, CULTURA Y SOCIEDAD : 2 € FONDO DE CULTURA ECONOMICA. atéxic0 Primera ediciin em inglés, 1956 Segundz edicion en inglés, 1971 Primera edicién en espatiol, 1975 ‘Traduociin de Mavo Axronto Sixenez “Titalo original ‘Man, Culture, and Society © 1956 Oxford University Press, Londtes D. R. © 1975 Foxoo ve Currura Beoxburca ‘Av, dela Universidad, 975; México 12, D. F. Impreso en México IV. El Neolitico V. Gorpow Cite Sw CONSIDERA, por Convencion, que la iltima Edad del Hielo terminé hace: unos 18 milafios; el Viejo y el Nuevo Mundo empezaron fi- nalmente a asumir la forma que mos es familiar en los atlas. Em con- secuiencia, las sociedades humanas tuvieron que adaptarse a condiciones de vida bastante nuevas. Peto tuvieron tiempo suficiente para hacerlo; ya que el cambio de las condiciones del Pleistoceno a las de los tiempos {geoldgicamente) recientes no fueron stibitas, sino un proceso muy Tento que tomé varios miles de aftos. Los glaciares en altitudes eleva- das no se derritieron de la noche a la mafiana, sino que les tomé casi 12 mil anos hacerlo. Los cambios de clima, vegetacion y distribucién de tierras y mares fueron igualmente graduales y variaron grandemente ten intensidad en las diversas partes de nuestro globo. El resultado mais general fue una clevacién universal del nivel del mar cuando las enor mes cantidades de agua, previamente aprisionadas en los glaciares, vol- vvieron nuevamente-a los océanos: Una de las consecuencias incidentales fue la separacién de las Islas Britimicas del continente curopco, Pero esta clevacién general del nivel del mar no fue mas sibita que el desbie- To de los glaciares que la causaron. Ademés, fue compensada por un. levantamiento de las tietras en las regiones que habian estado espesa- mente cubiertis por el hielo, FE] peso del hielo en las montafias de Escandinavia y Escocia habjan deprimido Ia corteza terrestre en esos sitios, Asi, cuando desaparccié el peso, la corteza regres6 a su sitio ori- ginal. El ritmo de ese reacomodo fue en un principio més rapido que fh elevacién general del nivel del mar, por lo que retardé la separacion de las Islas Britinicas del continente y convirtié el Baltico en una lagu nia silobre (cl lago Ancylus). Continud después de que la elevacion del nivel del mar hubo alcanzado el mismo ritmo, de tal modo que én las costas de Escocia y Escandinavia se formaron las playas cuando fl mar habia alcanzado su altura méxima y estin ahora a quince o mas metros sobre la costa actual ‘Los cambios de clima fueron también graduales y discontinuos. En general, el clima se hizo més cilido en las latitudes templadas, y més Seco en el Mediterréneo y las zonas subtropicales. En el norte de Euro- pa, hace de 9 mila 6 mil afios Ia temperatura media anual era mis eleva Ga que ahora, pero el clima de Inglaterra, Dinamarea y Suecia era més continental, con inviernos mds extremosos. pero con veranos mis lar- jo) EL NEOLITICO ul gos'y eilides, Durante los siguientes dos mil aos el clima permanecié nds calido, pero era casi tan hrimedo como ahora, mientras que des- pnés retornaron condiciones més secas con un serio descenso de la temperatura durante unos 1500 afios. Fue’ solamiente hace unos 2600 fios que los climas de Inglaterra y Dinamarca se deterioraron para adquirir su actual nivel notoriamente hiimedoy frio. En el Mediterri- neo, por el contrario, y aiin mas en Africa del norte, Asia menor e Trin, las luvs deben Haber disminaido durante todo este tiempo, pero esa desecacién pudo haberse interrumpido, como Ia deterioracion del lima en el norte de Europa. ‘Los cambios climéticos fueron seguidos por cambios en la vida ani: mal y vegetal. En Ia zona templada de Europa los bosques invadieron las vastas dreas de estepa y tundra que bordeaban los fos y_ mantos de hielo, y también las planicies y montaias del norte que habian ‘estado cubiertas de hielo. En todos lados aparecieron Arboles de bosque en el mismo orden, primero abedules, despns pinos, lego robles y otros drboles deciduos. En el sur, por el contratio, los tboles se agos- taron con la sequia, y las praderas se convirtieron gradualmente en de- siertos, acelerados ambos procesos por las actividades destructivas del hombre, Por otra parte, quedé establecido el régimen de acuerdo con el cual algunos de los grandes tos —el Nilo, el ‘Tigtis, el Bufrates, el Indo y el Amarillo— se desbordaban regulamente todos los afios y esas inundaciones anuales convirtieron considerables franjas de incipiente esierto en jardines en potencia, Incidentalmente, el aluvién acatreado por estas imindaciones ha dado lugar a amplias areas de tierra firme en tiempos geoligicos “recientes”, como ocusre en parte del delta del Nilo. Los primeros intentos de las sociedades Ihnmanas_para ajustarse a las nuevas condiciones dieron como resultado la creacién de Io que los arqueélogos llaman los culturas “‘mesoliticas”. Eeonémicamente no di- ficren basicamente de las culturas paleoliticas de las que derivan, es decir, que la subsistencia bisica —su abasto de alimentos— se obtenia todavia exclusivamente cazando, recolectando 0 attapando lo que la naturaleza amablemente les proporcionara. A juzgar por las culturas mis conocidas del Mesolitico —fuera de Europa solamente se conocen hasta hoy culturas semejantes en Africa del norte y Palestina—, se daba més importancia a la recoleccién de nueces, bayas, rafces, caracoles, moluscos y dems, que en el Paleolitico. Por lo menos en cl norte de Europa, en donde las condiciones eran muy propicias, también se des- arrollé intensamente la pesca. Uno de los resultados fae que las comunidades mesoliticas parecen ser menos némadas que las paleoliticas; tendian a acampar regularmen- 42 EL NEOLITICO “en cada estacién. En la mayor parte de los campamentos curopeos, encontramos huesos de perro, todavia con aspecto de lobo 0 chacal Presumiblemente, el pero ancestral ya habia empezado a asociarse con el hombre y aun a ayudarlo en la caza a cambio de las visceras que desechaban los’ cazadores. En Europa el perro seria particularmente itil en el nuevo tipo de caza impuesto por el paisaje posglacial. Cuando los bosques invadieron las tundras, se desvanecicron los grandes reba- gregarias que habian perseguid con tanto éxito las No sabemos exactamente cémo los empleaban, y menos atin por qué sus fabricantes se tomaban tanto trabajo para darles forma. Pero éstos eran de estatura normal, no eran pigmeos, y algunos fueron muertos con flechas armadas con mictolitos como puntas. Por supuesto que no todos los implementos mesoliticos son anormalmente pequetios, y no todos Jos microlitos son mesolitices. Los ai lenses de Europa occidental, por ejemplo, descendientes directos de los cazadores de renos Tlamados magdalenienses, carecian de herramientas de carpinteria. Por la misma razén los grupos principales que hicieron microlitos, los tardenoisenses, limitaron su ocupacién a terrenos areno- 50s, costas barridas por el viento y tierras altas sin arboles. Pero las tribus que cazaban y pescaban a otillas de los rios y lagos de Ta gran planicie europea del norte en toda su extensién, ininterrumpida desde Jos Urales en In URSS hasta los Peninos en Inglaterra, sin ninguna firea de mar, crearon juegos de azuelas y formones, y eventualmente hhachas y gubias. EL NEOLITICO 13 planchas de los grandes Arboles de las costas del Pacifico con la ayuda de curias de asta de venado. Los cazadores paleoliticos aparentemente usaron cuflas de asta de reno en Europa suroccidental, donde sobrevi- vieron los drboles durante la Edad del Hiclo; los bordes eran afilados por medio de abrasién y pulido, En Jos bosques septentrionales sus sucesores mesoliticos parecieron tener