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Definición: La duración del brillo solar o heliofanía en horas, representa el tiempo total
durante el cual incide luz solar directa sobre alguna localidad, entre el alba y el atardecer. El
Brillo Solar Anual esta dado por la sumatoria de Brillo Solar total mensual, sumando todos los
meses del año. El Brillo Solar Mensual esta dado por la sumatoria de Brillo Solar diario,
sumando todos los días del mes.
Marco conceptual: Para medir la duración del brillo solar se usa el heliógrafo Campbell-Stokes,
el cual ha sido tomado como instrumento patrón de referencia para todos los otros tipos de
heliógrafos. Consiste en una esfera de vidrio que, a modo de lente convergente, concentra los
rayos solares sobre una cartulina arrollada en forma de semicilindro por la parte exterior de
dicha esfera. Esta disposición permite que en las horas en que el sol brilla la lente actúe de
lupa, haciendo que sobre dicha cartulina se vaya registrando una zona quemada cuya longitud
y posición indica las horas de insolación correspondientes al período de medida.
El instrumento que registra el periodo en que el sol alumbra se denomina heliofanógrafo. Este
consiste en una esfera de vidrio que actúa como una lente concentradora de la luz solar sobre
una banda de papel. Mientras que la radiación solar no es interceptada por las nubes la banda,
que tiene una escala graduada en horas, se va quemando a lo largo de una línea.
Posteriormente, y en forma manual, se evalúa el periodo diario con insolación. Con el uso de
estaciones automáticas que permiten registrar en forma continua la radiación solar, este
equipo a caído en desuso. En las estaciones modernas, el registro de todas las variables se
realizan en forma automática, y los sensores están integrados en circuitos electrónicos. La
información se guarda en un medio magnético para su posterior procesamiento
computacional. La presentación de la Humedad Relativa y el Brillo Solar o Insolación se da en
porcentaje (%).
EVAPORACION
La evaporación es el proceso físico por el cual el agua cambia de estado líquido a gaseoso,
retornando directamente a la atmósfera en forma de vapor. También el agua en estado sólido
(nieve o hielo) puede pasar directamente a vapor y el fenómeno se denomina sublimación. A
efectos de estimar las pérdidas por evaporación en una zona, el término se entenderá en
sentido amplio, incluyendo la sublimación. La radiación solar proporciona a las moléculas de
agua la energía necesaria para el cambio de estado. Todo tipo de agua en la superficie
terrestre está expuesta a la evaporación.
El fenómeno es tanto más débil cuanto menor es la agitación de las moléculas, y tanto más
intenso cuanto mayor es la cantidad de agua con posibilidad de evaporarse. Considerando la
evaporación desde una superficie de agua (lagos, ríos, etc.) como la forma más simple del
proceso, éste puede esquematizarse así: Las moléculas de agua están en continuo
movimiento. Cuando llegan a la superficie del líquido aumentan su temperatura por efecto de
la radiación solar, y en consecuencia su velocidad, creciendo por tanto su energía cinética
hasta que algunas consiguen liberarse de la atracción de las moléculas adyacentes y atravesar
la interface líquido-gas convirtiéndose en vapor. El calor absorbido por unidad de masa de
agua para realizar el cambio de estado se denomina calor latente de evaporación o de
vaporización
La humedad relativa se define generalmente con respecto al agua líquida. En la atmósfera más
alta, la mayoría de las nubes están formadas por hielo, haciendo que el concepto tradicional
de humedad relativa con respecto al agua sea inadecuado para detectar el desarrollo de la
nube.
