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LA ACTIVIDAD PUPILAR

La ACTIVIDAD PUPILAR está mediada por una vía AFERENTE (visual) y una
vía EFERENTE (motora; miosismidriasis). La miosis pupilar es la función del esfínter de la pupila,
inervado por fibras parasimpáticas. La MIDRIASIS es la función del dilatador de la pupila y está
controlada por fibras simpáticas.
La pupila puede cambiar de tamaño por acciones medicamentosas. Los parasimpaticomiméticos
y simpaticolíticos producen miosis pupilar. Los simpaticomiméticos y parasimpaticolíticos crean
el efecto contrario: midriasis (capítulo 33).
La VÍA AFERENTE PUPILAR comienza en la capa de conos y bastones; de ahí la información se
transmite a las células bipolares y a las células ganglionares de la retina para integrarse en el
nervio óptico. Fibras nerviosas destinadas a la vía aferente pupilar viajan mezcladas con el nervio
óptico, se decusan en el quiasma y acompañan a los trayectos ópticos en su camino hacia el cuerpo
geniculado lateral. Aquí las fibras pupilares se separan del trayecto de la vía visual para ingresar
a la comisura posterior y hacer sinapsis en la región pretectal. De allí vuelven a cruzarse de manera
incompleta para continuar hacia el núcleo de Edinger-Westphal.

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