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D E
C O N T I N E N T E A M E R I C A N O , V B E LAS P R O V I D E N C I A S D I C T A D A S P O R LOS
R E Y E S D E E S P A Ñ A P A R A EL G O B I E R N O D E SUS N U E V A S POSESIONES,
1¿UE SE E M P R E N D I Ó LA CONQUISTA D E M É X I C O .
ron.
MÉXICO.
I M P R E N T A D E I G N A C I O C U M P L I D O ,
PRÓLOGO.
yo en, este punto á aquella' ley común, me dediqué hace algún tiem-
del, todo desfavorable, no ya, tanto por el escaso mérito que intrín-
ul se versa.
— II —
-no puede inspirar el mismo inferes que las qvc abrazan los lie-
ca. ¿Quién es, en efecto, el. hombre que no se siente -mas ó me-
sitios en eque pasó los primeros años de su vida, á, esos sitios (que
como para el iman la del polo, (que nos impele en todo tiempo ha-
sos de que mas de una vez ha sido teatro aquella ciudad, obligan-
otros á ausentarse de ella por mas ó menos tiempo en, épocas di-
los recuerdos del lugar en que uno nació y en donde reposan las
otra que la influencia que ejercen todavía entre nosotros los inte-
México, 1850.
DISTRIBUCIÓN DE L A OBRA,
1*03.—1510.
(1) Prescott, Historia del reinado de los Hoyes Católicos. Parte I , cap. X V I .
(~) Ortüs, en su Historia du España., asegura que Santangel prestó diez y siete mil florines
l'-ara esta espedicion, tornando en prenda las j o y a s de la reina.
APUNTES H I S T Ó R I C O S D E VF.RA-GRTJ7.
bernar cada uno de estos territorios^ y la de ejercer esclusivamen
íe la jurisdicción sobre todos los negocios comerciales en toda la
estension de su almirantazgo, se le concedió igualmente el déci
mo de todos los productos y provechos que se sacaran de sus des
cubrimientos; y un octavo siempre que el contribuyese con una
octava parte en los gastos. Esta autoridad y privilegios fueron
vinculados por cédula posterior, en el y sus herederos, a g r e g a n d o
so el de usar el título de .Don, que en aquella época no había de
generado aún en palabra de pura cortesía (1).
(I) X o dudando ф ю n ir ra dará á algunos de los lectores de os ta obra el ver una copia esa o ta,
a.sí dtd convi:iii() ajustado ron Culón el 17 de Abril do 1 J.D'2, como del título que en consecuencia
ío espidieron los reyes Cató] i ros el :JU del misino mes, por presentar ambos documentos las La
bes sobre las cuales se dio el primer paso hacia el descubrimiento del Xuevo0Í undo, los ропцо
á continuación, tomados do la. Coleecio/i de los vioi/es // descubrimientos que l'eieron por mar
Í'IW españoles itesde j'uies del s'ujlo X Г, publicada por 1). Martin Fernandez de Aavarrete.
«(AVPlTüLACIOXfíS E X T 1 Í E LOS S K X O i í E S R E Y E S C A T Ó L I C O S Y C R l S ' í ' u J í A L CI Ó
LO X . — ( T e s t i m o n i o au1 ¿utico resistente en el archivo del JJscmo. Sr. Duque de, Yeraijuas.
licijittríalo en. el sello de, cortes de Simancas).
a Las cosas suplicadas é que Vuestras Altezas dan y otorgan á T). Cristóbal Colon, en alguna
.satisfaciou de lo que ha de descubrir en las mares Oeeanas, y del viaje que aurora, con el ayuda
d e l i t o s , lia de hacer por ellas en servicio de Vuestras Altezas, son las que siguen:
¿¿Primeramente: que Vuestras Altezas, como señores que son de las dichas mares Oeeanas, fa
:ran desde airora al dicho Cristóbal Colon su Almirante en todas aquellas islas é tierrasfirmes,
que por su mano ó industria se descubrieren ó ganaren en las dichas mares Oceanaspara duran
te su vida, y después del muerto á sas herederos é sucesores de uno en otro perpetuamente, con
todas aquellas preeminencias é prero^ativas pertenecientes al tal o lirio, é seu'nnd que i ) . Alonso
Tíenriquez vuestro Almirante mayor de Castilla é los oíros predecesores en el dicho oficio lo t e
nían en sus distritos.
aVluee, á sus Alt izas.—Juan de Coloma.
« O t r o sí: que Vuestras Altezas facen al dicho Cristóbal Colon su visorey y gobernador g e n e
ral en íodas las dichas islas y ticrrasürincs, que como dicho es él descubriere ó ganare cu las
dichas mares; 6 qne para el regimiento de cada una y cualquier dolías ía<ra. él elección de tros
personas para cada oficio: ó que vuestras Altezas tomen y escojan uno, el que mas fuere su ser
v i c i o , é asi serán m e j o r regadas las tierras que nuestro Señor le dejara fallar é ganar á servicio
de vuestras Altezas.
uTlace a. sus Altezas.—Juan de Coloma,
« í t e m : que todas 6 cualesquier mercadurías, si quier sean perlas, piedras preciosas, oro, pla
ta, especiería, é otras cualesquier cosas é mercaderías de cualquier especie, nombre 6 manera
que sean, que se compraren, trocaren, fallaren, ganaren é hobieren dentro de los límites del d i
cho almirantazgo, que donde agora vuestras Altezas facen merced al dicho I ) , Cristóbal, y quie
ren que haya y lleve para si la decena parte de todo ello, quitadas las costas todas que se h e i e
ren (4i ello, l'or manera, que de lo que quedare limpio с libre, haya é tome la decena parte p a
ra si mismo, é faga dolía a. su voluntad, quedando las otras nueve partes para vuestras Altezas,
cclHaee ó sus Altezas.—Juan de Coloma.
з
— 8 —
u Otro si: une si h cansa de las mercadurías que él traerá de las dichas islas y tierras, que así
como dicho es, se ganaren é descubrieren, ó de las que en trueque de aquellas se tomarán acá
de otros mercaderes, naciere pleito alguno en el lugar donde el dicho comercio é trato se terna
y fará: que si por la preeminencia do su e;ic:o de Almirante le pertenecerá eogaioscer de (al
pleito? pleg-a á vuestras Altezas que el ó su Teniente, y no otro Juez, eognozea del tal pleito, é
así lo provean deude agora.
a Place á sus Alteza*, si pertenece ül e t V A o ojirio de Almieaute, seijitn qne le tenia ti d;cltt>
Almirante 1). Alonso JI:/irlytie:, .y L I-.>'
7
olees sos antcccsoei'.s en sus tiisiritos, ij .siendojusto.—
Juan de Coloma.
" í t e m : que en í o d o s l o s íiavios que se armaren piara el dicho trato é negociación, cada y (atan-
do é cuantas veces se armaren, que pueda id dicho 1). Cristóbal Colon, si (pusiere, contribuir é
pairar la ochena parte de todo lo que se gastare en el armazón; é que también haya é lleve did
provecho la ochena parte de lo que resultare de la tal armada.
uPlaee d síes Altezas.—Juan de Colonia.
ÍÍ Son otorgados é despachados con las respuestas de vuestras Altezas en lia de cada capitulo
en la villa de Santa Fé de la V e g a de Granada, á diez y siete de Abril del año del nacimiento de
nuestro Salvador Jesucristo de mil é cuatrocientos é noventa y dos a ñ o s . — Y O E L 1!EV.—YO
L A R E I X A . — P o r mandado del l í e y é de la R e i n a . — J u a n de Colonia.—Registrada.—Calcina."
rho Cristóbal Colon, después que hayades descubierto c ganado las dichas Islas, é T i o r r a - f i n u e
en la dicha mar Océana, ó cualcsquiur dellas, (juc seades nuestro Almirante de las dichas Islas,
v. tierra, firme <jue asi deseubrióredes c ganáredes; é scades nuestro Almirante, é \ isorey é G o b e r -
nador en ellas, é vos podados donde en adelante llamar ó intitular I ) . Cristóbal Colon, ó asi
vuestros hijos, é sucesores cu el dicho oficio ó cargo, se puedan intitular é llamar P o n , ú A l m i -
rante é V i s o r e y , é (¡obernador dellas; ó para que podados usar 6 ejercer el diclio oficio de A l m i -
rantazgo, con el dicho oticio de Visorey, ó Gobernador de las dichas Islas, ó Tierra-firme, que
asi deseubrióredes ó ganáredes por vos é por vuestros Lugarestenientes. o oir é librar todos los
pleitos, ó causas civiles é criminales tocantes al dicho oiicio de Almirantazgo, ó Visorey, é G o -
bernador, según fallárades por derecho, 6 según lo acostumbran usar y ejercer los Almirantes en
nuestros líeinos; ó podados punir 6 castigar los delincuentes; é usedes d é l o s dichos oficios de A l -
mirantazgo, ó Visorey, é Gobernador, vos é los dichos vuestros Lugartenientes, en todo lo á los d i -
chos oficios, é cada uno dellos anejo é concerniente; é que hoyados é llevedes los derechos, é sa-
larios á los dichos oíicios, c á cada uno dellos anejos ó pertenecientes, según é como los llevan é
acosinmbran llevar el nuestro Almirante mayor en el Almirantazgo do los nuestros líeinos de
Castilla, ó los Visoreyes 6 Gobernadores d o l o s dichos nuestros líeinos. E por esta nuestra carta 6
por su treslado, .signado de Escribano público, mandamos al Principe D . Juan, nuestro m u y caro
o muy amado H i j o , é á los I n f a m e s , Duques, Prelados, Marqueses, Condes, Maestres de las O r d e -
nes, Priores, Comendadores, ó á los del nuestro Consejo, 6 Oidores de la nuestra Audiencia, A l -
caldes 6 otras Justicias cualesquier de la nuestra casa, ó Corte, é Chancilleria, é á los S u b c o -
mendadores, Alcaides de los Castillos, c Casas fuertes, 6 llanas, é á todos los Consejos, Asisten-
tes, Corregidores, Alcaldes, Algaiaciles, Merinos, Veinticuatros, Caballeros, Jurados, Escuderos,
Oficiales ó I I o m c s - E u c n o s do todas las Ciudades, o Villas, ó Lugares de los nuestros líeinos é
¡Sehorios, é de los que vos conquistáredes ó ganáredes; ó á los Capitanes, Maestres, Contramaes-
tres, Oliciales, Marineros, ó* g'ontes de la mar, nuestros subditos é naturales, que agora son ó s e -
rán de aqui adelante, é á cada uno, ó á cualquier dellos: que seyendo por vos descubiertas é g a -
nadas las dichas Islas, ó Tierra-firme en la dicha mar Océana, c fecho por vos, ó por quien v u e s -
tro poder hobicre el juramento ó solemnidad que en tal caso se requiere, vos hayan é tengan,
deudo en adelanto para en toda vuestra vida, 6 después de vos á vuestro hijo ó subcesor, ó de
ímbeesor cu subcesor para siempre j a m a s , por nuestro Almirante de la dicha mar Océana, ó por
Visorey é Gobernador en las dichas islas 6 Tierra-firme, que vos el dicho D . Cristóbal Colon d e s -
eubrieredes c ganáredes, é usen con vos, ó con los dichos vuestros Lugartenientes que en los d i -
chos oficios de Almirantazgo, é Visorey, é Gobernador pusiéredes, en todo lo á ellos concernien-
' e. é vos recudan é fagan recudir con la quitación, é derechos, é otras cosas á los dichos oficio.:-;
— 10 —
libertades, preeminencias, iirerog'aíivas, esmieiones, inmunidades, (i todas Jas otras cosas, c cad;',
tina dellas, que por razón do ios dichos olicios de Almirante, é V i s o r e y , é Gobernador debedes
haber ó irozar, é vos deben ser guarduclus: todo bien é cumplidamente en guisa tpfe vos non m e n -
güe ende cosa alguna; ó (pie en ello ni en parte dello, embarco ni contrario alguno vos non p o n -
g a n , ni consientan poner. Ca Nos por esta nuestra carta, desde ahora, para entonces vos l a c e -
mos merced de los dichos oheios de Almirantazgo, é Visorey, c Gobernador, por j u r o de heredad
para siempre j a m a s , ó vos damos la posesión, é casi posesión dedos, é de cada uno dedos, é p o -
der é autoridad para los usar é ejercer é llevar los derechos 6 salarios á ellos é cada uno d e d o s
anejos y pertenecientes, según é c o m o dicho es: sobre io cual tudo (pie dicho es, si necesario vos
fuere, é se lo vos pídiéredes, mandamos a. nuestro Chanciller é Notarios, é á ios otros oheialcs
(pie están á. la tabla de los nuestros sellos, opte vos den 6 libren, é pasen, é sellen nuestra Curta
do Ih'cvillejo rodado, la mas fuerte, é iirme, é bastante (pie les pídiéredes é hobicredes menester.