Ja idea de insertar un pedernal para formar un borde més afilado que podria usarse para cortar y unit cl implemento a un mango de madera para formar una azucla; al este del Biltico, donde escaseaba el pedemnal, las hojas de azuclas y formo- nes tenian que ser hechas de rocas de grano fino, En ese material, sin embargo, un borde verdaderamente durable y cortante podia obtenerse mejor por medio de abrasién y pulido: cl sismo proceso ya aplicado al hueso y el asta. Asi, al transferir a la piedra una técnica inventada originalmente para el hueso, se creé Ja hoja de azuela de piedia puli- mentada, llamada “celta”, De este modo se ponfa a disposicién del hombre un instrumento de produccién muy potente. Vale la pena sefialat que al principio todos estos utensilios. para trabajo pesado en madera estaban montados como azuelas. Todavia en ‘nuestros dfas los carpinteros aborigenes en todo el Pacifico usan la azuela con preferencia al hacha. Con este equipo, los cazadores-pescadores del norte de Europa produjeron invenciones nuevas, algunas de las cuales han sido preservadas en las turberas, Entre ellas se cuentan Jos remos de canoa mas antiguos en existencia, Otras sociedades més antiguas habian sido capaces de cruzar hasta estrechos, pero ni sus en bareaciones ni sus propulsores sobrevivieron, Se inventé un trineo para cl transporte sobre Ias.nieves; en Finlandia fe desenterrado un desli- zador en un pantano, En ocasiones se entrenaba a una eruza local de perro lobuno para tirar de estos vehfeulos_primitivos Por el momento no hay evidencia que demuestre si otras sociedades en Ja ctapa mesolitica crearon independientemente 0 poseyeron herra- mientas de carpinteria tan eficientes. El hacha de piedra pulimentada ‘© azuela solfa considerarse como el criterio de Ta més avanzada ctapa neolitica, que aqui se define en virtud de la produccién de alimentos. Sin embargo, muchos “salvajes” recientes, entre los que se incluye no s6lo a muchos indios americanos, sino también a algunas tribus abori- genes australianas, usaron hachas de piedra pulimentada; ciertamente Ja economia de los salvajes modemos es generalmente més parecida a Ia de los grupos del Mesolitico europco que a la de sus precursores paleoliticos. Lo que sucede es que gracias a la amplitud de las turbe- ras en el norte de Europa y a la preservacién dentro de clas de uitensilios nt EL NEOLITICO hechos de materiales perecederos, Ja cultura de los cazadores-pescadores de la planicie europea es mucho mejor conocida que Ta de cualquier sociedad contemporinea de otros Ingares. Estos noreuropeos mesoliticos desarrollaron ciertamente un equipo muy. efieaz para explotar la riqueza natural de su territorio (caza, ‘ves silvestres y peces) yutilizaron biew la materia prima de que dis- ponfan, Aun durante la fase de bosques de pino los hombres que vivian Al oriente del Béltico inventaron un tipo de punta de flecha de hneso para matar animales de pelo con un daiio minimo a las pieles, ‘Todo pescaban con lanzas, axpones, anzuclo y sedal y redes. Algunos habfan hotado las propiedades cléctricas del Ambar, que cuando es frotado con tm trozo de piel atrae hojas secas, y lo estimaban como sustancia magica. ‘Ms tarde, cnando los puentes terrestres a través del mar del Norte se sumergieron y la depresién biltica se colmé de agua salada tibia, Jas tribus costeras se establecieron durante todo el afio en donde los ancos de ostras ofrecian un permanente y abundante abasto de ali- mentos; cerca de las costas danesas, donde Ja tierra se ha levantado desde entonces, todavia existen inmensos monticulos de conchas que seialan los sitios de sus campamentos. /Para €l aio 4000sac; estos pueblos sedentarios habian ya descubierto.el arte de convertir la arcilla fn alfareria y crearon grandes y vitiles vasijas, aunque de tosca factura ‘Durante siglos sobrevivieron los aperos de pesca, armas de caza, me dios de transporte y aun Jas formas de la alfareria y las técnicas surgidas urante la etapa mesolitica en Ia planicie europea del norte, ya que fstaban bien adaptados para Ja explotacién de aquel medio ambiente. Se repiten mis alla de los Urales en la planicie siberiana y en un grado notable aun en la zona boscosi de América del Norte hasta Massachu setts, Pero mientras’ tanto ottas sociedades, asentadas en tegiones con menos facilidades, pero dotadas de oportunidades més amplias, habian ‘dado Tos pasos revolucionarios que sevtalan Ia transicién hacia una nueva economia y un grado cultutal més elevado. Lo que los arquedlogos Taman la Fase Neolitica y los etnégrafos califican como barbarie, se caracteriza por la “producciOn de alimentos”: €l cultivo de plantas comestibles o la cria de animales con fines alimen ticios o la combinacién de ambas actividades en una produccién agro} catia. La procluccién de alimentos constituyé una verdadera revolucién econémica y técnica: en primer lugar da a la sociedad un control po- teucial de sw propio abastecimiento de alimentos. Las sociedades paleo- liticas y mesoliticas, como los salvajes contemporineos, tenian que dle- pender enteramente de lo qne la naturaleza les ofrecfa en cuanto @ plantas, animales, peces o insectos comestibles. El abastecimiento siem- EL NEOLITICO us pre era escaso y la poblacién humana estaba limitada por el mismo. Pero, al menos en teoria, los cultivadores pueden aumentar la provision de alimentos simplemente labrando mds tierras, y asi mantener a una poblacién creciente; los pastores absteniéndose de alimentarse con los corderos y las temeras y buscando pasturas frescas, para obtener un resul- tado semiejante. Fn ségundo lugar, el cultivo de plantas y la cra de animales domésticos dan al hombre por primera vez el control de otras fuentes de energia, fuera del calor del fuego empleado para cocinar y para endurecer sus lanzas, de que disponian las sociedades mas anti- uas, hasta que tal vez el uso de perros para tirar de los trineos de los cazadores-pescadores mesoliticos en el norte precedié en tiempo @ la tevolucién neolitica; las velas vendrian mis tarde. Pero las plan- tas y los animales son, empleando una frase de Leslie A. White, “me canismos bioquimicos”, y al cultivarlas y criarlos, cl hombre hace traba- jar en su beneficio esos’ mecanismos. Natutalmente, la revolucién neolitica, la t psicién de Ia caza y 1 coleceién a la agricultura, fue realmente un proceso complicado que duré muchos siglos y tal vez milenios, No vale la pena especular como se Hevé a cabo Ia transicién; no tenemos ninguna evidencia ar- ‘queolégica directa. No sibemos siquiera si ocurrié primero Ja agricultn- a 0 la domesticacién de animales. Muchas tribus bérbaras de Ta actua- lidad cultivan plantas pero no domestican animales para alimentarse, y cen ese sentido parece haber sido m4s probable Ia primera altern- tiva, Pero el registro arqueoldgico de Europa, el Cercano Oriente, y aun China, no ha revelado hasta ahora rastros de cultivadores puros {que precedan a los agricultores mixtos tipicos del Neolitico en el Viejo Mundo. Esta economia neolitica tipica estaba basada en el cultivo de cereales —al principio solamente trigo y cebada— y en Ta domesticacién de ganado bovino, ovejas, cabras y cerdos, o por lo menos de una de estas especies, Estos cereales cultivados se derivan de pastos anuales que_crecen silvestres en sitios bastante secos y clevados de tipo estepario, Las po- sibles cumas son Siria-Palestina con Inin y Cirenaica, Abisinia y China occidental. Asi es que el cultivo de cereales no pudo haberse originado ppendientemente en la Europa templada, Asia superior, o en los trépicos, Hay caprinos silvestres en el norte de Africa, el Cercano Orien te, Trin y Asia central, y solamente alli pudieron domesticarse, Mas alli de esto. no tenemos justificacién para afirmar nada en cuanto a donde se inicié la agricultura, aunque descubrimientos recientes apun- tan bastante explicitamente «los pafses montafiosos dentro de y en Ia petieria del Creciente Féctil como la cuna del cultvo del trige’y Ta cebada. 