No hay en los ritos mágicos una falsa causalidad porque, debido a la no dis-
tinción entre la parte y el todo, éstos no se plantean como una manipulación de
la naturaleza. Lo que sucede en el microcosmos del patio festivo (o de la jícara) también sucede en el macrocosmos. Así, la teoría de la magia propuesta por Preuss se aparta de las de Frazer y otros autores de la época, como Lumholtz, para quienes el ritual es una conducta utilitarista basada en conocimientos fal- sos, que eventualmente será superada por la razón científica. En la teoría de Preuss el punto de partida es una especie de metapragmática, la teoría indígena sobre la fuerza imaginativa [Einbildungskraft], es decir, la facultad creativa que actúa produciendo síntesis (Preuss, 1914:9). En el caso del modo de pensar mágico de los coras, Preuss (1998:327-332) demuestra cómo una religión indí- gena localiza “lo mágico” precisamente en la fuerza imaginativa del pensamien- to, la “iluminación repentina y espontánea” o “comprensión súbita”. La acción mágica es, entonces, pensar y hablar con inspiración. No sorprende, pues, que la magia de la palabra sea tan importante en religiones como las de los coras y huicholes. La oración es rito hablado. Se ofrendan palabras, y se reza con objetos, música, danza. En numerosas ocasiones, Preuss advierte contra el peligro de interpretacio- nes demasiado rígidas de las religiones del Gran Nayar. “Las deidades [coras] son antepasados o fuerzas naturales, pero no sería posible clasificar a los dioses según dos categorías tajantemente diferenciadas” (1998:113). Otro punto im- portante es que no se puede diferenciar claramente entre dioses e instrumentos mágicos. En el contexto de esta argumentación desarrolla una serie de ideas relativas al origen de los dioses a partir de las propuestas por Usener (1896). Según Preuss, las concepciones más antiguas sobre deidades son los dioses de las categorías [Gattungsgötter]. En esta primera clase aún se manifiesta el pen- samiento “primitivo” con su tendencia a identificar el uno con la totalidad, ya que un Gattungsgott se identifica con el género que representan, por ejemplo, un dios astral con la totalidad de las estrellas, o un dios animal con todos los ejemplares de su especie. En un siguiente paso, los dioses de las actividades [Tä- tigkeitsgötter] se caracterizan por ser relevantes sólo para ciertos miembros de un grupo humano (Preuss, 1914:34-54). En esta fase, las deidades no son otra cosa que las herramientas usadas por los diferentes oficios. El hombre crea, en primer lugar, objetos de la vida cotidiana, herramientas y armas. Se da cuenta que usar y poseer instrumentos es tener (como se diría hoy día) agentividad. En otras palabras, operar herramientas y armas es lo que hace poderoso a los seres. Entonces, los objetos son más que simples piezas, seres con agentividad, animados o deificados. Así, los instrumentos no son parte de la parafernalia o
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tecnología de los márgenes.indb 190 12/06/15 12:13