K los unos ni los otros non fugades ni fagan ende al por alguna manera, so pena do la nuestra
m e r c e d , é do diez mil maravedís para la nuestra Cámara á cada uno (pie lo eonlrariu ficiere; é
demás mandamos al lióme que les esta nuestra carta mostrare, que los emplace (pie parezcan a n -
te Nos en la nuestra Corte, do quier que Nos seamos, del dia que los emplazare á quince dias p r i -
meros siguientes, so la dicha pena, so la cual mandamos á cualquier Escribano público, que p a -
ra esto fuere llamado, que dé ende al que se la mostrare testimonio, signado con su signo, porque
Nos sepamos como se cumple nuestro mandado. l i a d a en la nuestra Ciudad de Granuda á trein-
ta, dius del mes de A b r i l , año del Nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo de mil c c u a t r o -
ciller."
—11 —
Siendo ageno del objeto de esta obra el referir uno por uno los
sucesos de este vi a g e , ni los esfuerzos que durante él tuvo que
hacer Colon para desvanecer los temores que á medida que se
alejaba del antiguo continente europeo manifestaba aquella tri-
— ía —
pulacion, compuesta casi toda de personas ignorantes y obliga-
das á aquel servicio por la fuerza, bastará decir que haciendo uso
unas veces de la persuasión y otras de la autoridad de que había
sido investido por sus soberanos, l o g r ó calmar las frecuentes m u r -
muraciones y aun los conatos de formal rebelión que una parte
de su gente alimentaba contra él, la cual llegó hasta el estremo de
proyectar arrojarlo al mar para, poder así regresar á su país, y
por último, que a l a s dos de la madrugada del viernes 1*3 de O c -
tubre, el grito de " ¡ t i e r r a ! ¡tierra!" acompañado de un cañonazo
á bordo de la carabela Pinta, que por ser la mas velera marcha-
ba siempre delante, anunció á la pequeña flota el término de sus
padecimientos, haciendo desaparecer de los espíritus pusilánimes
las dudas y la desconfianza de que estaban poseídos. U n marine-
ro de la Pinta, llamado Juan llodriguez P e r m e j o fué el primero
que hizo tal descubrimiento, aunque no por esto se le concedió la
pensión anual de treinta escudos ó 10,000 maravedises, equivalen-
tes á 117 pesos de nuestra moneda, que los reyes Católicos habían
ofrecido al que descubriese primero la tierra, pues este premio
fué concedido al almirante, por haber visto éste á las diez do aque-
lla misma noche una luz que se supuso ser la señal de tierra.
(1) ÍÍ E n las tablas cronológicas del padre Claudio Clemente, dice el Sr. Irvine; en su obra
citada, h a y una oración que se asegura haber sido hecha por Colon entonces, y que por orden
de los reyes la usaron después Balboa, Cortés y Pizarro en sus descubrimientos. J)oini//e fhii.i
(cterne vt Omnipotente .sacro tuo verbo eadum, et ferram, et utare crea.sti; benetlieatnr et ejloriji-
celur mimen tuiuii, landetttr Uta majestas, qnrc dignóla extper Ituniilem serrum iauín, id eju*
Saman, nomen agnoseatur et prtedivelur i» lwc altera muiidiparle. T a b . C r o a , de los deecub.
Ucead. I . Valencia, 1Ü89."
— 1 3 -
lns dos banderas de las carabelas, cuyas insignias eran una cruz
verde con una F y una I , iniciales de los nombres de los m o n a r -
cas de Castilla, con una corona sobre cada una de ellas.
A q u e l momento solemne, en el cual Colon veia al fin realiza-
dos los ensueños que por tantos años habían lisonjeado su a r -
diente imaginación, debió recompensarle con usura de todas las
fatigas y padecimientos que para lograrlo habia tenido que su-
frir. Estaba y a por fin revelado el misterio que hasta entonces
habia cubierto al Océano, y tal revelación era, deluda únicamen-
te á. su saber, á, su valor y perseverancia. Su teoría, objeto m u -
cho tiempo de la burla de los pretendidos sabios, estalla ya c o m -
probada con un hecho incontestable, hecho que aseguró á. su n o m -
bro una gloria tan eterna como el nuevo mundo que descubrió.
Tan brillante resultado, efectuó desde luego nn cambio notable
en la posición del almirante respecto de la gente que traia á sus
órdenes. Ya, no era á sus ojos Colon el mismo á quien poco ha
miraban como á un visionario que los conducía á una muerte se-
gura: la tierra que pisaban, engalanada con los ricos y variados
frutos de una naturaleza virgen, haciéndoles ver la realidad de
sus predicciones, los obligaba á. considerarlo como un hombre su-
perior, apresurándose todos á tributarle los mas rendidos h o m e -
nages de respeto y admiración.
Aquella tierra en que Colon puso por la primera vez los pies en
el A uevo-JIundo era, una délas islas L u c a y a s ó Bahamas, llama-
da por los naturales Guunaltani, á la que el almirante (lió el n o m -
bre de San Salvador. H á n s e suscitado últimamente algunas d u -
das acerca de cual de las diversas islas que forman aquel g r u p o es la
que fué primeramente visitada por Colon, con motivo de haber di-
cho el H>r. Fernandez de Navarrete que debe ser la que está situada
mas al norte de las Turcas, llamada la Gran Tarea, á los ,21 3 0 " o
(1) " H a l l a r o n , dice el obispo C a s a s e n su historia general de las Indias, estos dos cristianos
p o r el camino, m u c h a gente que atravesaban á sus pueblos, mugeres y h o m b r e s : siempre los
hombres con un tizón en las manos y ciertas yerbas para tomar sus zahumerios, que son unas*
yerbas secas, metidas en una hoja seca también, á manera de mosquete, hecho de papel de los
que hacen los muchachos en la Pascua del Espíritu Santo; y encendido por una parte de él, p o r
la otra lo chupan ó sorben ó reciben con el resuello para adentro aquel h u m o , con el cual se
adormecen las carnes y cuasi emborracha, y así dizque no sienten el cansancio. Estos m o s q u e -
tes, ó como los llamaremos, llaman ellos tabacos. Españoles cognosei y o en esta isla Española
que los acostumbran á tomar, (píe siendo reprendidos por ello diciendoles que aquello era v i c i o ,
respondían que no era en su mano dejarlos de tornar. K o sé qué sabor ó provecho hallaban en
ellos. "
— 17 —
" bre, como por las variedades de su propia especie. Dijo que
" no eran todos estos mas que nuncios de mayores descubrimien-
" tos que le quedaban que hacer; los cuales añadirían dominios de
" incalculable opulencia á los de sus magestades, y á la verdade-
a
ra te naciones enteras de prosélitos.
' u
Escucharon los soberanos las palabras de Colon con emoción
" profunda. Cuando acabó, se postraron por tierra, y levantan-
" do al cielo las cruzadas manos, los ojos bañados en lágrimas de
" gratitud y g o z o , ofrecieron á Dios la efusión de sus gracias y
a
alabanzas por tan grande providencia: todos los presentes si-
ce guieron su ejemplo, y un profundo y solemne entusiasmo pene-
o
ce tró aquella espléndida asamblea, impidiendo las aclamaciones
a
comunes del triunfo. E n t o n ó en esto el coro de la real capilla
u
el Te-Dcum Laudamus, que con el melodioso acompañamien-
" to de la música, se levantó en ricas ondulaciones de armonía
" sagrada, llevando al cielo la viva emoción y pensamientos de
" los circunstantes: a-sí, dice el venerable Las-Casas, parecía que
" en aquella hora comunicaban todos con celestiales delicias.
" Tal fué el solemne y piadoso modo con que la brillante corte
" española celebró aquel sublime acaecimiento; ofreciendo tribu-
" tos de melodía y alabanza, y dando gloria á Dios por el clescu-
" brimiento de otro mundo."
Después de todas aquellas grandes ceremonias, que debían lle-
nar el corazón del almirante de un noble orgullo y la mas pura sa-
tisfacción, recibió éste de los reyes Católicos durante su residencia
en la corte, todos los honores y distinciones que podía dispensa]'
la benevolencia real. Cuando se presentaba en público el rey D .
Fernando, lo llevaba á su lado, y todos los demás cortesanos,
imitando la conducta de su soberano, le daban frecuentes b a n -
quetes, en los cuales era tratado con la etiqueta, y consideracio-
nes debidas á los nobles de primera clase. Se le concedió que p u -
diese poner las armas reales en cuartel con las suyas, y que a g r e -
gase á estas un grupo de islas de oro en medio de ondas de c o -
lor azul marino, á las cuales se añadieron después cinco anclas
con el célebre mote bien conocido:
A C A S T I L L A Y A L E Ó N
N U E V O M U N D O DIO C O L O N , (1)
(1) E n este segundo viage (le Colon pasó á América D. Francisco de las Casas, padre de Vi.
Bartolomé, que adquirió después tanta celebridad por el calor con que tomó la defensa de los
indios.
dirigirse mas al sur que en su primer vía g e , esperando encon-
trar las islas caribes, de las cuales le babian hecho los indios m a -
ravillosas descripciones; y después de un viage de veintiocho dias
sin contratiempo alguno, al amanecer del dia 3 de noviembre se
encontró frente á una de las islas que forman el hermoso archi-
piélago de las Antillas, á la cual dio Colon el nombre de Domi-
nica, por haber sido domingo el dia en que la descubrió. N o en-
contrando en ella un ancla ge seguro para sus buques, pasó Colon
á otra de las islas que tenia á la vista,, á la cual llamó Marigalan-
/V;, que era el nombre de su bagel, y bajó á- tierra, donde tremo-
ló el estandarte real, tomando posesión de aquella isla y las inme-
diatas en nombre de sus soberanos. Como no se hallaron en ellas
vestigios ningunos de gente, creyó Colon que estaba, completa-
mente desierta, y se dirigió á otra de mayor ostensión, conocida
"por los naturales con el nombre de Timtqvcira, y que el almiran-
te llamó Guadalupe por haber prometido á los religiosos de, N u e s -
tra Señora de Guadalupe en Estremadura, que daría el nombre
de su advocación á alguna de las tierras que descubriese.