116 EL NEOLITICO, “Las simples frases “cultivo de cereales” y “domesticacién de anima: les” denotan un gran némero de operaciones bastante complicadas y ima variedad de técnicas alternas. Para el eultivo de cexeales en primer lugar el suelo debe prepararse para sembrar la semilla roturando la stiperficie. Actualmente eso se hace con un arado tirado por un tractor, caballos, amulas 0 bueyes. Pero el tractor es un apatato muy modemo y cs més que dudoso que wn arado de cualquier clase fuera empleado por socicdades verdaderamente neoliticas. Otros dos instrumentos son Comunes entre los barbaros modemos: la coa 0 bastén_plantador en las Américas y el Pacifico y el azadén en Africa. FI primero no deja hiellas en el registro arqueolégico; <1 uso de azadas ha sido inferido en la Europa neolitica por objetos que algunos arquedlogos: suponen son hojas de azada de piedra ode asta, y establecido en Egipto por representaciones de azadas de madera en’ dibujos posteriores. Actual- mente, el cultivo por ambos métodos es en general trabajo de mu jeres en pequefias parcelas que pueden estar interrmpidas por tocon de Arboles 0 por tocas, mas bien que en campos. El término “agri- cultura” deberia por tanto reservarse para el cultivo de arado y es aplicable solamente, si acaso, a los cultivadores neoliticos tardios. Después de Ja siembra, la semilla necesita agua para erecer. La fuen- te del agua divide cl cultivo en dos ramas diferentes: por riego y por cultivo seco. El agua requetida puede provenir de un ro o corriente que inunda naturalmente: las parcelas al desbordarse de su cauce en determinada estacién. El Nilo cumple con esto cada afio; muchos ios en Asia también lo hacen, aunque no tan oportuna y seguramente. Pot otra parte, el fluido vital puede ser Hlevado por medio de canales att ficiales desde manantiales 0 ries hasta Tas parcelas, pero por lo menos en el tiltimo ‘caso seri necesario clevar el agua de su lecho. Aun asi, el cultivo por riego tiene una gran ventaja; no solamente humedece el grano, sino que fambién renueva Tos suelos, ya que las aguas general- mente estin cargadas de aluvién. que contiene precisamente aquellas sustancias quimicas arrchatadas a la tierra por Jos cultivos. En regiones realmente fidas como Fipto, el sur de frak, Trin y Asia centri, asi como en Arizona y Nuevo México, el cultivo del’ maiz. siempre ha tenido que depender del riego. En otras regiones, tanto en el norte de Siria como en la cuenca del Mediterrineo asi como en las latitudes templadas de Europa y América, se necesita depender de las Huvias para regar los cultivos. Pero enton es el agricultor tendra problemas. Los elementos tomados del suelo no son remplazados automiticamente. Por lo tanto, ¢] suelo pronto queda exhausto, y el rendimiento declina, Cuando esto oeurre en una parcela, algunas tribus africanas, como los lango actuales, abandonan EL NEOLITICO uy esa parcela y desmontan otro pedazo de suelo virgen. Y, cuando todas las parcelas a la mano han sido sucesivamente cultivadas y agotadas, cl grupo reine sus pertenencias, abandona ta aldea e inicia nuevamente 1 ciclo en otro lado. Este facil pero extravagante modo de explotacién debié haber sido muy comtin alguna vez. Fue practicado, segyin se pudo comprobar, por los danubienses neoliticos en Europa central y probablemente también por otros neoliticos europeos. En realidad, 6sos cultivadores eran casi tan némadas como los cazadores paleotiticos, tal vez mais. Sus habitos migratorios explicarlan a difusiém de sus tée- nicas y de la economia neoliticas en dreas enormes y en tertitotios don- de a falta de plantas y animales domesticables, tales pricticas no pueden surgir esponténeamente. Un método ligeramente menos prédigo, el cultivo de roza, se aplica cen territorios cubiettos por bosques o malezas. Cuando la parcela cul- tivada ya no resiste mis, se permite que durante unos cuantos afios re- ., se desmonta nuevamente y el rastrojo se quema en is acivian como fertilizante. En los pastizales se puede dejar que la parcela exhausta sea nuevamente terreno donde crezca €l pasto y sitva como forraje, si se tiene ganado doméstico, y el estiér col de éste To abonard. En el norte de Siria, Asia Menor y el Mediterré- neo oriental, donde las reservas de agua potable para hombres y bestias eran obviamente restvingidas.y Ja misma tierra cultivable no parecia ilimitada, debié de haberse adoptado muy tempranamente uno w otto de estos primitivos sistemas de rotaci6n; los asentamientos neoliticos ‘eran vetdaderas aldeas o villorios permanentes, ocupados durante tanto tiempo y reconstruidos en el mismo sitio tan a menudo que sus rui- nas ahora se Jevantan sobre la Tanura como monticulos o tells. En la Europa templada, donde las reservas de agua son abundantes y donde la primera poblacién dispersa de cultivadores neoliticos consideraban que Ja tierra era ilimitada, no se encuentran evidencias semejantes de habitaciones permanentes La frogilidad es obligatoria para cualquier agrcltor. Su ootecha che alimentar a la familia durante todo el afto y ademas proporcionar semillas para la siguiente siembra, En la practica no debié: haber sido muy dificil en tierras comunes producir més de lo que se necesitaba para el consumo doméstico. Este exceso de alimentos proporcionaba Ja familia y a toda la comunidad lo que los economistas Haman excedente social. Naturalmente es més ficil produeir un excedente social bajo una economfa neolitica que por medio de la caza y Ia re- coleccién; el almacenamiento de granos ¢s mucho mAs sencillo que el de bayas, rafces, pescado o carne. Pero se necesitaban elementos para almacenar la cosecha, En cualquict asentamiento neolitico son detalles us EL NEOLITICO conspictios Tos” graneros o'silos. Los dentnbienses erigian grancros re- gulares, levantados en postes sobre cl nivel del suelo. lin Egipto, fosos tevestidos de paja servian como silos y en Mesopotamia se fabricaban grandes jarras para guardar el grano. ‘Pata cosechar el grano y convertirlo en harina se requerian imple- imientos especiales, Los utensilios mis viejos que se conocen para segar son piezas rectas de madera o hueso armadas con una corta hilera de pedemales dentados, Desde tiempos neoliticos se inicid el uso de una Yerdadera hoz curva de madera o una quijada de animal, bordeada con pedemal, El grano podia molerse en mortero 0 triturador, pero fen et Viejo Mundo se acostumbraba mas molerlo con una piedra re- donda sobre una losa en forma de platillo o con un frotador cilindtico sobre una base plana. Esta tiltima fue posteriormente rebajada para adoptar la forma de una silla de montar. La resultante piedra de moler en forma de silla se conservé como la forma generalizada de molino hhasta que se invent6 el molino giratorio en algin lugar cercano al Me- diterineo oriental alrededor de 600 aftos a.c, (Hasta entonces, por supuesto, y posteriormente, cada familia molia diariamente su propia harina en’ esos molinos de mano, del mismo modo que algunos de nosotros molemos diariamente el café.) "Ademas de cereales, muchas comunidades neoliticas también culti- vaban frijoles y otras Iegum mbién lino, tal vez all princi pio por sus semillas més bien que por su fibra. En el Asia Menor, én la cuenca del Meditersinco y en los Balcanes, algunos empeza ron también a cultivar drboles frutales, olivos, higueras, datileras y