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a Lucio ¥, Mansilta Horror al vacio ¥ otras eharlas Seleccién y prélogo de (CRISTINA IGUESIA'Y sULIO SCHVARTZMAN % | | | ‘ | Editorial Biblos IFES FeTPTSTTEPTE Teepe e ees eee eeEeEEeCEEE CE oe 136 Lucio V. Mansila La prision celular, no: no suprime la vida, engendra la desesperacion ota demencia. Ahora, y para concluir, porque es necesario que toda conversacion tenga un fin, si no yo estaria hablando hasta la consumacion de los siglos (no es labia lo que me falta), supongo que ya habrén ustedes caido ‘en cuenta del porqué el cabailero ese que me detuvo dos veces en los boulevares de Paris, no procedié alli como lo habria hecho aqui, si me hubiera encontrado en la calle de la Florida, iClarito! ‘Andaba en Paris como bola sin manija, se encontraba solo, tenia horror al vacio, me vio a mi, quiso apechugarme, le salié el tiro por la culata. Pues no faltaba mas sino que todavia en otro mundo, en el viejo, yo habia de tener que ser refugium peceatorum de gente que, como dicen aqui, en las provincias, no me cae en cuenta. : vanse ustedes de que Dios castiga sin palo ni Y sino me he explicado bien, sino he sido claro, me explicaré todavia para concluir, y no para agravar las cosas, sino al contrario. 2 éHlan visto ustedes, y cémo no han de haber visto, que un sehor muy, respetable no los saluda? Pues bien, dentro de treinta afios, si ese sefior vive, ya los saludar porque a medida que se vaya sintiendo aislado, su horror al vacio aumentara, y entonces tendra muchisimo gusto en sonreirse con ustedes, siendo las tnicas caras conocidas que encuentra en sit camino... que le vayan quedando. : Por manera que yo daria este consejo: {Quieren ustedes tener muchas simpatias? primero: Asistan ustedes a todos los entlerros. segundo: No falten ustedes a ningin funeral. PI adicional: No hay que apurarse en legar a los entierros y_ funerales; basta estar a tiempo, para ser visto por la concurrencia al salir. ‘ Con esto y una gran dosis de egoismo, que consistiré en no sa nunca jamas a un burro de un pantano, ustedes pasaran por persor muy estimables en la sociedad. Yo, en cuanto a mi me interese, prefiero, sin embargo, no tener gusto de conocerlos a ustedes, contentandome con que asistan a EN VENECIA ‘Al senor general don Napoleén Uribura ‘OhVenicet Venice! when thy marble walls Are level with the waters, there shall be Acry ofnations o'er thy sunken hails A loud lament along the sweeping seal Byron. Hay hombres honestos y mujeres puras, en esta parte del mundo y en las otras, conocidas, descubiertas, o desconocidas y por descubrir. Seria muy desagradable que ustedes no fueran de mi opinion. Pero, asi como hay de eso, hay también de lootro, sin que esto quiera decir que, por serlo, sean gentes absolutamente perniciosas 0 que merezean estar en una penitenciaria. Qué es lo que mas abunda? 2Lo primero o lo segundo? Yo hago la pregunta por escrito, ustedes se la hacen mentalmente y sin querer (la sugestion no es otra cosa); y ustedes y yo fallamos in ectore que el caso es apurado: que lo mejor habria sido no hacer semejante interpelacion, porque... peor es meneallo; y que, ya que el imprudente he sido yo, Sea yo el que lo resuelva. Seré lo que sea; y, sin disimular que en la eterna lucha entre los dos prineipios —el del bien y el del mal, el de lo bueno y el de lo malo—, creyendo como creo en la humanidad. soy mas bien optimista que pesimista, declaro, sin embargo. a la faz de la tierra que no hay mujer aquien nole guste “que la sigan”, bien entendido, discretamente, senza. ofendere la morale, es decir, finglendo que sdlo se la admira, cuando en realidad es otra cosa lo que se codicia. ‘Agregaré, como pendant, que no hay tampoco varén (sea cual sea su bonhomianatural o estudiada; de otra manera, la dosis de disimulo ode hipocresia necesaria con que haya creido conveniente revestic su existencia: es un ingrediente que no esta de mas para medio vivir a cublerto de la malignidad) que. entre una femme de chambre joven, 1137) 198 Lucio V. Mansilla potable y otra sinodal, como manda la iglesia, 0 fiera como dicen en Cordoba, y no mal, sino bien, no prefiera la con donaire a su antitesis; para decirlo todo cuanto antes: que no haya seguido alguna vez, en su vida, a una mujer... ‘Aeste respecto, creo que mi amigo el general don Napoledn Uriburu, cuyos méritos de soldado no cuadra aqui elogiar. desde que no se trata de asuntos bélicos ni de glorias aleanzadas combatiendo por Ja patria, tiene que ser Juez, siendo como toda la vida ha side hombre de muy buen gusto, y sobre todo siendo este pais, desgraciadamente, una tierra donde abundan las lindas mujeres, y ¢s por es0 que a él le dedico esta cauiserie; lo que no implica, por aquello de que nunca falta un roto para tun descosido, que sdlo las mujeres lindas sean seguidas. {También las feas lo son; estarian frescas de no! “Todo hombre, como toda mujer, tiene su fetiquismo, lo que. en resumidas cuentas, no es mas que la exageracion de un gusto normal. Por ejemplo, para ciertos hombres, lo esencial, en la mujer, no es Ja ini el cardcter: es el olor, y por el olor buscaran una (osa 0 degradada. Muchos verdaderos sabios, o que jensan comoyo, en quien ustedes no creen. Para otros, fo esencial es la boca, la mano, el pie, ¥ por el pie seguiran cuarenta dias ycuarenta noches a tna mujer, cuya cara no han visto, cuyo olor nohan tomado siquiera. ‘Las mujeres, que en medio de todas sus diabluras tienen un candor extremo, entienden esto menos que los hombres (es un problema de fisiologfa psicolégica un poco complicado}; pero yo he conocido algunas que tenian el fetiquismo de las cosas grandes, y viceversa; mujeres que dejarian a un nato bonito por un narigén feo. Escriipulos aparte, y lo que Girardin llamaba le respect du lecteur, que debemos admitir es persona respetable, por mas que el loco de Teofilo Gautier haya dicho ironicamente que una de las cosas mas burlescas de la gloriosa época en que tenemos Ia felicidad de vivir es incontestablemente la rehabilitacién de la virtud emprendida por todos los diarios, sea cual sea su color, rojos, verdes o tricolores, escrapulos aparte, repito, y en forma de confidencia, se lo comunico a ustedes: ‘Yo he seguido a una mujer... Aqui, mi secretario me observa, en virtud del derecho de interrum- pirme alo mejor del cuento, que se ha arrogado, sino creo que seria mas hronesto {puede leerse verdad, gu honestidad y verdad no son una perfecta ecuacién®) decir, en vez de "yo he seguido a una mujer": yo he seguido varias mujeres. ‘No conozco nada més indiscreto, en ciertas coyunturas, que un secretario. Ahi tienen ustedes uno de los inconvenientes de confundir las cosas con las palabras, y de creer que, como secretario viene de tun bimano de esa catadura ha de ser siempre y constantemente un sujeto muy reservado. Mi secretario murmura que “Esta bueno"; porque como yo no lo a Venecia 139 10, El necesita elogiarse a si mismo. n { mismo, y no se apereibe de que me ha cho decir varias mujeres, cuando yo fahablar de wi ¢ s, $0 yueria varias m0 yo solamente queria hablar de una, {Seguir a una mujer en Veneciat mi eam a iY en el momento y a la edad en “Ustedes no tienen idea de semejante encanto, ‘tenidelafortuna de andar poralla. Se" ™e HaVA “Fortuna, si. Tiny aquun Paris aumonde, se dice en f 1 nonde, se dice en francés, por todo el mundo, Sep 020 Sea ben frances es una fase que cualzulr hijo de. : aprender de memoria, ni més ni menos que Liberté Fraternité. Pero la lengua en que la frase se dice prueba que pe una ci francesa, no tan perjudictal como otras, pero francesa al fn spolgestenso. por consiguente, que hay muchos Paris en el mundo luego, los marselleses dicen que “st Paris avait une Cannebisre serait une pete Marselle”. De donde se deduce