E l dia -i de noviembre desembarcó Colon en esta isla; y habien-
do pasado á visitar un caserío inmediato á la playa, no encontró
en él mas que algunos muchachos abandonados por sus padres,
pues todos los habitantes habían huido al ver que se acercaban
aquellos hombres tan desconocidos para ellos. Esta circunstan-
cia, le permitió reconocer detenidamente sus habitaciones, en las
cuales, entre otros objetos que llamaron su atención, como arcos
y flechas con puntas do hueso, vio algunos cráneos colgados den-
tro de las chozas y que seguramente les servían de vasos ú otros
utensilios domésticos, lo que le hizo creer que se hallaba en el país
de los Cnimíbales ó Caribes, guerreros errantes que por su carác-
ter feroz y sanguinario, eran el terror de aquellos mares. Muy
pronto lo confirmaron en esta idea las relaciones de algunas inu-
geres que se lo presentaron pidiéndole amparo contra aquellos
salvages que las tenían cautivas, y por las cuales supo Colon que
los habitantes de esta isla., aliados con los de otras inmediatas, h a -
cían frecuentes irrupciones íi las demás islas y aun á la tierra íir-
— 34 —
(1) Fernandez Xavavvete, Viages y deseuovhnicníos de los españoles, tomo ° , nág. 181.
— 60 —
(1) Cuenta Fernando Colon, hijo del Almirante, que su padre hizo colgar aquellos grillos
en un cuarto de su casa, para perpetua memoria de la ingratitud que tanto le hizo padecer, y
que antes de su muerte dispuso que fueran sepultados con e l .
11
las lágrimas á la vista del hombre cuyos grandes servicios hablan
tenido tan indigna recompensa, al parecer bajo su misma autori-
dad. A d e m a s , para tranquilizar su ánimo abatido y calmar en lo
posible su justo sentimiento por las ofensas recibidas, le prometie-
ron que se le baria imparcial justicia respecto de sus enemigos, y
que seria restablecido en sus bienes y empleos. Esta tiltima p a r -
te de aquella oferta no tuvo efecto, porque creyendo los monarcas
conveniente diferir la reposición del almirante en el gobierno de
la colonia, hasta que cesasen completamente los disturbios que
habia en ella, no llegó á verificarse jamas.
Entretanto, y a para reprimir de una vez los desórdenes que
continuaban en la Española, aun después d é l a llegada de E c h a -
dilla, y ya porque estendiéudose cada dia mas por aquel tiempo
los descubrimientos en esta nueva parte del mundo, se hiciera n e -
cesario tener en dicha isla un gobierno que atendiese á asegurar
la posesión de los mismos paises descubiertos, dispusieron los r e -
yes Católicos enviar á ella una persona de notoria aptitud, y r e -
vestida de toda la autoridad suficiente para conseguirlo. Fué
elegido para esta comisión D . Nicolás de Ovando, comendador
de Lares, de la orden militar de A l c á n t a r a , hombre de acredita-
da prudencia y sagacidad, de maneras templadas, y cuya posi-
ción en la corte era bastante distinguida, supuesto que fué uno
de los diez jóvenes escogidos para educarse en palacio en unión
del príncipe de Asturias. Ordenóse para su viage una flota de
treinta velas, con dos mil y quinientos hombres, entre los cuales
se alistaron muchos individuos pertenecientes á las principales f a -
milias del reino. Dispúsose igualmente que condujese esta espe-
dicion con abundancia todos aquellos artículos que se creyeron
necesarios para el mantenimiento y prosperidad de la isla, y se
hicieron todos los aprestos con un lujo y magnificencia tales, que
j a m a s se habían visto en ninguna de las escuadras hasta entonces
destinadas á los mares de Occidente. E n la misma flota se e m -
barcaron doce frailes franciscanos, que fueron los primeros de la
orden que pasaron al Nuevo-Mundo para ayudar á la p r o p a g a -
ción de la fé entre los indios. Embarcáronse igualmente en ella
un médico, un boticario, un cirujano y algunos artistas, contán-
dose por último entre éstos nuevos pobladores, veinte y tres fa-
milias, con el objeto de que sirvieran de base para las nuevas ciu-
dades que debian. formarse.
Entre las diversas instrucciones que dieron los reyes Católicos
al nuevo gobernador antes de su partida, fué una de ellas, la de
que enviase á E s p a ñ a á Bobadilla para formarle causa, pues du-
rante el mando de éste en la colonia, se babian multiplicado, c o n -
siderablemente los abusos, sobre todo con los naturales, los cua-
les perecian á consecuencia del duro trabajo á que estaban suje-
tos por el nuevo é inhumano arreglo que hizo para el servicio de
los repartimientos y para la colectación de la mayor suma posi-
ble de oro. Con el objeto de evitar que continuasen estas cruel-
dades, declaró la, reina Isabel libres á los indios, mandando ter-
minantemente á las autoridades de la Española, que los tratasen
como á buenos y leales vasallos de la corona.
Como Bobadilla habia dado permiso á todos los colonos para
acopiar oro, pagando solo la undécima parte al gobierno, se p r e -
vino á Ovando que derogase esta disposición, y ecsigiese la ter-
cera de las cantidades que y a tuvieran reunidas y la mitad de las
que recogieran de allí en adelante. Diósele también el encargo
de averiguar el importe total de las pérdidas sufridas por Colon
y sus hermanos, con el objeto de indemnizarlos y asegurarles p a -
ra lo sucesivo el pleno y libre goce de lo que legítimamente les
pertenecía. Con estas y otras varias instrucciones para la mejor
administración de los países descubiertos, el 13 de febrero de
1502 se dio á la vela del puerto de San Lúeas con su brillante
escuadra. P o c o s dias después de su salida., sobrevino una fuerte
tempestad que puso en dispersión la ilota, y aun se creyó que
toda ella habia perecido, por haberse visto en la playa muchos de
los efectos embarcados en ella; pero no sucedió así, pues con es-
cepcion de una de las naves que se sumergió en el mar con cien-
to veinte pasageros, las demás llegaron sin otra novedad á la Es-
pañola el dia l o de abril inmediato.
E n seguida se procedió á hacer los preparativos necesarios p a -
ra el cuarto viag'e que solicitó emprender Colon, con el objeto
principalmente de descubrir un paso hacia el grande océano de
las Indias Orientales, suponiendo que debia éste hallarse hacia el
golfo de Darien, y es por cierto muy digno de notarse el c o n -
traste que presentaron estos preparativos con los que pocos dias
antes se hicieron para la escuadra de Ovando, pues mientras que
esta última se compuso de treinta naves provistas de todo lo n e -
cesario con la mayor abundancia, para la del almirante se desti-
naron únicamente cuatro carabelas, de las cuales la mayor no p a -
saba de setenta toneladas. N o se ocultó á Colon esta prueba
inequívoca de que había perdido ya mucho de su anterior presti-
g i o , y disgustado por aquellas muestras de menosprecio, llegó á
pensar en renunciar en favor de su hermano Bartolomé la e m -
presa de hacer nuevos descubrimientos; mas por una parte su i n -
clinación á servir á los reyes de E s p a ñ a , y por otra la última
afectuosa carta que de ellos recibió, en la que le aseguraban su
firme resolución de cumplir inviolablemente las promesas que a n -
tes le habían hecho, y perpetuar en su familia por j u r o de here-
dad todos sus empleos y honores, lo determinaron á arrostrar las
fatigas } peligros de un nuevo viage, partiendo del puerto de C á -
T
(1) Cosmos Sketch of Physieal descriptiou of the Unirerse, by A. von Humboldt yol II
pig-. 270.
13
— 80 —
Este ving-e fué uno de los mas penosos para el almirante y sus
compañeros, pues siendo sus naves juguete de violentas tempes-
tades, amenazaban hundirse á cada, momento, hasta que por fin,
después de sufrir todo género de padecimientos por cerca de dos
meses, llegó el 2 4 de junio á un puerto de Jamaica, conocido h o y
con el nombre de La Caleta do D. Cristóbal'(Don Christoplier's
Cove), al cual llamó Colon Santa Gloria. Estando sus dos cara-
belas en un estado tan deplorable, que podían irse á pique en el
mismo puerto, por la mucha agua, que entraba en odias, tuvo que
hacerlas encallar en la playa, quedando así inutilizadas y a para
el servicio.
A b a n d o n a d o de esta manera en aquella isla, sin ningunos r e -
cursos para continuar su viage, la ú r i c a esperanza de salvación
que tanto Colon como sus compañeros podían alimentar, era la
de ser socorridos por el gobierno de Santo Domingo, mas para
ello era indispensable hacerle saber á éste la situación desgracia-
da en que se hallaban, lo cual era hasta cierto punto imposible,
por la falta de un buque en que fuesen algunos á darle la noticia,
Sin embargo, como la situación no podía ser mas afligida, ni mas
urgente la necesidad de salir de ella, tomaron algunas canoas de
los naturales, en las que se lanzaron al mar dos marineros de los
mas atrevidos para informar á Ovando en la Dsf/añola de lo
acaecido, y solicitar de él los ausilios necesarios para el salva-
mento de los náufragos.
Después de una bien peligrosa navegación, llegaron por fin
aquellos intrépidos marineros á Santo Domingo- mas como tras-
currieron después algunos meses sin recibir los que aguardaron en
Jamaica los ausilios que esperaban, la situación de los náufragos
llegó allí á la desesperación. A l g u n o s de ellos, cansados y a de
aguardar en vano, se internaron en la isla, v sea porque emplea-
ron algunas violencias con los naturales, ó .porque no remunera-
ban á estos los servicios que les hacían, el resultado fué que los
indios comenzaron por no llevar provisiones al lugar en que
residía Colon con los que le fueron fieles, y que aunque éste p r o -
curó reconciliarlos con los españoles, no pudo evitar algunas
desgracias que ocurrieron con motivo de aquellas desavenencias.
A l fin, después de pasar mas do un año en tan horrible situa-
ción, merced á la mala voluntad de Ovando para no mandarle
oportunos ausilios, llegaron á Jamaica, dos pequeños buques, d e -
bidos á los esfuerzos de los mismos marineros que hablan pasado
antes á, Santo Dominr/o, y en ellos se trasladaron á este último
punto Colon y sus compañeros de infortunio. Permaneció allí
el almirante pocos días, y tan luego como l o g r ó hacerse de un
buque en que poder regresar á E s p a ñ a , dio su último adiós á
aquellas regiones por él descubiertas, y el dia 7 de noviembre de
1004 echó sus anclas en el pequeño puerto de San L ú c a r , dis-
tante doce leguas de Sevilla.