vides, En In Europa templada la manzana nativa’pudo haber sido cultivada deliberadamente, ya que se ha demostrado que en tiempos neoliticos se recolectaba y secaba e] fruto del manzano silvestre. La horticultura debe haber cjercido una influencia estabilizadora en sus practicantes. Una parcela de maiz se siembra para obtener wna sola cosecha; un huerto, una vez. que maduran Tos drboles, dara frutos du ante muchos aios, Sus propietarios no Jo abandonarin con agmdo, mientras que un cultivador de maiz puede abandonar tranquilamente su parcela una vez. que ha recogido la cosecha, La domesticacién de animales no implica tanto equipo fresco como los cultivos, pero tiene repercusiones sociales mas notables. Un rebaiio de reses o de ovejas representa el capital de modo mis conspicuo que los granos de maiz aun que los Arboles frutales. Si se explota princi palmente para proporcionar leche (0 sangre) y no se trata solamente de una reserva disponible de caza para proporcionar carne, manifiesta- mente aumentati y se multiplicard, Siendo ficilmente movible, el gana- do puede cambiarse convenientemente 0 ser robado, Tal ver desde tiem- EL NEOL{TICO ng pos neoliticos, como en los primeros periodos histéricos, las vacas (0 corderos 0 cerdos) servfan como medio de cambio, norma de tiqueza y tecompensi de guerra. El robo de ganado ciettamente debié haber sido un estimulo econémico para Ia guerra; por otra parte, la tierra, ya fuera como coto de caza o para labranza, dificilmente es adquirida por las tribus barbaras o salvajes mediante actos de agresién debido a supersticiones inhibidoras. De cualquier modo, en la Europa neolitica, Jas armas de guetta se hicieron cada vez més prominentes al dérsele creciente importancia'a la domesticacién devanimales (en In zona tem- plada esto seria de hecho més productivo que cl cultivo de parcelas).. Por otra parte el pastoreo es tradicionalmente ocupacién de hombres, mientras que el cultivo de la parcela con baston plantador 0 azada normalmente se confia a lis mujeres. Asi, el pastoreo reakza la impor- tancia econémica de los hombres y favoreceré una organizacién pa triarcal de 1a sociedad. Por el contistio, donde el cultivo de parcelas da cl aporte mayoritario al abasto de alimentos, la dependencia de Ia comunidad de los productos de las labores femeninas es compatible en el matriareado, Finalmente, el pastoreo no necesariamente implica €l grado de nomadismo que nos es familiar por los relatos biblicos de fos patriaeasncbreos. 68 pu800R6 6 lanburoparnenities; room ocurre en el Africa contemporinea, notmalmente se circunscriben 4 un tettitorio pequefio; ciertamente, Ia comunidad mis. sedentaria ‘conocida envel Neolitico britinica, los habitantes de Skara Brac en Ork- ney, vivian casi exclusivamente del producto de sus hatos y rebafios. En el peor de los casos, la domesticacién de animales puede implicar cierta migraciém anual Hamada transhumancia, en la que una parte considerable de la conmnidad deja la aldea durante una estacién y escolta a las bestias a las pasturas de verano. Debemos suponer que, al principio, se cultiven las plantas y se do- nestiquen los animales solamente para complementar los frutos silves- tes, Ia caza y la pesca proporcionados por la naturaleza, La produecién de alimentos de hecho debe haber contribuido menos al abastecimien- to de alimentos que la recoleccién. Ahora bien, unos cuantos asentamien- tos neoliticos muy antiguos en cl Gereano Oriente —en Irin, cn el Fayum y a orillas del deltz del Nilo—-parecen de hecho ilustrar este tipo de economia, Pero en los sitios neoliticos més familiares de Europa —los_palafitos suizos, los “‘campamentos” ingleses, las grandes tumbas de piedra de Dinamarea—predomina la agricultura; la caza, la pesca yla recoleccién patecen haber complementado la alimentacién y haber dado variedad al ment, como todavia lo hacen, s6lo que en mayor grado, Las aldeas lacustres mais tempranas de Suiza parecen ciertamente més “nco- Iiticas” que aquellas también neoliticas que las sucedieron inmediata- 120 EL NEOLITICO mente, ya que entre los desperdicios de alimentos de estas diltimas la proporcién de animales de caza con relacién a la de animales domés- ticos es mas elevada que en las primeras aldeas, Esta “observacién con firma la suposicién ya mencionada de que la economia neolitica fue introducida en Europa después de haber sido desarrollada en otro me- dio ambiente. E] nomadismo impuesto a cultivadores de parcelas, como se explicé anteriormente, nos ayuda ahora a comprender cémo pudo Ihaberse'efectuado la introduecién; Por supuesto, no solamente tendrian esos cultivadores que mndarse a nuevas tierras cuando se agotaran sus parcelas, sino que sus hijos tendrian que abrir nuevos territorios al cultivo si hubiera nueva poblacién que acomodar. Por otta parte, la economia surgida en un clima arido no funcionaria en latitudes tem pladas sin algunas modificaciones, y su ajuste a menudo parece tuna degradacién. ‘Ademés, para cooperar activamente con la naturaleza para incremen tar el abastecimiento de alimentos, todas las sociedades neoliticas ma nnfacturaron sustancias que no existen espontineamente en la natura- leza. Todas ellas, con excepcién de las més antiguas, como algunos grupos mesoliticos dispersos, fabrican cerémica; por supuesto, la_pre- paracién y el almacenamiento de alimentos vegetales y leche exigian imperativamente recipientes impermables. La arcilla es completamente plistica cuando esta himeda y'si la humedad es excesiva, se desintegrara ‘Al convettirla en vasijas rigidas e impermeables, los hombres —o mis dien las mujeres— tenian control sobre una sorprendente transforma cin quimica, una verdadera trasimutacion. Por otra parte, todas las sociedades neoliticas que han dejado evi dencias adecuadas, fabrican textiles por medio del hilado y el tejido. La materia prima —lino 0 Iana— tenia que ser cultivada u obtenida de los animales domésticos. (La mayoria de los borregos: silvestres tienen pelo; el vellén lanoso es el resultado de cruzas selectivas. No sabemos hasta dénde se disponfa de ovejas laneras en la Edad de Piedra; probablemente eran desconocidas en Egipto, pero ya se habfan domesticado en Asia.) Después tenfan que convertirse las fibras en hilo itil por medio del hilado; para ello sélo se necesitaba un huso. Pero era necesirio tejer esos hilos en un telar y ése sf es un mecanismo complicado que comprende un marco rigido ‘con dos partes movibles por lo menos. Como eran totalmente de madera, no ha sobrevivido ningiin telar neolitico. Después de 3000 a.c. ya se pueden localizar tres tipos distintos: uno horizontal, atribuido a Egipto, y dos verti cales, comunes respectivamente en el Cercano Oriente y la Europa templada. En la América precolombina, por el contrario, no parece haberse conocido un aparato tan elaborado. Probablemente las comu- EL NEOLITICO Peay nidades mesoliticas sabian trabajar redes y canastas, y ambas técnicas estaban muy difundidas en el Neolitico. "Edad de Ta Piedia Antigua. Sin embargo, cuando se disponia de ellas, todavia se usaban las cuevas como abrigo y alojamiento, Io que de echo ocurre todavia, Los campesinos neoliticos, Hamados danubienses, y quienes habitan las tierras de 1ss de Europa central vivian en casas ectangulares muy largas con tejados inclinados, semejantes a las ca sas largas de los iroqueses y que sin duda acomodaban al mismo. tipo de grupo social. Las chozas de cafias de los barbaros en las tierras pantanosas de Egipto y Ia baja Mesopotamia no iban mas alla de Tas habilidades de los salvajes paleoliticos. Pero aun el mas antiguo villorrio agricola que se conoce (Jamo, en Irak, ocupado hacia 4500 ac.) consistia