La humedad relativa con respecto al hielo indica cuando la humedad del aire se congela sobre
los cristales de hielo, haciendo así nubes de hielo. Como ejemplo, a una temperatura típica de -
40 °C a 200 hPa, una humedad relativa del 70% (con respecto al agua) ya es superior al 100%
de humedad relativa con respecto al hielo, lo que indica un rápido desarrollo del hielo. Usted
puede usar la humedad relativa (nubes de hielo) siempre que busque nubes de hielo a niveles
de vuelo a gran altitud o niveles inferiores hasta el nivel de la superficie, si las temperaturas
son lo suficientemente frías como para que algunos cristales de hielo estén presentes en el
aire. Esta temperatura es teóricamente de 0 grados o más fría, pero especialmente en climas
no árticos o sobre superficies libres de hielo/nieve temperaturas más frías que 0 grados son
necesarias para formar los cristales de hielo iniciales.
E (T) = presión de vapor de saturación a la (real) temperatura del aire T (por lo general, en
g/(m^3)).
La humedad relativa describe la cantidad de agua que se transporta por el aire, es importante
para determinar el desarrollo de las nubes y el factor precipitación.
NUBOSIDAD
La nubosidad tiene un doble efecto en el clima en función de la altura de las nubes. Así las
nubes bajas provocan un enfriamiento climático, mientras que las nubes altas implican un
calentamiento. Así la nubosidad baja, formada por estratos y estratocúmulos, provoca una
reflexión de la radiación solar cosa que da lugar a unas temperaturas más bajas, especialmente
las máximas y durante el verano. No obstante en invierno la mayor parte de los días con cielo
tapado con este tipo de nube son más cálidos que los días serenos.
Esto es causado por la fuerte irradiación térmica que se da en superficie durante las noches
invernales, por este motivo se forman intensas inversiones térmicas a las llanuras y cuencas
interiores que dan lugar a temperaturas mínimas mucho más bajas que con cielo cubierto de
nubes.
Una de las maneras de estimar la influencia de las nubes, es haciendo un estudio a largo plazo
de su influencia. Para ello vamos a utilizar la planilla que aparece en la siguiente página. Se
trata de medir a lo largo de cada día de un mes, y después de los 12 meses del año, del
porcentaje de nubes que cubre el cielo. Para ello podemos asignar 100% = totalmente cubierto
de nubes, y 0% = totalmente despejado. Idealmente esta medida debe realizarse cada hora del
día, pero un muestreo de 2 horas y aún menos puede ser suficiente para nuestros propósitos.
Si bien la parte que más nos interesa corresponde a la noche, una medida durante el día
también puede ser útil. En efecto, si el día estuvo despejado es muy probable que la noche
también lo este. Como una medida mínima de esta información, se puede tomar lecturas a
medio día (12 m), a las 6 pm, tan cerca como sea posible de las 12 de la noche (00 h) y tan
cerca como sea posible del amanecer (6 am).
PUNTO DE ROCIO
Para una masa dada de aire, que contiene una cantidad dada de vapor de agua (humedad
absoluta), se dice que la humedad relativa es la proporción de vapor contenida en relación a la
necesaria para llegar al punto de saturación, expresada en porcentaje. Cuando el aire se satura
(humedad relativa igual al 100 %) se llega al punto de rocío. La saturación se produce por un
aumento de humedad relativa con la misma temperatura, o por un descenso de temperatura
con la misma humedad relativa.
En el aire existen múltiples gases, principalmente oxígeno, nitrógeno y vapor de agua. Este
último, a diferencia de los otros dos, no es estable. La ley de las presiones parciales de
Dalton nos permite analizar su comportamiento: “En una mezcla de gases, la presión total de
la mezcla es la suma de las presiones parciales de los gases que la componen.”
La cantidad máxima de vapor de agua que puede contener el aire está determinada también
por la temperatura. Se denomina punto de rocío a la temperatura en la que comienza a
condensarse el agua. Esta condensación del agua es un problema importante en las
instalaciones de aire comprimido.
Para evitar la condensación de agua existen equipos que secan el aire, reduciendo los niveles
de vapor de agua para que no perjudiquen a la instalación o el proceso. Se utiliza la
temperatura de punto de rocío para medir el grado de sequedad del aire comprimido.