Habiendo sido éste el último viage de Cristóbal Colon al A uc-
ro-Mitndo, bien podia aquí dejar ya de hablar de él, para conti-
nuar la relación de los demás descubrimientos hechos en el c o n -
tinente americano hasta los días en que se intentó la conquista de
M é x i c o , que es el principal objeto de este capitido; mas como la
historia de esta rica parte del globo en aquella época, y la del
hombre ilustre á quien se debió su importante descubrimiento, es-
tán de tal modo enlazadas, que no puede hablarse de la una
sin seguir involuntariamente la del otro, no creo deber omitir una
ligera noticia de los postreros pasos de la vida de este último, en
el corto tiempo que sobrevivió á su vuelta de A m é r i c a .
A l retirarse Colon del teatro de sus descubrimientos para no
volver á él j a m a s , llevaba por objeto disfrutar el reposo que su
quebrantada, salud y su abatido espíritu demandaban imperiosa-
mente, esperando verse restablecido por la reina Isabel en el g o -
ce de las rentas y dignidades que le correspondían conforme á
sus pactos con la corona; pero aquel hombre tan eminente como
desgraciado, parece que estaba condenado á padecer en los últi-
mos años de su ecsistencia el disgusto de ver contrariados todos
sus mas justos deseos, y á su arribo á E s p a ñ a supo que la reina
se encontraba gravemente enferma, c u y a triste nueva fué segui-
da pocos dias después por la de su muerte.
P u é éste un golpe terrible para Colon, puesto que con el í'a-
llecímiento de D o ñ a Isabel, que era su verdadera y única pro-
tectora, poco ó nada podia esperar del rey F e r n a n d o , quien no
tuvo nunca gran confianza en sus proyectos, a l e n d o ver siem-
pre en ellos algo de quimérico y visionario. A p e s a r de este c o n -
vencimiento que tenia Colon acerca de las ideas de su soberano,
y no permitiéndole la aguda enfermedad de la gota que padecia
el pasar desde luego á ¡Segovia, donde se bailaba entonces la c o r -
te, se apresuró á hacer presente á aquel su triste situación, por
medio de su hijo D . D i e g o que estaba empleado en la real casa,
manifestándole sus anteriores servicios, las condiciones de la pri-
mera capitulación que celebró con él, las infracciones que se h a -
bían cometido de casi todos sus artículos, y la urgente necesidad
de recursos en que se encontraba; mas sea porque el rey F e r n a n -
do estaba entonces demasiado ocupado en sus propios negocios,
para poder dedicar su atención á los del almirante, ó porque des-
pués de la muerte de su esposa viese y a á éste con menos estima-
ción, el resultado fué que no atendió como era debido sus repre-
sentaciones.
unido á una constancia sin igual para vencer los mayores obstá-
culos, legó al mundo el descubrimiento mas importante que han
visto los siglos. Sus grandes servicios hechos á, la humanidad, y
la mezquindad con que fueron premiados, presentan en la historia
un ejemplo demasiado triste. Respecto de la ingratitud con que
fué tratado Colon por él rey D . Fernando, es tanto lo que se ha
escrito, y a para afear la conducta del monarca español, como pa-'
ra justificarla, que parece inútil decir algo sobre este punto, mu-
cho mas cuando los hechos hablan mas alto que todo lo que pue-
fortuna, dio mas tarde su nombre á toda esta parte del mundo,
adquiriendo así una celebridad que en justicia correspondía úni-
camente á. su primer descubridor. Guiado Ojeda por unas copias
de las costas hechas últimamente por Colon, llegó al continente
del sur y visitó sus costas desde unas doscientas leguas al oriente
del Orinoco hasta el golfo de Paria. Continuando luego su viage
hacia el occidente, tocó en la isla Margarita y la costa inmedia-
ta de tierra-firme, y descubrió el golfo de Venezuela. D e allí
pasó á las islas Caribes ó pequeñas Antillas; y encontrándose y a
escaso de provisiones, se dirigió á la Española, desde donde r e -
gTesó á E s p a ñ a , después de haber hecho uno de los viages mas
dilatados que se habían verificado hasta entonces en las costas del
Xa evo-Mundo.
A Ojeda siguió poco después P e d r o A l o n s o N i ñ o , el cual, c o n
una carabela de cincuenta toneladas se dio á la vela de la barra de
Saltes,, y llegó á la costa al sur de Paria, atravesando el g-olfo
de este nombre, y navegando unas ciento treinta leguas sobre
aquella costa. Desembarcó en algunos puntos de ella, con el o b -
jeto de cambiar las bugerías que traía de E u r o p a por oro y per-
las, y habiendo l o g r a d o hacer estos cambios con grandes venta-
j a s , regresó á E s p a ñ a con su débil nave, presentando á los e m -
presarios uno de los mas brillantes resultados obtenidos hasta e n -
tonces en los viag-es hechos al continente de Colon.
E n seguida, Vicente Y a ñ e z P i n z ó n , uno de los que a c o m p a ñ a -
ron al almirante en su primer viage, salió del puerto de Palos en
diciembre de 1499 con cuatro carabelas, y pasando por las islas
Canarias, siguiendo el rumbo al S. 0 . , llegó el 2 0 de enero de
1500 á un gran promontorio, al que llamó Cabo de Santa Ma-
ría ele la Consolación, y es hoy conocido con el nombre de San
Agustín, en el Brasil. T o m ó posesión de aquel territorio en n o m -
bre de los reyes Católicos; y siguiendo luego costeando hacia el
occidente, descubrió el gran rio Maraíion ó las Amazonas, atra-
vesó el golfo de Paria, entró en el mar de los caribes, y atra-
vesó luego el golfo de M é x i c o hasta encontrarse en las B a h a -
mas, donde perdió dos de sus carabelas cerca de la isla Jume-
— 89 —
(1) Washington Irving, Vida y Viages de Cristóbal Colon, tomo IV pág. 121.
— 99 —
(1) Este nombre, según Bernal Diaz del Castillo, fué compuesto de las palabras Yuca y
Tais, que en el idioma de los indios significa "tierra déla yuca," aunque según M . Waldcck
ü u
CAPITULO II
Ií\TERiu;3iriE> D0 R
momentáneamente el orden cronológico que
debe observarse en toda narración histórica., por convenir así al
plan que me propongo seguir en estos apuntes, dejaré para mas
adelante el referir los hechos que tuvieron lugar en las playas ele
Vera-Cruz desde el desembarco de D . Fernando Cortes, y que son
la continuación d é l o s que quedan y a apuntados en el capítulo a n -
terior, con el objeto de dar en este y el siguiente algunas noticias
16
— J12 ~
ña. ¿;E1 año de 1573 de que vamos hablando., dice, no tenia aún
forma de ciudad la nucca Vera-Cruz. Solamente habia algunas
bodegas y almacenes en la playa p a r a l a guarda de algunos efec-
tos que no podían tan prontamente trasportarse á la Vera-Cruz
vieja, y un hospital que poco antes habia hecho edificar D . M a r -
tin E n r i q u e z c u a r t o virey de M é x i c o .
líespecio de la vieja ó antigua V e r a - C r u z , el mismo P a d r e
A l e g r e , en su obra citada, hace de ella una ligera descripción en
estos términos: .. L a ciudad de V e r a - C r u z no estaba antigua-
.. mentí donde h o v está.
1
Su situación era cinco leguas mas ar-
riba hacia el norte, á la ribera de un rio caudaloso, que á poco
.. menos de una legua desagua en el mar. P o r este rio se c o n -
„•.' ducian las mercaderías de Europa á la antigua V e r a - C r u z , en
'.. barcas chatas proporcionadas á la poca profundidad del agua.
..- Su barra varía incesantemente de fondo. E l m a r , escitado de
.: los nortes, mas furiosos en esta costa que en alguna otra del
:Í mundo, suele casi cegarla con la mucha arena que mete en la
a resaca, hasta que estando mas sereno, la misma fuerza de la
íí corriente se abre camino y vuelve á arrojarle al mar. Sus
a aguas son muy cristalinas v puras. A b u n d a n varios géneros
cí de peces: de los mas a precia bles es el bobo, de que en lo mas
c: crudo dtel invierno se pesca un número increíble. E s también
c: abundantísima la de pámpanos á principios de la primavera.
a E l temperamento del pais es estremamente cálido y húmedo.
a .Los frios y calenturas son la enfermedad regional. Los mos-
..' quitos do varias especies v oíros insectos perniciosos, causan á
•cundan la fortaleza por la parte del N . al pié del faro, y los dos
últimos, estando anclados en la misma bahía, les faltaron sus a n -
clas y fueron á perderse cerca de la punta de Los Hornos.
Con el objeto de poner este fondeadero á cubierto de los estra-
gos que ocasionan aquellas fuertes tempestades, disminuyendo el
impetuoso embate de las olas que vienen á estrellarse sobre las
embarcaciones ancladas en aquel punto, los Sres. D . Ciríaco Ce-
vallos, Comandante del apostadero de V e r a - C r u z , y D . Bernardo
de I l o r t a capitán del mismo puerto, formaron por los años 1 8 0 5
á 1808 el gran proyecto de cegar el canal del norte, echando á
pique en él algunos barcos viejos cargados de piedra y'argama-
sa, que sirviesen ele dique para contener las graneles olas que e n -
tran por aquel rumbo en la fuerza de las tormentas; y como por
este medio esperaban formar allí una bahía bastante espaciosa y
segura, se proponían ademas construir sobre el bajo de la Caleta,
que sirve ele abrigo á las lanchas y botes de los pescadores, otro
muelle mas prolongado que el que entonces ecsistia, y que pres-
tase m a y o r comodidad para la carga y descarga de las m e r c a n -
cías.
Sin entrar ahora á investigar los inconvenientes con que en la
práctica pudiera haber tropezado aquel proyecto, ni cuál fuese su
m a y o r ó menor solidez en el caso de que se hubiese realizado, debo
limitarme aquí á decir que ni este ni otro proyecto alguno ha si-
do j a m a s llevado á cabo, y que por consiguiente el puerto de V e -
ra-Cruz se encuentra h o y en esta parte en el mismo estado en que
se encontraba cuando por la primera vez fué visitado por J u a n
de Grijalva en 1 5 1 8 , sin deber al arte los buques que lo frecuen-
tan la mas leve mejora para su seguridad. ¡ E s t r a ñ o abandono,
por cierto, respecto de un puerto que ha sido el vehículo por d o n -
de ha pasado á la Europa la mayor parte de todo el oro y la pla-
ta que h o y circula en el mundo!
Afortunadamente, aquellas desgracias no son m u y repetidas,
pues solo tienen lugar cuando las tormentas llegan á ser estraor-
dinariamente fuertes por el ímpetu furioso de los vientos. Du-
rante seis meses del a ñ o , es decir, de octubre á marzo, esos vien-
- - 121 —
ce E S T A C I Ó N DE BRISAS Ó HÚMEDAS.
ee descenso á 29 p. , 90.
s
E l termómetro en junio llega á 87° y
ce no baja de 83 77: en diciembre llega á 80<r, y no baja de (SO.f;
0
(1) Estos párrafos, lo mismo que los que y a antes lie copiado del Barón A. de H u m b o l d t , son
tomados de su interesante obra titulada: Ensayo político de la jYueva-España; obra que t e n -
dré que citar todavía mas de una vez en el curso de estos apuntes, porque la multitud de noti-
cias y observaciones que se encuentran reunidas en ella respecto de esta antigua colonia espa-
ñola, la constituyen en un libro precioso é indispensable para todo aquel que quiere escribir al-
g o acerca de esta rica porción de la A m é r i c a Septentrional.