en alojamientos cémodos y sélidos que comprendian varias habitaciones. En el Cercano Oriente, el adobe cra el material preferido para los muros; en Europa, retofios de arbol cortados a In mitad 0 mamparas de bejucos rcllenas con barro y_estiércol sostenidos por medio de postes. Los techos debieron haber sido normalmente de paja. Aparte de las cabafias danubienses que podian alojat a varias familias naturales, de hecho un clan, bajo un solo techo, muchas casas com- prendian’ dos habitaciones, de las que la estancia principal y cocina media generalmente mas de diez metros cuadrados Estas casas deben haber estado muy bien amucbladas, pero siendo de madera, el mobiliario ha desaparecido en su mayor parte, Pero en Orkney, donde no habia frboles, los atticulos usuales tenfan que fabricarse en piedra durable. Por tanto, sabemos que las casas del Neolitieo ‘Tardio en Europa estaban provistas de camas fijas, que podian estar cubicrtas par doseles, que cran cémodas y de aspecto muy modemo; tenfan por lo menos dos hileras de entrépafios y alacenas empotradas en Jos muros para guardar cosas. En el Cercand Oriente, modelos de taburetes y poltronas oftecen testimonios similares. Algo de luz y calor provenia de un hogar abierto, situado generalmente cerca del centro de Ia habitacién. Por supuesto, también servia part cocinar, pero para este propésito era auxiliado con frecuencia por un homo de arcilla como el que todavia usan los campesinos en los Bal canes y el Cercano Oriente. En los climas frfos, como el de Rusia meridional, estos homos se convierten en verdaderas estufas que, como sus modernas contrapartes, seguramente servian para la calefaccién y para propésitos culinarios. Debajo del piso de la casa solia haber canales para desalojar In humedad, pero pudo no haber habido chi- 122 EL NEOLITICO ‘menea para dejar escapar el humo, salvo un agujero en el techo, 0 mis probablemente, un hueco bajo el alero del techo. Solo en Europa se han descubierto aldeas neoliticas completas, que comprenden de ocho a cincuenta casas, 1 probable tamafio norma de las comunidades neoliticas. Hasta el mejoramiento de las técnicas agricolas para aumentar cl rendimiento por acte y cicrtamente hasta €l inyento de la carreta de ruedas, no podia ser conveniente que v vieran juntas més familias, ya que necesitaban vivir lo suficientemente cerca de las parcelas que cultivaban para poder transportar sin trabajos excesivos al centro comin el estorboso grano que era su dieta bisice Por lo tanto, el nimero de personas que podian habitar e6modamente en una sola aldea estaba limitado por los productos de las pocas parcelas que, en digamos unos 10 kilémetros cuadrados, podian cul- tivarse simulténeamente bajo el tipo de economia rural descrita. Tan ito como se alcanzaba ese limite, los hijos (0 hijas) més jévenes debian abandonar el techo paterno’ y encontrar nna nneva aldea 0 titra virgen si deseaban instalar su propia casa En una comunidad de este tipo, cada familia normalmente propor- cionaba su propio equipo. Particulanmente sus miembros femeninos no slo molian la harina y preparaban y cocinaban Ja comida, hilaban las fibras, tejfan las telas y hacian ropas de ellas, sino que también mannfacturaban la alfarcria doméstica, Por otra parte, habia obras ppblicas en las que todo cl grupo debié haber cooperado. Se conoce bien cl caso de calles empedradas, pavimentadas 0 revestidas con troncos. Algunas aldeas del final del Neolitico estin fortificadas con em: palizadas y fosos. En los lagos alpinos, aldeas completas estaban co truidas sobre pilotes a lo largo de la pendiente de las playas. Es esencial en la economia. neolitica que cada aldea 0 poblado pue- da ser autosuficiente: tanto los alimentos como los materiales pata la manufactura de sus utensilios € instrumentos deben obtenerse local: mente. De ahi que las comunidades neoliticas tendieran a estar bastante aisladas, Kn su aislamiento tavieron tiempo de desatrollar sus idiosin- crasias. Por una parte, podian descubrir y explotar oportunidades pecu- Tiares a su terrufio. Por otra parte, desarrollaban aparentes formas arbitratias para utensilios comunes, disefios para decorar cacharros y armas, ritos funerarios, ete. Asi, la arqueologia no revela una sola altura 0 eivilizacién neolitica —en cl sentido en que podemos ahora hablar de wna civilizacién norteamericana o aun occidental—, sino-um enorme nimero de culturas distinguida cada una de ellas por sus peculiares restos en la agricultura, formas de utensilios, armas, orna- mientos, priicticas funerarias, estilos artisticos y demas. EL NEOLITICO 123 [ee “ciedades neoliticas los inteccambios fueron mas amplios y frecuentes. Se han encontrado conchas mediterrineas en aldeas y tumbas neo- Iiticas en toda la euenca del Danubio y mas alld de su yertiente septentrional, hacia el Oder, €l Elba y el Rhin. En el Cercano Oriente aparecen distribnidas con igual amplitud conchas y piedras semipre- ciosas. Ades, para la mannfactura de hachas, molinos de mano ¢ instrumentos semejantes, frecuentemente se Hevaban las piedras apro- piadas desde grandes distancias. Desde Ia etapa neolitica algunas pe queias comunidades parecen haberse especializado en extraer pedernal © rocas de cantera escogidas y en mannfacturar productos para el mercado. Quiz algunas personas pudicton haber complementado sus medios de vida intercambiando los productos con grupos més lejanos. En los tiempos neoktticos son detectables tanto la especializacién inter- comunal como el comercio, pero ni los mineros, mi Tos pulidores de hacha, ni los traficantes fueron probablemente “especialistas de tiempo completo”; esto es, sus actividades industriales o comerciales siempre estarian combinadas y subordinadas a la ocupacién principal de pro- curarse sus propios alimentos por medio del cultivo, Ia caza o la pesca. Por consiguiente, nuestros minetos de pedernal, fabricantes de hachas y traficantes reconocidos en la Edad de la Piedra Nueva no necesi taron vivir, y probablemente no vivian, del excedente social (los ali- mentos por encima de los requerimientos domésticos producidos por cultivadores, cazadores 0 pescadores) como los obreros, empleados, profesionales y muchos otras To hacen ahora y habjan empezado a hacerlo ya en la prehistériea Edad del Bronce. }. En aldeas completamente excavadas como Skara Brac (Orkney) y Koln-Lindental (a orillas del Rhin) tenemos la impresién de que estaba muy regularmente distribuido al principio. det los tempos, nelitcos.NLaiSeeia Se Gira eH La aldea de Skara Brae se podria considerar como una sola casa dividida en siete alojamientos 0 como un conjunto de siete casas de una_habitacién. No seria necesario un jefe para dar drdenes a los miembros de un "grupo semejante, y en lo que toca a los tiempos neoliticos més tem- _ pranos, no existe evidencia arqueolégica convincente de que hubiera - caudillos. 