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Principios Éticos En La Ley 43 de 1990

Camilo Parrales Castro

Ética y Proyección Social.


Mayo 2019
Bogotá
Introducción
En nuestra sociedad actual, los seres humanos nos encontramos constantemente en una

dualidad compleja, dos caminos que se bifurcan poniéndonos a prueba cada día, debemos a

través de nuestros actos dar buena fe de que somos personas confiables y obramos por un

camino considerado como correcto. Esta dualidad trasciende todas las esferas del ser humano,

en especial aquella que ocupa gran parte de nuestro día, el trabajo o profesión. Precisamente

el trabajo que presento intenta abordar este importante aspecto, como se comportan los seres

humanos en el marco de su profesión y como se construye a si mismo sobre la base de un

código ético, partiendo desde la mirada de la ley 43 de 1990 ley establecida en Colombia para

regular la profesión contable. Partiremos inicialmente de una contextualización del código

ético, seguido ¿Que son los principios de la ética profesional del contador? Posteriormente

definiremos cada uno de los principios éticos del contador según esta ley. Para finalizar

realizaremos una opinión personal, unas conclusiones y sugerencias.


Contextualización del código ético

Cada una de las distintas profesiones cuenta con su propio protocolo, el cual es elaborado por

los mismos profesionales y debe ser cumplido so pena de alguna sanción o cancelación de la

tarjeta profesional, este protocolo o código ético fue creado con la disposición de buscar la

mejor manera de realizar un proyecto de calidad, busca la excelencia, la honestidad y el

camino más asertivo frente a las distintas situaciones que se presentan en los múltiples

ámbitos profesionales, esta ley 43 de 1990 dicta los parámetros del contador público una vez

cuente con su respectiva acreditación, el contador tiene la facultad de dar fe pública de su

labor, es decir proporcionar información veraz y confiable sobre las tareas que desempeña a

todos los interesados en la información financiera, bien puede ser el estado, socios

inversionistas o los propietarios del establecimiento en cuestión.

Ahora bien estos distintos ámbitos profesionales forman parte de un constructo social en el

cual todos los seres humanos nos relacionamos entre sí, en este marco conceptual el código

ético trasciende más allá de la profesión misma y se convierte en un patrón de interacción con

los demás seres humanos. Así las cosas cuando el profesional contable ejerce su profesión su

forma de actuar se encuentra estrictamente relacionada con la responsabilidad de conocer y

aplicar las normas expuestas en la ley 43 de 1990, código ético que debe ser su carta de

presentación en las distintas situaciones que rodeen su vida profesional. (Gómez, 2016) nos

dice que al ejercer “la profesión contable, es una responsabilidad conocer y aplicar las

normas éticas, verificar que la información que se procesa en el ente económico se realice de

manera correcta, que se actué bajo las normas de contabilidad generalmente aceptadas, y en

el momento que se deba expresar dictámenes se haga con independencia mental.” En este
patrón prima el concepto de responsabilidad, los distintos profesionales deben ser

responsables sobre sus decisiones y su manera de obrar pues no afecta solo al profesional

mismo, sino a las demás personas que pueden tener relación directa o indirecta con el

profesional en mención.

Así pues cuando esta responsabilidad no es debidamente abordada, la sociedad pierde uno de

sus pilares más importantes en la construcción de un mejor futuro, un mañana ideal donde no

prime el bien individual sobre el social. Es bajo la idea del bien común, donde el contador

público al firmar y dictaminar información financiera actual y sobre el futuro de las empresas,

y siendo el principal responsable de estos temas, debe actuar con independencia mental

respecto a cualquier presión indebida o amenazas e incentivos para actuar de manera

deshonesta.

(Gómez, 2016) Nos introduce sobre la idea de responsabilidad y compromiso diciendo “El

código de ética es una herramienta que busca fortalecer el buen actuar del contador, con

responsabilidad y compromiso que debe ser una característica fundamental de la profesión,

lo que a su vez constituye personas integras con buenos principios que le aportan al

crecimiento correcto de la sociedad. Este pilar considerado quizás el más importante en una

sociedad en donde cada uno de los profesionales es responsable y comprometido se llama

confianza, cuando se pierde la confianza sobre lo que los profesionales pueden hacer y sobre

los caminos que toman, los seres humanos pierden el rumbo, y contaminan su entorno con la

irresponsabilidad, dejando atrás el bien común perjudicándonos a nosotros mismos como

profesionales y a la sociedad.

Así pues los distintos profesionales debemos ceñirnos a los códigos éticos propuestos por

nosotros mismos, no perder el rumbo, buscar un mejor vivir para sí y para los demás, recordar

que todo lo que sabemos lo sabemos entre todos, cuidar la confianza y ser responsable de
buscar un mejor mañana, ser asertivos en el ámbito de lo que se considera correcto y honesto.