— 133 —
(1) Aunque es innegable que las murallas son un obstáculo para la circulación del aire libre
en el interior de V e r a - C r u z , y perjudican por esta razón á su salubridad, puede asegurarse que
poco ó nada intluyen en el desarrollo del v ó m i t o , si se atiende á que esta eul'ermedad ecsistia
y a antes de que aquellas i'ucscu construidas, y á que ella ataca, no solo fuera d é l a s mismas m u -
rallas en la. parte de tierra, sino á bordo de los buques anclados en la bahía do Ulúa y los f o n -
deaderos inmediatos, donde ciertamente no puede ser mas libre la ventilación.
(2) El 1G de m a y o y el 27 de julio.
19
— 136 —
(1) El decreto á que me refiero, y que hasta h o y se hnlla vigente, dice así:
Artículo 1. ° El individuo que descubra un específico, y a sea curativo, y a preservativo, de
la fiebre conocida con el nombre de vómito prieto, obtendrá un premio de cien mil pesos.
Art. L\ ° Su adjudicación se liará tan lueg-o como el gobierno se cerciore por la práctica de
repetidas experiencias, de la notoria virtud del específico.
A r t . 3. ° Si las arcas del Estado no tuvieren de pronto la referida cantidad, se tomará al
— 188 —
crédito del mismo Estado, previa autorización del congreso, (pie designará ó creará los fondos
de amortización del préstamo.
Art. 4. ° Este decreto se liará circular p o r todos los Estados de la República y naciones c s -
trang-eras.
Art. 5. ° En caso de disputa solire propiedad de invención, porque dos ó mas se reputen in-
rentores, Be decidirá por las leyes comunes dé propiedad.
— 189 —
(1) Tortas estas indieaeiones do temperatura están hechas en grados del termómetro centí-
grado.
Aunque parezca tal vez ngeno del objeto de esta obra, quiero dar aquí, para la mejor inteli-
gencia de aquellos lectores (pie ignoren el m o d o de reducir unos á otros los grados de los tres
termómetros conocidos, que son, el de J^in-cnltrit, el de Jíínuinur y el cnit/'iji-a/to, la siguiente
explicación que puede servirles p i r a hacer con facilidad y esactitud estos calcados.
T o m a n d o , pues, para presentar un ejemplo de estas operaciones los 3C ° del centígrado que
indican el calor mayor de todo el año en V e r a - C r u z , se verá que:
'llu,,.-,
4 A J J V E H T E N C Í A
5^1 WS
m ti ™ i¿3
POR LOS C 1 M N 0 S P R A C T I C A D O S A C T U A L M E N T E .
O R I Z A V A .
\ era-Cruz.
; ú
\ La P u l g a .
' 3
P a s o de la SuaYdad.
L-t ; 6 | ü EI Temascal.
IG i 10 - El Camarón.
l8.i :
¡ Oí- U -U Paso A n c h o .
20 11 i 11 0 1 I h , P a s o del H a c h o .
57+ 51+ 48i 43i 41+ 39 37+ 36 3°+ 30 26 20 17 14+ 10i 6+ 3+ San Bartolo.
i
01 55 52 47 45 42. 41 39+ 36 29+ 23 i 20i 18 14 10 7 34 Amozoc.
i
70 66 63 58 56 53+ 32 50+ 47 44+ 40+ 34i 31+ 29 25 2 1 ' 18 14|' 11 7 San Martin.
Tura-Cniz.
i 1 i T -
I Santa. ÌY;.
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I Manantial.
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P u e n t e Nacional.
1 « •'• 17 :
15 13 8 3 i Coi ral F ilso.
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Topeyalmaleo
i
48 47 45 43 38 ; 33 30 ; 29 20 14 7 Ojo de A il'llíl.
él 50 48 40
« 30
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33 32 29 j OO 17 10 3
! M ílluc;
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40 ! 43 42 39 02 27 20 13 : io 4 Amozoc.
lio (¡4 02 00 55 50 47 40 i 40 00 31 24 17 :
14 8
* ! Puebla.
72 71 09 07 02 57 54 5 3 ; 50 43 38 31 24 21 15
1
11 ,' 7 San Martin.
79 78 70 ¡ 7 4 09 04 01 00 ; 57 5 0 • 45 38 31 28 92 18 ; 1 4 7 R i o Frió.
I
¡
8(1 i 85 83 j 81 70 71 08 07 j 04 57 : 5 2 45 38 ; 35 29 25 !
21 14 7
Ayotla.
92 90 ' 88 ! sa, 78 75 : 7 4 ¡ 71 G4 59 52 4 5 i 4 2 ! 3 0 • 02 ¡ 2 8 21 1 4
7 j México.
Ademas del camino carretero que, según el anterior itinerario, va desde V e r a - C r u z hasta el Puente Nacional,
hay otro que se estiende por la playa hasta el pueblo de la Antigua, atraviesa en seguida el bosque llamado de J u a -
nieolueo y sale á un punto conocido con el nombre de Puente del Lagarto, inmediato al. Puente Nacional. Este
camino era últimamente frecuentado solo por los correos estraordinarios.
H a y también otro camino, practicado casi únicamente por la arriería, que se toma en'la, hacienda llamada de
1 irciicx, cuatro leguas adelante de Topeyalmaleo, y atraviesa por Piedras N e g r a s y los Llanos de A p a n hasta M é -
xico, liste camino es bastante amplio y cómodo para carruages. .
aito
DE U N A PARTE DE L A COSTA
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Cil'aiilii/ri'u..
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La Jrri'riti o Ih , III I
O S.,fumi debbia
linai,i-vishl q
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.", j -. A iti roti ifc ( a.fas Q
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oVrrihi.de.mìint,
oHaiù'.(iJtl/ìi<lv{
ìùmjitt, / OM, (l. 111»
ia sii •)
CAPITULO III.
10 cañones de á 84
10 de á 08
16 de á 43
49 de á 24
36 de á 22
6 de á 16
5 morteros de á 13
132 piezas.
P i e s c ú b i c o s cié
ngiia.
Total 93.769
1510—1535.
(1) " Algunos historiadores dicen que Cortés, para ecsigir la celada Vena de oro, se
oalió del prctesto de curto mal de corazón que padecían él y stts compañeros, y que solo
-se caraba con aquel precioso metal.
nas bagatelas para su propio uso, así como una copa cío cristal
labrado y dorado, tres camisas de holanda y otros objetos de
menos valor, para que los enviasen á su soberano á su n o m b r e .
M a s no conformándose con la negativa que el embajador le d a -
ba de parte do aquel á la visita que le había propuesto, m u c h o
mas cuando el valor do los presentes que acababa de mandarle
eran la m e j o r prueba de la riqueza del pais, insistió en su p r e -
tensión, suplicando á Quintalbor que hiciese ver al emperador
el deber en que estaba de acceder á la conferencia que solicita-
ba en atención á las grandes penalidades y peligros que había
pasado en su largo viage para venir á. verlo, y diciéndole que
respecto á los desiertos y asperezas que hubiera que atravesar
para couseguirlo, no tuviera cuidado alguno, porque él y los s u -
yos eran hombres que sabían vencer todo género do obstáculos
cuando se trataba de cumplir las órdenes de su soberano. El
embajador p r o m e t i ó á Cortés que baria presente á su señor l o
que para él lo encargaba, y se despidió en unión de Teuhtile,
quedando siempre Cuitlalpitoc en el caserío inmediato al c a m p o
de los españoles.
(1) Según Bernal Diaz del Castillo, parece que esta noticia la recibió Cortés eu Tlaxeala;
pero Álaman y Prescott dicen que fué en Vera-Cruz.
— 251 —
31
rio de M é x i c o á A e r a - C r u z . — O r i g e n del motado que siguen actualmente los Aguadores para
r
153G.—ISO?.
(1) Eu una noticia instnictiva de los ramos del ayuntamiento de Vera-Cruz, que lia publi-
cado, aunque no completa, su actual secretario D . Manuel Díaz Mirón, y que he tenido á la
vista después de escrita esta parte de mi obra, no se hace mención de aquel incendio, sino de
otros dos que dice ocurrieron en 1006 y 1608.
— 268 —
que muchos hubo y ele los Sacerdotes los mas que no supieron
lo que era c o m e r caliente, ni cosa que les fuera de provecho,
p o r amor ele D i o s se pedia una poca de agua, y aun los sacerdo-
tes á los negros se las pechan de rodillas, y si se arrojavan á
quererla cojer de los barcos, sin respecto al havito y sacerdocio
los molian á palos; pero que m u c h o lo hiciesen los herejes, si
m u c h o s malos christianos clesian á los Sacerdotes, y al Cura V i -
cario hubo quien se lo elijo: aqui todos somos unos, y esto aüijia
mas. N o son desibles los travajos padecidos ni lo que se comia,
y bevia, pues de un pozo que havia en la Isla de agua salada
bevian aquella agua, que mas abrazava las entrañas, que apaga-
v a la sed, m u c h o se havia padecido en Invasiones, pero c o m o
en esta n o es posible, eme ni la haya h a v i d o ni la haya en lo de
adelante.
" D o m i n g o 29 c o m o á las 12 del dia seria quando en la playa
los 150.000 pesos que fueron á entregar todos los rehenes, y en-
tregados los dejaron libres en tierra, y todos los demás queda-
m o s aun todavia en la prission ele la Isla, y por haversc apare-
cido la Flota del Cargo de D . D i e g o Saldivar, se dieron ellos
granelísima prisa á embarcar sin aguardar la Carne eme querían
y tenían prevenida en la boca del R i o de Medellin de ganado
que se havia traído ele la H a c i e n d a de D . Martin Sarmiento.
Este dia D o m i n g o á las cinco de la tárele entró una compañía
entera de mas ele cien h o m b r e s de guarda, y luego vinieron
otros cincuenta, con que todo este n ú m e r o hubo de Franceses
de guardia esta tarde, y n o c h e , y luego nos mandaron quitar
unas chozillas que ele palos, y ramos haviamos echo para abrigo
del Sol, y de la noche, y nos dejaron á campaña rasa, y nos en-
traron nuevos miedos, v e r tanta gente que nunca havia entrado
de guardia, y el que nos quitasen las chozillas, y ver que anda-
v a n ellos m u y de fuga, y haciendo m u c h o s ademanes con las
Escopetas, caravinas, y alfanges, porque cada uno de ellos tenia
tres armas de fuego, y su espadín ó alfange; en fin l l e g ó la no-
che, y cada qual c o n el m i e d o procuró enmontarse en la Isla,
procurando los escondrijos, llevaron todos los negros y negras
que tenían en sus ranciaos á los Navios, sin reservar sino los en-
fermos, y viejos, y c o m o á las dos de la mañana del día lunes an-
davan totili Patres totili Patres, y los Padres todos se escondie-
ron, y solo dieron c o n un Religioso franciscano, con otro de la
Compañía, y otro de San Agustín, que era el Padre Prior, y los
llevaron á bordo j u n t a m e n t e c o n el Gobernador, al amanecer nos
bailamos en la Isla todos sin ellos que y a se liavian ido, de que
dimos gracias á Dios Nuestro Señor, aunque estavamos perecien-
do de sed, y h a m b r e porque no liavia un pedazo de viscocho, ni
un trago de A g u a , y echaron al Gobernador y Padres en la Isla,
Y a nos hallavamos libres de ellos, y m u y consolados cuando v i -
no una piragua, y v i n o á registrar si havia algunos muchachos,
y negros que llevarse, y hallaron algunos tres ó quatro que se
havian escondido. E n esta nos venían del lugar quatro barcos,
dos llenos de vastimento y dos mas para que todos quatro nos
fuesen llevando á tierra, mas llegó á tanto su rigor que carga-
ron con los quatro barcos y de los dos echaron la gente nuestra
en tierra, y se los llevaron, y los dos del socorro c o n cpie nos
dejaron muertos de hambre, y sin tener c o n que irnos á tierra.
