A menudo nos lamentamos de nuestra suerte y condición pensando que el

éxito nos sobrevendrá algún día, como si fuese algo que te encuentras en la
calle.

Es cierto que hay gente que lo ha tenido más fácil que otros, pero nacer en
una familia con dinero no es sinónimo de éxito. La mayor parte de la gente
que triunfa en la vida, son personas que trabajan duro y salen en busca de
una oportunidad, pues la suerte no puede encontrarte de brazos cruzados en
casa, sino peleando por tu futuro en la calle.

Puedes tener talento, fuerza y creatividad, pero tienes que mostrarla al

mundo, a pesar de las dificultades que encuentres en tu camino. Y para que
no decaigas, aquí tienes 10 historias de personas famosas de origen
humilde que triunfaron gracias a su perseverancia.
Halle Berry.

La actriz Halle Berry nació en el seno de una familia desestructurada en Cleveland,

Ohio. Su padre era un hombre violento que abusó de su madre durante años, y eso
marcó su infancia.

Los inicios no son fáciles y nadie se convierte en actriz de un día para otro, por eso
cuando la joven Berry se mudó a Nueva York en 1989 para probar suerte, gastó todos
sus ahorros antes de encontrar un papel. Desesperada y sin dinero, la joven sobrevivió
gracias a la ayuda y comida que le proporcionaron en el refugio para vagabundos
y desamparados. Unas semanas después consiguió su primer papel en una serie de
televisión.

Michael Jordan
Debido a sus grandes logros, seguramente cuando hablamos de Michael Jordan no lo
asocias con el fracaso. Pero sí, él tuvo su propia historia de fracaso, que lo llevó al éxito.

Jordan fue el cuarto de cinco hijos. Desde pequeño mantuvo una constante competición
con sus hermanos, especialmente con su hermano Larry, que era considerado el atleta de
la familia. Tales eran las habilidades de Larry, que Michael era conocido por los
entrenadores como el hermano de Larry.

A Michael le encantaba el baloncesto, pero su corta estatura de solo 1,82 hacía que lo
considerasen demasiado bajo para jugar en el principal equipo de la escuela. El
entrenador de su hermano lo invitó a participar en una campamento de verano de
baloncesto al ver su entusiasmo. A pesar de haberlo hecho muy bien el el campamento,
cuando se publicó la lista del equipo principal, Michael comprobó que finalmente su
nombre no se encontraba en ella.
Y aquí comenzó su camino de perseverancia. Siguiendo los consejos de su madre,
decidió demostrar al entrenador su gran equivocación.

Se unió al equipo junior y entrenó como nunca lo había hecho, iba cada día muy
temprano a la escuela y se quedaba hasta bien avanzada la noche. Finalmente se
convirtió en la estrella del equipo. Al final del año había crecido 10 centímetros y ya
pudo formar parte del principal equipo de la escuela.

A partir de ahí lo demás es historia. Y todo eso sucedió porque él creyó en si mismo,
luchó cada día y no dejó de intentarlo.

¿Qué hubiese pasado si Michael Jordan hubiese decidido hacer caso a su entrenador y a
lo que todos pensaban? Hoy probablemente ni tú ni yo sabríamos quién es.