Esta es la mejor manera de construir nuestro código ético profesional.

Principios de la ética profesional del contador (Republica, 1990)

El contador es un actor social que debe propender por el bien común, procurar la

armonización entre las distintas organizaciones, puede ser persona natural o

juridica y el estado, por medio de la confianza depositada en él y su acto de

propender la fe pública cuando proporciona su firma y número de tarjeta

profesional. Dentro de los principios de ética profesional el contador debe tener:

Integridad: hablamos en este apartado de la integridad moral que debe tener el

contador público, no importa el lugar en el que se encuentre desempeñando su

profesión, siempre debe ser una persona con alta rectitud, honestidad y dignidad.

Objetividad: el contador público debe ser una persona imparcial, no debe guiar

su labor bajo una mirada personal o subjetiva, no debe discriminar; por el

contrario debe tratar a las distintas organizaciones bajo una mirada universal de

justicia y ciñéndose a los fundamentos de la honestidad e igualdad.

Independencia: se refiere este término a no dejarse influenciar por agentes

externos, mantener el pensamiento independiente de las posibles presiones de

superiores, o de otras entidades sobre intereses contrarios al buen actuar de un

contador público.

Responsabilidad: es bastante claro saber que esta palabra se encuentra presente

en todas las esferas del actuar de los seres humanos, mas sin embargo es
necesario mencionarlo aquí, pues es a los niveles más altos que el contador debe

profundizar en este tema, inspirando posteriormente la confianza para todos

aquellos que lo rodean.

Confidencialidad: el contador público es responsable de información muy

valiosa, que debe reservar para el uso exclusivo de su actuar dentro de la

profesión, protegiendo a los usuarios para los cuales se desempeña. Esto bajo los

parámetros de promover la confianza y estricta reserva profesional.

Observancia de las disposiciones normativas: es de vital importancia que el

contador se mantenga siempre informado sobre las normas que rigen su actuar,

debe seguir las disposiciones del estado y el consejo técnico de la contaduría,

aplicando los procedimientos debidamente acreditados y aprobados por estos

organismos.

Competencia y actualización profesional: el contador público debe aceptar solo

aquellos trabajos para los cuales se encuentre debidamente capacitado. Lo

anterior es un compromiso consigo mismo y con los demás, con el fin de

realizar un trabajo idóneo y eficaz. Así mismo el contador público para

encontrarse cada día más capaz y profesional frente a los retos de la sociedad

debe capacitarse continuamente, estar al día en las normas que se encuentran

operando en los sistemas financieros de las distintas organizaciones.


Difusión y colaboración: el contador público tiene la obligación de contribuir en

la difusión de su profesión, de acuerdo a las posibilidades personales,

promoviendo el desarrollo y dignificación de la profesión.

Respeto entre colegas: en este principio es claro que esto no es solo en el actuar

de un contador público donde se debe presentar, sino en tocas las profesiones u

oficios existentes; no se debe discriminar jamás sobre raza, creencia religiosa

nacionalidad u orientaciones sexuales.

Conducta ética: como el principio anterior los profesionales debe obtenerse de

hacer actos indebidos, que perjudiquen el buen nombre personal y profesional,

más aun la contaduría pública, pues tiene como base una función social, la cual

debe estar en los más altos estándares.

Opinión personal

Es muy completa la ley 43 de 1990, por lo tanto es de vital importancia para el

contador tenerla siempre presente en su actuar, como una carta de presentación

sobre su vida profesional e incluso personal, pues estos principios trascienden la

profesión misma y rodea las esferas del ser humano en general.

Conclusiones

No existe profesión sin código ético, la ley 43 de 1990, es la muestra de que todo ser humano

debe ser guiado por un código, producido por el mismo y para su beneficio, de esta manera se

puede facilitar la tarea de crear una mejor sociedad, se facilita opacar el individualismo
natural de los seres humanos y se conjuga un actuar en sociedad, más aun la profesión del

contador público, quien constantemente juega un papel muy importante en la sociedad.

Sugerencias.

Tomar los ejemplos de escándalos a nivel global y examinar cual fue su punto de quiebre, y

cual era una mejor opción frente a las problemáticas que presentaban estas organizaciones,

nos puede dar un ejemplo más completo de las consecuencias de no seguir un código ético.

Bibliografía

Gómez, D. S. (2016). Ética y Proyeccion Social. Medellin: Uniremington.

Republica, C. D. (13 de Diciembre de 1990). Ley 43 de 1990. ey 43 de 1990. Bogota, Colombia:


MiniEducacion.

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