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20/04/2014

DOMINGO DE PASCUA

Llamados a dar testimonio del Resucitado con nuestra propia vida y fe.

Hoy como cristianos católicos estamos de fiesta, fiesta por que la vida ha vencido a la
muerte, la justicia a la injusticia, la libertad a la esclavitud, el perdón al odio, la
comunión al individualismo, etc.

Celebrar la resurrección del Señor es sentirnos nuevos, es poder expresar desde el


corazón “Gloria a Dios en el Cielo” por tan maravilloso regalo de amor.

Celebrar la resurrección es poder ser testigos de que Dios por amor a la humanidad
entregó a su Unigénito y después de Él haber anunciado su Reino con obras de vida
murió crucificado, pero resucitó para enseñarnos que los que a él le seguimos no
somos hijos de la muerte, sino que estamos llamados a vivir y dar promover la vida en
los que nos rodean.

En el Evangelio, quien da testimonio de la Resurrección es una mujer, “María


Magdalena”. Ella que representa a muchas, que en la cultura judía no se les tenía en
cuenta. Ella es la primera en experimentar la Buena Noticia de la Resurrección, ella es
la primera mensajera de las glorias que Dios realiza en pro de la humanidad.

Una mujer es la que comunica lo sucedido a Pedro y al discípulo que tanto amaba
Jesús y en ese discípulo estamos representados cada uno de nosotros que hemos
apresurarnos a anunciar que el Señor Jesús ha resucitado y que Él es la fuerza de
nuestra esperanza.

Nosotros como seguidores de Jesús, demos como “el discípulo amado” entras en el
camino de seguir recorriendo el camino de un Jesús vencedor de la muerte y no un
Jesús derrotado, frustrado como se escucha algunas veces.

Como cristianos y seguidores de Dios de la Vida, no debemos quedarnos en los


lamentos del viernes Santo, sino alabara a Dios porque Jesús habita vivo en nuestro
corazón. Porque Jesús hoy sigue alimentándonos con su cuerpo para que
perseveremos camino a nuestra definitiva resurrección junto al Padre, a El que es
unigénito y el espíritu Santo que nos impulsa para recorrer el camino de la caridad, el
servicio, la paz, el amor y el diálogo.

Señor has vencido a la muerte por amor a la vida,


Señor has glorificado a Dios Padre
llevando a feliz término la misión recibida,
de salvar a la humanidad sedienta de vida.

Resurrección es amor,
resurrección es alegría
y para todos los seguidores de Cristo
es testimonio de vida.

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