que Marsela es ma ve Pars, bromas apart, y sin negar que hay momentos en que el “mnunc concentra en Paris, la verdad rae que una Venecia en el mundo Wegeeeeena terpelado mi secretario sobre esta tiltima afirmacion, contesta: “Si, 0, entonces, tentendo como tengo mucha confi Yo, entnces,feniendo co a confianza en su criterto, : ¥ €reo cumplir con un deber litera _Geber no solo se reicre alas cosas morales), diciendolewa ustedes, poco “1 poco, lo que les quiero decir. a el maestro en estilo —y esto de esti a le estilo, que no es cosa baladi, no séloa la seleccion del lenguaje sino ala formay ala estructura que se pretende deseribir, sea cosa palpable, visible o invisible— ficne razén cuando afirma que la atencién’ cs de embocadura 2 ¥ que es necesario hacerle tragar lo que uno dice, con sanction. de otro modo, asi gota a gota? i _Tomadas, pues, todas las precauiciones del caso. . entre ellas ta tablenetsida de despertar a curtoslded del ector uct ee riada—, y para que ustedes comprendan bien Io que es "seguir a ynujer en Vencia"paréoemelgadoel momento preciso de dete, r de lleno en el laberinto de mis i s jones, qué es Venecia, ‘ais Impresiones y de mis ‘enecia, cuando tus murallas de marmol se hayan smo de las aguas, las naciones haran ois an oso sobre las ruinas de tus palacios! e Lea cbiére ¢s una calle principal de Maree _ principal de Marsella, como si cijéramos Ia calle dela Florida oa Lucio V. Manilla suade de qui sando un pedazo de tierra de este mundo y no Repirando el ambiente de una creaion de Las my ta roche reeen nico que seme ocurre, que pagar su tributoal cuarto de hora de Rabelais. Porque en Venecia, como en todas partes, no hay hoteles que lo alojen a uno en balde, nt gentes que le presten a uno sus re pero efor, gpor quéno hay en nuestro planeta na cudad sigulera ena que, mediante un sistema cooperativo, por acciones cotizables en todas las bolsas del universo, no tenga el vajero nada absolutamente aque gastr, presentando sélo un billete de fda y vueita, que ga: “Valido 0 por un mes", segiin el numero de acciones suseritas €s que pretenden que el mundo marcha, y hace no sé euantos siglos que uno tiene que pagar todos los servicios que le (or—un sistema semejante de digresio- ni sube ni baja ni se esta queda, ©, y sospéchome que asi ies, sienndo lector. por decirlo asi, para los que apenas saber un cuadro —antes de hablar de la mujer ésa— de lo. intura I cabo, consultando los libr ho hay que ho sea capaz de hacer una carieatura de la blanca gaviota que sc bana en el Adriatict s, cuando un autor producia, como el mundo era mm is ia para todo el mundo. Ahora, cuando un autor produce, sl asp fersalidad, se equivoca, jentos humanos se han en Londres y en Paris mismo que’ hacia Dupuytren. Yo eseribo, pues, para En Venecia ‘conseille a aucun galant home de s'en servir: mats Monsieur Figaro...”. Yo tengo que darle una idea al que no ha estado en Venecia, antes de hablar de la mujer esa que segui. de lo que es Venecia, de cOmo es Venecia. Yo tengo que pensar que la mayor parte de los jujerios y catamarquefos y otros, cuya denominacién acaba en inos (no vayan a leer beduinos) apenas si tienen idea de lo que es la Boca del Riachuelo y Barracas; y como éstos son la inmensa mayoria de mi pais, que es donde vivo y me aburro, que es lo mismo, seria un colmo de petulancia Iiteraria que me pusiera a hacer una descripcion de Venecia para ‘nuestros préjimos del otro hemisferio, del otro mundo. Tengo que hacer mi descripcién con arreglo a las entendederas de mi lector. Haganme ustedes el favor de fijarse en que no hay en esto nada, absolutamente nada, que pueda ofender; en lo mas minimo, la suscep. ubilidad de un lector inteligente. Me explicaré: un estudiante de Jujuy o de Buenos Aires puede conocer mejor que yo lo que Quetelet llama Ja ley del binomio, y yo, sin conocer tedricamente esa ley, puedo determinar mejor que