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Padre omnipotente, Rey de Gloria,

Vengo ante ti este día a clamar


A Tu Nombre, a recibir mi victoria.
Que por la sangre de Jesús me fue dada,
Para que en mi vida no haya
Miseria ni derrota.
Señor, tú conoces todas mis necesidades,
Tú conoces mis pensamientos,
Mis fortalezas, mis cualidades;
Y yo sé que tienes el poder de proveerme
Un empleo digno, con un sueldo justo;
Donde sean apreciadas mis capacidades,
Donde yo te honre y a la vez te sirva,
Todo eso y mucho más, Señor, tú puedes
darme.
Tú has prometido en tu palabra,
Que ninguno de tus hijos sería
desamparado,
Me pongo en tus manos, Señor, ¡ábreme las
puertas!
Y derrama gran bendición
Para que tu Nombre sea Glorificado.
Este día a ti levantaré mis manos,
En señal de entrega, pero también en un
grito de victoria.
Saldré a buscar y encontraré el empleo que
te he pedido.
Caminaré con la confianza de mi fe en
Cristo.
Tú prometiste que, si creo, yo vería la
gloria.
¡Gracias te doy! ¡oh, ¡Señor, Padre eterno!
Gracias por responderme,
A ti sea toda alabanza, toda adoración y
toda honra.
AMEN.

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