124 EL NEOLITICO Si cl cultivo de plantas fue anterior, y durante un tiempo mas importante que la domesticacién de animales, y si, como ocurre hoy, las parcelas eran trabajadas por las mujeres, el sector femenino de la sociedad habria hecho la contribucién principal a la obtencion de ali- mentos por lo que se puede suponer que disfrutaba de cierto grado de autoridad. Algunos consideran que la confirmacién de esta teoria puede ser proporcionada por la observacién de que casi todas las anti- ‘uas sociedades neoliticas acostumbraban modelar o esculpir pequefias éstatuillas de personajes femeninos; ellas pueden representar una “diosa madre” 0 una “virgen”, y casi seguramente eran usadas en ritos mé gicos © ceremonias teligiosas. En el Neolitico Tardio de Europa esas figurillas femeninas tienden a desaparecer; su Tugar ¢s ocupado a veces por falos w otros simbolos masculinos, Al mismo tiempo, la domesti- cacién de animales combinada con la caza habia Megado a ser re- lativamente ms importante en la economia europea. Dado que el pas- toreo se asocia con la organizacién. patriarcal, la desaparicion simulta nea de las figurillas femeninas puede reflejar Ia disminucién del status del sexo femenino. ‘Tampoco las armas de guerra, en contraste con los implementos de eaza, son conspicuas en las tumbas 0 asentamientos del Neolitico Temprano; y los segundos normalmente carecian de defensas, Las aldeas del Neolitico ‘Fardio, por el contrario, fueron rodeadas a menu- do con obras defensivas; entre las reliquias de esta época en Europa figuran prominentemente hachas de combate de picdra y dagas de pedernal Eso coincide con la creciente importancia de la domesticacién de animales y, como hemos sugerido, el robo de ganado ofrecfa un motivo para la guerra, Ademis, los métodos todavia predatorios de explotar el suelo pueden haber Hevado a una competencia por las ticrras cultivables lo suficientemente vehemente como para sobreponer- se a los eseripnlos superticiosos en contra de anexar el tertitorio de otros. En cualquier caso, la guetta, confirmada adecuadamente en la Ew ropa del Neolitico ‘Tardio, daria oportunidades al surgimicnto de cau- dillos; pudo dar como resultado la estratificacion de la sociedad, Bajo cualquier régimen neolitico el hombre debié de ser capaz, de producit més que Jo requerido para su consumo. Por Jo tanto, valdria Ia pena retencr a los cautivos, tomados en guerras 0 incursiones, como esclavos 6 reducir a comunidades completas a un status servil o tributario. El desarrollo del Neolitico Tardio pudo por Io tanto dar como resultado Ta concentracién del excedente social en las manos de una pequefia clase gobernante 0 esclavista 0 de jefes individuales. Eso prepararia EL NEOL{TICO 125 "el camino para el nuevo orden econémico que caracterizaria a la Edad ‘del Bronce. No debe sorprender que los agricultores estuvieran tan preocupa dos con ceremonias miégicas para promover Ia fertilidad como Jo ex tuvieron los cazadores. Las figurillas femeninas mencionadas sin duda guardaban relacién con esos ritos. La tierra en que se planta la semilla de la que brota el nuevo grano ¢s concebida como una gran madre Pero los muertos también son depositados en la madre tierra. Se: guramente sus fantasmas 0 espfritus sein potentes agentes en el pro: ceso de Ia fertilidad. De cualquier modo los agricultores neoliticos prestaban avin mayor atencién al entictro ritual de sus parientes di- funtos que los cazadores y pescadores. Normalmente el cuerpo se doblo. a al entterrarse: la posicién del embrién en cl vientre materno, Acom- pafaban al cuerpo una amplia provision de bebida y comida y de josesiones personales como ornamentos, armas y algunos utensilios. griego neyas grande y Aos piedra y . Otras tumbas de idéntica dis- posicién y funcién construidas con piedras pequetias colocadas cn hiladas toscas, sin mortero, y techadas por medio de comisamiento revelan un ingenio aun mayor y apenas si menor esfuerzo fisico, Tanto Jas tumbas megaliticas como Tas construidas con comisa estaban cu- biertas habitualmente por un gran timulo que podia contener tanta piedra como uta moderna iglesia parroquial, y cada etapa de la cons truccién de la tumba era acompatiada de elaborados ritos y ceremo- nias. Cuando era posible, estas cimaras mortuotias se excavaban en Ja misma roca. 126 EL NEOLITICO menos que se admita la invencién independiente en un niimero de puntos adyacentes, lassi LPL Se ha sugerido que esos “misioneros” eran realmente exploradores enviados desde algin punto del Mediterrinco oriental y que viajaban por mar hacia el oeste en busca de oro, cobre, estano, mbar y otros bienes, Como tales exploradores tendrian que haber pertenécido a a Edad de Bronce, mientras que el mobiliario de Tas tumbas en las Islas Britanicas y €l norte de Europa es claramente neolitico, esta hipotesis tendria’ que admitir una considerable degradacién de Ta cul tura, (La Edad del Bronce en Egipto 0 Grecia ¢s casi seguramente contemporinea del Neolitico en Inglaterra y Dinamarca.) Pero nin- guna tumba temprana del Mediterrinco oriental es realmente muy parecida a las bovedas familiares del noroeste europeo; las tumbas egipcias, por cjemplo, estaban destinadas a guardar el cuerpo de un solo faraén 0 noble, no de un clan o linaje completo, Solamente las tardias “tumbas tholos” de Micenas, en Grecia, construidas después de 1500 a.c., tienen paralelos realmente significantes con otras mas occidentales. Las tumbas espaiiols y portugnesas, tan parecidas a los tholos micénicos, son desarrollos tardios dle la arquitectura funeraria de la peninsula, segin lo han demostrado excavaciones recientes, Las tumbas megaliticas mis antiguas que ofrecen un mobiliario neolitico no tienen analogias realmente cercanas en cl Meditertineo oriental. ‘Asi, hasta los difusionistas de hoy en dia muestran poca inclinacién por buscar més allé de la Penfnsuila Ibérica el punto de partida del “culto ‘megalitico” y aun consideran Ia idea de un jorigen occidental de las tumbas tholos de Micenas! Las tumbas megaliticas, pues, parecen documentar un potente culto ‘mocién de una cooperacién social constant. at “Naturalmente Tas diversas culturas clasificables como neoliticas no “ierien un estilo artistico comin; y lo que sobrevive del arte neolitico ¢s mucho menos atractivo para ¢l gusto moderno que las famosas cereaciones de los cazadores de renos en Francia y Expaiia, No hay pinturas mégicas realistas semejantes en las sociedades neoliticas. Cuan- do sobreviven esas representaciones, son altamente convencionales. No intentan reproducir el detalle sensual de los objetos eomo se ven, sino més bien sugetir el objeto por medio de un. simbolismo abrevindo. Estéticamente esto puede ser una regresién, pero intelectualmente puc- EL NEOLITICO 127 de indicar un avance: un muevo poder para concebir y expresar una idea abstracta y general, trascendiendo pero abarcando los objetos coneretos, individualmente diferentes, como en realidad se presentan aos sentidos. Puede ser entonces la contraparte visual de formas més abstractas de simbolismo lingiistico y por Io tanto de un razonamicnto i sededor de 1000-axc, Cualquier cultura de la Edad del Bronce depende el comercio pata su misma existencia, y las grandes civilizaciones de la Edad del Bronce del Cercano Orienée tomaron provisiones de un ‘rea enormemente amplia. Algunos rasgos de Ta cultura neolitica en la Entopa barbara pueden ser realmente ecos distantes de la civilizacién oriental, Hemos tratado de descontar esto, pero tal vez no hemos tenido éxito del todo. LA REVOLUCION AGRICOLA EE eee ee por ROR T J. BRAIDWOOD Septiembre, 1960, Hasta hace wios 10.000 aftos, todos los hombres vivian de la caza, de la recoleccién y de Ia recogida de desperdicios. Después, los habitantes de algunas colinas del Oriente Medio domesticaron plantas y° animales 3 Sindaron las primeras aldeas. f-208_ Ls fn de weston or ane tor al Hone sapions El primer seuss comparable u éate que realied nucsa tspeie fue Is revolucion nuncla Sia dd, una poblicién humans de pogues ‘vagnitud habe podilecontinuae abe fisted a base dla cara y recolecion de eomids, que elo que hablan hecho, con lento prfecionamientos, lo lg ‘elo 5006 1.000 milena ee experons Gia peelumanay prewpcnn ‘Sin co tro, Biers ot etme fentonces aparece por primera vex um nuevo pénere de instruenentos: fos de hoja cortante, que reyresemtabin un alte arulo de wilidad y destrezn en ta Fabri- i ul arti. Ulace tal vex 30.000 aos $6 exe {eulieron por cl Nuevo Mundo, La adeps taciin de Ins comunidades humanas. su diferentes mnbientes proved una ‘ompleiided uni diferenciacién cult ral ain mayor iL Por ejemplo, Kathleen M. Kenyon, de \ta Universidad de Londres, propone el oasis de Jerioi como emplazamiento pri- Imatio de Ia Revolucion Agricola (ver ‘Ancient Jerichos, por Kathleen M, Ken- yon; SCIENTIFIC AMERICAN, abril de [195. Ei mi opinion, 0 es necesario com- plicar ta historia con causts ext || menos de nucve mil aus en el suroesie ‘ey Kurdistan, excavada reciemtemente por Ralph 5. Sotecki, de la Smithsonian BZD Lo pn nterirer) ETE a lidades natufenses como Mallaha, aps recen hoces de silex, y tanto en Palestina como en Rurdistén se han encontrada piedvas de moler y machacae, lo que ia dca que Ta gente de estos lugares segaba y mola cerenessilvestresy otros alimen- tos wegetales. Los utensilioe no establecen necesariamente I existencia de nada rads (que una reeoleccién intensiva o especia- Trad, lizadas en comunidades ngricolas de época posterior, identificadss perfectae mente como tales, se han encontrado versiones de los mismos utensilies, slo Tigeramente. més desarrollados que. los de Karim Shahie y oteos lugares primni= tivos. Coastantemente encontramnos nue vas pruebas que, legado el momento, aclararia més ly euestin, Por ejemplo, ‘sta misma primavera, en Tepe Asiab, fencontramos muchos copralitos (exere: rmeatos fosilizados) que parecen ser de origen humano. Contienen aumerosas impresiones de alimentos animales ¥ ve ielales yy analizados en el Iaborstorio, Drometen ser una verdadera min de dlatossobee Ja dicta de los habitantes de Tepe Asiab. La naturaleza dle estas santigiedndes mucstas cain diferente 5 cl estudio de Ia Revolucion Ageia ue la arqueologia de antiguas samba y iudades. Las dos comunidades agcicolas mis antiguas que hemos excavado estuvieron hhabitadlas, al parceers entee los aos 7000 y 6500 antes de Cristo, Se eneucn tran en los taludes interiores del arco womtafiose de Zagros, en Kurdistan, Temas estado excavanido cn Jarmo, Irak, desde 1948 (ver +Fram eave to villages, por Robert J. Braidwood; Seanriee AMERICAN, octubee de 1952) y- a0 em rmerzaunos auestras investigaciones on “Tepe Sarab, en Iran, hasta la primavera asada. Creemos que hay muchos lus fazes de la misma épaca en la z0n9, pew ‘stas dos son las inicas que hemos pod exeavar hasta aloes, Seria preciso trabae jae tambien cn ef sue de Turquiay pero lus leyes turcas sobre antigded in alentadoras pas inyestigaciny en el cual cl investigador tiene que lewarse a su laboratory la nae yor parte de los materiales, Creo que cta 0118 norte de las cuencas de los clos Tigris y Bufiates, asi como la regidn ture de Gilieis, proporcionatia alg is un informaciéin muy vals. ua explicacin de emo in comesticar plantas spoca de Karin $I de Jarmo, hemes consuliado 4 nuestros colegas especializades en ciencias biolo- sicat Conia primer botinice de nuestro equipo sequedtigicn, Hans Helback, ll Musee Nacional Dunés, ha estudiad hoe maizalos de plantas las impresiones de granos, semillas y otros partes vegetales sobre. barro acide y slobe que aparecen en Jarino ¥ en oteee lugares. Cree que los primeros granjeras, ue eulivatan ra haber vivid et Ine Gigeras alas que rodean la cuenca fee, ya que es el Sno | ugar donde ambas plantas erecen de orm silvestre. Por otra parte, la cebuda silvestre se encuentra anipliamente re: ign y cebada, slo pie partida, dese Asia central hasta el Allantico, pecu ninguna apriculeura prie twitiva se basa tan slo en Ta eebada y la regién que nos ocupa es lacuna endémica el reign silveste Hrelback supone que desde un principio 1 hombre cult inintencionadamente las plantas que necesitaha, Las plantar silvestees tienen que espaceir sun semilas por zonas extensas y, en consecuenciay la Cspiga que contiene las semillss del tiga silvestre se abre al madurar la plauta. Los france entonces sen fuera con facililad. Sin embargo, unas poces plantas silver: {es presentan un gen recesivo que pro- ‘duce espigas duras, que no se abren. Los sranos quedan sujctos y estas plantas no se repriduzen bien de forina natural, Un hombre que cosechaa triga cebads sil- vestte tena que sopae las plantas co espigis durss y)sonillos intactas. Ala hora de setnbr lo semillas,dispondria, imturalmecnte, le una pean propoteisa de feranos de planta de espiga da, exaetae rmeatla clase que necesitaba pa! culti- 0. Helbaek sefiala que foe primitives sranieros pronto debieron encvtrar veo: ‘won erst igo denetasuder sobre el nivel del mar (que es donde ap. secede forma natural) a niveles mis bajo, cerea de donde hubiera agua y oteas ven- ‘ajas para la vida humana, Aun ast, la plana tenia que mantenerse en wna 2008 on lluvia apropiadas en invierno y pris rmavera. La base dels colinas dela cuenct fest presenta, aim gn la actualidad, estas condiciones. Dado que el ambiente en estos lugares es diferente del original, las plantas de trigo con mutaciones y earace terstcas recesivas, ast como hibrides Yy otras rarezas que dificilmente podisn adaptarse a las ticrras altas, tendrien agui_una oportunidad de sobrevivi Aquellas variedades que faciltaran ba adaptacién al nuevo ambiente influisian ventajosamente sobre la earga genética, El trigo cultivade, habitndo. perdido ta capacidad Je disperasr sue semillas, se convieti en totalmente dependiente del Thombee: A st vez, recalca Ielback, el hombre se convirtié en el sirviente de sus plantas, ya que gran parte de su vide cotidiana dependia ahora del firme y abundante suministro de aliniento vegetal ovedente de sus sembrads, p 1 sets montatas, de 700 41.500 toe Las elias cimpresiones de los granos | de Jarmo indican que el proceso dle d= | mesticaciin ae eneonteaba yi bastante avanzada en ese Ingary époea, aunque fa selecis, por part del hambr, de cer tipo de grano no habla Helo an wy Ios. En Jarmo se a enenntsa tan bin ginantes,Tenteja y agartols eae bonizadas, peso no es Sex qe plantas fuesencultivals A parecer, os cutivosy la vida en una comunidad estable fueron les prerresui sitos culturales para la domesticaciin de animales, Charles A. Reed, nuilogo de te Universided de Hlinois, ha participade cen las expediciones a Iran ¢ Irak oxgani- ‘zadas por el Instituto Oriental y hu estur diado los esqueletos de animales que fencontramos en las excavaciones. Su opinién es que la domesticaciéa de ani- males tuvo lugar por primera vez en esta zona, ya que aqut habla cabras, oveias, ‘vacat, cerdas, eaballos, burros y perros cen estado salvaje y ya Se habjan establ ido comunidades agricolas permanentes. La cabra salvaje (Capra hireus aegogrus) ¥ la ovela. (Ovis orientalis), ash como el sno salvaje (onagro), todavia persisten fn Ins tierras altas del surocste asitico. ‘iia no se sabe con seguridad si el pero procede de un hipotético perro salvaie © dal lobo, pero indudablemente fue el primer animal que se domestics. Ree ng ha podido identificar ningin resto de perro en Jarmo, pero ciertas figeillas le animales semejantes al perro, con colas ccurvadas hacia artiba, demuestran ess 2No ‘on seguridad que los pertos estaban yo festablecidos en In vids doméstica. EL prime animal alimenticio que se domes- tie fe a ear forma dle fos cuernos de cabra encontrados en Jarmo se aparta lo uficientemente dle la del animal sal= vse como para gatantizar goneraciones ek ceria doméstica. Por otra part, la escasez de restos de ganado vacuno en Jarmo indica que estos animales au no estaban bien domesticados; las reses salajes de os alrededores eran probablemente de rmasiado Feroces como para ser sometidas , que se inundaban durante cortospecibdos espués de las eres luvasveranicgas, y que habla la costumbre de