Exploración racional: Aclara los conceptos y desentraña el texto si existen dificultades conceptuales. Estudia la situación del personaje; antecedentes, circunstancias dadas, ¿qué sucede realmente en el monólogo?, ¿qué persigue el personaje?, ¿cómo se siente al comienzo, cuál es su estado de ánimo inicial?. Estudia la línea interna de pensamiento del personaje: La META es hacer tuya la sucesión lógica de pensamiento del personaje y memorizarla. Debes imaginar lo mas concretamente posible esos pensamientos por los que transita tu personaje. Ya de una forma práctica, trasmite con tus palabras esa línea de pensamiento, partiendo del estado de ánimo inicial y persiguiendolos objetivos ya estudiados. Vuelve a una lectura del texto del autor y descubre lo que faltaba o sobraba en tu experiencia práctica. Vuelve de nuevo a transitar por la experiencia práctica añadiendo o eliminando lo adecuado, etc... Poco a poco debes ir incorporando el texto definitivo del autor, transitando por la situación imaginaria del personaje y viviendo real y sinceramente el momento a momento. Recuerda que existe un proceso de maduración de las imágenes y que hay unas leyes innatas que rigen la imaginación y que aceptan la necesidad de “esperar pacientemente” que la imágenes maduren a lo largo de los días hasta llegar a su máximo grado de expresividad. Colabora con tus imágenes a través de tu “mirada” ardiente y tu atención creativa y apremiante. Goethe decía que aunque las imágenes deben ser libres y flexibles, tienen cierta regularidad interna, llegando a convertirse en fantasía exacta. Sé tu mismo y escoge desde tu corazón mas que de tu cabeza, usa tu instinto, que salga de tus “tripas” mas que de tu intelecto. No expreses cotidianidad sino verdad. Trabaja sin criticarte ni censurarte, pero acepta humildemente el comentario de tu director. Busca algo que te haga, llorar, reir, enfadarte...,¡sentir! Descubre al personaje en ti mismo.
EN NUESTRO LENGUAJE, ESCUCHAR SIGNIFICA VER AQUELLO DE LO QUE HABLAMOS Y