A q u í tuvimos desconsuelos, y tristezas, y aflicciones, v i é n d o n o s
por entonces sin remedio. Ellos con no p o c o recelo se iban p o -
co á p o c o tirando para fuera, mas el v i e n t o era escaso, y las e m -
barcaciones iban bastantemente cargadas porque era m u c h o lo
que llevaban, y á mas de tres m i l los negros, negras, mulatas, y
m u c h a c h o s assi libres c o m o esclavos. A q u i la industria de al-
gunos intentó hacer una j a n g a d a c o n palos bien amarrados, y
botijas, y c o n esto se echaron al Mar de donde salieron c o n n o
p o c o riesgo. Si bien que uno que sabia bien nadar ayudado de
dos botijas, se e c h ó á nado, y c o n la ayuda de Dios Nuestro S e -
ñor salió á tierra. Este dio noticia á la gente que era m u c h a ,
que estava c o n cavallos y resfuerzo aguardando los prisioneros
c o m o no teníamos c o n quien irnos á tierra por averse llevado
los Barcos el E n e m i g o , y c o m o estavamos pereciendo de sed, y
hambre por no tener cosa alguna de alimento, con que luego tra-
taron de aviar un barco que estava varado, y solicitar otros, y
— 284 —
Í!
E1 viernes 2 1 de este mes á las o c h o de la m a ñ a n a entraron
tres correos avisando que los filibusteros habian entrado en V e -
ra-Cruz. A las tres horas se publicó el bando para que dentro
de dos horas se juntasen los que fuesen en estado de tomar las
armas. F o r m ó s e una junta de guerra en palacio, y se m a n d ó
estuviese á punto la c o m p a ñ í a de á caballo del mando de U r r u -
tia, y que se formasen otras doce de infantería.
" E n este m i s m o dia salieron de M é x i c o dos oidores, D . M a r -
tin de Solis y D . Frutos, c o n el fin de levantar gente para V e -
r a - C r u z , y m a r c h a r o n con cincuenta hombres: al conde de San-
tiago lo hizo el v i r e y maestre de campo.
" E l d o m i n g o 23, se presentó un enviado del comandante ene-
m i g o para el v i r e y que le pedia 150.000 pesos p o r rescate de la
gente que habia h e c h o prisionera en V e r a - C r u z . M a n d ó s e que
toda la gente que estuviera reunida, se hallase á las dos ele la
tarde en Palacio para salir a. dicho punto de V e r a - C r u z : reser-
vóse para el siguiente dia nombrar capitanes de negros y mu-
latos. ( 1 )
" E l 26 de este mismo mes de M a y o , fué dia de confusiones
en M é x i c o : cerráronse las tiendas, y las que quedaron abiertas
eran servidas por mugeres.
" E n este dia salieron á las c i n c o de la tarde o c h o compañías
de la casa del conde Santiago, quien l l e v ó p o r maestre de c a m -
p o , ó segundo, al mariscal de Castilla, al tesorero de la casa de
m o n e d a D . D o m i n g o de Cantabrana, y al fin las compañías de
negros y mulatos en cuatro carros de basura. Fueron muchos
soldados á pié y c o m o dos m i l h o m b r e s . T o d o s pasaron por
delante de Palacio, en c u y o balcón estava el v i r e y cubierto con
un cpütasol. Esta tropa fué á dormir á la villa de Guadalupe.
(1) Debia haber gran porción de estas castas en México, pues muchos años después de es-
tas ocurrencias subsistió en esta capital un batallón llamado de pardos, que se estinguió con
el arreglo que después se hizo de las milicias urbanas y provinciales.
— 287 —
" E l martes; dia 25, llegó correo del obispo de la Puebla, avi-
sando que liabia llegado á Tepeaca el g e n t i l - h o m b r e de la flota
que se esperaba del general Saldivar, con cuya noticia se albo-
rotó M é x i c o . E n la tarde llegó correo de V e r a - C r u z , avisando
que el enemigo permanecía allí.
" E l miércoles 26 l l e g ó .otro correo de V e r a - C r u z avisando la
retirada del enemigo, y que se llevó cuanto habia en la ciudad,
y que esperaban rescate de los hombres ricos que dejaba en la
isla de Sacrificios.
" E l viernes 28 de m a y o llegó correo avisando que el enemi-
go liabia dejado á V e r a - C r u z sin un real, saqueando las princi-
pales casas, y que dejó cuatro hombres para recibir el rescate
que pide. Díjose que habia salido un beneficiado con cien h o m -
bres á batirse, y que le mataron diez y siete; mas sabiendo que
le iba refuerzo, procuró salirse el enemigo. ( 1 )
" E l lunes 30 se recibió correo de V e r a - C r u z que avisaba que
el enemigo instaba por el rescate pedido. Que Lorcncillo habia
reñido con el general A g r a m o n t , y que ofrecía al v i r e y entre-
gar lo robado con algunas condiciones.
(1) Es tradición constante en Puebla, que luego que se supo allí la invasión del enemigo,
todo el clero se reunió en junta en la catedral, en la que se acordó que todo él saliera á engro-
sar el ejército, resolución que no tuvo su verificativo, porque á poco se supo la retirada del
enemigo.
35
— 288 —
(1) Únicamente en un Diario de sucesos notables que dejó escrito en México D. Antonio de
Robles, se dice que en el mes de agosto de aquel año regresó á Vera-Cruz la armadillo, de
barlovento con seis barcos de enemigos que habia apresado, siendo uno de ellos el de Kuestra
Señora de Regla, que liubia venido con los piratas, y noventa esclavos; pero nada habla de ha-
ber rescatado algo de lo que aquellos se llevaron.
— 289 —
(1) Aunque por una ley de 21 de Junio de 1843 se permitió á los individuos de la Compa-
ñía de Jesús el establecer misiones en los Departamentos de la frontera al Xorte de la Repúbli-
ca, para que se dedicaran á la civilización de las tribus barbaras, no llegaron jamas á reunirse;
pero últimamente, por otra ley de 19 de septiembre de 185.'í, se dispuso el restablecimiento de
la Compañía, según sus reglas é institutos, y el dia 4 de noviembre del mismo año se instaló
en esta capital con cuatro religiosos que ecsistian en ella.
— 305 —
(1) La circunstancia do salir á luz este capítulo m u c h o después del año de 1850 en que
terminan estos apuntes, m e permite agregar que con fecha 20 de j u l i o de I S 5 3 , se ha espedi-
do un decreto imponiendo un derecho de medio por ciento sobre todas las mercancías estrañge-
ras que entren en el puerto de V e r a - C r u z , c o n el objeto de que su producto se emplee en esa
obra, la cual está y a en via de ejecución, habiéndose encargado esta al hábil ingeniero D . S a n -
tiago Méndez,
muchas causas de las enfermedades de sus habitantes. E l año
de 1703 se f o r m ó el p r o y e c t o de conducir al puerto de V e r a -
Cruz una parte del hermoso rio de Jamapa: el voy Felipe V
m a n d ó un ingeniero francés para ecsaminar el terreno. E l in-
geniero, p o c o contento sin duda de habitar un pais tan caliente
y desagradable, declaró imposible la ejecución del p r o y e c t o . El
año 1756 volvieron á empezar las altercaciones entre los inge-
nieros, el ayuntamiento, el asesor del v i r e y y el fiscal. Hasta
ahora en visitas de espertos y en gastos judiciales, (pues en las
colonias españolas todo se convierte en proceso.), so han gasta-
do quinientos mil pesos. A n t e s de haber nivelado el suelo, íia-
bian construido una calzada, á 1.100 metros sobre el pueblo de
Jamapa, que y a esta, m e d i o arruinada, y costó 300.000 pesos.
D o c e años ha que el gobierno hace pagar al público un derecho
sobre las harinas, que produce anualmente mas de treinta mil
pesos. Y a está construido en un trecho de mas de 900 metros
de largo, un acueducto ó atarjea que puede dar un perfil de
agua de 116 centímetros; y á pesar de todos esos gastos, á pesar
de todo el fárrago do memorias é informes amontonados en los
archivos, las aguas del rio de Jamapa todavia están á mas de
23.000 metros de distancia de la ciudad de V e r a - C r u z . En
1795 vinieron á acabar por donde deberían haber empezado:
nivelaron el terreno, 3* hallaron que las aguas medias de Jama-
pa están 8 m
83 (10 varas mexicanas 22- - pulgadas) mas altas
1
venta ele todos los de rio, y que aun los de mar n o se vendieran
sin ser previamente ecsaminados por las personas nombradas al
efecto por dicha autoridad. Esta epidemia en los pescados, que
después se ha repetido algunas veces en el m i s m o puerto, so su-
puso entonces que procedía de que la estraordinaria creciente
de los rios inmediatos, á consecuencia, de las fuertes lluvias de
aquel año, habia roto y llevado consigo algunos bejucos dañosos,
eme sin dada habían envenenado las aguas. .
Hasta el mes de abril de 1795 se conducía por las calles de
aquella ciudad el agua necesaria para el servicio de las casas,
por m e d i o de unas carretillas de madera con tres pequeños bar-
riles, tiradas por un hombre, cuyo sistema, ademas de ser m u y
perjudicial á la salud de los que se dedicaban á tal ejercicio, ha-
cia que fuese sumamente caro este líquido tan indispensable en
una población; pero en d i c h o mes estableció allí el capitán D .
J u a n A n t o n i o l l u i z ele A l v a r a d o el mismo sistema que se o b -
serva hasta el dia de conducirla en barriles sobre el l o m o de
burros. E l establecimiento de este nuevo m e d i o de conducción
del agua, fué desde luego un gran beneficio para el vecinda-
rio de aquella ciudad, pues ademas de otras ventajas, se calcu-
l ó que por solo la diferencia en el precio, respecto del que
tenia antes, se le proporcionaba un ahorro de 3.122 pesos
anuales.
E l dia 25 del m i s m o mes de abril, se reunió á las nueve de la
m a ñ a n a el ilustre ajumtamiento de V e r a - C r u z con el objeto de
abrir el pliego que acababa de recibir de S. M. el r e y D . Carlos
I V , y que contenia su real cédula de 17 de enero de dicho año
para la erección del tribunal del consulado, conforme á los de-
seos manifestados repetidas veces por los individuos clel comer-
cio de aquel puerto; y en vista de que en la m i s m a soberana
disposición venían y a designados los individuos que por lo pron-
to debían c o m p o n e r l o , para que desde luego comenzara á ejercer
sus funciones, fueron estos llamados inmediatamente á la sala
de cabildos, donde se les dio posesión de sus cargos c o n todas
las ceremonias de estilo, quedando así instalado el tribunal, y
celebrándose en seguida con grandes funciones de iglesia y otras
demostraciones públicas de regocijo aquel acontecimiento tan
deseado por el comercio.