colmatar los lechos elosriachutios de manera obtener a inundacign degrades extensions de era cuando ‘Uns taxonomia por la domeeaclén desde una perspective eilusionita m lows. Durante muchos aos no lo pude comprobar, pero en 1963, un hombre de a tri= bu Wanj dela region de Nicholon River me confirm que su pueblo sabia que era bu ro conseguir que se inundarala mayor extensén de irras posible... en un hgatfavora- ble determinado, obstrian los lechos de los ros con piedras, tera y tos materiales ‘Areas como esas eran conideradas como terras de cereals eran vista en 105 m0 ‘mentos favorable para Ia cosecha, (Tindale 1977:347) El efecto de esta simple estrateyia de subsistenca sobre la demografia de los pueblos que la practicaban era sustancial: Tindale cree que, como minimo, se obié la capacidad de subsistencia. Jett sefala que el melocotén fue introducido en lo que hoy es el sudoeste 4e los Estados Unidos por los espafoles y que los hopi empezaron a cultivario poco tiempo después. A principios del siglo XVIM, parece ser que el eultivo el fruto se difundi6 a los navajos de Arizona, especialmente en el Canon de ‘Chelly Navajo. Los navajos propagan el melocotdn exclusivamente a través de las semilla y «la mayorla de los drboles nacen esponténeamente a partir de las semillas desechadas en los secaderos de fruta... Cuando efectian una siembra {ntencional, las semillas son seleccionadas a partir dels frutos de mayor tama- fo, colocindose de tres seis semillas en un hoyo... slo se conservan los nue- ‘vos drboles mas vigorosos» Fett 1979:298). Aunque los melocotoneros reciben ‘algin tipo de cuidado, en particular proteccién contra las plagas, nose les presta mayor atencién. La eteacién de un huerto de melocotoneros se parece, ses que se parece a algo, ala siembra de un campo de maiz. La mayoria de los métodos fruticols tradicionals de los espafioles, como la poda, la aclaracin de ls fru- tos, y la propagacién mediante esqueiese injerio, no siguieron la diusin del fruto, Este no es un caso de falta de conocimiento: los agentes gobernantes in- tentaron introducir métodos europe0s, aunque sin demasiado éxito, Jett afit- ma que las prticas de los navajos aumentan el trabajo necesario para prepa- rar el fruto para el secado, al tiempo que disminuyen Ta produccién total. La inercia cultural creada por a conceptualizacién de lo que «es» agroecologie, aseguraré que los cambios de direccién en la evolucién de la agroecologia en vias de desarrollo se produzcan lentamente. Desgraciadamente, en el momento presente disponemos de escasainfor- ‘macin sobre todas las téenicas que se usan en la domestcacién especializada. NNo hay duda de que algunas eran radicalmente diferentes de las téenicas em- pleadas en Ja agricultura desarrollada de Occidente, Muchos autores han dis- tinguido el monocultivo del cultivo diversficado que se empleaba en sistemas agricola tales como las milpas, el vegecultivo tropical y los huertos europeos de hortalizas y plantas aromiticas medicinales,y consideran que el sistema de cultivos diversficados es ecolégicamente ms estable que cualquier monocult- vo, al menos en determinadas ecozonas (Harris 1969, 1972). Es posible que mu- has culturas desarrollasen una agricultura seg las téenicas dictadas por los caultivosdiversificados. Feeny (1973:14) encuentra «interesante especular sobre sila vulnerabilidad de a mayoria de as plantas alos insectos herbivores... puede im 4 Le evoluci de la domestcaion ser consecuencia de sembrar especies de monocultive que han desarrollado de- fensas quimicas apropiadas para comunidades cuya mejor estrategia consiste en hacetse dificiles de localizar». Este tipo de demostracion parece apoyar la idea de que incluso en la agricultura occidental las domesticaciones especializa- das puede que hayan sido elaboradas dentro de los limites de una agroecologia generalizada. ‘Al tiempo que se intensifica la relacién de domesticacién especializada en- tre el hombre y las plantas, y en especial cuando intervienen en ella cada vez més los parémetros ecolégicos impuestos por la agroecologia en vias de desa- rrollo, ¢s de esperar que se descubriran los primeros domesticados agricolas en ‘vias de evolucién. Los domesticados agricolas primarios son los miembros tem- ranos obligados de la agroecologia. Algunos de ellos pueden ser domesticados incidentales capaces de colonizar la agroecologia en vias de desarrollo, mien- tras que otros pueden ser plantas silvestres que se introducen con éxito en la agroecologia y se mantienen ahi a medida que se van adaptando a una simbio- sis con el hombre. El domesticado agricola primario temprano, al evolucionar en condiciones de domesticacién especializada, no tiene porqué tener todas las ccaracteristicas morfolégicas de la planta agricola moderna, sino que muchas de ellas pueden aparecer a medida que se elabora la relacién agricola entre el hombre y las plantas a lo largo de los afios. De este modo, en condiciones de domesticacién especiales, las plantas perennes que actualmente se reproducen s6lo vegetativamente puede que no hayan perdido alin su fertilidad; el raquis de los pequeflos cereales o de las estructuras fructifieadoras de otras plantas tendrén mecanismos de dehiscencia que reflgjen las técnicas de recoleecién, y ‘no e! marco ecologico en el que crecen;y las plantas que ahora son anuales puede que no hayan perdido su duracién original bienal o perenne. Las interacciones ue suceden dentro de la agroecologia en vias de desarrollo tendrdn consecuen- cias sobre las plantas con las que el hombre esté estableciendo relaciones. Por ejemplo, la importancia dela Brassica campestris en Chibuahua, para los hom- bres con los que establece una relacién, se ve reforzada no sélo por su fisiolo- aia y su sensibilidad fenotipica, sino también por su quimica. En las regiones colonizadas por esta especie erecen diversos damesticados especializados que tambien se explotan como hortalizas, inclufdos miembros de los géneros Ama- ranthus, Chenopodium, Bidens y Cosmos. Aparentemente, estas especies Son simples colonizadoras de la agroecologia, y actualmente no se produce una emi- sién sumplementaria de semillas de estas plantas. Un estudio experimental dir ido por Bye (1979) muestra que los extractos de las raices y el follaje de la Brassica campestris actian como un eficaz agente aleopstico contra las otras dos especies de estas hortalizas. Las sustancias quimicas emitidas por las plan- tas de la B. campestris no cosechadas durante el otofo y el invierno reducen cl nimero de las otras plantas anuales que aparecerdn durante la primavera si- auiente. Aparentemente, la introduccién de esta especie en Ia agroecologia sit- ve para reducir la diversidad en las fuentes de alimento. La relacién humana ‘Una taxonomia para la domesticacion desde una perspective evouconita mm con la B. campestris se ve intensificada asi por los efectos quimicos de la planta sobre otros miembros de la agroecologia. Domesticacién agricola i La domesticacién agricola esté, pues, conceptualmente muy préxima de la do- ‘mesticacién tal y como se ha usado en Ja mayorfa de las obras sobre los orige- nes de la agricuitura: la diferencia estriba en el hecho que la domesticacién es- ‘pecializada y la domesticacin incidental son consideradas como punto de partida de las formas mas sofisticadas de interaccién hombre/planta y en el énfasis pues- to en los aspectos sistémicos de la agrorcologia en el desarrollo de los sistemas agricolas. En condiciones de domesticacién agricola, las malas hierbas y los do- Imesticados secundarios son muy importantes. Al igual que la domesticacién in-

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