él, por mi ‘experiencia practica, el punto del blanco al que se hayan dirigido las ‘acciones humanas Lean ustedes, si quieren, que en Mendoza 0 en Entre Rios puede haber hombre mucho mas erudito que yo, que sepa mejor queyoel grado de latitud y de longitud en que esta Venécia, que sepa mejor que yo en virtud de qué leyes hidraulicas Venecia subsiste, por la razon que el ingeniero que ditige la apertura de la Avenida de Mayo es seguro que ‘conoce menos itima de Buenos Aires que cualquier muchacho alegre, de esos que no faltan, sin que uno sepa como, a los teatros, a las bs. cuyo nombre no recuerdo, hay una escena, muy cémica, por no decir grotesea. Un marida medio tonto (como somos cast todos los maridos) le pregunta a un amigo intimo, que es sti medico, que ‘en qué consi snomeno de que su mujer, con la que se ha casado recién hace Je da ésta: Mon cher, ta science a des mystéres 2¥ qué otra cosa quieren ustedes que yo les diga? Asi como hay embarazos misteriosos hay extstencias incomprensibles —por mas que digan que “mas vale cuenta que renta’—. Porque esos tipos a los que yo me refiero no saben ni siquicra contar. Deciciidamente, hay seres que tienen una providencia aparte. Pero es ‘eomo Venecia, que uno no comprende que pueda resistir a la zapa fonstante y permanente del agua, de la cual, para ponderar su accion destructora, se ha dicho: una gota de agua agujerea una pen. Aesa pena impermeable llegué yo, como uno de tantos, en una noche del mes de junio, después de haber cruzado, en ferrocarril, un puente interminable, y llegué a una estacion en la que s1 v2 Lucio V. Mansilla 143 podia suponer?, que de alli me iria al hotel a pie, a caballo, en litera, en Smnibus, en silla de manos, 0 en coche. Nada de 50. gSaben ustedes en lo que me levaron? Me Ilevaron al hotel embarcado, 2¥ en qué clase de barco? {fn géndola. que es un barco sui generis. Han sofado ustedes alguna ver con un viaje que dififlmente s¢_ realiza, porque es un viaje con una mujer queno nos pertenece, dela que Su propletario no quiere deshacerse, y que ella, sin dejar de ser bastante Toca, es suficientemente cuerda para no abandonarlo al otro? Tnterpelado sobre este punto mi secretario, dice (se guardaria my bien de decir otra cosa, jme lo comerial): la idea é bella ma il peceato ulere, el episodio; haré mas atin, le d ; haré mas atin, le deseribiré viva voce gi Yetrelo uno yo oe, femaretos. oa ecto, sno delop et sabanos, que es lo que ahora nos introducen. sera la opinién de usted; pero mt secretart e cual ser : jo me hace notar 1a gracia de la causerte st alguna tiene, esta en esta parte, y shay nada tan peliagudo como concluir. Acabo, pues, por mas que gramatica de Chantreau que tous les commencements sont fuera de Venecia... Por lo que hace a la descripcion de Venecia, ofrecida mas arriba, a mujer que alli segui, mi secretario me observa: Capitulo 1 Describira Venecia, scfior, tantas veces descrita, es algo de; do americano; pues han de saber ustedes que, en América, Ja poseer un secreto para todo, en materia de politica, de economia J de finanzas, lo mismo que en materia de higlene. (Londres no Buenos Ales, pero es mas salubre que nosotros.) Diriase que 50 coyas, que para todas las enfermedades tienen una pepita ¢sP' Guinaquina. jAht, los tales bolivianos son muy diablos: pero) fastado sus pepitas de quinaquina para curarse de una chilenos. "Renuncio entonces a describir a Venecia, y les recomiendo a Jas descripciones de Alarcon y Castelar, a no ser que inst Capitulo ‘Mi secretario me observa que seria mejor que me abstuvi de la mujer esa que segui en Venecia; en primer lugar, creer que es mentira: después, porque uno puede conflar Sus Gia amistad, ¥ ustedes, los que me estan leyendo, no son ‘Amigos. y yo no tengo la pretensién de ser amigo del gen Por consiguiente, mi querido Napoledn, le contaré a

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