C o m o quiera que á este tribunal, m e r c e d á las diversas facul-
tades c o n que fué investido, y á la honradez y buenas i n t e n c i o -
nes de las personas que ordinariamente lo compusieron, debió
la ciudad de V e r a - C r u z m u y señalados servicios, no creo p o r
demás dar á conocer aquí, aunque sea m u y brevemente, su par-
ticular organización.
Según la real cédula y a citada, que constaba de 53 reglas ó
capítulos, el todo de aquel tribunal debia componerse de un
prior, dos cónsules, nueve consiliarios y un síndico, todos c o n
sus respectivos tenientes ó suplentes, un secretario, un contador
y un tesorero; mas c o m o la misma real cédula daba á esta c o r -
poración el doble carácter de tribunal de justicia y de junta de
fomento del comercio en todos sus ramos, y no era c o m ú n á t o -
• dos sus individuos el ejercicio de ambas atribuciones, estaba
m u y claramente marcado en ella quienes y en que orden ha-
bían de c o m p o n e r el primero, y quienes la segunda.
L o que propiamente podia llamarse el tribunal del consulado,
porque entendía en todos los negocios contenciosos sujetos á la
jurisdicción mercantil, se componía únicamente del prior y los
dos cónsules propietarios, ó de sus respectivos tenientes en los
casos de ausencia por enfermedad ú otro m o t i v o , debiendo es-
tar siempre presente en las audiencias, que según la referida
cédula, habian de celebrarse los martes, j u e v e s y sábados de ca-
da semana, un escribano que autorizase los juicios.
Para la sustanciacion y determinación de los pleitos, se p r e -
v i n o que este tribunal obrase conforme á las ordenanzas de B i l -
bao, procediendo en todo siempre ü estilo llano, verdad sabida y
Inicua fé guardada, y ademas debia sujetarse á las prevenciones
siguientes: E n los juicios en que pasara de mil pesos la suma
en cuestión, una v e z manifestada por las partes litigantes la d e -
manda y su contestación, lo cual habia de hacerse verbal y sen-
cillamente en audiencia pública, y c o n vista de los documentos
40
— 328 —
"1. a
L a c o m p a ñ í a permanecerá por el t i e m p o de cinco años,
contados desde la fecha de la escritura. Se nominará: Compa-
ñía de seguros marítimos de Nueva-España, bajo la inmediata
protección de Nuestra Señora de Guadalupe, c o m o patrona uni-
versal de esta A m é r i c a septentrional, en c u y o culto se ha de c e -
lebrar todos los domingos íntimos del mes de enero una misa
cantada c o n la m a y o r solemnidad por los felices sucesos del es-
tablecimiento.
"2. a
E l capital de esta c o m p a ñ í a es el de cuatrocientos m i l
pesos fuertes, en ochenta acciones de á cinco m i l pesos c a -
da una.
"3. a
Para la administración y dirección de esta c o m p a ñ í a y
sus intereses, se ha n o m b r a d o á D . V i c e n t e Basadre, tesorero
por S. M . del real consulado de este puerto, á quien se le ha
c o n c e d i d o poder y facultades bastantes para que firme las póli-
zas, y el honorario que se le h a asignado por d i c h o encargo, es
el de m e d i o por ciento sobre el capital de los seguros v e n c i d o s
felizmente.
"4. a
L o s cuatro consiliarios que salieron electos para que,
con el director, formen una j u n t a particular y puedan resolver
cuantas dudas ocurran, á mas de los casos prevenidos en la
escritura de compañía, fueron D . A l b e r t o H e r r e r o , D . P e d r o
Miguel de Echeverría, D. P e d r o A n t o n i o de Garay y Llano
y D . Rafael Canalias y A l v a r e d a , por el o r d e n de su n o m i -
nación.
"5. a
L o s accionistas se constituyen á pagar la parte que les
41
— 836 —
" E n O n z a v a , el de dragones de M é x i c o .
" E n San A n d r é s Chalchicomula, el de provinciales de Puebla.
" C o m o y a tenia anticipadas á V . E. mis ideas acerca del plan
de defensa qne m e parecia mas á propósito, y V . E. se sirvió
manifestarme en real orden de 8 de m a y o de 1804 que S. M . se
habia dignado aprobarlas, c o n el parecer del Sr. Generalísimo,
c o n v i n e c o n todo, después de haber bajado á V e r a - C r u z y en-
terádome menudamente de sus proporciones para defenderse,
de las del castillo de San Juan de Ulúa, y de los esenciales pun-
tos de las costas laterales, el plan é instrucción de que d o y cuen-
ta á V . E. separadamente, y lo comuniqué con reserva á los g e -
fes respectivos, para su inteligencia y observancia, si llegara el
caso.
" E n el c ú m u l o de menudas disposiciones que h e dictado, h e
tenido en consideración, c o m o un objeto principal, después de
poner en estado de defensa la plaza de V e r a - C r u z y sus costas,
que las tropas que allí se unan, se instruyan y habiliten en las
marchas, evoluciones y fuegos, c o m o cosas indispensables en la
necesidad de obrar, y á proporción de las noticias y recelos de
enemigos, aumentaré ó disminuiré el n ú m e r o , sin perder un
m o m e n t o de vista la e c o n o m í a del erario, para no originarle
gastos que sean escusables.
" L o que acabo de esplicar, relativo á tropas, ecsigia para su
écsito y para establecer un buen m é t o d o de disciplina y todo l o
correspondiente á un estado de hacerla servir c o n utilidad, p o -
ner á la cabeza, ínterin y o no lo estuviese, un gefe capaz de lle-
nar mis intenciones; y pareciéndome el mas á propósito el bri-
gadier D . García D avila, gobernador de V e r a - C r u z , por su es-
periencia y por los conocimientos que reúne de las costas y de
la Provincia, c o m o intendente y comandante de Brigada, le
n o m b r é para que pasara á Jalapa, en calidad de gefe 2 ? de las
acantonadas, con facultad de operar con ellas en caso necesario,
en m i ausencia.
" D á v i l a m e significó verbalmente la m u c h a satisfacción que
le resultaría de obtener tan honroso mando, y le contesté que
— 354 —
(1) ¡Cuan lejos estaría sin duda de la mente del Sr. Iturrigaray, al hacer esta triste pintu-
ra de D. Pedro Garibay, la idea de que ese mismo ¡refe, sin embargo de la decrepitud en que
se hallaba, habia de sustituirlo tres años después en el mando de esta colonia, á consecuencia
de un movimiento revolucionario!
(2) Este documento, así como los demás que se citan en esta nota, no lie podido adquirirlos,
á pesar del empeño con que los he buscado en el archivo.
tas, lo he reüecsionado con la proligidad que demandan mis es-
trechas obligaciones y mi responsabilidad, sin separarme del
plan formado aquí por la junta de guerra en el año de 1775, eme
consta en ese superior ministerio y está aprobado por S. M., y
en que se halla prevenido que luego 'que los enemigos salten en
tierra se vuelen con hornillos los baluartes y baterías de la
plaza, para que no tengan asilo en ellas, sobre lo que no h e h e c h o
ahora advertencia alguna, por no haberlo contemplado preciso.
" H e cuidado de combinar la situación ó acantonamiento de
las tropas, en parages inmediatos, templados y sanos, para liber-
tarlos del e p i d é m i c o y mortífero temperamento de V e r a - C r u z ,
que tantos y tan lastimosos estragos ha causado en otras oca-
siones, pudiendo asegurar que así estarán prontos y robustos
para acudir útilmente á donde convenga: h e conferido los e n -
cargos de gefes principales á los que h e reputado mas á p r o p ó -
sito y según lo ha permitido el escaso n ú m e r o con que cuento:
he dispuesto la competente provisión del castillo de Ulúa, tanto
de víveres y medicinas, c o m o de guarnición ele artillería, per-
trechos y municiones; y finalmente he dictado multitud de p r o -
videncias menudas y económicas, que no refiero porque solo ser-
viría de molestar é interrumpir la atención de V . E., dedicada
á asuntos arduos de la monarquía, y por esto m e reduzco á tras-
ladar á noticia de V . E. lo que dejo relacionado, que es lo que
j u z g o d i g n o de ella, para su gobierno, y que se sirva V . E. ele-,
varío á la soberana de S. M. para su real inteligencia, p r o m e -
tiéndome merecerá lo dispuesto por m í su real agrado, c o m o di-
rigido é impulsado todo de los mas ardientes deseos de corres-
ponder á sus reales confianzas, y de que resulte su mejor servi-
cio, por el que estaré siempre gustosamente pronto á rendir
hasta el último aliento de m i v i d a . "
(1) No h?go aquí mención del camino que conduce hoy de Vera-Cruz á México por Córdo-
ba y Orizava, porque aunque en la época de que voy hablando en este capítulo ecsistia ya uno
desde Córdoba á México por Orizava y Puebla, este camino no llegaba hasta Vera-Cruz, entre
cuyo puerto y la villa de Córdoba no habia mas que unos senderos estrechos y muy poco tran-
sitados. Tengo también noticia de que por ese rumbo se encuentran todavía algunos indicios
de un antiguo camino que ecsistió entre Orizava y Anton-Lizardo, por San Carlos; pero tam-
poco hago mérito de él, porque según los escasos informes que he podido adquirir, está aban-
donado desde un tiempo inmemorial, é ignoro la época en que se construyó y su objeto.
— 372 —
(1) Según una relación que me dio por escrito D . Pedro del Paso y T r o n c o s o , antiguo ve-
cino de V e r a - C r u z , el hecho de la estincien del hospital de San Juan de Dios, aunque sin duda
m u y conveniente, y aun necesario, fué uno de esos actos violentos é inesperados que son f r e -
ouentes en los gobiernos arbitrarios, (pie aprovechan las ocasiones favorables que se les presen-
tan para hacer alarde (le su autoridad, pues sabedor el virey Iturrigaray, á la sazón que se h a -
llaba en aquel puerto, del desaseo y abandono en que estaba dicho hospital, y de haberse dado
últimamente un caso escandaloso de lanzar de él á un enfermo casi moribundo, c o n v o c ó al
ayuntamiento, y sin anunciar á sus individuos ú donde iba ni el objeto que lo llevaba, se d i r i -
g i ó con ellos al referido hospital, y habiéndose cerciorado de la esactitud de los malos informes
que tenia, sorprendiendo á los frailes, que por supuesto no aguardaban tal visita, puso allí m i s -
mo la orden para su espulsion, cediendo al ayuntamiento el edificio con todos sus enseres.
Aquel edificio, ó mejor dicho, el terreno en que estaba situado y sus ruinas, fueron vendidas en
cuarenta y o c h o mil pesos, reconociéndose (sta suma por los que fabricaron allí casas, á favor
del hospital de San Sebastian, que sostenía el mismo ayuntamiento en unión del consulado, eu
la casa número 11-1 y otra inmediata que después se le a g r e g ó , de donde se trasladó en febrero
de 18-15 al antiguo convento de Betlen, que el año anterior habia entregado el gobierno al
ayuntamiento.
— 378 —
(1) Con el objeto de dar á conocer en estos Apuntes la organización que tenian las oficinas
de Vera-Cruz en 1807, voy á insertar á continuación una noticia que he tomado de las Gacetas
de México y de la GiCla de forasteros de aquel mismo año, en la cual se verán, no solamente
los nombres de las personas que en las principales de ellas servian entonces, sino también los
de todas las autoridades de la ciudad.
GOBIERNO E INTENDENCIA.
Escribano letrado, asesor ordinario y auditor de guerra, el Lic. D . Pedro Telmo Landero.
Promotor fiscal, Lio. D. Hermenegildo Ruiz de Molina.
Escribano de real hacienda é intendencia, el honorario de cámara del real supremo consejo de
Indias y mayor de minas y registros, D. Pedro Gómez.
Su teniente, D. Manuel Vidal y Alarcon.
Secretario D. .
Oficial 1? D . Francisco Antonio Rodal.
2 ? D. Diego Beréa.
3 ? D . Juan A aldes.
r
4 ? D. Miguel Torres.
Escribiente 1 P D . Ignacio García.
2 ? D . Lorenzo Medina.
3 ? D . Bernardo de Luna.
4? D.
Portero D . Manuel Silveyra.
ILUSTRE AYUNTAMIENTO.
2 9 D . Felipe Ti vaneo.
3 ? D. Juan José de Iraeta.
4 ? D. Pedro García del Valle.
Síndico D. Miguel Cabaleri.
Mayordomo de Propios D. Pedro García de la Lama.
Alcaldes ordinarios 1 ? D. Pedro del Paso y Troncóse
29 D . Joaquín del Castillo y Bustamante.
R E A L CAJA D E L A I N T E N D E N C I A Y PROVINCIA.
SUS TENIENTES.
D.
D. Valentín de Revilla.
D. Juan Antonio Aguilar.
D. Juan José de Irigoyen.
D . Pablo Frayle y Santa-María.
D . Francisco López.
D . Bartolomé García y García.
Síndico D. Francisco Guerra y Agreda.
Su teniente D. Ramón de Linares.
Secretario Capitán D. José María Quiroz.
Contador D. Salvador de Alva.
Tesorero D . Antonio María Cadiani.
Guarda-almacén D. José Ignacio Bravo.
Oficiales 1 ? D. Francisco de P. Carballeda.
2 ? D. José Pablo Calvo.
Diputado consular de la villa } D M B a d ü I o _
de Jalapa 5
Su teniente D. José Miguel de Iriarte.
Portero D . Pedro Landa.
Apoderados, en •Madrid D. Pedro Mantilla.
en México D . Francisco Maniau j Torquemada.
JUZGADO D E L APOSTADERO D E M A R I N A .
JUZGADO D E M A T R I C U L A D E M A R .
Comandante interino Teniente de navio, D. José Calafat.
Ayudante Alférez de navio, D. Gonzalo Ulloa.
Asesor Lic. D . Juan Mariano Ladrón de Guerara.
Escribano D . José Ramón Betancourt.
A D M I N I S T R A C I Ó N P R I N C I P A L D E L A R E N T A D E CORREOS.
Subdelegado de la ciudad y su distrito, Sr. Gobernador de la plaza.
Administrador vrincipal.... D . Bernardo José de Orta.
Contador D . Manuel José Ferrer.
Oficial 1 ? D . José M . Migoni y Godoy.
2 ? D. Antonio Moliga y Heras.
3 ? D . Santiago Capetillo Nocedal.
4 P D. Juan B . Migoni y Godoy.
— 388 —
F A C T O R D E L A R E N T A D E L T A B A C O . — D . Agustín de Quiroga.
ESTADO M A Y O R D E L A P L A Z A D E V E R A - C R U Z .
Gobernador é intendente.... Sr. brigadier D . García Dávila.
Teniente de Rey S r . coronel D . Juan María Soto.
ESTADO M A Y O R D E L CASTILLO D E S A N J U A N D E Ü L U A .
Páginas.
CAPITULO I.
CAPITULO II.
CAPITULO III.
CAPITULO IV.
Baja á tierra con sus tropas, y se forman grandes cabanas para su alo-
jamiento 174
Oficiosidad y generosidad de los indios hacia los recién llegados „
Prese'ntanse á Cortés dos gobernadores do aquella costa, acompañados
de un gran cortejo . . 175
Hace que se celebre en su presencia una misa solemne „
Los invita á comer en su compañía, y los manifiesta su intención de pa-
sar á hablar con su soberano „
Obsequio presentado por los gobernadores indios á Cortés 176
Cortés les presenta otro para ellos y para su emperador ^
Hace Cortés en presencia de los gobernadores un pequeño simulacro de
guerra - „
Admiración que causan á los indios los caballos y las armas de fuego de
los españoles. .
Les da Cortés una celada dorada, con la condición de que se la devuel-
van llena de oro „
Pasa uno de los gobernadores k ver á Moteuczoma con el recado y obse-
quios de Cortés. . . 177
Proveen los indios de víveres frescos á Cortés y su tropa
Primera contestación de Moteuzoma á Cortés, negándole el permiso de
pasar á verlo 17S
Esplicacion del escudo de armas y del facsímile que acompaña al retrato
de Cortés. „
Obsequio que envió Moteuczoma á Cortés con la primera contestación. _ 179
ídem de Cortés á los embajadores que la condujeron . „
Insiste Cortés en pasar á ver á Moteuczoma. 180
Envia á Francisco Montejo con dos embarcaciones á reconocer la costa
hacia la desembocadura del Panuco, con el objeto de hallar un puerto
mejor, y le indica á su vuelta el punto inmediato á una población que
se hallaba en el cerro Quiahuitztla, distante 12 leguas de San Juan
de Ulúa „
Dejan los indios de proveer de víveres á los españoles . 181
Segunda contestación de Moteuczoma á Cortés negándose ya á recibir
nuevos mensajes de su parte -
Presente de Moteuczoma al Rey de España . . .
Resolución de Cortés de pasar á México * 182
Admiración de los indios al ver algunas prácticas devotas de los españoles „
Comienza con este motivo el P. Olmedo su propaganda religiosa entre
ellos „
Hacen los soldados de Cortés algunos cambios con los indios, obteniendo
algún oro por este m e d i o . . . . . . . . . . . . . . . — . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
— 409 —
Política de Cortés al oir las quejas que le hizo de los vejámenes que los
mexicanos hacian sufrir á su pueblo. - - . 195
Pasa con su ejército á Quiahuitztla, adonde va á visitarlo el señor de
Cempoala
Preséntanse en aquel pueblo cinco recaudadores de los tributos que co-
braba Moteuczoma. 196
Manejos astutos de Cortés contra estos empleados
Ventajas que obtiene de ellos 197
Constitúyense los caciques de Cempoala y Quiahuitztla en subditos del .
monarca español .
Pasa Cortés hacia la playa, y determina establecer la Villa-Rica de la
Vera-Cruz en un punto inmediato al monte Quiahuitztla t s
CAPITULO V.
C e l é b r a s e en V e r a - C r u z la noticia de b a b e r r e c o b r a d o el g o b i e r n o de E s -
p a ñ a las plazas de O r a n y M a z a l q u i v i r 295
B u q u e construido en G o a t z a c o a l c o en 1 7 3 4
Conversión á la religión c a t ó l i c a romana de u n a j o v e n inglesa p r o t e s t a n -
t e , t o m a d a en el mar p o r la flotilla q u e conducía azogue de Cádiz á
Vera-Cruz . j,
E s t r é n a s e l a iglesia parroquial de V e r a - C r u z , trasladándose á ella s o -
l e m n e m e n t e el D i v i n í s i m o y las reliquias q u e se hallaban en la i g l e -
sia de N u e s t r a S e ñ o r a de la M e r c e d ,,
D e s c r i p c i ó n de aquel t e m p l o , tal c o m o era e n t o n c e s , y noticia de su costo. 29G
F ú n d a s e en V e r a - C r u z una c o n g r e g a c i ó n de lacayos y esclavos del S a n -
t í s i m o Sacramento 297
A u m é n t a s e la guarnición de V e r a - C r u z y U l ú a , á consecuencia do h a -
berse apoderado los ingleses de P u e r t o - B o l o y o c u p a d o los fuertes de
Cartajena 29S
P a s a el v i r e y d u q u e de la C o n q u i s t a á V e r a - C r u z para poner la plaza y
el castillo en b u e n estado de defensa, y regresa á M é x i c o , donde m u c -
re de l a enfermedad que allí lo atacó . . . „
P r o y e c t o para construir los baluartes y l a muralla que circundan á V e -
ra-Cruz .. 299
E m b á r c a s e en V e r a - C r u z para E s p a ñ a , b a j o partida de registro, el h i s -
t o r i a d o r de M é x i c o D . L o r e n z o B o t u r i n i „
P a s a la armada de barlovento de V e r a - C r u z á la H a b a n a „
E m b á r c a s e en V e r a - C r u z para E s p a ñ a , disfrazado de fraile, el p r e s i d e n -
te de la A u d i e n c i a de G u a t e m a l a
L l e g a á aquel p u e r t o , procedente de M a d r i d y B o m a , el P . L ó p e z , c o n la
declaración de ser P a t r o n a de la N u e v a - E s p a ñ a N . S. de G u a d a l u p e .
A p r e s t o s de defensa en V e r a - C r u z y Ü l ú a . y aumento do milicias en la
N u e v a - E s p a ñ a , con m o t i v o de haberse apoderado los ingleses de l a
H a b a n a y sus fortalezas inmediatas 300
L l e g a á V e r a - C r u z un b u q u e i n g l e s c o n la noticia de haberse celebrado
un tratado de paz entre I n g l a t e r r a y E s p a ñ a
Es c o n d u c i d o do C a m p e c h e á V e r a - C r u z , p o r sospechoso, un religioso
S e r v i t a , el cual pasa á M é x i c o , donde lo colocan en la cárcel p ú b l i c a . 301
E s c o m u l g a el arzobispo al secretario de c á m a r a , p o r haber intervenido
en aquel asunto, y suspende l u e g o aquel anatema, obedeciendo á las
prevenciones del virey y del acuerdo „
Facultades concedidas al visitador D . J o s é de G a l v c z para organizar las
rentas de esta c o l o n i a .
D e s t i t u y e de sus empleos aquel visitador á los oficiales reales de la c o n -
taduría de V e r a - C r u z . . . „
— 410 —
relevo »
428 -
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Mi
D E LAS LITOGRAFÍAS Q.UE A C O M P A Ñ A N A ESTE TOMO,
R e t r a t o de D. F e r n a n d o C o r t é s . 178 y 179
ERRATAS.
21 11 definitamente. definitivamente
28 6 decubrir . descubrir
40 17 europeosa parecieron europeos aparecieron
51 26 vigor rigor
85 17 lo. _. la
92 4 septentrional . meridional
116 28 Labandera Lavandera
119 11 1822.... 1S21
125 24 HÚMEDAS. HÚMEDA
„ 25 ó á
132 32 de sobre
140 11 Córdova Córdoba
148 20 averiguur averiguar
151 4 andero anden
177 31 respecto respeto
255 23 fuezas fuerzas
314 6 visto vista
340 1 de sobre
341 35 de sobre
346 34 en de
347 26 gigantesta gigantesca
350 9 Córdova Córdoba
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1000546775